AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
2 participantes
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Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
¿Qué es el teatro?
Es vivir en los zapatos de otro
mientras piensas qué hacer con tu libertad...
Es vivir en los zapatos de otro
mientras piensas qué hacer con tu libertad...
Marianne entró con el programa en la mano y fue a sentarse en su palco, compartiría con otra persona, aunque eso no le importaba, sonrió mientras desde su lugar observaba los vestidos de las damas y hacía algunas anotaciones interesantes en su enorme cuaderno mental. Estaba levemente aburrida, aunque la perspectiva del otro día, de ir a con Viola era demasiado interesante, le había prometido hacerle un perfume pensado sólo en ella y se preguntaba qué tipo de toques tendría, si sería afrutado, de flores o qué. Suspiró e hizo una mueca, jugueteando con el programa y mirar aburrida el telón caído, como si eso fuera a levantarlo de pronto, empezando una función que parecía interesante a primera vista.
Chasqueó la lengua y miró sus ropas, se había arreglado ex profeso para la noche, con un vestido verde claro, con algunos adornos en tonos beige y lo había combinado con un calzado a la medida del mismo tono que los adornos del vestido. Con el cabello cayéndole en caireles bien elaborados, en forma de tirabuzón y un peinado muy fresco y natural, quizá demasiado para la noche, pero es que no tenía ganas de botar la casa por la ventana en cuanto a su arreglo, además, no es que fuera a conquistar a alguien y realmente no le interesaba por el momento hacerlo.
Aunque ese chico... mmmhhh... estaba guapo y ese otro... tenía bonitos ojos... y aquél... oigan, qué hermosa espalda y el otro... ah no, ese le recordaba a Sebastián, fuera... pero ese otro, oh my god, pero... ojojo, qué chico tan guapo, debería venir más seguido al teatro, ahora que lo pensaba, porque había muchos hombres atractivos y aproximadamente de su edad, aunque por las mujeres que los acompañaban, seguramente comprometidos... Suspiro, largo suspiro... la historia de su vida, cuando le gustaba uno, resultaba que ya estaba apartado por alguien más, pardiez.
En eso estaba, divagando con el rostro (sí, claro, la cara) de un hombre, cuando escuchó que alguien entraba y volteó a ver, con una imagen bien clarita del tórax masculino envuelto en esa chaqueta roja con motivos azules y dorados, tan atractiva como pecaminosa, porque bien sabía cómo se desabrochaba y algo así quería hacer, vio llegar hasta ella a un camarero, que le invitó una copa de vino que ella negó, pero sí aceptó en su lugar, un poco de agua y un zumo frío. Degustando un pequeño canapé, decidió dar una vuelta por el teatro, mirando todo lo que había alrededor, desde la moda francesa enfundada en mujeres que olían de una forma muy persistente, hasta cabellos grasosos y alguna que otra carcajada estridente.
Chasqueó la lengua y miró sus ropas, se había arreglado ex profeso para la noche, con un vestido verde claro, con algunos adornos en tonos beige y lo había combinado con un calzado a la medida del mismo tono que los adornos del vestido. Con el cabello cayéndole en caireles bien elaborados, en forma de tirabuzón y un peinado muy fresco y natural, quizá demasiado para la noche, pero es que no tenía ganas de botar la casa por la ventana en cuanto a su arreglo, además, no es que fuera a conquistar a alguien y realmente no le interesaba por el momento hacerlo.
Aunque ese chico... mmmhhh... estaba guapo y ese otro... tenía bonitos ojos... y aquél... oigan, qué hermosa espalda y el otro... ah no, ese le recordaba a Sebastián, fuera... pero ese otro, oh my god, pero... ojojo, qué chico tan guapo, debería venir más seguido al teatro, ahora que lo pensaba, porque había muchos hombres atractivos y aproximadamente de su edad, aunque por las mujeres que los acompañaban, seguramente comprometidos... Suspiro, largo suspiro... la historia de su vida, cuando le gustaba uno, resultaba que ya estaba apartado por alguien más, pardiez.
En eso estaba, divagando con el rostro (sí, claro, la cara) de un hombre, cuando escuchó que alguien entraba y volteó a ver, con una imagen bien clarita del tórax masculino envuelto en esa chaqueta roja con motivos azules y dorados, tan atractiva como pecaminosa, porque bien sabía cómo se desabrochaba y algo así quería hacer, vio llegar hasta ella a un camarero, que le invitó una copa de vino que ella negó, pero sí aceptó en su lugar, un poco de agua y un zumo frío. Degustando un pequeño canapé, decidió dar una vuelta por el teatro, mirando todo lo que había alrededor, desde la moda francesa enfundada en mujeres que olían de una forma muy persistente, hasta cabellos grasosos y alguna que otra carcajada estridente.
Es beber en la copa de otro
al tiempo que caminas por tu voluntad.
cuando por fin decides triunfar.
al tiempo que caminas por tu voluntad.
Fue cuando se encontró a un viejo conocido y se dedicó a platicar con él sobre las últimas noticias de París, que si un Conde se había casado con una prostituta, que si los reyes españoles estaban en París (una sorpresa, porque ella no sabía nada de eso, así que se apuntaba para ir a visitarlos y de paso, mostrarle sus diseños a José, seguramente necesitaría escaparse un poco), que si había una nueva actriz en el teatro, que si era muy guapa, que parecía egipcia, que si iba a hacer nuevos diseños y se los enviaría. Tantos y sis... y respuestas divertidas, picarescas y algunas... ejem... llenas de pura maldad.
Hasta que dieron la segunda llamada, que fue cuando Marianne decidió despedirse y regresar lentamente a su balcón, para observar a un guapo hombre de ojos grises, de altura que la dejaba suspirando, de un cuerpo que la ropa no ocultaba, que la hizo pensar en Y sis... y noes... y tantas tonterías, que mejor sacudió la cabecita, tomó un poco de agua fría y siguió avante. Esa noche, se decía, estaba demasiado inquieta y pensando en puras tonterías, sobre todo en hombres, por Dios, si existiera uno solo que valiera la pena, sí, estaba Wolfgang, pero era su familia. Sí, estaba su tutor, pero era un facilote. Domingo, casado con el recuerdo de su esposa. Loukas, bah, un policía que sólo buscaba cumplir con su deber. Asagi, demasiado dulce e intenso como para tener una relación de uno a uno. Ahhhh...
Regresó a su balcón, fue cuando notó la presencia de otra persona, otra mujer (al menos, así no se vería embobada o algo parecido, por cierto, se desconocía, normalmente no hacía eso), vestida de rojo, con algunos arreglos en negro. El vestido parecía deliciosamente confeccionado, aunque Marianne no le habría puesto ahí o ahí ese arreglo, ni hubiera plisado la falda... estuvo divagando unos segundos en lo que se sentaba y volteaba a verla. Marianne era completamente diferente de ella, más alegre, vivaz, optimista, ingenua, un lienzo en blanco y llena de inocencia. Le sonrió e hizo una reverencia con la cabeza.
- Ojalá la obra sea tan buena - dijo abriendo su programa y concentrándose unos leves instantes en él, para voltear y dedicarle su atención a la dama.
es respirar en el cuerpo de otroHasta que dieron la segunda llamada, que fue cuando Marianne decidió despedirse y regresar lentamente a su balcón, para observar a un guapo hombre de ojos grises, de altura que la dejaba suspirando, de un cuerpo que la ropa no ocultaba, que la hizo pensar en Y sis... y noes... y tantas tonterías, que mejor sacudió la cabecita, tomó un poco de agua fría y siguió avante. Esa noche, se decía, estaba demasiado inquieta y pensando en puras tonterías, sobre todo en hombres, por Dios, si existiera uno solo que valiera la pena, sí, estaba Wolfgang, pero era su familia. Sí, estaba su tutor, pero era un facilote. Domingo, casado con el recuerdo de su esposa. Loukas, bah, un policía que sólo buscaba cumplir con su deber. Asagi, demasiado dulce e intenso como para tener una relación de uno a uno. Ahhhh...
Regresó a su balcón, fue cuando notó la presencia de otra persona, otra mujer (al menos, así no se vería embobada o algo parecido, por cierto, se desconocía, normalmente no hacía eso), vestida de rojo, con algunos arreglos en negro. El vestido parecía deliciosamente confeccionado, aunque Marianne no le habría puesto ahí o ahí ese arreglo, ni hubiera plisado la falda... estuvo divagando unos segundos en lo que se sentaba y volteaba a verla. Marianne era completamente diferente de ella, más alegre, vivaz, optimista, ingenua, un lienzo en blanco y llena de inocencia. Le sonrió e hizo una reverencia con la cabeza.
- Ojalá la obra sea tan buena - dijo abriendo su programa y concentrándose unos leves instantes en él, para voltear y dedicarle su atención a la dama.
cuando por fin decides triunfar.
Marianne Cromwell- Realeza Escocesa
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Fecha de inscripción : 07/08/2011
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
¿La noche?
Momento de calma
Momento de atosigo
Eso ahora es la noche para mí
Momento de calma
Momento de atosigo
Eso ahora es la noche para mí
Las 6:00 pm un cuarto oscuro…grandes ventanales lo adornan cubiertas por enormes cortinas color carmesí que evitaban que aquellos rayos de sol entren y toquen aquella hermosa y pálida piel pálida que yacía en aquella enorme cama recubierta por sábanas de seda y una que otra mancha de sangre aún tibias; el cuerpo de aquella mujer se vislumbra por las tela...su espalda fría con aquellas marcas de nacimiento…aquella vampira somnolienta se levanta casi llevada por su amor a su más grande enemigo (el sol)…camina hasta uno de los dos ventanales que está en su alcoba con un impulso de su deseo de ver aquellos últimos rayos colándose a su cuarto…se escucha el abrir de una puerta y ella ahí con sus ojos cerrados con aquella sábana cubriendo su cuerpo…de pronto la puerta queda medio abierta y el sonido de algo pesado como un eco de muerto se oye caer cual eco del tiempo se detiene un golpe…en ese instante otro hombre aparece tras la puerta mirando y negando con su cabeza al ver aquella escena…
Aquella vampira había matado a uno de los mensajeros de su hermano mayor…la sangre de aquel pobre infeliz que la había molestado en sus pensamientos ahora estaba en sus uñas…suelo y parte de las sabanas que envolvían su muerto cuerpo…y ella ahí parada con una sonrisa como si lo que hizo fuera lo más grande que pudo haber hecho…solo sus ojos grises miraba a su fiel heraldo mientras lame las sangre que en su diestra quedaba…solo se escucharon un susurro algo que no era diferente, sino más bien común escuchar de aquellos labios rojos… -André encárgate de todo como siempre…- sus ojos se cerraron mientras su cuerpo la dirigía hacia su tocador a limpiar el resto de sangre y a dejar el aroma a flores de loto…aroma al que se aferraba a mantener.
Aquella vampira había matado a uno de los mensajeros de su hermano mayor…la sangre de aquel pobre infeliz que la había molestado en sus pensamientos ahora estaba en sus uñas…suelo y parte de las sabanas que envolvían su muerto cuerpo…y ella ahí parada con una sonrisa como si lo que hizo fuera lo más grande que pudo haber hecho…solo sus ojos grises miraba a su fiel heraldo mientras lame las sangre que en su diestra quedaba…solo se escucharon un susurro algo que no era diferente, sino más bien común escuchar de aquellos labios rojos… -André encárgate de todo como siempre…- sus ojos se cerraron mientras su cuerpo la dirigía hacia su tocador a limpiar el resto de sangre y a dejar el aroma a flores de loto…aroma al que se aferraba a mantener.
¿Cómo camina la luna en la noche?
¿Cuándo la noche camina en la muerte?
La muerte y la luna juntos siempre
En el sendero de la noche…
¿Cuándo la noche camina en la muerte?
