Alondra Ambery Grimahux

-¡Viva!, ¡Viva! ¡El nacimiento de su primera hija!-Y las copas se hicieron sonar, estaban celebrando el nacimiento de la primera hija de la familia Grimahux, había tenido cinco varones, pensaba que ya no iban a tener una niña pero el nacimiento de ella alegraron mas a la familia completa, Alondra Ambery Grimahux como la llamaron, deseaban mucho una niña y ahora que la tiene la cuidara siempre…y la fiesta continuo agradablemente como una familia que son, tan unida, que se quieren que están en armonía.

La fiesta finalizo a media noche, todos se empezaron a ir, aunque todos Vivian en el mismo pueblo, era pequeño hasta se podía decir que estaba escondido, se llamaba “Beldam” esta a las afueras de parís, casi nadie sabia nada de aquel pueblo solo las personas que pasaban a tomar un refrigerio o a descansar…En la casa donde vivía aquella familia, la madre caminaba con su hija en brazos al cuarto destinado para ella-Que linda es ¿Verdad?...-La voz de la madre se escucho, acariciando la mejilla rosada de su hija, la amaba era su mujercita-Tu no serás como yo, tu tendrás una familia de verdad no como la mía, te vamos a querer y cuidar sobre todas las cosas, ya lo veras mi pequeña Alondra, tu no sufrirás lo que yo sufrí cuando estaba así como tu…-Le dio un tierno beso en la mejilla y la acostó en su cuna de madre que su padre lo había hecho-Duerme bien mi dulce hija, que mañana será otro día-Sin decir mas, salió de aquella habitación donde su pequeña hija se estaba quedando profundamente dormida.

Los años pasaban, la pequeña Alondra se estaba convirtiendo en una niña muy linda, inteligente, que tenia un carácter lindo, enojona como todas las personas, juguetona, aunque no solía hacer travesuras como sus hermanos, ella respetaba mucho a mi madre si decía que no debía hacer eso no lo hacia, su madre la estaba preparando para ser una señorita correcta, aunque Vivian en una clase media le gustaba como estaba, porque su familia era muy unida, su padre la quería mucho, era el orgullo de sus ojos, siempre le decía “Mira, ahí viene mi doncella” le gustaba que le dijera así a su corta edad era muy risueña la pequeña Alondra. Sus hermanos la cuidaban mucho, eran como los guerreros que tenían que defender ala princesa del ogro y de la bruja mala. Le gustaba mucho esos cuentos, la bruja, el príncipe azul, la princesa etc…Y lo años seguían pasando como el agua tan pronto la pequeña Alondra se había convertido en una adolecente de quince años, con su pelo rubio largo hasta la cintura sus ojos verdes claros, su piel blanca, se estaba convirtiendo en una mujer.

Alondra desde muy pequeña quise ser alguien en la vida y por eso ella se prometido ser alguien, tener estudios y que los hombres no la menospreciaran por ser una mujer, así que desde que tenia uso de razón Alondra le pidió a sus padres que la metieran a la escuela para aprender, estudiar y ser alguien en la vida. Sus padres se orgullecieron de ella junto con sus hermanos..lo seis hermanos estudiaron, aunque pasaban el tiempo uno por uno se empezó a salir de la escuela que no era para ellos, que ellos quería trabajar igual que su padre y la única que se quedo fue Alondra, seguía estudiando le gustaba mucho estudiar sacaba las mejores notas hasta que tuve que ir a la universidad pero como no había universidad en ese pueblo tuvo que irse a Inglaterra. Al principio sus padres no estaba de acuerdo pero ella insistió tanto que no tuvieron mas que aceptar, cuando llego a Inglaterra fue duro para ella, trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero ella quería ser una gran enfermera, ella quería ser una de las mejores y nadie, nadie la haría cambiar de opinión. Hay conoció a la que se convirtió su mejor amiga se llamaba Isabela, su mejor amiga, pero ella tenia un secreto que se lo conto Alondra por ser intimas amigas, descubrió que su amiga era una bruja…practicaba las hechicerías, la magia blanca y negra, Alondra no lo podría creer , no le creía hasta que un día en una hora libre que tuvieron Isabela le enseño un hechizo y Alondra quedo fascina que le dijo que enseñara “Alondra, yo no puedo pero mi abuela si puede enseñarte a ser una bruja como nosotros ¿Aceptas? Pero déjame decirte que nadie se tiene que enterar que practicas magia” “Si Isabela, acepto, y te prometo que nadie sabrá esto, será nuestros secreto” Y con eso, Su amiga llevo Alondra con su abuela y desde ese momento empezó a practicar magia con ella.

Había terminando su carrera a los veintitrés años, y con el tiempo que duro en Inglaterra se convirtió en una bruja como su amiga, las dos se graduaron como enfermas. Aunque Alondra se le hizo muy pesado esos años, trabajar, practicar y estudiar para la universidad pero fue una mujer decidida, se tuvo que despedir de su amiga, lloraron mutuamente pero ambas se prometieron escribirse y verse algún día y con eso Alondra partió nuevamente a su pueblo natal. Cuando descubrió que su pueblo había sido quemado sus padres había muerto en aquel incendio desbastada sin nada se derrumbo, ya no quería vivir pero un recuerdo y dos promesas hicieron que se levantaran y siguiera con su vida “Alondra, si nos llega a pasar algo, prométeme que seguirás adelante tu eres fuerte decidida, y estamos orgullos de tenerte como hija” Y la promesa que le hizo a su amiga “Magia Tendré y Magia Seré” Esas dos promesas hicieron que Alondra se fuera a parís donde iba a empezar su nueva vida…quedaba a pocos kilómetros de su pueblo….Llego por fin a parís, estaba sola, no tenia familia pero iba a seguir adelante, algún descubriera quien hizo eso y se vengara aunque Alondra no es vengativa. Dos años después, ahora con sus veinticinco años, trabaja en el hospital y es una excelente bruja aunque nadie sabe lo que es..un secreto, un secreto que se llevara hasta la tumba solo si fuera necesario rebolearía su secreto….la vida de Alondra continua pero en parís.