En medio de un lago... he encontrado a Odette (Ludimila)

Aquella noche, Aurelia convenció a la joven Ludimila que acudiese a una gran obra, que además para más señas era de su patria, eso era un gran aliciente para la joven, quería saber si realmente la compañía provenía del Imperio Ruso o por lo contrario se trataba de una compañía autóctona que había decidido interpretar tan magnifica obra de arte.

Por desgracia aquella vez Aurelia no podía acompañarla, para el disgusto de la joven, así que se tuvo que conformar con Yves, el asistente fiel de Aurelia, un hombre rubio de mediana edad y gesto serio. Con este, Ludimila no podía comportarse tal y como era, ya que, siempre corregía sus gestos.

Ya cuando llegaron, había un palco reservados para los dos. Ludimila estaba realmente radiante, portando un vestido color turquesa, ajustado en la cintura y que dejaba al descubierto sus hombros. Sus hebras negras como el carbón esta vez las llevaba recogidas en un alto y gracioso moño. Además, había sido finamente maquillada, era algo que no llamaba la atención ni pecaba de escandaloso, por lo tanto, aquella noche, estaba perfecta.

La obra estaba apunto de comenzar, más a pesar de ello Ludimila no pudo evitar ponerse a observar desde esa privilegiada posición...¡¡cuanta gente!! Que colores, que vestidos...las damas, todas ellas eran tan distinguidas....Ludimila se sentía como un pez en el agua y a la vez no se lo podía creer....

-Señorita.. siéntese-Yves la hizo bajar de su nube, tocandole el hombro, la rusa suspiro molesta y miro de soslayo al hombre ¡como deseaba cambiarlo por su querida Aurelia! más no dijo nada al respecto y se acomodo en su asiento, no por ello sin abandonar su escrutamiento general.

El telón se alzo, y con ello el comienzo de la obra, la joven sonrió levemente emocionada al ver como el príncipe Sigfrido aparecía con gráciles movimientos, acompañado de su mejor amigo en un día de caza....

Pero algo hizo que la joven dejara de atender a la representación, se sentía observada pero..¿quién? Ni corta ni perezosa , Ludimila busco a aquel personaje, tal vez con la misma curiosidad con la que este la observaba ¡ya! Pudo dilucidar a un hombre joven, tal vez de su misma edad aunque portaba un aspecto bastante infantil que a los ojos de la rusa, se le hacia adorable.

-¿Ya es el intermedio?-se pregunto esta algo extrañada, se le había hecho todo tan ameno que no podía creer que ya estuvieran a mitad de la obra-iré a dar un paseo-dicho y hecho la joven se levanto, haciendo caso omiso a las palabras de Yves.

Quería ver a ese extraño joven, la curiosidad le mataba por dentro.después de haber intercambiado algunas palabras con personas que ni siquiera ella conocía -serian conocidos de Aurelia porque si no, no lo entendía- logro localizar al joven, este a la vez, pareció darse cuenta de su presencia y saludo de manera nerviosa. Ante este gesto la rusa solo pudo aguantarse la risa, ¿Por qué era tan tímido?

Uno , dos, tres, cuatro.....dio unos cuantos pasos hasta aproximarse al joven. Ludimila se sorprendió cuando este, se dio la vuelta y le saludo en un idioma que se le hacia incomprensible, más el muchacho reparo en ello y volvió a saludarla, esta vez en francés....

-Buenas noches caballero...-respondió esta en un francés casi perfecto. Ludimila había avanzado mucho en las clases de francés y ya podía defenderse ante los demás pero, siempre estaba ese acento característico de su país- ¿Me conoce de algo?-arqueo una ceja levemente, mientras acomodaba sus manos en la falda del largo vestido-Me he dado cuenta de que usted me observaba..oh..¿se encuentra bien?

P.d: aw!! me ha encantado! y Spencer es lindisimo!

Las mejillas del joven se enrojecieron pero ¿por qué? Aun así ese gesto era tan adorable que la muchacha no pudo evitar sonreír.

-¿ser como las demás?-repitió algo extrañada la rusa. No entendía a lo que se refería con eso. Tal vez a la hipocresía de la sociedad que ella misma habia experimentado. Pero ella no estaba acostumbrada a estos eventos sociales, ya que hace poco que estaba en ellos. Su costumbre era más vivir con las compañeras de profesión, mujeres de los lugares más variados, pero desde luego no eran damas de la alta sociedad.

Ludimila abrio los ojos como platos cuando el muchacho reacciono con un autoreflejo ¿acaso le habian pegado antes? Pobrecillo.

-¿aburrido?-la rusa se rio melodiosamente-¡que va! Yo lo encuentro muy gracioso y...extraño-confeso la joven esperando no ofenderle, aunque la verdad es que tenia la sensación que aquel joven ya le habían dicho de todo y por lo tanto, estaría acostumbrado.

Más todo lo demás careció de sentido cuando Ludimila escucho la palabra detective.La curiosidad comenzó a invadir a la joven rusa, su sonrisa se ensancho más, enseñando su dentadura blanca y brillante, casi por inercia le agarro del brazo.

-¿Detective?..oh, un placer Spencer, yo soy Ludimila Petrova-la joven siguió sonriendo, de manera un poco más moderada, simplemente le hacia ilusión que un detective e interesara su cultura-¿Y que quiere saber de mi amada patria?-La realidad era que los rusos tenían un carácter muy frió, pero Ludimila era la excepción, ella era amable y sonreía a las personas aun si conocerlas, simplemente era así de simpática-A cambio quiero que me hables de tu profesión por favor...¡oh! ¿quieres subir a mi palco?- Ludimila sin esperar una respuesta del joven, tiro de él para llevarlo a las escaleras, pero de repente se detuvo, ya que este le había preguntado porque ella no estaba actuando en escena.

Esta miro a Spencer, con una sonrisa algo melancólica.
-Para empezar...Odette siempre es rubia y yo soy morena-suspiro-y yo...yo no soy nadie, solo una joven principiante....- Cualquiera artista que se preciase nunca debía ser tan sincera, pero aquel chico le inspiraba una ternura y una inocencia tal que no era capaz de mentirle, la sinceridad le salia sola.