La muerte y la luna juntos siempre
En el sendero de la noche…
Su vestido rojo como la sangre esperaba con ansias el estar sobre el cuerpo de la mujer…normalmente usaba negro pero esta noche quería algo diferente para ella…algo que la hiciera más notable pero inalcanzable a la vez para quien la vea…sus cabellos castaños retomados cual princesa egipcia, solo dejando unos cuantos bucles tocar su espalda…arreglos para ella…no los necesitaba solo un poco de color rojo en sus labios…sus joyas todas eran de diamantes color negro…al igual que su cartera, sus guantes y sus zapatillas de tacones…las ligas de sus sais justo donde suele guardarlas en sus piernas. Todo perfecto para para que aquella mujer saliera por la noche…pero a ¿dónde ir…?... ¿Qué hacer…?...preguntas pero sin respuestas…solo pudo salir de su mansión ignorando la llamada de sus hermanos y subir a su coche para dirigirse al centro de parís…mientras tanto pensaba que hacer…hasta que solo pudo decir a su gran amigo André que la llevara al teatro…pero no al de vampiros sino al de los mortales…ya que estaba aburrida de su frígida vida de inmortal y de la alta sociedad vampírica…así que ahora deseaba probar y probarse a si misma su auto control y determinación…y así fue pues, que se dirigió hasta aquel lugar…el aroma era delicioso para ella…un aroma de vida, de juventud y rocío…un llamado para ser alguien diferente fue para Isis aquello…André bajo y compro el ticket de entrada a la función…pero para desgracia de ella tendría que compartir el palco…no se quejó ni puso alguna complicación…solo se colocó su túnica negra y sin decir palabra alguna ingreso al lugar.
Mezcla de sensaciones…
Mezcla de emociones
La noche me hace sentir viva
La noche me da la vida
Vida extinguida y vacía que solo una muerta sentía…
Mezcla de emociones
La noche me hace sentir viva
La noche me da la vida
Vida extinguida y vacía que solo una muerta sentía…
Entrar ahí era arriesgado para Isis…perder su control y acabar con muchos humanos sería lo último que deseaba…su sonrisa tan calmada y vacía se veía en sus labios…no miró a nadie solo se dirigió con su ticket a su palco…buscaba la calma y la paz del lugar…aunque sea con algún humano…su túnica cubría completamente su cuerpo…a lo lejos parecería una mancha negra pasando por cualquier lugar…llego al palco se retiró la túnica y se sentó en una de las sillas…un mozo ingreso para ofrecerle algo de beber…solo una copa de vino tomo y dejo sobre el borde del palco su sonrisa maliciosa pero divertida se desbordaba por sus labios…dieron la segunda llamada y sus piernas se cruzaron dejando sus manos tomar sus rodillas…sus ojos se cerraron…sus poderes de vampira estaban haciendo aquello…leer mentes…para saber quiénes o que clase de personas había ahí…se escuchaban los rumores…de amantes…deseos reprimidos…y otras cosas más que para los inocentes sería indecoroso pero para otros no…en ese instante una voz la despertó de su habitual rutina de vampira…una sonrisa y un ligero asentamiento de su cabeza a manera de saludo…
-Ojala la noche sea excelente para mí…más que la obra…- sonrío y extendió su mano para saludar con la joven…la cual miro de lado con un pequeño deje de curiosidad…por leer su mente… -Mucho gusto…- tuvo el impulso de decir su nombre pero no…dejó todo como debería ser…y se presentó como solía hacerlo… -Masa´a Alkair Sayyidat, ʾismī Isis Osweder, Ma Ismok? - sonreí sabía que aquella dama no entendería mi saludo ni mi presentación…
-Ojala la noche sea excelente para mí…más que la obra…- sonrío y extendió su mano para saludar con la joven…la cual miro de lado con un pequeño deje de curiosidad…por leer su mente… -Mucho gusto…- tuvo el impulso de decir su nombre pero no…dejó todo como debería ser…y se presentó como solía hacerlo… -Masa´a Alkair Sayyidat, ʾismī Isis Osweder, Ma Ismok? - sonreí sabía que aquella dama no entendería mi saludo ni mi presentación…
Isis Osweder- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/08/2011
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Localización : En algún lugar...en el infierno...
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Donde los actores se olvidan de sus preocupaciones
y salen con todo el ahinco del mundo a trabajar
y salen con todo el ahinco del mundo a trabajar
La mujer a su lado tenía unos movimientos fascinantes, lentos, elegantes, pero al mismo tiempo sensuales. Es una dama en toda la extensión de la palabra y sin embargo algo inquietaba a Marianne, porque no entendía bien su origen, procedencia, debido a sus ropas eran a última moda parisina, pero sus cabellos y la forma de sus rasgos sugerían una educación ajena a Francia.
Aún así, le sonrió y miró ansiosa cómo el teatro empezaba ya a llenarse, las personas a tomar sus asientos y esperar tranquilamente el inicio de la velada que prometía ser realmente buena. Los actores anunciados eran excelentes y tenían mucha experiencia previa. Volvió a abrir el programa y a mirar ansiosa, esperando que por fin empezara la obra, de todas formas aún tenía la oportunidad de conocer a la dama que le acompañaba en el palco y esa era otra de las razones por la que estaba tan contenta.
- Bueno, todos queremos que las noches y los días sean buenos - dijo acomodándose un mechón rubio tras la oreja y luego, con mucha elegancia sus faldas - un día productivo en el que haya más ganancias que pérdidas.
Había volteado a sonreirle, cuando notó que la señorita le hablaba en un idioma que realmente no comprendía. El problema no era eso, Marianne jamás se dejaba ganar por algo tan insignificante, pero lo que realmente provocó la discordancia fue la forma en que la otra sonreía, como si se burlara, como si realmente supiera que la española no conocía el idioma y lo hubiera hecho para incordiarla.
Eso no le pareció propio de una dama, pero sonrió e hizo una reverencia propia de su status, de todas formas, decidió indicarle a la mujer con quién hablaba, para que se moderara. Si no lo hacía, bueno, Marianne no sería la que faltó a la etiqueta, porque esa era una forma horrible de incurrir en una infracción a la educación. Hablar en otro idioma, no preocuparse en traducirlo y aún reírse de su interlocutor.
- Mi nombre es Marianne Louvier, soy Grande de España, que es el título que se le dan a los Duques en el reino - sonrió con dulzura que sólo envolvía la molestia que tenía hacia la mujer - así que es un placer conocerla y disfrutar con usted la obra de teatro. Ahora, si me disculpa - regresó su mirada al programa y bebió un poco del zumo frío que le habían traído. Sacó el abanico de su bolso, de manufactura netamente española y que pocas veces se veía en París, una de las nuevas adquisiciones para sus vestidos y empezó a moverlo contra su rostro, preocupándose más por los colores de la ropa de una de las damas que ocupaban los primeros asientos que por la persona grosera y pedante que tenía al lado.
La señorita podría ser muchas cosas, pero Marianne también era una mujer que estaba segura de sí misma, que sabía lo que valía y nadie, absolutamente nadie, podría venir a burlarse de ella. Que fuera a burlarse de otros que se lo permitieran.
Marianne no era una persona así.
Jamás.
El teatro es un lugar de reunión, donde la alegría se transforma en llanto
y la furia se endulza en la más hermosa sonrisa que los labios pueden dar.
y la furia se endulza en la más hermosa sonrisa que los labios pueden dar.
Marianne Cromwell- Realeza Escocesa
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Ese instante que no se olvida,
Tan vacío devuelto por las sombras,
Tan vacío rechazado por los relojes,
Ese pobre instante adoptado por mi ternura,
Desnudo desnudo de sangre de alas,
Sin ojos para recordar angustias de antaño,
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
Tan vacío devuelto por las sombras,
Tan vacío rechazado por los relojes,
Ese pobre instante adoptado por mi ternura,
Desnudo desnudo de sangre de alas,
Sin ojos para recordar angustias de antaño,
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
La espera aunque larga tuvo su fruto en aquel lugar…la incordia que su lengua había creado en la humana le ha llamado mucho la atención y de qué manera…las reacciones fueron violentas y llenas de disgusto incluso el tono de la respuesta de Sayyidad Louvier… -Marianne Louvier “Grande de España”- Pensaba…trata de esconder una risotada por ese título… -se ve que los humanos siempre dicen sus títulos por molestia o verse más importantes que otros…- otro pensamiento y otra sonrisa mientras una reverencia realizaba con la cabecita hacia la dama.
Era lógico entre ver una rivalidad ya entre ambas dama y como no notarlo si la vampira la había inquirido con su idioma…como si fuera un insulto…pero como no hacerlo cuando so se fiar de nadie incluso de los de su misma especie y siempre utiliza su lenguaje extranjero para saber antes los idiomas de los otros y poder entablar una charla…digamos más amena…A pesar de la desconfianza hacia los humanos una sonrisa cálida y dulce se dibuja en sus rojos labios dejando ver sus blancos colmillos -Disculpe Sayyidad Louvier “Grande de España” el haber usado mi idioma natal para presentarme, pero debía saber qué idioma domina usted…digamos que era para probar el terreno donde uno ingresa sabiendo algo del otro…- otra sonrisa algo más maliciosa la deja ver como si tratara de decirle lo que era o con quien estaba pero a manera de juego ya que era aburrido seguir los mismos protocolos todos los días...
Se acomodó en su lugar limpiando un poco el vestido y colocando sus manos sobre sus faldas mirando al público de abajo cerrando por segundo los ojos y respirando sus aromas…escuchando sus pláticas y sobre todos sus pensamientos…el ensimismamiento acabo cuando la otra joven miraba a los que se encontraban en las primeras filas…sonreí al ver que otra vez faltaba mi presentación… -Isis Osweder ex grande del Cairo- reí para mis adentros la verdad que hace tiempo deje de ser “grande”, “princesa” o sucesora de la tierra de Egipto…eso ya hace más de algunos siglos…pero no tenía porque ella saberlo al menos no hasta saber si era de fiar o trabajaba para la santa Inquisición…si merecía vivir o merecía morir como otros de la inquisición…
-Espero que no le haya incomodado mis palabras en mi lengua natal Sayyidad…pero si ese fuera el caso…lamento saberlo- la verdad no importaba nada ni nadie…eso le habían enseñado y menos los “simples mortales” como solía llamar su hermano mayor a los humanos y era preciso ese nombre para ellos pues siempre terminaban traicionando a todos incluso entre ellos….
Se acomodó más en su asiento cruzando sus piernas y tomando una copa de vino con su mano derecha mientras la izquierda se quedó sobre sus piernas quieta pero lista para evitar y moverse si el caso lo ameritaba…todo esta listo y atento al siguiente paso incluso sus pies listos para moverse…pues la mente de la chica era muy fácil leer y entre ver sus ideas y pensamientos…
Era lógico entre ver una rivalidad ya entre ambas dama y como no notarlo si la vampira la había inquirido con su idioma…como si fuera un insulto…pero como no hacerlo cuando so se fiar de nadie incluso de los de su misma especie y siempre utiliza su lenguaje extranjero para saber antes los idiomas de los otros y poder entablar una charla…digamos más amena…A pesar de la desconfianza hacia los humanos una sonrisa cálida y dulce se dibuja en sus rojos labios dejando ver sus blancos colmillos -Disculpe Sayyidad Louvier “Grande de España” el haber usado mi idioma natal para presentarme, pero debía saber qué idioma domina usted…digamos que era para probar el terreno donde uno ingresa sabiendo algo del otro…- otra sonrisa algo más maliciosa la deja ver como si tratara de decirle lo que era o con quien estaba pero a manera de juego ya que era aburrido seguir los mismos protocolos todos los días...
Ampáralo niña ciega de alma,
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego;
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies,
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro.
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego;
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies,
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro.
