AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
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Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Habían pasado tres noches desde que la vi por ultima vez y desde ese día yo ya no era el mismo, durante tres noches permanecí oculto en una vieja bodega oculta en lo profundo de una casa en las tranquilas calles parisinas.
La bodega era un lugar frió y oscuro lleno de marcas de presentaban recuerdos de un pasado doloroso, anteriormente era propiedad de un anciano que casualmente había muerto tres noches atrás y que ahora descansaba en su habitación mostrando una cara de sorpresa y dolor.
Durante tres noches me sumergí en una oleada de recuerdos que mezclaban el pasado y presente, recuerdos de un frió invierno hace casi 900 años atrás y un extraño encuentro tres días antes dos mujeres que permanecían en mi cabeza, a simple viste parecía estar dormido no me había movido del lugar durante todo ese tiempo pero en mi cabeza una batalla ocurría la lucha de mis demonios recién comenzaba y como en un sueño o una pesadilla.
Me vi sumergido en un extenso campo cubierto completamente de nieve a excepcional de un circulo en el centro, aquel circulo que podía ser visto desde cualquier angulo del campo, estaba completamente lleno de flores parecía como si la primavera nunca hubiera dejado a ese circulo que no era mas grande que la fuente de aquel día, dentro de ese circulo cubierto de flores una joven se encontraba parado en el, y el sol como si de un esfuerzo se tratara la iluminaba solo a ella y dejaba a oscuras todo lo demás. Yo me encontraba parado a la entrada del campo pero extrañamente sentía que podía ver el lugar por todos lados, podía ver la luz que la iluminaba pero también sentía la oscuridad que rodeaba todo lo demás, aquella joven parada tan inocentemente me provocaba acercarme y cuidarla una sensación que embriagaba mi corazón pero también que lastimaba un extraño dolor que por segunda vez sentía y solo podía parecerse al dolor que sentí cuando mate a Elena, el miedo de lastimar a esta joven era algo que no podía ocultar no quería hacerle daño, no quería que nada la lastimara y acercándome a ella eso haría si al fin y al cabo soy un vampiro y ella un humano una mezcla que no debe juntarse. Mientras caminaba por el campo en busca de aquella luz, comencé a ver lo que con los años había dejado a mi paso ahora ese campo que antes era blanco cubierto de nieve, ahora estaba bañado por sangre inocente y decena de cuerpos se encontraban esparcidos por el, niños, hombres y ancianos sin discriminar millones de cuerpos muertos me impedían avanzar, podía sentir el llanto del lamento de todos ellos pidiéndome que no los matara podía sentir como me rogaban por una oportunidad mas... Mientras yo soñaba mi cuerpo sufría las consecuencias de no comer y mi debilitado ser apenas podía seguir así el tiempo comenzó afectarme pero yo no era capaz de escapar de aquella pesadilla.
Seguí caminado pasando por aquellos cuerpos que alguna vez yo mate, quería huir y olvidar todo eso pero tenia que llegar aquella luz, esa luz que aun sin saber porque necesitaba sentir. me fui acercando mas y mas hasta que la tuve a pocos metros de mi podía sentir su calidez, podía mirar a la joven a los ojos y verla reír, su cabello danzaba con la brisa del viento y sus coquetos labios algo parecían decir pero no los podía oír, quería acercarme pero algo aprisionaba mis pies, no sabia lo que era hasta que lo mire, unos brazos delgados y blancos pero aun así bellos me retenían, unos brazo que conducían a un cuerpo escultural a una figura que jamas podría olvidar era Elena que me impedía avanzar el dolor y recuerdo de ella no me permitían entrar en esa cálida luz y mi temor a cometer de nuevo la misma atrocidad me impedían llegar mas allá, me quede helado, casi petrificado las voces de los demás ya no estaban y el campo blanco y lleno de sangre había desaparecido ahora solo era oscuridad.
Estaba yo frente a ella como en un baile final eramos solo nosotros había tanto que decir pero nada que se pudiera hacer, por primera vez sentí temor, uno tan grande que casi me ahogo.... Mi cuerpo sentía el dolor de mi alma y pareciera que de verdad algo me matara. Elena y yo frente a frente como aquella ultima vez que la mate, pero esta vez había algo mas logre ver entre tanta oscuridad aquella luz, era ella de nuevo aquella joven no podía sacarla de mi cabeza pero temía las lastimarla, estuve apunto de huir pero algo me detuvo ya nada sostenía mis pies si no que ahora eran mis manos, otra vez Elena me afirmaba pero esta vez no me dejaba huir y con un gesto que me paralizo me empujo hacia la luz, sorprendido la mira y con una sonrisa en la cara ella me miro, movió los labios y esta vez pude oír - TE PERDONO. AHORA VE Y VIVE... luego de eso desperté.
La bodega era un lugar frió y oscuro lleno de marcas de presentaban recuerdos de un pasado doloroso, anteriormente era propiedad de un anciano que casualmente había muerto tres noches atrás y que ahora descansaba en su habitación mostrando una cara de sorpresa y dolor.
Durante tres noches me sumergí en una oleada de recuerdos que mezclaban el pasado y presente, recuerdos de un frió invierno hace casi 900 años atrás y un extraño encuentro tres días antes dos mujeres que permanecían en mi cabeza, a simple viste parecía estar dormido no me había movido del lugar durante todo ese tiempo pero en mi cabeza una batalla ocurría la lucha de mis demonios recién comenzaba y como en un sueño o una pesadilla.
Me vi sumergido en un extenso campo cubierto completamente de nieve a excepcional de un circulo en el centro, aquel circulo que podía ser visto desde cualquier angulo del campo, estaba completamente lleno de flores parecía como si la primavera nunca hubiera dejado a ese circulo que no era mas grande que la fuente de aquel día, dentro de ese circulo cubierto de flores una joven se encontraba parado en el, y el sol como si de un esfuerzo se tratara la iluminaba solo a ella y dejaba a oscuras todo lo demás. Yo me encontraba parado a la entrada del campo pero extrañamente sentía que podía ver el lugar por todos lados, podía ver la luz que la iluminaba pero también sentía la oscuridad que rodeaba todo lo demás, aquella joven parada tan inocentemente me provocaba acercarme y cuidarla una sensación que embriagaba mi corazón pero también que lastimaba un extraño dolor que por segunda vez sentía y solo podía parecerse al dolor que sentí cuando mate a Elena, el miedo de lastimar a esta joven era algo que no podía ocultar no quería hacerle daño, no quería que nada la lastimara y acercándome a ella eso haría si al fin y al cabo soy un vampiro y ella un humano una mezcla que no debe juntarse. Mientras caminaba por el campo en busca de aquella luz, comencé a ver lo que con los años había dejado a mi paso ahora ese campo que antes era blanco cubierto de nieve, ahora estaba bañado por sangre inocente y decena de cuerpos se encontraban esparcidos por el, niños, hombres y ancianos sin discriminar millones de cuerpos muertos me impedían avanzar, podía sentir el llanto del lamento de todos ellos pidiéndome que no los matara podía sentir como me rogaban por una oportunidad mas... Mientras yo soñaba mi cuerpo sufría las consecuencias de no comer y mi debilitado ser apenas podía seguir así el tiempo comenzó afectarme pero yo no era capaz de escapar de aquella pesadilla.
Seguí caminado pasando por aquellos cuerpos que alguna vez yo mate, quería huir y olvidar todo eso pero tenia que llegar aquella luz, esa luz que aun sin saber porque necesitaba sentir. me fui acercando mas y mas hasta que la tuve a pocos metros de mi podía sentir su calidez, podía mirar a la joven a los ojos y verla reír, su cabello danzaba con la brisa del viento y sus coquetos labios algo parecían decir pero no los podía oír, quería acercarme pero algo aprisionaba mis pies, no sabia lo que era hasta que lo mire, unos brazos delgados y blancos pero aun así bellos me retenían, unos brazo que conducían a un cuerpo escultural a una figura que jamas podría olvidar era Elena que me impedía avanzar el dolor y recuerdo de ella no me permitían entrar en esa cálida luz y mi temor a cometer de nuevo la misma atrocidad me impedían llegar mas allá, me quede helado, casi petrificado las voces de los demás ya no estaban y el campo blanco y lleno de sangre había desaparecido ahora solo era oscuridad.
Estaba yo frente a ella como en un baile final eramos solo nosotros había tanto que decir pero nada que se pudiera hacer, por primera vez sentí temor, uno tan grande que casi me ahogo.... Mi cuerpo sentía el dolor de mi alma y pareciera que de verdad algo me matara. Elena y yo frente a frente como aquella ultima vez que la mate, pero esta vez había algo mas logre ver entre tanta oscuridad aquella luz, era ella de nuevo aquella joven no podía sacarla de mi cabeza pero temía las lastimarla, estuve apunto de huir pero algo me detuvo ya nada sostenía mis pies si no que ahora eran mis manos, otra vez Elena me afirmaba pero esta vez no me dejaba huir y con un gesto que me paralizo me empujo hacia la luz, sorprendido la mira y con una sonrisa en la cara ella me miro, movió los labios y esta vez pude oír - TE PERDONO. AHORA VE Y VIVE... luego de eso desperté.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Estaba en medio del bosque caminando descalza, vestida solamente con un largo camisón de pijama blanco y delgado. Buscando a mi madre con la firme idea de que ella me esperaba en algún lugar de aquel inmenso bosque que se abría pasó ante mí. El viento azotaba las ramas de los arboles provocando un sonido chirriante que lo volvía todo mas aterrador. La noche lo cubría todo con un manto espeso de oscuridad. Una luna plateada se asomaba temerosa entre las copas de los arboles y solamente iluminaba el sendero que yo iba recorriendo.
El miedo me invadía y evitaba con todas mis fuerzas mirar hacia los arbustos que bordeaban el camino porque había ojos rojos que se encendían para mirarme pasar. Las piedras lastimaban mis pies descalzos, apresuraba el paso pues tenia una desagradable sensación de persecución y quería salir huyendo cuanto antes de ese lugar, pero sabía que debía encontrar a mi madre, para eso estaba ahí. Se escucharon ruidos a mis espaldas y mire asustada hacia ese lugar, de pronto todo mi alrededor se convirtió, estaba en medio de un claro iluminado completamente por una luna llena. A lo lejos el aullido de un lobo lo irrumpió todo, el sonido provenía de la luna misma, volteé hacía ella y su resplandor me deslumbro.
Cuando bajé la vista me encontraba en una antigua casona casi en penumbras, camine hacía una habitación que parecía iluminada con luz de velas, estaba cubierta por pesados cortinajes de color carmín y había candelas por doquier, en medio una enorme cama con doseles. Todo de un color rojo intenso, toda esa habitación representaba el único lugar en el que podía estar porque la puerta había desaparecido. Rodeé con la vista la totalidad de aquel cuarto y en una esquina, la que se mantenía mas oscura, unos ojos me observaban. Ahí estaba aquel hombre de la fuente una vez más, llevaba los tres últimos días soñando con él. Sentí el miedo que me invadía cuando estaba cerca de él; una parte de mi quería huir, pero la otra sentía enorme curiosidad por acercarse a mirarlo.
