Mantén tus recuerdos fuera de tu mente y ayúdale a sanar a tu alma aligerando su carga.

por **Elliot Toreto** Jue Mayo 31, 2012 5:52 pm

Un diario, haz un diario me aconsejo Marius, mantén tus recuerdos fuera de tu cuerpo y ayúdale a sanar aligerando su carga.

Primera noche saliendo de Viena

El palacio lucia sombrío, los muebles cubiertos siempre me habían parecido algo deprimente, los sirvientes lloraban al ver partir a los pupilos que amaban, los maestros disponían sus cosas y se les veía alegres por la oportunidad del viaje, la peste había invadido Viena y no podían sentirse mas resguardados, aunque iluminado, todo lucia lúgubre. Cerré tras de mi la puerta de la que había sido mi habitación, no quise mirar atrás, pero mantenía sujeto el pomo de la puerta, miraba hacia el piso donde siempre encontraba a mi Cristhine, alce de nuevo la vista y recorrí el pasillo con mi violín en la mano.

Los chicos se despedían de sus familias y todos lloraban, el aire se impregno del llanto que había acumulado sin poder soltar, la pequeña Ann me entrego una caja como obsequio y como un pago, la abrí hasta que me senté dentro del tren, me pidió cuidara de su hermano, Ricardo. Era un hermoso camafeo con su foto. Lo guarde dentro de mi valija, lo dejare en Grecia cuando lleguemos, no quiero portar nada que pueda recordarme a mi amada Cristhine, suficiente me atormentan sus labios como una memoria constante sobre los míos.

Hemos abordado hace apenas 1 hora, los jóvenes están entusiasmados, son apenas unas horas de viaje llegaremos antes del amanecer, Marius les explico el por que nos mudábamos, muchos echan de menos a Cristhine, Marius les distrae y con ellos funciona, como siempre todo esta dispuesto y nos esperan ya, la vista se torna cada vez mas sepia y perdemos con el camino el blanco de la nieve, el clima les hará mejor, se les ve animados, ha sido un buen cambio.

Segunda noche en Grecia

Llegamos ayer cerca de las 2:00 am, la villa no ha cambiado nada, mi cuarto al igual que el de todos se encuentra intacto, las cartas que deje abiertas sobre mi cama ahí seguían, el clima es distinto, el aire frío sin ser gélido les ha sentado de maravilla, los jóvenes descansan, y ponen en orden sus itinerarios. Marius les dio una bienvenida inolvidable, salí a montar después de la cena. Mi carácter mengua con una velocidad vertiginosa, temo lastimar a mis adorados aprendices, pasaré aquí apenas dos noches antes de dirigirme a París, deseo ver a mis hermanos.

Esta noche al cambiarme de ropa, percibí en mis ropas el aroma de Cristhine, se la he obsequiado toda a los pupilos, Marius me trajo mas parecía que lo sabia, entro en mi habitación y me aferre a él, le abrace y le suplique que me enseñara a sacarla de mi, después de una semana de duelo por fin pude llorar, empape su camisa con mi llanto, me abrazaba sereno y me mantenía dentro de su abrazo sin preguntar , sin hablar, llore hasta creer que jamás podría volverlo a hacer, entro conmigo a la ducha y me baño como cuando nos conocimos, dándome todo el afecto que necesitaba en aquel instante, la noche se acentuó, mientras cortaba mi cabello y lo peinaba, como yo hacia cada noche, me regalo un nuevo caballo. He salido a móntarlo, ahora siento mi cuerpo vacío, como si aquellas lagrimas que guardaba fueran lo único que mantenía en mi cuerpo.

En dos días mas partiré a Paris, me odie al saber que dejaría solo a Marius, pero me ha consolado diciendo que de no ir por mi cuenta el me llevaría, también merece su propia privacidad, y sus propios recuerdos. Me siento un traidor.

Me siento el mas miserable ser en esta tierra. Escribo esto antes de que amanezca, el dolor que siento comienza a invadir a quienes amo, debo alejarme pronto y encontrar consuelo o terminar con este dolor de una vez.

