Anatole Dufort

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Raza y Clase

Ocupación

Orientación sexual

Anatole es un chico típico Francés. Cabello ondulado castaño claro u oscuro dependiendo de la iluminación, rostro alargado y fino, no muy masculino, lo cual el detesta, una nariz bastante grande y recta, igual a la de su padre, los ojos de un avellana que a veces se presenta dorado bajo la luz del sol, pero que normalmente se ve castaño, sus ojos son bastante grandes, por lo que se ganó apodos en su infancia, ojos que rememoran a su querida madre. Los labios son delgados y resecos por el sol.

De contextura delgada, demasiado famélico según su abuelo, la piel se le pega a los músculos como un látex, dejando entrever sus formas debido a la falta de grasa, Anatole odia esto y generalmente intenta ocultar su delgadez con ropa olgada o rellena. Sus piernas son largas y ágiles como una gacela.

Anatole es un chico con un gran peso sobre sus hombros. El peso de las decisiones de su madre y los anhelos de su abuelo. Esto lo ha convertido en un chico extremadamente responsable, quien daría la vida por una causa justa de ser necesario. Desde afuera puede parecer un jovencito educado y correcto, inclusive aburrido pues pareciera no interesarse en chismes o entretenciones banales.

En el fondo Anatole es un chico travieso que aún no ha podido quemar su etapa de niño, reprimido siempre por la autoridad de su abuelo, nunca ha podido expresar lo que piensa y siente con libertad, por lo que en el fondo esconde a un chico curioso, juguetón y entusiasta.
No tiene mucha experiencia en el amor, de hecho siempre ha vivido para una causa y es la de entrenar para convertirse en el mejor cazador o al menos en uno que pueda satisfacer las exigencias de su abuelo, nunca se ha enamorado realmente aunque se haya sentido atraído por algunas chicas. Le gusta el croissant recién horneado y el queso de cabra, pero pocas veces puede darse el gusto de comerlo, ya que cualquier dinero que consigue en trabajos varios, lo usa para mantener a su madre y abuelo en la ruina.

Es una persona optimista, que fácilmente se conduele del dolor ajeno, le encanta leer en sus ratos libres que son más bien pocos, le gusta filosofar sobre la vida, descubrir insectos escondidos entre los árboles, escuchar el canto de los pájaros imitarlos e identificarlos con los ojos cerrados. Anhela y teme el día en que tenga que matar a un ser demoníaco pues sus manos no han sido manchadas con sangre aún y se siente aterrado frente a la idea de que tiene el poder para borrar la existencia de otro ser.

Para entender un poco más de la vida de Anatole, debemos comenzar por el abuelo Laurent. Laurent era un cazador excelente, es más, la palabra excelente se le quedaba corta para lo grandiosa de su proeza, fue reconocido en los bajos mundos como greygun y se dice que capturó vivos y muertos a muchísimos vampiros y licántropos que asechaban pequeñas poblaciones al sur de Francia. Laurent se enamoró y casó de quien creyó le daría excelentes hijos varones que continuaran con su legado, pero en vez de eso, la mujer dio a luz a una niña escuálida y enfermiza.

Por más que intentó, Laurent no consiguió un hijo varon y su desgracia creció cuando su hija, a los escasos 16 años fue violada por un ebrio pescado en las afueras de la ciudad, quien luego huyó sin hacerse responsable y nueve meses, llegó Anatole al mundo en una mañana de Otoño. La familia Dufort cayó en desgracia y conforme el abuelo se hacía más viejo y ya no podía trabajar como cazador, los alimentos escaseaban y tuvieron que inclusive vender la modesta casa donde vivían para sobrevivir. La madre de Laurent, enfermiza y débil de carácter, no fue capaz de encontrar un marido apropiado pues nadie quería desposar a una mujer deshonrada, por lo que el abuelo asumió el rol paterno y crió a Anatole en un régimen rígido y duro.

Durante su infancia, Anatole fue entrenado por su abuelo en las artes de combate cuerpo a cuerpo, pasó largas jornadas golpeando troncos con sus puños envueltos en viejas vendas manchadas de sangre seca. También fue instruido en el manejo de armas, no mostrando Anatole talento alguno para ellas, por más que practicaba su destreza no era destacable, quizás esto se debiera a que su motricidad no era la mejor, lo que le frustraba bastante. Con las armas de fuego fue otra historia, pues descubrió que tenía una excelente puntería y aprendió con facilidad a manejar varios rifles y pistolas pequeñas que su abuelo guardaba como colección desde su retiro como cazador.

Anatole ha trabajado en diferentes oficios desde los 16, tiene experiencia como pescador, como jardinero, labrador y haciendo encargos y mandados. Estuvo trabajando con la oficina postal por dos años, también estuvo aprendiendo a labrar la madera con un viejo carpintero del sur de París. No tuvo oportunidad de estudiar en una escuela como los demás niños, pero aprendió a leer y escribir gracias a su madre, lo demás que ha aprendido ha sido leyendo libros por su cuenta en sus ratos libres.

Él único anhelo de Anatole es complacer a su abuelo en todas las exigencias, convertirse en un buen cazador para honrarle y devolverle el orgullo que perdió gracias al destino de su madre.

- Es zurdo.
- Le gusta cultivar flores y tiene un jardín secreto repleto de ellas.
- Prefiere el capuchino sin azúcar.
- No le gusta beber alcohol y siente repulsión por las personas ebrias.
- Teme decepcionar a su abuelo y no ser bueno en el arte de la caza.
- Le gustaría aprender a tocar algún instrumento.
- Le tiene miedo a las creaturas demoniacas, especialmente a los vampiros.
- Le encantan las mujeres gorditas
- Le gusta identificar y observar a los pájaros
- Le encanta nadar
- Odia el olor a tabaco y alcohol
- Desearía poder estudiar en la Universidad en vez de entrenar todo el día
-No le importa lo que tenga que hacer con tal de que sea honrado y pueda conseguir algo de dinero para su familia. Hace mandados, ara terrenos, siembra, pesca y ayuda con la limpieza en restaurantes. Desea convertirse en el mejor cazador.