¡Fallen Sky! (Privado)

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Jun 28, 2012 4:43 pm

Espejo de pesadillas

Doradas estrellas resplandecen lejanas en el cielo nocturno, son del mismo color que las vio en aquella noche, una laguna perdida donde una canción fue cantada sola por el silencio, y el viento que soplaba a lo alto para alzarme vuelo. ¡Oh! Esa noche es como esta... ¿Porque siento esto? ¿Por qué ese recuerdo viene a mí? Todo eso había muerto y ahora de nuevo viene pero más resplandeciente, siento que vuelo sobre los sueños, quiero seguir a la luna plateada, ella es la única que me ha acorralado a esta soledad, por ella deje todo…Asesine el amor, asesine aquello que me alejaba de esta soledad, de esta tristeza. Solo quiero estar solo y sufrir con las dagas que el mundo me clava.

El sufrimiento me hace querer levitar, vuelo imaginando el cielo estrellado, quiero estar repleto de estrellas en mi cuerpo, dejar que se posen en la capa, que sea mi capa su manto, deseando volar más lejos, ir tras las rosas azules que brillan en la aurora. Tras ese pajarito azul que se esconde por el sendero opuesto. ¡No te escondas, deja que siga admirando tus alas hermosas, deja que mis ojos te deleiten mientras permanezco solo! Le sigue, se siente un pájaro pero herido, le busca y le busca ¿Estas son las escondidas, deseas que te encuentre! Busco entre las flores tu brillo ah! He llegado al jardín botánico donde posas con encanto, dejas caerte en el pasto donde las flores te esconden y solo sigo el mismo movimiento, caigo lentamente, desciendo como si el tiempo se detuviera, me recuesto y solo miro el cielo.

Mi memoria en este escenario brilla, me siento maravillado por la brisa que susurra: ¡No cierres los ojos, las alas del pájaro azul están heridas, cúralas, deja que el pájaro azul navegue de nuevo en la oscuridad con dulzura, cógelo entre tus manos para que duerma sin lamentos, cúralo, cúralo para que vuele! Lo coges entre tus manos, es hermoso, está sumido en tristeza ¿Qué tienes?- Le pregunta besando sus alas, como la libertad puede encarcelarse con su mismo vuelo, le deja recostado entre sus piernas, cubriéndolo para que frio no pase.

Su cuadernillo saca y la pluma de filo coge, escribe unas simples palabras vacías, describe cómo es que se siente en ese lugar y de repente una oleada de viento arrasa con las hojas haciendo que estas vuelen, alejándose rápidamente….Y ahí una extraña esencia, un intenso aroma de oscuridad profanoa. Permaneciendo escondido, admira una figura esbelta, ¡Que ser tan cautivador! Que veía como una ilusión: “Luciérnagas mortecinas son sus ojos ¡Quién es? Su rostro se torna como la luna, sus labios tan deliciosos guardan su voz, ah! Tan oscuro, tan misterioso…. ¡Que es lo que esconde? Porque siento la soledad aun, en el veo más silencio que de costumbre, todo se hace mudo y solo le sigo observando. Camina y me tiene hechizado en su perdido camino, solo le miro y esa figura me esta alucinando ¡Que es lo que hago! Aún sigo escondido y el pajarito azul se queja, su sonido torturador llega a mis oídos…Shhh!!!!!!!!-le acaricia para que se calle, deja de llorar, de agonizar ahora mismo…Mira que no estamos solos, deja de hacer ruido no quiero escapar…

por **Kissa Merchant Adler** Jue Jun 28, 2012 5:13 pm

Pasos como susurros en la noche, estrellas brillando en el cielo como doncellas que aguardan a su hombre, los dioses que observan derramando sus plateadas lágrimas sobre la Tierra al ver cómo se comporta la sociedad actual. El ondeo suave de una capa negra que le cubre hasta el cuello, el suave danzar de su melena corta junto al viento norte, ¿se anuncia una nueva tormenta? ¿La nieve volverá a cubrir su alma de hielo y fuego, el más intenso calor que provoca la evocación ficticia y tan añorada del lejano hogar?

Un suspiro leve escapa de sus labios rojos por el frío ambiente, mientras sus ojos recorren los jardines evocando la memoria, aquella que por tanto aferrarse a ella aún no pierde. La compañía de los delgados árboles, desnudos ante el invierno, es su predilecta y le hace sonreír al cielo, a los dioses. Su caminar es más lento, más suave ahora que siente que se libera de aquel peso, el paseo nocturno cumple con su trabajo y despeja su alma con el paisaje invernal de la ciudad francesa. París, la ciudad de las artes. La ciudad de los vampiros, mejor dicho.

