AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Los colmillos del Marfil [Revolución]
2 participantes
Página 1 de 1.
Los colmillos del Marfil [Revolución]
"Las personas que luchan por la paz siempre inventan una guerra."
Lugar: Palacio de Versalles.
Ubicación: París, Francia.
Objetivo: Obsequiar un collar de diamantes a la princesa Dominique Fontaine, enviado por el cardenal Richelieu.
Ubicación: París, Francia.
Objetivo: Obsequiar un collar de diamantes a la princesa Dominique Fontaine, enviado por el cardenal Richelieu.
Había pasado el tiempo suficiente para que ella, la flamante y hermosa cazadora pudiera reponerse de tal ataque. La herida del cuello apenas era una fina linea rojiza, fácilmente se podía confundir con irritación de las prendas que utilizaba para los entrenamientos, aquellos que no sabían de su vida de cazadora, podrían pensar que era a casar de un piquete o algo así, algo ridículo. A la morocha no le importaba arriesgar su vida, no tenía un poco de seguridad propia, vivía el día a día para no lamentarse de los sucesos que pasaban fallidos a su alrededor. La noche anterior había recibido una misión importante, sino es qué la más importante de todas, por comenzar con aquel desastre, uno de tantos.
La ventaja que ella tenía era grande, nadie conocía su rostro, podía deambular en las calles como cualquier civil ignorante de los acontecimientos revolucionarios. ¡Oh caprichosa e impulsiva Dagmar! ¿En qué te estás metiendo? Si su padre lo supiera, si su madre lo supiera… Pero… ¿Y si Hunter lo supiera? Frunció el ceño ante el último que apareció en sus pensamientos y qué seguía en sus recuerdos. Ese rubio había volteado su mundo por completo, por extraña razón ahora la hacía sentir una especie de cuidado por su persona, unas ganas de seguir con vida que nunca antes había experimentado, el deseo de verse más hermosa y deseable sólo para él "Maldito sea" Pensó para ella mientras bajaba por las escaleras de su casa, salía por la puerta trasera y se adentraba al bosque sin que nadie la viera.
Dagmar había aprendido a trabajar con algunos seres sobrenaturales, no por deseo propio, de hecho los seguía odiando a cada uno de ellos, pero veía que algunas criaturas, muy pocas tenían intenciones buenas. Se había citado con Soren, un vampiro al cual le asignaron la misma misión a mitad del bosque. En un principio había objetado, se había acostumbrado a la compañía de László, ambos trabajaban como un equipo aguerrido imposible de derrumbar, pero al leer un poco acerca de su nuevo compañero e batalla la ilusión se apoderó de sus orbes, seguro tendrían una misión excelente, y bastante divertida. Deseaba conocerlo.
Para aquella misión no podía usar sus pantalones ajustados y camisetas ceñidas al cuerpo, debía utilizar el más hermoso de sus vestidos, ese que delineaba sus curvas, resaltaba sus atributos y desbordaba su belleza. Sus labios carmín se tensaban en una mueca en medio del bosque, en medio de la cita esperando a que su acompañante llegaran - ¡Oh vamos criatura! Se nos hace tarde, es hora de divertirnos - Alzó su voz, dejando en claro su impaciencia, como siempre queriendo hacer las cosas lo más rápido posible. Dagmar comenzó a sentir la emoción recorrer su garganta, la adrenalina expandieres por su envidiable figura. Se cruzó de brazos a la altura del pecho, y miró por todos lados, sin embargo se relajó, y prestó atención a los sonidos de su alrededor, alerta a que el vampiro, su nuevo colega, llegará para emprender el viaje.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Caminó en silencio por el bosque. Una parte de él, una parte muy vieja, muy antigua, se sentía agradecida por la limpia y fresca brisa nocturna y las caricias de las hojas y las ramas de los árboles en su rostro y brazos; aquella parte que había tenido una feliz infancia finita en las, ahora le parecían, lejanas tierras de escocia. Apoyó el pie sobre una piedra que cedió bajo su peso, torciéndole el tobillo. Exclamó una maldición en un susurro. La otra parte de él, mucho más joven y cosmopolita, detestaba con toda su alma esos sitios abandonados de la mano de la civilización.
Una carta había llegado a su bonita casa de coloridos cristales tintados, no tenía destinatario ni remitente, solo un sello que se le había empezado a resultar familiar. Era obvio que no era correo común ¿Por qué? Porque en vez de pasar el cartero al punto de la mañana y dejarla en el buzón, esperaron a la primera hora de la noche para dársela en mano y desaparecer. No hacía falta poseer un genio tan maravilloso como el de Soren para comprender que Darcy le mandaba recuerdos...
...Y qué recuerdos...
La carta lo había dejado sorprendido. La misión era el tipo de trabajo adecuado para Soren, no tendría más que maquillarse, vestirse y engalanarse para la ocasión, tomar el atrezzo adecuado y presentarse ante su público, la Corte Real de Francia, y sus compañeras de reparto. No hacía falta recordar que, al menos esta vez, mencionar el título de la obra sí que le iba a traer bastante mala suerte.
Lo que ya no le había hecho tanta gracia era la parte de ir al bosque, para lo cual sus elegantes ropajes no eran los más adecuados, pero cuyo orgullo le impedían cambiárselos por algo menos ostentoso. Por un papel, saldría desnudo a escena... <> Pensó mientras se dedicaba a sí mismo una de sus pícaras medias sonrisas, pero sí era cierto que sería capaz de vestirse con un harapo y bañarse en barro si era necesario interpretar el papel... pero para la noche a noche, jamás prescindiría de sus ropas elegantes, sus esencias perfumadas asiáticas y sus baños diarios.