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Se acomodó en su lugar limpiando un poco el vestido y colocando sus manos sobre sus faldas mirando al público de abajo cerrando por segundo los ojos y respirando sus aromas…escuchando sus pláticas y sobre todos sus pensamientos…el ensimismamiento acabo cuando la otra joven miraba a los que se encontraban en las primeras filas…sonreí al ver que otra vez faltaba mi presentación… -Isis Osweder ex grande del Cairo- reí para mis adentros la verdad que hace tiempo deje de ser “grande”, “princesa” o sucesora de la tierra de Egipto…eso ya hace más de algunos siglos…pero no tenía porque ella saberlo al menos no hasta saber si era de fiar o trabajaba para la santa Inquisición…si merecía vivir o merecía morir como otros de la inquisición…
-Espero que no le haya incomodado mis palabras en mi lengua natal Sayyidad…pero si ese fuera el caso…lamento saberlo- la verdad no importaba nada ni nadie…eso le habían enseñado y menos los “simples mortales” como solía llamar su hermano mayor a los humanos y era preciso ese nombre para ellos pues siempre terminaban traicionando a todos incluso entre ellos….
Se acomodó más en su asiento cruzando sus piernas y tomando una copa de vino con su mano derecha mientras la izquierda se quedó sobre sus piernas quieta pero lista para evitar y moverse si el caso lo ameritaba…todo esta listo y atento al siguiente paso incluso sus pies listos para moverse…pues la mente de la chica era muy fácil leer y entre ver sus ideas y pensamientos…
Pero ese instante sudoroso de nada,
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca,
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos.
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca,
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos.
Isis Osweder- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/08/2011
Edad : 34
Localización : En algún lugar...en el infierno...
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Obsérvame actuar porque así lo hacen los grandes,
no mires atrás donde los envidiosos esperan que falles
si tienes algo que hacer, romperse una pierna es la mejor opción
deséaselo a cualquiera que te espere que te pase algo peor.
no mires atrás donde los envidiosos esperan que falles
si tienes algo que hacer, romperse una pierna es la mejor opción
deséaselo a cualquiera que te espere que te pase algo peor.
No sólo la dama era una grosera, porque también era petulante y arrogante. Si creía que por mostrar los colmillos y denotar su condición vampírica Marianne se atemorizaría estaba más que equivocada. La joven suspiró mirando de nuevo el programa, escuchando las palabras de la vampiresa en total silencio, sin interrumpirla, pero por igual se concentró en no pensar en absoluto, su mente era un lienzo en blanco acostumbrada a lidiar con gente así: Domingo, Julián...
- Considero que sería mucho más prudente no ser tan grosera - miró el programa y luego la copa de zumo a la que le dio un pequeño trago - si bien hay personas que ostentan un título o lo portan para que las demás entiendan ante quiénes se presentan con la finalidad de sentirse más que otros, habemos otras que lo hacemos por el simple hecho de poner una barrera entre los demás y nosotros. Para evitar más malentendidos. Entiendo su condición, la situación en la que se encuentra, la desconfianza que puede generarle el desconocer quién es su compañero de palco, pero - le miró - si a todos trata igual que como lo hizo conmigo, créame que lo único que se granjeará serán enemigos.
Bebió un poco más de la copa y la dejó sobre la mesita, tranquila, mucho más calmada que al inicio, fijando la mirada al frente sin dejar que sus labios se separaran demasiado mientras hablaba con la dama. Entendía su situación porque muchos se confesaban con ella al confeccionar sus prendas, el miedo de ser descubiertos, perseguidos, que no les permitieran una existencia pacífica era general. No sólo vampiros, si no hombres lobo, cambiaformas, incluso los humanos que conocían algo de magia. Marianne guardaba silencio la mayor parte de las veces a menos que le pidieran ayudarles en algo, pero eso no era justificante de una actitud como la de la señorita Osweder.
- No busque enemigos donde no los hay, si necesita saber si puede confiar en alguien o no, ésta no es la manera de hacerlo. No todos somos tan comprensivos ni sabemos la realidad que la aqueja - la volteó a ver con una mirada intensa - en mí no tiene una enemiga, pero le recomiendo que me trate como una persona y no como una mascota. Desconozco las razones que la hicieron ser tan agresiva, pero créame cuando le digo que ese método que utiliza no funciona conmigo ni lo hará jamás. Le propongo un borrón y cuenta nueva, un comienzo diferente. Si no, no se preocupe, terminaré de ver la obra y me retiraré del teatro sin comentarlo a nadie, no es necesario que utilice ninguno de sus poderes - miró el programa - no es la primera vampiresa que conozco ni la última en hacerlo - dijo en apenas un susurro audible para la señorita Osweder, lo último que quería eran problemas y rogaba porque ella lo entendiera y lo tomara tal cual.
*Off: sorry por la tardanza U_U
- Considero que sería mucho más prudente no ser tan grosera - miró el programa y luego la copa de zumo a la que le dio un pequeño trago - si bien hay personas que ostentan un título o lo portan para que las demás entiendan ante quiénes se presentan con la finalidad de sentirse más que otros, habemos otras que lo hacemos por el simple hecho de poner una barrera entre los demás y nosotros. Para evitar más malentendidos. Entiendo su condición, la situación en la que se encuentra, la desconfianza que puede generarle el desconocer quién es su compañero de palco, pero - le miró - si a todos trata igual que como lo hizo conmigo, créame que lo único que se granjeará serán enemigos.
Bebió un poco más de la copa y la dejó sobre la mesita, tranquila, mucho más calmada que al inicio, fijando la mirada al frente sin dejar que sus labios se separaran demasiado mientras hablaba con la dama. Entendía su situación porque muchos se confesaban con ella al confeccionar sus prendas, el miedo de ser descubiertos, perseguidos, que no les permitieran una existencia pacífica era general. No sólo vampiros, si no hombres lobo, cambiaformas, incluso los humanos que conocían algo de magia. Marianne guardaba silencio la mayor parte de las veces a menos que le pidieran ayudarles en algo, pero eso no era justificante de una actitud como la de la señorita Osweder.
- No busque enemigos donde no los hay, si necesita saber si puede confiar en alguien o no, ésta no es la manera de hacerlo. No todos somos tan comprensivos ni sabemos la realidad que la aqueja - la volteó a ver con una mirada intensa - en mí no tiene una enemiga, pero le recomiendo que me trate como una persona y no como una mascota. Desconozco las razones que la hicieron ser tan agresiva, pero créame cuando le digo que ese método que utiliza no funciona conmigo ni lo hará jamás. Le propongo un borrón y cuenta nueva, un comienzo diferente. Si no, no se preocupe, terminaré de ver la obra y me retiraré del teatro sin comentarlo a nadie, no es necesario que utilice ninguno de sus poderes - miró el programa - no es la primera vampiresa que conozco ni la última en hacerlo - dijo en apenas un susurro audible para la señorita Osweder, lo último que quería eran problemas y rogaba porque ella lo entendiera y lo tomara tal cual.
Si no, entonces se vería en un conflicto del cual tendría que escapar como pudiera.
*Off: sorry por la tardanza U_U
Marianne Cromwell- Realeza Escocesa
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Tome un pasaje a la tristeza
He tomado su ruta
Mira la tierra que tú pisas
Pero borra mi huella con tu paso…
He tomado su ruta
Mira la tierra que tú pisas
Pero borra mi huella con tu paso…
El porte de la joven era cierto…y aún volvía la serpiente a dejar su veneno en el aire…no sabía otra forma de ser más que la hostil que a fuerzas tuvo que aprender…en una vida solitaria y oscura donde todo y todos son enemigos de uno, donde uno es el enemigo de todos sin poder ser amigos…sin tener la plena confianza en alguien sin esperar algún golpe bajo o alguna reprimenda de un familiar por mostrarse como es al inicio de una velada…
Con los ojos cerrados asentí a sus palabras…eran muy ciertas, me había comportado mal con una jovencita que no tenía duda de malicia aunque sus palabras solo hacían que sonriera más…pero no una sonrisa falsa ni calculadora…sino de aquellas sonrisas que muestran un estado de ánimo muy placentero ante la charla… -Muchos buscan su título primero para ahuyentar las ignominias de sus personas y luego para mostrar lo inalcanzable para los que a su lado se pueden hallar…pero son solo títulos y aparte de todo, el titulo no hace a la persona si no la persona al título…a muchos les queda muy grandes ciertas formalidades mientras que a otros les queda de maravilla…-
Una sonrisa más amplia mientras dejo que mis manos jueguen con el contenido de la copa meciéndole de lado a lado percibiendo su aroma añejo que destilaba su propia vida… -los enemigos no se buscan…ya vienen hechos a la medida desde que uno se hace lo que se hace desde ahí ya tienes enemigos a tu alrededor…- deja la copa mirando a la joven -Usted como parte de la realeza española debe saberlo, el hecho de ser alguien de tan alto poder siempre habrán personas que deseen lastimarla y dañarla para su beneficio…en mi caso cada noche es una batalla por tener la siguiente luna ya sea con los de su especie como con los de otras especies…incluso entre nosotros mismo…nada se gana, todo se otorga para ser la vida más placentera…incluso…- suspira lentamente dejando que el aire inexistente para ella salga de su cuerpo… -incluso para una vida inmortal…- susurra muy por debajo de lo que la joven le pueda escuchar…
Con los ojos cerrados asentí a sus palabras…eran muy ciertas, me había comportado mal con una jovencita que no tenía duda de malicia aunque sus palabras solo hacían que sonriera más…pero no una sonrisa falsa ni calculadora…sino de aquellas sonrisas que muestran un estado de ánimo muy placentero ante la charla… -Muchos buscan su título primero para ahuyentar las ignominias de sus personas y luego para mostrar lo inalcanzable para los que a su lado se pueden hallar…pero son solo títulos y aparte de todo, el titulo no hace a la persona si no la persona al título…a muchos les queda muy grandes ciertas formalidades mientras que a otros les queda de maravilla…-
Una sonrisa más amplia mientras dejo que mis manos jueguen con el contenido de la copa meciéndole de lado a lado percibiendo su aroma añejo que destilaba su propia vida… -los enemigos no se buscan…ya vienen hechos a la medida desde que uno se hace lo que se hace desde ahí ya tienes enemigos a tu alrededor…- deja la copa mirando a la joven -Usted como parte de la realeza española debe saberlo, el hecho de ser alguien de tan alto poder siempre habrán personas que deseen lastimarla y dañarla para su beneficio…en mi caso cada noche es una batalla por tener la siguiente luna ya sea con los de su especie como con los de otras especies…incluso entre nosotros mismo…nada se gana, todo se otorga para ser la vida más placentera…incluso…- suspira lentamente dejando que el aire inexistente para ella salga de su cuerpo… -incluso para una vida inmortal…- susurra muy por debajo de lo que la joven le pueda escuchar…
Odio esta noche
Odio esta vida
Sin ti no sé lo que haría
Eterna sangre de mi alegría…
Odio esta vida
Sin ti no sé lo que haría
Eterna sangre de mi alegría…
Una mirada más cálida deje ver…retirando el guante negro que cubría mi pálida piel para poder saludarla como se debía… -Excelente…comencemos desde el principio Sayyidat Louvier…porque comentaría mi presencia…si muchos ya me conocen solo por el aroma o por mis ojos…ya que no son comunes- sonrío cerrando mis ojos como un voto de confianza que sostenía con mi único amigo André… -Mucho gusto, sayyidat…me llamo Isis, Isis Osweder…- sonrió dejando mi mano cerca a la suya -Espero que la velada nos sea satisfactoria y entretenida para ambas…-
Si el futuro es incierto la mente también lo es pero para un vampiro solo la angustia de la sed es incierta…
Si el futuro es incierto la mente también lo es pero para un vampiro solo la angustia de la sed es incierta…
Isis Osweder- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Una velada es más que una simple noche,
es la oportunidad de conocer nuevos horizontes.
es la oportunidad de conocer nuevos horizontes.
