Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

por **Salomé Ameris** Vie Abr 27, 2012 11:54 am

Era sorprendente lo difícil que era encontrar buenos asistentes, la ultima chica que había tenido no duro ni un mes en sus garras, las personas comenzaban a volverse frágiles, no soportaban ver tantos muertos en un día, parecía que le provocaba repulsión y miedo. Estúpida gente… ellos iban por el mismo camino, hasta Salome sabia que algún día aquel cuerpo de dama refinada se pudriría y se marchitaría dejando un cuerpo sin alma, pero al parecer las personas no estaban aun preparadas para aquel final al que siempre llegarían, tal vez por eso oía aun los gritos de ancianos moribundos que se negaban a aceptar que su vida había terminado, que malestar tan grande le provocaba, deseaba matarlos de una vez por todas para que dejan de chillar como cerdos cuando se ven oprimidos.

Los animales tenían más dignidad que ellos, los humanos eran abono que volverían a la tierra, ella solo se encargaba de ponerlos en un estado “decente” para que sus familias le dieran el último adiós, eso no era mucho trabajo, para nada, le divertía de sobre manera, ya que unía su trabajo con la diversión, asustaba a la gente tanto como deseara y se divertía con las ridiculeces que los humanos hacían para sacarle un poco de información.

¿Cómo conseguía información? Era un secreto bien guardado, lo único que se sabía es que siempre era confiable y verdadera, nadie sabía si la encontraba ella misma o tenía algunos lacayos que la buscaran o simplemente llegaba hasta ella. Era buena en su trabajo, pero necesitaba ayuda, necesitaba a alguien que la ayudara a mantenerse de pie, que la controlara cuando se volvía excesivamente traviesa, aunque tenía la leve sospecha de que aun no había nacido alguien que la controlara.

El aire golpeo su rostro haciéndola levantar la mirada, por alguna razón entendía que algo estaba mal en ese lugar, con su elegante vestido de color negro y con leves detalles de un rosa vieja mostro curiosidad a un rostro inocente que parecía estar en peligro, sonrió suavemente mientras el viento hacia que su cabello rubio y alborotado bailara con él, de pronto entre tanta gente perdió aquel rostro, frunció el ceño buscando con la mirada algún rastro de movimiento, pero lo único que vio fue una tela que se movía entre algún escondite improvisado.

Apenas observaba, odiaba intervenir en las cosas naturales de la vida, pero eso no era natural, una chica asustada. Ella le podría servir. Recorrió la mirada hacia otro lugar en donde percibió respiraciones agitadas, eran al menos tres hombres que buscaban a la muchacha.

Llora su desdicha
llora su pasión reprimida
y entiende que ya es tarde.

Salome bostezo de un forma muy elegante mientras mirada aquella escena, los hombre estaban al frente de la chica y parecían hablarle muy fuerte –Tks…- la dama frunció el ceño para acercarse con pasos firmes hasta uno de los hombres-Mon Amour…!- exclamo sujetando la mano de la joven -¿Dónde te habías metido? – Pregunto con falsa preocupación en su rostro –Te he dicho que no salgas de casa sin mí- una sonrisa pareció pintarse en sus labios mientras protegía con un abrazo a la chica que sigilosamente se reguardaba detrás de ella dejando a los hombre a merced de Salome.

-Muchas gracias por encontrarla-sonrió dulcemente, pero el aura poderosa de salome asustaba a los hombres que casi tropezando salieron de su vista –Buenos chicos….- murmuro mostrando un rostro diferente, era sombrío y aterrador, que trato de cambiar por uno más sutil para que la chica no saliera corriendo-listo ya estas salvada…-

por **Ionemarië** Vie Abr 27, 2012 7:47 pm

No era mucho lo que tú haces para esconderte de la verdad. Ibas por las cañerías a solas y con pies descalzos, te los habías dejado en la carreta de tu primo y su amigo Lionel. Ahora estabas perdida entre unos callejones por los que pocos movimientos podías hacer. Bien era cierto que en algún momento tendrás que moverte rápido. Te mueves lenta para como estar a la altura de las liebres, ¿No oyes los pasos de dos, tres hombres acercarse hacia donde tu estas de pie, mirando por donde ir tras haber llovido? ¿No oyes las cañerías de los tejados temblar por las gotas que caen en los charcos de los adoquines de Paris? Estas con miedo, porque no sabes quienes son.

