AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
[HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
Página 1 de 1.
[HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
La llegada de Patrick en tierras parisinas solo ocultaba un interés estricto, asesinar a Black Jack, los tantos años que ha seguido sus pasos le enseñaron que nunca, si quiera una pista de este ser, por mas pequeña que fuera sería fácil de encontrar, por ende solo jamás obtendría lo que busca, necesitaba informantes, información o quizá un medio en donde la información llegue libre, ya antes había formado parte de la policía en Inglaterra, solamente porque estos llevaban el caso Black Jack, en París no había asunto concreto al parecer, y seguro que en este país nadie lo conocía, oportunidades con ellos pocas tendría, expandir horizontes hacia otras fuentes era lo más acertado para esta situación. Salto a relucir la explosión social que el país tenía en frente, la palabra libertad ondeaba las calles y callejones parisinos, gritaban en silencio el nombre de quienes representarían esta ansiada libertad, grupo revolucionario, voz popular, páginas llenas en periódicos hablando de ellos, improvisados no eran, pocos menos, y hábiles seguro que sí, un pedazo de su piedra filosofal encontrado, cual Alquimista entonces puso marcha a recolectar este importante ingrediente, marcha que resulto bastante exitosa, el primer contacto se hizo con un hombre adulto, su voz era pausada y tranquila, bastante adecuada para ser quien captaba nuevos integrantes, bastante bien adiestrado en su arte, la capacidad para exponer sus puntos y los ideales junto con las razones de la hermandad resultaban muy convincentes ante sus propios ojos, tanto que si no fuera por su objetivo tan marcado, podría estar creyendo que en definitiva sería parte de ellos por la libertad de la gente francesa.
Para entonces el pacto tácito se firmo, aquel hombre de voz tranquila capto y reconoció las habilidades de Patrick, que claro para el hombre era Blake, su identidad no tendría porque revelarla sin algún motivo en especial importante. Pocos días pasaron para que Patrick entre en actividad, un mensaje en carta le llego a la recepción del hotel donde se hospedaba. Una misión, un gesto aparente de sonrisa nació en él, en su vida odiaba estar sin hacer algo, e ir tras la pista de alguien o algunos era de lo más interesante y divertido, ocupar o matar el tiempo, un pequeño apartado de información también dentro de la carta, lo leyó sin mas, se trataba del caso que había estado observando en los periódicos días atrás, para nada se parecía a Black Jack, sin embargo era un caso típico de diversión en serie, de esa forma estilaba llamar este tipo de casos, un asesino serial, aparentemente bastante sanguinario y con el único patrón en común; los cadáveres siempre dejaban fortuna, poder o tierras a los suyos. Mientras recorría las escaleras de bajada en su mente ya teorías se maquinaban, quizá un personaje que experimento la pobreza antes o que aún la siente, o por el contrario un personaje de dinero que le guarda bastante rencor al resto de ellos, no se animaba aún a mencionar que estos actos se perpetraban por y con placer, no tenía mucha certeza de ello, pero era una gran posibilidad. La mayoría de veces estuvo acostumbrado a actuar en dúo o conjunto, ir solo a buscar un asesino no era algo que de primera le sentará muy sereno o amable, en realidad al único que enfrentaría sin miedo, duda o temor alguno sería Black Jack, pero no había motivo para arriesgar la vida por otros u otro, por lo que se mostraría en cautela total, simplemente no podía morir sin antes asesinar a Black Jack, esto era un martilleo constante en su cabeza, una de las razones por las cuales muy poco dormía.
Ahora tocaba el trabajo de campo, dedico toda la mañana y tarde a recorrer la ciudad, reconstruir cada pisada, cada lecho, cada persona, a su fiel estilo irreverente y falto de tacto en sus preguntas, eso jamás cambiaría, y realmente no estaba dando mucha pista pero, no se detendría , ya con la oscuridad por encima de él y la luna a medias se aventuro dentro del bosque, un lugar que supuestamente le haría sentir como en casa, lo que obtenía en cantidad era ruido, insectos, reptiles y aves, fáciles de captar, pero no eran lo que él buscaba y claro que la frase de; no todos los días uno busca a un asesino serial, no iba para nada bien con Patrick.
