Conociendonos con un cafe (Filiberto)

por Invitado Mar Ene 17, 2012 4:11 pm

Aquella noche estaba sola. No había quedado con ninguno de mis tres mejores amigos, porque aquella noche no quería estar con ellos. Los quería muchísimo pero necesitaba estar sola algunas veces. Por lo que me vestí con mi vestido color crema, me puse mi chal por encima y salí a las calles. Fui sin mi cochero y sin el carruaje, no quería ir con eso. Mi mansión estaba a las afueras de la ciudad pero camine tranquilamente por los campos que había antes de llegar. Y después avance por las calles, sin tener miedo porque aunque los demás pensaran que yo no podía defenderme lo cierto es que no era verdad. Mi hermano me había ayudado a saber defenderme por mi misma, caminaba por las calles sin saber qué hacer. Hasta que pase por al lado de los cafés y me lo quede mirando.

-¿Por qué no?

Dije encogiéndome de hombro, entre en el café y pedí un café. Me senté en una de las mesas y pronto el camarero me trajo la taza la cual cogí entre mis finas manos. Miraba la taza de café que había entre mis manos casi heladas, hacia frio aquella noche pero no me había impedido salir. Un mechón de mi cabello se me puso delante del rostro y me lo puse detrás de la oreja.

por **Hernán Villalpando** Mar Ene 17, 2012 5:09 pm

Hace un par de días llegue a esta ciudad nuevamente…tengo tantos recuerdos….tantas cosas por recordar, pero la verdad no quiero hacerlo me dañaron mucho, no quiero pensar nuevamente en eso, mi odia se vuelve mas grande cada día que paso recordando, no quiero tener odio en mi, no quiero ser una persona amargada, no quiero la verdad, cada día que paso recordando todo me daña, me duele mi corazón emocionalmente, mis recuerdas van y viene como una guillotina…como la rueda de la fortuna sube y baja, tampoco quiero dar lastima a las demás personas por eso me alego poco a poco de ella. Cerré por un momento mis ojos, no quería volver llorar y no seas bien visto que un hombre llorara, una vez lo hice y me juzgaron como un….como un maricón…así que no volveré a llorar para no ser juzgado como eso, no soy eso y nunca seré esa palabra tan…tan vulgar. Mantuve mis ojos cerrados, me encontraba recargado en la fría pared de mi habitación…de la habitación de hotel donde me estaba hospedando, no tenia todavía ganas de comprar una casa para mi…tampoco es que quisiera vivir en hotel en hotel, pero todo a su debido tiempo, como mi madre siempre me enseño, no apurare algo que en cualquier momento llegara, en este momento me encuentro tranquilo en esta pequeña habitación. Abrí mis ojos nuevamente, enfocando mi mirada en la pared de enfrente, me pego mas a la pared como queriendo traspasarla y estar en su centro, pero eso era imposible era lo bastante raro para esto.

-¿Qué estoy haciendo en esta vida?....que patética pregunta me hago…para algo estas aquí Filiberto…por algo dios hizo que nacieras-Me repetía a mi mismo….eso…no quería pensar otra cosa que no sea eso…estire una de mis piernas hacia la pared, alce mis brazos, cerrando mis ojos…este método era para relajaba siempre me tranquilizaba cuando pensaba esas cosas tan…tan tontas.

Cuando me relaje por completo, volví a mi posición original, agarre mi chamarra que estaba sobre la cama, saliendo de aquella habitación que cuanto salga reinara el silencio total, cerré con llame, asegurándome que cuando viniera no me asaltaran y sobre todo no ser victima de robo, guarde mi llave en mi bolsillo de en pantalón, caminado con laso lento hacia la salida. Salí de aquel hotel de clase media, a mi no me interesaba estar en un hotel de cinco estrellas, te daban mejor servicio en un hotel de clase media, me puse inmediatamente mi chamarra al sentir el frio recorrer todo mi cuerpo, parís siempre se caracterizaba por ser frio así…así esas creaturas asquerosa tenían oportunidad de salir y matar a gente….mientras me ponía mi chamarra apreté delicadamente mi mandíbula. Sacudí la cabeza hacia los lados para poder sacarme esas cosas que tenia en mi cabeza, si seguía así iba hacer una estupidez, no quería hacer eso, tengo bastantes problemas para estar pensando de ese modo. Seguí caminando por las calles de parís sin un rumbo fijo. A mi lado derecho se encontraba un puesto de café… ¿Café?....me detuvo parándome enfrente del puesto.

-No me vendría mal tomar una taza de café…así mi cuerpo se calentaría de este frio que hace…-Susurre, de todos modos no había nadie a mi alrededor, me encamine nuevamente, entrando a la pequeña propiedad, mirando pocas personas, así estaba mejor no tantas personas, mis pies se movían hasta que llegue a la mesa que estaba desocupada, me senté en aquella mesa mirando que una mujer también estaba sentando…no sea maleducado en no saludar-Buenas tardes Señorita…que tenga provecho con su café-No me iba a morir por hablar….tal vez…puede ser que tenga una charla con ella, los dos estamos solos pero….¿si espera alguien? Mejor estaría aquí…de seguro si espera alguien.

por Invitado Mar Ene 17, 2012 5:40 pm

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera me había dado cuenta que tenia compañía. La verdad es que aun no me había bebido nada del café, había estado disfrutando de cómo el calor volvía a mis frías manos. Pero creo que había llegado el momento de beber un poco, así que levante mi taza con ambas manos y me la lleve a los labios bebiendo un poco con cuidado de no quemarme. No quería tener que ir corriendo al hospital así que bebí con cuidado dejando la taza de nuevo sobre el plato donde me lo habían traído y sentí como el líquido caliente, calentaba mi interior.

Escuche que alguien se sentaba en el asiento que había delante de mí y antes siquiera que tuviera ocasión de levantar la vista pude escuchar que me hablaban. Bien, por lo visto aquella noche tendría compañía. Era agradable, al fin y al cabo yo no estaba hecha para estar sola. Al menos no siempre. Le sonreí con dulzura, algo que era muy normal en mi pero no se debía engañar por las apariencias yo podía ser tan o más peligrosa que muchos hombros.

-Buenas noches, me sorprende que haya salido alguien con el frio que hace esta noche en Paris. Pero me alegro de poder verle, es un placer. Me llamo Yunuete Caroline Rouge.

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