Miras a una mujer, te abrazas a ella haciendo que era tu mejor amiga, cuando en realidad te miró finamente mal...con una sonrisa horizontal, tú, una egipcia alejada del peligro del pasado y del presente puede que te metas en un problema ¿O es que ya estabas metida en uno desde un principio? Desde los tiempos dorados de tu niñez, desde aquellos días en que no conociste a Zarmiär eras feliz contigo misma, no necesitabas estar con alguien, pero cuando al final sabes que esa persona es feliz contigo y tú con ella, todo cambia enseguida. Todo cambia volviéndolo todo más dependiente la una con la otra. No soy tu, no soy yo misma, solo soy una voz que cuenta una historia que comienza contigo, siendo perseguida por la calle.

Tú, oye corre. Sigue corriendo ¡Mira! Al frente hay una mujer que parece haberse percatado de que estas en peligro pequeña egipcia. Corre hacia ella, es rubia, tiene un gesto despreocupado, pero ¿Qué ves? Solamente ves una sonrisa como si se alegrara de verte. Síguela el juego, quizás te pueda ayudar, pero recuerda volver con tu primo. Le conoces mucho pero le has visto pocos días. Cuando estabas en Egipto estabais muy unidos. Ahora corre a ella.
-Oh yo...-La abrazaste conforme los dos hombres se acercaban hasta ti, llegando el tercer hombre feo y obeso detrás de los dos primeros que llegaron-Me perdí, no conozco bien París aun...-Dijiste pues temías que los tres que presenciaban ahora todo, te pillaran en tu mentira.

Tú te mantuviste cerca de su cuerpo, pegada a sus ropajes oscuros que la tapaban de alguna muestra de piel de leche. Una mirada le echaste de abajo arriba, mientras te ponía detrás de ella para protegerte de aquellos bandidos que salieron despavoridos de allá. Hola, buena vida y adiós bandidos. La mirabas como si de tu salvadora se tratase, aquellos hombres, querían aprovecharse de ti, querían acariciarte, sobarse contra tu piel, pero siendo la mujer que eras, sabes defenderte, para después tener la oportunidad de echar a correr sin peligro aunque tan solo, el de ser perseguida.

-Gracias...por salvarme...-Mirabas a la mujer con un pequeño rubor sobre las mejillas. Te miraba pero tú te ruborizabas sin razón alguna. ¿Por qué eso pequeña morena? Dile algo mas, pensara que estas de atar, que eres muda aunque ya pocas palabras habías soltado de tus labios, aquellos a los que mordías cuando estabas nerviosa-Ehm...-parpadeaste varias veces y te volviste hasta que estabas un poco alejada de ella, la mirabas con cierto temor enseguida ¿Por qué? Te había salvado de una posible violación múltiple. No era de ser agradecida el salir huyendo como si nada, pero al final, decidida te acercaste para demostrarla que no tenias nada de miedo en enfrentarte a aquella desconocida-...No sé cual podrá ser mi devolución para usted ¿Qué desea?-Eso sonó algo cohibido, con ternura pero con un tono de voz demasiado bajo. No pretendías demostrar confianza en las primeras palabras, demuéstralas más adelante, cuando conozcas a más gente. Conoce, ríe y canta para ser feliz.

Solamente que ahora no era el momento.

por **Salomé Ameris** Lun Abr 30, 2012 9:14 pm

Ladeo su rostro al notar a la chica ruborizada, parecía que tena complejos de timidez, si no se apuraba en decir algo Salome se hartaría y se iría por el camino que debió tomar, pero antes de que eso se le pasara por la cabeza la chica hablo. Aquella chica tenía serios problemas mentales, eso le agrado a salome e hizo que una sonrisa apareciera en su rostro, miro hacia los lados, la gente parecía estar viéndole mucho, no era que le molestaba pero era algo incomodo notar tantas personas alrededor de ella.

-¿Quieres pagarme con algo mono?- pregunto mientras sujetaba su mentón para que le mirara a sus extraños ojos azules, que muchos creían que estaban malditos por el haber visto tantas cosas prohibidas-Baila sobre mis caderas- le murmuro mientras sujetaba su muñeca y la alejaba de la multitud. No por aquella chica que había llamado mono, si n por ella, que se sentía disgustada por la vida cotidiana, deseaba volver a su funeraria, pero no podría ir hay hasta encontrar a alguien que le sirviera libremente. Tono que llevaba a la chica que se había sonrojado más que un tomate de la mano sin ninguna preocupación, le miro detenidamente parándose en seco entre algunas tiendas de ropa elegante y sofisticadas -mmm… podrías servirme- murmuro dejándola libre por unos segundos.

