AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Conozcamos Nuestra Historia
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Conozcamos Nuestra Historia
Título en la foto:
Amour Et Faux Semblants Amor y Falsas Apariencias
Mikelangelo & Florent ф Miércoles, 4 AM ф París
Mikelangelo & Florent ф Miércoles, 4 AM ф París
“ | Me fijé en su insistente mirada, y eso me hizo enrojecer ligeramente. No se que me había dado, pero no había dejado de hablar. |
PDV de Florent:
Acababa de recoger mis maletas en el aeropuerto cuando escuché a mi madre gritar mi nombre un poco mas lejos. Molesto, me dirigí hacia ella con paso rápido, intentando evitar el máximo de miradas posibles. No era que no la quisiese, mas bien al contrario, es solo que soy una persona extremamente tímida.
Mis amigos suelen burlarse de mi bastante por ello, la verdad. Cuando estuve cerca, me rodeó con los brazos hasta casi cortarme la respiración. Hacía mas de dos años que me había marchado a Toronto, Canadá y no la había vuelto a ver desde entonces. Cerré los ojos por un instante. La había echado demasiado de menos.
Pero no era únicamente para ver a mi familia por lo que estaba de vuelta en Francia. No, días antes cuando estaba en mi apartamento, había recibido un mensaje en el Myspace. Me propusieron venir a pasar unas audiciones en París para participar en un nuevo espectáculo musical “Mozart L’Opéra Rock”. No estaba demasiado entusiasmado al principio. Estaba mas acostumbrado a tocar en grupos de rock o hard rock. Entonces… ¿Tocar en una comedia musical? Ademas de que esta trataba de la vida de Mozart. Hubo un momento en el que incluso pensé que se trataba de una broma, pero después de informarme sobre dicho proyecto, comprendí que era una idea de Dove Attia y Albert Cohen. Vi que era una oportunidad única para mi carrera, para darme a conocer.
Iba a pasar unos días en casa de mis padres antes de instalarme en el piso de un amigo. Cuando llegué, los recuerdos me pusieron algo nostálgico. Nada había cambiado, los mismos muebles, la misma decoración pasada de moda. Subí a dejar mis cosas en la habitación, y vi que tampoco habían cambiado nada. Parecía que jamás hubiese salido de París.
Pasaron unos días, y estaba bastante nervioso por mi primera entrevista. Mi amigo se ofreció a llevarme, así que acepté. Cuando aparcó el vehículo frente al lugar, me dio una pequeña palmada en la espalda, deseándome buena suerte antes de marcharse.
Me encontraba pues, en mitad de la acera, en medio de un enorme grupo de personas que estaban allí por la misma razón que yo. Decidí ponerme a la cola, y en eso vi a un hombre ir de un lado para otro sin parar. Intentaba conversar con un grupo de personas sin mucho éxito. Entonces fue cuando se acercó a mi. Mi primera reacción fue pensar “¿Quien es este tío? ¿Y ese corte de pelo?” En efecto, el chico no tenía un look muy parisino. Sus cabellos eran mas bien rubios, desordenados, con una larga mecha en el lado derecho.
Tenía los ojos del mismo color que yo, pero algo mas oscuros y maquillados con lápiz negro. Llevaba varios colgantes en el cuello, y llamativos pañuelos atados en las muñecas. Cabía admitir que era guapo, para ser un hombre.
“Hola, soy Mikelangelo Loconte. ¿Y tu?”
Su acento era extraño, quizás italiano. Exuberante, pero su voz sonaba cálida. Me sentí algo intimidado por su confianza, y respondí titubeando sin quererlo.
“Eh… Yo… Hola, soy Florent, Florent Mothe.
-Encantado de conocerte Florent, Florent Mothe” Se burló él, tomándome la mano para estrecharla entre las suyas riendo por lo bajo, cristalínamente.
Le miré desconcertado sin realmente darme cuenta. Rió de forma mas bella, antes de decirme.
“Tu también me crees raro, ¿No es así?