Para entonces el pacto tácito se firmo, aquel hombre de voz tranquila capto y reconoció las habilidades de Patrick, que claro para el hombre era Blake, su identidad no tendría porque revelarla sin algún motivo en especial importante. Pocos días pasaron para que Patrick entre en actividad, un mensaje en carta le llego a la recepción del hotel donde se hospedaba. Una misión, un gesto aparente de sonrisa nació en él, en su vida odiaba estar sin hacer algo, e ir tras la pista de alguien o algunos era de lo más interesante y divertido, ocupar o matar el tiempo, un pequeño apartado de información también dentro de la carta, lo leyó sin mas, se trataba del caso que había estado observando en los periódicos días atrás, para nada se parecía a Black Jack, sin embargo era un caso típico de diversión en serie, de esa forma estilaba llamar este tipo de casos, un asesino serial, aparentemente bastante sanguinario y con el único patrón en común; los cadáveres siempre dejaban fortuna, poder o tierras a los suyos. Mientras recorría las escaleras de bajada en su mente ya teorías se maquinaban, quizá un personaje que experimento la pobreza antes o que aún la siente, o por el contrario un personaje de dinero que le guarda bastante rencor al resto de ellos, no se animaba aún a mencionar que estos actos se perpetraban por y con placer, no tenía mucha certeza de ello, pero era una gran posibilidad. La mayoría de veces estuvo acostumbrado a actuar en dúo o conjunto, ir solo a buscar un asesino no era algo que de primera le sentará muy sereno o amable, en realidad al único que enfrentaría sin miedo, duda o temor alguno sería Black Jack, pero no había motivo para arriesgar la vida por otros u otro, por lo que se mostraría en cautela total, simplemente no podía morir sin antes asesinar a Black Jack, esto era un martilleo constante en su cabeza, una de las razones por las cuales muy poco dormía.
Ahora tocaba el trabajo de campo, dedico toda la mañana y tarde a recorrer la ciudad, reconstruir cada pisada, cada lecho, cada persona, a su fiel estilo irreverente y falto de tacto en sus preguntas, eso jamás cambiaría, y realmente no estaba dando mucha pista pero, no se detendría , ya con la oscuridad por encima de él y la luna a medias se aventuro dentro del bosque, un lugar que supuestamente le haría sentir como en casa, lo que obtenía en cantidad era ruido, insectos, reptiles y aves, fáciles de captar, pero no eran lo que él buscaba y claro que la frase de; no todos los días uno busca a un asesino serial, no iba para nada bien con Patrick.
Invitado- Invitado
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
Muchos creerían que mientras aquellos que por su condición no pueden darse el gusto de vivir entre las masas mientras la presencia del astro Rey yace en los cielos, tienden a perder noción completa de lo que sucede mientras ellos descansan obligatoriamente. Y en muchos casos dicha deducción podría ser cierta, pero también lo era que Dauphine no podía darse esa clase de gustos.
Ingeniosamente la inmortal se había hecho con un grupo selecto de personas que por unos cuantos francos al mes le mantenían al tanto de todo suceso peculiar que se generase en sus forzosas ausencias matinales. La condenada contaba así con mas de un par de ojos dispersos en las calles parisinas que registraban cualquier movimiento fuera de lo común o que involucrase algún asunto vinculado a sus ya famosos accionares, presentes en todos y cada uno de los periódicos locales, encargados tanto de advertir a la sociedad de los reiterados asesinatos descubiertos en la ciudad, así como de someter a la misma a un estado de pánico general. Sensacionalismos que los periodistas no podían evitarse, sobre todo cuando quienes estaban pereciendo eran aquellas ostentosas personas que subvencionaban sus generosos salarios.
El cielo se torno oscuro y con la llegada de las estrellas la presencia de Dauphine no tardó en hacerse con los adoquines de las calles parisinas. Los susurros llegaron a sus oídos tan grácilmente como la brisa nocturna que jugueteaba con aquella cabellera dorada que ocultaba la palidez propia de la refinada damisela.
Tras una serie de comentarios, y descripciones variadas la inmortal no tardó en confeccionar en su mente lo que seguramente se acercaría al retrato vivo de aquel desconocido individuo que se había tomado las ingenuas molestias de recaudar toda pista posible para dar con lo que nadie hasta el momento; ella.
Le sonrió al aire, pues la estupidez humana jamás terminaba por aburrirle. Era consciente de que no se había dado el gusto de saltear siquiera el más mínimo detalle de su obra sanadora como para que un hombre cualquiera se hiciera con su persona. Pero lo cierto también era que no faltaría sobrenatural que quisiese entrometerse más de lo debido en algo que solo debía ser impartido por ella. Y si, la rubia creía que solo alguien de su especie podría ser capaz de encontrar algún vestigio de sus accionares, algún rastro invisible al simple ojo humano.
Dauphine odiaba tratar con seres de su misma raza, lo detestaba seriamente. Y poco a poco su mente se veía obligada a asumir que en una nueva oportunidad, tendría que verse con la necesidad de sacar piedras entrometidas de su camino, aunque estos fuesen sus propios “hermanos” de sangre.
Partió del centro de la ciudad, dejando muy atrás el bullicio y los avisos de que aquel que la buscaba se había internado en los bosques franceses, otro indicio más que le advertía a la inmortal de que su investigador no era una persona cualquiera ¿Pues quién sino aquel que tuviese una seguridad superior al resto se atrevería a sumergirse en misteriosos y arbolados confines, sobre todo cuando las prevenciones imponían todo lo contrario?
Su presencia se perdió en la oscuridad del bosque, adornado por el susurro de los grillos y el soplar del viento entre las ramas de los altos y frondosos arboles que aumentaban la sensación sombría, propia de aquel espacio natural a tales horas.
