Lost paradise (Nueva York 2012, época actual) [Privado]

Venecia 2122...



Hace ya algún tiempo fueron encontrados vestigios de lo que parecia ser una extraña nave espacial en el fondo del mar, cientos de objetos antiguos pero medernos para aquellos años pasados se encontaban allí, pero hubo entre todos ellos un pequeño diario escrito por alguién que llevaba por nombre Montserrat fue encontrado, sorprendente era el hecho del estado de conservación pese al agua y al tiempo, encerrado y protegido en una caja de metal, guardando la más grandes de las historias para comprender la humanidad de estos tiempos.
Si bien era cierto hoy en día criaturas nocturnas y magicas convinadas con los mortales viviamos en santa paz ¿Pero que habría pasado antes para que hoy existiera tan gloriosa armonía?, aquel diario contenía la respuesta de toda esa historia, que solo fue descrita en los libros de historia como un pasaje de por menor importancia. Desde pequeño, donde hasta España habia llegado la noticia de aquel hallasgo me obsecione tanto, que me fije la meta de conseguir ser escritor y de esta manera de obtener en mis manos tan preciado documento y lo tuve hasta hace dos años, con gran empeño me puse a investigar, sabía que la autora de aquel escrito a un vivía en nuestros días, la dama era un vampiro ya antiguo, con mucho esfuerzo conseguí su paradero, estaba aquí en Venecia, con atrevimiento decidí enviarle una videollamada a su recidencia, devolviendomela a la noche siguiente, ella gustosa había aceptado mi propoción, -Las letras pueden despertar la imaginación y ellas mismas omiten cosas que en ese entonces pasó- le dije entusiamado en mi mensaje -Por favor permitame escucharle de viva voz lo que realmente ocurrió hace un siglo, cuando ninguno de nosotros había nacido-, creo que fue esa alegría con la que comencé y termine aquella llamada la que le convenció de asistir a una cita en un famoso café de Venecia...
Aquella noche llevaba el diario y mi computadora para tomar notas de lo que ella me contaría, esperé un rato, y ese rato se conviertió en una hora, esa hora en dos, hasta que finalmente ella apareció.
Bella, vestida con lo más clásico de la moda antigua que retornaba hoy en día, su estilo similar a los años 1980 y un aire de malicia y de justicia a la vez, fuerte y dominante, con paso firme se acercó a mi mesa -Buenas noches- le dije cordial en inglés antiguo, pues según tenía entendido ella era originaria de la antigua Inglaterra, con mi mano algo temblorosa le invité a tomar asiento, una vez frente de mí comence a explicar -Mi nombre es Archibaldo de la Cruz, vengo de la República Española, antes conocida como España- rei nervioso- Bueno para que le señalo esto si debe saberlo perfectamente ¿Verdad?, sí, usted ha visto a evolución del mundo, disculpeme soy un tonto- decía mientras le observaba, la chica era de extremada belleza, unos diesciocho o diescisiete años le calculaba, pero en un sus ojos de extraño color podía reflejarse toda una eterna existencia, una sabiduría tan grande para la edad que aparentaba.
-Pues verá- dije regresando de aquel pensamiento -Yo era un niño cuando encontraron la extraña nave en el fondo del mar y el diario que hoy tengo en mis manos- le ofrecí el diario dejandolo al frente suyo -Soy escritor, bueno al decir verdad esta historia me dió las alas para dedicarme a esta profesión y... también soy historiador, he leido el diario mil veces y creo que es digno que esta historia sea enseñada a las futuras generaciones de todas las razas, por que este es el verdadero pasado del que ahora se sostiene la armonía del presente- abrí el diario -Esto debe ser relatado, no como un simple esbocé del porque el monumento en el centro de la ciudad de York States, anteriorrmente Nueva York- abrí la computadora de mano, parecidos a los celulares de los tiempos pasados -¿Podrá contarme la historia de los Heroés de Libertad?, del grupo del que formo parte para la justicia y la paz de este planeta y la armonía de todas las razas que surgió con su ejemplo- me preparé a escribir -¿Recuerda que pasó en el mundo y en lo que se conoció como Nueva York hace ya tiempo en el año 2012?- la vampiresa suspiró profundamente, cerró sus ojos para abrirlos lentamente y entonces el relato parecia venir de sus propios labios...

