AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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FREYBACK MORIARTY
FRASE FRASE FRASE FRASE FRASE FRASE
Edad: 284 edad vampírica // 25 aparentes Especie:Vampiro Tipo, Clase Social o Cargo:Alta Orientación Sexual:Bisexual Lugar de Origen: París, Francia Habilidad/Poder: Agilidad y reflejos sobrehumanos:Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal. Sentidos aumentados:Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición. Telepatía:Habilidad para comunicarse mentalmente con otros, rompiendo las barreras de la distancia. Leer las mentes de los demas. Sanación acelerada:Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión. El tiempo de recuperación varía según el personaje. Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas. Descripción Física:
Descripción Psicológica: Es un dictador, un arrogante y chulo putas que no se da rodeos en decir lo que piensa. Suele ser bastante bruto, da mucha caña y a lo mejor la gente hace bien en cogerle miedo, pero es algo solitario con los desconocidos pero muy hogareño con su familia ya que solo le quedan sus hermanos restantes, no piensa más que en su trabajo y el doble que tiene que hacer ahora de niñera de una niñita de mama. De todas maneras siempre los malos, tienen su lado de luz, Freyback, pese a lo que paso en la milicia, en varias guerras satisfaciéndose de sabiduría bélica y de otros quehaceres, en los entrenamientos y en lo que en realidad trabaja, ahora debería de ir pensando en cambiar algo, aunque eso le recele bastante. No reparara en berrinches ni en caprichos de poca monta, da igual lo que sea y menos si hay lagrimas de por medio. A veces, es muy poco, o muy poca gente suele ver el afecto hacia otros viniendo de su propia mano, pero siempre puede mentir o quizás arriesgarse a querer a alguien de nuevo. No es muy fácil entregarse al cien por cien. Eso lo ve en su vida una y otra vez, como caen, le termina gustando el ver la vida de un modo positivo. A palazos aunque nunca les ha echo nada con su vara de bambú......No obstante que nadie se olvide de que siempre tiene tiempo para seducción para una mujer, unas bellas palabras que no echaran de menos las damas, palabras audaces y severas contrastando con una actitud..... “juguetona” |
Que las mujeres e incluso hombres *wink*
se preparen para una lectura de amor sobre sus cuerpos....-ríe-
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
[.Muy bien creo que es mi turno de contar una parte de la historia, no comenzare exactamente igual, pero os prometo que será igual de interesante]
Desde hace mucho tiempo atrás, han solido existir seres temibles, sangrientos y barbaros con ganas de aniquilar a la humanidad. Toda clase de creaturas sobrenaturales que podemos ver debajo de todo lo normal que nos rodea; Vampiros, licántropos, cambiaformas, aunque los últimos son unos cobardes que prefieren estar debajo de las sombras y jamás ser descubiertos por la humanidad, ya que saben que si los consideran peligrosos, su especie puede ser aniquilada. Aquellas personas que le temían a estos seres recurrían a un escaso número de humanos las cuales tenían el valor y la habilidad (tal vez innata) de enfrentarse contra estas creaturas; a mi parecer eran unos locos que no tenían nada mejor que hacer que buscar la glorificación de humanos sin sesos, pero mejor vuelvo a la historia como tal. Los nombres de aquellas personas solamente eran pronunciados por los más temidos, algunos atrevidos y escasos de vergüenza, decían a los cuatro vientos, orgulloso de su merito y riqueza que tenían un cazador a sus servicios. Ha de sonar egoísta mi parte, pero la realidad era que lo hacían por el bien de un planeta que lentamente estaba siendo corrompido por las fuerzas del mal. Ya con escasas oportunidades de éxito se puede encontrar un lugar tranquilo al cual las personas le llamaban “Hogar Seguro”
Quién diría que cuando el gobierno respiraba una tranquilidad, bajo un hermoso cielo teñido de anaranjado por el naciente atardecer, el grito de Evangelina (Mi madre) retumbaría para derrumbar aquella paz que existía en la habitación. Los cálculos que ya varios meces se habían dado, eran un completo error y el nacimiento que esperaba la familia Moriarty desde hace nueve meses habían sido cuatro niños hermosos… pero cuando los dos restante salieron, los que rodeaban a mi madre abrieron sus ojos sorprendidos al notar a dos niñas de gran belleza salir de su vientre de forma forzosa pero poco a poco lo lograban, luego de aquella sorpresa vino la segunda, cuando nosotros; mi hermano freyback y yo. Salimos del vientre de nuestra madre, mientras mis dos hermanas estaban en brazos de nuestro padre, buscando tal el calor de la otra como en el vientre posiblemente lo hacían. Nosotros nos quedamos en los fríos brazos de nuestra madre, que poco a poco nos dejaba en su pecho con cierta ternura y alegría de tenerlos ahí, pero el rostro de nuestro padre decía que algo no estaba bien, en cuanto vio a nuestra madre que no podía buscar ni un soplo de aire que la reviviera y llenara sus pulmones de vitalidad.
¿Muerta quizás? ¿O simplemente del cansancio había perdido? Nadie alrededor parecía inmutarse, dos doncellas recogieron nos recogieron de los brazos de nuestra madre muerta, mientras nuestras dos hermanas fueron recogidas por otras dos. Fuimos llevados a nuestros dormitorios, vestíamos ropas elegantes de lino y seda, nos dejaron en nuestra respectiva cuna, las cuales habían sido hecho por evangelistas dedicados a su trabajo. No nos esperaban a cuatro, así que por ende había solamente una cuna, pero eso era un pequeño detalle. Los pasos de nuestro padre sonaron en aquella silenciosa habitación, se acercaba al cuerpo de nuestra madre, acercaba su oído para oír su corazón, latía y enseguida noto que su pecho se hinchaba y desinflaba con lentitud dejando todos sus miedos atrás.