Y dejando al margen su buen y maravilloso aspecto, tenía que reunirse con una cazadora... Que un licántropo envíe a un vampiro a mitad del bosque junto a una cazadora era suficiente buen argumento como para desconfiar o, al menos, poner un mohín de disgusto por rostro.
Entonces escuchó una impaciente exclamación. Tampoco tenía remitente ni destinatario, pero al momento supo que era para él. La Hermandad tenía extraños métodos de comunicación, pensó para sí.
-El único que debería tener prisa, señorita, es el que se carbonizará al salir el sol.- Gruñó mostrando los colmillos, mientras salía al encuentro, limpiándose el polvo y las hojas de los hombros de la levita.
Una carta había llegado a su bonita casa de coloridos cristales tintados, no tenía destinatario ni remitente, solo un sello que se le había empezado a resultar familiar. Era obvio que no era correo común ¿Por qué? Porque en vez de pasar el cartero al punto de la mañana y dejarla en el buzón, esperaron a la primera hora de la noche para dársela en mano y desaparecer. No hacía falta poseer un genio tan maravilloso como el de Soren para comprender que Darcy le mandaba recuerdos...
...Y qué recuerdos...
La carta lo había dejado sorprendido. La misión era el tipo de trabajo adecuado para Soren, no tendría más que maquillarse, vestirse y engalanarse para la ocasión, tomar el atrezzo adecuado y presentarse ante su público, la Corte Real de Francia, y sus compañeras de reparto. No hacía falta recordar que, al menos esta vez, mencionar el título de la obra sí que le iba a traer bastante mala suerte.
Lo que ya no le había hecho tanta gracia era la parte de ir al bosque, para lo cual sus elegantes ropajes no eran los más adecuados, pero cuyo orgullo le impedían cambiárselos por algo menos ostentoso. Por un papel, saldría desnudo a escena... <
Y dejando al margen su buen y maravilloso aspecto, tenía que reunirse con una cazadora... Que un licántropo envíe a un vampiro a mitad del bosque junto a una cazadora era suficiente buen argumento como para desconfiar o, al menos, poner un mohín de disgusto por rostro.
Entonces escuchó una impaciente exclamación. Tampoco tenía remitente ni destinatario, pero al momento supo que era para él. La Hermandad tenía extraños métodos de comunicación, pensó para sí.
-El único que debería tener prisa, señorita, es el que se carbonizará al salir el sol.- Gruñó mostrando los colmillos, mientras salía al encuentro, limpiándose el polvo y las hojas de los hombros de la levita.
Soren Makelyne- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 1192
Localización : París, Francia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Una de las pocas cosas que la mujer reconocía, y que sin duda alguna le agradaban de los vampiros era aquella elegancia y sensualidad que poseían, le parecía impresionante que pudiera tener un porte tan impresionante tomando en cuenta que eran unos depredadores, odiaba la idea de trabajar con otro, no le parecía tener que dejar de lado algunas de sus ideas sólo por una causa, de ponerle más pruebas de esa manera quizás desistiría de seguir con la revolución, no se podría convencer de salir de la academia y relacionarse con vampiros, no, tendría que hablar con Darcy, pero quizás esa noche sería muy buena, y tendría otra experiencia, quizás los vampiros no eran tan malos después de todo.
- No debería exagerar, apenas y se ha ocultado el sol, tenemos el tiempo suficiente para poder entrar y salir como cualquier otro en Versalles, no tendrá problema con los rayos del sol para mi mala suerte - Le sonrió de medio lado, de una manera bastante burlona, ella deseaba ver a todos carbonizarse con el sol, pero dado que ese vampiro estaba en una causa a favor de los hombres y mujeres parisinos, seguramente todo iría bien entre ellos. Suspiró repetidas veces, intentando relajar su mal humor, odiaba que le refunfuñaran, que le hicieran algún gesto malo sin conocerla antes, ella deseaba divertirse, no pasar un mal momento, se iban a jugar el pellejo, ponerse más nerviosos o pensando en las cosas negativas que podrían pasar.
- Mi nombre es Dagmar, bien debe saber que el conde nos ha asignado esto, debemos ser muy cuidadosos, actuar como si fuéramos una pareja normal - Sonrió, hizo una reverencia educada, ella no dejaría de lado los malos modales solo porque estuviera con un vampiro. - Quisiera poder confirmarle que todo saldría bien, y qué claro, saldremos ilesos, la corona tiene de todo tipo de criaturas, muchos de ellos seres como tú que estarán al pendiente de cualquier detalle en falso, así que necesitamos repasar nuestras lineas - Ladeo el rostro - Mientras estemos allá mi nombre será Franciella Lacroix, y seremos esposos, por lo que serás el nombre que quieras y mi apellido ¿Está bien? - Esperó respuesta alguna de él, al no tenerla en primera instancia decidió que lo mejor sería continuar.
- He traído una especie de refuerzos, contacté a unos brujos, ellos hicieron una especie de pacto con fantasmas - Hizo una pausa, no le daba miedo hablar abiertamente con él, dado que era una criatura de la noche debía saber mucho al respecto. - En fin, los fantasmas forman parte de los hierbas, de algunas especias, están en estas bolsitas - Las sacó de su escote con naturalidad, y le arrojó una - Estás bloquearan nuestros pensamientos de cualquier criatura que pueda leer mentes, y eso nos ayudará a pasar sin problema entre los pasillos de Versalles - Por fin guardó silencio y volvió a colocar su bolsita entre sus senos - Pasaremos a un lugar a traer el regaló que llevaremos, esa es la única parada antes de llegar al castillo ¿Está todo bien? - Dagmar no dejaba de sonreír, se veía tranquila y confiada, quizás eso era un buen augurio.