-Eh… Yo… Eh… ¿Por que dices eso?”
Por supuesto que le encontraba algo raro. ¿Quien no lo habría hecho? Pero tenía miedo de que se molestase si dijese la verdad. Aun así parecía bien divertido con la situación, mas que otra cosa.
“Los de allí, me dijo señalando el pequeño grupo de personas con los que había estado intentando hablar anteriormente, he probado a hablar con ellos pero me miraron raro y me dieron la espalda.
-¿Hablas en serio?
-Sí.”
Su amplia sonrisa se mantenía dibujada en su rostro, mientras que yo en su lugar no podría haber evitado el sentirme desplazado. La personalidad del chico me hacía sentir a gusto, y no puede evitar responder a su anterior pregunta.
“Pues digamos que eres un poco diferente a los demás, pero esa no es razón para hacerte eso. ¿Eres italiano, verdad? ¿Para que papel vas a presentarte? Yo al de Salieri, pero en fin, no se demasiado sobre su historia, ni siquiera se que canción cantaré…”
Me fije en su insistente mirada, y eso me hizo enrojecer ligeramente. No se que me había dado, pero no había dejado de hablar.
Acababa de recoger mis maletas en el aeropuerto cuando escuché a mi madre gritar mi nombre un poco mas lejos. Molesto, me dirigí hacia ella con paso rápido, intentando evitar el máximo de miradas posibles. No era que no la quisiese, mas bien al contrario, es solo que soy una persona extremamente tímida.
Mis amigos suelen burlarse de mi bastante por ello, la verdad. Cuando estuve cerca, me rodeó con los brazos hasta casi cortarme la respiración. Hacía mas de dos años que me había marchado a Toronto, Canadá y no la había vuelto a ver desde entonces. Cerré los ojos por un instante. La había echado demasiado de menos.
Pero no era únicamente para ver a mi familia por lo que estaba de vuelta en Francia. No, días antes cuando estaba en mi apartamento, había recibido un mensaje en el Myspace. Me propusieron venir a pasar unas audiciones en París para participar en un nuevo espectáculo musical “Mozart L’Opéra Rock”. No estaba demasiado entusiasmado al principio. Estaba mas acostumbrado a tocar en grupos de rock o hard rock. Entonces… ¿Tocar en una comedia musical? Ademas de que esta trataba de la vida de Mozart. Hubo un momento en el que incluso pensé que se trataba de una broma, pero después de informarme sobre dicho proyecto, comprendí que era una idea de Dove Attia y Albert Cohen. Vi que era una oportunidad única para mi carrera, para darme a conocer.
Iba a pasar unos días en casa de mis padres antes de instalarme en el piso de un amigo. Cuando llegué, los recuerdos me pusieron algo nostálgico. Nada había cambiado, los mismos muebles, la misma decoración pasada de moda. Subí a dejar mis cosas en la habitación, y vi que tampoco habían cambiado nada. Parecía que jamás hubiese salido de París.
Pasaron unos días, y estaba bastante nervioso por mi primera entrevista. Mi amigo se ofreció a llevarme, así que acepté. Cuando aparcó el vehículo frente al lugar, me dio una pequeña palmada en la espalda, deseándome buena suerte antes de marcharse.
Me encontraba pues, en mitad de la acera, en medio de un enorme grupo de personas que estaban allí por la misma razón que yo. Decidí ponerme a la cola, y en eso vi a un hombre ir de un lado para otro sin parar. Intentaba conversar con un grupo de personas sin mucho éxito. Entonces fue cuando se acercó a mi. Mi primera reacción fue pensar “¿Quien es este tío? ¿Y ese corte de pelo?” En efecto, el chico no tenía un look muy parisino. Sus cabellos eran mas bien rubios, desordenados, con una larga mecha en el lado derecho.
Tenía los ojos del mismo color que yo, pero algo mas oscuros y maquillados con lápiz negro. Llevaba varios colgantes en el cuello, y llamativos pañuelos atados en las muñecas. Cabía admitir que era guapo, para ser un hombre.