{1513-1516}
Serpientes no venenosas
pero con grandes colmillos.
Un león feroz distrae a su
presa para que le preste
atención. El cisne Blanco y
el cisne negro sonríen con
elegancia, juntos bailando en
silencio.
En fuertes tornados el fuego
aviva su llama, pero el agua
rápida y feroz la calma para que
caiga y fluya sobre la tierra y
madre naturaleza.
Con fuertes golpes cae el débil
El fuerte resiste sin disculparse
obteniendo el poder para sí mismo.
Y con esmero y sentimiento algún
invierno, primavera, verano y otoño
estarán de nuevos los vientos llenos
de nieve en un día soleado.
Sus padres estarían orgullosos de ellos, sus padres de él a pesar de lo galán que era con las mujeres. Cuando Freyback se recuperó del todo este consiguió el permiso para retirarse con honores, con una medalla que después al llegar a su mansión en la que solo estaba su hermano Darwyn, colgó la medalla en una de las vitrinas de la casa. Se preguntaba dónde estaría su hermana Bérénice desde aquel día en que se la llevaron de casa, fue una tragedia para todos, madre lloro hasta llevarle a la muerte por pena, padre siguió el camino de madre dejando a Freyback al cargo de todos.
Alexindice quería explorar, también lloro la pérdida de su hermana pero se fue inmediatamente a viajar por el mundo. Se separaron aunque Freyback siguió al lado de Darwyn quien también le agrada darse paseos ambos. Vieron Alemania, Freyback como no, estaba disfrutando de las mujeres y su hermano siempre leía cuando podía. Intento que se liara con alguna pero no hubo manera. Días después de aquellas aventuras, Darwyn partió hacia Italia, semanas después Freyback lo siguió y de nuevo volvieron a juntarse ambos en el país italiano. Siguieron, cada uno por su lado, pero en Italia, Freyback seguía con sus juegos nocturnos, a veces iba a relajarse tan solo en los lagos italianos con Darwyn que le gustaba ver bichos raros hasta que llego a sus manos una carta proveniente de Dinamarca, vio el sello del ejército y este solamente frunció el ceño y se quedó bastante serio, pero con las mismas tuvo que despedirse de su hermano, seguramente él no lo necesitaba y podría irse a África a investigar si tanto le gustaba.
Entonces una vez en Dinamarca, se hospedo en un gran hotel, hermoso, y al día siguiente de llegar al hotel, fue a un cuartel en el que le galardonaron con más mérito, le hablaron de su familia y solamente fue allá para que fuera avisado de lo que iba a pasar en los próximos años. Que quizás iban a ser eternos. Freyback había viajado para nada, para escuchar sandeces de brujos y herejes, con las mismas, enfadado, tomo su abrigo y lentamente ya se iba de aquel lugar con elegancia, dejando su marca de su zapato a cada paso que daba.
Paso unas semanas hasta que este se volvió a ver con Darwyn en Dinamarca, fueron en carruaje, hablaron de muchas cosas, Freyback para variar se burlaba sin ánimo de ofender de su hermano el bicho raro, pero lo apoyaba e incluso se tragó una conferencia dentro del carruaje de como los sapos y otros anfibios se reproducían, pero de repente, estando en la frontera Francesa, tan solo cruzándola, Freyback recibió una carta, su hermano vio que era la misma, Freyback la leyó y tenía que ser citado con sus hermanos, pero faltaba una esquina del cuarteto. No sabía dónde estaba Alexindice, pero enseguida, Darwyn lo propuso. Asi que fueron a probar y para su sorpresa, después de dos días de búsqueda, la encontraron que era recogida por un extraño, la siguieron en otro carruaje hasta encontrar el paradero. Un palacio enorme. Ambos se quedaron boquiabiertos e intentaron darse prisa para poder ver a su hermana. La vieron, esta se alegró de verlos, pero de allá la arrastraron sin decir nada apenas. Al llegar a París, decidieron quedarse un mes recordando y estando aun en su mansion de Paris. Algo temian los tres y Bérénice aun seguia desaparecida. Y solo un mes basto para que el mujeriego de los Moriarty, el casanova fuera hechizado por la magia de las caderas y la dulzura de una bella y hermosa cortesana de los burdeles de París.
-No lo sabía....-Alexindice dijo tajante para terminar la conversación que cada vez le estaba hiriendo cada vez más. Los tres hermanos iban en el carruaje, a su lado Darwyn mirándola con aquella mirada lasciva inocente que había adquirido con el paso del tiempo solamente con las muchachas que eran de su agrado, pero por Dios, Alexindice, era su querida hermana, a la que a pesar de su condición escuálida protegería como el hermano que era. Freyback en cambio, la miraba con aquel apogeo de soberbia que tanto le caracterizaba, con su sonrisa ladina y la que era la más criticada por cada una de las damas por las que había pasado su “orgullo”.
Él la miraba sonriente, pero preocupado. Alexindice era bien dada a soñar despierta, a soñar con ser la protagonista de uno de sus fantasías de color de rosa. Lo que si echaba de menos era estar cerca de quien peleaba a menudo, con Bérénice, esa mujer difícil de domar aun siendo su hermana, igualmente, se la habría llevado a la cama. Se rio ante aquel pensamiento. Aun seguían en aquel viaje tedioso que estaba durando una eternidad.