Llequé al dormitorio en el que ese humano terriblemente espantado me había guiado, girando poco a poco la perilla de oro y con pasos firmes abrí la puerta que entre oscuridad y rechinidos anunció mi llegada, una cabeza de monstruo arrancada de un cuerpo con gotas de sangre saliendo aún, se las arroke como tarjeta de presentación -¿Es ridiculo escuchar a una voz en medio de la oscuridad?- dacía sin dar la cara y con la puerta entreabierta -¿Es de extrañesa que un ángel haya querido salvarte la vida?, creo que no, al contrario para mi es un milagro que la espada de procedencia malvada o divina haya aparecido en el momento justo en que tu cabeza pudiera haber sido arrancada así- reí elegantemente -Nadie vendrá a matarte, esa cabeaza es de el enemigo que habías conseguido hoy, no, nadie te matará claro al menos que yo sea el que decida quitarte la vida- abrí la puerta y con tono presuncioso continué hablando -Seguramente... se han de preguntar ¿Quién soy yo?, pues bien soy el ángel que ha decido salvar la vida de su amigo, el ángel de la muerte que habita en este estupido lugar en que me encerraron a la fuerza, la única condición que les puse a estos idiotas es que no coviviera con nadie más que con mi música y mi oscuridad- avancé amenazador, levantando la cabeza desmembrada -Tuvieron que aceptar de inmediato, no por nada me autonombro el ángel de la muerte, soy culpable de cientos de asesinatos comitidos el años 60, esos que creían ser satanicos, ya se imaginaran entonces que es lo que hago con mis victimas aún hoy en día- saque una pequeña navaja amenazando al brujo horrorizado -Rompiste las reglas de esta escuela y mantando a esa criatura...- arrastre la navaja hasta su cuello -Estas en problemas ¿sabes? y al venir aquí también has involucrado a cada compañero tuyo... dejaría yo que los asinaran con gusto pero... ¡Nadie puede quitarme el titulo de asesino, yo nada y nada más que yo debo ser quién traiga muerte, para eso vivo!- todos los que en el cuarto estaban intentaron atacarme y absolutamente a todos los amenacé con el puñal -¡No traten de arruinar mis buenas intenciones que dentro de todos ni son tan puras, solo quiero mi trono armado de huesos y coloreado por sangre, quiero de nuevo el titulo de muerte! y solo por eso los ayudaré pero después de que todo esto allá terminado cuidense las espaldas... ¡Entendido!- asintieron con la cabeza menos uno que entre gritos me confesó tener desconfianza de mis palabras -Todos son tan jovenes, pocos años de existencia, edades llenas de ignorancia, ustedes saben de las profesias para este año ¿o hasta eso ignoran?- negue con la cabeza -Mayas, egipcios, mazones, cristianos, civilizaciones y religiones hablan de un final terriblemente mortal, por desgracia no tiene nada que ver con lo divino, es la profesía para los vampiros que indiscutiblemente dañará al mundo entero, esta dice que de los seres sangrientos, saldrán monstruos más terribles que ellos y los liderará un critura poderosa y envenenada por el recor y la rabía, criatura sedienta de muerte y de sangre que arrancará vidas de crituras oscuras y simples mortales por conseguir trono y poder, pero... el bien se juntará con el mal, el bien aunque manchado de oscuridad esta se enfrentará con la criatura cuyo final incierto será, de la guerra que se inicia con rugido infernal una noche estrellada, misterio y final inesperado será su final...- suspiré -Es necesario que lo sepan para saber que se enfrentan a algo peor de lo que se imaginan, más terrible que yo, me temo que ustedes son parte de la profesía- empezaron hablar al unisono aunque palabras y pensamientos diferentes -¿Por que lo sé? desde hace trescientos años que existo y esto apenas esta iniciando, la prueba es que habrá más en la ciudad, en el mundo.. dentro de la escuela, tendremos que pensar para poder escapar, por que en cuanto llegué la policía las puertas celladas quedarán...-, volví a la oscuridad cuando se escucharon Helicopteros y las sirenas se escucharon a lo lejos.

En ese mismo momento pero en los cielos abordo del helicoptero...
-¡Vaya los dos ratones de laboratorio estan muertos!- dije mientras veía las imagenes que empezaban a captarse desde arriba -Quién haya sido no es más que un aguafiestas- mire las pantalla de la laptop y busque por todos lados un botón que dijera encendido o apagado -¡Estupida modernidad! ¡No saben que vampiros tan antiguos como yo necesitan letreritos para manejar estas cosas divinas!- era ironico que dijera que esos artefactos son infernales, por que entonces yo sería uno de esos inventos complicados, de tanto que que estuve investigando el modo de apargarla accidentalmente se me resvaló de las manos haciendo corto de inmediato -ammm creo que ya la apagué- me encogí en hombros y sonreí complacido.
Las voces de algunos elementos infiltrados en la famosa escuela empezaron a dar los primeros informes sobre el fallecimiento de las mascotas mutantes -¿Así que una espada?, ¿quién pudo haber tenido tanta fuerza y el valor para matar y enfrentar a semejantes bestias?- rei a carajadas, me reía de que las cosas no estuvieran saliendo como lo planeado, que quizás después de todo dominar al mundo y someter a los humanos no iba a ser facil como cortar margaritas en primavera, sería más bien como profanar un panal de cientos de abejas asesinas, tomando el radio les dije a los otros -Nuestra ama y señora estara molesta... no le gustará, no le gustará, no le gustará- decía mofandome de todos los cientificos que moririan, siendo presos de la furia de nuestra ama -Por mientras secuestren al director, matenlo o denselo como premio a los futuros ratones, veamos si también les gusta la carne seca y fría, yo mientras regresaré a Seattle e informaré al lider lo que ha ocurrido- tome una goma de mascar y mientras comenzaba a masticar como era la costumbre de la modernidad, di otras ordenes -Escuchen bien pedazos de carne con vida y sin cerebro, desde aquí en las alturas puedo ver las patrullas se acercan, cuando entre el inspector "Gaget" y su horrenda caravana, cerrarán las puertas impidiendo la salida, y asi además de todo si nuestro amado Robinson Crusoe esta allí dentro es probable que perezca con más de una bestía como la que mato hoy, y las bestías si que sabemos odiar y vengar... ayudarán a los cachorros y asesinaran a todo ser que venga de una estirpe diferente a la humana... vampiros, licantropos, cambiaformas y cualquier criatura terminada en "iros, opos y formas" debe de estar muerta antes del amanecer, los mortales nos reverenciaran o se incarán ante nuestro poder si cabeza, esten confiados el fiel servidor de nuestro lider esta con ustedes, el buscará, ganará confianza y finalmente traicionará a quién haya cometido tan monstruosa masacre con nuestros pobres y feroces bebés- vi hacia abajo y la policía junto con fuerzas armadas estaban alrededor de la escuela, el director abrió la puerta que jamás se volvería abrir -Cuando todo este debilitado, vendrá ella personalmente a verificar lo sucedido ¡Que esperan allí tienen la señal, el director abrió la puerta a trabajar... ¡Al ataque mis valientes!- vi ahacia el techo de la aeronave -Eso lo dijo Napoleón ... creo- puse la mano en la barbilla -¡Que la guerra comiencé, que la profesía se cumpla, razas mueran y!... lo demás lo inventaré después- el helicoptero se alejo rapidamente, -a partir de ahora el tiempo de la humanidad esta contado...