Dirigí mis pasos hacía esa silla ornamental donde se encontraba pero cuando llegue a ella, el ser aquel había desaparecido. –Debes aprender a alejarte del peligro, una dosis de miedo te vendría bien- Dijo una voz aterciopelada a mi espalda, el corazón se me paralizó y unas garras me rodearon el cuello impidiendo que gritara mientras sentía unas filosas navajas que me desgarraban la garganta.
Desperté sobresaltada, las sabanas que suponía debían cubrir mi cuerpo, estaban revueltas en el piso formando un nudo que demostraba que mi sueño había sido intranquilo.
Sentí unas gotas de sudor recorriendo mi espalda, la seda de mi camisón blanco se pegaba a mi piel mojada y mi cabello estaba revuelto y adherido a mis hombros desnudos. Sentía como si me hubiesen arrancado el aliento, mis pulmones ardían por la respiración agitada, en mi mente rondaba su imagen, estaba tan aturdida que dudaba si alguna vez lo había tenido cerca o todo había sido producto de mis pesadillas. Me desvestí y me levanté de la cama, el contacto helado del piso en mis pies me regresó a la realidad. Ahora podía recordar con más claridad el sueño y los demás que había tenido desde hacía un par de noches, donde de una u otra forma el hombre que me había salvado de aquel borracho, hacía furtivas apariciones.
Me dirigí al ventanal y mire al jardín, lo cubría una luz ceniza que convertía todo lo verde en gris. Aun faltaban unas horas para el alba. Acerque una silla a la ventana, tome un par de hojas y pluma, me envolví en una sabana y me dispuse a escribir mi sueño, solo porque no encontré otra manera más atractiva de dejar pasar el tiempo hasta que se llegara la hora en que mi nana vendría a traerme el desayuno.
El día transcurrió de manera monótona, pero yo seguía un tanto inquieta a consecuencia de los sueños que cada vez eran más aterradores. Sabia que debía hacer algo, sentía que debía asegurarme de que todo había sido un mal sueño así que espere ansiosa a que llegara el crepúsculo para salir. Era la hora en que la servidumbre se retiraba y mi nana dormía su siesta.
La casa se fue sumiendo en el silencio, así que me apresure a vestirme, elegí un vestido sencillo color oliva y esta vez me asegure de llevar conmigo un chal que hiciera juego. Cepillé mi cabello, decidí que lo dejaría suelto, tome un par de guantes y salí. Guardando la llave en un compartimento secreto del vestido, cerca de mi escote.
Pedí al cochero que se dirigiera a la Plaza, cuando estuvimos ahí le dije que me esperara. No estaba segura de lo que haría pero necesitaba mirar nuevamente ese lugar donde le había conocido. Necesitaba saber si los detalles de aquella fuente correspondían a los de mis recuerdos. Una parte de mi deseaba que no fuera así y entonces darme cuenta que todo había sido un sueño. No podía permitirme estar medio obsesionada con un completo extraño.
Entré en el claro donde se había dado el primer encuentro. Rodeé unos setos que ocultaban la mayor parte de la fuente del alcance de mi vista, pise algunas hojas secas que yacían tiradas sobre el camino, miré hacía abajo para saber donde dirigir mis pasos, alcance a distinguir una sombra que se dibujaba frente a mis ojos; ahí, frente a mi, sentado de espaldas estaba un hombre. Detuve mis pasos y pensé en salir de ahí, pero de ese ser emanaba una extraña atracción, algo que me hacía querer acercarme.
El miedo me invadía y evitaba con todas mis fuerzas mirar hacia los arbustos que bordeaban el camino porque había ojos rojos que se encendían para mirarme pasar. Las piedras lastimaban mis pies descalzos, apresuraba el paso pues tenia una desagradable sensación de persecución y quería salir huyendo cuanto antes de ese lugar, pero sabía que debía encontrar a mi madre, para eso estaba ahí. Se escucharon ruidos a mis espaldas y mire asustada hacia ese lugar, de pronto todo mi alrededor se convirtió, estaba en medio de un claro iluminado completamente por una luna llena. A lo lejos el aullido de un lobo lo irrumpió todo, el sonido provenía de la luna misma, volteé hacía ella y su resplandor me deslumbro.
Cuando bajé la vista me encontraba en una antigua casona casi en penumbras, camine hacía una habitación que parecía iluminada con luz de velas, estaba cubierta por pesados cortinajes de color carmín y había candelas por doquier, en medio una enorme cama con doseles. Todo de un color rojo intenso, toda esa habitación representaba el único lugar en el que podía estar porque la puerta había desaparecido. Rodeé con la vista la totalidad de aquel cuarto y en una esquina, la que se mantenía mas oscura, unos ojos me observaban. Ahí estaba aquel hombre de la fuente una vez más, llevaba los tres últimos días soñando con él. Sentí el miedo que me invadía cuando estaba cerca de él; una parte de mi quería huir, pero la otra sentía enorme curiosidad por acercarse a mirarlo.
Dirigí mis pasos hacía esa silla ornamental donde se encontraba pero cuando llegue a ella, el ser aquel había desaparecido. –Debes aprender a alejarte del peligro, una dosis de miedo te vendría bien- Dijo una voz aterciopelada a mi espalda, el corazón se me paralizó y unas garras me rodearon el cuello impidiendo que gritara mientras sentía unas filosas navajas que me desgarraban la garganta.
Desperté sobresaltada, las sabanas que suponía debían cubrir mi cuerpo, estaban revueltas en el piso formando un nudo que demostraba que mi sueño había sido intranquilo.
Sentí unas gotas de sudor recorriendo mi espalda, la seda de mi camisón blanco se pegaba a mi piel mojada y mi cabello estaba revuelto y adherido a mis hombros desnudos. Sentía como si me hubiesen arrancado el aliento, mis pulmones ardían por la respiración agitada, en mi mente rondaba su imagen, estaba tan aturdida que dudaba si alguna vez lo había tenido cerca o todo había sido producto de mis pesadillas. Me desvestí y me levanté de la cama, el contacto helado del piso en mis pies me regresó a la realidad. Ahora podía recordar con más claridad el sueño y los demás que había tenido desde hacía un par de noches, donde de una u otra forma el hombre que me había salvado de aquel borracho, hacía furtivas apariciones.
Me dirigí al ventanal y mire al jardín, lo cubría una luz ceniza que convertía todo lo verde en gris. Aun faltaban unas horas para el alba. Acerque una silla a la ventana, tome un par de hojas y pluma, me envolví en una sabana y me dispuse a escribir mi sueño, solo porque no encontré otra manera más atractiva de dejar pasar el tiempo hasta que se llegara la hora en que mi nana vendría a traerme el desayuno.
El día transcurrió de manera monótona, pero yo seguía un tanto inquieta a consecuencia de los sueños que cada vez eran más aterradores. Sabia que debía hacer algo, sentía que debía asegurarme de que todo había sido un mal sueño así que espere ansiosa a que llegara el crepúsculo para salir. Era la hora en que la servidumbre se retiraba y mi nana dormía su siesta.
La casa se fue sumiendo en el silencio, así que me apresure a vestirme, elegí un vestido sencillo color oliva y esta vez me asegure de llevar conmigo un chal que hiciera juego. Cepillé mi cabello, decidí que lo dejaría suelto, tome un par de guantes y salí. Guardando la llave en un compartimento secreto del vestido, cerca de mi escote.
Pedí al cochero que se dirigiera a la Plaza, cuando estuvimos ahí le dije que me esperara. No estaba segura de lo que haría pero necesitaba mirar nuevamente ese lugar donde le había conocido. Necesitaba saber si los detalles de aquella fuente correspondían a los de mis recuerdos. Una parte de mi deseaba que no fuera así y entonces darme cuenta que todo había sido un sueño. No podía permitirme estar medio obsesionada con un completo extraño.
Entré en el claro donde se había dado el primer encuentro. Rodeé unos setos que ocultaban la mayor parte de la fuente del alcance de mi vista, pise algunas hojas secas que yacían tiradas sobre el camino, miré hacía abajo para saber donde dirigir mis pasos, alcance a distinguir una sombra que se dibujaba frente a mis ojos; ahí, frente a mi, sentado de espaldas estaba un hombre. Detuve mis pasos y pensé en salir de ahí, pero de ese ser emanaba una extraña atracción, algo que me hacía querer acercarme.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 11/06/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Había despertado y de alguna manera me sentía libre, aunque no lograba entender que es lo que me sucedió me di cuenta que ahora podía empezar a vivir de nuevo y ya que era un vampiro esto no seria tan difícil. A diferencia de los humanos que solo tienen una corta existencia nosotros podemos vivir eternamente si nos sabemos cuidar.
Me levante y Salí de la bodega mire por los oscuros pasillos de la casa que habitaba y comencé a caminar a sentir la fría atmosfera que mis actos habían provocado, no sentía culpa por matar a un hombre pero si sentía que algo faltaba y en ese momento volví a pensar en ella, aquella joven envuelta en un manto de luz así como la ALEgria que siente la gente al oír reír a un bebe, decidí que era el momento de verla de nuevo aunque no sabia si eso era posible.
Me pare junto a la puerta y mire lo que parís tenia que ofrecer de nuevo las calles estaban repletas de personas, despreocupadas que solo se fijaban por donde ellos caminaban y no miraban a los demás ni a lo que les rodeaba, los arboles para castigar esta accione hablaban entre ellos dejando que el ciento transmitiera sus palabras, a lo lejos se podían oír unos violines sonar era una música profunda e intensa, un violín actuaba como protagonista de la historia y otro grupo de tres instrumentos de cuerda lo acompañaban un sonido que por momentos provocaba en Erich una inusual tranquilidad.
Mientras caminaba a paso firme y con un destino claro se percato que nunca antes había salido de noche de manera tan calmada, no sentía necesidad de matar aunque la falta de sangre en cualquier momento le pasaría la cuenta, pero ahora el solo quería ver aquella joven y por eso se olvido que durante tres días no había comido nada un error que prontamente tendría que pagar.
Mientras me acercaba aun mas a la fuente, lugar del primer encuentro y lugar donde el creía que era la única opción de verla, si existía la posibilidad si de alguna manera era su destino verla aquella fuente era la respuesta.
Cuando llegue a la fuente y solo al entrar a ella la sentí, su aroma estaba en el lugar pero no la podía ver, camine unos pasos y como un accidente me enrede con un pañuelo blanco de seda el mismo que ella me había entregado la primera vez, lo tome y acerque a mi rostro mientras recordaba su aroma, lo guarde en el bolsillo de mi chaqueta y me senté, estaba en la orilla de la fuente pensando que tal vez era solo mi imaginación que la volvería a ver, pasaron horas o eran minutos la verdad el tiempo se volvió algo indescifrable para mi. Ya no sabia si sentía frio o calor, mi cuerpo estaba sufriendo los efectos de no alimentarse y mi percepción de la realidad volvía a verse afectada como en aquel sueño que horas atrás me había atormentado.
Seguía esperando y de pronto la sentí atrás mio, si me giraba podía verla pero no me moví no sabia que podría pasar si mi cuerpo la sentía tan cerca, no sabia si seria capaz de detener mi instinto natural, de matarla y beber de ella pero creo que eso no me asustaba tanto como el echo de que ella me viera y me temiera que huyera de mi y eligiera no verme mas. Dentro de mi cabeza ocurría una batalla entre lo que mi cuerpo necesitaba y lo que yo quería y parece que en cada momento mi decisión de verla a ella era mas fuerte aun.