Suspirando, viendo como el atardecer acontecía ante sus ojos a través de la ventanilla del carruaje, hubiera deseado que aquellos segundos con aquella persona, hubieran durado más, pobre cortesana que tuvo que caer sobre sus redes y tener que hacerla dia si y dia también, acabo amándola sin llegar a darse cuenta, el, un ligón, alguien que era un maestro en engatusar a las jóvenes y más bellas cortesanas. Nunca había sentido tanta pena en su corazón desde que se fue, del lado de la cortesana y el había comprado un anillo para dicha mujer, pero al llegarle la carta, todo cambio y le prometio que volveria a por ella, que volveria y que la sacaría para una vida mejor. Aparte de que ambos disfrutaban del cuerpo del otro, ella había robado el corazón y el alma del gran mujeriego, con ella se comportaba con dulzura y para él, ella era la única. Los Moriarty era una familia que iba a muchos bailes, encuentros de la sociedad, miles y miles de encuentros con la realeza por el maravilloso apellido que tenía, los Moriarty no eran gente de mal ninguno, al contrario, podrían ser los leonidos más orgullosos, valientes, arrogantes, pero siempre estaban ahí para echarte una mano para lo que necesitases, su familia, eran de los más antiguos linajes que pudieran existir en el mundo del deber y el orden.
Su familia, pertenecía desde hace mucho tiempo, a una hermandad de cazadores legendaria, que con el paso del tiempo, estos se habían ido por su lado, formando sus propias reglas, su propio lema, hasta su emblema personal que hasta que no nacieron el cuarteto Moriarty, no dieron con el definitivo. Un emblema de un león rugiendo y agarrando con sus garras la letra “M”, por detrás dos cisnes uno negro y otro blanco alzándose al vuelo para después una escurridiza serpiente se enredaba en el cuello del león y sobre la parte inferior de la letra de la familia. El carruaje paró en seco. Freyback echó un vistazo por la ventana, vio una sombra que trepaba por la enredadera, para después abrir la puerta y salir al exterior. Alexindice salió después de su hermano Darwyn que con torpeza, casi se caía al suelo, hasta que lo consiguió tropezando con el parasol que su hermana Alexindice le había puesto “accidentalmente”.
-Pensé que las serpientes no se tropezaban....-Con suma tranquilidad, aquellas palabras de burla salieron de sus labios.
-Pero suelen ser muy vengativas.....-Siseo su hermano desde el pasto, mirándola a través de sus gafas de culo de vaso.
-¡CALLAROS LOS DOS!-Dijo en un rugido cual león el mayor de los tres hermanos. Alexindice iba a contraatacarle hasta que Freyback puso rumbo hacia el golpe que resonó contra el pasto nuevamente. La sombra había caído al suelo, fue a ver, su hermano Darwyn le siguió y se encontraron con una persona bastante familiar para ambos.
En cambio Alexindice tan solo se quedó esperando a que volviesen, pero cuando vio a Freyback con una chica entre sus brazos, trago saliva de inmediato, como si hubiera visto un fantasma. Su rostro se puso más pálido de lo que ya era, era ella, su hermana perdida. Solo mantuvo su rostro inocente, como si no supiese quien era esa mujer que colgaba en las manos de su hermano. Bien parecía no venir nadie más, un mayordomo salió al exterior para darles la bienvenida, se hizo a un lado para que los cuatro pasaran hacia el interior del edificio y así conducirles hasta el salón en donde dejo en un sofá a la desmayada mujer misteriosa. Bien, ahora, estando reunidos allí, después de varias miradas, golpes, caídas, después de gritar a su hermano, llego el mismo mayordomo hacia donde se encontraban los cuatro. La mujer que antes estaba desmayada bien veía ella que la había reconocido, que también había reconocido a sus dos hermanos de sangre. Solo que con ello supuso que tampoco lo haría visible en su rostro, pues los Moriarty eran muy orgullosos en mostrarse a la primera de cambio.
Asintieron y en cuanto bajaron los puños, apareció un hombre enfrente de ellos, un lacayo con elegantes ropas de color negro y rojo, les hizo una reverencia, estaba pálido como la pared y les hizo entrega de otro sobre en silencio, colocándolos en fila frente al mayordomo. Nada, solo había silencio. El mayordomo de se fue para volver con cuatro armas que fue entregadas por el mismo a cada uno de los presentes de aquella sala. Al escurridizo llorica de aspecto débil, se le fue entregado un látigo negro, estaba usado y en mal estado, pero al atizarlo este en el aire, corto la madera de la repisa que adornaba la chimenea como el halito de una guadaña; al hombre de aspecto fuerte y apuesto, se le fue entregada una daga árabe adornada con rubíes y esmeraldas y con algún que otro hueco a falta de esmeraldas, para que finalmente a las dos que quedaban restantes les hizo entrega de un estoque a cada una en el mejor de los estados que ambas de las armas anteriores entregadas.