Que absurda era mi existencia, años librando un batalla personal en contra de los vampiros y ahora ellos regresaba a mi vida mientras mataban a todos los que habíamos aceptado vivir entre cuatro amplas paredes.
Mi compañero de cuarto, escucho ruidos en el pasillo y lo primero que vivimos al abrir la puerta eran dos ojos rojos y un par de garras que rasgaron nuestra ropa, en vano fueron ocupados todos nuestros talentos, estabos atrapados, la voz de un hombre ordeno a esa monstruosas bestía llevarnos al area de experimentación.
Y ahora ibamos en ese tortuoso camino, abajo entre los sotanos prohibidos de la escuela, la música fina de la tortura y el aroma a muerte proveniente de la superficie nos acompañaba y eso nos alteraba hasta el punto de idear un plan para escapar -Tengo un plan- dijo mi compañero serio dirigi mi mirada hacia el mientras nos llevaban como a dos ratas con rabía -Te suicidarás antes- dije con algo de sarcasmo, negó con la cabeza -No necesito huir para ayudar a mi amiga que debe estar en la superficie- me susurró al oido -Es una vampiresa y podrá terminar con esto seguramente- me contó -¡¿Entonces quién demonios eres tú?!- protesté con sigilo, el me contesto que solo era un pintor, encargado de los casi terminados murales del patio central.
Me susurró el plan donde todo consistía en matarlos con lo mucho o lo poco que tuvieramos como poderes en mi caso, como habilidades en el suyo, sí pues se hizo pasar por muerto y las criaturas empezaron a olfatear de inmediato el cuerpo de mi compañero, tomando la navaja que siempre escondía por debajo de la manga, le ataque y aquel joven rubio, de parentesco italiano comenzo hacer exactamente lo mismo -Es mi momento- escuche decir de la misma voz que ordeno nos llevaran a este lugar, al distraerme mi compañero grito del dolor y quedo tirado en el piso sin poder moverse, la otra bestía ataco por detrás pero alguién lo detuvo.

Era el amigo del director y el mismo me había llamado hace poco pues la dirección de la escuela le mantenía sumamente presionado, lo sé, suena extraño una amistad en la que tengan que ver un vampiro y un cazador pese a la promesa que hice el día en que mi familia murió a manos de un ser como él, sin embargo el me protegió de más de un enemigo y era tiempo de devolver el favor recibido durante tantos años.
Me encontraba abajo, en los sotanos pues algo estraño había visto recorrer los pasillo, era imposible que se tratará de un Lycan puesto que era más grande que ellos, lo seguí pues hasta el sitio más alejado donde llegó... entonces entre las sombras observe que no era uno, sino un completo y terrorifico par con rehenes en las manos, rehenes que fueron listos para poder enfrentarse a esas cosas venidas de los infiernos.
No era necesario hacercarme demasiado para saber que se trataba de un humano y un vampiro -No tenía conocimiento de humanos dentro de la institución- me dije a mi mismo mientras contemplaba la batalla, pensé que no sería necesario ayudar parecía estar todo bajo control, hasta que el rubio calló al piso, al parecer herido.
-Es mi turno- susurré y entonces armado con la espada ataqué sin piedad a uno de los gigantescos demonios, entre ambos vampiro y cazador derrotamos al enemigo, las dos criaturas calleron desangradas y apuñaladas
-Solomon Vasari- me presente al ver que el muchacho veía dudoso -¿Sucede algo hijo?- pregunte con extrañesa y preocupación, argumentaba haberme oido dar ordenes a las bestias que ahora estaban en el piso -¿Mandarles a un area de expirementación? ¡Jamás!, si hay un hombre que le da ordenes a estas .... cosas debemos hallarlo, arriba la fiesta no se oye divertida, yo tengo una familia en los cielos a quienes les debo lealtad y respeto- sacando del bolsillo un camafeo, le mostre a mi esposa y mi hijo recién nacido -Murieron a manos de vampiros, pero este no es momento para odiar sino para actuar en aparente armonía- entonces serio y distante, aún algo desconfiado se presento con el nombre de Gideon, las aclaraciones y presentaciones, el miedo y la impresión nos hizo olvidar por completo al joven humano, al levantarlo nos dimos cuenta de que estaba agonizante, herido de muerte por el estomago, entonces la puerta se abrió y un Lycan entro derepente.