¿A dónde rayos creía que iba? Noto su movimiento para huir de ella pero antes de que lo hiciera salome ya la sujetaba del hombro-Oye… mono ¿quieres trabajar no?- pregunto mientras le daba vuelta para dejarla al frente de ella-yo te puedo dar trabajo como mi asistente personal- La cambiaformas estaba loca de remate, ya muchas veces se lo habían dicho, pero como siempre le hacía caso omiso a los comentarios de las personas y disfrutaba al máximo sus decisiones impulsivas que siempre le daban algo de diversión, nunca importaba el tipo de diversión que seria, si blanca o negra, casi siempre igual de amarga y oscura que su alma y eso le daba mucho mas animo cada dia.

Era extraño que en la oscuridad, cuando buscaba nada apareciera ella, debía admitir que era linda, pero aquel rostro tímido le parecía que podría manchadle y eso le daba una sensación de angustia ¿otra persona igual que ella? el mundo se volvería loco, solo con ella tenían suficiente, aun así, el deseo de verla un poco mas astuta a vivió su interés en ella y su forma tímida de alejársele, parecía una presa huyendo de su cazador, tal vez eso era… una inofensiva liebre tratando de escapar de un juguetón guepardo que no la comería, solo jugaría con ella hasta cansarse, pues eso hacen los animales.

Mucho silencio… eso le molestaba cada vez más, la chica tartamudeaba y se movía nerviosa con la mirada baja, Salome comenzaba a irritarse, con su pálida mano sujeto el mentón haciendo que su rostro se levantara y le miraba a los ojos-No bajes la mirada…- le reclamo frunciendo el ceño-si lo hacen te pisotearan… ¿entiendes mono?- gruño soltando su rostro-a ver… ¿Cómo te llamas?-

por **Ionemarië** Vie Mayo 04, 2012 10:20 am

Menos mal que la cosa había salido bien. No entendiste que quiso decir con aquello de bailar sobre sus caderas, te pareció bastante extraña la expresión que utilizo, te preguntabas sin cesar que, que significaba. No te gustaba para nada la multitud, gracias a ella te alejo de ella, se lo agradeces con silencio, con un silencio que parece que le sienta mal para sus nervios-... ¿trabajar? Bueno yo sí que trabajaría, ¿pero de qué...?-Será algún trabajo digno...- ¿De asistenta?-No mucho la verdad.

Tener que cuidar de alguien, aconsejarla, en realidad lo hacías con Zarmïar cuando estabas en Egipto, tampoco era mucho trajín pero siempre cambiaba el punto de vista dependiendo de la persona a la que estuvieras asistiendo. Era extraño que estuvieras tan en calma con esta desconocida. La mirabas sin temor, cuando eres la primera en desconfiar ciegamente en un extraño que no sea de tu agrado

¿Puede que aquí las personas sean diferentes? Eso podrías pensar ahora, pero la gente siempre suele ir con una máscara por delante, para después cuando te tienen enganchado, descubrirse y decepcionarte. Aunque vayas con cautela, vas con confianza sobre esta mujer, pasabais por tiendas, por escaparates y enseguida piensas que puedes ser una carga para la mujer, que aun no sabias su nombre.

Ionemarië, es tu nombre y el de ella no lo sabes, pero bajas tu rostro al suelo, ella te lo levante cogiéndote del mentón para darte un buen consejo que deberás usar siempre en la vida, es importante para sobrevivir, sino aparte te podrías perder cosas importantes, cosas que puedes llegar a disfrutar.

-Si-SI....no la bajaré- Eso, nunca la bajes-...pero el que mira hacia delante....-Querías comenzar a soltarte, bien hecho, pero ella ahora se adelanto a tus palabras, que veloz que era- Me gusta que me llamen Io....-Dilo, tu nombre era bello para oídos ajenos, pero para ti no lo era en absoluto, te lo guardabas para ti misma, no querías recibir ninguna burla. La seguías por mas tiendas, parasteis en una y tu hablaste por fin- ¿Y a quien tengo el honor en conocer, si puede saberse?-Eres tímida y buena, desconfiada con los desconocidos, pero por ello no debes cerrarte en ti misma, sal de las dunas en las que el pasado enterró toda tu espontaneidad y diviértete, eso sí, sin ofender, no conocías Paris.