-Lean-Termino por decir el mayordomo anciano refiriéndose a la carta que se nos había sido entregado:
{1491, París...}
{Cuatro animales nacen. Aún indefensos, brillan, rugen y se mueven inquietos. Un león, una serpiente y dos bellos cisnes. El león nacerá noble, la serpiente escurridiza y misteriosa caminara dejando ningún rastro y dos cisnes son emplumados de blancas y negras plumas que nacerán para ser finas y elegantes pero con la mitad de una misma, para poder unirse las dos en un poderoso enemigo o aliado.}
{Cuatro animales nacen. Aún indefensos, brillan, rugen y se mueven inquietos. Un león, una serpiente y dos bellos cisnes. El león nacerá noble, la serpiente escurridiza y misteriosa caminara dejando ningún rastro y dos cisnes son emplumados de blancas y negras plumas que nacerán para ser finas y elegantes pero con la mitad de una misma, para poder unirse las dos en un poderoso enemigo o aliado.}
[.Muy bien creo que es mi turno de contar una parte de la historia, no comenzare exactamente igual, pero os prometo que será igual de interesante]
Desde hace mucho tiempo atrás, han solido existir seres temibles, sangrientos y barbaros con ganas de aniquilar a la humanidad. Toda clase de creaturas sobrenaturales que podemos ver debajo de todo lo normal que nos rodea; Vampiros, licántropos, cambiaformas, aunque los últimos son unos cobardes que prefieren estar debajo de las sombras y jamás ser descubiertos por la humanidad, ya que saben que si los consideran peligrosos, su especie puede ser aniquilada. Aquellas personas que le temían a estos seres recurrían a un escaso número de humanos las cuales tenían el valor y la habilidad (tal vez innata) de enfrentarse contra estas creaturas; a mi parecer eran unos locos que no tenían nada mejor que hacer que buscar la glorificación de humanos sin sesos, pero mejor vuelvo a la historia como tal. Los nombres de aquellas personas solamente eran pronunciados por los más temidos, algunos atrevidos y escasos de vergüenza, decían a los cuatro vientos, orgulloso de su merito y riqueza que tenían un cazador a sus servicios. Ha de sonar egoísta mi parte, pero la realidad era que lo hacían por el bien de un planeta que lentamente estaba siendo corrompido por las fuerzas del mal. Ya con escasas oportunidades de éxito se puede encontrar un lugar tranquilo al cual las personas le llamaban “Hogar Seguro”
Quién diría que cuando el gobierno respiraba una tranquilidad, bajo un hermoso cielo teñido de anaranjado por el naciente atardecer, el grito de Evangelina (Mi madre) retumbaría para derrumbar aquella paz que existía en la habitación. Los cálculos que ya varios meces se habían dado, eran un completo error y el nacimiento que esperaba la familia Moriarty desde hace nueve meses habían sido cuatro niños hermosos… pero cuando los dos restante salieron, los que rodeaban a mi madre abrieron sus ojos sorprendidos al notar a dos niñas de gran belleza salir de su vientre de forma forzosa pero poco a poco lo lograban, luego de aquella sorpresa vino la segunda, cuando nosotros; mi hermano freyback y yo. Salimos del vientre de nuestra madre, mientras mis dos hermanas estaban en brazos de nuestro padre, buscando tal el calor de la otra como en el vientre posiblemente lo hacían. Nosotros nos quedamos en los fríos brazos de nuestra madre, que poco a poco nos dejaba en su pecho con cierta ternura y alegría de tenerlos ahí, pero el rostro de nuestro padre decía que algo no estaba bien, en cuanto vio a nuestra madre que no podía buscar ni un soplo de aire que la reviviera y llenara sus pulmones de vitalidad.
¿Muerta quizás? ¿O simplemente del cansancio había perdido? Nadie alrededor parecía inmutarse, dos doncellas recogieron nos recogieron de los brazos de nuestra madre muerta, mientras nuestras dos hermanas fueron recogidas por otras dos. Fuimos llevados a nuestros dormitorios, vestíamos ropas elegantes de lino y seda, nos dejaron en nuestra respectiva cuna, las cuales habían sido hecho por evangelistas dedicados a su trabajo. No nos esperaban a cuatro, así que por ende había solamente una cuna, pero eso era un pequeño detalle. Los pasos de nuestro padre sonaron en aquella silenciosa habitación, se acercaba al cuerpo de nuestra madre, acercaba su oído para oír su corazón, latía y enseguida noto que su pecho se hinchaba y desinflaba con lentitud dejando todos sus miedos atrás.
{1513-1516}
Serpientes no venenosas
pero con grandes colmillos.
Un león feroz distrae a su
presa para que le preste
atención. El cisne Blanco y
el cisne negro sonríen con
elegancia, juntos bailando en
silencio.
En fuertes tornados el fuego
aviva su llama, pero el agua
rápida y feroz la calma para que
caiga y fluya sobre la tierra y
madre naturaleza.
Con fuertes golpes cae el débil
El fuerte resiste sin disculparse
obteniendo el poder para sí mismo.
Y con esmero y sentimiento algún
invierno, primavera, verano y otoño
estarán de nuevos los vientos llenos
de nieve en un día soleado.
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No hacía mucho tiempo desde que Freyback había sido encontrado moribundo y cubierto por cadáveres a modo de protección de los demás, de protegerle contra los cañonazos que lanzaban en el frente enemigo. No pasaron más de tres días hasta que lo encontraron muerto de sed, muerto de hambre y se había alimentado del sudor, de su saliva y apenas ni eso. Llego casi muerto de aquel lugar, estuvo varios días en reposo, en las fronteras que combatían Alemania contra Francia por cosas sin importancia. Él había sido convocado para combatir junto con otros más de las familias amigas de sus padres. Sus padres estarían orgullosos de ellos, sus padres de él a pesar de lo galán que era con las mujeres. Cuando Freyback se recuperó del todo este consiguió el permiso para retirarse con honores, con una medalla que después al llegar a su mansión en la que solo estaba su hermano Darwyn, colgó la medalla en una de las vitrinas de la casa. Se preguntaba dónde estaría su hermana Bérénice desde aquel día en que se la llevaron de casa, fue una tragedia para todos, madre lloro hasta llevarle a la muerte por pena, padre siguió el camino de madre dejando a Freyback al cargo de todos.
Alexindice quería explorar, también lloro la pérdida de su hermana pero se fue inmediatamente a viajar por el mundo. Se separaron aunque Freyback siguió al lado de Darwyn quien también le agrada darse paseos ambos. Vieron Alemania, Freyback como no, estaba disfrutando de las mujeres y su hermano siempre leía cuando podía. Intento que se liara con alguna pero no hubo manera. Días después de aquellas aventuras, Darwyn partió hacia Italia, semanas después Freyback lo siguió y de nuevo volvieron a juntarse ambos en el país italiano. Siguieron, cada uno por su lado, pero en Italia, Freyback seguía con sus juegos nocturnos, a veces iba a relajarse tan solo en los lagos italianos con Darwyn que le gustaba ver bichos raros hasta que llego a sus manos una carta proveniente de Dinamarca, vio el sello del ejército y este solamente frunció el ceño y se quedó bastante serio, pero con las mismas tuvo que despedirse de su hermano, seguramente él no lo necesitaba y podría irse a África a investigar si tanto le gustaba.