-No pensé que la volvería a ver – dije en un tono frio, seco y monótono – espero que se encuentre bien de su herida y que no la hayan vuelto a molestar, si tiene algún problema no dude en pedir mi ayuda aunque no creo que confié en mi se le nota en la cara que mi sola presencia le causa un gran temor – mire al cielo aun escondiendo mi rostro y logre ver las estrellas y de alguna manera me tranquilice – si le sirve de algo mi nombre es Erich, Erich Anundsson soy un viajero que por cosas de la vida ahora vive en parís – ahora mi tono era sincero, mas amable y cálido pero no dejaba de tener la sensación de mentir una extraña contradicción porque se todavía notar que decía la verdad pero algo aun se ocultaba.
No cambie mi posición mientras hable, no me levante ni tampoco la mire no sabia que esperaba pero sabia lo que quería espere a escuchar su voz espere a escuchar sus gritos y correr, pero secretamente espere que ese momento no terminara y por primera vez el tiempo se congelara.
Mientras esperaba que ella hablara comencé a recordar mi sueño y especialmente la ultima escena de este la conversación con Elena recordaba solo algunas palabras pero sentía que algo se me olvidaba algo que ella me dijo, algo que era importante y que no podía olvidar pero aun no sabia que era, la recordaba hablar mover sus labios, recordaba su cara de dolor al decirlo y recordé como miraba a la joven que indiferente jugaba con los rayos de sol que caian en ella, bañada por ese manto dorado de luz que era tan característico en ella, sin necesidad de verla y en plena oscuridad sabia que la luna celosamente la alumbraba con su luz y que aunque fuera dia o noche encontraban la manera de hacerla brillar. Mientras mas tiempo pasaba cerca de ella mas tiempo sentía que mi cuerpo la llamaba, mi deseo de sangre era mayor estando cerca de ella y mi control cada vez menor seria mejor decirle que corra o intentar protegerla yo? Aquella pregunta prontamente obtendría una respuesta y de aquella respuestas muchas cosas iban a cambiar.
Me levante y Salí de la bodega mire por los oscuros pasillos de la casa que habitaba y comencé a caminar a sentir la fría atmosfera que mis actos habían provocado, no sentía culpa por matar a un hombre pero si sentía que algo faltaba y en ese momento volví a pensar en ella, aquella joven envuelta en un manto de luz así como la ALEgria que siente la gente al oír reír a un bebe, decidí que era el momento de verla de nuevo aunque no sabia si eso era posible.
Me pare junto a la puerta y mire lo que parís tenia que ofrecer de nuevo las calles estaban repletas de personas, despreocupadas que solo se fijaban por donde ellos caminaban y no miraban a los demás ni a lo que les rodeaba, los arboles para castigar esta accione hablaban entre ellos dejando que el ciento transmitiera sus palabras, a lo lejos se podían oír unos violines sonar era una música profunda e intensa, un violín actuaba como protagonista de la historia y otro grupo de tres instrumentos de cuerda lo acompañaban un sonido que por momentos provocaba en Erich una inusual tranquilidad.
Mientras caminaba a paso firme y con un destino claro se percato que nunca antes había salido de noche de manera tan calmada, no sentía necesidad de matar aunque la falta de sangre en cualquier momento le pasaría la cuenta, pero ahora el solo quería ver aquella joven y por eso se olvido que durante tres días no había comido nada un error que prontamente tendría que pagar.
Mientras me acercaba aun mas a la fuente, lugar del primer encuentro y lugar donde el creía que era la única opción de verla, si existía la posibilidad si de alguna manera era su destino verla aquella fuente era la respuesta.
Cuando llegue a la fuente y solo al entrar a ella la sentí, su aroma estaba en el lugar pero no la podía ver, camine unos pasos y como un accidente me enrede con un pañuelo blanco de seda el mismo que ella me había entregado la primera vez, lo tome y acerque a mi rostro mientras recordaba su aroma, lo guarde en el bolsillo de mi chaqueta y me senté, estaba en la orilla de la fuente pensando que tal vez era solo mi imaginación que la volvería a ver, pasaron horas o eran minutos la verdad el tiempo se volvió algo indescifrable para mi. Ya no sabia si sentía frio o calor, mi cuerpo estaba sufriendo los efectos de no alimentarse y mi percepción de la realidad volvía a verse afectada como en aquel sueño que horas atrás me había atormentado.
Seguía esperando y de pronto la sentí atrás mio, si me giraba podía verla pero no me moví no sabia que podría pasar si mi cuerpo la sentía tan cerca, no sabia si seria capaz de detener mi instinto natural, de matarla y beber de ella pero creo que eso no me asustaba tanto como el echo de que ella me viera y me temiera que huyera de mi y eligiera no verme mas. Dentro de mi cabeza ocurría una batalla entre lo que mi cuerpo necesitaba y lo que yo quería y parece que en cada momento mi decisión de verla a ella era mas fuerte aun.
-No pensé que la volvería a ver – dije en un tono frio, seco y monótono – espero que se encuentre bien de su herida y que no la hayan vuelto a molestar, si tiene algún problema no dude en pedir mi ayuda aunque no creo que confié en mi se le nota en la cara que mi sola presencia le causa un gran temor – mire al cielo aun escondiendo mi rostro y logre ver las estrellas y de alguna manera me tranquilice – si le sirve de algo mi nombre es Erich, Erich Anundsson soy un viajero que por cosas de la vida ahora vive en parís – ahora mi tono era sincero, mas amable y cálido pero no dejaba de tener la sensación de mentir una extraña contradicción porque se todavía notar que decía la verdad pero algo aun se ocultaba.
No cambie mi posición mientras hable, no me levante ni tampoco la mire no sabia que esperaba pero sabia lo que quería espere a escuchar su voz espere a escuchar sus gritos y correr, pero secretamente espere que ese momento no terminara y por primera vez el tiempo se congelara.
Mientras esperaba que ella hablara comencé a recordar mi sueño y especialmente la ultima escena de este la conversación con Elena recordaba solo algunas palabras pero sentía que algo se me olvidaba algo que ella me dijo, algo que era importante y que no podía olvidar pero aun no sabia que era, la recordaba hablar mover sus labios, recordaba su cara de dolor al decirlo y recordé como miraba a la joven que indiferente jugaba con los rayos de sol que caian en ella, bañada por ese manto dorado de luz que era tan característico en ella, sin necesidad de verla y en plena oscuridad sabia que la luna celosamente la alumbraba con su luz y que aunque fuera dia o noche encontraban la manera de hacerla brillar. Mientras mas tiempo pasaba cerca de ella mas tiempo sentía que mi cuerpo la llamaba, mi deseo de sangre era mayor estando cerca de ella y mi control cada vez menor seria mejor decirle que corra o intentar protegerla yo? Aquella pregunta prontamente obtendría una respuesta y de aquella respuestas muchas cosas iban a cambiar.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Mi respiración pareció detenerse cuando lo escuche hablar; ¡era él!. “¿Cómo podía estar ahí?” Mi mente comenzó a enredarse haciéndose muchas preguntas. Hacía unos minutos había casi decidido dar por hecho que todo había sido un simple sueño.
Su voz sonó gutural, como si llevara días sin pronunciar sonido alguno. Me quedé petrificada, más por la penosa sensación de haber sido descubierta que por el temor que me producía aquel hombre que me daba la espalda. Mi pie se asomo por debajo del faldón de mi vestido, no era muy consciente de mis movimientos cuando se trataba de lidiar con ese sujeto, mi cuerpo parecía conducirse solo y obedecer a esas ganas incomprensibles de acercarme, que como resultado producían mas ansiedad en mí. Me obligue a controlar esos impulsos y regrese mi pie a su lugar, me enderece y aclare mi garganta para intentar ocultar mi nerviosismo. –Para ser sincera, tampoco esperaba encontrarlo nuevamente caballero- “al menos no fuera de mis sueños” mi mente respondió un tanto emocionada. Intenté con más fuerzas mantener mi autocontrol porque en esos momentos yo solo quería acercarme a él y mirarlo, darme cuenta que era exactamente igual al hombre que estaba robándose mis sueños, apareciendo sin previo aviso. Justo como ahora lo hacía en mi realidad. –La herida casi ha sanado por completo, gracias. En realidad no fue nada de cuidado- Recordé aquel día y mi cuerpo se estremeció de miedo al pensar lo que hubiera pasado de no haber sido por su oportuna llegada.
Me pregunté cuando me embargaron todo ese cumulo de sensaciones, si no sería otro de mis sueños, lo primero que cruzó mi mente fue darme un pequeño pellizco pero mis manos se negaban a obedecerme del todo, mi ser entero estaba al pendiente de cualquier sonido, movimiento o sensación que se desprendía de aquel hombre. Cerré los ojos y suspiré para calmar al corazón que se desbocaba; al entrar el aire a mis pulmones, todos mis sentidos disfrutaron de aquel aroma tan suyo que se mezclaba con el viento y el olor de los pinos y de las flores que nos rodeaban, pero que aun así podía distinguirlo entre todos ellos. Cuando abrí los ojos él seguía ahí donde mismo y en la misma posición, me extrañaba que ahora se portase tan… indiferente, eso despertó en mi una oleada de frustración, secretamente había esperado por este encuentro y que ahora mostrara tanta indiferencia me lastimaba un poco.
Me anime a acercarme cuando se presentó, esperando que se girara hacía mi, pero no lo hizo. Me pare a unos pasos de él algo confundida pero sobre todo avergonzada, quizás estaba siendo muy incorrecta al tomar ese tipo de iniciativas y algo dentro mio no quería que se hiciera una idea equivocada de mí. –Mi nombre es Simonet… Simonet de Kontrebia. Y precisamente la circunstancia que me obligo a refugiarme en París, fue un viaje, aunque no mío.- mi voz sonó con un matiz triste cuando los recuerdos de mi madre pelearon por emerger. Desvie el curso de mis pensamientos y me concentré en su aroma, las cosas comenzaron a calmarse dentro de mi. -Supongo que al final terminamos siendo un par forasteros recluidos en esta gran ciudad-. Dije con la voz controlada al fin e intentando pasar el turno de la conversación a aquel hombre que se negaba a verme.
Su voz sonó gutural, como si llevara días sin pronunciar sonido alguno. Me quedé petrificada, más por la penosa sensación de haber sido descubierta que por el temor que me producía aquel hombre que me daba la espalda. Mi pie se asomo por debajo del faldón de mi vestido, no era muy consciente de mis movimientos cuando se trataba de lidiar con ese sujeto, mi cuerpo parecía conducirse solo y obedecer a esas ganas incomprensibles de acercarme, que como resultado producían mas ansiedad en mí. Me obligue a controlar esos impulsos y regrese mi pie a su lugar, me enderece y aclare mi garganta para intentar ocultar mi nerviosismo. –Para ser sincera, tampoco esperaba encontrarlo nuevamente caballero- “al menos no fuera de mis sueños” mi mente respondió un tanto emocionada. Intenté con más fuerzas mantener mi autocontrol porque en esos momentos yo solo quería acercarme a él y mirarlo, darme cuenta que era exactamente igual al hombre que estaba robándose mis sueños, apareciendo sin previo aviso. Justo como ahora lo hacía en mi realidad. –La herida casi ha sanado por completo, gracias. En realidad no fue nada de cuidado- Recordé aquel día y mi cuerpo se estremeció de miedo al pensar lo que hubiera pasado de no haber sido por su oportuna llegada.