Su mano aprieta un poco su bastón, aquel único recuerdo tangible de su último compañero. El mango es elegante, tiene la cabeza del lobo Fenrir. El único sonido que anuncia su presencia, es el constante golpeteo del bastón en el suelo, ya que sus pasos son invisibles. Tantos años le han cubierto de silencio, de un aura de soledad que aparta de sí a otros vampiros más jóvenes, como si temieran contagiarse de oscuridad. Pero su sonrisa al cielo es sincera, él es solitario, silencioso, pero a pesar de eso no desea ni la muerte ni la locura. Sólo es otra manera de ver las cosas.

De repente un susurro, un sonido lastimero que llega hasta sus oídos y le hace detenerse. Desde hace varios minutos que ha captado aquella otra presencia, pero permanece impasible. La ciudad está llena de otros vampiros, y la cercanía de uno no es nada que le pueda molestar. Los territorios y terrenos libres no existen en el presente. Ahora todo es para la sociedad, para la comunidad. Para las masas, no para el individuo. Para el individuo, no para la naturaleza de lo salvaje.

Sin embargo, no puede evitar ladear ligeramente la cabeza. Le llama la atención el otro vampiro, el que crea que puede permanecer oculto. Pero más aún, es el llanto lastimero de aquel animal, un ave pequeña que proviene del mismo escondite del vampiro más joven. Su mirada se agudiza, pero el silencio que emana de él sigue siendo total. Se pregunta qué hace un vampiro oculto junto a un pajarillo lastimado... Se pregunta qué sucede con la sociedad actual... Se pregunta...

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Jun 29, 2012 9:18 pm

Observo sus alas y sangran más, creando un laberinto de sangre en las manos, tejiendo hilos diversos de su herida, sigue sollozando mortificante y el lucero donde es que se guarda para curar estas malditas heridas…Porque sufre esta ave que solo pide volar, porque el mundo se ve de esta efímera tristeza, de dolor que solo conocemos…Asesinarla sería la única esperanza, pero ella querrá esto, deseara que finalice este dolor que le está atormentando…

Y el, el pareciese que no estuviera presente, porque no se acerca, le siento y no lo siento… ¡El silencio es lo único que el viento atrae, solo puede estar entre oscuridad su mirada! Dejar que todo finalice, ya no quiero ver sufrir al ave, sus alas se desmiembran poco a poco de su cuerpo, cortárselas y dejar que viva sin jamás poder volar. Destrozo un poco mi camiseta, no me importa que aun el permanezca cautivo…Ahora solo es tratar de curarle, salvarle de esta tierra donde no deseo que permanezca, que vuele lejos de esta miserable existencia, donde no hay más que perturbadoras sinfonías de una vida…Una miserable mentira de anhelo, deseos muertos que se han convertido, todo desde que la luz cayo, transcendiendo al mundo salvaje donde todo encanto renació. Sin importar que el carmesí se notara entre las hojas, el tallo lleno de espinas reluzcan como bestias que fingen ser bellas, nada puede alcanzar tal hermosura, solo la muerte es la maldición para adquirir todo en este mundo.

¿Qué es lo que desciende de mis ojos? Las lágrimas brotan de repente ¿Por que el cantico hermoso se ha liberado? Estoy sufriendo al verle viva, puedo sentir como el corazón bombardea, como creas la música con tus latidos que disminuyen lentamente. Lloro porque jamás podre sentir tu dolor, no podré volver a ver la luz de la bella muerte. Deseo matate por egoísta, tu vida es la que me hace conmoverme, saber que jamás podre volver a latir mi corazón en la luz…Sin luz todo está perdido, estoy perdido, vagando solo y viendo como el dolor es cada vez más fuerte. Maldita ironía, conozco el dolor y sin embargo se me ha olvidado como se siente, ya no recuerdo como era agonizar, estoy muerto, ya no siento nada.

Levantándome lentamente, he cubierto sus alas con la prenda que se torna carmesí, camino aun sujetándote entre mis manos, detengo el llanto pero la mancha, las huellas de la sangre marcaron estos ojos secos llenos de egoísmo. Sin alzar la mirada sigo el camino, llegando frente a un vacío y lo único que logro decir: Aun con tu silencio, rodeado de gritos y tormentos solo observas…-permanecía con la mirada en el ave, acariciándole su pelaje para que durmiera y calmara un poco su angustia.-Crees que pueda vivir sin haberle destrozado sus deseos de volar.-murmuro algo lastimado, el hubiese deseado que le asesinaran antes de que perdiera todo lo que deseaba.

por **Kissa Merchant Adler** Vie Jun 29, 2012 9:37 pm

Le vio ponerse de pie, notaba la sangre en sus ropas, en sus manos y en sus mejillas y esto le hizo fruncir el ceño levemente. Él jamás había llorado, pero no por frío, sino porque no había encontrado los motivos adecuados. El frío de su tierra natal había quedado guardado en su alma, y aún no había flama alguna que alimentara sus deseos de llorar bajo la luna.