Entonces una vez en Dinamarca, se hospedo en un gran hotel, hermoso, y al día siguiente de llegar al hotel, fue a un cuartel en el que le galardonaron con más mérito, le hablaron de su familia y solamente fue allá para que fuera avisado de lo que iba a pasar en los próximos años. Que quizás iban a ser eternos. Freyback había viajado para nada, para escuchar sandeces de brujos y herejes, con las mismas, enfadado, tomo su abrigo y lentamente ya se iba de aquel lugar con elegancia, dejando su marca de su zapato a cada paso que daba.
Paso unas semanas hasta que este se volvió a ver con Darwyn en Dinamarca, fueron en carruaje, hablaron de muchas cosas, Freyback para variar se burlaba sin ánimo de ofender de su hermano el bicho raro, pero lo apoyaba e incluso se tragó una conferencia dentro del carruaje de como los sapos y otros anfibios se reproducían, pero de repente, estando en la frontera Francesa, tan solo cruzándola, Freyback recibió una carta, su hermano vio que era la misma, Freyback la leyó y tenía que ser citado con sus hermanos, pero faltaba una esquina del cuarteto. No sabía dónde estaba Alexindice, pero enseguida, Darwyn lo propuso. Asi que fueron a probar y para su sorpresa, después de dos días de búsqueda, la encontraron que era recogida por un extraño, la siguieron en otro carruaje hasta encontrar el paradero. Un palacio enorme. Ambos se quedaron boquiabiertos e intentaron darse prisa para poder ver a su hermana. La vieron, esta se alegró de verlos, pero de allá la arrastraron sin decir nada apenas. Al llegar a París, decidieron quedarse un mes recordando y estando aun en su mansion de Paris. Algo temian los tres y Bérénice aun seguia desaparecida. Y solo un mes basto para que el mujeriego de los Moriarty, el casanova fuera hechizado por la magia de las caderas y la dulzura de una bella y hermosa cortesana de los burdeles de París.
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{A las afueras de París}
{Septiembre deja de ser una preocupación para el trío Moriarty. Entra Octubre, Otoño y la serpiente esta mas escurridiza que nunca. El león ruge temiendo que llega lo peor. Y el baile de los cisnes bailara por última vez.}
Freyback llevaba el aroma de aquella cortesana en sus ropas cuando intercepto el carruaje que llevaban adentro a dos de sus hermanos, a Alexindice y a Darwyn dentro de él, sonriendo de su acierto como era costumbre, Freyback se dirigió hacia el interior, haciendo parar el carruaje y con su galantería entro arreglándose las ropas poco a poco que se sentaba al lado de su hermano. La puerta se cerró de golpe y el viaje continuo con el silencio que hacía antes. En el viaje, Freyback noto la tristeza en el rostro alegre y dulce de su hermana, algo había pasado, pregunto a Darwyn y este le conto que se había enamorado de un príncipe o algo parecido. Alexindice tenía que parar de soñar, estaban en un viaje que desconocían el lugar al que tenían que llegar, estarían cerca, iban a lo desconocido y como el general de la frontera francesa que había llevado a un gran ejercito a la victoria, se había puesto en guardia inmediatamente, se había puesto alerta por si algo pasaba a continuación.{Septiembre deja de ser una preocupación para el trío Moriarty. Entra Octubre, Otoño y la serpiente esta mas escurridiza que nunca. El león ruge temiendo que llega lo peor. Y el baile de los cisnes bailara por última vez.}
-No lo sabía....-Alexindice dijo tajante para terminar la conversación que cada vez le estaba hiriendo cada vez más. Los tres hermanos iban en el carruaje, a su lado Darwyn mirándola con aquella mirada lasciva inocente que había adquirido con el paso del tiempo solamente con las muchachas que eran de su agrado, pero por Dios, Alexindice, era su querida hermana, a la que a pesar de su condición escuálida protegería como el hermano que era. Freyback en cambio, la miraba con aquel apogeo de soberbia que tanto le caracterizaba, con su sonrisa ladina y la que era la más criticada por cada una de las damas por las que había pasado su “orgullo”.
Él la miraba sonriente, pero preocupado. Alexindice era bien dada a soñar despierta, a soñar con ser la protagonista de uno de sus fantasías de color de rosa. Lo que si echaba de menos era estar cerca de quien peleaba a menudo, con Bérénice, esa mujer difícil de domar aun siendo su hermana, igualmente, se la habría llevado a la cama. Se rio ante aquel pensamiento. Aun seguían en aquel viaje tedioso que estaba durando una eternidad.
Suspirando, viendo como el atardecer acontecía ante sus ojos a través de la ventanilla del carruaje, hubiera deseado que aquellos segundos con aquella persona, hubieran durado más, pobre cortesana que tuvo que caer sobre sus redes y tener que hacerla dia si y dia también, acabo amándola sin llegar a darse cuenta, el, un ligón, alguien que era un maestro en engatusar a las jóvenes y más bellas cortesanas. Nunca había sentido tanta pena en su corazón desde que se fue, del lado de la cortesana y el había comprado un anillo para dicha mujer, pero al llegarle la carta, todo cambio y le prometio que volveria a por ella, que volveria y que la sacaría para una vida mejor. Aparte de que ambos disfrutaban del cuerpo del otro, ella había robado el corazón y el alma del gran mujeriego, con ella se comportaba con dulzura y para él, ella era la única. Los Moriarty era una familia que iba a muchos bailes, encuentros de la sociedad, miles y miles de encuentros con la realeza por el maravilloso apellido que tenía, los Moriarty no eran gente de mal ninguno, al contrario, podrían ser los leonidos más orgullosos, valientes, arrogantes, pero siempre estaban ahí para echarte una mano para lo que necesitases, su familia, eran de los más antiguos linajes que pudieran existir en el mundo del deber y el orden.