Me pregunté cuando me embargaron todo ese cumulo de sensaciones, si no sería otro de mis sueños, lo primero que cruzó mi mente fue darme un pequeño pellizco pero mis manos se negaban a obedecerme del todo, mi ser entero estaba al pendiente de cualquier sonido, movimiento o sensación que se desprendía de aquel hombre. Cerré los ojos y suspiré para calmar al corazón que se desbocaba; al entrar el aire a mis pulmones, todos mis sentidos disfrutaron de aquel aroma tan suyo que se mezclaba con el viento y el olor de los pinos y de las flores que nos rodeaban, pero que aun así podía distinguirlo entre todos ellos. Cuando abrí los ojos él seguía ahí donde mismo y en la misma posición, me extrañaba que ahora se portase tan… indiferente, eso despertó en mi una oleada de frustración, secretamente había esperado por este encuentro y que ahora mostrara tanta indiferencia me lastimaba un poco.
Me anime a acercarme cuando se presentó, esperando que se girara hacía mi, pero no lo hizo. Me pare a unos pasos de él algo confundida pero sobre todo avergonzada, quizás estaba siendo muy incorrecta al tomar ese tipo de iniciativas y algo dentro mio no quería que se hiciera una idea equivocada de mí. –Mi nombre es Simonet… Simonet de Kontrebia. Y precisamente la circunstancia que me obligo a refugiarme en París, fue un viaje, aunque no mío.- mi voz sonó con un matiz triste cuando los recuerdos de mi madre pelearon por emerger. Desvie el curso de mis pensamientos y me concentré en su aroma, las cosas comenzaron a calmarse dentro de mi. -Supongo que al final terminamos siendo un par forasteros recluidos en esta gran ciudad-. Dije con la voz controlada al fin e intentando pasar el turno de la conversación a aquel hombre que se negaba a verme.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Sentí a la joven a mi lado pero no quería mirarla, sabia que si la miraba quedaría completamente atrapado en sus ojos y eso en mi estado actual no era nada bueno, para hacer mas difícil todo la naturaleza no me ayudaba y con el movimiento de las hojas a causa del viento daban la impresión de que estábamos completamente solos en una celda aunque a diferencia de todas las celdas que yo conocía esta era una que era cerrada por el destino, el destino que nos conectaba el uno con el otro. Usted no parece una forastera, yo diria que es mas una persona de la alta sociedad. dije intentando no mirarla a la cara, mientras hablaba me levante y pase por el lado de ella sin hacer ningún tipo de contacto visual llegue a rozar su cuerpo con mi abrigo. yo se porque estoy aquí.. ¿sabe usted porque esta aquí? pregunte dándole mi espalda a la joven esperando que la pregunta la hiciera dudar y se alejara de mi, no quería dañarla y parecía que todo lo que podía hacer era eso, aunque Elena me perdonara yo aun no lo hacia y a ver asesinado a la mujer que un día ame era algo que jamas podría olvidar.
mientras esperaba la respuesta de la joven recordé algo que una vez una vieja mujer me dijo yo ya convertido en vampiro caminaba por una poco iluminada calle de tierra era algo triste y desolada, parecía que dios la había olvidado por que todo lo que se podía ver era dolor y pena, mientras observaba los desnudos arboles que cubrían el pequeño camino logre ver una pequeña carpa iluminada débilmente por una antorcha, la curiosidad fue mas fuerte y me acerque a ver que es lo que habia dentro, cuando entre solo mi una pequeña mesa con algunas hierbas y otras cosas que no logre distinguir, junto a la mesa una anciana me observaba y sin decir palabra me invito a sentarme con ella.
Asi que eres un caminante nocturno dijo pero antes que que yo pudiera responder volvio hablar puedo ver que tienes mucho dolor en tu corazón y que tanto dolor lo oscureció, pero una vez ese oscuro corazón logro amar o me equivoco solo pude mover la cabeza en forma de afirmación, algo tenia esta anciana que me incomodaba pero algo mas fuerte tenia en sus palabras que me aprisionaba.
mientras recordaba eso la brisa del viento me volvió a la realidad sentí a la joven detrás mio e instintivamente gire y la abrace no sabia porque, ni que esperaba lograr pero al volver a escuchar las palabras de aquella anciana sentí la necesidad de iluminar aquella oscuridad, tome a la joven con mis brazos y la acerque mas a mi esperando escuchar sus palabras esperando que ella me salvara.
cuando acerque a la joven a mis brazos volvi a recordad a esa anciana, seguiamos solos dentro de esa carpa y ella continuaba hablando. un corazón que una vez amo es un corazón que puede amar de nuevo solo necesita un poco de luz para volver a sentir, las runas dicen que lo volverás a sentir pero antes de eso el perdón debes recibir, el momento no es ahora, mañana tampoco lo es pero dentro de algunos años la luz podrás ver luego de decir eso sentí una fuerza que me empujaba fuera de la carpa caí al suelo y una nube de polvo cubrió todo cuando logre ver de nuevo la carpa y la anciana no estaban aunque esa no era la ultima vez que la vería, muchos años la volví a ver y pude entender el porque de sus palabras, ahora con al joven en mis brazos por fin podía decirle aquella vieja que por fin había visto la luz pero lo que ella no me dijo es que la luz era fatal para un vampiro y que al querer verla tendría que perder otra cosa.
mientras esperaba la respuesta de la joven recordé algo que una vez una vieja mujer me dijo yo ya convertido en vampiro caminaba por una poco iluminada calle de tierra era algo triste y desolada, parecía que dios la había olvidado por que todo lo que se podía ver era dolor y pena, mientras observaba los desnudos arboles que cubrían el pequeño camino logre ver una pequeña carpa iluminada débilmente por una antorcha, la curiosidad fue mas fuerte y me acerque a ver que es lo que habia dentro, cuando entre solo mi una pequeña mesa con algunas hierbas y otras cosas que no logre distinguir, junto a la mesa una anciana me observaba y sin decir palabra me invito a sentarme con ella.
Asi que eres un caminante nocturno dijo pero antes que que yo pudiera responder volvio hablar puedo ver que tienes mucho dolor en tu corazón y que tanto dolor lo oscureció, pero una vez ese oscuro corazón logro amar o me equivoco solo pude mover la cabeza en forma de afirmación, algo tenia esta anciana que me incomodaba pero algo mas fuerte tenia en sus palabras que me aprisionaba.
mientras recordaba eso la brisa del viento me volvió a la realidad sentí a la joven detrás mio e instintivamente gire y la abrace no sabia porque, ni que esperaba lograr pero al volver a escuchar las palabras de aquella anciana sentí la necesidad de iluminar aquella oscuridad, tome a la joven con mis brazos y la acerque mas a mi esperando escuchar sus palabras esperando que ella me salvara.
cuando acerque a la joven a mis brazos volvi a recordad a esa anciana, seguiamos solos dentro de esa carpa y ella continuaba hablando. un corazón que una vez amo es un corazón que puede amar de nuevo solo necesita un poco de luz para volver a sentir, las runas dicen que lo volverás a sentir pero antes de eso el perdón debes recibir, el momento no es ahora, mañana tampoco lo es pero dentro de algunos años la luz podrás ver luego de decir eso sentí una fuerza que me empujaba fuera de la carpa caí al suelo y una nube de polvo cubrió todo cuando logre ver de nuevo la carpa y la anciana no estaban aunque esa no era la ultima vez que la vería, muchos años la volví a ver y pude entender el porque de sus palabras, ahora con al joven en mis brazos por fin podía decirle aquella vieja que por fin había visto la luz pero lo que ella no me dijo es que la luz era fatal para un vampiro y que al querer verla tendría que perder otra cosa.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Erich se negaba a ser visto y yo intentaba acercarme a él sin lograrlo, pareciera como si huía de mí.–Mi vida se quedó en Londres…seis pies bajo tierra. Supongo que no soy una forastera, pero sin duda esté no es mi hogar. No creo que llegue el momento en que París me haga sentir parte de ella-. Pasó a un lado mío y sentí su aroma invadir todos mis sentidos, un estremecimiento y un ligero mareo recorrieron mi cuerpo. Di unos pasos, cerré los ojos y respiré profundo buscando aire libre de su perfume, para controlar mis latidos.
Preguntó cuál era el motivo por el que estaba ahí, uno de los ya conocidos aguijonazos de dolor arremetió contra mi corazón. –Quizá es que no tengo a donde más ir… quizá solo esté huyendo...no sé- Hice una pausa, sentía que estaba mostrándole un lado oculto de mi que no debía permitirme sacar a la luz, él era alguien a quien apenas conocía. Me puse un poco frívola para intentar hacerle olvidar las palabras anteriores. -quizá simplemente quiera ver qué me ofrece París de interesante…- aclare mi garganta, me recargue en la fuente y desvié la mirada hacia el frente, estudie con detenimiento las flores violetas que surgían de los arbustos, algunas apenas en capullo y unas más marchitándose, eso me hizo preguntarme sobre el tiempo; la muerte era irremediable y representaba mi mayor miedo. Apagarse cual llama de una vela sin dejar rastro alguno, debía ser el mayor temor de un ser humano. Suspiré.
Me levante y me giré hacia Erich, lo vi dándome la espalda cabizbajo, como si de pronto solo su cuerpo físico estuviera ahí. Me inspiraba ternura, había visto sus ojos evitándome y solo delataban tormento, un tormento que me hacía sentir culpable. Pero no podía ser yo la culpable, ni siquiera nos conocíamos. Mire hacia el cielo, la luna estaba esplendida e iluminaba aquel lugar con la luz justa para distinguirnos a la perfección. El agua de la fuente caía grácil convirtiendo las gotitas en sonidos cadenciosos como si de una sinfonía exclusiva para nosotros se tratara.
Sentí que él se movió no tuve tiempo ni siquiera de voltear a mirarlo cuando sentí una fuerza rodeándome completamente e inmovilizándome, mi corazón dio un salto asustado. Mis ojos solo distinguieron una sombra moviéndose a una velocidad inusitada, mis sentidos estaban alertas y mi mente intentaba poner en orden todas esas sensaciones. Tome aire y al momento supe qué era, mejor dicho quien era aquel que me abrazaba. Mi primer impulso fue aventarlo y alejarme corriendo de ahí, pero entonces una enorme sensación de tristeza me invadió, como si aquel hombre estuviera invadido por una profunda oscuridad.
Mi cuerpo fue relajándose poco a poco, ese abrazo me llenaba de dudas, de miedo, de penumbras que no sabía cómo manejar. Su piel se sentía helada al tacto, aun cuando el abrigo lo cubría; su cuerpo dejaba adivinar sus músculos debajo de la ropa, sin embargo, era como si me abrazase a una estatua de mármol: dura y fría. Empuje un poco desde su abdomen para alejarlo de mí, su abrazo era férreo pero accedió a mi voluntad.
Nuestras caras quedaron apenas separadas por unos centímetros, mi respiración estaba irregular, suspire y solté lentamente mi cálido aliento, sentí que sus brazos que aun me rodeaban se ponían rígidos alrededor de mi cintura, lo mire desconcertada no sabía lo que había hecho. Sus ojos se posaron en mi con una mirada impenetrable, parecía un depredador acechando; mi piel se erizo de miedo y mis ojos lo miraron sorprendidos. Sabía que había despertado algo en él, pero qué?
Preguntó cuál era el motivo por el que estaba ahí, uno de los ya conocidos aguijonazos de dolor arremetió contra mi corazón. –Quizá es que no tengo a donde más ir… quizá solo esté huyendo...no sé- Hice una pausa, sentía que estaba mostrándole un lado oculto de mi que no debía permitirme sacar a la luz, él era alguien a quien apenas conocía. Me puse un poco frívola para intentar hacerle olvidar las palabras anteriores. -quizá simplemente quiera ver qué me ofrece París de interesante…- aclare mi garganta, me recargue en la fuente y desvié la mirada hacia el frente, estudie con detenimiento las flores violetas que surgían de los arbustos, algunas apenas en capullo y unas más marchitándose, eso me hizo preguntarme sobre el tiempo; la muerte era irremediable y representaba mi mayor miedo. Apagarse cual llama de una vela sin dejar rastro alguno, debía ser el mayor temor de un ser humano. Suspiré.
Me levante y me giré hacia Erich, lo vi dándome la espalda cabizbajo, como si de pronto solo su cuerpo físico estuviera ahí. Me inspiraba ternura, había visto sus ojos evitándome y solo delataban tormento, un tormento que me hacía sentir culpable. Pero no podía ser yo la culpable, ni siquiera nos conocíamos. Mire hacia el cielo, la luna estaba esplendida e iluminaba aquel lugar con la luz justa para distinguirnos a la perfección. El agua de la fuente caía grácil convirtiendo las gotitas en sonidos cadenciosos como si de una sinfonía exclusiva para nosotros se tratara.
Sentí que él se movió no tuve tiempo ni siquiera de voltear a mirarlo cuando sentí una fuerza rodeándome completamente e inmovilizándome, mi corazón dio un salto asustado. Mis ojos solo distinguieron una sombra moviéndose a una velocidad inusitada, mis sentidos estaban alertas y mi mente intentaba poner en orden todas esas sensaciones. Tome aire y al momento supe qué era, mejor dicho quien era aquel que me abrazaba. Mi primer impulso fue aventarlo y alejarme corriendo de ahí, pero entonces una enorme sensación de tristeza me invadió, como si aquel hombre estuviera invadido por una profunda oscuridad.
Mi cuerpo fue relajándose poco a poco, ese abrazo me llenaba de dudas, de miedo, de penumbras que no sabía cómo manejar. Su piel se sentía helada al tacto, aun cuando el abrigo lo cubría; su cuerpo dejaba adivinar sus músculos debajo de la ropa, sin embargo, era como si me abrazase a una estatua de mármol: dura y fría. Empuje un poco desde su abdomen para alejarlo de mí, su abrazo era férreo pero accedió a mi voluntad.
Nuestras caras quedaron apenas separadas por unos centímetros, mi respiración estaba irregular, suspire y solté lentamente mi cálido aliento, sentí que sus brazos que aun me rodeaban se ponían rígidos alrededor de mi cintura, lo mire desconcertada no sabía lo que había hecho. Sus ojos se posaron en mi con una mirada impenetrable, parecía un depredador acechando; mi piel se erizo de miedo y mis ojos lo miraron sorprendidos. Sabía que había despertado algo en él, pero qué?
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Sentí su suspiro y fue como si su alma tocara mi rostro la cálida sensación de vida que ella emanaba me paralizo por unos segundos no supe que hacer podía ver sus profundos ojos clavados en los míos y por un momento me olvide de lo que era yo y solo quise besarla, lentamente me acerque a ella, y con cada centímetro que me aproximaba podía sentir como dentro mio algo reaccionaba, si fuera humano diría que era mi corazón pero en mi estado no sabia que era lo que me provocaba este inquietante movimiento de mi cuerpo.
Cada vez estaba mas cerca de su boca mis labios podían rozar los de ella e instintivamente la abrace con fuerza y la acerque hasta el punto que con solo estirar nuestras bocas podíamos besarnos, cuando estaba apunto de besarla algo me volvió a paralizar pero esta vez no fue su calidez era algo oscuro dentro de mi, mi mirada se perdió ahora no tenia a la joven delante mio, ahora solo veía una sala oscura con antorchas en cada extremo de esta y telas de color rojo que caían sobre toda la habitación, las telas eran de un color rojo sangre y con el viento que había dentro de la habitación, posiblemente por una de las ranuras de la puerta o un lugar que yo no podía ver, las telas se movían dando la sensación de que era sangre que caía al piso de la sala. Mire perdido la habitación, sentí las telas rozar mi cuerpo y mire todo a mi alrededor, las murallas de la habitación eran de roca, una roca fría y siniestra que daba la sensación de muerte con solo verlas, mi cuerpo avanzo por todos lados sin saber donde ir caminaba y miraba pero sin saber porque, cuando comenzaba a desesperarme otras antorchas de encendieron esta vez en el centro de la habitación, están antorchas rodeaban una cama, muy elegante son sabanas de seda que estaban a la vista, sobre la cama un cuerpo de una joven yacía ahí la sangre de aquella joven ensuciaba las sabanas y provocaba un color rojo igual al de las telas, cuando logre ver quien era mire a la joven que segundos antes se encontraba entre mis brazos eso me asusto ver su cuerpo muerto me aterro y solo pude lanzar un grito y correrme de ahí.
Cuando abrí los ojos vi de nuevo la fuente, los arboles, estaba en parís pero ahora la joven no estaba delante de mi, se encontraba en el suelo tocándose el brazo apoyada en la fuente, cuando mire su brazo vi sangre y una profunda herida, al parecer en mi desesperación la empuje y ella se golpe. Intente ayudarla pero su olor me paralizo, la sangre en su brazo me domino ya no podía aguantar era hora de que Erich el vampiro tomara su lugar, con una mirada siniestra y una sonrisa que permitía ver mis colmillos me acerque a ella tome su brazo y pase mi dedo por el, lo acerque a mi boca e introduje el dedo dentro de ella – lo sabia un sabor exquisito – dije después de probar su sangre – perdóname no puedo aguantar mas juro que quise parar pero no puedo mas – volví hablar pero ahora no la miraba a la cara solo veía su sangre gotear, me acerque lentamente y tome su brazo con fuerza la levante y la coloque de pie al lado mio, lamí su brazo y acerque mi cara a la de ella, la bese dejando rastros de su sangre en su boca y finalmente le susurre – si no te amara ahora estarías muerta.
Cada vez estaba mas cerca de su boca mis labios podían rozar los de ella e instintivamente la abrace con fuerza y la acerque hasta el punto que con solo estirar nuestras bocas podíamos besarnos, cuando estaba apunto de besarla algo me volvió a paralizar pero esta vez no fue su calidez era algo oscuro dentro de mi, mi mirada se perdió ahora no tenia a la joven delante mio, ahora solo veía una sala oscura con antorchas en cada extremo de esta y telas de color rojo que caían sobre toda la habitación, las telas eran de un color rojo sangre y con el viento que había dentro de la habitación, posiblemente por una de las ranuras de la puerta o un lugar que yo no podía ver, las telas se movían dando la sensación de que era sangre que caía al piso de la sala. Mire perdido la habitación, sentí las telas rozar mi cuerpo y mire todo a mi alrededor, las murallas de la habitación eran de roca, una roca fría y siniestra que daba la sensación de muerte con solo verlas, mi cuerpo avanzo por todos lados sin saber donde ir caminaba y miraba pero sin saber porque, cuando comenzaba a desesperarme otras antorchas de encendieron esta vez en el centro de la habitación, están antorchas rodeaban una cama, muy elegante son sabanas de seda que estaban a la vista, sobre la cama un cuerpo de una joven yacía ahí la sangre de aquella joven ensuciaba las sabanas y provocaba un color rojo igual al de las telas, cuando logre ver quien era mire a la joven que segundos antes se encontraba entre mis brazos eso me asusto ver su cuerpo muerto me aterro y solo pude lanzar un grito y correrme de ahí.
Cuando abrí los ojos vi de nuevo la fuente, los arboles, estaba en parís pero ahora la joven no estaba delante de mi, se encontraba en el suelo tocándose el brazo apoyada en la fuente, cuando mire su brazo vi sangre y una profunda herida, al parecer en mi desesperación la empuje y ella se golpe. Intente ayudarla pero su olor me paralizo, la sangre en su brazo me domino ya no podía aguantar era hora de que Erich el vampiro tomara su lugar, con una mirada siniestra y una sonrisa que permitía ver mis colmillos me acerque a ella tome su brazo y pase mi dedo por el, lo acerque a mi boca e introduje el dedo dentro de ella – lo sabia un sabor exquisito – dije después de probar su sangre – perdóname no puedo aguantar mas juro que quise parar pero no puedo mas – volví hablar pero ahora no la miraba a la cara solo veía su sangre gotear, me acerque lentamente y tome su brazo con fuerza la levante y la coloque de pie al lado mio, lamí su brazo y acerque mi cara a la de ella, la bese dejando rastros de su sangre en su boca y finalmente le susurre – si no te amara ahora estarías muerta.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Su mirada me tenia atrapada, me sentía en medio de un laberinto sin salida y por mas que intentaba no lograba terminar con el hechizo en el que sus ojos me habían enredado. Me sentía sometida, muerta de miedo pero con una extraña sensación de pertenencia. El embrujo que emanaba de aquel hombre me rodeaba e impedía que me deshiciera de ese abrazo que me encerraba cada vez mas profundo en el laberinto de su encanto.
Mi corazón latía furiosamente no sé si por lo aterrador de la escena o por sentirme rodeada de sus brazos; esos brazos que cada vez me oprimían con mas fuerza al punto de comenzar a lastimarme. Me di cuenta de sus intenciones demasiado tarde, su boca quedó a escasos centímetros de la mía y supe lo que vendría después, quise cerrar los ojos; fue lo único que se me ocurrió para huir, porque el resto de mí estaba petrificado, me dolía incluso respirar ya que aquel hombre apretaba cada vez más mi cuerpo contra el suyo y el mas mínimo movimiento mío despertaba oleadas de dolor que me recorrían. Pero no pude siquiera parpadear, estaba como hipnotizada, me sentía como una presa frente a su depredador.
Su mirada dejó en libertad a la mía, cambió de pronto, se volvió ausente. El dolor que siempre parecía contener regresó a sus ojos y su expresión se volvió atormentada. Me sentía libre, mi mente volvió a pensar con claridad, sin embargo, sus brazos seguían rodeándome, aferrándose a mí aun con más fuerza, lastimándome más. El aire comenzó a faltarme y Erich parecía cada vez más lejano sin dar muestras de soltarme. Intenté llamarlo, devolverlo a la realidad pero no podía siquiera inhalar y mis pulmones comenzaban a arderme por la falta de oxigeno; me esforcé por mantenerme lucida, por no moverme por el gran dolor que eso representaba, pero me sentía desfallecer.
El entorno comenzó a dar vueltas, mis ojos hacían un esfuerzo sobrehumano por enfocar pero me sentía demasiado perdida, algunas partes de mi cuerpo dolían demasiado pero olvidé la razón. Comencé a hundirme en una espesa niebla gris y fui sumiéndome en un sueño extraño. Lo último que percibió mi mente fue un fuerte empujón.
