Los valientes nunca mueren [ROC]

por Invitado Dom Jun 10, 2012 10:55 am

Liliana acerco las manos a su boca dándoles calor con su aliento, inhalaba y exhalaba mientras una pequeña bruma blanquecina aparecía frente a su rostro como un efecto del frio de la noche, su ropa aunque ligera en cuanto al grosor cubría su cuerpo perfectamente desde los tobillos al cuello, sus hombros se encontraban envueltos en azules extensiones de telas que además tuvieron el trabajo de cuidar su cabellos de la nieve que probablemente aparecería en algunos meses para atormentar a su delicada salud. Agacho el cuerpo recogiendo entre sus manos una pequeña cubeta con la que acarreaba el aguas hasta su cabaña algunos metros atrás, normalmente la gente la veía aparecerse en la ciudad cada tanto tiempo para recoger provisiones y la gente solía tratarla como una invalida por su cuerpo débil, tosió un poco mientras avanzaba por el camino improvisado que recorría todos los días, la noche se le vino encima sin darse cuenta así que se vio a si misma andar por los matorrales con el sol oculto acompañada únicamente del pulular de los búhos, pájaros de media noche que repelen la luz del sol.

“Déjame salir Liliana, yo soy más fuerte que tú, puedo fácilmente llevarte a un lugar mejor donde podrás dormir en una cama caliente y comer todo lo que desees, pero déjame salir, si me dejaras las cosas serían mil veces más fáciles para las dos…”

Liliana apago la voz en su cabeza sacudiéndola fuertemente, como si una fina telaraña se hubiese enredado en ella, desde que Swan apareció Liliana decidió que solo la dejar ver la luz cuando fuese necesario, a ella no le molestaba Swan, Swan siempre tenía la razón pero solía meterse en asuntos violentos frecuentemente, no porque fuese buscapleitos sino porque esa era su profesión, cuando ella salía la sangre se derramaba y los excesos estaban a la orden del día.

Suspiro con un poco de cansancio mientras trataba de encontrar alguna de las caras de la luna en el cielo, sus ojos se encontraban vidriosos por el cansancio pero sus pies no dejaban de moverse, los zapatos estaban gastados y también le quedaban un poco pequeños pero para eran los únicos que tenia de modo que debía aguantar el tiempo que le quedaba antes de recuperarse para ir al pueblo a comprar unos nuevos. Si su hermano la viera seguro que se enojaba mucho con ella, el viviendo en el gran palacio que le fue entregado junto con el título de duque de su imperio mientras ella andaba a oscuras en el bosque vestida con ropas de mendiga, comiendo apenas lo necesario para sobrevivir aun cuando se ofreció a llevársela a palacio

“Estas mejor sin el Liliana, todo está mejor sin él, vives libre fuera del protocola, sin ataduras, aquí puedes andar como te plazca, sin bajar la cabeza u ofrecerle tu cuello a nadie para que lo corten cuando les dé la gana, no le debes respeto a ningún superior y solo te debes fidelidad a ti misma, de todo lo demás me encargo yo, solo debes dejarme salir Liliana, todo estará mejor si me dejas salir”

Sonriendo débilmente Lily se sentó bajo la copa de un árbol envolviéndose más en la manta azul que le cubría pensando en su pasado y futuro juntos, cuando se separó de su hermano ella sabía que debía ser valiente pero esa cualidad no estaba en ella, por eso necesitaba a Swan para seguir adelante, no importaba lo que le pasara a Lily, Swan siempre estaría a su lado, porque los valientes nunca mueren

por **Eleonor Divella** Lun Jul 02, 2012 11:11 pm

Una noche igual como todas, solo que esta vez las luces del parque estaban más iluminadas qe de costumbre, una que otra nube en el cielo anunciando quizás algo de lluvia pero no, no hubo el caer de las gotas de agua del cielo, al contrario solo se mostraba un camino oscuro para los seres de las noches y algunos que otros ladronzuelos, al menos animales que suelen robar a las personas incautas.

La noche comienza con una huroncita en media parque con un pedazo de tela a sus patitas y unas pelotas en sus manitas haciendo malabares, unas que otras monedas en su pañuelo mientras el animalito hacía de todo para llamar la atención de los que pasaban por ahí, ya sea bailando, moviéndose raro, imitando a alguien o parándose de patitas delanteras no le bastó para tener algo de dinero decente para buscar comida…así que patas a la obra y ajuntar el negocio se ha dicho…pues ahora venía el plan B…tuturu…robar…si, ya lo había planeado desde que hizo maromas como loca o rabiosa, analizando meticulosamente a sus posibles víctimas…oh si, destinos crueles que ponen a una inocente animalito a robar…bah pamplinas la chicuela era una pillina y se acercaba lento a los árboles para sacar de su bolsa (que estaba cubierta en su panza con su propio pelaje, imitación de los canguros) los instrumentos para su arte más ligero de patas…

Un hombre con un reloj de oro puro se paró bajo aquel árbol, más para desgracias de la huroncita tenía un perro…pero claro bajó del árbol con una cuerda atada a sus patas traseras y así descendió como serpiente y tomó el reloj más el chucho feo la olfateo y dio los primeros ladridos… -GUAU GUAU WRRAAAF- haciendo que la hurona se trepe al árbol rauda y veloz sacando la lengua al hombre que gritaba y pedía con alaridos que la atrapen…salió corriendo por las romas de los arbolitos resbalándose con sus patas moviendo su cuerpo como si fuera un arte aquello…cuando no vio una rama mientras se bufaba del perro que la seguía haciéndola caer hacia un lado entre matorrales quedando oculta ahí mirando tras las hojas con sus ojazos a ver si estaba alguien…pero solo se escuchó un ruido y una voz…

-Ahí mi santa madre hurona sácame de este lio y te prometo darme más baños- los rezos para no ser encontrada con la joya en la mano al no percibir al canino ni al gordo ese que la perseguía más bien encontró a una jovencita descansando bajo fría sombra de un árbol…sola así que –PATITAS A LA ACCIÓN- salió la huroncita sigilosa echadita panza a la hierba fue acechando a la mujer lentamente hasta que se quedó tras el árbol pegada con su lomito a este trepando por el tronco y volver a hacer el mismo malabar de la soga pera esta vez sería con los zarcillos de la muchacha…cuando los tomó se sentó y los mordisqueo…escupiendo y lanzándoselos a la cabeza a la chica –puaj sabe feo y no son de verdad-

Se levantó y le sacó la garra del medio a la chica - .i. – mirándola con ojos entrecerrados –ten algo más de valor chaval como para poder robarte- le dio la espalda y se sentó a mirar e reloj que si era de oro puro

Esta huroncita a parte de pilla era landroncita y maleducada...

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