- No debería exagerar, apenas y se ha ocultado el sol, tenemos el tiempo suficiente para poder entrar y salir como cualquier otro en Versalles, no tendrá problema con los rayos del sol para mi mala suerte - Le sonrió de medio lado, de una manera bastante burlona, ella deseaba ver a todos carbonizarse con el sol, pero dado que ese vampiro estaba en una causa a favor de los hombres y mujeres parisinos, seguramente todo iría bien entre ellos. Suspiró repetidas veces, intentando relajar su mal humor, odiaba que le refunfuñaran, que le hicieran algún gesto malo sin conocerla antes, ella deseaba divertirse, no pasar un mal momento, se iban a jugar el pellejo, ponerse más nerviosos o pensando en las cosas negativas que podrían pasar.
- Mi nombre es Dagmar, bien debe saber que el conde nos ha asignado esto, debemos ser muy cuidadosos, actuar como si fuéramos una pareja normal - Sonrió, hizo una reverencia educada, ella no dejaría de lado los malos modales solo porque estuviera con un vampiro. - Quisiera poder confirmarle que todo saldría bien, y qué claro, saldremos ilesos, la corona tiene de todo tipo de criaturas, muchos de ellos seres como tú que estarán al pendiente de cualquier detalle en falso, así que necesitamos repasar nuestras lineas - Ladeo el rostro - Mientras estemos allá mi nombre será Franciella Lacroix, y seremos esposos, por lo que serás el nombre que quieras y mi apellido ¿Está bien? - Esperó respuesta alguna de él, al no tenerla en primera instancia decidió que lo mejor sería continuar.
- He traído una especie de refuerzos, contacté a unos brujos, ellos hicieron una especie de pacto con fantasmas - Hizo una pausa, no le daba miedo hablar abiertamente con él, dado que era una criatura de la noche debía saber mucho al respecto. - En fin, los fantasmas forman parte de los hierbas, de algunas especias, están en estas bolsitas - Las sacó de su escote con naturalidad, y le arrojó una - Estás bloquearan nuestros pensamientos de cualquier criatura que pueda leer mentes, y eso nos ayudará a pasar sin problema entre los pasillos de Versalles - Por fin guardó silencio y volvió a colocar su bolsita entre sus senos - Pasaremos a un lugar a traer el regaló que llevaremos, esa es la única parada antes de llegar al castillo ¿Está todo bien? - Dagmar no dejaba de sonreír, se veía tranquila y confiada, quizás eso era un buen augurio.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Soren guardó silencio y dejó que la dama hablara y ordenara a su disposición cuanto quisiera mientras terminaba de sacudirse el polvo de la levita, como si todo aquello no le interesara lo más mínimo y no le estuviera prestando ninguna atención. Todo lo contrario, analizaba cada gesto, palabra y tono.
Y no le disgustaba del todo su actual pareja.
-Perdone mis modales, no suelo abandonar la ciudad.- Se disculpó ignorando los negativos deseos de la cazadora hacia la Estirpe, al fin y al cabo, les inculcaban ese odio ciego desde bien jóvenes.- Mi nombre es Sir Soren Makelyn, a su plena disposición, milady. Y ya veo que lo ha planeado todo al más mínimo detalle, mi imperiosa dama. Creía que era el apellido del marido el que prevalecía, Dios me sonríe al salvarme de ser su auténtico esposo.
Bromeó sopesando la bolsita de hierbas antes de ponérselas al cuello sin preocuparse en comprobar si aquello era cierto o no. Después de todo, tampoco tenía los medios.
-Todo me parece en el más absoluto y magnífico orden, pero hay algo que no termina de encajarme en toda esta situación y es que... normalmente los maridos son mayores a sus esposas, y no al revés. Es más, los maridos gentiles que acompañan a sus esposas suelen ser cálidos y tienen la fea costumbre de respirar. No se le habrá ocurrido que un vampiro fácilmente identifica a otro vampiro ¿Verdad?
Lo cierto es que él ya había pensado en aquel detalle desde el mismo momento en el que había recibido la carta, pero aquello le divertía. Aunque llevaba ya un pequeño estuche de maquillaje teatral portatil bajo la levita- ingeniosa invención propia, por cierto- quería ver la reacción de su compañera.
Con suerte, hasta le sorprendía con una idea realmente ingeniosa.
Y no le disgustaba del todo su actual pareja.
-Perdone mis modales, no suelo abandonar la ciudad.- Se disculpó ignorando los negativos deseos de la cazadora hacia la Estirpe, al fin y al cabo, les inculcaban ese odio ciego desde bien jóvenes.- Mi nombre es Sir Soren Makelyn, a su plena disposición, milady. Y ya veo que lo ha planeado todo al más mínimo detalle, mi imperiosa dama. Creía que era el apellido del marido el que prevalecía, Dios me sonríe al salvarme de ser su auténtico esposo.
Bromeó sopesando la bolsita de hierbas antes de ponérselas al cuello sin preocuparse en comprobar si aquello era cierto o no. Después de todo, tampoco tenía los medios.
-Todo me parece en el más absoluto y magnífico orden, pero hay algo que no termina de encajarme en toda esta situación y es que... normalmente los maridos son mayores a sus esposas, y no al revés. Es más, los maridos gentiles que acompañan a sus esposas suelen ser cálidos y tienen la fea costumbre de respirar. No se le habrá ocurrido que un vampiro fácilmente identifica a otro vampiro ¿Verdad?
Lo cierto es que él ya había pensado en aquel detalle desde el mismo momento en el que había recibido la carta, pero aquello le divertía. Aunque llevaba ya un pequeño estuche de maquillaje teatral portatil bajo la levita- ingeniosa invención propia, por cierto- quería ver la reacción de su compañera.
