Primer encuentro PRIVADO (Jonathan Rhys Meyers)

por **Dominic Cooper** Vie Jun 29, 2012 4:06 pm

Llevaba un par de días en Paris y Nixie aun no habia encontrado su lugar. Había llegado gracias a los buenos samaritanos que iban desde el convento hasta Paris y gracias a dios no había tenido ningun problema de altercado con los asaltantes.

El dinero ya comenzaba a escasear y por mucho que caminara por las calles Paris era una ciudad enorme y le estaba resultando imposible encontrar la dirección que le habían dado las monjas, allí se suponía que deberia encontrar al hombre que le pidió la mano a su padre pero su desconocimiento del idioma tampoco ayudaban a esto.

Ya iba por el cuarto día y tras intentar adecentarte en la pequeña habitación que había alquilado en un motel se fue caminando hasta otra zona de la ciudad, era una de las que aun no había explorado y tras tomar el papel entre sus manos y abrazarse a si misma debido al frío que hacía sus ojos se iluminaron al ver que había dado por fin con la calle.

Su cuerpo comenzó a temblar, mezcla de la anticipación y del frío hasta que casa tras casa llegó hasta su destino. Era una hermosa mansión y a través de las ventanas podía ver como las personas se movían de un lado a otro.

Tímidamente se atrevió a acercarse a la puerta y tras intentar mejorar su aspecto pellizcando las mejillas para que parecieran mas sonrojadas tocó la puerta colocando una de sus mejores sonrisas aunque en el fondo no podía negar que era un manojo de nervios.

por **James Mayer Rothschild** Miér Jul 04, 2012 12:14 am

El día había empezado bastante frio y hasta en cierta manera nostálgico, a veces las cosas que están por pasar son las menos esperadas, dictan un antiguo refrán, rara vez pasa algo interesante en las cercanías de una gran mansión que es habitado por un de los duque mas misteriosos de Inglaterra pues pasa sus días mirando por la ventana esperando la legada de algo o alguien pero su silencio solo es interrumpido por el continuo tintineo de los hielos de su brandi cuando se lleva un trago a la boca, su mirada clavada en la entrada de su gran mansión y un continuo conjunto de libros es lo que lo acompaña día tras día.

Muchas veces es interrumpido su constante esperar por alguno de sus sirvientes que velan por su salud pues llega a pasar horas esperando, las comidas pasan al igual que el tiempo, mas que pensar en el espera, parado con ese semblante de enojo que puede cambiar en con una negación con la cabeza y que se pierde con los regaños de la mas grande de sus empleadas que vela por su salud, pero aquel día de frio despertar algo era diferente, pues el que es pera siempre recibe lo que busca.

Esa mañana pido una botella nueva de brandi que le fue llevada a su mesa junto a le ventana, pero esta vez no la tomo ahí, sirvió su copo y camino hasta el otro lado de la mansión donde la biblioteca gozaba de la mas exquisita lista de libros de hechizo –que nadie me interrumpa, hasta la llegada de la que será la duella de todo esto, entendieron-, con un portazo cerro la puerta y nadie supo de el por horas.

El día transcurría normal, la gente corría de un lugar a otro limpiando la caza pues por las palabras del dueño de la mansión alguien importante llegaría, por lo que se limpio piso por piso, cuarto por cuarto era límpiado, mientras que en la entrada el viento comenzaba a atraer a aquella que el duque esperaba, Jonathan duque de Londres Salió de la biblioteca, -vallan y abran a la niña que espera a fuera-, mientras que victoria la doncella mas antigua le explicaba que nadie había tocado la puerta, pero antes de que ella pudiera terminar el llamado a la puerta se hizo sonar por toda la mansión.

-cuando entre llévenla a mi despacho, no sin antes vestirla como es debido, cuanto contigo verónica para que vistas a mi prometida.

Dicho esto Jonathan siguió su camino hasta su despacho donde esperaba recibir a la que le fue entregada como prometida, aquella pequeña niña que se le separo hace tiempo y que por mucho tiempo paso esperando en su ventana, pues nadie puede interferir en el destino, y el destino de la niña era llegar por su propio pie a la mansión.

(pequeña Nixie Kent en ti pongo todo lo que puede dar este dolido corazón, tu padre me dio algo que es mas valioso para mi que para el, veremos que tanto puedes hacer por mi.)

En la mente de Jonathan el hablaba para consigo mismo, pues el único amor que el conocía era el de una amiga que había sufrido mas que el, y el de unos padre que murieron inesperadamente, todo lo que le queda ese esa persona parada en la entrada.

por **Dominic Cooper** Miér Ago 01, 2012 10:41 am

Apenas había podido tocar la puerta cuando una mujer mayor la tomó del brazo y sin darle explicación alguna se la llevaron a un dormitorio en la planta superior. “Creo que he encontrado a mi prometido…” Se dijo mentalmente mientras su vestido era quitado y la metían en una bañera recordandole que estaba sucia… No había podido bañarse bien durante el viaje y en el motel no contaban con baños individuales por lo que su temor no le dejó compartir el baño con las cortesanas que habitaban las dependencias contiguas.

Nixie se cubrió el cuerpo cohibida al ver la falta de pudor de la mujer y de las otras que la ayudaron a bañarla y asearla, no podía hablar de los nervios y las mujeres tampoco le preguntaron nada, solo una, una joven con rostro amable se acercó a la chica y se presentó como Verónica. Con una sonrisa la condujo a una enorme habitación, era mas grande que su casa al completo en Irlanda y la sentó delante de un tocador comenzando a cepillarle el cabello mientras daba ordenes a las demas doncellas para que trajera un vestido.