“Hola, soy Mikelangelo Loconte. ¿Y tu?”
Su acento era extraño, quizás italiano. Exuberante, pero su voz sonaba cálida. Me sentí algo intimidado por su confianza, y respondí titubeando sin quererlo.
“Eh… Yo… Hola, soy Florent, Florent Mothe.
-Encantado de conocerte Florent, Florent Mothe” Se burló él, tomándome la mano para estrecharla entre las suyas riendo por lo bajo, cristalínamente.
Le miré desconcertado sin realmente darme cuenta. Rió de forma mas bella, antes de decirme.
“Tu también me crees raro, ¿No es así?
-Eh… Yo… Eh… ¿Por que dices eso?”
Por supuesto que le encontraba algo raro. ¿Quien no lo habría hecho? Pero tenía miedo de que se molestase si dijese la verdad. Aun así parecía bien divertido con la situación, mas que otra cosa.
“Los de allí, me dijo señalando el pequeño grupo de personas con los que había estado intentando hablar anteriormente, he probado a hablar con ellos pero me miraron raro y me dieron la espalda.
-¿Hablas en serio?
-Sí.”
Su amplia sonrisa se mantenía dibujada en su rostro, mientras que yo en su lugar no podría haber evitado el sentirme desplazado. La personalidad del chico me hacía sentir a gusto, y no puede evitar responder a su anterior pregunta.
“Pues digamos que eres un poco diferente a los demás, pero esa no es razón para hacerte eso. ¿Eres italiano, verdad? ¿Para que papel vas a presentarte? Yo al de Salieri, pero en fin, no se demasiado sobre su historia, ni siquiera se que canción cantaré…”
Me fije en su insistente mirada, y eso me hizo enrojecer ligeramente. No se que me había dado, pero no había dejado de hablar.
PDV de Mikelangelo:
No había conseguido retenerme, al verle hablar así y enrojecer de golpe me puse a reír. Creyendo que me burlaba de él, y era un poco el caso, reconozcamoslo, se cruzó de brazos haciendo una pequeña mueca malhumorada. Por dios, que lindo era. Fue seguramente el destino, me dije, que me hizo ser así de exitoso y toparme con un chico así de simpático y atractivo. Sus ojos color avellana se habían clavado en el suelo. Aun si salía mayoritariamente con mujeres, también salía con hombres de vez en cuando. Pero nunca había sentido tanta atracción desde la primera mirada hacia alguien. Después de calmarme le respondí.
“Sí, soy italiano, pero vivo en Bélgica desde hace unos años. Vengo para el puesto de Wolfgang Amadeus Mozart. Y por la canción, escoge una con la que te sientas a gusto, que pegue con tu voz. Creo que con esto respondí a todas tus preguntas Florent, Florent Mothe. Pero dime, yo que creía que eras alguien hiper tímido, en realidad cuando te lanzas no hay quien te pare, ¿Verdad? Haha!
-No te burles!” Replicó él, ruborizándose un poco mas."
A pesar de sus esfuerzos una sonrisa empezaba a asomar por la comisura de sus labios. Hablamos hasta que llegó nuestro turno. Me dejó pasar primero, y se fue a sentar en un lado a la espera. Subí entonces al escenario e hice lo que tenía que hacer. No pensé haber hecho algo extraordinario, pero confiaba en mi encanto y mi talento.
Cuando bajé del escenario vi a Florent bastante nervioso, y sin pensarlo, le abracé. Susurré un “mierda” antes de soltarle. Me quedé esperando fuera, pero siendo demasiado curioso, no pude evitar acercarme discretamente para poder escucharle. Las primeras notas de “Bohemian Rhapsody” en el piano sonaron, y la voz de Florent se alzó. Un pequeño escalofrío me recorrió por toda la espalda. Tenía una voz increíble el francesito. Cuando salió, tenía el rostro algo sombrío, así que le dediqué una gran sonrisa estilo Mikelangelo y le palmeé el hombro suavemente.
