Pasteles... Pasteles... Deseo Pasteles [Libre]

por **Katiuska Roslyakova** Mar Ago 14, 2012 8:41 pm

Dulces ojos que veían aquellos pasteles. Aun Katiuska no sabía por qué rayos había dejado salir a plena luz de día a la pequeña Milenka… pero ver su rostro con aquella expresión de inocencia, escuchar su risilla divertida era simplemente gratificante. Era complicado entender el estado en que en ese momento se encontraba Katiuska; era una joven con tres personalidades, una de ellas era la que se conocía como “La niña” una personalidad creada a base de su hermana difunta, era la misma persona, si alguien que la hubiera conocido la hubiera conocido, dirían lo mismo, pero la única que tenia recuerdo de ello era Katiuska, una de las tres personalidades que era conocida como “La leal” cada una tenía una personalidad diferente, nunca sabias con cual estabas tratando hasta que abría la boca.

Milenka era una de las más frágiles, las otras dos ya estaban acostumbradas a salir y entrar del cuerpo, pero ella aun no captaba lo que realmente era y podría ser un punto débil… si se enteraba que era una niña en el cuerpo de una mujer… o peor si se fijaba en su reflejo… quedaría en un estado de shock casi difícil de sacar. Ya había pasado por eso, gran escándalo había formado, por eso las otras dos personalidades eran muy reservadas y cuidadosas de donde dejarla salir.

-Ahh… se ven ricos…- susurro con dulzura en sus ojos mientras ponía su rostro en el cristal de aquella pastelería… reviso uno de sus bolsillos. No había nada, se apresuro a revisar el otro. Apenas tres francos. ¿Con eso alcanzaría para comprar un rico pastel? -hoooohh…. No tengo dinero…- gimoteo contando las pocas monedas que tenía en sus delicadas manos. Chaqueo la lengua mirando hacia los lados. Cerca vendían panes a un precio accesible, pero ella no quería pan, ella deseaba pasteles… ricos pasteles.

Se había perdido en su mente en donde había muchos pasteles que flotaban... ¡que frustrante le era tratar de sujetar uno y que se desaparecieran al instante!. El sonido de su estomago la saco de aquel trance, se dio cuenta que había babeado un poco, con la manga de su camisa se limpio para luego mirar hacia los lados… ¿y si robaba?... su corazón salto asustado… eso le era imposible, ella era una niña tan inocente… pero tenía hambre… robarle a un ricachón no era mala idea, solamente por esta vez, pensó mientras guardaba sus francos en el bolsillo y comenzaba a caminar entre la multitud para buscar alguna persona descuidada y así obtener sus ricos pasteles.

por **Lanore Valmont** Dom Ago 26, 2012 4:04 pm

Caminaba tranquilamente por los cafés parisinos aunque de vez en cuando no podía evitar resoplar o suspirar con exasperación, su madre le había prometido acompañarla ese día y al final de cuentas se había desaparecido y dejadola sola en el centro de Paris, algo que no le hubiera molestado si fuera otra ocasión, momento, situación y demás factores pero no ese día en el cual no tenía nada mejor que hacer ni nadie con quien verse lo que nuevamente la hacía resoplar mientras caminaba intentando ocultar su mal humor con una leve sonrisa y un saludo cortes a las personas que pasaban saludándola para luego ponerse a cuchichear que hacía una joven de 16 años de clase alta caminando sola por las calles, lo cual era lo que realmente la estaba fastidiando. ¿Es que no podían solo meterse en sus asuntos y dejarla a ella en paz? No, no podían pero bueno ella lo entendía era mal visto estar en esa situación y a ella misma le desagradaba andar sola por las calles en especial por el hecho de que cuando salió de casa no salio sola, como había terminado en ese momento.