Su familia, pertenecía desde hace mucho tiempo, a una hermandad de cazadores legendaria, que con el paso del tiempo, estos se habían ido por su lado, formando sus propias reglas, su propio lema, hasta su emblema personal que hasta que no nacieron el cuarteto Moriarty, no dieron con el definitivo. Un emblema de un león rugiendo y agarrando con sus garras la letra “M”, por detrás dos cisnes uno negro y otro blanco alzándose al vuelo para después una escurridiza serpiente se enredaba en el cuello del león y sobre la parte inferior de la letra de la familia. El carruaje paró en seco. Freyback echó un vistazo por la ventana, vio una sombra que trepaba por la enredadera, para después abrir la puerta y salir al exterior. Alexindice salió después de su hermano Darwyn que con torpeza, casi se caía al suelo, hasta que lo consiguió tropezando con el parasol que su hermana Alexindice le había puesto “accidentalmente”.
-Pensé que las serpientes no se tropezaban....-Con suma tranquilidad, aquellas palabras de burla salieron de sus labios.
-Pero suelen ser muy vengativas.....-Siseo su hermano desde el pasto, mirándola a través de sus gafas de culo de vaso.
-¡CALLAROS LOS DOS!-Dijo en un rugido cual león el mayor de los tres hermanos. Alexindice iba a contraatacarle hasta que Freyback puso rumbo hacia el golpe que resonó contra el pasto nuevamente. La sombra había caído al suelo, fue a ver, su hermano Darwyn le siguió y se encontraron con una persona bastante familiar para ambos.
En cambio Alexindice tan solo se quedó esperando a que volviesen, pero cuando vio a Freyback con una chica entre sus brazos, trago saliva de inmediato, como si hubiera visto un fantasma. Su rostro se puso más pálido de lo que ya era, era ella, su hermana perdida. Solo mantuvo su rostro inocente, como si no supiese quien era esa mujer que colgaba en las manos de su hermano. Bien parecía no venir nadie más, un mayordomo salió al exterior para darles la bienvenida, se hizo a un lado para que los cuatro pasaran hacia el interior del edificio y así conducirles hasta el salón en donde dejo en un sofá a la desmayada mujer misteriosa. Bien, ahora, estando reunidos allí, después de varias miradas, golpes, caídas, después de gritar a su hermano, llego el mismo mayordomo hacia donde se encontraban los cuatro. La mujer que antes estaba desmayada bien veía ella que la había reconocido, que también había reconocido a sus dos hermanos de sangre. Solo que con ello supuso que tampoco lo haría visible en su rostro, pues los Moriarty eran muy orgullosos en mostrarse a la primera de cambio.
Asintieron y en cuanto bajaron los puños, apareció un hombre enfrente de ellos, un lacayo con elegantes ropas de color negro y rojo, les hizo una reverencia, estaba pálido como la pared y les hizo entrega de otro sobre en silencio, colocándolos en fila frente al mayordomo. Nada, solo había silencio. El mayordomo de se fue para volver con cuatro armas que fue entregadas por el mismo a cada uno de los presentes de aquella sala. Al escurridizo llorica de aspecto débil, se le fue entregado un látigo negro, estaba usado y en mal estado, pero al atizarlo este en el aire, corto la madera de la repisa que adornaba la chimenea como el halito de una guadaña; al hombre de aspecto fuerte y apuesto, se le fue entregada una daga árabe adornada con rubíes y esmeraldas y con algún que otro hueco a falta de esmeraldas, para que finalmente a las dos que quedaban restantes les hizo entrega de un estoque a cada una en el mejor de los estados que ambas de las armas anteriores entregadas.
-Lean-Termino por decir el mayordomo anciano refiriéndose a la carta que se nos había sido entregado:
“En las afueras de París se encuentra un castillo abandonado con un hermoso jardín rodeado en penumbras en el que se encuentran tesoros por descubrir. En el interior se encuentran cinco puertas donde en una de ellas se encuentra el tesoro que ansiáis. Se os ha hecho entrega de un arma adecuado a vuestras personalidades. Desde pequeños supe que llegaríais a sobrevivir hasta los preliminares y este es vuestra meta final o no si lográis pasar esta aventura.”
La carrera hacia el premio había empezado. Todos salieron en busca de aquel tesoro como perros enjaulados recién sacados de su jaula. Aquel palacio era enorme, trampas, logros, caídas, encuentros y manos alzadas para ayudar a levantar a los que se habían caído. Las dos chicas al final acabaron separadas de la una de la otra, el hombre que recibió la daga árabe era el más cauto pues pareció que fue el primero en llegar a las cinco puertas, con un brazo herido, con una cicatriz en la que paro la hemorragia con un simple torniquete. En cambio, el segundo en llegar jadeando a causa de la mala condición física, fue el escurridizo al que pego. Ninguno de los dos tuvo la suerte de haberse cruzado durante las duras pruebas y asaltos del castillo con ninguna de las dos chicas, ninguno tras haber partido en aquel juego de azar, las vio de nuevo.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
Freyback tenía muchos defectos, muchas virtudes, pero uno de sus defectos era que el cuándo se miraba a un espejo, se miraba por horas, era muy vanidoso. ¿Que Moriarty no lo era? Suspirando con el arma en mano, este se quedó pensando. Tendría que ser astuto, tendría que ir con cuidado. Por primera vez tuvo miedo en su vida. No había podido enfrentarse a la chica que amaba y decirla que le esperase o que quería que ella fuera su esposa, pero no, ahora estaba aquí, ante lo desconocido y no sabía si iba a salir con vida. Una vida con esa mujer, no pedía mucho. Tan solo con esa mujer quería morir de viejo. No supo por dónde fueron sus compañeros de juego, de caza, quien fuera su familiar tenía muy mal gusto, un gusto bizarro y maquiavélico en hacer pruebas. El seguía instrucciones de la pared, seguía, lucho, se agacho y entonces en el camino descubrió una de las joyas que faltaban a la daga árabe que le había tocado empuñar. Se fue directamente hacia la joya, este la cogió y enseguida esquivo dos hoces que salieron de la nada, pero tenía la joya en su mano, la coloco en la daga que encajo perfectamente y de la hoja de la espada, salieron a relucir símbolos brillantes que parecían una inscripción que él podía leerlo. Lo dijo en alto y enseguida las hoces desaparecieron sin más, dejando a la vista una puerta que se iba abriendo lentamente. El interior estaba oscuro, solo el halo de la luna iluminaba un rectángulo que estaba de pie, tapado por una tela grande.