Exhale y mi suspiro se convirtió en miles de mariposas que volaban en torno a mi y con su vuelo iban dibujando un maravilloso paisaje. A mi alrededor se formaron cientos de arboles de colores, rodeados de un follaje con flores luminosas. Emprendí el camino y un sendero se iba abriendo paso ante mis pies descalzos, el viento color de rosa despeinaba mi cabello y hacia bailar la falda ligera de mi vestido blanco; el cielo estaba iluminado con miles de colores y a lo lejos se escuchaba una caída de agua, supuse que alguna cascada caería ahí cerca. Me sentía llena de paz, una tranquilidad nunca antes sentida me iba colmando. Ahora había gente, también vestida de blanco, que caminaban por el mismo sendero que yo.
Decidí seguir caminando junto a ellos y a lo lejos… vi una silueta esbelta, frágil, que reconocí al instante !era mi mamá¡, se veía hermosa, iluminada por su bella sonrisa, justo como la recordaba en esos días de campo que compartíamos. Estaba esperándome, llamándome con la mano para que me acercara. Corrí con todas mis fuerzas hacía ella. De pronto, una sombra se interpuso en mi camino, llevaba una daga en la mano que agitaba amenazante delante de mí repitiendo mi nombre, se abalanzo sobre mí gritando y clavándome la mitad de la hoja afilada en el brazo. Todo se llenó de sangre, mi vestido se volvió carmín y el paisaje se tiño de un intenso negro. Estaba tirada en el piso, busqué con la mirada a mi mamá pero no logré encontrarla, me llene de angustia; mire hacia mi brazo pues una sensación helada lo recorría, era como si mi sangre en esa parte del cuerpo se hubiera congelado. Luego percibí un olor deliciosamente dulce, luche con mi memoria e intente recordarlo y cuando estaba a punto de descifrarlo, el frio se posó en mis labios dejándome en ellos un sabor metálico.
Me encontraba en el punto exacto donde podía decidir si cruzar la línea, una parte de mí ansiaba ir hacia donde estaba el ser al que más había amado, rodeada de esa profunda paz que ahora no sentía más, de hecho no era capaz de sentir nada. En medio de toda la bruma oscura que me rodeaba la vi nuevamente, venía hacia mí sonriente, hermosa, eterna. Acaricio mi mejilla con su mano helada y me besó en la frente. Y de sus labios salieron unas palabras: – si no te amara, ahora estarías muerta. Pero no era la voz de mi mamá, esa voz era de ……Erich.
Mi corazón latía furiosamente no sé si por lo aterrador de la escena o por sentirme rodeada de sus brazos; esos brazos que cada vez me oprimían con mas fuerza al punto de comenzar a lastimarme. Me di cuenta de sus intenciones demasiado tarde, su boca quedó a escasos centímetros de la mía y supe lo que vendría después, quise cerrar los ojos; fue lo único que se me ocurrió para huir, porque el resto de mí estaba petrificado, me dolía incluso respirar ya que aquel hombre apretaba cada vez más mi cuerpo contra el suyo y el mas mínimo movimiento mío despertaba oleadas de dolor que me recorrían. Pero no pude siquiera parpadear, estaba como hipnotizada, me sentía como una presa frente a su depredador.
Su mirada dejó en libertad a la mía, cambió de pronto, se volvió ausente. El dolor que siempre parecía contener regresó a sus ojos y su expresión se volvió atormentada. Me sentía libre, mi mente volvió a pensar con claridad, sin embargo, sus brazos seguían rodeándome, aferrándose a mí aun con más fuerza, lastimándome más. El aire comenzó a faltarme y Erich parecía cada vez más lejano sin dar muestras de soltarme. Intenté llamarlo, devolverlo a la realidad pero no podía siquiera inhalar y mis pulmones comenzaban a arderme por la falta de oxigeno; me esforcé por mantenerme lucida, por no moverme por el gran dolor que eso representaba, pero me sentía desfallecer.
El entorno comenzó a dar vueltas, mis ojos hacían un esfuerzo sobrehumano por enfocar pero me sentía demasiado perdida, algunas partes de mi cuerpo dolían demasiado pero olvidé la razón. Comencé a hundirme en una espesa niebla gris y fui sumiéndome en un sueño extraño. Lo último que percibió mi mente fue un fuerte empujón.
Exhale y mi suspiro se convirtió en miles de mariposas que volaban en torno a mi y con su vuelo iban dibujando un maravilloso paisaje. A mi alrededor se formaron cientos de arboles de colores, rodeados de un follaje con flores luminosas. Emprendí el camino y un sendero se iba abriendo paso ante mis pies descalzos, el viento color de rosa despeinaba mi cabello y hacia bailar la falda ligera de mi vestido blanco; el cielo estaba iluminado con miles de colores y a lo lejos se escuchaba una caída de agua, supuse que alguna cascada caería ahí cerca. Me sentía llena de paz, una tranquilidad nunca antes sentida me iba colmando. Ahora había gente, también vestida de blanco, que caminaban por el mismo sendero que yo.
Decidí seguir caminando junto a ellos y a lo lejos… vi una silueta esbelta, frágil, que reconocí al instante !era mi mamá¡, se veía hermosa, iluminada por su bella sonrisa, justo como la recordaba en esos días de campo que compartíamos. Estaba esperándome, llamándome con la mano para que me acercara. Corrí con todas mis fuerzas hacía ella. De pronto, una sombra se interpuso en mi camino, llevaba una daga en la mano que agitaba amenazante delante de mí repitiendo mi nombre, se abalanzo sobre mí gritando y clavándome la mitad de la hoja afilada en el brazo. Todo se llenó de sangre, mi vestido se volvió carmín y el paisaje se tiño de un intenso negro. Estaba tirada en el piso, busqué con la mirada a mi mamá pero no logré encontrarla, me llene de angustia; mire hacia mi brazo pues una sensación helada lo recorría, era como si mi sangre en esa parte del cuerpo se hubiera congelado. Luego percibí un olor deliciosamente dulce, luche con mi memoria e intente recordarlo y cuando estaba a punto de descifrarlo, el frio se posó en mis labios dejándome en ellos un sabor metálico.
Me encontraba en el punto exacto donde podía decidir si cruzar la línea, una parte de mí ansiaba ir hacia donde estaba el ser al que más había amado, rodeada de esa profunda paz que ahora no sentía más, de hecho no era capaz de sentir nada. En medio de toda la bruma oscura que me rodeaba la vi nuevamente, venía hacia mí sonriente, hermosa, eterna. Acaricio mi mejilla con su mano helada y me besó en la frente. Y de sus labios salieron unas palabras: – si no te amara, ahora estarías muerta. Pero no era la voz de mi mamá, esa voz era de ……Erich.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Mire el cuerpo de Simonet frágil y asustado, parecía estar paralizada, perdida, desorientada en una lucha entre dos realidades su cuerpo esta entre mis brazos aun con la sangre corriendo de su mano, yo no sabia que hacer una parte de mi quería salir corriendo, huir y salvarla de todo el dolor que le podía causar la otra simplemente quería beber de su sangre y hacerla mía, mientras la observaba y me acercaba su cuello inconscientemente puse mi mano en su frente, y pude ver lo que ella imaginaba sus mas profundos y dolorosos sueños.
En mi cabeza comenzaron aparecer imagines, fracciones de una película en la que la protagonista se encontraba en un campo lleno de flores, y donde re rencontraba con su madre, al ver aquella mujer comprendí de inmediato que estaba muerta y en ese preciso momento mi lado mas humano afloro, volví a la realidad y me acerque a ella esta vez la tome en mis brazos y la acerque a mi aunque mi cuerpo era helado y muerto, intente darle calor como una madre cubre a sus hijos.
– No quiero dejarte, pero a la vez siento que puedo lastimarte - le dije tiernamente mostrando un lado de mi que se contradecía totalmente a lo que minutos antes había ocurrido. Mirándola su estado perdido y débil me asuste e hice algo que nunca había echo mordí mi muñeca y la coloque en su boca esperando que ella bebiera de mi.
Ella comenzó a beber de mi sangre al principio con miedo luego sin control la sensación que produce la sangre de un vampiro es parecida a la de una droga y por unos instantes ella la sintió, retire mi brazo y la volví a mirar sus ojos lentamente se comenzaron abrir y ella volvió a la realidad. – Puedo hacer que olvides todo esto, con unas palabras mías todo se borrara, puedes volver a tu vida como la conocías.- dude al continuar – si tan solo me lo pides, me puedes olvidar-.
Coloque su cabeza en mis rodillas y acaricie su pelo esperando que recuperara toda la fuerza y pudiera levantarse, habrán pasado unos segundos o tal vez minutos realmente no me di cuenta pero por ese corto tiempo la luna nos alumbro y el mundo se detuvo para mi.
En mi cabeza comenzaron aparecer imagines, fracciones de una película en la que la protagonista se encontraba en un campo lleno de flores, y donde re rencontraba con su madre, al ver aquella mujer comprendí de inmediato que estaba muerta y en ese preciso momento mi lado mas humano afloro, volví a la realidad y me acerque a ella esta vez la tome en mis brazos y la acerque a mi aunque mi cuerpo era helado y muerto, intente darle calor como una madre cubre a sus hijos.
– No quiero dejarte, pero a la vez siento que puedo lastimarte - le dije tiernamente mostrando un lado de mi que se contradecía totalmente a lo que minutos antes había ocurrido. Mirándola su estado perdido y débil me asuste e hice algo que nunca había echo mordí mi muñeca y la coloque en su boca esperando que ella bebiera de mi.
Ella comenzó a beber de mi sangre al principio con miedo luego sin control la sensación que produce la sangre de un vampiro es parecida a la de una droga y por unos instantes ella la sintió, retire mi brazo y la volví a mirar sus ojos lentamente se comenzaron abrir y ella volvió a la realidad. – Puedo hacer que olvides todo esto, con unas palabras mías todo se borrara, puedes volver a tu vida como la conocías.- dude al continuar – si tan solo me lo pides, me puedes olvidar-.
Coloque su cabeza en mis rodillas y acaricie su pelo esperando que recuperara toda la fuerza y pudiera levantarse, habrán pasado unos segundos o tal vez minutos realmente no me di cuenta pero por ese corto tiempo la luna nos alumbro y el mundo se detuvo para mi.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Un líquido viscoso tocó mis labios, por instinto intenté alejarme de él, pero una fuerza externa me mantenía unida a esa fuente donde emanaba ese líquido de sabor extraño pero agradable, mi lengua indago lamiendo lo que se apretaba a mis labios y el sabor entró de lleno a mi boca, todo mi sistema reaccionó como si de mi vida dependiera aquello, y mis labios se prendieron ávidos de seguir bebiendo. Aquel sabor embriagaba todos mis sentidos, era una mezcla narcótica de sabores y sensaciones agridulces que producían en mí un sentimiento de posesión, queriendo prolongar el momento más tiempo intenté aferrarme a él pero no encontré la fuerza necesaria. Lo que fuera que me estaba suministrando el mágico brebaje se separó demasiado rápido y mi cuerpo clamó desesperado por más. Dentro de mi comenzó una lucha por encontrar la manera de seguir bebiendo, pero todo comenzó a iluminarse, pasaron miles de imágenes por mi mente y comencé a sentir un frio excesivo.