Con suerte, hasta le sorprendía con una idea realmente ingeniosa.
Soren Makelyne- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 1192
Localización : París, Francia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
La cazadora sonrió ante el vampiro, que extraño encuentro, que extrañas relaciones tenían que tener dentro de la hermandad, pero gracias a ellas comenzaba a aprender demasiado. Le hizo una reverencia elegante ante la presentación, se sentía una pequeña a punto de cometer una travesura bien elaborada. ¿No eran acaso eso las misiones? Travesuras bien planeadas, planes estratégicos para perjudicar a un grupo y llegar al placer de los autores, sí eso era, y por eso le daban ganas de disfrutar al máximo cada detalle, quizás hoy sería él último día de libertad, él último día de su vida, todo podía pasar.
- Oh, mi amado esposo confía en está mujer que sólo cuidará su espalda cuando estemos en ese lugar, le agradezco amado mío - Le siguió el juego, con esa sonrisa tan sensual en su rostro, ladeo el rostro, se acercó para tomar su brazo, y comenzar a andar de manera tranquila - Se ve demasiado elegante y atractivo, no dudo que puedan observarlo con deseo, y a mi con recelo al entrar en esa sala ¿No lo cree así acaso? - Le dirigió una mirada complaciente, y siguió avanzando, cuidando que ambas prendas no se empolvaran, y por fin encontraron el concreto de las calles iluminadas de Paris.
- Yo no tengo prejuicios que mi amado sea pálido, quizás puede simular bien una enfermedad - Se encogió de hombros, y en breves se adentraron a una casa vieja, con una tenue luz de una vela. Dagmar no podio permiso al entrar, simplemente empujó la puerta, y ambos se adentraron. En el fondo se encontraba la vela, y un pequeño estuche, ahí estaba el regalo que tenían que mandar. Tosió dos veces, y dos mujeres salieron de entre las sombras. - Estás mujeres tendrán listos rostro y brazos para pasar desapercibido, como el tono de piel de cualquier humano, tengo que cuidar a mi marido ¿No lo cree? - Le guiñó un ojo, avanzó, y se sentó esperando a que terminaran con el vampiro.
Cuando todo terminó, Dagmar tomó el pequeño regalo que iba dirigido a la princesa. Lo metió entre sus ropajes, sosteniéndolo con fuerza, y luego tomó su mano para emprender el camino, no tardaron más de 20 minutos cuando se encontraban en la entrada del castillo.
- ¿Listo? - Preguntó tomando una gran bocana de aire, apretando su mano entre la suya, avanzando de forma elegante, sonriente, y amable, ambos se veían bien, se notaba que tenían buena química, la hora de la verdad estaba por comenzar. Soren tendría que decir a los guardias sobre su llegada, y el paquete que se le iba a entregar a la princesa.
- Oh, mi amado esposo confía en está mujer que sólo cuidará su espalda cuando estemos en ese lugar, le agradezco amado mío - Le siguió el juego, con esa sonrisa tan sensual en su rostro, ladeo el rostro, se acercó para tomar su brazo, y comenzar a andar de manera tranquila - Se ve demasiado elegante y atractivo, no dudo que puedan observarlo con deseo, y a mi con recelo al entrar en esa sala ¿No lo cree así acaso? - Le dirigió una mirada complaciente, y siguió avanzando, cuidando que ambas prendas no se empolvaran, y por fin encontraron el concreto de las calles iluminadas de Paris.
- Yo no tengo prejuicios que mi amado sea pálido, quizás puede simular bien una enfermedad - Se encogió de hombros, y en breves se adentraron a una casa vieja, con una tenue luz de una vela. Dagmar no podio permiso al entrar, simplemente empujó la puerta, y ambos se adentraron. En el fondo se encontraba la vela, y un pequeño estuche, ahí estaba el regalo que tenían que mandar. Tosió dos veces, y dos mujeres salieron de entre las sombras. - Estás mujeres tendrán listos rostro y brazos para pasar desapercibido, como el tono de piel de cualquier humano, tengo que cuidar a mi marido ¿No lo cree? - Le guiñó un ojo, avanzó, y se sentó esperando a que terminaran con el vampiro.
Cuando todo terminó, Dagmar tomó el pequeño regalo que iba dirigido a la princesa. Lo metió entre sus ropajes, sosteniéndolo con fuerza, y luego tomó su mano para emprender el camino, no tardaron más de 20 minutos cuando se encontraban en la entrada del castillo.
- ¿Listo? - Preguntó tomando una gran bocana de aire, apretando su mano entre la suya, avanzando de forma elegante, sonriente, y amable, ambos se veían bien, se notaba que tenían buena química, la hora de la verdad estaba por comenzar. Soren tendría que decir a los guardias sobre su llegada, y el paquete que se le iba a entregar a la princesa.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Contempló el palacio desde el exterior, agarrado a Dagmar por el brazos como si fueran un joven y feliz matrimonio. Hubiera preferido un hombre atractivo y jovial, pero eso le habría despistado de sus objetivos, y después de todo... la cazadora... No, no podía permitirse dar muestras de que eso era posible. Soren Makelyne se negaba rotundamente a mostrar aprecio por un cazador, fuera hombre o mujer.
Y entonces pasaron por su cabeza, en un cómico desfile, todos los Cazadores que había conocido a lo largo de novecientos años, contra los que había combatido o, más bien, de los que había huido... normalmente dirigiéndolos a una trampa o tras seducirlos para manipularlos y engañarlos.