Sus labios fueron relamidos al momento de sentir la calidez emanada de los cuerpos ajenos, de los silvestres animales que comúnmente residían en el monte, sin embargo, los sentidos de la rubia se dejaron guiar por aquel templado palpitar, por la fuerte y llamativa esencia que aquel ser en movimiento despojaba involuntariamente de su ser por el mero hecho de vivir.
Tenía que ser él. Quien le asechaba, quien le buscaba, quien quería hacerse con ella. Tenía que ser él.
Fundiéndose en el oscuro silencio, haciéndose una con la noche que recaía en el solitario lugar, dio visto bueno al espectáculo que se encargaría de darle la bienvenida al misterioso indagador.
Mientras sus pasos se hacían cada vez más imperceptibles, como su anatomía, la de un grupo de peculiares damas se hacia mas notoria, palpable y real.
Desplegadas desde la misma Dauphine, éstas ahora avanzaban con velocidad, correteando entre los arboles, escalando de forma acechante el tronco de los mismos como criaturas conocedoras de ese tipo de acciones.
Arropadas en desgarrados vestidos blancos, tan pálidos como sus desgraciados rostros aquellas musas del Infierno lentamente comenzaban a rodear desde diferentes ángulos y distancias a la presencia buscada. Le observaban, inquietas, algunas con mucho interés, otras con repudio desmesurado, pero sin duda alguna todos los ojos de aquellas damas estaban posados en su objetivo.
- ¿Qué es lo que buscas? - preguntó una de ellas de forma exagerada, revelando una voz chillona, molesta, decorada por el murmuro de todas aquellas otras que esperaban una respuesta, que comentaban las posibilidades que cruzaban sus alarmadas mentes.
Una escena presentada de forma abrupta pero que sin dudas le quitaría el aliento a más de una persona.
El juego había comenzado y el momento de aclarar incertidumbres también. Y Dauphine disfrutaba de todo aquello como una silente espectadora de la cual nada se percibía, ni siquiera su enigmática presencia.
Dauphine Terrié- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 23/04/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
El camino se volvía arriesgado cada minuto que avanzaba en el reloj, el ser perseguido era astuto, incluso mucho más hábil que otros que ya había perseguido, sin duda nunca encontraría a alguien más astuto que Black Jack para esconder su rastro en todo sentido, la gente adoctrinada por él, capaz de cometer el suicidio con tal de que la identidad y seguridad de este ser permanezca siempre intachable, tan efectivos en conjunto que un bien enterado llegaría a empezar que Black Jack no existe y es tan solo un espectro auto creado, incapaz de no hacer comparación es siempre que estaba tras la pista de un personaje buscado por asesinatos en serie, por obvios motivos personales Patrick siempre mantendría como máximo tope a este sujeto. Los motivos personales siempre eran más fuertes, pero por el momento a quien tenía ahora presente también era bastante audaz, un gran sentido y capacidad de esconder sus huellas físicas, por suerte la información que había recaudado con los días y la primera que se le ofreció desde la hermandad ya le había dado lo suficiente para terminar el rompecabezas deseado. En primera instancia estaba claro que tan solo era nocturno, lo que daba una fuerte conclusión, nuestro asesino era un vampiro que disfrutaba sus noches de una manera bastante especial y meticulosa. Las ultimas pisadas disponibles estaban remarcadas, quizá por el inocente agresivo de este ser, tal vez rabia, por unos segundos llegaba a pensar que esta presencia ya estaba al tanto de él, la búsqueda desde ahora se pondría más cauta y lenta.
Cualquier ataque común en un vampiro era el físico, el más utilizado, en dirección al cuello con los colmillos o intentar perforar el corazón con un movimiento rápido del brazo, ahora también estaban los más elaborados, los más ancestrales, estos utilizaban la mente, a Patrick le daba mucha curiosidad, ya que esa misma era su materia, la mente, por lo cual había desarrollado esta mucho más allá de la que un humano común, unos cuantos enfrentamientos con vampiros ya le habían enseñado todos los trucos de estos, ilusionistas, impulsores del dolor cerebral , e incluso controladores de la mente, muy eficaces, este tan solo podía sugestionar la mente, los vampiros manejarla, ¿pero qué también? Él en su único enfrentamiento con uno, pudo manejarse muy bien, por ahí leyó que en los licántropos es mucho más difícil que la mente se le ceda a un vampiro y si lo hiciera tomaría mucho control y concentración, para suerte tenía un plus entra, su propia entrenada mente.
Un aroma, aroma a muerte, solo confirma una cosa, a quien se persigue es un vampiro, las fosas nasales propias captaban ese aroma inconfundible, el agudo olfato le guía hasta un punto muerto, lleno de árboles, entonces lo ve, pequeña sorpresa sostiene en el rostro, un cuerpo femenino que simplemente desaparece, después parece expulsa energías de si, a pesar de no poder verse, más figuras femeninas que su vista captaba, pero no olía, aquella voz le hace razonar, clásico, piensa antes de cerrar los ojos, y evitar los estímulos exteriores, de su perfecta memoria extrae la imagen con las sensaciones de este momento, cegado avanza hasta el último árbol en donde capto la primera figura femenina, el olfato la captaba ahora, era más fuerte el olor, la ilusión no funcionaba del todo bien, dándose gracias a sí mismo por soportar con las habilidades extra y su naturaleza.