Los pensamientos en mi cabeza fueron cayendo poco a poco en la realidad pero aun no alcanzaba a comprender lo que sucedía. No podía recordar dónde estaba ni haciendo qué. El efecto del estupor iba disminuyendo y todas mis terminaciones nerviosas se activaron, un estimulo sensorial fue recorriendo mi cuerpo haciendo que me estremeciera, sentía todos los músculos adoloridos y seguía con mucho frío. Abrí mis ojos y una luz cegadora me deslumbró, intenté orientarme y un olor que podría comparar con el sabor que acababa de experimentar me embriago volviéndome a internar en un nudo de pensamientos, recuerdos y sensaciones. Sea lo que fuese lograba confundir mis sentidos al grado de querer mantenerme en ese estado por siempre. Por un momento creí que había muerto y aquello era una especie de paraíso, pero la sensación de soledad me invadía y mi cuerpo entero me recordaba que aun seguía viva. Decidí volver a intentar abrir los ojos. Esta vez toda la luz fue opacada por una sombra que poco a poco iba tomando forma frente a mí.
Me sentía en los brazos de un ser etéreo, a poco me fui dando cuenta que era un hombre quien me sostenía, mi cabello caía en sus piernas y él lo acariciaba con excesiva ternura. Busqué su rostro y vi sus ojos, me sorprendí al ver a Erich; me acunaba en sus brazos con cuidado y su mirada mostraba alivio. Después dijo algo sobre hacerme olvidar todo, pero no entendí de qué hablaba yo seguía demasiado aturdida y no sabía por qué él estaba acompañándome; últimamente aparecía siempre que se cruzaba por mi camino algún peligro. Ahora no recordaba nada pero por el estado en que sabía que se encontraba mi cuerpo y mi mente, seguro había pasado algo grave y él había venido a mi auxilio una vez más.
Intenté agradecerle, sonreí o encontrar una manera de hacerle saber que estaba bien, que al saberlo ahí me invadía una agradable tranquilidad. Su mirada al ver que yo seguía perdida y algo desesperada se volvió atormentada, quizás creía que algo malo me pasaba. –Erich logré decirle apenas en un susurro, pero yo solo quería cerrar los ojos y dormir. Mi cuerpo reclamo descanso y cedí ante él: cerré los ojos y me dejé sumir nuevamente en un profundo sueño, pero está vez me vi tirada al lado de una gran fuente de piedra y un segundo después descansaba en los brazos de un atractivo hombre que me mirada con ojos fascinantes y seductores, sabía que lo conocía pero no podía ser él, algo había cambiado, su expresión ahora era tirana y ausente de toda simpatía. Sonrió con una mueca seductoramente fría y mostró unos largos colmillos de los que se desprendían gotas de sangre que luego corrían por la comisura de sus labios. En el sueño supe que no tendría escapatoria, aunque siendo sincera conmigo misma, ni siquiera sabía a ciencia cierta si en verdad quería escapar de él.
Los pensamientos en mi cabeza fueron cayendo poco a poco en la realidad pero aun no alcanzaba a comprender lo que sucedía. No podía recordar dónde estaba ni haciendo qué. El efecto del estupor iba disminuyendo y todas mis terminaciones nerviosas se activaron, un estimulo sensorial fue recorriendo mi cuerpo haciendo que me estremeciera, sentía todos los músculos adoloridos y seguía con mucho frío. Abrí mis ojos y una luz cegadora me deslumbró, intenté orientarme y un olor que podría comparar con el sabor que acababa de experimentar me embriago volviéndome a internar en un nudo de pensamientos, recuerdos y sensaciones. Sea lo que fuese lograba confundir mis sentidos al grado de querer mantenerme en ese estado por siempre. Por un momento creí que había muerto y aquello era una especie de paraíso, pero la sensación de soledad me invadía y mi cuerpo entero me recordaba que aun seguía viva. Decidí volver a intentar abrir los ojos. Esta vez toda la luz fue opacada por una sombra que poco a poco iba tomando forma frente a mí.
Me sentía en los brazos de un ser etéreo, a poco me fui dando cuenta que era un hombre quien me sostenía, mi cabello caía en sus piernas y él lo acariciaba con excesiva ternura. Busqué su rostro y vi sus ojos, me sorprendí al ver a Erich; me acunaba en sus brazos con cuidado y su mirada mostraba alivio. Después dijo algo sobre hacerme olvidar todo, pero no entendí de qué hablaba yo seguía demasiado aturdida y no sabía por qué él estaba acompañándome; últimamente aparecía siempre que se cruzaba por mi camino algún peligro. Ahora no recordaba nada pero por el estado en que sabía que se encontraba mi cuerpo y mi mente, seguro había pasado algo grave y él había venido a mi auxilio una vez más.
Intenté agradecerle, sonreí o encontrar una manera de hacerle saber que estaba bien, que al saberlo ahí me invadía una agradable tranquilidad. Su mirada al ver que yo seguía perdida y algo desesperada se volvió atormentada, quizás creía que algo malo me pasaba. –Erich logré decirle apenas en un susurro, pero yo solo quería cerrar los ojos y dormir. Mi cuerpo reclamo descanso y cedí ante él: cerré los ojos y me dejé sumir nuevamente en un profundo sueño, pero está vez me vi tirada al lado de una gran fuente de piedra y un segundo después descansaba en los brazos de un atractivo hombre que me mirada con ojos fascinantes y seductores, sabía que lo conocía pero no podía ser él, algo había cambiado, su expresión ahora era tirana y ausente de toda simpatía. Sonrió con una mueca seductoramente fría y mostró unos largos colmillos de los que se desprendían gotas de sangre que luego corrían por la comisura de sus labios. En el sueño supe que no tendría escapatoria, aunque siendo sincera conmigo misma, ni siquiera sabía a ciencia cierta si en verdad quería escapar de él.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Mientras la sostenía en mis brazos note que se había quedado completamente dormida y quede completamente maravillado al ver lo hermosa que era, cada facción de su rostro era perfecta bien definida y muy elegante era como si alguien se hubiera tomado mucho tiempo en crear tal nivel de perfección, podía decir con solo mirarla que cualquier hombre vivo o muerto podía caer a sus pies y yo en esos momentos me sentía la persona mas afortunada del mundo. Tanta era su belleza que el sol apuro su llegada para por lo menos por unos minutos verla dormir, al comienzo no me di cuenta pero cuando mi cuerpo comenzó a reaccionar note que el amanecer ya se acercaba. Tome a la joven con mas fuerza y la levante cargada en mis brazos emprendí viaje hacia su residencia, tenia que llegar a su hogar antes del amanecer y no era por el echo de temer por mi vida, si no, porque no podría dejarla desprotegida por ningún motivo.
Mientras caminaba para dar por concluido mi día observe a las personas que comenzaban a darle vida a la atractiva ciudad de parís, vendedores y trabajadores comenzaban a recorrer las calles con un rumbo definido sin notar en la extraña escena que yo y la ahora dormida joven representábamos, caminaba a paso firme, decidido y claro, buscaba la manera de no encontrarme con nadie y aun mas buscaba la reconfortarle protección que me brindaba aun la oscuridad. Con la joven en mis brazos y un camino fijo no podía dejar de observar su rostro, una sensación de pureza emanaba de ella, y un deseo de quedarme para siempre con ella me revolucionaba todos mis pensamientos, mientras caminaba con ella en mis brazos pensaba cuando había sido la ultima vez que me había sentido así o si esta era la primera vez que sentía algo como esto. Aquella joven que por dentro ocultaba un gran dolor ahora era un ángel en mis brazos, al verla una sensación de luz me cubría por completo, una sensación de querer verla sonreír detenía todos mis impulsos asesinos y lo que una vez fue un feroz vampiro asesino sin corazón ahora era solo un simple hombre enamorado perdidamente de una mujer.
-¿quien eres? Aun no lo puedo entender como es que un humano provoco tanto en mi – dije en voz alta pero asumiendo que ella no podría escuchar, no sabia aun que hacer me preocupaba el echo de no poder asegurarle paz y tranquilidad mi instinto en algún momento volvería actuar y no podría perdonarme volverla a dañar.
Finalmente llegamos a su hogar una gran reja impedía el paso de las personas pero con un simple salto pase sobre ella, mientras me encontraba en el aire mire el rostro de la joven y una sensación de felicidad me embargo era increíble vivir todo esto, cuando ya me encontraba frente de una gran ventana mire a la joven aun con los ojos cerrados y sin pensarlo la bese.
Mientras caminaba para dar por concluido mi día observe a las personas que comenzaban a darle vida a la atractiva ciudad de parís, vendedores y trabajadores comenzaban a recorrer las calles con un rumbo definido sin notar en la extraña escena que yo y la ahora dormida joven representábamos, caminaba a paso firme, decidido y claro, buscaba la manera de no encontrarme con nadie y aun mas buscaba la reconfortarle protección que me brindaba aun la oscuridad. Con la joven en mis brazos y un camino fijo no podía dejar de observar su rostro, una sensación de pureza emanaba de ella, y un deseo de quedarme para siempre con ella me revolucionaba todos mis pensamientos, mientras caminaba con ella en mis brazos pensaba cuando había sido la ultima vez que me había sentido así o si esta era la primera vez que sentía algo como esto. Aquella joven que por dentro ocultaba un gran dolor ahora era un ángel en mis brazos, al verla una sensación de luz me cubría por completo, una sensación de querer verla sonreír detenía todos mis impulsos asesinos y lo que una vez fue un feroz vampiro asesino sin corazón ahora era solo un simple hombre enamorado perdidamente de una mujer.
-¿quien eres? Aun no lo puedo entender como es que un humano provoco tanto en mi – dije en voz alta pero asumiendo que ella no podría escuchar, no sabia aun que hacer me preocupaba el echo de no poder asegurarle paz y tranquilidad mi instinto en algún momento volvería actuar y no podría perdonarme volverla a dañar.
Finalmente llegamos a su hogar una gran reja impedía el paso de las personas pero con un simple salto pase sobre ella, mientras me encontraba en el aire mire el rostro de la joven y una sensación de felicidad me embargo era increíble vivir todo esto, cuando ya me encontraba frente de una gran ventana mire a la joven aun con los ojos cerrados y sin pensarlo la bese.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
Sentí una vez más como si flotara entre nubes, mi cuerpo se encontraba rodeado por una fuerza que me sostenía con tal suavidad que apenas y era consciente del movimiento. Escuchaba algunos ruidos imprecisos y peleaba con mi mente para salir de ese letargo en el que estaba sumida.
Odiaba ser tan débil, quería despertar pero ni siquiera podía moverme, mi cuerpo estaba en demasía agotado. Me dejé llevar, estaba tan cansada que no opondría ningún obstáculo a lo que viniera. Entre sueños escuché la voz de Erich, procuré distinguir el lugar de donde provenía e ir hacía él, quería sentirme segura y su cercanía siempre me daba esa sensación. Mi cuerpo parecía reacomodarse, las fuerzas parecían regresar y a mis venas las recorría un frio intenso que me vigorizaba. Abrí los ojos y vi la calle donde se situaba mi casa, volteé para ver quien me llevaba y ahí estaba, mi corazón comenzó a bombear más sangre con un golpeteo algo alocado y un escalofrío me recorrió entera. Cerré los ojos con la certeza de su protección, algo dijo pero no entendí sus palabras, me dediqué a disfrutar de cada paso, cada respiración, la gélida sensación en mis venas que se iba haciendo más cálida y su olor…su olor era cosa aparte, volvía a invadirme por completo despertando el deseo de no dejar de olerlo nunca.
