La Venganza Es Mi Corazón [Irais Faria]

por **Irais Faria** Dom Mayo 27, 2012 3:05 pm

La Única Sobreviviente

"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno".
Walter Scott

Irais ~~Do Oliveira~~ Faria

== 25 AÑOS == HUMANA == CAZADOR == EXTRANJERA, CLASE BAJA ==

== ASESINA DE MIEMBROS DE LA NOBLEZA Y EL CLERO == HETEROSEXUAL ==

== LISBOA, PORTUGAL==

HABILIDADES: Su actividad favorita: todo lo que tenga que ver con armas de fuego. Su especialidad: las ballestas. Su punto fuerte: todo tipo de venenos, incluso de sustancias cuyo último fin sea el curar o el matar. Su orgullo: sus conocimientos en medicina. Su secreto: la pericia que tiene en las peleas cuerpo a cuerpo, sobre todo en su técnica favorita: romper cuellos. Su más retorcida preferencia: la tortura y el sadismo. Su juego ideal: Todo lo que tenga que ver con pólvora.

Descripción Física
"En la venganza el más débil es siempre más feroz".
Honoré de Balzac

POR FUERA: Alguna vez fui considerada la mujer más hermosa de todo Lisboa, la que llamaba la atención de propios y extraños, la más asediada y la que se daba el lujo de elegir a aquél que colocaría el pañuelo en el charco para que pasara sobre él. Si no es que pisaba sobre la misma constitución física del que se afanaba en darme lo que quería. Soy una mujer de ojos castaños, de tez blanca, mido 1.70, delgada aunque tiendo a subir de peso si me alimento demasiado lo que es mi peor defecto, porque adoro la comida. Mi rostro no es nada fuera de lo ordinario, aunque hay que tomar en cuenta que soy la que lo dice, por lo que muchos no se dejan llevar por ello y comentan que soy muy hermosa. Con cabellos rubios que en ocasiones caen sobre mi rostro completamente lacios o en otras, rizados. También depende de a dónde vaya y quién me ayude en mi arreglo personal. Alguna vez lo tuve todo, mujeres que se desbarataban por atenderme, pero ahora es una cerveza quien me acompaña y doy gracias al cielo, porque ella entiende el dolor de mi corazón.

Mis modales demuestran y gritan que alguna vez tuve más que una educación para leer y escribir. Fui una dama de sociedad en toda la extensión de la palabra, una princesa, futura reina, pero ahora mismo... sólo soy la sombra de quien fui. Quizá sea porque estoy muy borracha, pero las palabras salen de una forma tan brutal que plasma sin tapujos mi realidad. Dicen que aunque vistas a la mona de seda, mona se queda. Yo soy todo lo contrario. Aunque las prendas sean de lo más humilde, mis modales reflejan quién soy, cómo soy, de dónde vengo. Una lágrima silenciosa rueda en honor de los caídos. Ahora mis ropas son de lo más baratas que se pueda imaginar en el día a día y con el tiempo aprendí a coser y a arreglarlas aunque me quedaran enormes. Jamás diré que me quedan chicas porque no me gusta subir de peso, me presiono físicamente por ello... aunque quizá sí del busto, que lo tengo más desarrollado o de las caderas que muchos hombres silban y admiran al tiempo que paso por su lado.

Visto como me acomoda, dependiendo de aquél que será mi víctima. Tengo mi propia ropa que logré rescatar de una de las residencias de mis padres y que uso en ocasiones muy especiales a pesar de que ya está pasada de moda, pero tiene el lujo suficiente para que nadie hable sobre ella; además de que ostentada de la forma en que lo hago, levanta la atención por su toque retro y se interesan más por mi personalidad que por la prenda en sí. Normalmente luzco ropas muy sobrias y de poco presupuesto, aunque no me opongo tanto en usar prendas masculinas y sé que en ocasiones son necesarias para introducirme en círculos donde una falda no es aceptada. Mucho me temo que en mi ideología aún está muy cimentada eso de que los vestidos son mejores para las mujeres que los pantalones.