Se sacude con fuerza la cabeza, eleva la vista hasta donde recordaba la figura se encontraba posada, sonríe de forma amigable, mas luego cambia su gesto a uno serio, casi frio – Salga de mi mente vampiresa, un muy buen truco ayudado por la atmosfera, pero no lo suficientemente bueno para lograr confundir mis sentidos, ni mi mente en su totalidad, vengo a hablar con usted, sobre sus actividades nocturnas, pero no se preocupe, no soy un justiciero, ningún oficial de la ley o cazador como verá, y sentirá el olor de mi naturaleza, he venido para ofrecerle algo que estoy seguro le resultará interesante, y parte de esto que le ofrezco sin lugar a dudas esta esto que hace por lo cual se esconde con tanto esmero, ahora por favor, claro, me gusta charlar con todos mis sentidos bien puestos, ¿le importaría? – coloca la espalda contra el tronco, lo siente, en definitiva no había fallado su percepción. Ahora se encontraba en grave peligro, cubre su corazón al juntar los brazos frente al pecho y agacha la cabeza hacia el pecho también, tratando de si fuera el caso, minimizar cualquier especie de golpe o daño que recibiera a oscuras de la vampiresa, si es que esta lo hacía, claro estaba.
Cualquier ataque común en un vampiro era el físico, el más utilizado, en dirección al cuello con los colmillos o intentar perforar el corazón con un movimiento rápido del brazo, ahora también estaban los más elaborados, los más ancestrales, estos utilizaban la mente, a Patrick le daba mucha curiosidad, ya que esa misma era su materia, la mente, por lo cual había desarrollado esta mucho más allá de la que un humano común, unos cuantos enfrentamientos con vampiros ya le habían enseñado todos los trucos de estos, ilusionistas, impulsores del dolor cerebral , e incluso controladores de la mente, muy eficaces, este tan solo podía sugestionar la mente, los vampiros manejarla, ¿pero qué también? Él en su único enfrentamiento con uno, pudo manejarse muy bien, por ahí leyó que en los licántropos es mucho más difícil que la mente se le ceda a un vampiro y si lo hiciera tomaría mucho control y concentración, para suerte tenía un plus entra, su propia entrenada mente.
Un aroma, aroma a muerte, solo confirma una cosa, a quien se persigue es un vampiro, las fosas nasales propias captaban ese aroma inconfundible, el agudo olfato le guía hasta un punto muerto, lleno de árboles, entonces lo ve, pequeña sorpresa sostiene en el rostro, un cuerpo femenino que simplemente desaparece, después parece expulsa energías de si, a pesar de no poder verse, más figuras femeninas que su vista captaba, pero no olía, aquella voz le hace razonar, clásico, piensa antes de cerrar los ojos, y evitar los estímulos exteriores, de su perfecta memoria extrae la imagen con las sensaciones de este momento, cegado avanza hasta el último árbol en donde capto la primera figura femenina, el olfato la captaba ahora, era más fuerte el olor, la ilusión no funcionaba del todo bien, dándose gracias a sí mismo por soportar con las habilidades extra y su naturaleza.
Se sacude con fuerza la cabeza, eleva la vista hasta donde recordaba la figura se encontraba posada, sonríe de forma amigable, mas luego cambia su gesto a uno serio, casi frio – Salga de mi mente vampiresa, un muy buen truco ayudado por la atmosfera, pero no lo suficientemente bueno para lograr confundir mis sentidos, ni mi mente en su totalidad, vengo a hablar con usted, sobre sus actividades nocturnas, pero no se preocupe, no soy un justiciero, ningún oficial de la ley o cazador como verá, y sentirá el olor de mi naturaleza, he venido para ofrecerle algo que estoy seguro le resultará interesante, y parte de esto que le ofrezco sin lugar a dudas esta esto que hace por lo cual se esconde con tanto esmero, ahora por favor, claro, me gusta charlar con todos mis sentidos bien puestos, ¿le importaría? – coloca la espalda contra el tronco, lo siente, en definitiva no había fallado su percepción. Ahora se encontraba en grave peligro, cubre su corazón al juntar los brazos frente al pecho y agacha la cabeza hacia el pecho también, tratando de si fuera el caso, minimizar cualquier especie de golpe o daño que recibiera a oscuras de la vampiresa, si es que esta lo hacía, claro estaba.
Invitado- Invitado
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
Aquellas ninfas ilusorias bien podrían haber desaparecido tras las manifestaciones del caballero en remarcar que su mente no caería en el juego de las ilusiones por más reales que éstas pareciesen, sin embargo las mismas aún se mostraban firmes, atentas como si de verdaderos entes se tratasen. Sus profundos ojos negros seguían incrustados en diferentes ángulos de la complexión física del desconocido, analizándole cautelosamente entre pequeñas risillas y murmureos que aquellas extrañas féminas se daban entre sí en idiomas indescifrables.
