Buenas Compañias [Veronique]

por **Marius De Romanus1** Jue Ago 09, 2012 1:56 pm

Andaba cansado, muy cansado toda una existencia por delante y aquella mísera época le parecía extremadamente aburrida. Cierto era que los humos habían variado en los dos ultimos años y que sin embargo nada le podía hacer al respecto, no mas que vivir la vida. Una no-vida plena llena de lujos insensatos pues para que mejor se podría aprovechar si no era en el uso y disfrute de uno mismo en la agonía de la soledad que encaprichaba a un vampiro con las ganas de muerte. Si, muerte, representada de mil y una formas posibles hasta que en una ideal paradoja resultase victorioso por encima de todos aquellos que entorpecen la vida con apesadumbradas charlas poéticas.

Marius se acercó al ventanal de su “humilde” morada, no mas extensa que varias parcelas donde en lugar de una gran finca, hubiese resultado el sustento para muchos de los campesinos de los alrededores. Pero aquellos no perdían la oportunidad que les brindaba aquel misterioso vampiro, la oportunidad de llevar dinero a los hogares al menos para que pusiesen vivir a cuerpo de rey durante dos años.

Allí esperó a su acompañante, algo aburrido de esperar acomodó dos copas de fino cristal y las dispuso en la mesa mientras vertía Chardonay en ambos.

por **Chàrlotte Marchessault** Jue Ago 09, 2012 1:59 pm

La avaricia rompía el saco y no mas por ello ella jamás llevaba saco, ni bolsa, ni nada que se preciase tan solo su presencia y las engalanadas joyas que sus amantes le proporcionaba tras una noche de lujo y placer. Su teoría era la de que ninguna mujer precisaba de llevar dinero encima, pues el encanto siempre las llevaba a encontrar a alguien adecuado en el camino, un galan dispuesto a llevarla por un módico precio… quizás, una felación, pero ella jamás se dejaba ver con gente de baja alcurnia si éstos no tenían una buena bolsa que ofrecerle a cambio de su solo estar con ellos.
Ella se dirigía tarde hacia el lugar de su encuentro. Había oido hablar de él como “el misterioso hombre pasional” tan solo un par de veces bastaban para saber que deseaba encontrarse algún día com él y… exacto, justo cuando mas lo deseaba aquel deseo se vió cumplido con una invitación a su mansión alojado a las afueras de parís, en una gran finca que circundaba a los alrededores de lo que ella conocía como ~~hogar~~ el lugar de siempre.

Tres toques a la puerta fueron suficientes para llamar la atención del guarda, que abrió la puerta ante la mirada sugestiva y casi de miedo de la muchacha que por siempre se había mostrado fuerte, (salvo en los momentos que no lograba controlar la situación).

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