Reconoció el objeto.
Era un espejo rectangular, se puso en guardia conforme iba entrando en la sala. La puerta seguía abierta, pero una vez dentro, la puerta se cerró dejándolo solo con el espejo cubierto.
Bien.
¿Ahora qué?
¿Tiraría de la tela para descubrir el espejo?
Quizás…pero estaba muerto de miedo. No era cobarde. Entonces Freyback entendió que de la misma vanidad que demuestres por fuera es igual al miedo que sientes en tu interior, este tomo la tela que cubría el espejo y cuando la tela cayó al suelo…Solo vio una puerta y un pomo. Nada más.
Freyback reía a carcajada limpia-No es lo que parece…-Repitió las palabras que una vez su padre le conto. Bien, ¿Por qué no tiraba del pomo de la puerta? Era un engaño. Trago saliva lentamente y su mano fue acercándose al pomo, pero de nuevo una hoz que intento esquivar no pudo y rozo la carne de su brazo, haciéndole un corte profundo en uno de sus brazos, entro en la sala en la que había mucho más luz, con la puerta abierta, miraba hacia atrás, se hacía un torniquete como pudo, ya estaba listo y la puerta se cerró. Nada pasó y lo siguiente que vio. Fue a su hermano entrar en la misma sala que estaba él ahora descansando y aguantando el dolor de su brazo.
-¡¡HE LLEGADO!!...¿Eh?-miro a ambos lados pero descubrió que Freyback y Darwyn habían llegado antes-Joo...-pataleo como una niña pequeña-...No es justo...
-Otra vez será Alexindice...-Dijo Freyback entre risas sonoras pero este fue golpeado suavemente por la fina mano de su hermana en el cogote. Rieron. Reían los tres esperando a que llegara la chica que se había perdido en el principio del camino y como si estuvieran hablando del rey de roma, enseguida Bérénice hizo aparición en aquella sala, llena de algún que otro rasguño y su ropa vagamente rasgada, como si hubiera estado en mitad de una pelea y ella por suerte, salió ilesa pero con algún rasguño.
-¡Es una trampa!-Dijo alto y claro antes de esquivar una flecha que vino de su izquierda y poner a todos en alerta. Varias flechas intentaron alcanzar a los hermanos, pero ambos las esquivaban con agilidad al igual que la chica de cabellos castaños, pero enseguida, Bérénice pronto se puso a mover la daga contra las flechas con rapidez procurando que ninguna le alcanzara-¡AAhhgg!!-Escucho a su izquierda viendo como la rapidez del látigo no le había servido de nada al chico escurridizo para luchar contra las flechas. Pararon de salir las flechas, Alexindice salió disparada lejos de las flechas, contraatacando con el estoque. Enseguida la imagen lujosa de las cuatro puertas, enseguida desapareció de la nada como por arte de magia. Los habían engañado de sobremanera en que todo les hubiera parecido un truco de un simple mago o algo muchísimo peor. Las únicas salidas que habían eran unas ventanas que fueron enseguida cerradas con barrotes desde dentro, la puerta que había libre, había sido bloqueada. Ninguna salida desde aquella noche, ninguno de los hermanos Moriarty que se volvieron a encontrar gracias a un mero juego de azar, pudo salir con vida. Bérénice, en cuanto se enfrento en la sala principal en la que se despertó y a su alrededor tenía a los tres consigo. Alexindice la había reconocido incluso antes que cualquiera de los tres, esta supo desde el primer momento en que miro al rostro de Bérénice, supo que era aquella hermana mayor suya que siempre la molestaba, pero que siempre estaba ahí para defenderla del peligro, fuese cual fuese.
Una realidad en la que estaban los cuatro reunidos. Ellos al menos si sabían que era ella. Estando en aquella pequeña habitación con sus tres hermanos y estos aun sin saberlo, abrazaba a Darwyn como su posesión más preciada. Freyback estaba en la esquina norte, Alexindice, en la esquina oeste, cerca de la puerta que fue bloqueada. Vio en el techo los puntos cardinales: Norte- sur-Este y Oeste. Enseguida soltó a Darwyn poniéndolo sobre el Sur y dudaba si debía ir al punto Este.
-Hazlo...morena...-Dijo Freyback para su sorpresa mientras veía a la que también había reconocido como su hermana de sangre. Alexindice en cambio, llego a sorprenderse al igual que Darwyn quien pareció seguir gimiendo al sentir su sangre salir de su cuerpo. Aquel apelativo, a Bérénice siempre le había disgustado, pero era un pasado del cual olvido y ahora pronto tendría que hacer algo-¿Es lógico, no?-Dijo de nuevo. Alexindice, pensó en lo que decía la carta. Cinco puertas y en una estaba lo que ansiaban, pero en lugar de cinco puertas había cuatro puntos cardinales y en el centro seria la quinta puerta, en el centro saldría lo que ansiaban.