No podía estar más de acuerdo con las palabras de la señorita Osweder. Desde pequeña su padre le enseñó que no importaba cuánto dinero se tuviera, si se era el mismo Rey de España, lo que interesaba era justamente quién se era. La persona sin ningún adorno, sin ninguna prenda. ¿Qué había en ella para que los demás la vieran o ignoraran? ¿Qué hacía ella para que los demás la quisieran u odiaran? ¿Qué había en ella? No sólo las actitudes si no también los sentimientos son catalogados, juzgados, expuestos. Así pues, Marianne por ello mismo practicaba la política de: haz el bien sin mirar a quién. Y sobre todo, la de no irrumpir en asuntos que no le competían a menos que alguien solicitara de su juicio.
Era de esta forma en la que uno estaba tranquilo y aún así, como la propia señorita volvía a decir, no se exentaba uno de enemigos que no veían con buenos ojos las actividades que se realizaban o quizá por miedo, odio, avaricia, celos, pecados insuperables y múltiples, juzgaban a mal y buscaban enfermar las ramas del árbol que florecía simplemente porque a ellos les emponzoñaba cuánto crecía y ellos no. Asintió mirándola con ojos diferentes, así que la mujer sí era sabia, sólo que el ser arisca evitaba que alguien pudiera reconocérselo.
- Estoy completamente de acuerdo con sus palabras, pero si entre nosotros mismos no vamos creando los puentes o bien, estallamos los que existen, al paso del tiempo no tendremos más que a uno mismo para vivir en este mundo de alimañas que por el simple hecho de caminar consideran que estamos haciéndoles un mal - le miró y sonrió, ahora sí con alegría, con ese optimismo que la caracterizaba - siempre es bueno tener a alguien con quien compartir al menos el palco del teatro ¿No lo cree? - estrechó con firmeza la mano que le ofrecían - soy Marianne, Marianne Louvier y el placer es todo mío...
Sonrió con alegría porque realmente le era interesante conocer a alguien como ella, sobre todo por lo que habría visto, visitado, los conocimientos que tendría, las personas que hubiera tratado y bebió un poco de la copa que tenía al lado antes de mirar el programa de nuevo y regresar su mirada a ella con un brillo de entusiasmo que no podía apagar ni con cubetadas de agua bien helada.
- Perdón si soy cotilla, pero dígame ¿Cómo es Egipto? Muchas veces he querido ir, pero del Continente Americano no he salido - hizo muequitas y se encogió de hombros - viví toda mi infancia en la Nueva España, pero lugares como Arabia, Egipto, las Indias, incluso Italia me llaman mucho la atención, quizá sea porque soy muy joven y... - tragó saliva dándose cuenta de un punto en particular - y quizá demasiado boquifloja, perdone mi mala educación - se sonrojó un poco avergonzada por haber soltado todo de golpe, pero así era en ocasiones Marianne cuando algo la entusiasmaba.
Era de esta forma en la que uno estaba tranquilo y aún así, como la propia señorita volvía a decir, no se exentaba uno de enemigos que no veían con buenos ojos las actividades que se realizaban o quizá por miedo, odio, avaricia, celos, pecados insuperables y múltiples, juzgaban a mal y buscaban enfermar las ramas del árbol que florecía simplemente porque a ellos les emponzoñaba cuánto crecía y ellos no. Asintió mirándola con ojos diferentes, así que la mujer sí era sabia, sólo que el ser arisca evitaba que alguien pudiera reconocérselo.
- Estoy completamente de acuerdo con sus palabras, pero si entre nosotros mismos no vamos creando los puentes o bien, estallamos los que existen, al paso del tiempo no tendremos más que a uno mismo para vivir en este mundo de alimañas que por el simple hecho de caminar consideran que estamos haciéndoles un mal - le miró y sonrió, ahora sí con alegría, con ese optimismo que la caracterizaba - siempre es bueno tener a alguien con quien compartir al menos el palco del teatro ¿No lo cree? - estrechó con firmeza la mano que le ofrecían - soy Marianne, Marianne Louvier y el placer es todo mío...
Sonrió con alegría porque realmente le era interesante conocer a alguien como ella, sobre todo por lo que habría visto, visitado, los conocimientos que tendría, las personas que hubiera tratado y bebió un poco de la copa que tenía al lado antes de mirar el programa de nuevo y regresar su mirada a ella con un brillo de entusiasmo que no podía apagar ni con cubetadas de agua bien helada.
- Perdón si soy cotilla, pero dígame ¿Cómo es Egipto? Muchas veces he querido ir, pero del Continente Americano no he salido - hizo muequitas y se encogió de hombros - viví toda mi infancia en la Nueva España, pero lugares como Arabia, Egipto, las Indias, incluso Italia me llaman mucho la atención, quizá sea porque soy muy joven y... - tragó saliva dándose cuenta de un punto en particular - y quizá demasiado boquifloja, perdone mi mala educación - se sonrojó un poco avergonzada por haber soltado todo de golpe, pero así era en ocasiones Marianne cuando algo la entusiasmaba.
Y ahora mismo, esa mujer lo hacía como nadie hasta el momento.
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Noches enteras de eterna angustia
Luna roja llena de pasiones
Llévate esta vida, que solo me crea maldiciones
Luna roja llena de pasiones
Llévate esta vida, que solo me crea maldiciones
Las palabras de la jovencita eran ciertas y hasta cierto punto repetitivas para la egipcia que no evitó el dejar escapar una risita…ya que muchas veces su hermana le había dicho las mismas palabras, bueno claro está que con otra acentuación…aquellas palabras hicieron un eco en su mente y más cuando siente las palabras de sus padres en cuanto a su formación política humana…aquellos recuerdos no había tenido durante años y podría decirse que hasta pro siglos, pero aquella niña los había despertado, había indagado en sus más profundos y olvidados recuerdos…los recuerdos de una vida pasada de una vida que no volverá a tener…aquella vida latiente y llena de fragante vida…aquella vida de servir y ser servida…por la vida ahora de ser solamente servida…
Antaño, recuerdos de antaño, recuerdos del desierto alzándose con fuerza y de su pueblo trabajando, para ellos y ellos trabajando para su pueblo, las danzas que solía practicar en el jardín o el salón de Anubis, cada juego y cada lección enseñada por su antiguo pueblo, aquellas lecciones de solidaridad, amor, comprensión, volvieron a ella, las lecciones de su padre de poder, lealtad, discernimiento y el saber utilizar las palabras en el momento preciso y para las personas justas, con cada clave una nueva palabra digna…dando paso a ra y a anubis.
Los recuerdos desaparecieron al escuchar la voz de la joven señorita Louvier…si bien era cierta, casi ningún humano la había llevado así a esa vida y mucho menos regresarla con el sonido de su voz…aquella jovencita tenía algo de especial… algo que ni la misma vampira sabría cómo explicarlo…pero que estaba allí, lo sentía aunque no lo pudiera ver.
-Claro, uno debe dejar los “puentes”, como usted llama, abiertos al paso de las personas, pero ya con los años y los siglos pasando sobre uno, los puentes no son destruidos por uno mismo sino que el tiempo se encarga de ello y hace que de tantos malos pasos, sus cimientos se vallan dañando y uno para evitarlo ponga ciertas cláusulas para dejar entrar, por ende, los tratos suelen ser más oscos y agresivos por partes de unos, hay unos cortantes y casi mortales para quien se cruza con ellos, pero otros son más juguetones y analíticos, para saber con quién se habla y si vale la pena mirar, caso que aunque no le guste como suene, se aplicó en usted Señorita Louvier- tomo su mano y afianzó el saludo con una gran sonrisa y sintiéndose más cómoda -y aunque uno pueda leer la mente, nunca se sabe lo que pueda pasar y soy de las personas que disfrutan de las “medias sorpresas” ya que nunca dejo de leer una mente- guiñaba un ojo mientras sonreía mirando hacia abajo.
Lo cierto era que su miraba iba no a la obra sino a uno de los espectadores que al parecer ya había reconocido con anterioridad…pero dejó pasar…su mente divagaba y no estaba en sus cinco sentidos…y… ¿Cuándo lo estuvo?...la verdad que ya de eso pasó muuuuucho tiempo, pero eso es algo que no le iba a hacer cambiar el tema, y en ese instante el tema era otra persona…otro momento…
-Que puedo decir del lugar del que bien- se quedó pensativa…más que pensativa era mejor buscando las palabras ideales para describir aquello -Bien, ya sé, Egipto es…- tomo la palma de la mano de la jovencita… -es como su mano- pasó las yemas de sus dedos por las líneas que marcaban su vida (pasado, presente y futuro) -Así como es su mano es Egipto, no por el tamaño, sino por las líneas que trazan divisiones y la vez marcan una sola situación, un lugar donde lo inesperado se puede tornar, y lo esperado se puede alejar, aquello es Egipto, una tierra caliente como su mano, con tormentas de arena, con un desierto alzándose por todos lados, por aquel calor abrasador de día y la frías noches que acompañan a las caravanas en sus travesías- sonríe cerrando el puño la mano ajena -tal cual su mano sayyidat Louvier... ¿qué? ¿Cuál mala educación?- una sonrisa más dulce dejó en sus labios tomando el mentón de la joven -Shhh nada de eso querida…es normal que no hayas conocido ciertos lugares…si tienes razón tu edad no pasa de los 16 y pues ya estarías en edad de ser consorte…no espera ustedes le llaman esposa, de algún joven pudiente, o algún viejo que gaste alguna alianza a tu familia…sino lo estás significa que tu padre espera que sea un matrimonio de amor y no de arreglo…así que antes deberías conocer ciertas cosas…pero la edad y…la sociedad- susurra levemente -no la dejarían…pero… ¿a quién le importa la sociedad?... ¿le importa la sociedad?- la miro ahora ella siendo la curiosa y la preguntona, aplicando lo que le habían enseñado…los recuerdos que llegaron y que se mezclaban con otros nuevos…
Pero cual era cual, y cual era los de su antigua y nueva vida…nadie podía verlo…solo su mente…
Antaño, recuerdos de antaño, recuerdos del desierto alzándose con fuerza y de su pueblo trabajando, para ellos y ellos trabajando para su pueblo, las danzas que solía practicar en el jardín o el salón de Anubis, cada juego y cada lección enseñada por su antiguo pueblo, aquellas lecciones de solidaridad, amor, comprensión, volvieron a ella, las lecciones de su padre de poder, lealtad, discernimiento y el saber utilizar las palabras en el momento preciso y para las personas justas, con cada clave una nueva palabra digna…dando paso a ra y a anubis.
Los recuerdos desaparecieron al escuchar la voz de la joven señorita Louvier…si bien era cierta, casi ningún humano la había llevado así a esa vida y mucho menos regresarla con el sonido de su voz…aquella jovencita tenía algo de especial… algo que ni la misma vampira sabría cómo explicarlo…pero que estaba allí, lo sentía aunque no lo pudiera ver.
-Claro, uno debe dejar los “puentes”, como usted llama, abiertos al paso de las personas, pero ya con los años y los siglos pasando sobre uno, los puentes no son destruidos por uno mismo sino que el tiempo se encarga de ello y hace que de tantos malos pasos, sus cimientos se vallan dañando y uno para evitarlo ponga ciertas cláusulas para dejar entrar, por ende, los tratos suelen ser más oscos y agresivos por partes de unos, hay unos cortantes y casi mortales para quien se cruza con ellos, pero otros son más juguetones y analíticos, para saber con quién se habla y si vale la pena mirar, caso que aunque no le guste como suene, se aplicó en usted Señorita Louvier- tomo su mano y afianzó el saludo con una gran sonrisa y sintiéndose más cómoda -y aunque uno pueda leer la mente, nunca se sabe lo que pueda pasar y soy de las personas que disfrutan de las “medias sorpresas” ya que nunca dejo de leer una mente- guiñaba un ojo mientras sonreía mirando hacia abajo.