Soy bella, soy deseable, pero ¿De qué me ha servido? No fui capaz de auxiliar a mi familia cuando fuimos objeto de una ira de un Rey sin que hubiéramos hecho nada por desatarla. Sé cómo actuar, cómo ver a los hombres para obtener lo que quiera sin ser una cortesana, pero aún así siempre hay algo en mi mirada que les hace recular, alejarse en cuanto tienen oportunidad. Como si pudieran ver el infierno que se desata en el interior de mis ojos...

Descripción Psicológica
"En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre."
Friedrich Nietzsche

POR DENTRO: Quisiera que las circunstancias fueran diferentes, que el día de mañana despertara y viera que todo fue un sueño, pero no es así. Sólo algo me impulsa a vivir el día a día: la venganza. Ese sentimiento de odio, resentimiento es lo que guía mis pasos, no me interesa si mi víctima estuvo presente o no durante la purga de mi familia, sólo importa que estén sus prendas manchadas con la sangre de los Do Oliveira para que sea el objeto de mi ira. Muchos dicen que mejor olvide, pero ¿Quiénes son ellos para decirme qué hacer? ¿Acaso también se quedarían de brazos cruzados cuando por una equivocación toda tu familia fue pasada por el cadalso? Estúpidos aquéllos que dicen que es mejor el perdón que la revancha, porque yo quiero la sangre de los verdugos de mis consanguíneos entre mis manos, en mi boca, en el suelo regada y pintando las paredes.

¿Enferma mental? No es algo que me tenga preocupada, puedo llegar a ser peor, dar muestra de lo más raro y bizarro, de cuánta podredumbre queda en mi ser. No tengo ningún sentimiento positivo y no me interesa tenerlo. La sociedad me juzga y no es algo que me importe. Me persigue y me doy el lujo de esperarlos para reventar en miles de pedazos la casa con ellos dentro. Me gusta la carne chamuscada, de preferencia con un toque sanguinolento. Ah perdón, ¿Te dio asco? El baño está atrás, por favor no manches con tu vómito el piso, no quiero ponerte a limpiar antes de romperte la cabeza con el hacha.

Marchita y cansada oí alguna vez en la canción de un trovador y quizá sea una descripción perfecta de mi persona, de mi mente. No hay un final feliz para mí. Y no es algo que me interese, más que perseguir a todos los que me quitaron lo que alguna vez me importó. Aunque a veces me pregunto si es eso lo que me mueve realmente y no la sensación de poder al tenerlos gritando por sus vidas, esa satisfacción y el insano revuelo de la adrenalina al ver cómo la herida se abre y la sangre mana de ésta cual grito de libertad que tarde noto que quien eleva la voz es el del dueño de esa piel que lascero. Las manos me tiemblan aún ahora de sólo recordarlo, la garganta se seca de deseo por probar su sangre. Sí, soy una adicta a ello, desde el primero que maté y me dediqué a lamer ese líquido vital hasta que me harté.

¿Vampiresa? Eso no existe, pero sí mis baños de sangre durante mis actos de justicia...

Historia
"En ocasiones sólo con la venganza puedes darle paz a tu espíritu."
Anónimo

ATRÁS: Para entender mi vida, primero hay que irnos hasta el principio. Los Faria y los Ramírez son dos familias provenientes de un tronco común. Sus hijos, ansiosos de poder siempre estuvieron a la vera del padre, el Rey de Portugal. Ambos herederos al trono, pero detenidos por un hermano mayor, estuvieron obligados a estar a la sombra, esperando a que la estirpe del primogénito pereciera y entonces entrar a la lucha por la corona. Sin embargo, no tendría mayor trascendencia de no ser porque sus carácteres diferentes y opuestos entraron al juego, así como los actos que sus descendientes realizaron, fueron los que prepararon el fogón para que se desatara el infierno.