Bueno, sí, quizás les había dado motivos para odiarle... Pero aquello eran sus "tiempos jóvenes". Había madurado. Un poco.
.... O eso esperaba, por su bien...
Fingió que tomaba aliento.
-Los lacayos del Dragón Rojo vigilan muy bien este palacio, amada mía.- Resopló mientras recorría con la vista las escaleras, ventanas y jardines de palacio.- Espero que las cosas salgan bien...- Se giró y la miró a los ojos. Sonrió como un niño nervioso por empezar un juego.- ...o que estés en buena forma.
Y entonces pasaron por su cabeza, en un cómico desfile, todos los Cazadores que había conocido a lo largo de novecientos años, contra los que había combatido o, más bien, de los que había huido... normalmente dirigiéndolos a una trampa o tras seducirlos para manipularlos y engañarlos.
Bueno, sí, quizás les había dado motivos para odiarle... Pero aquello eran sus "tiempos jóvenes". Había madurado. Un poco.
.... O eso esperaba, por su bien...
Fingió que tomaba aliento.
-Los lacayos del Dragón Rojo vigilan muy bien este palacio, amada mía.- Resopló mientras recorría con la vista las escaleras, ventanas y jardines de palacio.- Espero que las cosas salgan bien...- Se giró y la miró a los ojos. Sonrió como un niño nervioso por empezar un juego.- ...o que estés en buena forma.
Soren Makelyne- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 1192
Localización : París, Francia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Avanzaron entonces hasta poder adentrarse a las calles parisinas. Dagmar traía un vestido hermoso, pero no se veía caro u ostentoso, dala la apariencia de una mujer de clase media, con una buena figura. Se había arreglado de una manera distinta a la que estaba acostumbrada, de hecho su maquillaje le hacía ver una mujer más grande y enferma, con retoques que parecían arrugas, y la piel bastante reseca, sus cabellos castaños los había sumergido una tarde anterior en pintura negra, los había secado, y no los enjuago, simplemente peino para que pudieran verse normales. En el vestido se había agregado tela con el afán de verse un poco más robusta, si alguien la hubiese visto no la reconocería por todas esas veces en que su andar robaba el aliento de los que la miraran.
Ella siempre buscaba la perfección en su trabajo, y ahora que tenía varios motivos por luchar no se tiraría o estaría dispuesta a tener problemas al ser descubierta. Avanzaba con paso firme alado de Soren, se sentía como pez en el agua, en realidad no tenía miedo de lo que pudiera pasar, pues siempre se había dicho que si el destino le llevaba problemas lo mejor sería afrontarlos como mejor sabía, con su espada. Encontraría alguna de algún novato para poder presumirla. Se veía normal, incluso emocionada por lo que estaba por vivir, y presenciar.
- Traemos un regalo para la princesa - Menciona con su voz tranquila, incluso pareciendo un poco sumisa. - Un cardenal nos ha dicho que debíamos traer un encargo que ella ha hecho, no sabría decirle que es, si desea revisarlo seguramente la iglesia se sentirá ofendida por la falta de confianza - Sus ojos claros y penetrantes veían de manera profunda al guardia que se encontraba en la entrada, aquel hombre la veía de forma dudosa, pero cuando Dagmar achicaba los ojos se notaba lo intimidado que se sentía. La cazadora se abrazaba del frío cuerpo del vampiro - ¿Deseas explicarle, amor? - Se sujetó del vampiro de forma burlona, parecía que de verdad era una pareja, y el guardia no tuvo de otra, simplemente los dejó entrar. Ni siquiera reviso los cuerpos de los intrusos, eso le daba ventajas a Dagmar, sus armas no serían descubiertas, haber robado el sello de la iglesia daba grandes ventajas.
- Pues, comencemos con la fiesta - Musitó sin perder ese humor poco conveniente en aquellos momentos. Caminaron con lentitud, ella podía sentir la mirada del guardia sobre sus figura. Se preguntaba si su trasero se vería grande y regordete gracias a las telas que le había añadido. Suspiró, y después de 10 minutos caminando, se notaron frente a las grandes e imponentes puertas de Versalles - Venimos a entregar un regalo a la princesa - Mencionó de nuevo de forma tranquila, esperando a que les abrieran la puerta.
Ella siempre buscaba la perfección en su trabajo, y ahora que tenía varios motivos por luchar no se tiraría o estaría dispuesta a tener problemas al ser descubierta. Avanzaba con paso firme alado de Soren, se sentía como pez en el agua, en realidad no tenía miedo de lo que pudiera pasar, pues siempre se había dicho que si el destino le llevaba problemas lo mejor sería afrontarlos como mejor sabía, con su espada. Encontraría alguna de algún novato para poder presumirla. Se veía normal, incluso emocionada por lo que estaba por vivir, y presenciar.
- Traemos un regalo para la princesa - Menciona con su voz tranquila, incluso pareciendo un poco sumisa. - Un cardenal nos ha dicho que debíamos traer un encargo que ella ha hecho, no sabría decirle que es, si desea revisarlo seguramente la iglesia se sentirá ofendida por la falta de confianza - Sus ojos claros y penetrantes veían de manera profunda al guardia que se encontraba en la entrada, aquel hombre la veía de forma dudosa, pero cuando Dagmar achicaba los ojos se notaba lo intimidado que se sentía. La cazadora se abrazaba del frío cuerpo del vampiro - ¿Deseas explicarle, amor? - Se sujetó del vampiro de forma burlona, parecía que de verdad era una pareja, y el guardia no tuvo de otra, simplemente los dejó entrar. Ni siquiera reviso los cuerpos de los intrusos, eso le daba ventajas a Dagmar, sus armas no serían descubiertas, haber robado el sello de la iglesia daba grandes ventajas.