¿Qué era lo que buscaba su dueña al mantener un espectáculo que ya había sido desmantelado con tanta precisión, con tanta antelación? Solo una mente lo sabía y no era precisamente la del astuto e intelectual licántropo presente en el tétrico escenario del bosque.
Para un ser con más de seis siglos de existencia sobre la Tierra como Dauphine, las palabras habían pasado a ser solo una forma de comunicación que ninguna emoción llevaba consigo. Por mas que su generador desease impregnar sus vocablos con ciertos modismos o tonalidades que hiciesen mas creíbles sus palabras, la inmortal parecía contar con una especie de filtro en sus oídos y mente que despojaba toda emoción a los vocablos ajenos, interpretándolos ciertamente en forma literal, desligada de toda carga impuesta por quien haya impartido algún dicho. No obstante las masculinas palabras que llegaron a sus atentos oídos generaron en la rubia cierta sensación, una que se manifestaba en su interior en forma de ofensa. La inmortal nunca había tratado a sus victimas sumergida en las sombras, menos ocultándose. Aquellos dichos eran un total descaro. Dauphine se sumergía en lo más íntimo del círculo social y familiar de sus victimas antes de proceder con la muerte de éstas. En cierta forma porque gustaba de estar segura que obraba sobre alguien que realmente lo merecía, aunque era inevitable anular la idea de que existía cierto deleite en denotar como cualquier humano caía fácilmente en las redes de una jovencita que en el plano exterior lucia tan delicada como una flor primaveral; exactamente todo lo contrario a lo que ella era realmente, una asesina despiadada que anhelaba erradicar la hipocresía de aquella sociedad parisina a la que vislumbraba de un ángulo especial, el de la apreciada inmortalidad.
Las voces de las endemoniadas ninfas se hicieron más resonantes, como si buscasen esparcir un manto de incertidumbre sobre el porqué de aquella bizarra acción de su parte ¿Por qué seguían allí? Otra extraña duda a disiparse.
Con un brillo anhelante en sus sombríos orbes las féminas callaron, centrándose la atención en su fijo mirar que no daba lugar siquiera al parpadeo. Todas y cada una de ellas silentes, observando al hombre que robaba su completo interés.
Y finalmente con un nuevo soplar por parte de la brisa gélida de la noche, la solicitud del licántropo se cumplió.
Como si la efigie de la condenada se hubiese trasladado a través de la levitación sus pasos ni siquiera pudieron ser percibidos al momento en que ésta ya se encontraba detenida frente a la presencia de quien le buscaba.
Sus ópalos, negruzcos como el ébano se clavaron en el rostro cabizbajo del extraño, como si le obligasen a levantar la vista, a enfrentar la situación que él mismo había buscado. Sostenida con fuerza, la blanquecina y delicada diestra de la vampiresa se hacía con una brillante y afilada daga de plata, la que no tardó en ubicar a un lado del cuello de su acompañante. Curiosamente ante tal gesto amenazante, ante tal mirada tan aterradora Dauphine aún continuaba pareciendo exteriormente un frágil e inocente adolescente.
- Ante el atrevimiento de seguir mis pasos sin consentimiento alguno, le propondré algo y sinceramente no espero que lo rechace, simplemente porque creo que no tenga la opción - las palabras de la inmortal siempre eran claras, incluso cuando las mismas fuesen impartidas con aquel dejo de dulzura, con aquella melodiosa voz transparente.
- Escucharé su ofrecimiento con atención, pero si el mismo no me convence tenga por seguro que la daga que llevo conmigo se encargará de marcar sobre su presencia todo mi disgusto. Y si, es un arma de pura plata, por lo que no tengo duda de que usted no olvidara mi contento con respecto a su oferta - el dictamen había sido tan claro como el agua de un estanque virgen. Dauphine no gustaba en absoluto de los juegos, mucho menos de las persecuciones que traían consigo propuestas secretas. Trataba con un sobrenatural como ella si, pero a sus espaldas tenia consigo
siglos de verse abordada por quienes trataron de obstaculizar sus acciones e ideales. Y estaba claro que ninguna de esas piedras anteriormente presentes en su camino le había hecho tropezar. La rubia ya veía aquellas situaciones como meros entremeses entre cada uno de sus justificados homicidios.
Las cartas estaban sobre la mesa. Dauphine atenta y lista para hacer lo necesario, lo conveniente, lo que su maldito genio desease. Su exterior delicado y bizarramente envolvente como siempre. Ahora solo quedaba dilucidar si su contraparte había comprendido en su totalidad las clausulas de aquel juego, de lo contrario la daga plateada se encargaría de ello.
Dauphine Terrié- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 23/04/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
El aroma guiaba el olor, ahora dictaba movimiento, ¿Dónde? Respuesta desgraciadamente respondida por la quemazón de plata, de golpe abre los ojos para ver, era mujer, apariencia de muchacha, la edad real sabe quién cuál será, lo que podía detonar era una apariencia notablemente inocente, que escupía fuego y veneno al más puro estoy soy muy malote y te voy a joder, aprovecha también para dar una ojeada al terreno que les rodea, para memorizarlo de golpe, no era la primera vez que se encontraba frente a una situación en la que estuviera como se dice, hasta el cuello - ¿Por qué siempre tienen que ser tan agresivos? La gente hablando se entiende, ahora me comprenderá, que mi mente no puede accionar bien con tanto humo que sale de mi cuello – cierra los ojos nuevamente de golpe y ayudado por su habilidad con la visión, muestra a la vampiresa lo que el mismo ve, solo obscuridad, pura obscuridad, la de sus parpados, da un empujón muy suave a su brazo alejando el material incomodo, aguantar el dolor y los gritos de la plata, era una de sus capacidades más duras de mantener y no quería arriesgarse demasiado.
Decide caminar hacia el lado derecho alejándose un poco de la vampiresa que ahora debería estar al menos algo desorientada - Yo no le quiero hacerle daño, ¿Por qué usted sí a mi? Un poco de modales se paga con un poco de modales – camina tranquilamente por el lugar abierto, como si la situación fuera totalmente tranquilada y controlada, relajado incluso buscando disminuir el gran fastidio de la plata que aún remece su cuerpo – Hacia tiempo que no me tocaban con plata, molesta bastante – exclama alegre, sin rasgo alguno de molestia con la vampiresa por haberlo dañado, ni buscando al menos devolverle un golpe, no porque su misión fuera agregarla a las filas de la hermandad, no por eso, solo no le nacía pelear por algo así, casi nada le podría hacer pelear realmente.
Y así con esa misma tranquilidad surrealista, todo lo contrario a tener una vampiresa muy enojada sosteniendo una daga de plata y buscándote para clavártela, continua caminando suavemente hasta la otra parte del árbol, marcando distancia, cuando negocias con individuos temperamentales, y cuando mayormente sus emociones fuertes desembocan en dar amistosos regalos a cuerpos ajenos siempre es bueno marcar distancia - Bueno quizá no estemos más calmados, pero ahora estamos a diferentes alturas – susurra antes de elevar la vista a las copas de los árboles y abrir los ojos sin retirar la habilidad de la visión, con suerte sería suficiente distracción, además en la obscuridad lucían realmente hermosos – No sé su nombre, pero le daré el mío, Blake Morrison, es un gusto conocerle en lo que cabe claro, y por favor la plata no es muy buena amiga mía,sin embargo un buen reto si es. Creo que seré un más corto y directo para evitar que esto se vaya de las manos - se frota los ojos tapándole la vista por instantes – Soy un emisario o captador, o ambos, como quiera decirle, enviado por la hermandad del Dragón Azul, seguro ha escuchado de nosotros, si no es así, nosotros de usted, déjeme decirle que sus trabajos se aparecen muy bien detallados en los periódicos, he visto ya antes a otros asesinos y la verdad es que lo hace bien, me gusta su estilo, el punto es que ha captado nuestra atención, el que solo busque gente noble o muy adinerada, y la verdad es que no lo podemos reprochar o juzgar de mala manera, porque bueno, de una forma u otra, también es lo que hacemos, aunque claro que evitamos a medida esta actividad, claro – sonríe dejando escapar una pequeña risa.
Ahora calcula muy bien su tercera jugada, y se prepara a estar alerta ante cualquier mala reacción, la primera probada no le daba ganas algunas de tener el gusto de una segunda. A pesar de todo este encuentro le le hacia recordar cuanto se divertía haciendo cabrearse a los sospechosos, asaltantes, asesinos, secuestradores, timadores, etc. Los buenos tiempos en Londres, pues era momento de revivirlo en la ciudad de las luces, aunque en el lugar que estaban precisamente no hubiera muchas.
Invitado- Invitado
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
La trampa había sido tendida frente a sus ojos, algo que le resulto totalmente extraño. No creía que alguien en su sano juicio ejerciese un movimiento tan estúpido si la intención era imposibilitar al oponente. Ella jamás se sintió como una gran estratega, pero si tenía presente contar con un gran sentido del análisis frente a las acciones ajenas, por lo que su longeva mente optó por creer que todo aquel juego no partía simplemente de un error de la contraparte, no, aquellas decisiones debían resguardar algún secreto, la verdadera trampa tras el engaño prematuro. Con un suspiro imperceptible e innecesario para su inerte existencia, sencillamente se dejó caer en las redes del licántropo para experimentar lo que éste deseaba que ella percatase.