En guerra encarnizada, ninguno de los dos bandos cedió y siempre en sus planes procuraron arrebatar la vida de alguien del lado opuesto, una estrategia para exterminar a la rama familiar y que fueran ellos los únicos futuros reyes de Portugal en cuanto se libraran de los obstáculos. Así fue por décadas hasta que un día dos cabezas decidieron dar fin a la guerra. Se eligieron dos miembros, hombre y mujer, para que con su matrimonio la sangre dejara de manar. Sin embargo, Ana no estaba convencida de ésto. Así que urdió su propio plan a espaldas del Pater Familis. Y en su boda, lo único que hubo fue justamente sangre y muerte. Los Faria se elevaron entonces como la única familia en ascender al trono en cuanto la reinante cayera habiendo destrozado a los Ramírez. Algo que, hasta mis tiempos, no pasaba, pero era mi presente el que cambiaría todo...

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Nací en la opulencia, nadie podría decir jamás que mi vida no estuvo llena de todo lo que yo deseara, sólo tenía que pedirlo y se me concedía. Era la hija más pequeña del Duque más poderoso de Portugal. Si algo le pasaba al Rey o a su familia, la nuestra sería la siguiente en la línea sucesoria. Futura princesa o reina, no se sabía, pero mientras tanto tuve una educación ex profeso para ello. Mi infancia fue feliz, no puedo negarlo. No tuve ningún gatillo para torcer el camino. Incluso mi adolescencia fue lo que alguien diría "normal". Más que por una molestia en el pecho recurrente, no tuve mayores. Los médicos me aconsejaron en aquél entonces una vida más tranquila, aunque todos los consultados dieron el mismo diagnóstico: nada de qué preocuparse, sólo era una nimiedad.

Así pues, me dediqué a cabalgar, a las artes y las costuras, los chismorreos y los bailes, los juegos propios de la realeza y me codeaba con los príncipes inclusive, coqueteaba con el mayor sabiendo que yo era un magnífico partido para él. Me propuse ser su esposa, a finales de cuentas nuestra familia tenía una posición magnífica para que nuestros hijos pudieran sin problema acceder al trono. Y así fue que me dediqué la mayor parte del tiempo a intimar con él, a coquetear y a volverme imprescindible Hasta que sucedió algo de lo más bizarro. No supe qué pasó, pero sí las consecuencias. Los dos príncipes muertos, batidos a duelo y nadie tuvo conocimiento de la verdadera razón. Ni siquiera yo.

Hasta que un día, estando yo en cama con uno de mis raros casos donde mi pecho dolía, que mi familia fue llamada a la presencia del Rey y acusada de traición. Se decía que habíamos provocado la muerte de los Príncipes, que era por mi causa, que fui incitada por mis hermanos y padres hasta que llevé a la locura a los dos hijos del Rey para que se mataran y nuestra familia se beneficiara de su muerte ascendiendo al trono. Sí, todo eso lo habíamos pensado, pero jamás ejecutado y ahora mismo resultaba que nos estallaba en la cara. Alguien piadoso se apuró a sacarme de la casa y a llevarme a un lugar distante tras pasar primero a una de las residencias de mi familia para tomar lo que necesitara.

Acusada de traición, todo mi núcleo familiar fue pasado por el cadalso. Yo fui la única sobreviviente. Y fue que, tras rasgar mis ropas en señal de luto y gritar hasta quedarme afónica que entendí mi labor: investigar qué había pasado y conforme eso... decidir. La respuesta a mis preguntas fue una y la básica: familias de nobles y miembros del clero, interesados en quitarnos del camino apoyaron al Rey quien, sin pruebas más que un simple rumor y cartas que jamás escribí, dio muerte a una de las estirpes de mayor abolengo en Portugal. Mi dolor no fue mayor que mis ansias por vengarme. Y tras años de preparación, eso hice... una noche de lluvia, uno de los Barones cayó a mis pies, con una escena digna de las mentes más retorcidas de un manicomio. Con sus hijos muertos y clavados de los intestinos a las paredes. Con su esposa cuya cabeza era ahora el adorno de su escultura favorita. Y me gustó, me agradó mucho el arrancarle la cabeza con un hacha aprovechando que la servidumbre estaba en ese instante intentando controlar los estertores de la muerte que les provocaba una comida envenenada.