Lo cierto era que su miraba iba no a la obra sino a uno de los espectadores que al parecer ya había reconocido con anterioridad…pero dejó pasar…su mente divagaba y no estaba en sus cinco sentidos…y… ¿Cuándo lo estuvo?...la verdad que ya de eso pasó muuuuucho tiempo, pero eso es algo que no le iba a hacer cambiar el tema, y en ese instante el tema era otra persona…otro momento…
-Que puedo decir del lugar del que bien- se quedó pensativa…más que pensativa era mejor buscando las palabras ideales para describir aquello -Bien, ya sé, Egipto es…- tomo la palma de la mano de la jovencita… -es como su mano- pasó las yemas de sus dedos por las líneas que marcaban su vida (pasado, presente y futuro) -Así como es su mano es Egipto, no por el tamaño, sino por las líneas que trazan divisiones y la vez marcan una sola situación, un lugar donde lo inesperado se puede tornar, y lo esperado se puede alejar, aquello es Egipto, una tierra caliente como su mano, con tormentas de arena, con un desierto alzándose por todos lados, por aquel calor abrasador de día y la frías noches que acompañan a las caravanas en sus travesías- sonríe cerrando el puño la mano ajena -tal cual su mano sayyidat Louvier... ¿qué? ¿Cuál mala educación?- una sonrisa más dulce dejó en sus labios tomando el mentón de la joven -Shhh nada de eso querida…es normal que no hayas conocido ciertos lugares…si tienes razón tu edad no pasa de los 16 y pues ya estarías en edad de ser consorte…no espera ustedes le llaman esposa, de algún joven pudiente, o algún viejo que gaste alguna alianza a tu familia…sino lo estás significa que tu padre espera que sea un matrimonio de amor y no de arreglo…así que antes deberías conocer ciertas cosas…pero la edad y…la sociedad- susurra levemente -no la dejarían…pero… ¿a quién le importa la sociedad?... ¿le importa la sociedad?- la miro ahora ella siendo la curiosa y la preguntona, aplicando lo que le habían enseñado…los recuerdos que llegaron y que se mezclaban con otros nuevos…
Pero cual era cual, y cual era los de su antigua y nueva vida…nadie podía verlo…solo su mente…
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Tus pasos son el camino que seguiré
si en tus manos está el enseñarme.
si en tus manos está el enseñarme.
Realmente la mente de la compañera de palco trabajaba de una forma que a Marianne le interesaba, era pues una mujer que tenía sus propias ideas y creía en ellas sin duda alguna posicionándose con rapidez en el gusto de la española que asentía mientras se deleitaba en cada una de las palabras analizándolas con sumo detalle. Sí, todo dependía de las personas con que se codeaba uno, del humor con que se encontraba e incluso con las experiencias pasadas. Todo eso era parte de lo que todos denominaban "aprendizaje de vida", constantes y maravillosos momentos en que dependiendo del resultado se cerraban o se instalaban cláusulas como la propia señorita indicaba. Sí, la propia Marianne tenía algunos bien sujetos, firmes a su mano para evitar que nadie pudiera cruzarlos.
Ahí estaba el del amor, no permitía que ningún varón se acercara demasiado y quienes lo hacían eran de inmediato despedidos a otro lugar o incluso la propia Marianne se alejaba antes de perder el estilo con una respuesta demasiado hiriente o cortante. No era de las que hacían daño porque sí, todo lo contrario. Creía en los cortes rápidos, sin tanta sangre ni dolor aunque a ella misma le costara permanecer en soledad. ¿Habría alguien que pudiera colarse y permanecer en su corazón como una pareja? Realmente lo dudaba. Al menos ningún hombre que le interesara realmente había escalado la montaña que la propia joven impuso para que llegaran hasta su interior. Ni siquiera sus más cercanos amigos lo lograron. Sólo obtuvieron la atracción, pero hasta ahí.
Sus pensamientos fueron desviados de forma inusual con las palabras de la dama que la acompañaba, miró su propia mano intrigada para ver la forma en que hacía la similitud entre los dos conceptos, asintió consciente de que nadie podría decirlo mejor, pero las siguientes palabras fueron un eco de sus anteriores pensamientos. No, no estaba comprometida, alguna vez estuvo a punto y no concretó, luego lo estuvo y no se casó. Su padre la adoraba, su madre más. La cuidaban tanto y deseaban lo mejor para ella, tanto que le habían prohibido la presencia de un hombre al que ella adoraba y ahora estaba prohibido. Soltó un aire contenido mirando su puño cerrado y entornó los ojos.
- La sociedad no es más que el guante que rodea al puño, a la pequeña esencia que vive dentro de él y busca salir de la tela y ver qué hay más allá. Mis padres me aman más que a nada en el mundo y les agradezco mucho su paciencia, amor y cuidados, pero en ocasiones me pregunto si no el alma es la que debe aprender por su propio pie, aunque caiga una y otra vez puesto que apenas está enseñándose. Nunca se deja de instruir y de seguro que usted lo sabe mejor que yo, con tantos años recorridos con sus pies - se lamió los labios quedándose en silencio mirando su puño y acariciándolo con la otra mano - en ocasiones me pregunto si toda la vida no es más que una constante cadena de favores donde los demás están necesitando como uno de un maestro que nos venga a educar y a sacar del pozo oscuro donde nos encontramos, para llevarnos hasta el camino correcto y entonces dejarnos libres. Dicen que el tutor aparece cuando el aprendiz está listo. ¿Usted cree en ello? A veces me frustro cuando veo que no logro lo que quiero, pero ¿Qué eso no también es una instrucción?
Sus ojos vagaron por el teatro para ver a todos los que estaban acomodándose aún en sus asientos, parpadeó y alzó una ceja. Si la vampiresa leía sus pensamientos que viera entonces con los ojos de la joven Duquesa. Todos los presentes eran personas desconocidas, que se acomodaban junto con sus acompañantes o bien, en solitario, pero tarde que temprano sus caminos coincidían aunque fuera por un leve instante. Un tropiezo, un roce, un empujón, una sonrisa, un saludo. Los ojos se cruzaban entre ellos y Marianne se preguntó cuántos al final de su existencia serían con los que tendría una relación. Con cuántos mantendría una amistad. ¿Es que entre ellos estaba su alma gemela, ese que había buscado durante tanto tiempo y jamás encontrado? Soltó un aire contenido y se mordió el labio inferior.
- Mucho me temo que a lo largo de la vida, una conoce el mundo dependiendo de las personas que le recuerden o que le hayan enseñado. Recordaré a Egipto por usted - le miró con cierta melancolía - aunque me pregunto si usted no conoce los lugares por los objetos y no por las personas, porque de ser lo segundo, pues qué triste y solitaria habrá sido esa vivencia.
Ahí estaba el del amor, no permitía que ningún varón se acercara demasiado y quienes lo hacían eran de inmediato despedidos a otro lugar o incluso la propia Marianne se alejaba antes de perder el estilo con una respuesta demasiado hiriente o cortante. No era de las que hacían daño porque sí, todo lo contrario. Creía en los cortes rápidos, sin tanta sangre ni dolor aunque a ella misma le costara permanecer en soledad. ¿Habría alguien que pudiera colarse y permanecer en su corazón como una pareja? Realmente lo dudaba. Al menos ningún hombre que le interesara realmente había escalado la montaña que la propia joven impuso para que llegaran hasta su interior. Ni siquiera sus más cercanos amigos lo lograron. Sólo obtuvieron la atracción, pero hasta ahí.
Sus pensamientos fueron desviados de forma inusual con las palabras de la dama que la acompañaba, miró su propia mano intrigada para ver la forma en que hacía la similitud entre los dos conceptos, asintió consciente de que nadie podría decirlo mejor, pero las siguientes palabras fueron un eco de sus anteriores pensamientos. No, no estaba comprometida, alguna vez estuvo a punto y no concretó, luego lo estuvo y no se casó. Su padre la adoraba, su madre más. La cuidaban tanto y deseaban lo mejor para ella, tanto que le habían prohibido la presencia de un hombre al que ella adoraba y ahora estaba prohibido. Soltó un aire contenido mirando su puño cerrado y entornó los ojos.
- La sociedad no es más que el guante que rodea al puño, a la pequeña esencia que vive dentro de él y busca salir de la tela y ver qué hay más allá. Mis padres me aman más que a nada en el mundo y les agradezco mucho su paciencia, amor y cuidados, pero en ocasiones me pregunto si no el alma es la que debe aprender por su propio pie, aunque caiga una y otra vez puesto que apenas está enseñándose. Nunca se deja de instruir y de seguro que usted lo sabe mejor que yo, con tantos años recorridos con sus pies - se lamió los labios quedándose en silencio mirando su puño y acariciándolo con la otra mano - en ocasiones me pregunto si toda la vida no es más que una constante cadena de favores donde los demás están necesitando como uno de un maestro que nos venga a educar y a sacar del pozo oscuro donde nos encontramos, para llevarnos hasta el camino correcto y entonces dejarnos libres. Dicen que el tutor aparece cuando el aprendiz está listo. ¿Usted cree en ello? A veces me frustro cuando veo que no logro lo que quiero, pero ¿Qué eso no también es una instrucción?
Sus ojos vagaron por el teatro para ver a todos los que estaban acomodándose aún en sus asientos, parpadeó y alzó una ceja. Si la vampiresa leía sus pensamientos que viera entonces con los ojos de la joven Duquesa. Todos los presentes eran personas desconocidas, que se acomodaban junto con sus acompañantes o bien, en solitario, pero tarde que temprano sus caminos coincidían aunque fuera por un leve instante. Un tropiezo, un roce, un empujón, una sonrisa, un saludo. Los ojos se cruzaban entre ellos y Marianne se preguntó cuántos al final de su existencia serían con los que tendría una relación. Con cuántos mantendría una amistad. ¿Es que entre ellos estaba su alma gemela, ese que había buscado durante tanto tiempo y jamás encontrado? Soltó un aire contenido y se mordió el labio inferior.
- Mucho me temo que a lo largo de la vida, una conoce el mundo dependiendo de las personas que le recuerden o que le hayan enseñado. Recordaré a Egipto por usted - le miró con cierta melancolía - aunque me pregunto si usted no conoce los lugares por los objetos y no por las personas, porque de ser lo segundo, pues qué triste y solitaria habrá sido esa vivencia.