Frunció su entrecejo levemente, restando mínimamente el semblante delicado y cándido de su persona al momento en que caballero se adentró en su mente. Para ella tal acto no era más que una ofensa ¿Cómo un desconocido se atrevería a internarse en la mente de una inmortal con más de siete siglos de existencia? Condenados más jóvenes que ella jamás lo hubiesen perdonado, dándole muerte automáticamente sin dudarlo. Pero aunque sus homicidios ocupasen la primera plana de los diarios locales, la rubia tenia como característica conocer, profundizar un poco en la vida de sus victimas antes de llevarles a los terrenos propios del deceso.
Se mantuvo estática, aun con la daga en su mano sostenida con firmeza como si no permitiría que nadie se la arrebatase con facilidad, sin embargo sus ojos parecían estar en otro plano, muy diferente a donde estaba se encontraba situada. Era como si otro par de orbes mirasen por ella, proyectando en su mente las imágenes captadas. Aquel era el juego que el licántropo proponía con sus peculiares habilidades. La inmortal sonrió al recordar que aquellas bestias no eran tan primitivas como muchos creían.
- Ni la oscuridad, ni las alturas despertaran en mi el miedo que puedo percibir usted siente frente a lo que yo pueda hacer con una simple daga de plata - confirió con un dejo melodioso, bastante retorcido para la situación tensa que comenzaba a vivirse en aquel silencioso y natural escenario. Dauphine gustaba mucho de confundir a sus victimas con esa dualidad entre lo que aparentase ser exteriormente –una hermosa y delicada jovencilla- y lo que realmente yace en su interior –una peligrosa vampiresa con una inmortalidad homicida- por lo que aquella ocasión no sería diferente al resto, pues su parecer, lentamente comenzaba a sentir que se enfrentaba a alguien que buscaba la muerte por parte de su mano.
Las palabras del licántropo llegaron a los oídos de la condenada a través del leve soplar del viento que se colaba grácilmente entre los inmensos arboles que adornaban el oscuro paisaje donde aquellos dos entes tan diferentes interactuaban, ahora con la idea del lobo de encontrar puntos en común con la que permanecía por voluntad propia dentro de su juego de visiones. Finalizadas las palabras de Morrison un extraño silencio se apoderó del lugar. Si la atención era abocada al ambiente, podían hasta escucharse los sonidos propios de las hojas y ramas de los arboles mecerse por la fuerza eólica que transitaba por la zona. La respuesta se hacia esperar, como si la vampiresa analizase qué y como decir lo que surcaba su mente en aquellos instantes.
Una brusca e inesperada risa quebrantó la paz del bosque. El aleteo de las aves asustadas se escuchó con claridad, así también el correteo de algún otro animal residente en aquellos lares. Para muchos tal carcajada hubiese causado escalofríos que recorrerían de pies a cabeza la piel erizada, temerosa por lo siguiente a suceder, pues tras una manifestación tan pérfida nada bueno podría esperarse.
La mente de Dauphine se enfoco, tanto así que pareciese que toda la fuerza de su psiquis se hubiese centrado en un solo punto para ejercer un rechazo violento hacia el intruso residente en su cabeza “¡Afuera!” Selló sin titubeo alguno cuando sus ópalos azulinos retomaron su propia visión. No tardó en voltearse para hacerse de frente nuevamente con la figura del licántropo. Ahora clavaba sus ojos sobre los de él como si sintiese que era su turno de jugar, de ejercer cierto control sobre él - ¿Qué le hace pensar que por saber su nombre sus palabras se me hacen confiables? - el semblante risueño continuaba presente en los pálidos pero hermosos rasgos de la inmortal - Y sobre todo... ¿Quién pudo llegar a creer que necesito de alguien más para llevar a cabo mi tarea en la Tierra? - el cuestionamiento había tomado una seriedad cortante que se denotaba en los ópalos atentos de una Dauphine que no reflejaba mucho interés, sino más bien molestia por lo que se le había informado.
- ¡Jamás ensuciare mis manos para el beneficio de otros, jamás! - exaltadas palabras que tensaron a la rubia, denotándose las resaltadas y muertas venas en su extendido cuello producto del despojo enérgico de sus claros vocablos. Pero aquellas palabras no iban solamente impartidas con fuerza porque si, a través de ellas y su mirada la vampiresa buscaba ni mas ni menos que adentrarse a la mente del licántropo, romper cualquier barrera de resistencia por parte de éste y comenzar con lo que lentamente sería su tortura; la aplicación de incesante dolor sin necesidad de la fuerza física. Toda dolencia ahora pasaría a través de la fuerza del pensamiento.
Dauphine Terrié- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 23/04/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: [HDA] Primer rastreo en París // Dauphine Terrié //
Aún con el semblante tranquilo, la situación se tornaba menos controlada ahora, pero dejar que ella actuara era simplemente una forma de medir su capacidad, su forma de actuar, sus reacciones, su temperamento, su personalidad, y con escuchar esas palabras en mayoría ya estaba leída, no era cuestión de miedo o de causarle temor alguno, simplemente alejarse para mantener distancia, ¿Miedo? Quizá sí, el único miedo, a lo único que realmente le teme es a no cumplir su deber, a no asesinar con sus propias manos a aquel insólito y desconocido individuo que arranco y destruyo todo lo que en algún momento amo y quiso, ¿Una daga de plata y un vampiro que la empuñe? No, todo aquello se podía evitar o controlar de muchas formas, pero perder la oportunidad de cumplir su deber, no. Y si estaba vivo aún, y se mantendría vivo, la razón es esa, buscar justicia de propia mano, justicia realmente adecuada, no a la que se estaba acostumbrado el ciudadano común de a pie y de voz popular, que en realidad casi nunca conseguía una justicia digna entre comillas.