Tuve en mi poder la vida de todos ellos y me sentí... grande... luego de eso, me dediqué a planear la muerte de otros más. Algunos muertos en su propia casa por un incendio incontrolable. Otros por una rara enfermedad degenerativa. Unos más por un disparo de un cazador incógnito que de seguro lo había confundido con una presa. Muchos fueron cayendo y pronto supe que el Rey estaba reforzando su guardia. No soy estúpida, así que no lo tocaré. Sólo haré que vea hacia dónde va todo, que entienda que los Faria están siendo vengados y que sufra pensando en ellos al ver una sombra extraña, el sonido de un trueno e incluso, el caer de un alfiler.

Aunque he encontrado un dato curioso. Uno de los Condes que fue entregado a los cerdos para que lo devoraran, me dijo que alguien proporcionó toda esa información al rey. Un hombre de apellido Ramírez... ¿Qué esa familia no fue la que murió en la boda de Ana, mi ancestra? ¿Será acaso que no están extintos y uno se escapó a la purga de Ana Faria?

Datos Extra
"La venganza es dulce y no engorda"
Alfred Hitchcock

IDEOLOGÍA:¿Nobleza? Ellos fueron los que participaron en la cacería de mi familia, sea pues que ahora ellos serán las víctimas de la mía. ¿Dios? No existe, de lo contrario, no tendría como sus acólitos a tantos pecadores vestidos con sotana, muerte a ellos también por tacharnos de brujos e incitar a un Rey en nuestra contra. ¿El pueblo? Sólo un perro en busca de un hueso con carne. En su momento, mi familia fue ese hueso. ¿El Amor? Un pensamiento sentimentaloide para vivir en pareja, mejor los matrimonios por conveniencia. ¿El honor? Lo que le acomoda a cada quien y en las circunstancias debidas. ¿La verdad? La de mi espada o la punta de la flecha que lanzo contra mis rivales. ¿La justicia? Yo. ¿La esperanza? Sólo la de encontrar a aquél que logró la extinción de mi familia. ¿Lo único que vale la pena? La sangre derramada, dadora de vida y de paz...

GUSTOS:
== La sangre humana. La bebo de mis víctimas, la consumo desde mi primer asesinato.
== La comida, soy adicta a ella.
== La cerveza, siempre me tomo una al final del día, antes de dormir.
== Disfrutar de un baile de sociedad, aunque para ésto siempre elijo lugares lejanos.
== Bañarme a la luz de la luna menguante en un río o lago. Me es muy sensual.

DISGUSTOS:
== Todo lo que tenga que ver con la nobleza portuguesa.
== El vino tinto, tras beber la sangre me parece insulso e insípido.
== Que me dominen, odio eso.
== Vestirme de varón. Me gusta sentirme femenina.
== La suciedad, con mayor razón la relacionada con el cuerpo humano.

DEBILIDADES Y MIEDOS:
No tengo ninguno.

MANÍAS:
== Soy adicta al tabaco, ya sea masticado, en puro, en pipa, cigarrillo, cualquiera de sus formas, es lo único que me calma los nervios.
== Beber la sangre de los que mato.
== Juguetear con mis anillos mientras hablo o cuando tengo que resolver un problema.
== Mi aseo personal, soy muy escrupulosa en ello. Me puedo bañar hasta dos veces al día.
== Abrazar una almohada al momento de dormir. Mi cama debe tener sábanas de seda roja o no me acuesto.

OTROS:
== Cuando estoy por estallar en rabia, me da un tic en el ojo izquierdo, como si me saltara. La piel se me torna rosada, se me aprietan las quijadas.
== Pienso suicidarme cuando mi venganza termine, no tengo nada más por qué vivir.
== Tengo angina de pecho, los avances son lentos, pero en cuanto se presente el siguiente síntoma, acelerará la enfermedad. Obvio, no sé realmente qué tengo.
== Por más que escuche de los sobrenaturales, no les tengo miedo, ya sé de qué pie cojean.
== Me encanta la música, me digno a escucharla mientras leo algún libro o estoy en alguna manualidad femenina.

Creado por THGrol {Ginerva Waldorf}, para Sourcecode

por **Nigel Quartermane** Mar Mayo 29, 2012 2:53 am

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

La Venganza Es Mi Corazón [Irais Faria]

La Venganza Es Mi Corazón [Irais Faria]

Re: La Venganza Es Mi Corazón [Irais Faria]