"Como es que termine en esta situación... Ah si, le dije a mi madre que fuéramos a un café hace mucho que no los frecuentábamos... Y que respondió ella "Si claro hija vamos" y así es que termine alistándome con un lindo vestido sumamente ajustado en la cintura por el corsé y una falda pomposa que pesa un poco, menos mal los zapatos no me están matando y tengo adornos exagerados en el cabello por que realmente estaría molesta" pensó desviándose del tema lo que la hizo tener que mover la cabeza a ambos lados rápidamente para volver a sus pensamientos y dejar de desviarse "Me estoy desviando y el punto es... No se por que me dice que si esta bien que salgamos si al final de cuenta a medio camino se toparía con alguien de interés para ella y me abandonaría cerca de los cafés para irse con esa persona "Hija es que el señor me necesita por que no sigues tu al café y te tomas algo, para que no te hayas arreglado por nada" Dios mio si hubiera sabido que me haría esto ni salgo de la casa... Y lo peor estoy tan molesta que nombro a Dios... creo que ya realmente esto mal..." siguió divagando entre muchas cosas y desviándose varias veces del tema mientras seguía caminado distraídamente por las concurridas calles.

FdR: Espero que no te moleste que fuera yo quien respondió tu tema ^^

por **Katiuska Roslyakova** Jue Sep 13, 2012 11:02 pm

Había encontrado una jovencita que parecía algo extraña entre las personas, bueno no importaba… lo que ella deseaba era pasteles y eso era lo que obtendría el día de hoy, frunció levemente el ceño para luego caminar lentamente hasta llegar a estar cerca de ella, las personas le veía de reojo pero ninguna parecía estar verdaderamente interesada en lo que estaba haciendo, que suerte para ella… tuvo que hacer una leve maniobra cuando la chica distraídamente llego a voltear hacia los lados. Parecía un gato buscando un poco de comida, pero para ello debía robársela de un plato…-Huy… no se queda quieta- susurro haciendo un leve puchero mientras la seguía desde cerca.

Milenka se quedo mirando a la chica que parecía totalmente distraída una sonrisa se aproximo a sus labios, esa jovencita estaba tan perdida en su mundo que no percibiría cuando la mano inocente de Milenka entrara a su cartera… y así fue, prácticamente Milenka se convirtió en un fantasma, sujetando la linda cartera de la chica y retirándose apresuradamente hacia uno de los cafés en donde había visto aquellos deliciosos pasteles.

-Pasteles… pasteles- comenzó a susurrar con supremo entusiasmos mientras mantenía el monedero en sus manos, apretándolo de tal forma que nadie más se lo pudiera agarrar, se quedo en la entrada esperando que unos dos hombres salieran de la tienda, como buena niña bajo la mirada haciendo una reverencia para luego dar un salto en la cafetería y pedirle a la encargada dos rebanadas del pastel de chocolate que tanto le estaba tentando, la mujer le sonrió dulcemente invitándola a sentar. Sus vestimentas no eran la mejores, apenas un vestido sencillo cubría su cuerpo, su cabello estaba suelto, pero su rostro no se veía mugriento aunque si se notaba de que estatus era… -Aquí esta- alegremente saco el dinero del monedero robado para pagar los pasteles que ahora la chica le ponía en la mesa que estaba cerca de una ventana. Milenka se sentó tan alegre que casi llora de la felicidad al poder ver los pasteles a un mordisco de ser probados

por **Lanore Valmont** Lun Sep 24, 2012 6:50 pm

La joven seguía caminando tranquilamente por el lugar algo distraída molesta he incomoda por algunas mirada, realmente en ese momento hubiera preferido vestirse cuan pordiosera y no se vista que usar un refinado vestido y llamar la atención de los demás pero no tenía nada que hacer con eso mas que seguir caminando al lugar al que se dirigía procurando verse tan fina y refinada como era mientras caminaba, como si fuera a ver a una persona importante o algo así cuando en realidad solo iba a comer sola algo poco agradable para ella pues nunca le había gustado eso, la hacía sentir incomoda mas no le quedaba de otra en ese momento.

Realmente estaba tan distraída que no notó la presencia de la ladrona bueno si lo hizo mas no el hecho de que le estaba sacando la cartera si no hasta un par de minutos después ya que dado sus poderes de bruja noto que algo le faltaba lo que le hizo fruncir el ceño mientras se detenía a buscar que era lo que le faltaba en su bolso siendo su preciada cartera la cual tenía una especie de llavero en forma de muñequita de trapo la cual contenía un alma errante la cual posiblemente intentaría escapar de su control antes de tiempo por lo que resoplo levemente mientras cerraba los ojos "Angelique no creas que esto te ayudara aun tienes una deuda con mi madre y no te puedo liberar" pensó mientras empezaba a caminar levemente como buscando algo, una presencia, tal vez la del objeto perdido que debía recuperar sin embargo no la encontró de momento, tal vez ya estaba algo lejos de ella por lo que finalmente optó por lanzar un hechizo de rastreo el cual de inmediato resulto.

- Ahí esta - murmuro mientras emprendía la marcha nuevamente llegando a un café donde la presencia del espíritu se hizo mas fuerte por lo que el hechizo anteriormente lanzado ya sobraba sin embargo sabía que seguiría presente hasta que el monedero estuviera en sus manos con lo que entró al café buscando con la vista a la ladrona la cual estaba cerca de una ventana lo que la hizo sonreír levemente mientras se acercaba a ella con paso lento y decidido - Bonjour, mon petite voleuse - tomo asiento frente a ella en su mesa mientras sonreía levemente, esperando alguna respuesta de ella o que le devolviera su monedero y con este esa alma atrapada que ella podía manipular aun así volvió a tomar la palabra - Sabes si querías dinero para comprarte algo de comer solo bastaba pedirlo amablemente y yo te invitaba, con tal de comer sola - dijo finalmente esperando que la mesera volviera a tomar su pedido y la joven le devolviera lo que era suyo.

por **Katiuska Roslyakova** Dom Oct 14, 2012 12:32 am

Que mala suerte tenia, la joven dueña del monedero había llegado y se había sentado en su mesa, no pudo evitar sentirse apenada, odiaba robar, su hermana Katiuska estaría muy enojada con ella si la viera en esos andares, bajo la mirada dejando el monedero en la mesa para arrastradrlo hasta donde estaba la chica, su mirada no la veía, sus cabellos cubrían la totalidad de su rostro

-Lo siento- se escucho levemente mientras ponía sus manos en cada una de sus piernas-es que a una persona como yo que no tiene familia le quedan muy pocas opciones- dijo con un tono suave y sumiso. En el timbre de voz se escuchaba la inocencia de una pequeña niña atrapada en aquel rostro joven y hermoso de la dama… apenas las personas podían entenderlo, muchos llegaban a la conclusión correcta… estaba loca…

Era una palabra fea, siempre era una palabra fea pero, era la única que tal vez, era la que decía la verdad. Pronto Milenka se dio cuenta que la podrían llevar a la cárcel o ante alguna autoridad, levanto rápidamente el rostro asustada –me llevara a algún lugar malo?- pregunto llevando una de sus manos a su boca para morder levemente las uñas –yo no quería… se lo juro… pero debería tener más cuidado Madame- dijo suave. Volvió a bajar la mirada notando que la había mantenido mucho. Miro el pastel con pesar y casi gimoteando lo alejo de ella –puede devolverlo si desea-

por **Lanore Valmont** Lun Nov 05, 2012 5:33 pm

Al parecer no falto decir muchas cosas para que la joven mayor que ella le devolviera su monedero el cual ella tomo asegurándose de tener todo en orden principalmente el llavero con el alma contenida lo cual parecía estar perfecto por lo que sonrió levemente mientras lo guardaba en su bolso pues mas tarde tendría que dárselo a su madre para no ser regañada por haber paseado con él o bueno con ella sin su permiso.

Aun la mesera no llegaba a su lado cuando escucho una voz que realmente desentonaba un poco con la apariencia de la chica que la portaba, no es que fuera una voz extraña o algo así solo que tenía un tinte muy particular, el tinte de una niña pequeña he inocente una niña incluso menor que ella misma lo que la hizo enarcar una ceja sin comprender muy bien lo que pasaba pues no era algo realmente común aun así dado todo lo que había visto en ese tiempo no la asusto solo la sorprendió tanto que no respondió nada a sus palabras y solo la evaluó levemente sintiéndose algo identificada con ella a decir verdad después de todo la joven bruja aun era chica y algo inocente por su corta edad de 16 años.

Sonrió dulcemente ante sus palabras como lo hacía cuando miraba a un niño menor que ella antes de responder a sus dudas, sin embargo antes de poder hacerlo escucho como la joven seguía hablando y escusandose - Mademoiselle, aun no me caso para ser llamada Madame - fue lo primero que menciono pues ella era menor que la joven con la que hablaba para ser llamada como si fuera mayor y estuviera casada - Y no te preocupes no te llevare ante las autoridades después de todo ya devolviste lo hurtado o ¿no? - sonrió antes de ver como por fin llegaba ante ella la mesera - Me puede traer una torta de chocolate con fresas y un té de frutas - menciono antes de volver a ver nuevamente a la joven que la acompañaba ignorando sus palabras de que si quería lo devolviera - ¿Té de que vas a querer o prefieres un zumo o café? - pregunto antes de acotar - Pide pronto tu bebida a la señorita - para luego regresarle en pastel a la joven esperando que pidiera su bebida pronto.

por **Katiuska Roslyakova** Dom Nov 25, 2012 1:08 pm

Debía recordar a cada instante en donde estaba, parecía que algo buscaba quitarle el cuerpo, sentía una leve vibración en su cuerpo, miraba sus manos y las veía extrañas y adultas, aquello le aterro, se quedo mirando por unos momentos sus manos, examinándolas lentamente, ¿Cómo no se había dado cuenta antes? En el rostro de su compañera también se veía una extraña reacción, aquello comenzaba a cohibirla cada vez más, no entendía porque se sentía de alguna forma desencajada en el universo y el espacio. Su rostro bajo sonrojada al notar aquello, le daba vergüenza, pero a la vez eso ayudaba a que se distrajera de lo que antes comenzaba a aterrarle. La joven al frente de ella le ayudaba a distraer su mente que poco a poco buscaba encontrar una salida a todo aquello, pero simplemente no la encontraba.

-¿En serio?- pregunto aun sin poder creerlo, sus ojos brillaron y aquellas mejillas rojas se volvieron más rosadas y simplemente hermosas, su rostro era sereno, sin preocupaciones solamente demostraba una alegría y simplicidad que muy pocos adultos podrían expresar fácilmente –oh… ¿en serio?- se sentía como en navidad, encontrando muchas sorpresas que para ella simplemente eran el mejor regalo que alguien podría darle. –oh bueno, me gustaría u-n Zumo de naranja – dijo verdaderamente apenada mientras miraba alrededor como si no creyera aun lo que estaba sucediendo –en realidad me darás ese pastel?- le pregunto. Sus ojos parecían que estaban a punto de sacar algunas lágrimas pero Milenka se esforzó por no llorar, antes solamente suspiro dejando salir toda una presión.

-Gracias! Eres muy buena!- dijo mientras sonriera amablemente –Mi nombre es Milenka- explico mientras inclinaba un poco su cabeza –Vengo de Rusia y estoy en busca de mi hermana mayor, nos separaron hace poco y aun no la he podido encontrar- explico con un semblante algo entristecido pero que luego cambio cuando la joven camarera trajo todo lo que habían pedido y se lo puso al frente de ella. Milenka miro sin saber exactamente qué hacer, tenía hasta miedo de simplemente ensuciar los cubiertos o de que la vieran mal -…- miro el pastel para luego mirar a la joven –lo siento… ¿en serio?- volvió a preguntar como por quinta vez sin saber si realmente eso no era una mala broma

por **Lanore Valmont** Jue Dic 13, 2012 6:52 pm

Realmente su acompañante era algo inusual para ser mayor que ella actuaba como si fuera una niña y eso realmente era algo que la intrigaba mucho, lo cual hacía aun más interesante estar en su compañía que la que pesaba que podría significar cuando se sentó con ella para que le devolviera lo que le había robado - Si, es en serio. No te llevare ante las autoridades - respondió tranquilamente repitiendo sus anteriores palabras pues la joven estaba algo incrédula lo cual era algo normal, no todas las personas eran tan confiadas y algo bondadosas como ella era la mayoría del tiempo.

Asintió cuando nuevamente le dijo un “en serio” solo que esta vez era por la bebida que le había solicitado que pidiera la cual pidió de inmediato por lo que la mesera pudo ir por el pedido mientras ellas se quedaban ahí donde estaban esperando que el pedido llegara pronto y poder degustar los deliciosos pasteles que en ese lugar vendían - Sip, en serio te lo daré. Para mí no es nada pagar un pastel más o un pastel menos, y como antes mencione no me gusta comer sola - respondió con simpleza encogiéndose de hombros para resaltar aun más que no era nada importante ese asunto para ella, después de todo era una chica de clase alta que podía gastar un poco de su capital en uno y otro gustillo por ahí.

- No hay de que - sonrió antes de escuchar su presentación - Milenka, que interesante nombre, me gusta - menciono con una nueva sonrisa antes de hacer una leve reverencia desde su posición y lugar - Yo soy Lanore, mucho gusto - dijo acompañando la reverencia pues esta la hizo para presentarse como era debido - Rusia, he oído algunas cosas de ese país, me gustaría conocerlo algún día... Y lamento lo de tu hermana aunque supongo que ella ha de estar bien y estará también buscándote a ti - expreso con un dejo de compasión en su voz por la tristeza de la joven al estar separada de su hermana aun cuando ella no sabía que era eso de tener hermanos pues nunca había tenido ninguno.

La mesera nuevamente regreso dejándoles lo que pidieron al frente de ellas por lo que Lanny tomo uno de los cubierto y partió un bocado de su pastel el cual llevo a la boca para poder degustarlo mientras miraba la incomodidad de su acompañante que finalmente nuevamente pregunto si era en serio lo que la hizo pensar decir “No, no es en serio solo es una broma y ahora te llevare a las autoridades por ladrona” más sin embargo no era algo que fuera a salir de sus labios pues hacer algo así como broma no era más que una grosería y una crueldad, y ella no era así, jamás en la vida podría hacerle algo así a otra persona, pues al final y al cabo ella era una niña buena y de eso no había duda por lo que solo termino de comer el bocado que tenía en la boca antes de responder a la pregunta de la joven - Ya mencione que no me gusta comer sola y sería una crueldad decirte que si te regalaba el postre para luego no hacerlo y yo no soy así, no podría jugar con una persona de tal forma - respondió finalmente con una leve sonrisa y omitiendo la parte de que si seguían ahí también se debía a que su actitud y forma de ser la intrigaba.

- No quisiera ser mal educada pero ¿Qué edad tienes? - pregunto con aparente inocencia pues eso realmente le estaba intrigando por su comportamiento tan inocente que en cierto punto daba la impresión de ser algo infantil, para luego darle un sorbo a su bebida.

por **Katiuska Roslyakova** Jue Ene 10, 2013 2:50 pm

A la joven debería estar pareciéndole una persona extraña la persona que tenia al frente de ella. Se mostraba más que alegre y a gusto de que hubiera podido encontrar a alguien que le regalara algo que aunque para la chica de clase alta fuera algo simple, para Milenka era algo que muy pocas veces en la vida de podría disfrutar y para hacerlo debía trabajar mucho o tal vez robar como lo había tratado de hacer, pero debía admitir que no había funcionado muy bien.

Sus labios estaban disfrutando del delicioso pastel que al fin había podido tener después de tantas complicaciones, todo había salido bien después de todo, debía estar feliz por eso. Su cabeza se ladeo un poco, ya estaba claro en su mente que no buscaría alguna autoridad para llevarla a los calabozos… ¡como odiaba aquellos lugares! De solo pensarlo le entraba un miedo a su cuerpo. –Tengo diez años- respondió con tranquilidad mientras disfrutaba otra cucharada de su pastel.

No comprendía muy bien porque la pregunta, en realidad para ella, su cuerpo lo sentía como una pequeña de aquella edad, tal vez porque su conciencia obviaba los pechos y las caderas ya desarrolladas y solamente se concentraba en mantener a Milenka lejos de algún malestar si en algún momento llegara a saber la verdad de todo lo que en su interior sucedía.

-Gracias por el pastel, es mas delicioso de lo que imagine- comento con una sonrisa en sus labios. -tenía tiempo que no disfrutaba de algo así- confeso mientras comía felizmente otra cucharada de aquel pastel que ahora le parecía realizado por ángeles por su deliciosa textura y sabor.

por **Lanore Valmont** Mar Feb 05, 2013 12:29 pm

Al escuchar la respuesta de la joven por un segundo casi se atraganta pero supo disimular muy bien su sorpresa - Creo que tome muy deprisa que se me fue por el mal camino - mintió algo que no acostumbraba a hacer por lo que tal vez la chica lo notaría o tal vez no dado que estaba tosiendo para aclararse la garganta. Después de un par de minutos pudo recuperarse más le seguía molestando la garganta algo que ignoro mientras se llevaba una cucharada de su postre esperando que eso la ayudara con su molestia mientras pensaba en la situación de la muchacha la cual a su parecer definitivamente estaba loca, tenía algún trastorno que la hacía creer y actuar como una niña lo cual más que asustarla la intrigaba sobremanera por lo que después volvió a preguntar - Y ¿no eres muy chica para andar sola en las calles? ¿Dónde está tu encargado? - pregunto haciendo la última pregunta sumamente neutral pues no podía decir sus padres pues no sabía si los tenía, hermanos pues aplicaba lo mismo y doctores o enfermeros pues tampoco porque no sabía si ella sabía que estaba loca o no aunque probablemente no la mayoría de los locos no sabían que lo estaban ni siquiera cuando estaban encerrados o eso fue lo que una vez le dijeron.

Le sonrió a la joven cuando nuevamente le agradeció por el pastel - De nada, esta es una buena pastelería, tienes unos de los pasteles más ricos de Paris, aunque hay otras más ricas - dijo con una leve sonrisa mientras degustaba su pastel y estudiaba un poco a la chica delante de ella, realmente le parecía interesante y hasta cierto punto fascinante, por más que era de una clase social inferior a la de ella, aunque probablemente esa era una de las razones por la que la viera fascinante.

por **Katiuska Roslyakova** Sáb Mar 09, 2013 2:25 pm

Ella simplemente ladeo su rostro, parpadeando un par de veces sin entender mucho la sorpresa de la muchacha, pues parecía un poco sorprendida, pero luego comenzó poco a poco a recuperarse, lo que hizo que Milenka sonriera ampliamente. Era una niña, en sus ojos se podía ver aquella inocencia que los pequeños trasmitían, tal vez era una enfermedad esquizofrénica crónica, tan fuerte que debía enfrentarse a vivir con él para siempre. La pregunta la hizo dudar por unos segundos, bajo la mirada ordenando sus pensamientos para luego mirarla y sonreírle -¿Encargado?- susurro. Ella sabía lo que era, una persona que cuidaba de ti, pero ella no tenía a nadie, su familia no estaba allí, ellos eran originarios de Rusia y en parís no tenían a nadie conocido. Negó rápidamente, luego miro su postre e introdujo algunas cucharadas desesperadas a su boca, pues ya comenzaba a irse la sensación de la anterior y no deseaba que el sabor dulce se perdiera. Trago y tomo un sorbo de su bebida para poder contestar la respuesta –Nadie cuida de mi, vivo en refugios, los gitanos me ayudan mucho; aunque dicen que son malas personas. La iglesia también me acoge en algunos momentos – explico de forma tan tranquila que daba escalofríos estar escuchando eso de una mujer de rostro maduro –Aunque una vez quisieron llevarme a un lugar extraño en donde todos gritaban y estaban falta de varios tornillos-

No le gustaba recordar ese lugar, aunque en realidad apenas podía percibir algunos recuerdos nítidos de ese lugar, casi siempre se la pasaba dormida, luego había despertado en otro lugar distinto, por el olor del aire se dio cuenta que había sido liberada, no había sido mucho tiempo: según ella. Que había estado encarcelada. Pero la verdad era que había pasado, casi un año metida en un manicomio, pero muy pocas veces Milenka aparecía para hablar o saludar, pues era una de las más débiles y podría salir gravemente afectada de todo eso. Prefería estar hablando de pasteles que de aquel lugar feo y húmedo, recordaba un poco su habitación, cuatro paredes oscurecida por el tiempo, una cama que rechinaba y una puerta metálica que pocas veces veía abierta.

-Tú tienes padres, ¿cierto?- pregunto sonriente –bueno yo también tengo, pero creo que están muertos- susurro con cierto pesar, mientras volvía a comer su pastel. Era triste pensar en su condición, pero era mejor que estuviera en ese estado, que en uno más histérico, que, en cualquier momento podría salir, si por alguna razón se da cuenta que su mundo o era el más real y prácticamente ella había sido fruto del cerebro de una persona que buscaba escapar de una realidad, que a muchos no les gustaba.

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