Tampoco había visto nunca a un vampiro llorar; sus compañeros fueron fieros guerreros, asesinos a sangre fría, un clan de criaturas y no de personas. Su último compañero ya era un hombre de edad, su alma ya estaba seca por lágrimas que Kissa nunca pudo presenciar. Estaba sorprendido y conmovido, pero su rostro estaba inexpresivo, sólo un leve atisbo de curiosidad.

Las palabras que el viento le trajo le hicieron ladear el rostro, y terminó por acercarse al otro vampiro dejándose llevar por sentimientos que muchos catalogarían como demasiado humanos. Sus pasos fueron silenciosos, mudos, más el bastón volvió a brindar la esencia del sonido del caminar en huecos ecos retumbantes que se perdían en los jardines. Quedó frente al vampiro, observando sus manos, al pequeño animal.

– ¿Tanto deseas que viva? –preguntó en voz baja, apenas audible incluso dentro de ese silencio. Su acento extranjero, sin embargo, era tan obvio como siempre– Necesita calor, uno que no podemos brindarle por mucho que deseemos –comentó, subiendo la mirada, encontrándose con los ojos del otro.

Le parecía extraño que la sangre manara de ellos. Parecía imposible, improbable o incorrecto, no sabría escoger la palabra correcta. Por instinto, levantó su mano derecha, demasiado blanca para parecer humana, y con cuidado limpió aquellas marcas de sangre de su rostro, mientras sus ojos no liberaban los ajenos. Cuando acabó de limpiar su rostro, no pudo evitar llevarse su dedo índice a sus labios, probando el sabor de aquella sangre. Rápidamente bajó la mano y volvió a mirar aquel animal envuelto, a escuchar aquel latir desenfrenado producto del dolor y el miedo.

–Si quieres que viva, podrías llevarlo a mi casa, está cerca. Mi criada sabrá cómo ayudarle a entrar en calor –comentó, con ojos tristes. Se preguntaba cómo se sentiría, cómo sería aquel dolor y aquel deseo ferviente de volar y no poder hacerlo. Se preguntaba lo que sería no tener libertad, no tener un futuro.

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Jun 29, 2012 11:47 pm

La vida no lo era todo, ni preocupación era, solo era un egoísmo mío que me transformaba en una bestia cantante. Sentir su pequeño cuerpo en mis manos me hacían recorrer varios pensamientos de existencia…”La libertad era solo una cadena más” Nadie es libre, todo permanece cautivo ante un pasado, un futuro incierto. Soy una vil bestia que solo está obsesionado con las aves agonizantes ¡Por que admiro su dolor! Las fuerzas no son las mismas pero que pasara con las cicatrices, con sus sueños que desvanecen como la densa y eterna briza.

Muriendo todo el espacio dentro del ave, desangrando una esperanza en sollozos, convulsionándose, aferrándose con angustias en recuerdos esos que lentos evolucionan dentro de la memoria. Con la fuerza de un hueco olvidado queda, posándose en mis palmas, se refugia suplicante que le salve y yo solo logro arrebatarle más esa evocación, alas tristes, intenta volar y no puede, se lastima más e intento sostenerle para que no lo haga, disfrazando mi mirada hacia el ser mudo que me observa y al fin sus palabras llegaron en mi…

Glaciares del destino se han roto por dentro, siente frio y tiene miedo, no había sentido el miedo de un ser herido. Soy la letanía de preguntas que no encuentran respuesta, las puertas se cierran en mi conciencia y domina el deseo de asesinarla, brillando como nunca estos ojos codiciosos.

Puede sentir sus pisadas, siente el mundo entero que gira, las hojas se arrastran, el viento sigue continuando y las flores que danzan…-Eso deseaba, pero mis deseos son superior al matarle, quería curarle y en mis manos no está su salvación si no acelerar su camino hacia la oscuridad.-decía aun con las palabras que se sentían como susurros delicados, mirándole profundamente, sus ojos, ojos que brindan tranquilidad y su manos, su piel suave, no podía ignorar aquel gesto y sin embargo solo sentía la ave que me decía “Ya no lo mires, llévame, sálvame antes de que sea demasiado tarde”