Sentí un salto, él apretó más mi cuerpo al de él y pude sentir su helado y fuerte torso. Todo mi ser comenzaba a reaccionar de modo extraño a la cercanía de Erich, sentía una especie de devoción hacía él que no me explicaba. Me parecía imposible pues apenas lo conocía, era como si hubiera pasado algo que mantuviera bajo hipnosis mi mente, mi cuerpo y …mi alma.
Percibí el olor de las madreselvas que cultivaba mi nana en el jardín y trepaban los muros de la casa, así que supuse habíamos entrado a las inmediaciones de la finca. No fui consciente de haber atravesado ninguna puerta pero ese detalle pasó por alto. De pronto se detuvo su caminar, consideré la idea de abrir los ojos pero quería prolongar más el momento.
Mi nariz percibió un aroma distinto, lo reconocí al instante pero esta vez era más fuerte, sentí su aliento rozar mi piel y eso embotó mis sentidos: mi corazón se volvió literalmente loco, mi piel se erizó y mis pulmones intentaban retener ese aroma tan deliciosamente estimulante. No me esperaba lo que seguía y supongo que Erich mucho menos se esperaba mi reacción. Sentí un roce helado en los labios y su aliento entro a mi boca, pude saborear su aroma y cuando me besó acaricié la locura. Mi cuerpo que se había mantenido quieto disfrutando al máximo su olor, reacciono ante aquel sabor que era diez mil veces mejor que el aroma y sentí como si toda mi sangre comenzara a arder, sentí quemarme por dentro y el único alivio me lo daban aquellos labios fríos que jugaban con los míos. Mis manos recobraron su vitalidad como por arte de magia y rodeé su cuello hundiendo mis dedos en su cabello, atrayéndolo más a mí para seguir disfrutando del delicioso sabor que venia de su boca.
Hubo una chispa que se encendió en mí, algo me decía que debía alejarme o acabaría perdida en medio de un oscuro laberinto… o de una hermosa locura. Me separé muy a mi pesar y saboreé mis labios que aun guardaban un dejo de su sabor. El cielo comenzaba a clarear pero aun no salía el sol, mire hacía arriba, adoraba los amaneceres así. Entré a mi habitación por la ventana, ayudada por él. Su contacto despertaba sensaciones electrizantes. Ya dentro de mi habitación tropecé con el marco de la ventana y caí lastimándome el tobillo. Miré hacía la ventana y lo vi parado observándome con expresión preocupada, se me ocurrió una locura y sin pensarlo estire mi mano hacía Erich le dije:-¿Podría entrar y ayudarme por favor? que me he lastimado el tobillo-
Odiaba ser tan débil, quería despertar pero ni siquiera podía moverme, mi cuerpo estaba en demasía agotado. Me dejé llevar, estaba tan cansada que no opondría ningún obstáculo a lo que viniera. Entre sueños escuché la voz de Erich, procuré distinguir el lugar de donde provenía e ir hacía él, quería sentirme segura y su cercanía siempre me daba esa sensación. Mi cuerpo parecía reacomodarse, las fuerzas parecían regresar y a mis venas las recorría un frio intenso que me vigorizaba. Abrí los ojos y vi la calle donde se situaba mi casa, volteé para ver quien me llevaba y ahí estaba, mi corazón comenzó a bombear más sangre con un golpeteo algo alocado y un escalofrío me recorrió entera. Cerré los ojos con la certeza de su protección, algo dijo pero no entendí sus palabras, me dediqué a disfrutar de cada paso, cada respiración, la gélida sensación en mis venas que se iba haciendo más cálida y su olor…su olor era cosa aparte, volvía a invadirme por completo despertando el deseo de no dejar de olerlo nunca.
Sentí un salto, él apretó más mi cuerpo al de él y pude sentir su helado y fuerte torso. Todo mi ser comenzaba a reaccionar de modo extraño a la cercanía de Erich, sentía una especie de devoción hacía él que no me explicaba. Me parecía imposible pues apenas lo conocía, era como si hubiera pasado algo que mantuviera bajo hipnosis mi mente, mi cuerpo y …mi alma.
Percibí el olor de las madreselvas que cultivaba mi nana en el jardín y trepaban los muros de la casa, así que supuse habíamos entrado a las inmediaciones de la finca. No fui consciente de haber atravesado ninguna puerta pero ese detalle pasó por alto. De pronto se detuvo su caminar, consideré la idea de abrir los ojos pero quería prolongar más el momento.
Mi nariz percibió un aroma distinto, lo reconocí al instante pero esta vez era más fuerte, sentí su aliento rozar mi piel y eso embotó mis sentidos: mi corazón se volvió literalmente loco, mi piel se erizó y mis pulmones intentaban retener ese aroma tan deliciosamente estimulante. No me esperaba lo que seguía y supongo que Erich mucho menos se esperaba mi reacción. Sentí un roce helado en los labios y su aliento entro a mi boca, pude saborear su aroma y cuando me besó acaricié la locura. Mi cuerpo que se había mantenido quieto disfrutando al máximo su olor, reacciono ante aquel sabor que era diez mil veces mejor que el aroma y sentí como si toda mi sangre comenzara a arder, sentí quemarme por dentro y el único alivio me lo daban aquellos labios fríos que jugaban con los míos. Mis manos recobraron su vitalidad como por arte de magia y rodeé su cuello hundiendo mis dedos en su cabello, atrayéndolo más a mí para seguir disfrutando del delicioso sabor que venia de su boca.
Hubo una chispa que se encendió en mí, algo me decía que debía alejarme o acabaría perdida en medio de un oscuro laberinto… o de una hermosa locura. Me separé muy a mi pesar y saboreé mis labios que aun guardaban un dejo de su sabor. El cielo comenzaba a clarear pero aun no salía el sol, mire hacía arriba, adoraba los amaneceres así. Entré a mi habitación por la ventana, ayudada por él. Su contacto despertaba sensaciones electrizantes. Ya dentro de mi habitación tropecé con el marco de la ventana y caí lastimándome el tobillo. Miré hacía la ventana y lo vi parado observándome con expresión preocupada, se me ocurrió una locura y sin pensarlo estire mi mano hacía Erich le dije:-¿Podría entrar y ayudarme por favor? que me he lastimado el tobillo-
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Una pequeña luz en tanta oscuridad (privado)
La joven despertó y respondió a mi beso de una manera que yo no espere, la pasión que se provoco en ese momento provoco que el vampiro dentro de mi volviera y la sensación de su boca genero en mi una adicción aun mayor que la que yo sentía por la sangre, mi deseo de volver a probar aumento mas cuando la joven se separo de mi y violentamente entro en su habitación parecía ser que aquella acción temeraria no había resultado muy bien porque sin pensarlo me acababa de invitar a su casa y aun mas importante me había invitado a su habitación, mire al cielo y comencé a sentir la venida del sol – si tan solo la noche durara mas, respondería favorablemente a su invitación pero lamento tener que rechazarla ahora – dije acercándome a la ventana y cerrando las cortinas frente a mi provocando que aquella joven me perdiera de vista.
-no crea que esta será la ultima vez que nos veamos, ni mucho menos que dejare que vuelvan a pasar 3 días sin verla, mañana volveré a este mismo lugar para poder verla – repentinamente guarde silencio y sonreí, por primera vez en mucho tiempo me sentí vivo y humano, estuve apunto de comenzar a reír pero recordé que había dejado mi frase a la mitad – así que le pido que me espere mañana en este mismo lugar cuando el sol se esconda y la oscuridad lo cubra todo yo volveré- termine de decir y comencé alejarme ya podía sentir el sol y mi cuerpo el efecto de este, el sonido a carne quemándose se fue haciendo mas fuerte y el humo acompañado del característico olor comenzó a surgir, la debilidad que el sol me causaba era grande pero no tanto como el deseo de ver a la joven de nuevo mañana por la noche.
Esta vez no logre saltar la reja no podía arriesgarme a ser visto por la gente que ahora pasaba por fuera de esta, por lo que busque un lugar oscuro lo mas alejado posible y rompí uno de los barrotes de las rejas que cerraban la gran propiedad, camine por oscuros pasajes, y calles poco transitadas en busca de un lugar donde dormir, recordé un viejo almacén abandonado las afueras de la ciudad y hacia el me deje caer, cuando llegue no sentí la necesidad de beber antes de dormir solo me encerré en una vieja habitación deseando el despertar y volver a ver la inmensa oscuridad aunque esta vez esta oscuridad tenia una pequeña luz que me invitaba a cambiar, a vivir de una forma diferente, ella no lo sabia pero lo que comenzaba a crecer en mi gracias a ella era algo que nunca pensé en sentir.
Cerré mis ojos y me dormí, cuando estaba completamente dormido me vi en una ciudad vacía llena de cuerpos muertos, edificios quemados y una niebla que lo cubría todo, estaba completamente solo, mis manos manchadas de sangre y mi ropa también, comencé a buscar algo conocido y empecé a correr cuando por fin encontré un lugar conocí me paralice estaba frente a la fuente donde la conocí y ella estaba ahí pero no era la misma que yo conocía, estaba muerta tendida en las frías rocas con una expresión de miedo. Desperté y la noche ya había llegado.
-no crea que esta será la ultima vez que nos veamos, ni mucho menos que dejare que vuelvan a pasar 3 días sin verla, mañana volveré a este mismo lugar para poder verla – repentinamente guarde silencio y sonreí, por primera vez en mucho tiempo me sentí vivo y humano, estuve apunto de comenzar a reír pero recordé que había dejado mi frase a la mitad – así que le pido que me espere mañana en este mismo lugar cuando el sol se esconda y la oscuridad lo cubra todo yo volveré- termine de decir y comencé alejarme ya podía sentir el sol y mi cuerpo el efecto de este, el sonido a carne quemándose se fue haciendo mas fuerte y el humo acompañado del característico olor comenzó a surgir, la debilidad que el sol me causaba era grande pero no tanto como el deseo de ver a la joven de nuevo mañana por la noche.
Esta vez no logre saltar la reja no podía arriesgarme a ser visto por la gente que ahora pasaba por fuera de esta, por lo que busque un lugar oscuro lo mas alejado posible y rompí uno de los barrotes de las rejas que cerraban la gran propiedad, camine por oscuros pasajes, y calles poco transitadas en busca de un lugar donde dormir, recordé un viejo almacén abandonado las afueras de la ciudad y hacia el me deje caer, cuando llegue no sentí la necesidad de beber antes de dormir solo me encerré en una vieja habitación deseando el despertar y volver a ver la inmensa oscuridad aunque esta vez esta oscuridad tenia una pequeña luz que me invitaba a cambiar, a vivir de una forma diferente, ella no lo sabia pero lo que comenzaba a crecer en mi gracias a ella era algo que nunca pensé en sentir.
Cerré mis ojos y me dormí, cuando estaba completamente dormido me vi en una ciudad vacía llena de cuerpos muertos, edificios quemados y una niebla que lo cubría todo, estaba completamente solo, mis manos manchadas de sangre y mi ropa también, comencé a buscar algo conocido y empecé a correr cuando por fin encontré un lugar conocí me paralice estaba frente a la fuente donde la conocí y ella estaba ahí pero no era la misma que yo conocía, estaba muerta tendida en las frías rocas con una expresión de miedo. Desperté y la noche ya había llegado.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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