- Pues, comencemos con la fiesta - Musitó sin perder ese humor poco conveniente en aquellos momentos. Caminaron con lentitud, ella podía sentir la mirada del guardia sobre sus figura. Se preguntaba si su trasero se vería grande y regordete gracias a las telas que le había añadido. Suspiró, y después de 10 minutos caminando, se notaron frente a las grandes e imponentes puertas de Versalles - Venimos a entregar un regalo a la princesa - Mencionó de nuevo de forma tranquila, esperando a que les abrieran la puerta.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
No fue difícil penetrar las defensas del palacio con el sello papal como llave, ningún guardia cobraba lo suficiente como para arriesgar su relativamente cómoda posición enfrentándose a emisarios de la Iglesia Católica. Lo que a Soren le pareció indudablemente cómico, dada las circunstancias: ¿A caso no era él uno de los mayores blasfemos, herejes, paganos y sodomitas que el mundo había conocido? Su mera naturaleza ya era pecado para Dios, y no se refería a la condición vampírica, no, su naturaleza siempre había sido "pecaminosa", incluso mientras aún estaba vivo. Y para colmo ¿Quién la acompañaba? No la conocía muy bien, de hecho, no sabía nada en absoluto salvo que era una cazadora... y que podría tener un papel en algún drama teatral del Rayon Vert si quisiera, era una buena actriz. Pero lo que no le cabía la menor duda es que si era capaz de escudarse tras la Iglesia y atacar a la monarquía, es que no era muy de misa diaria.
...Probablemente ni de misa de domingos.
Pero eso a Soren le importaba más bien nada. Su auténtica preocupación, a medida que penetraban en los lujosos salones de palacio, con suelos marmóreos, paredes espejadas y abobedados techos cubiertos de pan de oro y lámparas de araña de la que colgaban miles de gotas de rocío diamantino, era la idea de que tan sencillo plan se truncara en algún momento. Puesto que cuanto más cerca se encontraban de cumplir su misión, también más enredados en la madriguera se encontraban.
No era un guerrero, para nada, si las cosas se torcían no podría salir del palacio combatiendo a tantos guardias. Por suerte, palacio era rico en resistentes pesadas lámparas, amplias ventanas y enormes oscuros patios.
Al fin llegaron hasta un salón de recepciones, escoltados, como no; por muy siervos de la Iglesia que fueran, dos extraños no iban a ser dejados sueltos en palacio. Pronto verían a la Princesa, soltarían aquella "bomba" y saldrían como almas que se lleva el Diablo...
...Probablemente ni de misa de domingos.
Pero eso a Soren le importaba más bien nada. Su auténtica preocupación, a medida que penetraban en los lujosos salones de palacio, con suelos marmóreos, paredes espejadas y abobedados techos cubiertos de pan de oro y lámparas de araña de la que colgaban miles de gotas de rocío diamantino, era la idea de que tan sencillo plan se truncara en algún momento. Puesto que cuanto más cerca se encontraban de cumplir su misión, también más enredados en la madriguera se encontraban.
No era un guerrero, para nada, si las cosas se torcían no podría salir del palacio combatiendo a tantos guardias. Por suerte, palacio era rico en resistentes pesadas lámparas, amplias ventanas y enormes oscuros patios.
Al fin llegaron hasta un salón de recepciones, escoltados, como no; por muy siervos de la Iglesia que fueran, dos extraños no iban a ser dejados sueltos en palacio. Pronto verían a la Princesa, soltarían aquella "bomba" y saldrían como almas que se lleva el Diablo...
Soren Makelyne- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 1192
Localización : París, Francia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Y entonces Dagmar sintió una especie de punzada, parecía que el vampiro que tenía a su lado era mucho más manso que cualquier otra criatura que hubiese conocido, ese tipo de detalles le hacía comprobar que en realidad no todas las criaturas eran unas bestias bastante brutas, no, y que quizás ella era más ruda que muchos otros. La sola idea le hizo rodar los ojos, le gustaba tanto que los hombres fueran masculinos, valiente y guerreros, incluso tenía uno que otro amigo que le gustaba lo mismo que a ella en material sexual (de su mismo sexo) y eran más rudos que ella, pero entonces se dio cuenta que hacía mal en juzgar sin antes conocer todo, había aprendido con el paso del tiempo que, muchas criaturas le daban muchas sorpresas, y le comenzaban a callar la boca poco a poco. Eso le gustaba, en realidad no le molestaba comprobar sus errores, al contrario, para ella mejor, pues aprendía.
Después de un largo momento de pensar, se concentró en aquello por lo que venía. El plan final para desatar la bomba revolucionaria, Soren estaba igual de perdido en sus pensamientos como ella, se notaba muy ensimismado, encima no abría la boca para dar las explicaciones. ¿Acaso no comprendía que por más vampiro-cazadora, frente a la corona debía ser el hombre dominante para ser bien vistos? La castaña quiso daré un golpe en la cabeza para que reaccionara, sin embargo soltó el brazo de su "pareja" y dio una nueva reverencia a los presentes para que se le permitiera hablar sin temor a ser juzgada.
- Si se me permite, yo estoy gustosa de darle la explicación - Sonrió de forma inocente, una que ella no estaba acostumbrada a dar, de hecho desde que tenía cinco años quizás no mostraba tal gesto, pero era el mejor momento para que ella actuara. - Me han mandado desde el mismo vaticano, y me han dicho que la princesa Dominique Fontaine ha mandado a pedir una hermosa e invariable joya especialmente para ella, incluso hizo tratos con un cardenal para no tener problemas y ser de alto nivel - Ella dio un codazo a Soren para que se concentrara.