Un extraño tipo había llegado al dormitorio por medio de los pasos del brujo miedoso, rugidos, muertes, sangre derramada, primera vida arrebatada a uno de los míos, todo sonaba tan extraño... demasiado extraño.
Dudaba ahora hasta de mi misma sombra que casualidad de que fuese a Bryan al que le pasará emejante relato, mucha coincidencia que se le hubieran olvidado los zapatos de gimnasia y que despues vieniera con el un suspuesto vampiro fantasma.
Gritaba e intentaba discutir con ese asesino más todo fue inutil -¿Entonces debemos creerles ambos y si en realidad fue algo planeado, si piensan matarnos a todos y no es esa bestía más que producto de brujerías?- me acerqué a Bryan y le vi las manos -¿No será acaso esta sangre la de mi hermano?- me refería al otro Lycan que había perecido -¿¡Que no puede caber en nadie un poco de lógica y sospecha!?-decia mientras veía como todos me miraban de forma extraña y sumamente furiosa -Escuchen yo vengo de Alemania y es bien sabido que los alemanes so...- escuchamos varios rugidos al interior de la escuela, pasos aun más gigantescos que los de los grandes mamiferos incluyendo los mutados. -Nina, Nina, Nina ¡Auxilio!- escuchamos al final del pasillo, los gritos se hicieron estridentes en especial los de esa tal Nina que se ahogaron a l instante en que escuchamos e crugir de los huesos humanos, entonces cientos de pasos apurados y llenos de pavor empezaron a desprenderse de cada puesta revolviendose chocandose entre sí y muchos pasos de gran tamaño provocaban un movimiento parecido a los de un temblor en tierra, entonces un rugido y una gara perforaron nuestra puerta y la hicieron trizas... todos no hicimos hacia atrás pegandonos a los muros, el brujo tenía razón era un bestia con sed de sangre y muerte, ojos rojos y enormes fauces de colmillos tan afilados y parecidos a los de un cocodrilo -Haganse a un lado- adevertí a los demás, mientras dejaba que la luz de la ventana dejará ver los rayos de la luna permitiendo que saliera mi fiera interna, después perdí el conocimiento y lo único que vi fue sangre, sintiendo mis instintos a flor de piel, me abalance sobre mi openente que huyendo o buscando alguna forma de matarme me guio hacia el patio donde todo era un completo caos, parecía un batallón destruido por la flota enemiga... muerte y solo muerte a manos de cientos de demonios como ese.
Por un momento mi enemigo se perdió de mi vista y llegué a encontrarlo mientras intentaa atacar a dos humanos y un vampiro que cada vez se hacía más al fondo de un muro oscuro y pequeño -Morirás- dacía ya en el aire clavandole las garras, cayo muerto y viendo hacia atrás ya no habia nadie, pero pude ver a dos arpias con rehenes en las... garras si se podían llamar así a los enormes cuchillos curvos que tenian en lo que fueran sus manos, por mi tamaño apenas alcance a entrar en los sotanos prohibidos más llegue demasiado tarde los demonios muertos y un moribundo, si algo me había ensayo esta ridicula academía es que a pesar de ser un lobo con instinto voraz una vez transformado podía tomar calma y estar un poco consciente a mi entorno, vi a esos dos hombres incados con el moribundo rubio entre los brazos que se quedaron inmoviles ante mi llegada y entonces fue cuando recordé ¿Que habrá sido de mis compañeros?.
Afortunadamente todos lograron encontrarme quedandose detrás de mi contemplando la tirste escena que envolvía a los que se encotraban casi con un difunto y mientras tanto en nuestra tropa faltaba la vampiresa ¿que habrá sido de ella?.

En el momento en que el detective Sherlock y Dr Reid se habían separado de mí y la bestía había sido alejada por mi alumno, detrás de el habian salido sus compañeros quienes inmediatamente habían quedado perplejos al ver la penosa y sangrienta situación en la que había quedado la escuela.
Con la sangre en los ropajes de uno de los más jovenes supe que él era quien habia matado al demonio en el gran salón, sin importar lo que Homes me dijo ese chico había roto las reglas de mi escuela y debía ser sancionado no inportaba el aloroto durante la batalla permanecría conmigo.
Decidido a poner fin y freno al culpable salí de extraño muro de oscuridad eterna de tamaño diminuto, me acerque hasta el joven quién de un respingo me respondío al sentir mi mano sobre su brazo -Esta en problemas sr. Wilde- anuncié en voz seria -Cuando todo esto halla terminado la visita que hará mi ofcina se prolongará horas- lo agarré con más fuerza -¡Usted ha hecho esto con mi escuela! observe bien...- lo tome de la barbilla obligandolo a ver al frente -Mato a una bestía como esa... ¡Y ahora cientos de ellas nos estan matando a nosotros!- grité jadeando de furia.
Una voz femenina interrumpio mi desesperado discurso cuando pronuncio mi nombre con sorpresa, esa voz le ordeno corriesen y nos dejarán a solas en medio del campo entre monstruos y muertos, desconcertados y mirandose unos a otros corrieron tras Lycan que los acompañaban.
-Querubín puedo explicarte.... sé que es por demás sorprendente que sea yo el director pero lo hice por cuidarte, temía que olvidarás todo cuanto te enseñe en Venecia y entonces cuando retorné al nuevo continente decidieron ponerme al frente de esta escuela, por ser uno de los vampiros más antiguos- me soltó una bofetada -Me lo merezcó- acepté su reacción -Me sentí tan... vacio cuando te fuiste, es decir al abandonarte en medio de tu aprendizaje que me di cuenta de mi error y cuando quisé recuperarte fue tarde- suspiré -Permanecí en el anonimato sin dar la cara para poder cuidarte, sin que me reprocharás como lo haces ahora- entonces la estreche fuerte y la escodí en ese escodite de donde habia salido minutos antes.

