Conociéndonos PRIVADO (Ziva)

por **Roshan** Dom Jun 17, 2012 11:51 am

Aun recuerdo como meses atrás su padre, el sultán de Arabia, me llamó a una audiencia y sin poder negarme accedí sin saber lo que me iba a esperar. El gran salon estaba vacío y uno de los sirvientes me indicaron que fuera al despacho privado donde allí se encontraba mi buen amigo. Lo conocí cuando era un muchacho y su padre ostentaba el cargo que ahora había heredado. Nuestra amistad aumentó con el paso de los años y el había sido testigo de las tragedias que asolaban a mi familia pero nunca pensé que escucharía de su boca lo que me iba a decir.

-Mi querido amigo Roshan te he llamado porque tengo una misión para ti… sabes que mi querida hija acaba de cumplir 18 años.

“¿Como no saberlo?” Me pregunté a mi mismo, había conocido a la pequeña desde que estaba en el vientre de su madre y desde entonces me había encargado de cuidarla y protegerla todas las veces que iba a Arabia. La ultima vez que la vi era una hermosa señorita y asentí escuchandolo.

-Sí, según escuché al llegar a palacio se fue de viaje.

-Esta en París por regalo de su cumpleaños, bueno a lo que iba, quiero hacerte un regalo-cuando dijo eso me extrañé ya que el sultan sabía que no me gustaba recibir regalos.-He recibido muchas peticiones en matrimonio para mi hija pero se que el que mejor la va a cuidar eres tu…ya se que no quieres-me dijo colocando la mano para que no hablara-Pero te conozco como amigo y se que lo vas a agradecer, así que toma este pergamino y ve a buscar a tu prometida.

No pude decir mucho más y apenas era consciente de lo que pasaba pero ya despues de varios meses de viaje estaba en la puerta de la pequeña residencia donde estaba Ziva. Me había colocado uno de mis mejores ropajes y tras tocar la puerta esperé que me abriera.

por **Ziva** Mar Jun 19, 2012 9:35 am

Venir de tierras orientales no es mucho decir, nuestra diferencia de culturas es bastante amplia comparada con este país que a pesar de tener poco de haber llegado aún no podía acostumbrarme algunas cosas esntre ellas el clima más frio, la libertad de sus interacciones personales y de como llevaban el tema de la política.

Yo soy la primogénita y la única hija del sultán, en mis tierras lo indicado es que por ser el primogénito debí ser comprometida en matrimonio desde mi nacimiento y así fue pero el único problema fue que nací siendo mujer, eso cambió mucho los planes de mi padre por lo que ahora debía ser desposada por aquel que mi padre eligiera como el mejor candidato. Desde mis trece años empezaron a llegar principes y mercaderes importantes al palacio tratando de negociar mi mano en matrimonio pero ninguno llegaba al precio que había fijado mi padre, por el contrario yo en verdad no estaba muy deseosa de casarme, tenía un espíritu algo diferente, a pesar de ser educada me encantaba pasar los dias practicando la esgrima, leyendo las historias de otros paises y escaparme del palacio aunque nunca estaba sola, desde niña siempre había tenido a un tigre de bengala a mi lado como compañero, nunca supe de donde apareció pero jamás me dejo sola aunque a veces tambien se desaparecía por mucho tiempo, suponía también tenía un espíritu aventurero como el mio. Para cuando cumplí los 18 mi padre anunció que no dejaría pasar mas tiempo y que pronto sería desposada, tenía el candidato perfecto y que pronto sería la unión, yo no podía oponerme a sus deseos así que asentí pidiendo como único deseo que me permitiese tener un viaje propio antes de tal acto, obviamente mi padre no estaba de acuerdo en primera no podía irme sola ya que por ser mujer era mal visto si no estaba acompañada por humbre, fuese mi padre o mi esposo y más siendo la princesa y en segunda me quería ir a otro país a conocer otra cultura, eso casi lo pone histerico pero gracias a su cuarta esposa me ayudó a convenserlo permitiendome disfrutar mi regalo de cumpleaños.

Antes de llegar mi padre ocupó de adquirirme una casa que prepararon al estilo oriental para que no extrañase mi hogar, estaba sentada en el balcón con un chal sobre los hombros leyendo cuando a lo lejos divisé un carruaje que se acercaba, era extraño pues no esperaba visita alguna, cuandi ví que llevaba dirección al portón me paré y me dirigí lentamente a la sala y esperé a que los sirvientes abrieran, me asomé por las escaleras y vi que se trataba de un hombre quizá de unos 35 años, me acerqué y saludé educadamente:

~ Mar-haba, Ahlan-Wa-Sahlan

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