Dagmar sacó de por debajo de su abrigo negro un cofre color negro de terciopelo, antes de que alguien pudiera decir algo si quiera, abrió la caja, y mostró la única y ostentosa joya. Todos a su alrededor mostraron el rostro lleno de asombro, y ella se mordió el labio inferior conteniendo la risa, le gustaba tanto aquello, demasiado que disfrutaría cada instante.
Después de un largo momento de pensar, se concentró en aquello por lo que venía. El plan final para desatar la bomba revolucionaria, Soren estaba igual de perdido en sus pensamientos como ella, se notaba muy ensimismado, encima no abría la boca para dar las explicaciones. ¿Acaso no comprendía que por más vampiro-cazadora, frente a la corona debía ser el hombre dominante para ser bien vistos? La castaña quiso daré un golpe en la cabeza para que reaccionara, sin embargo soltó el brazo de su "pareja" y dio una nueva reverencia a los presentes para que se le permitiera hablar sin temor a ser juzgada.
- Si se me permite, yo estoy gustosa de darle la explicación - Sonrió de forma inocente, una que ella no estaba acostumbrada a dar, de hecho desde que tenía cinco años quizás no mostraba tal gesto, pero era el mejor momento para que ella actuara. - Me han mandado desde el mismo vaticano, y me han dicho que la princesa Dominique Fontaine ha mandado a pedir una hermosa e invariable joya especialmente para ella, incluso hizo tratos con un cardenal para no tener problemas y ser de alto nivel - Ella dio un codazo a Soren para que se concentrara.
Dagmar sacó de por debajo de su abrigo negro un cofre color negro de terciopelo, antes de que alguien pudiera decir algo si quiera, abrió la caja, y mostró la única y ostentosa joya. Todos a su alrededor mostraron el rostro lleno de asombro, y ella se mordió el labio inferior conteniendo la risa, le gustaba tanto aquello, demasiado que disfrutaría cada instante.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Se acercaron con paso tranquilo a los sirvientes de la Princesa. Soren los veía, los escuchaba, los percibía a cada uno de ellos; también percibía varias rutas de escape, y casi todas ellas incluían saltar por una ventana. Pero lo cierto es que hasta aquel momento no habían tenido el más mínimo problema con ninguno de los guardias y sirvientes de la realeza y todo parecía salir a pedir de boca.
Dagmar se adelantó a él y empezó a hablar. Le dio igual. La mujer era demasiado impetuosa y apasionada, aquello podría traerles problemas, pues dudaba mucho que ella hubiera planificado ningún plan alternativo ni ninguna vía de escape. Simplemente se había decidido a lanzarse dentro de la boca del lobo, apartando a un lado los colmillos, soltar el paquete como si de una bomba (de aquellas auténticas, con pólvora) se tratase y salir del lugar antes de que explotase.
Y aquello no era sus sistema, ni mucho menos.
Un codazo en el vientre le hizo regresar al mundo real, donde Dagmar había sacado el estuche lacado y mostrado su brillante contenido.
-Esta pieza única de orfebrería, fruto del largo y duro trabajo de los mejores artesanos de Francia, ha sido ya abonado por la caridad del Cardenal y enviado hasta aquí como presente hacia su Alteza Real, en muestra de su buena voluntad y aprecio a la Corona Francesa. Esperamos que sea del agrado de su Alteza y decore pronto su cuello en sus más importantes actos de sociedad, para el orgullo de los hombres que han confeccionado tal obra.- Presentó la gargantilla, representando el papel de joyero.- Una gargantilla de diamantes de 2.800 kilates.
Miró a Dagmar y le hizo un gesto con la mano para que cerrara el estuche y lo entregara. Niña mortal impetuosa. "Las cosas se hacen con más sutileza" Pensó para si, intentando expresarlo con la mirada. "Por muy breve que sea tu vida". Pero lo cierto es que había estado muy ausente, demasiado frío.
...Demasiado tiempo calentando las sábanas de alcobas en vez de espiando, intrigando y usurpando tronos, sospechó. Aquellos juegos, malos hábitos de su pasado, eran demasiado breves y lo aburrían; sus noches de usurpador habían pasado a un mero divertido recuerdo.
Daba igual, el trabajo estaba hecho.
-Esperamos que su Alteza reciba este presente cuanto antes. Nos gustaría entregarlo, pero comprendemos lo intempestivo de estas horas y lo inadecuada que sería una recepción; más aún, nos queda un largo viaje de regreso a nuestro taller.- Se excusó mientras se despedía con una elegante reverencia.- Así que dejamos decidir si tendremos tal honor o somos libres de regresar a nuestros quehaceres.
Dagmar se adelantó a él y empezó a hablar. Le dio igual. La mujer era demasiado impetuosa y apasionada, aquello podría traerles problemas, pues dudaba mucho que ella hubiera planificado ningún plan alternativo ni ninguna vía de escape. Simplemente se había decidido a lanzarse dentro de la boca del lobo, apartando a un lado los colmillos, soltar el paquete como si de una bomba (de aquellas auténticas, con pólvora) se tratase y salir del lugar antes de que explotase.
Y aquello no era sus sistema, ni mucho menos.
Un codazo en el vientre le hizo regresar al mundo real, donde Dagmar había sacado el estuche lacado y mostrado su brillante contenido.
-Esta pieza única de orfebrería, fruto del largo y duro trabajo de los mejores artesanos de Francia, ha sido ya abonado por la caridad del Cardenal y enviado hasta aquí como presente hacia su Alteza Real, en muestra de su buena voluntad y aprecio a la Corona Francesa. Esperamos que sea del agrado de su Alteza y decore pronto su cuello en sus más importantes actos de sociedad, para el orgullo de los hombres que han confeccionado tal obra.- Presentó la gargantilla, representando el papel de joyero.- Una gargantilla de diamantes de 2.800 kilates.