-Alessandro- exclamé sorprendida -marchense- les dije a mis compañeros, puesto que todos habíamos seguido como locos al descofiado de Alex sin que se percatará -¡Dije que se largen, marchense ya!- eleve el tono enfurecida, viendo a mi creador con despecho y rencor, entonces lo demás se alejaron tomando un rumbo diferente, mientras que yo me quedé con él frente a frente, cara a cara, escuchando cada palabra de disculpa que podía otorgarme, sintiendome entonces ofendida le propiné una bofetada, mientras mis ojos permanecian entre cerrados, sin embargo el actuo con naturalidad aceptando su error, tomando la mala decisión de estrecharme y llevarme a un escondite, de donde el mismo había salido -¡Que crees que haces!- grité separandome de el a empujones -Tu dichosa escuela se cae y te pones a disculparte como si en vez tempestad hubiera calma- cerré los ojos -Poco me interesa lo que hagas tu aquí y al frente, tu camino se separó del mío en el momento en que tu orgullo te cegó por completo- le dije mientras le señalaba -¡Confie en ti, te di todo lo que soy, te entregué el corazón en cada momento que estuve contigo sin que dieras cuenta de mi sentir y solo por que aquel se cruzo en el camino, decidiste separnos a la famila feliz que eramos por tu orgullo... por ese maldito ego tuyo!- respiraba agitada -¿Y sabes que?, si alguna vez este corazón latio por sentimentalismos estupidos y sin sentido ahora muertos regresan de la tumba con veneno y fuego adentro ardiendo de odio y recentimiento- entonces me tomó de la mano con fuerza.

La tomé con fuerza, pues cada palabra suya me hería como una espina de un rosal en donde posaba la ponzoña -¡Que querías que hiciera entonces Montserrat! ¡Quedarme allí sentado mientras veía como el otro mal agradecido se robaba lo que era mío! ¡Que iba hacer Montserrat, si el te ganaba a pulso, si sabía perfectamente que sentía lo mismo que yo por tí- respiré un momento para calmarme, vi al cielo y después contemplé el campus destrozado, aún continuaba la masacre entre bestias y criaturas nocturnas.
-Yo vine por ti querubín, nunca es tarde para reconocer un error- dije en voz tranquila -La prueba de ello es que te dejé en esta escuela sabiendo que el también esta aquí- la mire dierectamente a los ojos -Nos separamos entiendes, no servía de nada seguir juntos cuando el amor mutuo se rompio por completo, el vino a buscarte como yo, te encontré antes que él, entonces supé que si había vuelto por tí es solo porque estoy enamorado, enamorado de mi propia creación y es doloroso saber que ese corazón me odia, ¿porque hablo contigo ahora que todo esto se esta cayendo?, porque la unica vida que me importa es la tuya- el silencio se hizó entre ambos, la expresión de Montserrat cambio totalmente observandome con esa timidez que era única para mi, volví a estrecharla y no puso resistencia, por el contrario se aferró a mi como aquel día en que la transforme, con cuidado y afectuosamente tome con mis manos su barbilla y entonces dirigiendo su rostro al mío, el beso eterno, tierno y melancolico se dio entre los dos aún en medio del desastré, mientras eso ocurria puse un anillo en su mano y entonces desprevenidos un monstruo me tomo por la espalda y me arrebato de sus brazos, luche mas todo fue imposible, ahora esa bestía alzo el vuelo, las lágrimas salieron de mi rostro y mientras Montserrat en vano intento alcanzarnos en medio de desesperación y de gritos, solo pude susurrar -Te amaré sin importar lo que pase, ahora puedo morir tranquilo, sabiendo que tu podrás terminar con esto, llevando mi escencia en tus labios, llevando tu escencia en los míos...- al alcanzar la altura máxima solo vi nubes y estrellas, una ciudad en aparente calma, la escuela desapareció de mi vista junto con ella, a donde me llevaban era incierto, permanecería vivo o amanecería muerto ese ahora era mi pesar.

Así que el tercero en discordía también estaba allí, y los dos separados... ¿por mi causa?, no sabía que sentir, no sabía ni siquiera que decir permaneci callada, ya no valía la pena discutir, no tenia nada a que apelar, cerré los ojos y agache la cabeza, las palabras se habían ido con los muertos y se ahogaban con el nudo en la garganta que causaba las lagrimas.
Deje que me guiará como antes lo hacia, como el noche en que me transformo, me abrazo y yo me aferré por el miedo que tenía, por el dolor que me causaron sus palabras, su mano se deslizó sobre mi rostro, acariciandolo hasta llegar a la barbilla, entonces el beso, el rocé de sus labios con los míos se dio derrepente, mi corazón palpitaba mis manos le acariciaban la espalda,mientras descansaban sobre sus hombros, permaneciendo alrededor de su cuello, baje mi mano hasta la suya que tocaba mi cadera y sentí que puso en entre mis dedos una argolla, el tiempo se había ido, la muerte se había alejado breves instantes, regresando en el momento en que Alessandro fue arrebatado de mis brazos, una bestía lo llevaba entre sus garras, corri tras de ellos -¡Alessandro!, ¡Alessandro! ¡no se lo lleven, no me lo quiten no ahora!- gritaba con desesperación, corriendo intentando alcanzar su paso, encontre piedras, ladrillos todo lo arroje, más nada impidió que el animal se elevará a los cielos, caí al piso y entonces todo fue inutil... desapareciendo entre nubes y estrellas.
-Refuerzos- murmuré, me levante mientras me colocaba el anillo en mi dedo, ese anillo era su predilecto y me lo había otorgado, el porque no lo sabía y corrí hasta los sotanos donde sabía que estarían, los rastros de sangre que llevaba Bryan eran enconfundibles.
Pero... cuando llegué todo se hizo trizas, allí estaba mi amigo, mi pintor tendido en el piso, herido y agonizante, mientras mis compañeros y dos desconocidos estaban a su alrededor, derrumbandome a su lado, le tome de la mano tratando de parar la hemorragia con la otra, volteó con su sonrisa de siempre y me indicó me acercará a sus labios, me susurró unas palabras y cuando termino un suspiro se llevó su vida, las lágrimas recorrieron mi rostro y los demas se incaron mientras salía de sus labios -Padre nuestro que estas en los cielos...-



-Montserrat- me susurró -No olvido ese anochecer en que nos hicimos amigos cuando niños, era una hermosa noche como la de hoy, recuerdo la promesa que nos hicimos de volvernos a reir, del volvernos a ver por casualidad y ¿Que crees? esta es esa noche, desgraciadamente el tren en el que voy parte lentamente, mientras que allá a lo lejos veo a mi pequeña amiga decirme adios, cuidate te digo por última vez, voy a surcar otros cielos, a pintar otros amaneceres en el horizonte.... nunca olvides... sonreir-.... y el viento se llevo a mi unico amigo y la desgracia se llevo al único que alguna vez amé, dos vidas que se me escaparon de las manos sin poder detener el tiempo.