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
La luna no te guía ni te dice tu camino…
Te muestra el sendero que tu vida necesita
Pero no te lo marca de una…
Solo una señal que pasa desapercibida…
Te muestra el sendero que tu vida necesita
Pero no te lo marca de una…
Solo una señal que pasa desapercibida…
El teatro parecía más tenue que de costumbre, las luces se iban apagando tenuemente…las cortinas del lugar se movían lentamente como si el viento las azuzara las palabras de la joven humana me trajo recuerdos…más recuerdos…aquella noche al parecer sería solo de remembranzas en mi mente…y así como las palabras iban saliendo de la boca de aquella mortal…la imágenes de mi vida pasaban ahí delante de mi…como si no estuviera en aquel teatro…como si hubiera regresado…a mi antigua vida…hace ya varios pero varios años atrás cuando una pequeña niña jugaba con sus padres y la sociedad, una sociedad que esperaba más de ella para el bien de todos…
El viento corriendo y las arenas pasando aquellos recuerdos de infancia y vida tranquila por los recuerdos más estrictos de su vida que quizás, en parte, hicieron lo que es ahora…quizás por ello se negaba la opción de estar con un hombre porque no demostraban ser lo suficientemente hombres para compartir lo que ella representaba…la mal llamada sociedad divida por el sexo que se tiene…y su comportamiento regido por códigos y normas de conducta impuestos por otros…vida libre pero como esclava de los imperios a las órdenes de los grandes para ser grande y ensalzar nuevos mundos…una educación así de severa no se puede comparar…
Con una sonrisa miré a la joven quitando esos recuerdos pero manteniendo las palabras de mi padre –Marianne de Castilla, la sociedad no es más que un regulador de nosotros…somos nosotros los que ponemos las clausulas para cada círculo social, nunca hay que confundir sociedad con social, la sociedad está ahí quieta solo cambia las superestructuras que se crean de esta…pero somos nosotros los que hacemos que eso sea posible…- sonreí y sabía que quizás no me comprendería si tampoco a mi padre le comprendía con esas palabras –lo que quiero decir es que la sociedad es el puño y nosotros el guante que cubre y a molda a la sociedad porque esta nos establece por tiempo las reglas del juego eso como este lugar…ya es la hora de comenzar y las luces se están apagando…todo trae un orden…pero muchas veces hay personas que rompemos el orden y vivimos al margen de la sociedad y sus círculos sociales como fantasmas moviéndonos entre ellos viendo cambiar a la sociedad y los seres que la conforman…-
Un suspiro de tristeza recodando las palabras de mi padre conforme a ello “la grande de los egipcios está en sus mujeres, su sociedad son ellas las que crean una mejor estado para los demás” esas palabras nunca se fueron de mi memoria pero no las había recordado tanto como aquella noche… “la vida para una mujer es ser la mano derecha de su esposo, su amiga, su compañera, confidente, amante, mujer, odalisca, pero jamás será su esclava de poder, por el poder es ella dentro de los demás”
-Querida la vida es un constante flujo de sangre…oops no cierto eso es para mí…decía que la vida es lo que tú quieres que sea…convenios, torturas, dolor…en mi caso son todas a la vez nada…nuestras vidas muchas veces dependen de otros, otros dependen de nosotros…somos jueces, jurados, acusadores y sentenciados todos ellos en un solo asiento mirando como terceras personas lo que realizamos como dueños de la vida…- agache el rostro y señale a uno de los presentes…era el dueño de una de las tiendas del boulevard comercial… -Mira ese hombre…su vida está llena de mentiras y engaños…se hace el recatado y el precursor de las buenas costumbres pero realmente es un ladrón y un sádico sexual…la mujer que lo acompaña toda altiva y arrogante, es una sumisa que pasa sus días entre el opio y con mujeres…- sonreí y la miré…ya había usado una de mis habilidades de vampira frente a un humano… -La vida es solo mostrar lo que la sociedad puede aceptar pero por debajo de esta ser lo que tú eres…porque nadie te dirá nada…-
Acomodé mi cuerpo en el asiento y me acerque más a la joven con un tono de voz baja…casi imperceptible para los demás… -Marianne la vida no se busca se hace a diario y se deja llevar con esta…no pienses, no sientas, no digas…solo se tu- sonreí y miré de nuevo a los espectadores esta vez mostrando mis colmillos porque ya había visto a varios que me conocían y a mi familia también…a los cuales saludé con una sonrisa y un ligera reverencia… -Justo aquí me topé con el peor enemigo ruso de mi familia…- susurré… -Pequeña he estado en los lugares más inimaginables del mundo, Europa, Asia, África y el nuevo mundo los he recorrido…pero no dudo que Francia tiene la mejor sangre pura de todos…al igual que Italia, Viena, roma, china, Egipto, Alejandría…son lugares donde sin duda los antiguos pasan más desapercibidos…Londres digamos no me gusta mucho es muy comercial…no dudo que es un buen lugar para comprar pero prefiero algo más sobrio o sofisticado…y claro tu amada España no me es indiferente…ya he pisado su suelo y debo decir que es mi mayor enemigo aunque sus gitanos son deliciosos y sus noches las mejores que he visto sin duda alguna…- sonreí y la miré a los ojos tomando con mi diestra su mentón y me mirara a los ojos –Pequeña conozco el mundo por mis ojos y a la vez por los objetos, ellos me cuentan la historia que pasa a mi lado a mi época y se va quedando…ninguna da lástima de otra…al contrario los objetos te dan una mejor visión de los lugares…acaso no me ves…soy un objeto del tiempo pasado princesa de un Egipto pasado…de un Cairo en esplendor caído ahora en otras manos…ya no soy la princesita ahora soy otra mujer pero aún queda en mi vestigios de mi antigua vida si ves con atención y cuidado te podrás dar una idea de mi tierra- solté su rostro y por curiosidad indague su mente viendo más sus palabras y sus sentimientos de soledad…
Bajé el rostro y tómela copa de sangre que me trajeron -llevo 500 años de soledad 22 acompañada el resto sola…no es más triste eso…estar sola sin quien te acompañe y sea tu fiel amante…tu tuviste amores…yo no me puedo dar ese lujo…la vida de los “no muertos” es más difícil para encontrar el amor…tu sientes mariposas yo siento y tambor fluir en mi sangre…tu corazón late el mío no…solo queda el correr de la sangre…tu confías…nosotros no por los años que van pasando y lo que vamos viendo…- alcé el rostro y la miré…con una sonrisa maliciosa -si quieres puedo mostrarte la vida que tengo y como serías con esta vida pequeña…- acaricie con mi diestra su mechón rubio mientras mis labios tocaban la sangre servida…
Decisiones…elecciones…caminos que se juntan y luego se separan…a si el ciervo huye del lobo y el lobo atrapa a un conejo indefenso…
El viento corriendo y las arenas pasando aquellos recuerdos de infancia y vida tranquila por los recuerdos más estrictos de su vida que quizás, en parte, hicieron lo que es ahora…quizás por ello se negaba la opción de estar con un hombre porque no demostraban ser lo suficientemente hombres para compartir lo que ella representaba…la mal llamada sociedad divida por el sexo que se tiene…y su comportamiento regido por códigos y normas de conducta impuestos por otros…vida libre pero como esclava de los imperios a las órdenes de los grandes para ser grande y ensalzar nuevos mundos…una educación así de severa no se puede comparar…
Con una sonrisa miré a la joven quitando esos recuerdos pero manteniendo las palabras de mi padre –Marianne de Castilla, la sociedad no es más que un regulador de nosotros…somos nosotros los que ponemos las clausulas para cada círculo social, nunca hay que confundir sociedad con social, la sociedad está ahí quieta solo cambia las superestructuras que se crean de esta…pero somos nosotros los que hacemos que eso sea posible…- sonreí y sabía que quizás no me comprendería si tampoco a mi padre le comprendía con esas palabras –lo que quiero decir es que la sociedad es el puño y nosotros el guante que cubre y a molda a la sociedad porque esta nos establece por tiempo las reglas del juego eso como este lugar…ya es la hora de comenzar y las luces se están apagando…todo trae un orden…pero muchas veces hay personas que rompemos el orden y vivimos al margen de la sociedad y sus círculos sociales como fantasmas moviéndonos entre ellos viendo cambiar a la sociedad y los seres que la conforman…-
Un suspiro de tristeza recodando las palabras de mi padre conforme a ello “la grande de los egipcios está en sus mujeres, su sociedad son ellas las que crean una mejor estado para los demás” esas palabras nunca se fueron de mi memoria pero no las había recordado tanto como aquella noche… “la vida para una mujer es ser la mano derecha de su esposo, su amiga, su compañera, confidente, amante, mujer, odalisca, pero jamás será su esclava de poder, por el poder es ella dentro de los demás”
-Querida la vida es un constante flujo de sangre…oops no cierto eso es para mí…decía que la vida es lo que tú quieres que sea…convenios, torturas, dolor…en mi caso son todas a la vez nada…nuestras vidas muchas veces dependen de otros, otros dependen de nosotros…somos jueces, jurados, acusadores y sentenciados todos ellos en un solo asiento mirando como terceras personas lo que realizamos como dueños de la vida…- agache el rostro y señale a uno de los presentes…era el dueño de una de las tiendas del boulevard comercial… -Mira ese hombre…su vida está llena de mentiras y engaños…se hace el recatado y el precursor de las buenas costumbres pero realmente es un ladrón y un sádico sexual…la mujer que lo acompaña toda altiva y arrogante, es una sumisa que pasa sus días entre el opio y con mujeres…- sonreí y la miré…ya había usado una de mis habilidades de vampira frente a un humano… -La vida es solo mostrar lo que la sociedad puede aceptar pero por debajo de esta ser lo que tú eres…porque nadie te dirá nada…-
Acomodé mi cuerpo en el asiento y me acerque más a la joven con un tono de voz baja…casi imperceptible para los demás… -Marianne la vida no se busca se hace a diario y se deja llevar con esta…no pienses, no sientas, no digas…solo se tu- sonreí y miré de nuevo a los espectadores esta vez mostrando mis colmillos porque ya había visto a varios que me conocían y a mi familia también…a los cuales saludé con una sonrisa y un ligera reverencia… -Justo aquí me topé con el peor enemigo ruso de mi familia…- susurré… -Pequeña he estado en los lugares más inimaginables del mundo, Europa, Asia, África y el nuevo mundo los he recorrido…pero no dudo que Francia tiene la mejor sangre pura de todos…al igual que Italia, Viena, roma, china, Egipto, Alejandría…son lugares donde sin duda los antiguos pasan más desapercibidos…Londres digamos no me gusta mucho es muy comercial…no dudo que es un buen lugar para comprar pero prefiero algo más sobrio o sofisticado…y claro tu amada España no me es indiferente…ya he pisado su suelo y debo decir que es mi mayor enemigo aunque sus gitanos son deliciosos y sus noches las mejores que he visto sin duda alguna…- sonreí y la miré a los ojos tomando con mi diestra su mentón y me mirara a los ojos –Pequeña conozco el mundo por mis ojos y a la vez por los objetos, ellos me cuentan la historia que pasa a mi lado a mi época y se va quedando…ninguna da lástima de otra…al contrario los objetos te dan una mejor visión de los lugares…acaso no me ves…soy un objeto del tiempo pasado princesa de un Egipto pasado…de un Cairo en esplendor caído ahora en otras manos…ya no soy la princesita ahora soy otra mujer pero aún queda en mi vestigios de mi antigua vida si ves con atención y cuidado te podrás dar una idea de mi tierra- solté su rostro y por curiosidad indague su mente viendo más sus palabras y sus sentimientos de soledad…
Bajé el rostro y tómela copa de sangre que me trajeron -llevo 500 años de soledad 22 acompañada el resto sola…no es más triste eso…estar sola sin quien te acompañe y sea tu fiel amante…tu tuviste amores…yo no me puedo dar ese lujo…la vida de los “no muertos” es más difícil para encontrar el amor…tu sientes mariposas yo siento y tambor fluir en mi sangre…tu corazón late el mío no…solo queda el correr de la sangre…tu confías…nosotros no por los años que van pasando y lo que vamos viendo…- alcé el rostro y la miré…con una sonrisa maliciosa -si quieres puedo mostrarte la vida que tengo y como serías con esta vida pequeña…- acaricie con mi diestra su mechón rubio mientras mis labios tocaban la sangre servida…
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Isis Osweder- Vampiro Clase Alta
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Localización : En algún lugar...en el infierno...
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Visiones de paz, de guerra, de nostalgia.
Ojos que han vivido tanto que para mirar adelante,
hay que devolver los orbes al pasado.
Ojos que han vivido tanto que para mirar adelante,
hay que devolver los orbes al pasado.
El tiempo no pasó en balde, siempre traía consigo constantes y perturbadoras lecciones que en ocasiones eran bien aceptadas y otras sólo eran destructivos incidentes que se tomaban libertades que jamás hubieran tenido lugar de no ser por esa puerta abierta que se dejó previo a la hecatombe. ¿Descubrir por medio de los ojos de otra persona la verdad de la realidad que rodeaba al protagonista y dueño de esta dimensión denominada "existencia" era válido? ¿Dejar que te influyeran y te dijeran cómo ser, actuar, pensar, sentir? La sociedad era eso tal cual decía la vampiresa y a los orbes de Marianne todo empezaba a tener sentido, al menos en una milimétrica fracción de lo que la rodeaba. Ocasionando pensamientos yuxtapuestos con lo que se consideraba el deber y el querer. ¿Cómo podía ser que el círculo social que las rodeaba hubiera degenerado a pasos agigantados tras la creación de lo que ahora es más que una maldición: el concepto de la propiedad? ¿Sería ella realmente la causante de toda esta completa y constante decadencia en la que las clases sociales se cimentaron y causaron tales inmolaciones que ni siquiera la fuerza de la naturaleza sería capaz de tanta muerte y desesperación?