-Desde el principio tuvo miedo, el frio es lo que le está matando y yo no puedo dejarle…-le volvió a mirar…-Espero no ser una molestia, si la vida puede seguir teniendo eso hare, a pesar de desear lo contrario…-musito dando un paso al frente mientras le observaba sin dejarle de mirar…

por **Kissa Merchant Adler** Sáb Jun 30, 2012 9:59 pm

Le miró fijamente, atravesándole casi con su mirada dorada. Sus palabras eran lo que le llamaba la atención, parecía sufrir tanto y al mismo tiempo evitarlo, ignorarlo. Parecía retorcerse por dentro, y su mirada hablaba más que sus palabras, decía ¡mátame! ¡Quítame esta soledad!. Su sufrimiento interno era lo que más llamaba su atención, casi de forma morbosa, porque él jamás había sentido aquello sobre su persona. Y era su empatía lo único que le quedaba para poder sentir por los demás, para seguir siendo un vivo en esencia y no una piedra inerte.

-En nuestras manos está lo que nosotros queremos tomar -comentó entonces ante sus palabras, ladeando el rostro ligeramente. Cogió su bastón con algo de fuerza y se giró, esperando a que el extraño le siguiera- No es una molestia si soy yo quien le está invitando, vamos -susurró, sonriendo levemente, de forma tranquilizadora, como quien desea darle confianza a alguien.

Se preguntaba interiormente por qué el vampiro buscaba proteger la vida de aquel pequeño animal, así como también se preguntaba por qué él estaba ayudando a aquel vampiro a cumplir con sus propósitos. ¿Empatía? ¿Caridad? ¿Compasión? No lo sabía, pero prefería no buscar esa respuesta, por el temor a que no le gustara lo que conllevaba.

-Soy Kissa Adler -le presentó mientras caminaba, junto a aquel vampiro melancólico- Pero prefiero que sólo me digas Adler -susurró en voz aún más baja, no quería romper aquel silencio que los jardines proporcionaban, el canto del viento y la muda contemplación de sus dioses, aquellos que el resto consideraba como paganos y que para él eran la única verdad- Puedes quedarte en mi casa si lo deseas... -invitó amablemente, las visita le animaban, más por ver los rostros sonrientes de sus dos criados humanos, quienes consistían en su única compañía.

por **Nicolás D' Lenfent** Sáb Ago 11, 2012 5:46 pm

Apenas es que se da cuenta que esta perdido entre la noción del tiempo, el ave le brindaba demasiadas cosas, veía una libertad divina, esa libertad que jamás de podrá disfrutar en esta existencia. Seguía cuidándole no dejaría de hacerlo, le procurara hasta que vea sanar sus alas y siga volando, no quería que su única esencia para saber lo que es la vida se le fuera.

Tan perdido que apenas se percato cuando acariciaba al ave, una voz que era como un recuerdo del silencio, esas pisadas que se desprendían con una fineza que el cielo envidia, el sonido del bastón al zurrar la tierra húmeda y muy fresca.

Caminando a su compas, al estar mas cerca de el resaltaba el porte de la ambigüedad, una fineza que su vestimenta testificaba, y esos labios que se movían fingiendo una humedad en ellos que deleitaban su fulgor. Mientras lentamente hecha su cabeza hacia adelante, inclinándola un poco para ofrecerle un gesto de cortesía. –Monsieur D´Lenfent …Su voz a pesar de ser tristeza, dolor se muestra con elegancia y seducción alavés-Me muestra hospitalidad, me ofrece su ayuda para salvarla, y ¿Acaso debo agregar su confianza? ….Confianza es lo que carece este vampiro que se pregunta el motivo de su hospitalidad, de sus palabras que solo engendran mas seguridad de lo que sospechaba…Quizá solo quizás sienta lo mismo por esta ave que ya no se movía, gemía con debilidad y el temblor empezó a dominarla.

Siguiendo el rumbo de aquel ser misterioso lleno de una tranquilidad divina, ante la tempestad, el sufrimiento, la agonía que se junta y se transforma en delicia, todo era hermoso, porque al ver al ave se siente destrozarse junto con ella y al ver al su acompañante se siente una desconocida paz, ella brinda llanto mientras el brinda una especia de alegría tenebrosa. –¿Porque realiza este acto de amabilidad?...-Que ironía era traducir las mismas palabras –Sera que en esta eterna maldición que compartimos, usted se sienta solo. Le miraba profundamente donde los ojos mas oscuros llenos de oscuridad le reinaban.- No sé que es lo que me pasa, al verle me siento extraño o será que la falta de sangre me esta consumiendo rápidamente….Se sentía débil, su piel era opaca y aun así el brillo no le abandonaba, por eso se sentía así o porque razón era?.Dando mas pasos pero al ultimo sentia que se caia...

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