Seattle, Estados Unidos...

-La, la, la, la Yo era un alpino que venía de la guerra, vía y garrataflan que era el asesino de la guerra, el alpino se enamoró de la princesa, via garrataflan asesinó a la princesa- cantaba en voz alta y tarareaba mientras caminaba por los pasillos de la lujosa mansión donde residía, había aterrizado hace más de dos horas y media, mi jefa y señora esperaba buenas noticias después de que sus primeros bebes habían muerto en la primera fase del plan.
Llegué finalmente al pasillo de enormes puertas, donde se llevaba una junta con ella, abriendola de una patada grite fuertemente -¡Alabaos hermanos míos!- todos los alli presentes me miraron con recelo -¿que alguién no puede ser un loco feliz?- pero nadie dijo nada -Pedazos de alcornoques aguafiestas- entrecerre los ojos y me encobe un poco, caminando hacia mi reina -Escuchen todos, todos debemos guardar luto en nuestros corazones, bueno si es que tienen uno, esta noche los hijos de mis hijos han muerto... por honrar a su padre, ¡Yo que los cuide, yo que los crie, yo que los ví crecer dentro de un tubo de ensayo y los vi desarrollarse hasta llegar a ser las horribles criaturas de pelaje gris, dientes de cocodrilo y ojos rojos!... mis horripilantes hijos han pericido- gurade silencio y baje la mirada -Pero... no tengo porque preocuparme cuando cree mil docenas más- dije con una sonrisa en mi rostro -Deberían darme un Oscar por el dramatismo actuado de mi discurso-
Entonces ella me grito y tuve que continuar -De acuerdo, de acuerdo, si no les gusto mi actuación, solo necesitaban decirme que me callará- pero al ver la expresión en aquella mujer mejor hable -Las criaturas han atrapado al director mi señora, esta en sala aislada esperando su grata presencia- la seriedad salió a luz y me puse recto y firme como un general, pero esa postura no duro tres segundos y exploté a carcajadas -Ni yo me crei la seriedad ¿Ustedes si?- seguí riendome a carcajadas cuando de un golpe con la mano me tiro al piso, levantandose de su silla oredeno lo llevara con él, la pregunta era ¿Que tenía de especial ese vampiro que llamaba tanto su interés?.

La noche era joven aún y ya comenzaban los primeros tropiezos del plan, me habían sitado a una junta aquellos agentes corruptos y vendidos por interés y belleza en una noche de lujuría, era demasiado sencillo lo que tenía que pagar por sus fraudulentos servicios.
Todo informe se interrumpió una vez que entró aquel vampiro desquisiado, si lo estaba pero demasiado inteligente, un cientifico brillante que necesitaba para mis fines y no me desharía de el hasta que se me diera la gana dejarlo con vida.
Se acerco despacio y recargado en mi silla comenzo hablar, negaba con la cabeza a cada tonta palabra que decía, a cada "chiste" que hacia, tanta habladuría para llegar a lo que necesitaba saber.
Inclinandome hacía uno de los agentes murmure -Recuerdame ¿porque diablos contrate a este loco?- el me contesto que por el intelecto detrás de la locura, entonces le contesté -Procura que no se me olivde y lo maté antes de tiempo-, volví a poner atención hasta que llego a desesperarme -¡Escuchame bien Riddler, más vale que tengas algo que me interese o yo misma me encargare de cortarte la lengua o cortar tu...!- vi su cabello alborotado -¡cabeza de cabello alborotado de filo!- entonces continuo diciendo, sintiendose intimidado por mis miradas -Si no continuas Riddler... considerate degollado- le volví a amenazar, finalmente el acabo riendose a carcajadas.
Entrelacé mis manos poniendolas en la barbilla, ignorando lo que hacia ese desquisiado vampiro -Así que ya lo atraparon ¿ah? y esta aquí- entonces la sonrisa dibolica y malevola broto de mis labios -Perfecto-, levantandome inmediatamente de la silla empuje de un golpe al cientifico -Levantate bufón necesito verlo conduceme a el... ¡Te lo ordeno!-
Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a un oscuro cuarto, los guardias abrieron la puerta para mí, y el estaba atado en una silla -Riddler- cerré los ojos pidiendo paciencia -¿De casualidad tu no lo ataste ¡Con nudos de niño explorador!?- dirigi mi mirada hacia él -Después tendremos una entretenida y sadica platica de castigo, no pongas esa cara de angustía... ¡Te divertirás te lo aseguró!- seguí caminando y el solo observaba impresionado -Pero mientras tanto me divertiré contigo- me reverencié ante el vampiro caido y atado- Alessandro Aznavour, un placer conocerte en persona después de que solo te conocía en los relatos arturicos- me moje los labios con sensualidad -¿Que pasa? ¿Porque me miras así, acaso te recuerdo a alguién?- camine hacia una mesa con una buena botella de vino tinto -Me sorprende, que para haber sido un soldado no te hayas soltado de esos... letales nudos de niño explorador- me serví una copa -¿Gustas?, ah si se me olvidaba que tú no puedes tmar si estas atado- sonreí despiadadamente -Bueno quiero que sepas quién soy, pero jugaré un rato contigo, ¿Mi... rostro, mis labios, mis ojos te dicen algo?-