Ahora, la vampiresa sí, tenía ese aire de superioridad que la mayoría de inmortales adquieren con los años, por el momento no había escuchado nada nuevo, pero presuponer cosas sí, sobre todo por la parte en donde cita su misión en la tierra, misión en la tierra, palabras fuertes, que de alguna forma se sentían familiares - No pretendía asustarla, y no, no me da miedo alguno lo que usted pueda hacer con una daga de plata en su mano o sus manos, el temor, el temor es ambiguo, así como la paz y el sentirse seguro, ambiguo – Seguir a una buena distancia seguía siendo la mejor y única opción, las respuestas ajenas eran cerradas y la muchacha estaba completamente enojada, ese físico, esos gestos podrían engañar al mejor ojo, dichosos los que ven más allá de esto.
Da un salto para atrás, así llegando entre las ramas más altas, se logra acunar entre los ramales y hojas, pero visitando con la mirada la figura de la muchacha, asegurando de que no se mueva de manera brusca contra él o contra el tronco del árbol ahora, que la pobre naturaleza no tenía culpa de nada aquí - Sí, tiene razón, conocer el nombre de alguien no es motivo alguno para confiar en ese alguien, incluso tras conocerlo por años y años, nunca uno se puede confiar al cien por ciento de alguien, en ese segundo argumento esta en lo correcto – Sonríe desde su posición en donde se encuentra, y ahí estaba, la vampiresa intentando inmiscuirse en la mente propia, ahora el juego daba inicio, una vez pasado este terreno, no tenía porque seguir arriesgando, hace poco ya había logrado algo para la hermandad, sería medido en sus reacciones, pero por ahora se concentra más en mantener una muralla férrea en la mente y se lograra traspasar, siempre el plan B, retirar la intensidad de percepción en el cuerpo, lo cual adormecía más que un poco, siempre lo último.
Pero primero aprovechar la dificultad natural para ingresar a la mente de un Licantropo - Como dije antes, ¿Por qué intentar hacer daño? En el corto tiempo que llevo tras mi propia tarea en la tierra, debo confesar que me ha gustado la forma en que usted lo llama, he aprendido que siempre se necesita de alguien, de una mano, de un susurro, de información, de compañía, ya sea por conveniencia o por placer, pero ser autosuficiente sin embargo, es bueno, pero creer que irse solo contra el mundo, no es muy prudente que digamos – Ensuciar las manos por beneficio propio siempre era mucho más tentador que por beneficio ajeno, eso parecía, sin embargo ensuciarse las manos por beneficio mutuo era lo tentador en todo esto, en la hermandad se podría decir que funciona así, un trato parecido al que tiene.
La información que maneja la hermandad por el momento ha sido beneficiosa para él, sobre todo los asuntos relacionados a muertes, asesinados, peleas, disputas, escaramuzas entre los rebeldes y los soldados de la corona, incluso también los extraños movimientos de un supuesto grupo de religiosos fanáticos, la iglesia siempre con esa facilidad de perturbarte - Puede ensuciar sus manos por beneficio mutuo, es como un canje, ¿No? Tú me das, yo te doy, yo te doy, tú me das, y así, algo así manejo yo, no le mentiré, por ahora me resulta provechoso – A diferencia de su acompañante, llena de energía, molestia, rabia, descontento y deseos de dañar, él solamente mantenía su templanza y su ceño alegre, quizá no adecuado para la situación, quizá nadie haría, ni actuaría como él lo hace justo ahora, curiosa pero amable peculiaridad propia.
En millones de situaciones nunca le ha servido de ayuda su forma de ser, su forma de expresar los pensamientos, sus opiniones, o sus maneras, era algo común y que al parecer en la gran mayoría de personas a las cuales ha interrogado, buscado, e incluso apresado logran enfadarlos hasta punto indescriptibles, inimaginables, ya más de cinco veces lo intentaron matar por encargo de algún preso o familiar de un preso, incluso una vez la hija de un preso intento hacer justicia por su padre, pero al final, todos eran; gajes del oficio.
Invitado- Invitado
Temas similares
» Misión Magnicidio - Dauphine Terrié
» Off The Hypocrisy { Relaciones de Dauphine Terrié }
» Dauphine "Fiura" Sorciére
» Mi primer vestido en paris
» Primer dia en París [Libre]
» Off The Hypocrisy { Relaciones de Dauphine Terrié }
» Dauphine "Fiura" Sorciére
» Mi primer vestido en paris
» Primer dia en París [Libre]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour