Atardecer en el lago [Libre]

por **Vincenzo Danislăv** Jue Ago 09, 2012 2:42 pm

Tenía tiempo de sobra, había encargado a los mejores talladores de madera algunos retoques para mi barco, habrían de tardar algun tiempo, no corría prisa pero decidí pasar una tarde en algun lugar, al fresco, antes de que cayese la noche.

La luz del mediodia aun asomaba por todos los resquicios del lugar, apenas rozando las hojas de los árboles. Tomé una manzana entre mis manos y me senté en la hierba, apoyado sobre una de mis rodillas corté la piel de la manzana como mejor sabía, con mi navaja suiza.
Mientras tomaba uno de los pedazos entre mis labios, cogí con la otra mano una piedra de mi alrededor y la lancé al agua, el dia estaba aburrido pero al menos mi esperanza quedaba en que en algún momento todo girase 180º.
Mientras tanto, mi mente se aburría recordando viajes, y encuentros diversos por otros lugares del mundo.

por **Eva** Vie Ago 17, 2012 7:43 pm

La brisa que comenzaba a levantarse desde las márgenes del lago agitaban mis cabellos y una melancolía se anidaba como ave en el centro de mi pecho me oprimía el alma. Lleve mis manos al corazón y mi vista se perdió en el espejo de agua en donde el sol moría tristemente. Aquella tarde cuando de costumbre salí a caminar, mis pasos se dirigieron a la orilla de ese lago. ¿Cuánto tiempo
llevaba ya en Paris? Dos, tres meses? No, muchos mas, pero aun no conocía lo suficiente de ese lugar que había abierto sus brazos para cobijarme al huir de mi tierra natal.

El susurro nostálgico del viento entre el follaje, me transportó a otros arboles tan añosos como estos que custodiaban una lapida de mármol blanco en la cual estaba escrito su nombre… ese que alguna vez había amado. El dolor y la angustia desbordo su barrera y mis mejillas se bañaron como cada tarde al recodar el amor perdido. En ese momento el reflejo sereno del sol de la tarde en el espejo cobrizo del lago comenzaba a mostrar sus primeros tintes de sangre me tenían absorta. Un proyectil, una piedra o tal vez un guijarro impactaron en la superficie del agua y como un espectro que se disipa mis elucubraciones se desvanecieron como el humo del cigarro que tantas veces él había disfrutado.
Una furia se apoderó de mis ser, ¿quien osaba sepárame de mis recuerdos?, deseaba encontrar al responsable y hacerle pagar su audacia. Lo observe en la distancia, era un hombre joven, de facciones sensuales, sentado tranquilamente en la hierba suave y tierna, saboreando indolente una manzana roja como la sangre.

Camine decidida a decirle cuatro verdades, pero… un calor fue subiendo desde mi pecho a mis mejillas ¿Quién era yo para reprochar nada? Arregle nerviosa mi falda y me dispuse a volver por mi camino, un suspiro se escapo de mis labios y comencé nuevamente mi marcha.

por **Vincenzo Danislăv** Jue Sep 06, 2012 6:48 am

- ¿Ibas a decirme algo?
Dijo el brujo de forma descarada, sin nisiquiera dirigir la mirada hacia ella. Se puso de pié y caminó despreocupadamente hacia la muchacha.
- Ví que te acercabas a mí, y quiero saber el motivo, mujer.

Mordió de nuevo la manzana, era aquella comida que el día más requería debido a su propia costumbre, además de fortalecer su dentadura como bien le habían enseñado de niño. No como los otros marineros que con los dientes roidos por el alcohol y la comida llena de moscas consumían hasta ennegrecer.

- Ah no, usted no me va a dejar con la duda. ¿Acaso le debo dinero?

Se quedó pensativo, por mucho que gastase debido a sus viajes él siempre tenía dinero de sobra así que eso no podía ser.

- Nn...no me digas que te dejé embarazada...!!

Dijo teatralmente mientras esperaba alguna reacción de la mujer.
El aire libertino del muchacho le hacía reirse de las situaciones más insostenibles de todas.
El jóven enperó con manzana en mano y rostro plenamente sumido en la tranquilidad a que aquella mujer se presentase. Bien tenía la lengua afilada pero eso no le impedía ser un caballero como bien le enseñaron a ser.

por **Eva** Sáb Sep 08, 2012 11:53 pm

Maryeva se alejaba sumida en su tristeza, cuando a sus oídos llegaron las palabras impertinentes de aquel - … como decirle… mequetrefe – pensó enfurecida - como se atrevía a decirle semejantes cosas!!!!, que tipo de mujer pensaba que era ella? O acaso no estaba lo suficiente bien vestida para darse cuenta que no era una cortesana, ni una pobre chica ni mucho menos una mujerzuela?- Tuvo que contenerse para no transformarse en ese lugar en una pantera y caerle encima, dejando solo alguna hilacha del pobre hombrecito.
Con los ojos encendidos como llamas, se acercó al individuo y conteniendo su temperamento le contesto. – Disculpe pero, creo que no nos conocemos, como para que usted insinúe que puedo estar esperando un… un… suyo!!! Y si no estoy mal informada este no es el coto de caza de nadie en especial o acaso es del su señoría? y ya que usted no se presenta, lo haré yo, soy Maryeva Aude y por mi se puede ir al mismísimo corno o a subirse a la punta del mástil mayor. – luego de haber espetado todo lo que tenia adentro y de largar el aire que le quedaba en los pulmones un intenso suspiro de frustración, se quedó mirando al joven quien la observaba divertido. Una risa se le anidó en el centro del pecho, ya que toda la tristeza y la amargura se habían ido cuando se enojó con semejante comentario - de verdad debería darle las gracias por ello - pensó - Sus ojos se posaron en los grises de aquel hombre y sin poderse contener mas esbozó una sonrisa.

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