De la escuela a una extraña cede de experimentación había llegado, las bestias que volando me llevaron hasta allí ahora me soltaron dejandome a la merced de un desquisiado vampiro que al parecer había perdido por completo la razón, él e codujo hasta un pasillo oscuro y muy estrecho, parecía era una cede de alguien importante pues en cada puerta existente había dos otres guardías mutados como los que llevaba amenazantes a mís espaldas... en realidad no eran del todo imponentes, solo eran cuerpos desconocidos con capuchas oscuras que ensombrecían sus rostros, era como contemplar de nueva cuenta a los monjes que recidían en los monasterios en la época medieval, aquellos que en latín elevaban los cantos a los cielos.
Aquel vampiro estraño y alocado me encerro en un cuarto sin ventanas, solo había una silla en mal estado y cuerdas para sujetarme las manos y los pies, lo extraño es que era ignorante o su propia locura no le dejaba ver que en cualquier momento podía desatarme, pero... si lo hacía no sabría quién era la persona que estaba al frente de todo este cuartel, y muy probablemente detrás de las bestias que habían atacado y convertido mi escuela en nada más que cuerpos y ruinas. Espere atento, pues aquel lunatico prometio traer a alguien que quería conocerme, y quién más sería que el otro lunatico que lideraba todo esto, perdí noción del tiempo, no sabía cuanto tiempo más faltaría para el amanecer, vi a mi alrededor por largo tiempo hasta que cansado de contemplar unicamente el color plateado de los muros, decidí entonces mirar hacía la puerta que en ningún momento parecía abrirse hasta que...
En medio de las puertas apareció una figura bella y femenina -Montserrat- murmuré, pues me pareció seria su silueta, la luz me cego después de estar ujn largo rato ante la completa oscuridad, entonces los focos blanco se encedieron en la habitación y mis ojos se abrieron grandes y sorprendidos, era una mujer de cabellos oscuros como la noche, que lisos caian hasta sus hombros, tenía labios prominentes e iluminados del color de la grana, sus ojos eran de un intenso color azul y su cuerpo esteticamente perfecto estaba ataviado de un ceñido vestido largo de color rojo como el carmesí de la sangre.
Ella saco una copa y una botella de vino tinto, burlandose despiadadamente de mi estado, dijo conocerme y saber lo que fui en un pasado -¿Quién te ha contado todo eso, como sabes que fui un soldado, como demonios lo sabes?- le pregunte enfurecido, presumio la copa riendose de las ataduras -No te rías mujer, porque bien sabes que puedo desatarme y pelear, y si quiero puedo matarte, vengar la muerte de mis alumnos, vengar mi futuro el cual lo has ¡desecho!- me refería a mi querubín que solo las estrellas y porque no decirlo Dios sabían que había sido de ella, si aun vivía o habia muerto ya.
¿Jugar conmigo?, ella lo había declarado así, entonces solté una carcajada fuerte y sacastica -quién te haya contado sobre mí, debio de haberte advertido que jugar con ete viejo vampiro es jugar con fuego- le miraba de cierta manera impresionado, me resultaba dificil creer que tanta belleza podía ocultar detrás a alguién tan amargado y vengativo como lo era ella, aunque para ser sincero con Montserrat ya estaba acostumbrado, desvie la mirada en cuanto hizo la observación -Todo tu ser solo me recuerda a la sombra de alguien que cambio el curso de mi vida y que espero este en los infiernos- reaccione en ese instante en que las imagenes de esa mujer vinieron a mi mente y entonces musite de forma audible para ella -Morgana- dije su nombre y quede sin palabras, sin nada más que decir.

Este vampiro realmente me gustaba, con justa razón ahora entendía el porque de un pasado donde el amor lo hizo preso, cualquier dama en su tiempo lo habría amado por esa forma de ser, por esa furia desmedida con la cual defendía a su futuro y a una mujer que no conocía...
-Yo sé mucho sobre ti Alessandro Aznavour, quizás demasiado, más alla de lo que te puedas imaginar- tome un sorbo de la copa llena de vino y camine en dirección a la silla -Se que puedes desatarte y me tiene sin cuidado, matame o intenta hacerlo, porque para ello deberás enfrentarte con mis amadas creaciones y creeme que estas no son tan... amigables como las que desmoronaron a tu escuela- reí a carcajadas abiertas -No te tengo miedo, yo soy una de las pocas mujeres que en este miserable planeta no se deja intimidar por sexo opuesto, si destruí tu futuro solo es un pequeño adelanto de todo lo que pagarás- le di la espalda mientras acariciaba la copa por los bordes de oro -Ese futuro tenía un nombre y un sentimiento ¿No es así?, y ahora te preguntas si Montserrat seguirá con vida- chasque los dedos para que Riddler viniera hasta a mí -Averigua si este futuro sigue con vida, ¡Ahora!- di ordenes estrictas y se fue de inmediato -Porque si continua con vida tengo un trato que proponerle a nuestro soldado condenado- sonrei descaradamente acercandome a él, pues algo en mi le recordaba a una persona que cambio su vida a la muerte -Morgana... ¿en serio me parezco tanto a mi madre?- servi otro poco de alcohol a mi copa -Ella no deja de recordarte, cuando era una niña junto con mi hermano no hacia más que contarnos historias que hablaran del mayor solodado en quién Arturo confiaba ciegamanete y quién traiciono por una sola noche de lujuría desmedida que Morgana Le Fay le concedió- acaricie su balbilla -Querido, es mi madre quién me envía para cobrar ciertas cuentas pasadas, pues por tu culpa Morgana no consiguio que Camelot fuera el reinado del principe Modred, al final tambien la traicionaste, fuiste a contarle todo a Merlín, y ¡el destruyo la belleza de mi madre, djandole unicamente vida eterna!¡Con su infernal magía esa bendita tierra cayo para que nunca fuera gobernada!... pero yo te haré pagar hasta con tu ultimo aliento el suplicio al que enviaste a mi madre, al olvido y el destierro en que enviaste a mi hermano Modred, en ese mismo entierro donde nací- le señale con el dedo -Y una vez que vea caer a la ciudad de Nueva York en llamas con todos sus fenomenos paranormales muertos, luego de vea al mundo entero doblegarse ante mi poder, implorando por su vida... Camelot surgirá de las cenizas como el ave Fenix, sus vigilantes y soldados serán las criaturas que ahora destruyen la escuela y que más tarde se replegaran por la Tierra, y sus unicos gobernantes seran Morgana y Modred, junto con la princesa Devora Le Fay- termine diciendole con furía desmedida, retandole con la mirada, recordandole mi promesa a cada parpadeo que de mis ojos se desprendía.