Miró a Dagmar y le hizo un gesto con la mano para que cerrara el estuche y lo entregara. Niña mortal impetuosa. "Las cosas se hacen con más sutileza" Pensó para si, intentando expresarlo con la mirada. "Por muy breve que sea tu vida". Pero lo cierto es que había estado muy ausente, demasiado frío.
...Demasiado tiempo calentando las sábanas de alcobas en vez de espiando, intrigando y usurpando tronos, sospechó. Aquellos juegos, malos hábitos de su pasado, eran demasiado breves y lo aburrían; sus noches de usurpador habían pasado a un mero divertido recuerdo.
Daba igual, el trabajo estaba hecho.
-Esperamos que su Alteza reciba este presente cuanto antes. Nos gustaría entregarlo, pero comprendemos lo intempestivo de estas horas y lo inadecuada que sería una recepción; más aún, nos queda un largo viaje de regreso a nuestro taller.- Se excusó mientras se despedía con una elegante reverencia.- Así que dejamos decidir si tendremos tal honor o somos libres de regresar a nuestros quehaceres.
Soren Makelyne- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 1192
Localización : París, Francia.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Los colmillos del Marfil [Revolución]
Ella era así, simplemente su forma de ser nunca cambiaría, disfrutaba más de la vida que lo que podría llegar a lamentarse, sonreía, no perdía el tiempo pensando en las cosas malas que podrían pasar. Se dejaba llevar por impulsos, aunque pocos lo creyeran, ella también pensaba antes de actuar, pero claro, lo gozaba al no planear demasiado. Para ella la vida no podía ser sólo analizada, de esa manera no se disfrutaba, quizás por eso siempre la veían cómo alguien demasiado indiferente en lo serio. Juzgar mal a la cazadora es subestimarla, pero aquellos eran puntos a su favor, pues cuando creían tenerla entre sus manos, ella daba el golpe de gracia y llegaba a ganar las batallas, suspiró de forma profunda. Recordó todas esas veces que había ganado batallas, luego intentó volver en el momento en el que estaba.
Dio un paso hacía atrás, dejando que su "pareja" tomara la iniciativa de las cosas. Escuchó aquel sermón inventado, si ella no supiera la verdad seguramente se habría creído cada una de las palabras que el joven decía. Arqueó una ceja, seguramente él era de las personas cómo ella, que se notaban tranquilos pero que sabían atacar. Aquello la hizo sentir orgullosa, incluso al respirar su pecho se infló, la joven se sintió cómoda entonces con su pareja que le habían puesto, quizás después se podría dar la oportunidad de conocerle dentro de las paredes de la hermandad.
La joven no quiso hablar más, había notado la manera tan frívola, y despreciable en la que habían puesto su mirada en ella. Se mordió el labio inferior con fuerza, y movió su mirada de un lado a otro, intentando hacerse la desentendida. Seguía escuchando, notó que todos a su alrededor podían atención a ellos. No sintió miedo, más bien una especie de energía recorrer su figura, aquello seguramente sería adrenalina, por las cosas que estarían por pasar. La joven cerró la tapa de aquel estuche aterciopelado que portaba la joya.
- Será lo que ustedes digan - La joven hizo una reverencia respetuosa. ¿Quién podría sospechar de aquella pareja? Nadie, quien lo hiciera es porqué tendría mucho que temer para sacar conclusiones contra dos personas que se notaban humildes y de dobles intenciones. Dagmar estaba inquieta, ansiosa por usar su espada, o incluso salir sin ningún problema. Al fin de cuentas ansiosa por cumplir de forma afirmativa la misión.
Dio un paso hacía atrás, dejando que su "pareja" tomara la iniciativa de las cosas. Escuchó aquel sermón inventado, si ella no supiera la verdad seguramente se habría creído cada una de las palabras que el joven decía. Arqueó una ceja, seguramente él era de las personas cómo ella, que se notaban tranquilos pero que sabían atacar. Aquello la hizo sentir orgullosa, incluso al respirar su pecho se infló, la joven se sintió cómoda entonces con su pareja que le habían puesto, quizás después se podría dar la oportunidad de conocerle dentro de las paredes de la hermandad.
La joven no quiso hablar más, había notado la manera tan frívola, y despreciable en la que habían puesto su mirada en ella. Se mordió el labio inferior con fuerza, y movió su mirada de un lado a otro, intentando hacerse la desentendida. Seguía escuchando, notó que todos a su alrededor podían atención a ellos. No sintió miedo, más bien una especie de energía recorrer su figura, aquello seguramente sería adrenalina, por las cosas que estarían por pasar. La joven cerró la tapa de aquel estuche aterciopelado que portaba la joya.
- Será lo que ustedes digan - La joven hizo una reverencia respetuosa. ¿Quién podría sospechar de aquella pareja? Nadie, quien lo hiciera es porqué tendría mucho que temer para sacar conclusiones contra dos personas que se notaban humildes y de dobles intenciones. Dagmar estaba inquieta, ansiosa por usar su espada, o incluso salir sin ningún problema. Al fin de cuentas ansiosa por cumplir de forma afirmativa la misión.
Dagmar Biermann- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 13/06/2011
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Luna de Marfil | Gonnar
» REVOLUCIÓN!
» Revolucion y Orden Sobrenatural
» Suzanne y su revolución
» Revolución [Libre]
» REVOLUCIÓN!
» Revolucion y Orden Sobrenatural
» Suzanne y su revolución
» Revolución [Libre]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour