¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 4:32 pm

Era una noche agradable. Una suave brisa veraniega recorría las calles de París, arrastrando con ella las fragancias y olores de las muchas almas que la habitaban. Enzo despertó en su refugio, se lavó el rostro, se afeitó la pelusilla con la que despertaba cada noche y se vistió. Ropas negras y de buena calidad, pero sencillas y austeras. Nunca le había gustado especialmente llamar la atención y ahora que estaba muerto no veía motivo alguno para cambiar de parecer al respecto.

Acicalado, con una sana cantidad de sangre en el cuerpo (se había alimentado la noche anterior) y acompañado de su bastón, Enzo salió de su hogar. Nada más pisar el exterior oteó las calles adyacentes, procurando encontrar cualquier sombra oculta. Tras el reciente incidente en el teatro solía estar bastante atento a sorpresas desagradables y a lo que se escondiera tras las esquinas…

Pero no, no había nadie esperándole. No tenía por qué preocuparse. Así que mientras tarareaba una canción el vampiro dejó que sus pies le guiaran hasta una de los muchos cafés que había en París, donde a aquellas horas los pensadores ilustrados discutirían mil y un ideas sobre cómo mejorarlo todo. Que si el gobierno, que si el reparto de la tierra, que si leyes sobre el comercio… Ilusos. Mentes simples que renegaban de la noche y de las criaturas que vivían en ella. Que huían de verdades aterradoras que les impedirían dormir tranquilos.

Enzo entró en el café, pidió una copa de vino (uno del bueno, claro) y se sentó en una de las esquinas del lugar, oyendo las muchas conversaciones y discusiones que tenían lugar a aquellas horas. Aprendiendo sobre París y sus secretos.

por **Santana López** Lun Jun 25, 2012 5:02 pm

Primera semana en París, ya estaba toda la casa amueblada, Santana daba vueltas y vueltas por esta, comprobando que todo estuviera en su sitio exacto y que nada estuviera en desorden. Pensaba si mudarse habría sido una buena idea, todavía tenía recuerdos del pasado muy nítidos y que quería dejar olvidados.

Su servicio ya estaba en sus aposentos, ella se retiró al suyo y decidió acicalarse un poco cambiándose de ropa y moldeando su cabello de otra forma. Necesitaba salir un poco, notar la brisa en su rostro, aclarar sus pensamientos, conocer un poco el lugar, y ver si había alguien más como ella. Una vez terminó de arreglarse salió de la impresionante casa. No sabía bien por donde iba, pero solo se dejaba llevar.

Andaba tranquilamente y sin prisa, observando su alrededor pero sin fijarse demasiado. Seguía demasiado sumergida en sus pensamientos lo cual no dejaba espacio para pensar a donde iba. Terminó en un bar, no tenía mal aspecto, por lo que se decantó a entrar en él.

Una vez dentro se quedó un momento en la puerta observando a la gente del lugar, nada interesante en un primer vistazo. Se acercó a la barra, pidió un vaso de vino y volvió a recorrer el lugar con la mirada, esta vez más detenidamente. Observó varios escritores, varios personajes pintorescos, pero nadie como ella, hasta que dio con alguien que según su instinto le decía que siguiera observando, y así lo hizo.

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 5:42 pm

Conforme la mujer entró en el local Enzo no apartó la vista de ella. No sólo por lo atractiva que era (que también), si no porque había algo que le llamaba poderosamente la atención. Tardó un rato en darse cuenta de qué era, pero apostaría un ojo izquierdo en que se trataba de alguien como él. Sobre todo por esos pequeños detalles como la piel más pálida de lo normal o la falta de respiración. Pero claro, en aquél tiempo en París ya había visto cosas demasiado extrañas y bien podría equivocarse. Así que mejor andarse con varias precauciones.

El vampiro le dio un sorbo a su copa de vino mientras seguía observando a la mujer, hasta que ésta le devolvió la mirada. Enzo la miró a los ojos durante unos instantes hasta que se encogió de hombros y se acercó a ella mientras sonreía abiertamente.

-Buenas noches tengáis, mi buena señora-dijo mientras se quitaba el sombrero para saludarla caballerosamente; sin perder aquél acento italiano tan suyo-. Perdonadme la osadía, pero no he podido apartar los ojos de vos desde que habéis entrado en éste lugar. Me llamo Enzo Krugman y he llegado recientemente a París. ¿Podríais decirme el vuestro nombre madonna?

por **Santana López** Lun Jun 25, 2012 5:56 pm

Al parecer desde que había entrado en el local el hombre en el que se había fijado no había apartado su vista de ella. En un momento dicho hombre se acercó a ella y entabló conversación de una forma muy caballerosa. Cabe decir que el hombre era sin dudarlo bastante apuesto.
Cuando le saludó ella hizo una inclinación con la cabeza a modo de respuesta.

-Mi nombre es Santana, Santana López.-dijo manteniendo una sonrisa en el rostro.- Pues ya tenemos algo en común señor Krugman, yo también he llegado recientemente a París.

Mientras mantenía la conversación se fue fijando en todo detalle de aquel hombre, y sin duda era alguien como ella. Al menos tendría compañía esa noche.

-Así que no habeis podido apartar la mirada de mi...-dijo y tomó un poco de su copa de vino.-debo decir que yo tampoco he podido apartar la mirada de usted, me resulta bastante...interesante.

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 6:44 pm

-No digáis eso señorita López, o haréis que me sonroje como una damisela adolescente el día en que conoce a su apuesto prometido-protestó Enzo, bebiendo otro sorbo de su copa de vino, saboreándolo. A aquellas alturas ya casi daba por seguro que frente a él tenía a otra vampira. Lo que, sinceramente, agradecía bastante-. Y dígame, ¿de dónde viene? Por su nombre parece española… ¿o tal vez ha venido desde las lejanas Américas?-preguntó el italiano, bastante curioso.

Mientras esperaba una respuesta hizo un gesto a Santana para que le siguiera hasta un rincón algo más apartado del café, libre de las miradas y oídos indiscretos del resto de la clientela. Una vez allí Enzo pasó a hacer otro tipo de preguntas algo más interesantes.

-Y decidme… ¿os habéis adaptado completamente a la ciudad? Puede que haya cosas diferentes como las horas de sueño, la comida… Seguro que todo eso cuesta algo al principio. Si necesitáis ayuda no dudéis en pedirla mi buena señorita.

Para cualquiera que oyera aquella conversación no debería de resultar demasiada extraña. Pero si Santana era lo que pensaba seguramente lo entendería todo a la primera.

por **Santana López** Mar Jun 26, 2012 6:43 am

Rió ligeramente por su comparación de la damisela y siguió observandolo. El señor Krugman siguió haciendole diversas preguntas, hasta que con un gesto la invitó a seguirle a un sitio más apartado. Mucho mejor, sin gente que estuviera pendiente a su conversación, Como la gente puede llegar a inmiscuirse tanto en las conversaciones de los demás, pensó rodando los ojos.

Se sentó en el nuevo lugar y escuchó las nuevas preguntas que le hacía, sonrió de medio lado, pues sabía por donde iban sus preguntas, estaba mandando indirectas para ver si ella era uno de los suyos.

-Pues mis orígenes son españoles, pero yo concretamente vengo del continente americano.-respondió a sus primeras preguntas, se deleitó mirando lo que quedaba de vino en su copa sin dejar de sonreir y volvió a hablar- Pues todavía me estoy adaptando a esto, hace cuestión de dias que llegué -despegó su vista de la copa y lo miró a los ojos- ¿desea preguntar algo más concreto, o va a seguir con sus indirectas?-preguntó con una ceja alzada.

por **Enzo Krugman** Vie Jun 29, 2012 9:11 am

-Vaya, es cierto lo que dicen sobre las mujeres sureñas…-comentó Enzo sin perder la sonrisa ante el último comentario de Santana-. Es verdad que les gusta ir rápidas y raudas al centro del asunto-dijo en un español bastante bueno, aunque con aquél acento italiano tan suyo. El vampiro bebió otro trago de vino y miró durante un instante a su interlocutora, evaluándola-. Pero no me parece acertado hablar de según qué temas en lugares públicos, ya sabe. Uno nunca sabe qué tipo de gente puede estar escuchando…

Al decir esto miró a toda la gente del local y se encogió de hombros. Sabía que la ciudad estaba tan plagada de cazadores como de vampiros, brujos o licántropos. Lo raro en aquella ciudad era encontrarse a alguien normal, por todos los diablos. Incluso alimentarse sin complicaciones resultaba un problema a veces. Luego volvió a mirar a la latina, suspiró y siguió hablando en castellano.

-Es difícil saber en quién confiar en éstos días, y más para un recién llegado a una ciudad como París. Lo crea o no, cuando apenas llevaba una semana aquí me encontré con un nigromante. Aunque no me provocó daño alguno el momento fue algo de lo más… Inoportuno-dijo, acordándose de la noche en el cementerio. Todavía estaba buscando al brujo para darle recuerdos en forma de colmillos, garras y acero-. Guardaos de la gente aquí, sean mortales o no. Incluso os diría que no confiarais en nadie, pero eso supondría que no deberíais hacerme caso-rió-. Y puedo asegurar que su desconfianza no es algo que busque, mi buena señora.

por **Santana López** Vie Jun 29, 2012 12:00 pm

-Pues sí, nos suele gustar ir al centro del asunto-dijo con calma y sin dejar de sonreír- bonito acento...-susurró y observó su copa como si fuera lo más interesante del mundo- Al menos ya estamos seguros de que vamos por el mismo camino

Asintió a lo que Enzo decía, tenía toda la razón, el lugar no era el más apropiado, y según tenía entendido, había muchos cazadores por la zona. Decían que no era un buen sitio para cazar y que resultaba difícil no toparte con alguien no deseado por donde quiera que fueras, por lo que había que pasar desapercibido, cosa que a Santana le resultaba difícil porque llamaba demasiado la atención.

Tiene toda la razón muy buen señor mío, en estos últimos tiempos que corren, ya no sabe una en quien confiar. Debo decir que no soy alguien que se fie mucho de la gente-volvió a mirarlo y sonrió de esa forma que ella solo sabía-Y dígame, ¿Hay muchos como nosotros, o los cazadores ya los están exterminando?-susurró acercándose al oído de él por encima de la mesa haciendo que solo él oyera la pregunta y volvió a sentarse en su sitio.

por **Enzo Krugman** Vie Jun 29, 2012 12:37 pm

Cuando Santana se apoyó sobre la mesa y se acercó a él para susurrarle al oído el vampiro pudo percibir aún mejor su embriagador olor. Sintió cierto escalofrío por la columna y el cuello. Incluso casi hubiera jurado que su corazón volvía a latir durante un instante. De haber estado vivo seguramente se le habría puesto la piel de gallina y por aquél entonces hubiera sido muy embarazoso ponerse en pie. Lástima que la situación durara tan poco.

Aquella mujer tenía un halo de atracción importante… ¿Estaba empleando acaso algún tipo de conjuro? Podría ser, pero Enzo no era capaz de percibir nada de eso. Tal vez es que fuera así, sin trucos ni magia de por medio. En cuyo caso se trataba de una mujer excepcional, sin duda.

En cualquier caso, había una pregunta que responder. Antes de hacerlo Enzo bebió un trago más de su copa hasta vaciarla (había sido un buen vino) y ganó tiempo en lo que ocultaba sus sensaciones y pensaba una réplica.

-Si le soy sincero, lo desconozco-dijo, encogiéndose de hombros, hablando en un tono lo bastante bajo como para que sólo Santana le entendiera. La respuesta, como toda la conversación, se la dio en español-.Como le he dicho apenas he pasado tiempo en la ciudad, no sé cómo se mueven las cosas. Pero sí me han advertido de que me guarde de algunas zonas, así como de los perros y los… porca miseria, ¿cómo se dice? Sí, eso, de los guardias, ya sabe-el vampiro miró hacia la sala. No parecía que nadie les estuviera prestando especial atención, pero nunca se podía estar seguro-. Claro que soy un ciudadano ejemplar que se guarda mucho de llamar la atención. Hasta ahora no he tenido ningún problema, y espero seguir así…

por **Santana López** Vie Jun 29, 2012 1:16 pm

Cuando se sentó volvió a observarlo detenidamente y se dio cuenta de la reacción que había tenido en él, le encantaba causar ese tipo de sensaciones en todo el mundo. Se quedó un momento callado, ella seguía con esa sonrisa de triunfo y suficiencia.

Se terminó su copa de vino con lentitud y sin apartar su mirada de él, seguía estudiándolo mientras esperaba una respuesta que por lo que parecía le estaba costando gesticular, ella solo podía ensanchar su sonrisa. Desde que era humana siempre llamaba la atención y causaba este tipo de reacciones, y a ella le encantaba, aunque ella solo vivía por una persona persona aunque esta ya no estuviera.

-Bueno, intentaré no meterme en problemas por aquí, aunque siempre me resulta difícil, no se por que siempre acabo involucrada en alguno, supongo que me gusta demasiado el riesgo...-río para si ante recuerdos-Da gusto hablar con alguien en castellano, aunque debo deducir que por su nombre y su acento debe ser de...¿Italii quizás?-hablaba bastante bien pero su acento le delataba, estuvo un tiempo de vacaciones allí y recordaba el acento.

por **Enzo Krugman** Vie Jun 29, 2012 9:12 pm

-Oh, no llego a imaginar por qué sería usted el centro de las miradas ni me la veo metiéndose en situaciones comprometidas-se burló Enzo, quién estaba disfrutando sobremanera de la conversación y la charla. Era un cambio agradable respecto a Nigromantes que empleaban sus conjuros para encandilarte y hacer que lo violaran. O a la compañía de otros vampiros que te perseguían por las calles con las intenciones del turco-. Sí, efectivamente, procedo de Italia. De Florencia para ser más exactos; aunque pasé también mucho tiempo en Prusia, de donde era originario mi madre. Nací en Fierenze hace…-Enzo guardó silencio unos instantes mientras contaba los años, a veces le costaba recordar la fecha actual y la de su nacimiento después de tanto tiempo-. Hace ya más de cincuenta años, sí. Ahora disculpadme, vuelvo enseguida…

Y dicho esto el vampiro se puso en pie y se dirigió hacia la barra de la taberna. Ahora que salía a plena luz se daba cuenta de que algunos comensales lanzaban miradas furtivas a Santana. Aunque en un principio sospechó, luego sonrió y se dio cuenta de que no eran más que simples humanos. Seguramente se la estarían imaginando sin tanta ropa y gimiendo sus nombres en algún callejón. Puede que alguno estuviera reuniendo valor para acercarse y hablar con ella. Pobres. Deberían de estar agradecidos de que se estuviera entreteniendo con Enzo y no con ninguno de ellos.

Al volver junto a la mujer Enzo portaba una botella de un buen vino que sirvió en ambas copas antes de sentarse de nuevo frente a Santana. Tomó su vaso y degustó el licor con un pequeño sorbo, analizando los matices, disfrutando del sabor. Hacía mucho que había perdido la capacidad de emborracharse, pero el paladar siempre agradecía un buen sabor.

-En cuanto a vos…-dijo tras unos instantes durante los que la miró a los ojos, pensativo-. Le ruego que disculpéis mi curiosidad y falta de modales, pero no puedo evitarlo; ¿por qué habéis venido a París? Si es un tema demasiado personal obviad la pregunta y disculpadme, os lo ruego. Pero no puedo evitar sentir una sana curiosidad al respecto…

por **Santana López** Sáb Jun 30, 2012 4:08 pm

-Oiga! no se burle de mi-rió ante su pequeña irónia- debo de decir que a pesar de todo, me encanta se centro de miradas-admitió mientras se miraba las uñas con una sonrisa. Se encontraba bastante a gusto hablando con este recién conocido caballero y era bastante amable, y podía leer por su lenguaje corporal que no esperaba ni pretendía nada más que mera compañía, justo lo que buscaba Santana en aquel momento. Dejó de mirarse sus perfectas y perfiladas uñas y volvió su atención de nuevo a Enzo.- Florencia... es un bonito lugar, estuve poco tiempo por allí, pero suficiente para que me gustara de sobremanera.-rió entre dientes cuando él se tuvo que tomar unos segundos para pensar los años.-Claro, tómese el tiempo que necesite.

Mientras Enzo se alejaba a la barra de la taberna, volvió a observar el local, notando como muchas miradas estaban puestas en ella, algún que otro hombre le mantenía la mirada por unos segundos hasta que ella hacia un gesto de coqueteo y el hombre dejaba mirar un tanto sonrojado. Esta situación agradaba demasiado a Santana y siguió con ello, al menos aquí no se acercaban cada cinco segundos para invitarla a una copa, suponía que era porque estaba acompañada, aunque eso nunca había frenado a los hombres.

Hizo un asentimiento con la cabeza- Gracias...-susurró alzando ligeramente su copa y bebiendo un trago del vino que le acababa de servir. Tenía un buen sabor, parecia que tenía buen gusto para elegir vinos. Tras la pequeña cata del vino ambos volvieron a la conversación, solo que esta vez había tocado un tema un tanto doloroso todavía para ella, y a pesar de que él le caía bien, prefería no entrar en muchos detalles por si acaso.

-No pasa nada, todos sentimos curiosidad-recuperó su sonrisa y pensó ligeramente la verdad de por qué había viajado hasta París-pues lo cierto es que es una larga historia, pero en resumidas cuentas estoy aquí porque era el sueño de alguién a quien quería, bueno sigo queriendo, pero que no pudo cumplirlo, asi que lo cumplí yo por ella...-lo último ya casi lo dijo en un susurro y por un momento cerró los ojos. Decidió retomar su compostura y no dejar que ese tema la volviera a abatir. -Ahora me toca saciar mi curiosidad, y usted, ¿por qué está aquí?

por **Enzo Krugman** Sáb Jun 30, 2012 7:17 pm

Mientras la no-muerta hablaba Enzo prestaba atención a cada una de sus palabras, memorizándolas por si llegaban a ser de interés en un futuro. De momento la relación con Santana era bastante cordial, pero uno nunca sabía qué llegaría a depararle el futuro y tal vez dentro de unos años aquella bella mujer fuera su peor enemigo. Si ahora conseguía algún detalle o información útil podría usarlo a su favor…

Y sí, algo sacó en claro. Estaba allí en nombre de alguien, una mujer, cumpliendo una promesa. Algo aparentemente sentimental… El próximo paso sería descubrir de quién se trataba, pero sin prisas. Total, sólo tenía la eternidad por delante para averiguarlo.

-Ya veo…-dijo mientras volvía a beber de su copa-. En cuanto a mí, necesitaba un cambio de aires. Ocurrieron ciertas cosas en mi pasado que me mantuvieron alejado de la vida pública durante casi veinte años. Si hubiera hecho acto de presencia 20 años después hubiera levantado demasiadas suspicacias, ya sabe… Muchos harían preguntas incómodas sobre por qué me veía con la misma edad. Sobre mi palidez o sobre que sólo aparecía en público a la noche-Enzo se encogió de hombros, sonrió y bebió de nuevo-. Así que decidí irme a la otra punta de Europa donde no me conocieran. Había oído hablar de París, nunca había estado aquí y buscaba cierta privacidad que estoy encontrando.

Enzo guardó silencio de nuevo, mientras recordaba su vida en Praga; los bailes, los desfiles, las noches con Marianne… Pero cuando ella se fue todo quedó atrás y se fue al garete. Todo se fui a la ruina. Huír de la ciudad hasta París había sido una de las mejores decisiones de su vida.

-Y aquí estoy. Con la intención de quedarme el tiempo suficiente para olvidar los recuerdos y disfrutar de la compañía de bellas mujeres que transitan éstas calles y beber magníficos vinos sobre su piel desnuda-rio brevemente antes de llevarse la copa a los labios-. De disfrutar de la vida, en resumidas cuentas Santana. Y espero que vos hagáis lo mismo.

por **Santana López** Mar Jul 03, 2012 5:05 pm

Santana escuchó atentamente cada palabra que el vampiro decía, la verdad, le interesaba saber la razón de por qué estaba en París. Tomaba pequeños sorbos de vino de su copa mientras, de vez en cuando, desviaba la mirada a sus alrededores para ver si había interesante o si había alguien escuchando lo que no debía.

Las razones de Enzo no parecían ser nada del otro mundo, simple necesidad de cambiar de aires para mantenerse a salvo sin ser descubierto, más o menos como todos. Pero también parecía que había algo que dejaba sin contar, y lo cierto es que le picaba la curiosidad, ya tendría tiempo de saber más.

-Por supuesto que disfruto de la vida, llevo haciéndolo desde que cumplí los 17 años mortales-Rió entre dientes y volvió a tomar otro trago de vino, delineo sus labios con la lengua para no dejar escapar una gota, siempre con su sonrisa.

-Que sitio tan aburrido...en los sitios que estuve antes había mas entretenimiento, aquí los hombres ni siquiera se atreven a acercarse-hizo una mueca como de disgusto, miró a los hombres que no apartaban la mirada de la mesa de Enzo y Santana y les lanzó una mira de desprecio.-Al menos le tengo a usted como una buena compañía, así que no he de quejarme...

por **Enzo Krugman** Miér Jul 04, 2012 11:40 am

-Si os aburrís tenemos dos opciones. O la dejo a solas para que algunos de los muchos valientes de éste local trate de cortejarla. Puede que me presencia no les anime a entablar conversación con vos, recelando de mi actitud o de cómo podría reaccionar-Enzo sonrió y durante un instante dejó ver sus colmillos. Fue tan breve que nadie que los estuviera observando habría podido darse cuenta de ello a no ser que supiera lo que estaba buscando.

Luego dio otro sorbo de vino, acabándose el contenido de la copa. Una de las cosas que más lamentaba de su inmortalidad era no sentir el agradable abrazo de la embriaguez.

-O, si lo decide, puede acompañarme. Mientras charlábamos de según qué temas se me ha abierto el apetito. Y aunque éste es un magnífico vino creo que necesito alguna otra bebida más contundente. En cualquier caso creo que abandonaré el local, creo que me vendrá bien un poco de aire fresco. ¿Qué me decís?

Si Santana decidía acompañarla el vampiro cogería la botella de vino por la que había pagado y se la guardaría en el bolsillo de la chaqueta, para más tarde (no se había hecho rico tirando el dinero). Luego se encaminaría hacia la salida apoyándose en su bastón.

por **Santana López** Miér Jul 11, 2012 12:32 pm

Sopesó un momento la idea de quedarse, pero al segundo la descartó, demasiado aburrido para ella no había nada interesante que fuera razón para que se quedara en aquel lugar, los hombres de allí parecían bastante aburridos y ella no se iba a conformar con poca cosa y el número de mujeres en ese momento era escaso y lo que había no era nada del otro mundo tampoco, por lo que se levantó de su asiento y sonrió a Enzo.

-Me decido por acompañarle, usted es mucha mejor compañía que todas las personas que hay en este local juntas. Seguro que estaré más entretenida.

Dicho esto tomó del brazo al caballero y le siguió, por supuesto en el camino a la salida atrajeron todas las miradas y Santana solo podía sonreir y alzar la cabeza, podía llegar a ser demasiado egocéntrica eso lo sabía, pero jamás dejaría de gustarle el captar todas las miradas a su entrada o salida de un lugar.

-Bueno querido señor mío, ¿tenemos un rumbo fijo o deambularemos hasta encontrar algo en concreto?-se quedó mirándolo un segundo y volvió su vista a la calle, admirando la noche clara en la que se encontraban y también observando a las personas que pasaban cercanas a ellos. Sin duda era una muy buena noche para pasear, por lo que había un poco más de gente que de costumbre, sin embargo, no tardó mucho en que la gente se fuera retirando a sus casa.

por **Enzo Krugman** Vie Jul 13, 2012 8:05 pm

-Oh, por favor, no me piropeéis tanto Santana, en serio. Cualquiera pensaría que me he ganado vuestro corazón y aprecio-bromeó Enzo mientras sujetaba bien a la vampira del brazo y salían a la calle. No necesitó usar sus poderes para darse cuenta de que estaban siendo observados por todos los allí presentes. Y, aunque a Enzo le gustaba ser alguien discreto y no llamar demasiado la atención tuvo que admitir que no le desagradó demasiado la sensación-. Espero no defraudaros y hacer que os divirtáis… Y así gozar más de vuestra compañía, claro.

Una vez fuera Enzo aspiró el aroma de París. Siendo objetivos tenía que reconocer que olía a mierda de caballo, sudor, desesperación, meados, cerveza rancia y a que mucha gente desconocía el concepto de higiene personal. Pero claro, eso eran detalles menores cuando a tu lado tienes un ejemplar de mujer (muerta, sí, pero mujer) hermosísima, que huele como los ángeles y con unos labios en los que daban ganas de perderse. Ah, tenía que reconocer que se estaba comportando como un mozuelo demasiado enérgico ante alguna jovencita. Pero se lo podía permitir, claro. ¿No consistía en eso la inmortalidad?

-En realidad no tenía ningún plan pensado de antemano…-reconoció Enzo mientras echaba a andar por las calles de París-. Conozco zonas donde hay muy un buen beber que tal vez fueran de su agrado… O tal vez prefiera tomar algo para llevar y refugiarnos en algún lugar más privado, como mi propio hogar… Esa elección se la dejo a vuesa merced, mi buen señora-explicó Enzo. Al andar su bastón iba golpeando contra el suelo empedrado-. La verdad es que hace una noche magnífica y me gustaría disfrutar de ella, pero entendería que quisierais algo más de intimidad, claro.

por **Santana López** Dom Jul 15, 2012 2:13 pm

-Solo digo lo que pienso, mas no tengáis tantas esperanzas de haberos ganado mi aprecio y mucho menos mi corazon-rió un poco con la broma de Enzo y respondió sin dejar su sonrisa arrogante. Siguió con su paseo observando el paisaje a su alrededor e intentando memorizar cada sitio por si alguna vez le servia de utilidad.

A pesar de ser un tanto tarde seguía habiendo gente por la calle, aunque no mucha. De vez en cuando alguna cortesana que otra se nos cruzaba, pero nada fuera de lo normal que no pasara siempre. Mientras seguían caminando escuchó atenta la oferta de Enzo. Se paró enfrente de él, rió entre dientes y sopesó un momento su respuesta.

-Señor, ¿pretende usted algo con eso de llevar a una recién llegada a su propio hogar?-dijo alzando una ceja y mordiéndose el labio sonriente mientras arreglaba las solapas de la chaqueta de él.- Pues correré el riesgo y me dejaré llevar por usted, que a pesar de llevar poco tiempo por aquí, lleva más que yo, y eso le hace más conocedor de estas tierras.Dicho esto, volvió a cogerse del brazo de aquel caballeroso hombre y volvió a emprender camino, con paso lento pero firme.

por **Enzo Krugman** Lun Jul 16, 2012 12:37 pm

Enzo estaba disfrutando bastante de la compañía de Santana. No sólo era una mujer terriblemente atractiva, también era lista, no se mordía la lengua al hablar y parecía tener un buen sentido del humor. Por no mencionar que parecía bastante atrevida en según qué aspectos. Bueno, en todos los aspectos que interesaban a Enzo, claro. Que aunque estuviera muerto una parte de su “yo” mortal seguía viva, sobre todo en lo referente a su entrepierna.

-Claro, en realidad pretendo aprovecharme de su inocencia señorita-respondió mientras se ponía muy firme para que Santana pudiera arreglarle mejor la chaqueta-. ¿No lo sabe? Los italianos somos unos desalmados que nos aprovechamos de cualquier donna algo destocada y despistada-bromeó Enzo, que continuaba hablando en castellano y mirando a los ojos de Santana. Y luego a sus labios rojos-. Pero claro, dudo mucho que nadie pudiera llamaros despistada, mi buena señora. O que alguien se aprovechara de su inocencia.

La pareja continuó avanzando, y mientras lo hacía Enzo se dio cuenta de que estaban llegando a la zona de los burdeles. A algunas de las cortesanas las recordaba de haber contratado sus servicios o por haber bebido su sangre.

-¿Qué preferís?-preguntó mientras seguía mirando al frente-. ¿Chico? ¿Chica? ¿Rubios? ¿Pelirrojas? ¿Algún sacerdote y dar rienda suelta a pensamientos oscuros? Estoy abierto a sugerencias. Y como es una recién llegada le dejo elegir a usted.

por **Santana López** Miér Jul 25, 2012 8:35 am

Se encontraba bastante cómoda caminando con aquel hombre. Caminando caminando estaban llegando a la zona de los burdeles, lo cierto es que alguna vez había pasado por allí pero muy poco. Las cortesanas los miraban a ambos, y por la mirada de Enzo a algunas las conocía. Alzó una cena y se quedó mirándolo.

-¿Acaso es habitual de por aquí, señor Krugman?-preguntó mirándolo divertida- pues la verdad parar estos temas prefiero chico...y créame señor cuando le digo que mis pensamientos más oscuros están todos hechos realidad...-rió divertida, si bien sus palabras decían toda la verdad, ahora ya se había vuelto más tranquila y no buscaba hacer realidad sus pensamientos.

Seguía atenta a las miradas que recibía la pareja por parte de todos los que estaban por sus alrededores, personalmente no le gustaba beber sangre de alguien que no necesitara la muerte, no solía beber de alguien y dejarle vivo, además de que no le parecía del todo bien usar a un humano ya que sentía cierto agrado hacia ellos.

-Si debo serle totalmente sincera, soy más de comerme a gente que no tenga mucho que perder y que no vaya a seguir viva...debo decir que siento agrado hacia los humanos y no es de mi gusto usarlos para comer...no se si me explico bien...-tornó su cara a una más seria pero desafiante y volvió a mirar al frente.

por Contenido patrocinado

¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)

Re: ¿Conque tú tampoco respiras? Pues siéntate aquí y cuéntame más (Santana)