Tercera noche en Grecia

Me ha sorprendido la noche, llego con rapidez y aun a pesar de ello me he levantado tarde, cuando Salí de mi habitación mi sala estaba llena de paquetes que había comprado Marius para mi viaje, ropa para mi y algunas prendas que quiere que les lleve a mis hermanos, los pupilos me han preparado una cena deliciosa, compartí con ellos y use mi mejor mascara para mostrarles mi gratitud, les di las gracias y prometí volver pronto, ellos conocían aquella relación que me ataba a Cristhine, entendían mi dolor y me animaron a partir, Ricardo me ha dicho algo que se ha quedado en mi mente con un grato sabor de boca: Por que somos jóvenes y aprendices sabemos que muchas veces necesitamos de los demás para salir de líos, ve y aprende a vivir de nuevo Elliot, siempre te esperaremos.

Esos jóvenes hablan con el corazón en la mano, y se sus circunstancias los alejan de la realidad de esa palabras, pero me hizo pensar en todos los inmortales que conocemos que me han brindado su amistad y apoyo. Mis hermanos y mi padre, se que ellos me esperaran siempre, si es necesario, ahora parto con la ilusión de aprender a vivir de nuevo.

La noche cayo y los jóvenes se durmieron en medio del banquete que me dedicaron, Marius había dispuesto todo, sabia que no tenia cabeza, les mire dormir por un par de horas, aquellos ángeles que aprendían a vivir, aquellos jóvenes que desparramados en la baldosa del salón me brindaban su amor y respeto.

Salí del salón a tomar algo mas de aire a una de las terrazas, observe el jardín de venus, aquel jardín que Ashly se afanaba tanto en cuidar desde que era una niña, aquel jardín del que hablaba a Cristhine cuando preguntaba por mi amada Grecia, como años atras acustumbraba y rompiendo con los estándares, salte de la terraza al patio y corri hasta aquel lugar, segundos después con instrumento en mano Marius apareció, - Cántala y que sea ella tu nuevo motivo, siéntela en tu interior y que sea ella tu nueva alma, - mi expresión en aquel momento era de ira, sentí que se burlaba de mi, hasta que me arrojo a la cara el violín. Sentí deseos de matarle. - Hazlo – me grito – mátame si eso te devuelve la vida o se la devuelve a ella- llore nuevamente, mi coraje invadía mi ser. - llámala y entérate de tu realidad- grite su nombre, grite como un poseso, grite y llore, grite y clame al cielo por paz, grite y pedí morir, grite y solo salía su sombre de mi boca.

Ahí tirado con mi padre de testigo de la muerte de mi alma, llore una vez más. Me puse de pie, o tal vez me levanto Marius, no lo recuerdo, me dio el violín al que me había aferrado en Viena, y toque.

Cada nota me hablo de ella, tiempo a tiempo escuchaba su voz, sus risas y sus alegrías vinieron a mi mente, su madurez y su aprendizaje, las tardes que paso frente a mi piano tocando hambrienta el violín, sus logros y sus mejoras, sus lagrimas desesperadas , la vi frente al ventanal esperando que llegase, la vi mirándome a los ojos sonriendo, recordé la primera vez que le vi con un vestido, las cenas en casa, mi mente estaba embriagada de memorias y mis lagrimas ahora no cesaban, toque mientras mi padre me veía, toque con la misma pasión que besaba sus labios, abrace mi violín como si de ella se tratara, la vi correr a mis brazos cuando la noche se llegaba, recordé las veces que sentada fuera de mi habitación lloraba, recordé su dolor, recordé sus peleas con los demás jóvenes, toque y toque sin poder detener mis manos ni mis lagrimas, le llore y toque hasta que ya no pude mas; de nuevo grite su nombre pero esta vez mi grito se vio opacado por el abrazo de mi padre que me hundía en su pecho, destroce aquel instrumento desde su propia alma y le arroja al estanque, retome aquel abrazo un instante antes de alejarme del lugar y de mi padre.