“¿Por que esa cara Florent? ¿No te fue bien?
-Si, bueno no, bueno no se demasiado. No parecían realmente encantados al final.
-Bromeas, ¡He escuchado toda la canción, tienes una voz magnifica!” Exclamé yo.
Suerte la mía, le vi enrojecer de nuevo. Me dije que aquel terminaría por convertirse en mi nuevo pasatiempo favorito, en fin, si volvían a verse después de aquel día, por supuesto. Me respondió con una voz timida.
“Oh… Pues… Eh… Gracias. Lastima que no seas parte del jurado…
-¡Sí, porque yo te habría escogido desde el principio!” Dije honestamente.
No había conseguido retenerme, al verle hablar así y enrojecer de golpe me puse a reír. Creyendo que me burlaba de él, y era un poco el caso, reconozcamoslo, se cruzó de brazos haciendo una pequeña mueca malhumorada. Por dios, que lindo era. Fue seguramente el destino, me dije, que me hizo ser así de exitoso y toparme con un chico así de simpático y atractivo. Sus ojos color avellana se habían clavado en el suelo. Aun si salía mayoritariamente con mujeres, también salía con hombres de vez en cuando. Pero nunca había sentido tanta atracción desde la primera mirada hacia alguien. Después de calmarme le respondí.
“Sí, soy italiano, pero vivo en Bélgica desde hace unos años. Vengo para el puesto de Wolfgang Amadeus Mozart. Y por la canción, escoge una con la que te sientas a gusto, que pegue con tu voz. Creo que con esto respondí a todas tus preguntas Florent, Florent Mothe. Pero dime, yo que creía que eras alguien hiper tímido, en realidad cuando te lanzas no hay quien te pare, ¿Verdad? Haha!
-No te burles!” Replicó él, ruborizándose un poco mas."
A pesar de sus esfuerzos una sonrisa empezaba a asomar por la comisura de sus labios. Hablamos hasta que llegó nuestro turno. Me dejó pasar primero, y se fue a sentar en un lado a la espera. Subí entonces al escenario e hice lo que tenía que hacer. No pensé haber hecho algo extraordinario, pero confiaba en mi encanto y mi talento.
Cuando bajé del escenario vi a Florent bastante nervioso, y sin pensarlo, le abracé. Susurré un “mierda” antes de soltarle. Me quedé esperando fuera, pero siendo demasiado curioso, no pude evitar acercarme discretamente para poder escucharle. Las primeras notas de “Bohemian Rhapsody” en el piano sonaron, y la voz de Florent se alzó. Un pequeño escalofrío me recorrió por toda la espalda. Tenía una voz increíble el francesito. Cuando salió, tenía el rostro algo sombrío, así que le dediqué una gran sonrisa estilo Mikelangelo y le palmeé el hombro suavemente.
“¿Por que esa cara Florent? ¿No te fue bien?
-Si, bueno no, bueno no se demasiado. No parecían realmente encantados al final.
-Bromeas, ¡He escuchado toda la canción, tienes una voz magnifica!” Exclamé yo.
Suerte la mía, le vi enrojecer de nuevo. Me dije que aquel terminaría por convertirse en mi nuevo pasatiempo favorito, en fin, si volvían a verse después de aquel día, por supuesto. Me respondió con una voz timida.
“Oh… Pues… Eh… Gracias. Lastima que no seas parte del jurado…
-¡Sí, porque yo te habría escogido desde el principio!” Dije honestamente.
PDV de Florent:
Se puso a reír con su ligera risa de niño. Miré la hora, casi las 18h. Mi amigo pasaría a recogerme a las 19h30. Miré a Mikelangelo y acto seguido a mi reloj de nuevo. No tenía nada que hacer y me sobraba tiempo, así que finalmente reuní todo mi coraje y pregunté.
“¿Tienes algo que hacer ahora? Podríamos ir a tomar algo. Si te apetece, claro.”