-Eres un idiota Frey...-Replico Bérénice tras ponerse en el lugar que le correspondía del Este y poniéndose en guardia con la Daga en mano. Alexindice, no se separaba de su carcaj y su arco, pero a falta de munición servible y en buen estado, tomo el estoque, poniéndose en posición para lo que vallara a pasar. Freyback fue el único que se ajusto la armadura y en cuanto desenvaino la espada, también se puso en guardia. Darwyn no se levantaba, no se movía, pero enseguida de su boca salió el ronquido de que estaba durmiendo profundamente. Todos rodaron los ojos-Oh, otra vez no. . .-excepto Bérénice que lo miraba con cierta ternura, viéndole como dormía-..¿¡EN UN SITIO COMO ESTE?!-Enseguida adopto un rostro furioso y le lanzo una de sus bolas de plata a la cabeza, haciéndole despertar de tan “magnifico sueño”.
A la espera de que algo ocurriera, todos seguían en posición de ataque hasta que del fondo del centro aparecía una jaula con cuatro personas durmiendo en el interior de esta. Extrañados por su contenido, estos se pusieron bastante nerviosos, suplementando la calma que había hace unos instantes por la inquietud de lo desconocido y de lo que habían encontrado. La jaula se abrió. Los barrotes que iban poco a poco levantándose del suelo dejando libres a aquellos seres o personas libres de presión alguna. Mas esta vez se pusieron en guardia más que antes. Los cuatro se pusieron en guardia para atacar en seguida y en cuanto uno de aquellos seres abrió los ojos-Darwyn...¡Se valiente!-comenzaba a despertar a los demás con sus movimientos sensuales sobre el suelo de piedra. Estaban atrapados. Eran cuatro personas contra cuatro desconocidos y Darwyn no duraría mucho el primer asalto. Estaban ante algo peligroso, el silencio alrededor era demasiado tenso, era el que los avisaba de algo malévolo que estaba a punto de despertarse. Y en menos en que las velas se apagaron dejando la sala a oscuras, Bérénice, no pudo remediar soltar las palabras de aquel juramento o párrafo que formularon los cuatro antes de partir:
- Serpientes no venenosas pero con grandes colmillos....-empezó tal y como lo recordaba, su voz temblaba, no quería morir.
- Un león feroz distrae a su presa para que le preste atención....-Le siguió su hermano Freyback con aquella voz tan masculina que tenia, para después que le siguiera su hermana con el resto del fragmento hasta que Darwyn finalizaba al igual que Bérénice- Y con esmero y sentimiento algún invierno, primavera, verano y otoño estarán de nuevos los vientos llenos de nieve en un día soleado....-El silencio tras estas letras no lo olvidarían jamás.
De esas criaturas que encontraron en la sala fueron benévolas con sus víctimas. Las criaturas que se encontraron, fueron al parecer, pequeñas vampiras que fueron capturadas por quien les había tendido la trampa. Al igual que ellas, estos cayeron después de una larga batalla en las sombras bajo el poder y la sed de las vampiras, que disfrutaron a cada minuto de la sangre de Bérénice, de Freyback, de Darwyn y de ella misma. Los cuatro en realidad, unos más lentos que otros sufrieron los cambios permanentes, que los volvieron malditos y sedientos de sed de la única sangre la cual se satisficieran.
En cambio, después de tantos años que pasaron desde aquella noche, cada aniversario en el mes de Octubre, hacían honor a aquel día en el que fueron convertidos en lo que eran, vampiros, yendo a cazar a varios de su misma especie que ahora, no tenían más remedio que aceptar su condición sobrenatural a pesar de haber sido desde que cumplieron mayoría de edad unos mercenarios de buena o mala reputación. Les daban igual si eran mirados de mala manera por los vampiros, por los que tenían que aceptar que eran parte de estos asesinos sanguinarios.
Solo podían llegar a tomar venganza de una manera. Cazadores. El día les iba ahora de pena, no podían salir a la superficie al mediodía y se les ocurrió utilizar aquel hermoso castillo como la residencia donde ejércitos y un montón de personas aprenderían a ser cazadores e inquisidores contra los sobrenaturales. Podría decirse que es una manera vil de usar a la gente, pero al menos con un propósito de vengar la libertad que se les había sido arrebatada. Ahora les era suficiente instruir a humanos con el propósito de matar, a la vez que buscaban aquel que le tendió la trampa en aquella pequeña sala a ella y a sus hermanos. A partir de entonces, la Orden Escarlata, fue y ha seguido siendo hasta la fecha, una de las más prestigiadas Órdenes en las que aparte de ofrecer instrucción a futuros cazadores, también sirve para aquellos que andan sin ningún rumbo en su vida.
La Orden Escarlata se encuentra a las afueras de París. Alexindice, junto con sus hermanos, aun sigue buscando a aquel cretino que les hizo esto. Quisiera lo que quisiera, no se iba a morir tan fácilmente, porque para eso, se encargarían los hermanos restantes de la familia Moriarty.
Datos extras:
-- Espera encontrar a esa mujer...aunque sea o tenga que hacer un milagro.
-- Aún guarda el anillo que supuestamente hubiera sido para aquella cortesana.
-- Terminó por irse de nuevo de viaje hasta que ahora, decidió volver.
-- Espera encontrar a esa mujer...aunque sea o tenga que hacer un milagro.
-- Aún guarda el anillo que supuestamente hubiera sido para aquella cortesana.
-- Terminó por irse de nuevo de viaje hasta que ahora, decidió volver.
Última edición por Freyback Moriarty el Lun Jun 17, 2013 8:10 pm, editado 6 veces
Freyback Moriarty- Vampiro Clase Alta
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Re: :-:Freyback Moriarty:-:
CUANDO TERMINES TU FICHA POSTEA AVISANDO PARA QUE UN MIEMBRO DEL STAFF PASE A REVISARLA. GRACIAS.
Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: :-:Freyback Moriarty:-:
Terminado. *OOOOOOOOO*
Freyback Moriarty- Vampiro Clase Alta
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Re: :-:Freyback Moriarty:-:
FICHA APROBADA
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Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
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