Mire a mis pupilos asomados a sus ventanas, les sonreí y les salude con la mano, después me encerré de nuevo en mi habitación, el alba llegaba y me recosté sumido en un sopor que latía en mi piel, un dolor que nunca había sentido pero que me mantenía sereno.

La noche antes de partir y había conseguido hablar desde mi alma, ella jamás volvería, yo jamás seria el mismo y una vez mas mi padre demostró que su sabiduría era inmensamente mayor a la nuestra, jamás acudiría de nuevo a mi llamado, y nada la traería de nuevo a mi …

Cuarta noche en Grecia, partiendo a París

Anoche me quede dormido antes de terminar de escribir, hoy no hay mucho mas que decir, estoy en un tren rumbo a París, mi padre se despidió de mi en la estación y prometió vernos pronto, los pupilos me lloraron, y yo les abrace a todos, mi alma esta herida, pero mi agonía la había superado una noche antes. Viviré, y le llevare en mi mente y mi alma, en mi planes y en mis recuerdos, necesito que mi alma sane, y lo conseguiré con el apoyo de mis hermanos y mi padre.

Debo ayudar a que nadie mas pierda a un ser amado por esta enfermedad que desconocemos, no permitiré que suceda si esta en mis manos.

Continuare con mi vida, y cumpliré lo que le prometí, pero antes deberé aprender a vivir sin ella.Mi amada Cristhine, de nuevo complicas mi existencia.

El viaje a solas en hasta allá será de ayuda para serenar mi carácter.

por **Elliot Toreto** Mar Jul 31, 2012 11:06 pm

Soñaba , veía a mi Christine corriendo en el pasillo que llevaba hacia mi habitación, reía como siempre cuando estaba por mostrarme algo, la mire con ternura y me tomo de la mano, me jalaba hacia ella, y me guiaba a la alcoba, ¿cuantas veces había hecho aquello?, ¿cuantas veces habían terminado en aquella cama de sabanas sedosas?, ¿Cuántas veces había admirado sus labios carmín, sus pestañas negras, su rostro enmarcado pro su cabello revuelto, ¿Cuántas veces había deseado aquel cuerpo que se dibujaba bajo las sabanas?, la amaba , como amaba a la música, la necesitaba como a la sangre. Mis sueños traían su recuerdo con vivida sensación, la miraba, la tocaba sentía su piel en mis manos y sus labios entre los míos, su aroma invadía mi mente, y desee verla feliz toda la vida.

Le mire de nuevo estábamos en el jardín, le mire alejarse y su sonrisa se borraba poco a poco al intentar alcanzarle, un grito en medio del jardín traslado mi mente a su habitación y a su cama, mi ángel de música estaba tendida, tomaba sus manos frías casi como las mías, su rostro pálido aun mas de lo acostumbrado, bese sus labios y lloro, llore con ella.

Sus labios dibujaron palabras que reconocía bien en mi mente, sabia lo que vendría después. Me aferre a su cuerpo, grite su nombre, llore su muerte, mi ,mente hacia esto cada vez que cerraba los ojos y aun con ello deseaba dormir por siempre, si mi mente podía aferrarse a ello y mi cuerpo solo así la sentía, podría hacerse verdad en mi, Hypnos podría abrazarme para siempre si lo deseaba.

El silbido del tren se escucho y mi Christine desapareció de mis brazos, la llame mientras intentaba alcanzarla, desperté de golpe, Salomón me sujetaba del brazo- joven Elliot , llegamos, estamos en parís – son mis ultimas líneas antes de encontrar de nuevo a mis hermanos, aun espero aquí en el vagón a que descarguen algunas de las muchas cosas que traje conmigo…

Deseo de parís una razón para mantener esta vida eterna.

Mantén tus recuerdos fuera de tu mente y ayúdale a sanar a tu alma aligerando su carga.

Mantén tus recuerdos fuera de tu mente y ayúdale a sanar a tu alma aligerando su carga.

Re: Mantén tus recuerdos fuera de tu mente y ayúdale a sanar a tu alma aligerando su carga.