Bajé la mirada, pensando entonces que quizás él tuviese algo mejor que hacer.
“Ok! Duermo en el hotel durante algunos días. Mi novia se quedó en Bruselas y puedo salir cuanto quiera.
-Genial! No conozco demasiado París, pero bares no faltan.”
Efectivamente, encontramos uno a pocos pasos de allí. Dejé que Mikelangelo pasase primero y le seguí. Nos sentamos y pedimos un par de copas, empezando a charlar sobre todo y nada. Me contó un poco su vida, sus pasatiempos, su pasión por la música.
Hablamos del espectáculo, de lo genial que sería que ambos fuésemos cogidos. Hablamos también del amor. Me enseñó una foto de su novia Cynthia, con la que llevaba ya dos años y medio. Yo le hablé de Marie, el amor de mi vida al cual había seguido hasta Toronto y después de pasar con ella un par de años haber roto un par de semanas antes de mi regreso a París. El tiempo pasó tan rápido junto a él que me vi sorprendido cuando mi teléfono empezó a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta. Mi amigo había llegado y me esperaba en el coche. Insistí entonces en pagar las bebidas, pero Mikelangelo rechazó aquello categóricamente. Finalmente, pagamos a mitad. Antes de marcharme, él me pasó su numero, por si tuviésemos ocasión de vernos antes de que nos diesen los resultados del casting. Cuando nos fuimos a separar no supe si darle la mano o darle un beso.
Finalmente, fue él quien rompió el hielo abrazándome. Correspondí a aquel gesto y llegó a mi un perfume afrutado. Nos soltamos prácticamente a la vez, despidiéndonos entonces para marcharnos cada uno por nuestro lado.
Se puso a reír con su ligera risa de niño. Miré la hora, casi las 18h. Mi amigo pasaría a recogerme a las 19h30. Miré a Mikelangelo y acto seguido a mi reloj de nuevo. No tenía nada que hacer y me sobraba tiempo, así que finalmente reuní todo mi coraje y pregunté.
“¿Tienes algo que hacer ahora? Podríamos ir a tomar algo. Si te apetece, claro.”
Bajé la mirada, pensando entonces que quizás él tuviese algo mejor que hacer.
“Ok! Duermo en el hotel durante algunos días. Mi novia se quedó en Bruselas y puedo salir cuanto quiera.
-Genial! No conozco demasiado París, pero bares no faltan.”
Efectivamente, encontramos uno a pocos pasos de allí. Dejé que Mikelangelo pasase primero y le seguí. Nos sentamos y pedimos un par de copas, empezando a charlar sobre todo y nada. Me contó un poco su vida, sus pasatiempos, su pasión por la música.
Hablamos del espectáculo, de lo genial que sería que ambos fuésemos cogidos. Hablamos también del amor. Me enseñó una foto de su novia Cynthia, con la que llevaba ya dos años y medio. Yo le hablé de Marie, el amor de mi vida al cual había seguido hasta Toronto y después de pasar con ella un par de años haber roto un par de semanas antes de mi regreso a París. El tiempo pasó tan rápido junto a él que me vi sorprendido cuando mi teléfono empezó a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta. Mi amigo había llegado y me esperaba en el coche. Insistí entonces en pagar las bebidas, pero Mikelangelo rechazó aquello categóricamente. Finalmente, pagamos a mitad. Antes de marcharme, él me pasó su numero, por si tuviésemos ocasión de vernos antes de que nos diesen los resultados del casting. Cuando nos fuimos a separar no supe si darle la mano o darle un beso.
Finalmente, fue él quien rompió el hielo abrazándome. Correspondí a aquel gesto y llegó a mi un perfume afrutado. Nos soltamos prácticamente a la vez, despidiéndonos entonces para marcharnos cada uno por nuestro lado.
Última edición por Mikelangelo Van Dort el Miér Mayo 29, 2013 12:46 am, editado 1 vez
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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