Tragó saliva mientras las luces iban cayendo lento, pero su mente ya no estaba en esa función si no en la constante y firme evolución de las sociedades tal cual dijera la egipcia, ¿Dónde fue el punto en el que todo se fue al infierno? ¿En qué parte de las entrañas que conforman el órgano llamado "colectividad" se forjó el hilo que lo modificó todo hasta crear los escalones de las clases sociales y dónde pues, se les dio la facultad a los que estaban en las más altas esferas de pisotear a las más bajas? De nuevo tenía que regresar a la pregunta más determinante de todas: ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? Mejor en otras palabras mucho más incitadoras ¿Qué fue primero: la propiedad o la esclavitud? ¿Cuándo fue que se dio ese concepto de "propiedad" de personas? Porque no bastó con que la misma humanidad hubiera conseguido arraigar en su alma la maldad absoluta en la que obligaba a los demás a ver a aquéllos más bendecidos en la escala social como dioses, como señores. ¿Cuándo fue que un sujeto decidió que también una persona era "suya"? ¿Desde que las mujeres aceptaron y bajaron la cabeza para tornarse en una costilla sacada del cuerpo de su esposo? ¿Era cierto ese sentido de pertenencia?
Se pasó la mano por un rizo que estaba desacomodado y miró a la vampiresa, cierto era que las sociedades ocultaban de forma enfermiza los males que la iban desgastando cual enfermedad a los órganos humanos. Que a pesar de los cuchicheos dañinos cuales cuchillos que desgarraban las reputaciones cuales tejidos eran abiertos por un bisturí, siempre había la forma de salvarlo, de guardar las apariencias con actos tan abominables como casar a una joven inocente hasta cierto momento con un hombre cuyo deseo no era otro que escalar en la pirámide y lo conseguía contrayendo esas mencionadas nupcias, con dicha joven cuyo pecado fue ser bella atrayendo la mirada del libertino tío, primo, hermano o aún peor... padre... Y a pesar de ser víctima de estas bestias, tenía que aparentar ante la sociedad que nada había pasado y que era feliz en brazos de su flamante y arribista esposo. ¿Cínica la mirada a nuestros orígenes? Cierto era, pero a finales de cuentas verídica y cruentamente brutal. Real, fidedigna.
¿Algún comentario en contra al respecto? ¿Alguno que pudiera rescatar un ápice el honor de este grupo social? Ni siquiera la visión de los pobres tenía la menor de las justificaciones. Agachones, cobardes y desunidos y los pocos que elevaban la cabeza eran segados de inmediato por una muerte lista que no deseaba que sus palabras se escuchasen en ningún otro lado. Muerto el perro, se acabó la rabia decían y así era... hoy y siempre. ¿Acaso lo dudas? Marianne cerró los ojos e hizo una mueca porque muchas veces ella intentó cambiar las corrientes del agua, pero fue inútil. Descubrió que una sola persona no era suficiente para evitar todo aquél contacto que ameritaba el asesinato del incitador y la torna a las mismas situaciones una y otra vez. ¿Karma? Pudiera decirse que sí, pero más bien... era cosechar lo que se sembraba. Tantos años habían pasado y nada había cambiado... sólo había que vislumbrar hacia dónde corría el río y hacerse a un lado para obtener sus propios beneficios, pero aún así la sociedad cual pastor, devolvía al redil... una y otra... y otra... y otra vez...
*Demasiado filosófico, sorry e_e
Tragó saliva mientras las luces iban cayendo lento, pero su mente ya no estaba en esa función si no en la constante y firme evolución de las sociedades tal cual dijera la egipcia, ¿Dónde fue el punto en el que todo se fue al infierno? ¿En qué parte de las entrañas que conforman el órgano llamado "colectividad" se forjó el hilo que lo modificó todo hasta crear los escalones de las clases sociales y dónde pues, se les dio la facultad a los que estaban en las más altas esferas de pisotear a las más bajas? De nuevo tenía que regresar a la pregunta más determinante de todas: ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? Mejor en otras palabras mucho más incitadoras ¿Qué fue primero: la propiedad o la esclavitud? ¿Cuándo fue que se dio ese concepto de "propiedad" de personas? Porque no bastó con que la misma humanidad hubiera conseguido arraigar en su alma la maldad absoluta en la que obligaba a los demás a ver a aquéllos más bendecidos en la escala social como dioses, como señores. ¿Cuándo fue que un sujeto decidió que también una persona era "suya"? ¿Desde que las mujeres aceptaron y bajaron la cabeza para tornarse en una costilla sacada del cuerpo de su esposo? ¿Era cierto ese sentido de pertenencia?
Se pasó la mano por un rizo que estaba desacomodado y miró a la vampiresa, cierto era que las sociedades ocultaban de forma enfermiza los males que la iban desgastando cual enfermedad a los órganos humanos. Que a pesar de los cuchicheos dañinos cuales cuchillos que desgarraban las reputaciones cuales tejidos eran abiertos por un bisturí, siempre había la forma de salvarlo, de guardar las apariencias con actos tan abominables como casar a una joven inocente hasta cierto momento con un hombre cuyo deseo no era otro que escalar en la pirámide y lo conseguía contrayendo esas mencionadas nupcias, con dicha joven cuyo pecado fue ser bella atrayendo la mirada del libertino tío, primo, hermano o aún peor... padre... Y a pesar de ser víctima de estas bestias, tenía que aparentar ante la sociedad que nada había pasado y que era feliz en brazos de su flamante y arribista esposo. ¿Cínica la mirada a nuestros orígenes? Cierto era, pero a finales de cuentas verídica y cruentamente brutal. Real, fidedigna.
¿Algún comentario en contra al respecto? ¿Alguno que pudiera rescatar un ápice el honor de este grupo social? Ni siquiera la visión de los pobres tenía la menor de las justificaciones. Agachones, cobardes y desunidos y los pocos que elevaban la cabeza eran segados de inmediato por una muerte lista que no deseaba que sus palabras se escuchasen en ningún otro lado. Muerto el perro, se acabó la rabia decían y así era... hoy y siempre. ¿Acaso lo dudas? Marianne cerró los ojos e hizo una mueca porque muchas veces ella intentó cambiar las corrientes del agua, pero fue inútil. Descubrió que una sola persona no era suficiente para evitar todo aquél contacto que ameritaba el asesinato del incitador y la torna a las mismas situaciones una y otra vez. ¿Karma? Pudiera decirse que sí, pero más bien... era cosechar lo que se sembraba. Tantos años habían pasado y nada había cambiado... sólo había que vislumbrar hacia dónde corría el río y hacerse a un lado para obtener sus propios beneficios, pero aún así la sociedad cual pastor, devolvía al redil... una y otra... y otra... y otra vez...
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Marianne Cromwell- Realeza Escocesa
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Luchar y pelear, pelear y luchar
Dos cosas que hago sin mirar atrás
Pero que se repiten a cada paso que das
Que se puede seguir una lucha o una pelea
Cuando ambas son lo mismo
Qué esperas ganar ¿?
Dos cosas que hago sin mirar atrás
Pero que se repiten a cada paso que das
Que se puede seguir una lucha o una pelea
Cuando ambas son lo mismo
Qué esperas ganar ¿?
Las luces bajando mi mirada a la joven que al parecer había hecho un gran efecto en ella…pues su mirada se notaba un tanto perdida, ida…sonreí cerrando mis ojos por una fracción de segundo queriendo ver su mente pero sin darle a ver que había entrado…sonreí más y mentí la mano en el bolsito que llevaba sacando unas monedas de oro que me había dado de regalo mi hermano…chaquee los dedos frente a su rostro para ver si podía despertar…ladee un poco la cabeza y sonreí cerrando los ojos colocando el dedo índice sobre mis labios mostrando con la otra mano las monedas guiñándole un ojo y lanzándolas hacia adelante cerrando los ojos disfrutando del espectáculo.
Los hombres y mujeres de abajo alzaron sus vistas y al ver las cuatro monedas de oro comenzaron a discutir por ellas se lanzaban uno encima de otro para obtenerlas…y si alguien la había alcanzado los demás se tiraban sobre estos para arrebatárselo, pues una moneda arregla sus vidas, dos les aseguraba unos dos o tres de estabilidad pero cuatro monedas les daba siquiera diez años de estabilidad y si lo sabían invertir podrían ser los nuevos pudientes.
Mi cuerpo se levanto de la silla para sentarse en el barandal del palco mirando hacia abajo con una gran sonrisa extendí una de mis manos sin dejar de ver a los seres que abajo se disputaban por unas cuantas monedas, se la extendí a la joven para que se acercara y viera el momento más perfecto para la explicación –El dinero, eso fue lo que corrompió a la sociedad y la volvió esclava…- sonríe más regodeándome con la decadencia de la misma –Si ves, ahora todos no buscan más que su propio interés el cual fue esas monedas de oro que solo ayudaran a su propio bienestar, subir de posición, presumir ante todos que tienen algo de oro, tener algo de dinero para sustentarse mejor…bah muchas opciones y todas llevan a lo mismo a la lucha y la guerra entre unos y otros por conseguir una pequeña miga que solucione por un momento sus problemas, así se encamina esta sociedad, los más bajos esperan algo de los más altos…aunque sean solo migajas…aunque sean las sobras…y porque…bien porque su opresión se basa en el monetario…quien más tiene más poder alcanzar y se vuelve inalcanzable, por ende los demás desean eso…tener poder en su círculo…en su pequeña sociedad para sentirse grandes…pero no es más que una patética solución…-
Mi mirada se centró a los pobres actores que no sabían que hacer si huir o seguir con el acto otro claro ejemplo…mis dedos zurdos señalaron la parte de adelante –ahí esta otra…en vez de poner orden solo buscan su seguridad o su estabilidad laborar, seguir con la función y así justificar su paga o correr por sus vidas ante el tumulto de gente que se ha formado por unas cuantas moneditas…- suspiros –La sociedad no exime clases sociales, ni razas ni colores, todas están en una decadencia total, y porque? Bueno por el poder, el deseo de tener más y más riquezas queriendo controlar todo a su paso…queriendo ser dos personas o tres o cuatro en un mismo cuerpo…su presencia, sus deseo, su libido, su pasión, y al final quien realmente es…dejando de ser un espejo que solo muestra lo que quiere…ahí está nuestra sociedad perdida…por el dividir el que más tiene, más quiere…el que menos tiene algo quiere para llegar a tener más pero no puede porque los de más poder abusan de ellos…pro ser “superiores”- un suspiro más profundo –No es fácil ver como la misma sociedad de devora cada siglo, cada milenio, pero es divertido en cierto punto el poder apreciarlo…como en vez de una vida de espiral llevan una vida cíclica repitiendo todo lo del pasado…-
Levanté mi cuerpo bufando de los tontos mortales… -bah me aburrí ya de lo decadente de esta sociedad y esto ya perdió sentido esto ahora no se si solo lo hacen como títeres o es que son tan tontos para no darse cuenta que solo son muñecos…ya me cansé- a lo que salía del palco, la policía había llegado para calmar al tumulto que se había salido de control y las damas de sociedad se habían portado como unas verdaderas gatas por lo fiera que resultaron ser…eso provoco que me riera más y más…pues era algo loco decir que las damitas eran unas maestras en las peleas…pero…
-Será que tú también eres buena para pelear de esa forma Marianne- sonreí e inquirí en la pequeña humana mientras salíamos del lugar…pues antes de saber su mente confundida debía verse su alma y sus propios límites su propios frenos y lo que era en realidad…
Los hombres y mujeres de abajo alzaron sus vistas y al ver las cuatro monedas de oro comenzaron a discutir por ellas se lanzaban uno encima de otro para obtenerlas…y si alguien la había alcanzado los demás se tiraban sobre estos para arrebatárselo, pues una moneda arregla sus vidas, dos les aseguraba unos dos o tres de estabilidad pero cuatro monedas les daba siquiera diez años de estabilidad y si lo sabían invertir podrían ser los nuevos pudientes.
