Nuestra historia. [Naia Olenska, Aileen N. Olenska]

Seis años atrás...

-Como?!-no podia ser...esto era una broma, algo de mal gusto, Naia no podria hacerle eso, no podria...no...-Embarazada?-observo el cuerpo de Naia frente a el después de decirle aquella noticia.

Aquella noche habia ido a buscarla como todas las noches después de unos meses junto...o como fuera que estuvieran ya que Naia seguia teniendo su trabajo y sus clientes. La habia invitado a cenar en casa algo normal salvo que esa noche ella tenia algo que decirle.

-Embarazada...-suspira teniendo que apollarse en la pared de el salon mirando a la nada. El habia aguantado como podia y sabia la situación de ambos, intentaba no pensar en la posibilidad de romper aquella relacion o...pensar simplemente en que otros hombres o mujeres tocaban cada noche a la mujer que amaba, pero esto...era prácticamente demasiado. Levanto la cabeza para observarla, no podia mirarla igual...habia llegado a tal extremo que no podia hacer como si nada, como si no le afectase. Frente a el estaba la mujer de la que estaba enamorado, la mujer que no habia dejado su trabajo y ahora...ahora ella estaba embarazada de cualquier hombre.

-...-Suspiro y levanto su cuerpo acercandose pero sin tocarla, era incapaz, en ese momento rechazaba cualquier contacto con ella, pero los sentimientos hacia ella eran demasiado fuertes para abandonarla-Me quedare contigo, cuidare de...-mira su vientre con ojos tristes, destrozado como estaba en ese momento-tu hija-termina por decir observandola.-Debes cuidarte de ahora en adelante...yo conseguire todo lo posible para el cuidado de ambas, ahora...duerme,pasare a verte mañana.-No se iba a quedar como cada noche, no podia estar con ella en ese momento por eso decidio marcharse...quizas solo necesitaba pensar, pensar en que cada noche y dia del resto de su vida veria a la hija de Naia como recordatorio de aquello...no sabia si podria superarlo. La miro una ultima vez y cerro la puerta tras el saliendo a la fria calle de Paris.

Tres años atrás...

-Aileen-dijo cruzandose de brazos observando a la niña que estaba frente a el-Te dije que tu madre no queria que jugases con el barro, no me escuchaste?-no gritaba, no se alteraba simplemente cuidaba de aquella niña que habia visto crecer, a veces daba gracias de que se pareciese tanto a su madre.

-Vamos, necesito limpiarte-señala la puerta del baño frunciendo el ceño al saber que tendria que tocarla, cosa que habia evitado desde que nacio...Su carácter habia cambiado notablemente, era mas frio y pasota, no se preocupaba como antes, el lo sabia y le dolia al ver las caras de ambas cuando se “enfadaba” pero...no podia evitarlo, con Naia era algo mas llevadero no podria culparla siempre pero era mas...amistad en ese momento que otra cosa, al principio no podia tocarla y cuando se atrevio solo podia visualizar a un hombre sobre ella y a una niña alrededor. Escucho el ruido de la puerta sabiendo que Naia habia llegado.-Naia-la sonrie levemente, hacia un tiempo que no sonreia de verdad-Tu hija se ha ensuciado lo siento, la preparaba el almuerzo y me despiste-mira de reojo a Aileen-Creo que ya es hora de irme, ya estas aquí y no hago falta-señala la cocina-He dejado tu comida preparada me imaginaba que llegarias...cansada y querrias estar con la niña.-No habia perdido la costumbre de dejarla un bollo cada noche pero nunca decia nada, simplemente esperaba que se lo comiera hasta el siguiente dia.

Sus pasos se encaminaron a la puerta mientras se ponia su chaqueta. Observo una vez mas la escena, deseando que las cosas fueran distintas...aunque el en ese momento no podia. –Hasta mañana...-dice en alto-Descansad ambas-termina cuando cierra la puerta encaminandose rapidamente hacia su casa...ese era su dia a dia...y lo seguiria siendo solo por ella...por la mujer que amaba y aunque no quisiera admitirlo por aquella niña que habia visto crecer.

La cabeza de la niña se alzó al escuchar las palabras de su padre. No entendía muy bien que había hecho mal, ella solo estaba jugando ya que él estaba ocupado con otras cosas y no quería molestarle, pero comprendió rápidamente que quizá no debería haberse manchado por muy divertido que le había resultado jugar con el agua sucia del jardín. Barro lo había llamado su padre, así que se le quedó en la memoria con una sonrisa dibujada en su rostro.

Sus ojitos se posaron en el lugar donde él miraba y se levantó del suelo contenta. ¡Un baño! A Aileen le gustaba el agua y sentirse limpia, y más si eso requería pasar tiempo con sus padres jugando en la bañera, pero se olvidó por completo de eso cuando escuchó la puerta abrirse. Salió corriendo de donde estaba para ir a abrazar a su madre que por fin había vuelto a casa. Había cosas pequeñas, detalles de los que con él paso del tiempo se había dado cuenta, que le hacía un poco de daño, pero que intentaba pasar por alto porque no comprendía el motivo. Para Aileen, Yerik era su padre, y a veces se le mostraba demasiado frío o decía cosas como eso que le había soltado a Naia "tu hija".

Entonces se quedó mirando a su padre, intentando entender lo que decía y poniéndose triste, como cada noche, cuando él salía por la puerta de su casa. ¿Por qué no vivía con ellas? ¿Acaso su padre no las quería? Salió corriendo hacía la puerta e intentó saltar para poder abrirla y pedirle que volvera, quería pasar un tiempo juntos los tres.

-¡Papi!-gritó pensando que quizá así la oiría.- Mami, vamos con él.