Estabas en otras tierras que solamente fuiste para buscar al primo Sinhue, pero nunca te era posible verle. Siempre dormía de mañana y se despertaba tarde. ¿Tanto trabajo le daban? Irías a poner una queja para que le moderaran las horas de trabajo. Te parecía incluso una tortura. Era una persona que también tiene un limite...e Ionemarië comenzarías a entenderle un poco. Ahora andabas detrás de la mujer, mirabas la ropa, bastante cara, te da miedo tocarla, parecía que se fuera a romper- Es ropa cara....-Negabas viendo la ropa de la tienda, queriendo salir de allí mismo, seguramente ¿Por qué algo de tanto valor en ella? Ionemarië se fue de la tienda, pero fue sujeta de la mano por alguien a quien no miro. Pues su mirada, la tenía en otra persona.

No podía ser posible. ¿No estaba muerta?
-¿Io...?-Una voz de una joven, de aquella joven que conociste sonaba con un hilillo de voz-
-¿Za...Zarmiär....?-¿Qué ibas a hacer? Estabas echa una piedra en aquel lugar, alguien te tiraba de la mano, no sabias quien, pero tus ojos miraban a aquella mujer que en tu pasado conociste.

¿No estábamos en el presente?

por **Salomé Ameris** Dom Mayo 27, 2012 6:59 am

Aquella jovencita parecía algo tonta, tal vez era su imaginación, pero de cierta forma le agradaba aquella inocencia, normalmente se sentiría asqueada de alguien así, pero esta vez lo agradaba la chica, por eso sentía que sería interesante per hasta donde llegaba con Salome. Era un experimento, así lo veía como un experimento que debía ser puesto en práctica. ¿Qué se probaría? La resistencia de aquella mocosa, de ver el tiempo que duraba en el juego de Salome.

-A una Italiana que se intereso en ti- respondió tajante mientras seguía moviéndose entre las personas-Mi nombre es Salome Ameris- la chica pareció perderse por unos segundos en su mente, eso le molesto a Salome. Ella había arrastrado a una tienda para comprar algunas cosas, de verdad que las necesitaba porque aquello que tenia puesto era simplemente horrible para los ojos de aquella cambiaformas. Así que sin decirle nada comenzó a ver los vestidos que podrían ser de su talla. No era de unas de aquellas mujeres que se vivian por la ropa cara, pero se le hacia divertido, no sabias lo que ibas a encontrar.

¿Dónde estaba aquel mono?.
Comenzaba a alejarse, con su agilidad salió había ella sujetándola del brazo para empujarla hacia atrás, la chica parecía aturdida, tal vez era los colores y los aromas tan extraños para ella que la habían confundido, Salome abrió sus ojos al oír un extraño nombre ¿egipcio tal vez?. Por unos segundos miro los ojos de aquella chica, parecían perdidos entre algún lugar, frunció su ceño acercándola hasta llegar otra vez dentro de la tienda-Lo siento no tengo Casa de Zarmiär mi nombre es salome… repite conmigo S-A-L-O-M-E…. ok buena chica, te mereces un premio- le alboroto su cabello riendo cálidamente.

Le hizo una señal a la vendedora para que trajera algunos vestidos de tonos pasteles y marrones, no deseaba que utilizara negro, bueno aun no, creía como opacar toda aquella melancolía que se le veía a simple vista, más un vestido algo vivo seria como realzar aquella tristeza que llevaba en sus ojos, le tiro uno de los vestidos más bonitos, era un rosado pálido que tenía algunas decoraciones blancas, algo sencillo pero no se le quitaba lo elegante. La chica parecía no reaccionar, Salome dejo salir un bufido para darle una patada por el culo para que se moviera rápido a los vestidores. –o prefieres desnudarte aquí?- le susurro a su oído para que la chica saliera corriendo al vestidor que una vendedora le indicaba. Salome rio al ver aquella reacción.

Era dulce… se divertiría mucho con ella…

por **Ionemarië** Mar Jun 05, 2012 12:30 pm

Bien prisa te estaba dando, te quedaste callada, solo repetiste su nombre como ella te dijo y después te metiste dentro de aquel cuadrilátero para cambiarte de ropa, ponerte aquel....vestido que era un rosado pálido que tenía algunas decoraciones blancas, algo sencillo pero no se le quitaba lo elegante. Te gustaba, más que el color, la molestia que se estaba tomando la desconocida de tomarte en su cobijo, ese harapo que tenias cubriéndote el cuerpo en cierto modo podría ser que estuviera pasado de moda y seria la hora de cambiar un poco, cambiar de aires y de personas.

No estaba muerta-Zarmiär....-No estaba muerta-...Zarmiär...-Repites el nombre como si viniera a ti, pero viste que iba acompañada, un hombre, de la mano iban, iban de la mano, iban entrelazando sus dedos de las manos, el era rubio como ella, ella te había mirado triste, anhelosa de sentirse tuya nuevamente, pero te derrumbas en el taburete de madera que hay dentro del cuadrilátero y el tiempo pasa sin darte cuenta, la gente puede estar exasperándose, creías que ibas a estar de nuevo con Zarmiär, piensa bien antes de creer en un futuro, piensa que las personas cambian en lugar de seguir igual para siempre-El destino es para los prácticos, no para los soñadores...-Y hablas en un hilillo de voz, antes de llorar en silencio sobre el destino de nadie.

¿Cuándo fue? Ella te salvo de un momento duro, te encontrabas mal, tu madre en mal estado y en agonía temblaba de frio, algo no corriente en Egipto, solo que cuando ella te beso por primera vez, pensaste que sería la vuelta a la luz, que te había salvado de todo mal, pero lo que decía seria mentira, la parte que nunca sabrías de ella nunca lo diría, y en el juego en el que te metiera sin que tú te dieras cuenta, ella ganaría y tu perderías....

Debería ser la última vez que pienses en que ella va a ir en busca tuya para sacarte de la oscuridad- ¿Señorita?-Alguien preguntaba....ya por el vestido, pero... No estabas lista para ponértelo, el cuerpo estaba congelado por el frio de la desnudez de tu cuerpo-........-Callada esta ¿Por qué? Una sola palabra ya temes soltar, no conoces a nadie, no sabes cómo serán estas personas, por ejemplo, Salome se llamaba, piensa sacarte y ponerte ropa bonita. Abres la cortina que cubre el cuadrilátero y sonríes, con esfuerzo y aun con el recorrido sobre tus mejillas de las anteriores lagrimas que soltaste en silencio-...Me gustaría uno rojo...creo que me irá mucho mejor....que un rosa...-Tosiste un poco para hablar mejor-...No me gusta...-Lo tiraste al cielo y viste que cayó sobre la cabeza y el peinado dorado de Salome.

La verdad. No reíste, tan solo te metiste dentro del cuadrilátero del probador sin más.

por **Salomé Ameris** Vie Jun 29, 2012 6:54 am

Hubiera sido estúpido si se enojara por aquella actitud de la chica, apenas realizo una leve seña para que pudieran traer otra prenda para que se la probara, esta vez la pidió en un rojo, aquel color que significaba pasión, no le gustaba mucho los colores llamativos, pero a este le tenía cierto cariño por el puro hecho de tenerlo en su cuerpo. La joven empleada le mostro uno elegante, pero a la vez sencillo, Salome lo miro detenidamente, sería perfecto para ella, lo sujeto para luego ponerse de pie y salir hacia el vestidor en donde se encontraba la chica.

-Hola…- Saludo poniendo el vestido en una de las paredes mientras comenzaba a examinar el cuerpo de la chica con sus manos, paso de su cintura a su tronco. Alzo su rostro con uno de sus dedos-el rojo será un color perfecto para realzar esa belleza oculta- declaro con una sonrisa. Sujeto el vestido para luego después de haberla desnudado ponérselo en menos de dos segundos, sujeto aquel cabello desordenado que tenia y lo sujeto con un adorno para que callera a sus hombros.

Salome le miro por unos segundos, las mejillas de la chica comenzaban a verse como el color de su vestido, ella sonrió, aquella dulzura inexplicable… le daban ganas de jugar con aquel pequeño ratón escurridizo y tímido, se relamió los labios para luego sujetarle de la muñeca y llevarla a arrastra hasta un espejo y demostrarle su nueva yo. Aunque era increíble siempre un poco de arreglo y lujos cambiaban a la persona. La cambiaformas estaba a gusto con el resultado, era como el toque de color que ella misma necesitaba y que la joven podría ofrecerle.

Ya era un capricho, la deseaba como su asistente, tenía que ser su empleada, no importaba que no sirviera para nada, ella debía tenerla, escudriñar aquellos ojos, aquel cuerpo lleno de nostalgia y pesares. Ya que, solamente aquello trasmitía la dulce niña que en sus ojos andaba caminando con una vestido carmesí, tristeza, aquello estaba en ella como agua en una fuente y eso era lo que siempre había atraído a Salome, la noción de la nostalgia…

-Ahora… algunas otras cosas más que ellos luego lo mandaran a mi mansión luego- ordeno dejándola libre, si buscaba escapar seria aun más divertido. Aquel monito se estaba poniendo muy bonito, solamente debía adiestrarlo y ponerlo tan manso como ella quisiera.

Claro está solamente para ella esto era un juego…

por **Ionemarië** Miér Jul 04, 2012 5:07 am

-Ho-hola....¡¿Eh?!-Comenzaba a tocarte lentamente, de abajo a tu torso, la mirabas con las mejillas encendidas por el despiste de que te daba vergüenza aquellos roces y de que increíblemente parecía gustarte. Ahora te mirabas en un espejo, te acercaste para mirarte en el espejo y ver a una Ionemarië diferente. Estabas ahí, pero con otro parecido. Miraste a quien seria tu jefa ¿no? O esperaba que te diera trabajo.

Te miraste al espejo de nuevo y comenzaste a tocarte los senos, ajustándote el escote pues parecía que se te estuvieran a punto de salir, era ceñido, como todos los vestidos, miraste por donde viniste a ver si veías a Zarmiär entrar, pero no, parecía que no. Suspiraste esta vez mirándote en el espejo.

Miraste a Salome que parecía observarte detenidamente, te acercaste a ella- Gracias....creo que me iré, pero se lo pagare en cuanto...-comenzabas a echarte atrás, a mover tus pasos hacia atrás, alejándote de la presencia de aquella mujer con ropas de negro encaje y verde pálido. La mirabas a los ojos, sonriendo mientras te intentabas escapar que era aquello que querías hacer.

Quizás podrías pillar a Zarmiär, pero en cuanto paso, ni te diste cuenta de que una de las dependientas, había ido a cerrar la puerta con cerrojo. Tragaste saliva, te ponías nerviosa a cada segundo. Mirabas a los lados y te topaste con la pared a la que te detuviste en el momento en que no te atrevías a moverte más.

Tenías miedo al parecer o al menos temor de lo que pasaría a continuación. Tu cuerpo se puso inmediatamente en tensión. Tragaste saliva, encogiste las piernas una junto a la otra, mirando a las dependientas y a Salomé, que parecía obtener un regocijo por el temor que tenías en este instante.

Tu idea parecía haberse acabado, no se te ocurrían mas remedios para ir a verla, que cuando miraste a lo lejos, por la ventana del escaparate, ella parecía ser adulada por su acompañante. No tendrías esa oportunidad, miraste a Salome mientras te deslizabas hasta estar sentada en el suelo, con la mirada cabizbaja y pensando en gris y no en rojo.

Las ilusiones para los tontos son. No para Ionemarië.

por **Salomé Ameris** Dom Ago 12, 2012 11:53 am

Quería huir. ¿No sabia que aquello nunca funcionaba? Salome era una experta en encontrar personas, reunir información, prácticamente era una de las mejores espías y guerreros que la iglesia pudo haber tenido, una de las primeras cambiaformas que piso la iglesia y ser entrenada por los mejores inquisidores de todas las aéreas. Con una leve mirada le indico a la joven encargada que cerrara las puertas, no tenía que decir mucho, sonrió levemente mientras cruzaba sus manos por encima de su pecho. La joven parecía asustada.

¿Acaso era tan fea que le daba miedo? No lo creía, sus ojos azules le daban un toque tan exótico como cuando se trasformaba en aquellos grandes animales que muchas personas no habían visto en su vida. El terror en sus ojos hacían que salome se mostrara divertida. Era como un gran puma jugando con una pequeña liebre blanca que buscaba cualquier orificio para poder ocultarse, pero estaba en sus garras y no podría escapar, solamente tendría la oportunidad si aquel felino se aburría de él. En su rostro no había signo de aburrirse, al contrario gozaba las expresiones de la joven.

-Has estado pensando en otra cosa mientras estas aquí…- le dijo detrás de ella mientras se inclinaba para quedar a su altura. Pobre chica, estaba totalmente destrozada, en su rostro se podía ver el sufrimiento que en estos momentos estaba pasado. Alzo la mirada para encontrar a una mujer riendo al frente de un alto hombre parisino, ladeo su rostro entendiendo más o menos lo que pasaba.

¿Qué le gustaba de aquella chica? No lo sabía, pero luego de mucho tiempo deseo abrazar a alguien sin tener que pagar por aquello. Las cortesanas le iban bien, pero su calor nunca le había llenado aquel vacio que siempre había sufrido luego de su amada hermana. La rodeo con sus brazos atrayéndola hacia ella mientras escondía sutilmente su rostro en su cuello.- Has perdido a alguien a quien amabas, no puedes creer que ha podido seguir adelante sin ti…- le susurro dulcemente –pero… dime- susurro a su odio mientras alzaba su mirada para ver la pareja que comenzaba a moverse –No es el.. ¿Cierto?- su mirada era diferente, una mujer dejada por un hombre tenía otra reacción, pero una mujer dejada por otra mujer era totalmente diferente. Aguardo en ese lugar mientras dulcemente le abrazaba hasta que esta se sintiera mejor, pero no era mujer de muchos afectos, retrocedió rompiendo el abrazo para alejarse de ella con una leve sonrisa.

Se había levantado ahora estaba por arriba de ella –si deseas… puedo enseñarte algunas cosas… no dejen que te vean por debajo de los hombros- pronuncio aquellas palabras mientras con una mano la jalaba para tenerla parada mirándole a los ojos. –Hazte respetar Io… así serás mejor que ellos- sentencio con una sonrisa ladina, se le podía ver en sus la confianza que tenia… era simplemente especial tanto orgullo en una sola persona.

por **Ionemarië** Lun Sep 03, 2012 6:13 pm

Mil y un pensamientos se cruzaron en mi cabeza. Parecían felices, no te diste cuenta de un calor a tu alrededor, mas bien no supiste que hacer.

Ionemarie suspiro y se arrodillo a recoger una pulsera que había en el suelo. Se quedo un rato mirando al suelo. Miraba el suelo para después querer escapar de la realidad. Se levanto finalmente para después darse la vuelta sin mirar hacia la pareja feliz, se acerco a Salome a la que abrazo con fuerza, no dijo nada, no decía nada en especial que tenía ganas de desaparecer. Puso la pulsera en la muñeca de Salome-...Creo que es suya la pulsera...-no la miraba, estaba algo ausente, dolida y suspirando, su corazón en luto, pero no pudo aguantarlo más- ¡PUTA! ¡ZORRA!-Se separo de Salomé para tirarse sobre aquella joven que antes era su amada Zarmiär. Cuando acabo sobre ella, fue empujada contra un espejo por la mano ajena del hombre que protegió a Zarmiär, Ionemarie cayó en el suelo con lentitud, que pasó.

Cayó inconsciente sobre el suelo, para después ser reanimada por las caricias de Zarmiär lentamente, cuando intento reincorporarse, intento alcanzar los labios ajenos pero el hombre de nuevo ataco, cogió a Ionemarie entre maldiciones del pelo, la cogió para después tirarla contra el suelo de nuevo. El caos se había formado de repente, el hombre comenzó a azotar a Ionemarie en cuerpo, espalda y pierna que estaban siendo descubiertas a través de los destrozos del vestido nuevo que estrenaba ese día.

Primero intentaban sobrepasarse de ella ahora querían matarla. Zarmiär entre gritos paró de inmediato a su acompañante. Este paro y desenfundo la vara para mostrar un estoque de hoja corta-¡NO!-Zarmiär grito, empujo a su acompañante, creyendo que salvaría a la herida Ionemarie, pero su torpeza hizo que aquel estoque, por aquel empuje hizo que el estoque rozara la pierna de Ionemarie-IIAAAGG!!-Ionemarie grito al sentir rodar mas lagrimas por su cara, vio en un espejo un corte profundo en su pantorrilla-¡Señorita ameris!-Grito ayuda desde donde estaba, no podía moverse, sentía que el corazón se le iba a salir, temblaba, sentía su cuerpo temblar como si mil espadas se cruzaran y se metieran en su cuerpo haciéndola temblar.

Estaba claro que iba a morir. Por fin lo haría. Miro a Zarmiär con desprecio que esta lo miraba con tristeza. La maldijo en hebreo, en el idioma de los muertos, Zarmiär entonces bajo su mirada hacia el suelo. Era el fin de esa relación del desierto.

por **Salomé Ameris** Lun Oct 08, 2012 5:04 pm

El dulce abrazo de la joven, la dejo sin saber qué hacer. Por primera vez en su vida se había quedado sin palabras, no era buena dando consuelo (algo muy irónico porque su trabajo era una funeraria) pero ella no trataba con gente muy a menudo, prefería a los cadáveres que ella misma arreglaba, aquello no era normal en su vida, ser sociable y amable con otra persona no era lo suyo. Poco a poco todo pareció volver a la normalidad, miro su pulsera en el puesto correcto para luego escuchar una melodía para sus oídos, no era que le gustaran las riñas, pero aquellas eran muy interesantes y mucho más cuando eran dos mujeres, dos antiguas amantes encontrándose y descubriendo un trágico final.

¡qué divertida obra de teatro comenzaba a aparecer! Al frente de ella, era tan real, podría tocar a los actores si deseaba, pero si lo había interrumpía la obra de teatro que poco a poco comenzaba a ponerse interesante. Io salto sobre la mujer que parecia de su mismo tez, el hombre fue empujado cerca de Salome, prácticamente estaba a punto de caer encima de ella, pero esta dio un paso hacia la derecha haciendo que aquel hombre cayera de bruces hacia el suelo, una leve risa se asomo en la garganta de Salome, el hombre la miro de mal forma mientras ella simplemente se retiraba ladeando su rostro hacia otro lado. Luego todo fue lento, pudo ver cada movimiento del hombre acercándose a ellas y llevando a Io de un golpe hacia un espejo… dejo salir un audible gruñido sobrenatural al ver aquello. ¿!como se atrevía aquel homosexual a tratarla de esa manera!? Sentía como su ira recorría cada una de sus venas y mucho más cuando miro el cuerpo de la joven caer al piso como si de un vestido viejo se tratara

-Te metiste con la persona equivocada- dijo Salome para sujetar al hombre del hombre quien comenzaba a reclamarle a gritos a la Salome que no tenía nada que ver con eso -¡AH DESGRACIADO VETE A COMER MIERDA!- le exclamo Salome mostrándole una expresión con los dedos –dime… que te duele más…? Que tu pareja se haya encontrado con su antigua amante y que esta sea mujer… o que trate en estos momentos de consolarla?- dejo salir una risa amplia y estruendosa para ver luego como el hombre iba a separlas como fiera poseída por el mismísimo demonio.

¿Por qué salome no se movía viendo todo aquello como sucedía? ¡Simple! Era una hija de puta que le gustaba la función, pero luego de que escuchara los gritos de aquella joven desesperada reacciono como fiera atravesándose ante el hombre quien buscaba darle otra estocada a la chica, pero esta vez el brazo de salome fue el que recibió el ataque, ella sonrió ampliamente-Ya has defendido lo tuyo…- dijo de forma suave mientras aun sonreía –Ahora vete antes de que te corte la cabeza- le susurro mientras deformaba un poco su boca para que los grandes colmillos salieran de su boca, deformándola solo un poco para asustarlo, algo que sirvió, pronto vio como aquel hombre salía de la tienda arrastrando a aquella mujer extraña.

Las chicas de la tienda venían aterrorizadas la herida de la cambiante, ella les miro de reojo para centrarse completamente en la herida que tenia Io que era aun más complicada que la que ella tenía. La sujeto cargándola como si fuera una novia en luego de haberse casado-pongan todo a mi cuenta- dijo la cambiante para luego salir con ella en brazos hasta un carruaje negro impulsado por hermosos caballos que se utilizaban en las funerarias, negros, poderosos y muy intimidantes. El cochero abrió la puerta inclinándose levemente sin importarle lo que su ama traía entre sus manos y tampoco la sangre que goteaba de las heridas y mucho menos el hecho de que aun tenia aquel objeto extraño en su brazo.

La tiro suavemente en el asiento para ella quedarse en el otro, saco sin chillar el objeto que la había herido-¿Qué esperas? ¿La hora del té?- le pregunto malhumorada al conductor que comenzaba a poner el coche en marcha. Su mirada se centro en la chica que tenia aquel vestido hecho harapos…-a ver monito… déjame ver esa herida- dijo sujetando la parte lastimada acercándola a su rostro.

Olfateo un poco percibiendo el olor de la sangre que salía, podría desangrarse fácilmente. Una de sus manos traviesas comenzó a caminar hasta llegar al muslo completo, de ella acaricio las nalgas de la chica para luego rasgar un pedazo de su vestido-Que lindas nalgas tienes… están muy firmes- comento complacida mientras acercaba sus labios a la herida lamiéndola, quitando todo rastro de sangre y suciedad para dejarla prácticamente limpia. Su lengua había sentido la sangre que aquel objeto había abierto, era deliciosa aquella carne, Io tenia suerte que no fuera carnívora, luego sujeto el retazo que había sacado del vestido para ponérselo a la herida –listo! - dijo animada para dejarla libre de sus toqueteos -mi saliva ayudara a cicatrizar – se relamió n poco sus labios ya que tenía un poco de sangre por ellos. Noto a la joven curiosa por su herida, Salome miro indiferente el brazo extendiéndolo hacia ella para que lo examinara -Mira- le dijo sin mucho afán de que descubriera lo que iba a descubrir… que nada había por descubrir…

por Contenido patrocinado

Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]

Re: Te he salvado mono... ahora muevete sobre mis caderas [Privado]