Mi cuerpo se levanto de la silla para sentarse en el barandal del palco mirando hacia abajo con una gran sonrisa extendí una de mis manos sin dejar de ver a los seres que abajo se disputaban por unas cuantas monedas, se la extendí a la joven para que se acercara y viera el momento más perfecto para la explicación –El dinero, eso fue lo que corrompió a la sociedad y la volvió esclava…- sonríe más regodeándome con la decadencia de la misma –Si ves, ahora todos no buscan más que su propio interés el cual fue esas monedas de oro que solo ayudaran a su propio bienestar, subir de posición, presumir ante todos que tienen algo de oro, tener algo de dinero para sustentarse mejor…bah muchas opciones y todas llevan a lo mismo a la lucha y la guerra entre unos y otros por conseguir una pequeña miga que solucione por un momento sus problemas, así se encamina esta sociedad, los más bajos esperan algo de los más altos…aunque sean solo migajas…aunque sean las sobras…y porque…bien porque su opresión se basa en el monetario…quien más tiene más poder alcanzar y se vuelve inalcanzable, por ende los demás desean eso…tener poder en su círculo…en su pequeña sociedad para sentirse grandes…pero no es más que una patética solución…-
Mi mirada se centró a los pobres actores que no sabían que hacer si huir o seguir con el acto otro claro ejemplo…mis dedos zurdos señalaron la parte de adelante –ahí esta otra…en vez de poner orden solo buscan su seguridad o su estabilidad laborar, seguir con la función y así justificar su paga o correr por sus vidas ante el tumulto de gente que se ha formado por unas cuantas moneditas…- suspiros –La sociedad no exime clases sociales, ni razas ni colores, todas están en una decadencia total, y porque? Bueno por el poder, el deseo de tener más y más riquezas queriendo controlar todo a su paso…queriendo ser dos personas o tres o cuatro en un mismo cuerpo…su presencia, sus deseo, su libido, su pasión, y al final quien realmente es…dejando de ser un espejo que solo muestra lo que quiere…ahí está nuestra sociedad perdida…por el dividir el que más tiene, más quiere…el que menos tiene algo quiere para llegar a tener más pero no puede porque los de más poder abusan de ellos…pro ser “superiores”- un suspiro más profundo –No es fácil ver como la misma sociedad de devora cada siglo, cada milenio, pero es divertido en cierto punto el poder apreciarlo…como en vez de una vida de espiral llevan una vida cíclica repitiendo todo lo del pasado…-
Levanté mi cuerpo bufando de los tontos mortales… -bah me aburrí ya de lo decadente de esta sociedad y esto ya perdió sentido esto ahora no se si solo lo hacen como títeres o es que son tan tontos para no darse cuenta que solo son muñecos…ya me cansé- a lo que salía del palco, la policía había llegado para calmar al tumulto que se había salido de control y las damas de sociedad se habían portado como unas verdaderas gatas por lo fiera que resultaron ser…eso provoco que me riera más y más…pues era algo loco decir que las damitas eran unas maestras en las peleas…pero…
-Será que tú también eres buena para pelear de esa forma Marianne- sonreí e inquirí en la pequeña humana mientras salíamos del lugar…pues antes de saber su mente confundida debía verse su alma y sus propios límites su propios frenos y lo que era en realidad…
Isis Osweder- Vampiro Clase Alta
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Re: Entre el Primer y Segundo Acto [Privado]
Máscaras que ocultan la verdad,
todo rostro humano, es una de ellas.
todo rostro humano, es una de ellas.
¿Entonces a qué estaba destinada la humanidad? Se preguntaba mientras que miraba la actitud de las personas que se abalanzaban sobre las monedas de oro que podrían ayudarles a obtener su estabilidad, pero al mismo tiempo a doblegar y pisotear a otras en el proceso y no sólo eso, si no todo lo que se avecinaba después: algunos esperarían y a la salida atacarían a los afortunados hasta que la sangre manchara el piso y las carreras fueran las protagonistas. El hombre se convertía en un zombie que no entendía de razones, que se alzaba de la podredumbre de sus tumbas para atacar a todo aquél que tuviera al alcance, peor aún que los perros. Mordía la carne de sus congéneres hasta arrancarles los pedazos y devorarlos sin el menor de los remordimientos, como si no tuviera una mente, como si no existieran los prejuicios, los códigos morales. ¿Cuál el fin a lo que la sociedad iba encaminada? ¿La destrucción total por sus propios miembros? Cuando una manzana estaba podrida, se separaba de las otras para que no las contaminara, pero ahora todas las del barril tenían gusanos, los denominados "de la avaricia".
Le temblaron los labios al pensar que toda esa energía podría ser utilizada para otras metas mucho más beneficiosas para la humanidad. ¿No había alguien que pudiera controlar toda esta locura y que no se manchara en ello para organizarlos y darles una nueva oportunidad de vivir? Frunció los labios aspirando profundo al tiempo que sus manos se depositaban sobre la baranda mirando hacia abajo, todos los golpes, los gritos, los rasguños y la gente que pugnaba por obtener esa moneda. Sólo una aunque fuera, pero en el transcurso hacía daño a los demás ¿Acaso no lo notaban? Claro que sí, pero Marianne entendía que no les interesaba en lo más mínimo. No estaban educados ni tenían un ejemplo que pudiera tener la fuerza para que ellos quisieran seguirlo. De eso se trataba todo, de la intención de mejorar, de ser alguien que tuviera la oportunidad de cambiar el mundo. ¿Dónde estaba? La española se confesaba inepta en ello, no tenía el don para liderarlos. Al menos no aún.
En automático siguió a la vampiresa para salir del teatro, los policías intentaban poner orden, pero parecía ser en balde. Algunos disparos al aire provocaron solamente la desbandada de la gente. Marianne tuvo que esperar con Isis a que muchos de ellos pasaran primero en tropel, sin interesarse en si alguien se había caído para ayudarla a levantar. Sólo sus vidas eran lo más importante. Por eso era que su padre decía una y otra vez que la sociedad se terminaba en el instante mismo en que se les daba una de dos cosas: un susto tremendo o una enorme oportunidad de ser ricos. Era entonces que todo se desgajaba como las rocas de una montaña en un terremoto que bajaban la ladera sin preocuparse a quién se llevaban con ellas en su camino hacia el abismo. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla en honor a todos los muertos durante toda la historia de la humanidad.
La última pregunta de la vampiresa la hizo meditar ¿Sería capaz de pelear así? La respuesta era afirmativa, pero no por lo que ellos defendían, Marianne tenía ideales mucho más profundos y arraigados gracias a la educación que sus padres le proporcionaron: la ayuda al necesitado, al indefenso. El enfrentamiento con las clases sociales que los oprimían y aunque ella no hiciera mucho en su faceta de Duquesa como lo hubiera deseado, sabía que sus granitos de arena al menos contribuían a que una parte ínfima de la sociedad tuviera un mejor alimento que llevarse a la boca y a la de sus pequeños. Sus trabajadores estaban bien pagados, tenían muchos satisfactores a los que en otros lugares jamás podrían tener acceso. Quizá por eso los puestos en su Club eran tan cotizados.
- No lo sé, yo lo único que sé es que toda esta podredumbre me asquea, me da dolor de cabeza ¿Acaso no hubo en toda la historia una sociedad en la que se pudiera convivir de manera pacífica? Me niego a pensar que todo fue así: lleno de esta hedionda línea de pensamiento, que las mentes siempre han estado embotadas en sólo conseguir sus avariciosas metas. Me niego, debe haber un lugar, una sociedad en la que todo fuera si no perfecto, armónico. Equilibrio es la palabra mágica ¿Acaso jamás existió? - sin querer Marianne daba en el blanco, sí existía una sociedad así, donde dos figuras gobernaban y mantenían el orden, donde los sobrenaturales y los humanos convivían en paz, en esa armonía que la joven pedía, su nombre: Agharta.
Le temblaron los labios al pensar que toda esa energía podría ser utilizada para otras metas mucho más beneficiosas para la humanidad. ¿No había alguien que pudiera controlar toda esta locura y que no se manchara en ello para organizarlos y darles una nueva oportunidad de vivir? Frunció los labios aspirando profundo al tiempo que sus manos se depositaban sobre la baranda mirando hacia abajo, todos los golpes, los gritos, los rasguños y la gente que pugnaba por obtener esa moneda. Sólo una aunque fuera, pero en el transcurso hacía daño a los demás ¿Acaso no lo notaban? Claro que sí, pero Marianne entendía que no les interesaba en lo más mínimo. No estaban educados ni tenían un ejemplo que pudiera tener la fuerza para que ellos quisieran seguirlo. De eso se trataba todo, de la intención de mejorar, de ser alguien que tuviera la oportunidad de cambiar el mundo. ¿Dónde estaba? La española se confesaba inepta en ello, no tenía el don para liderarlos. Al menos no aún.
En automático siguió a la vampiresa para salir del teatro, los policías intentaban poner orden, pero parecía ser en balde. Algunos disparos al aire provocaron solamente la desbandada de la gente. Marianne tuvo que esperar con Isis a que muchos de ellos pasaran primero en tropel, sin interesarse en si alguien se había caído para ayudarla a levantar. Sólo sus vidas eran lo más importante. Por eso era que su padre decía una y otra vez que la sociedad se terminaba en el instante mismo en que se les daba una de dos cosas: un susto tremendo o una enorme oportunidad de ser ricos. Era entonces que todo se desgajaba como las rocas de una montaña en un terremoto que bajaban la ladera sin preocuparse a quién se llevaban con ellas en su camino hacia el abismo. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla en honor a todos los muertos durante toda la historia de la humanidad.
La última pregunta de la vampiresa la hizo meditar ¿Sería capaz de pelear así? La respuesta era afirmativa, pero no por lo que ellos defendían, Marianne tenía ideales mucho más profundos y arraigados gracias a la educación que sus padres le proporcionaron: la ayuda al necesitado, al indefenso. El enfrentamiento con las clases sociales que los oprimían y aunque ella no hiciera mucho en su faceta de Duquesa como lo hubiera deseado, sabía que sus granitos de arena al menos contribuían a que una parte ínfima de la sociedad tuviera un mejor alimento que llevarse a la boca y a la de sus pequeños. Sus trabajadores estaban bien pagados, tenían muchos satisfactores a los que en otros lugares jamás podrían tener acceso. Quizá por eso los puestos en su Club eran tan cotizados.
- No lo sé, yo lo único que sé es que toda esta podredumbre me asquea, me da dolor de cabeza ¿Acaso no hubo en toda la historia una sociedad en la que se pudiera convivir de manera pacífica? Me niego a pensar que todo fue así: lleno de esta hedionda línea de pensamiento, que las mentes siempre han estado embotadas en sólo conseguir sus avariciosas metas. Me niego, debe haber un lugar, una sociedad en la que todo fuera si no perfecto, armónico. Equilibrio es la palabra mágica ¿Acaso jamás existió? - sin querer Marianne daba en el blanco, sí existía una sociedad así, donde dos figuras gobernaban y mantenían el orden, donde los sobrenaturales y los humanos convivían en paz, en esa armonía que la joven pedía, su nombre: Agharta.
Marianne Cromwell- Realeza Escocesa
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