Con su pelo suelto la levantaron y con ayuda de las chicas le colocaron un vestido, era elegante pero simple, como le gustaba a Nixie, de un color azul que hacía resaltar su cabellera rubia, sus ojos y su palida piel. Le colocaron unos zapatos que le costó a Nixie mas de una caida mientras practicaba en la habitación, siendo estos peores que el corset que llevaba, ya que no estaba acostumbrado a llevarlo.

Ya arreglada Verónica la tomó de la mano y caminó con ella bajando las escaleras hasta la puerta de una habitación y seguidamente tras darle un beso en el dorso de la mano y hacer una leve inclinación dejó allí sola a Nixie. La chica tocó la puerta un poco cohibida y tras recibir de dentro un “adelante” caminó lentamente cruzando el umbral para encontrarse con él, su prometido…

-Mi señor…-dijo sin saber como debía dirigirse a él ni que tenía que hacer ahora que lo tenía delante.

por **James Mayer Rothschild** Jue Ago 02, 2012 4:26 am

El destino siempre encuentra la manera de jugar con la vida de las personas, llevándolas siempre a vivir momentos crueles que son el tiempo puede curar, pero muchas veces el mismo destino teje los hilo para tan largos que cuesta llegar a hacia la meta soñada, dando un largo camino hacia le felicidad, pues en esta ocasión la espera por esa felicidad ha tardado mas tiempo del que debería, peo todo tiene un principio y un fin y el fin de la espera a terminado para esta dolido personaje de noble estirpe.

Con el rechinar de la puerta se dio inicio a ese encuentro que se había postergado por un gran tiempo y que ahora todo empezaba a tomar el camino deseado, pues con la llegada de esa pequeña niña, cuerpo esbelto precioso a la vista de cualquiera, perfecto dirían los que saben, con ese tomo de piel virginal, jamás tocado por los rayos del sol pensarían y esa cara de niña que inundad con su felicidad el lugar donde se encuentre,- “mi señor”, no Nixie Kent , no soy tu señor, por que no soy tu amo, tu líder, o tu mentor, para ti soy Jonathan tu prometido, por lo que no veo necesidad de títulos extras-, la mira con su expresivos ojos azules, de arriba hacia abajo, recordando esa primera vez que la vio, caminando sola, y le hizo sentir que todavía tenia corazón y que se podía enamorar,- todo lo que vez aquí es tuyo, desde la hoja que cae del viejo roble de la entrada, hasta la misma mansión, es tuyo, solo te pido una cosa, quédate a mi lado hasta el fin de los tiempos.

Las palabras salían de la boca del emocionada y enamorado joven que deja ver esos sentimientos que ha tenido muy guardados en lo más profundo de su alma, extraño pero el amor puede sacar lo mas culto de una persona, y Jonathan no era la excepción pues se levanto de su silla y camino hacia su joven y hermosa prometida, para quedar parado justo frente a ella, acto seguido por un acontecimiento inesperado que llevo a Jonathan a hincarse a los pies de su prometida, tomado su delicada mano le dio un beso, con lo que aprovecho para sacar de su dedo el anillo que lo señala como duque el aniño que ha pasado de generación en generación, - con ese anillo te entrego mi alma y todo lo que tengo, por eso Nixie Kent te pido que seas mi esposa y me permitas amarte mas de lo que puedas pensar-.

No le importo nada, ni como había sido el viaje de ella, si había tenido problemas, solamente se entrego a ella, pues era claro que mas haya de la persona que tiene frente a él, existe un amor más grande, un tesoro que le arrebato a un padre para volver a ser feliz, a un sabia bien que ella no lo conocía, pero con tal acto intento ser lo mas sincero posible.

por **Dominic Cooper** Jue Ago 23, 2012 12:15 pm

Por primera vez estaba en la misma habitación que su prometido y aunque mantenia la mirada al suelo recordando las recomendaciones de la criada estaba muy curiosa por sabe como era, si era joven y apuesto, o era uno de esos ancianos que buscan una chica joven… Su voz era grave y tenia un matiz que hacía que mi cuerpo se estremeciera comenzando a ponerme nerviosa. Este era uno de los momentos para los que deberia haber estado preparada pero la sobreprotección de sus hermanos se lo impidieron.

Alce la mirada al escuchar su nombre, Jonatahan, era un nombre bonito y mucho mas cuando al mirarlo a los ojos me encontré con hermosos lagos azules haciendo que sonriera timidamente. Me sentía un poco insignificante a su lado aunque el vestido estaba a la altura no sabía como deberia reaccionar pero su calida sonrisa hacia que mi cuerpo poco a poco se relajara.-Jonathan-dije timidamente intentando evitar que mi voz sonara temblorosa.-Todo lo que me ofreceis es demasiado para mi, mas os prometo que no me alejare de vuestro lado.

Mis mejillas volvian a sonrojarse comenzando a pensar como sería su nueva vida a su lado aunque al sentir como le tomaba la mano su cuerpo volvió a ruborizarse y ponerse aun mas nerviosa, sus labios se sentían bien en mi mano y cuando vi su gesto no sabía que responder, tenía miedo de hacer algo que no debía y estropear el momento.-Yo acepto ser vuestra esposa Jonathan, prometo amaros y espero no defraudaros nunca.

Levantó timidamente la mano que tenía libre y sin poder aguantar las ganas acercó la mano a acariciar la mejilla de su prometido, su piel se sentía suave aunque notaba algunos indicios de barba pero estaba notando que era verdad y que ahora su vida iba a cambiar.-Solo os pido que seais paciente conmigo, nunca estuve rodeada de tanto lujos y no se como tratar con hombres.

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