Estaba tan adentrado en su narración que había dejado que el café quedará frio, la voz de aquella vampiresa era todo lo que había oido, esa era la musica que amenizaba mi cena, si es que así podía llamarse...
-Entonces usted había perdido a dos seres queridos en menos de una hora, debio de haber tenido un enorme valor para asimilar tan pronto una perdida-afirme mientras escribía en la computadora -Pero a todo esto... ¿como sabe usted lo que aconteció durante el secuestro de Alessandro?- tome el sorbo de cafe frio haciendo caras y gestos detestaba los liquidos faltos de calor -Es decir estaba en la escuela alejada de la vieja Seattle y tenía el cuerpo de su amigo frente usted- mi expresión denotaba horror o quizá era miedo, pues mientras ella me contaba de a poco lo que ocurría, en mi mente no veía mas que un torrente de imagenes creadas por mi cerebro induciendome un terror intenso por todo el cuerpo -sin olvidar esas cosas venidas se los infiernos, ¿se decidieron por algo, usted tomo alguna inciativa?- volvi a tomar la computadora posesionando mis dedos para seguir escribiendo en el teclado gastado, esperando que despertará de su trance, que sus ojos extraños e hipnotizantes volvieran a verme para que siguiera adelante con la historia.

Estaba en trance o quizás no se llame así el estado en el que me encontraba, eran recuerdos que había decidido olvidar o enterrar, sobre todo cuando yo misma había llevado a mi hermano, a mi amigo ante la mirada de la muerte -¿como lo sé?- mi voz era un susurro -Alguién me lo conto cuando todo ternino- seguía viendo sin lugar fijo, simplemente recordando, veía de nuevo la mirada de Johnny, el pintor, su mirada fija en los cielos, inanimada y sin vida, su alma se había ido y aún a veces al verme al espejo me pregunto ¿quien soy? y el reflejo me contesta que yo era la culpable de su temprana muerte, observo mis ojos y entonces recuerdo las ultimas palabras, imaginando... el tren que partía lentamente y que aun despues de años seguramente continuaba en marcha sin encontrar reposo o descanso.
-No es que no tuviese fuerza de voluntad para superar, es que no tenía el corazón para olvidar, sentir o perdonar- el café estaba más lleno que cuando yo llegue ¿como no pude percatarme?, para ser sincera ni el escritor se había percatado hasta guardé silencio, el café se había enfriado, el humo estaba disperso, mi acompañante bebió provocandome una sonrisa debido a sus gestos.
-¿Que desición tomamos?, yo la única idea que tenía era la venganza, la ira, la muerte del responsable, sin embargo recuerdo... observe mi entorno estabamos en medio de cajas y polvo, entre luz calida y blanquesina, con un requiém de las almas que se perdían arriba en el patio de la escuela, Johnny mi único amigo estaba en medio de nosotros con las pupilas fijas, con los parpados abiertos, salpicado de sangre y sin vida- vi hacia la enorme ventana del café que gustosa mostraba los primeros copos de nieve tipicos del mes de diciembre -¿Sabe Archibaldo?, el adoraba la nieve me invitaba algunas noches a jugar con bolas blancas y muñecos mal hechos, sin olvidar los famosos angeles que solía hacer en el suelo- sonreí al recordar -Nunca volvió a ver otro invierno- vi a mi acompañante -Recuerdo que ordene con rabía contenida que todos salieran de allí, que aquellos dos extraños hombres dejarán de rezar- recorde el rosario que llevaban en las manos y empece a ordenar que se salieran de allí -¡Dios sabe que ha muerto ya se lo llevo!,- tome un encendedor de mi bolsillo y prendi las telas de su ropaje -Se lo ha llevado para ponerlo lejos de los infiernos- mire el cuerpo con expresión fría -Adiós mi buen amigo- cerrando los ojos me aleje del lugar hacia el pasillo central, había despedido a aquel ser que alguna vez fue como el hermao que nunca tuve, ese chico de alma creativa que me salvo la vida pniendome en el camino de mis dos creadores, los demas estaba tras de mi y me seguía en silencio a la salida, deteniendo mis pasos sorpresivamente me gire hacia ellos y caminé hacía las dos nuevas victimas -¿quienes son ustedes y que hacían aquí? ¿como se toparon en el camino de Johnny? ¡Acaso ustedes fueron los que planearon asesinarlo y luego cual dos asesinos recién nacidos sintieron arrepentimiento, rezando delante su su cuerpo!, ¡Quiero respuestas y las quiero ahora antes de que acabe con ustedes!- decía agitada y con ojo fatal.