Reina Dariel

por **Dariel** Miér Ago 22, 2012 10:12 am

DATOS BÁSICOS

Nombre: Dariel
Años: 6 milenios aproximados. Aspecto de estar en la treintena.
Especie: Vampiro
Clase social: Clase social alta.
Orientación Sexual: Bisexual.
Lugar de origen: Mesopotamia-Actuales tierras de Oriente Medio.
Habilidades y Poderes:
-Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.
- Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.
-Telepatía: Habilidad para comunicarse mentalmente con otros, rompiendo las barreras de la distancia. Leer las mentes de los demas.
-Control mental: Poder para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona.
-Ilusión: Capacidad para alterar la relativamente la realidad por medio de alguna ilusión, algo no real para confundir a las personas.

DATOS DESCRIPTIVOS

Dariel:

Descripción Psicológica:
"..Soy directa. Es simple y cierto.
Quienes me conocen saben que no tendré problema alguno en decir lo que pienso, sin embargo los últimos milenios me han hecho aprender que es mejor que cuide de mi lengua. Sobretodo porque con el silencio obtengo mas cosas de las esperadas. Y es que mis años, mi porte y mi seguridad suele asustar e imponer a los demás, sin que sea algo premeditado.
Es el peso de seis milenios tras mi espalda, lo que de un modo u otro se refleja en mi mirada a veces cansada.
Soy temperamental, e incluso "salvaje" cuando se meten directamente conmigo, con los míos, o con lo que este llevando entre manos, pues no tengo piedad con aquellos que siquiera osan pensar en la traición.
La valentía y el honor, son importantes para mi. Pero la sensatez, la lógica y una mente fría, son cualidades y factores que adoro. Quizás por ese motivo se me considera calculadora y estratega.
Pero todo esto es solo para quienes no poseen mi confianza ni mi lealtad.
Ya que aquellos que si la tienen, solo obtienen de mí mi proteccion, mi cariño, e incluso mi “teatralidad” pues adoro bromear, y girar las tornas para salirme con la mía.
Siempre decian que era demasiado “traviesa” o “infantil” o demasiado curiosa, pero eso se ha ido apagando poco a poco. Aunque lo que no puedo negar es que adoro el saber, el poder conocer, el poder obtener información. Me siento como una niña pequeña demasiado divertida ante un mundo que no para de evolucionar.
Soy afortunada por poder ser una fiel testigo de la evolución de los tiempos y por el saber que ahora poseo, sabiendo que es aun ínfimo al lado de lo que estoy por conocer. Y es que a pesar de mis años, y de las cosas que he visto y hecho, sigo divirtiéndome y conservando aquella pequeña parte de la joven humana que desapareció hace tantos milenios.
Aunque no me malinterpretes, se perfectamente lo que soy, se que mis actos me convierten en algo mucho peor que un monstruo aunque no me arrepienta absolutamente de nada, pero aun asi puedo entender a los mortales, y ponerme "ligeramente" en sus pellejos, y es que si, aun puedo sentir algo. Esa es una pequeña parte de mí que no deseo matar. –aun-

BIOGRAFÍA

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"...Empezar mi historia es…Complicado…
Sobre todo porque son muchos años, fueron muchos sucesos y la verdad es que odio anclarme en el pasado, es el presente lo que me importa, pues el futuro se que esta ahí esperándome ya que el tiempo me pertenece y la muerte es mi amiga y confidente…Sin embargo todo pasado debe ser valorado, pues muchas de las respuestas del futuro residen en el.

Nací bajo el seno de una madre cariñosa, sin padre, sin hermanos, sin mas familia con la que vivir. Y me críe en una de las diversas tribus nómadas que se hallaban en la región de Mesopotamia.
Nuestro pueblo era pequeño, pero nos manteníamos unidos ya que éramos pocos quienes vivíamos allí, y dependíamos los unos de los otros. Por lo que nos cuidábamos como si fuésemos una familia…
Bueno, debería decir que “se cuidaban como si fuesen una familia”
Pues lo cierto es que desde que mi madre muriese de forma prematura a mis siete años –y sin tener la protección de nadie- que me vi señalada, atacada, acosada, y acusada de ser extraña debido a mis rasgos en particular, a mis ojos claros a mis cabellos del color del trigo. Pues lo cierto es que no me parecía a nadie de los que convivían conmigo, cuyas pieles y ojos eran del color de la arena o la tierra profunda, mientras que yo no solo era mas pálida de lo normal, sino que mi ojos, grandes y claros parecían destacar aun mas entre las miradas curiosas.
Por lo que ser “distinta” hizo que me mantuviera sola y un tanto apartada del resto. Ya que incluso temían que yo pudiese portar conmigo la mala suerte, o la compañía de los malos espíritus.
Así que desde muy joven me enfrente a todos con tal de mantener distancias y algo similar al respeto mediante el miedo. Ya que aprendí que si me temían, me dejarían en paz y no atentarían contra mi persona. Así que mas que “limpiar” mi nombre o mi imagen, lo ensucie un poco mas, contando incluso historias para provocar mas apatía y distanciamiento con los míos.

Mi pueblo se dedicaba a la agricultura casi totalmente, por lo que desde muy joven aprendí labores diversas, tanto tareas de la tierra, como manuales en cuanto a la creación de artesanía, orfebrería y herramientas diversas, tanto de madera como de arcilla.
Nuestro asentamiento comenzó a crecer con modestia, y la llegada de otros nómadas hizo que nuestro pueblo se expandiera y que buscara nuevos horizontes al conocerse lo que empezaba a ser el “comercio”.
Sin embargo, toda la paz y la prosperidad que vivimos en un primer momento, comenzó a convertirse en un recuerdo de un pasado feliz. Pues un buen día nos invadieron. Ellos traían armas, traían bestias que montaban, y eran fuertes, estaban entrenados y jerarquizados. Mientras que nosotros ni siquiera disponíamos de armas suficientes para hacerles frente. Por lo que nuestro pueblo cayó con extrema rapidez, viéndonos saqueados y arrebatados de nuestra tierra sin poder hacer nada por impedirlo…

Lo cierto es que en un primer momento pensé en luchar, y no me habría importado morir allí si mi sacrificio servia de algo…
Pero mi opinión cambio mas que fugazmente, pues en cuando los invasores se acercaron, los dedos acusadores de mi gente me señalaron a mi, como portadora de la mala fortuna, como si hubiese sido obra mía que ellos llegaran. Quizás con la absurda ilusion de que si me capturaban a mí a ellos los dejarían en paz.

...Que ingenuos.

Así que en cuando avanzaron con seguridad hacia nosotros, supe que no me habría importado que se hubiesen muerto todos, ni tampoco me habría importado que mi pueblo desapareciera por completo…Ellos me habían señalado y era hora de correr, aunque no pude escapar demasiado, pues me rodearon montados a caballo, apuntándome con sus armas.
Así que fui la primera a la que se llevaron y contra la que arremetieron, quizás porque tome una espada e intente defenderme que se centraron aun mas en capturarme…o quizás simplemente por mis ojos, que pareció provocarles una extraña fascinación, así como mi melena salvaje del color del sol.
De haber sabido que era por eso, muy seguramente me habría arrancado los ojos o mis propios cabellos de ser necesario para poder comprar mi libertad , pero no lo supe a tiempo y me vi arrastrada ante nuestros nuevos dueños, como si fuésemos simples monedas de cambio sin voz ni voto, monedas que debían obedecer ante el mas fuerte como siempre había sido.

Sin embargo, cuando llegamos me vi realmente sorprendida. Aquellas gentes estaban realmente organizadas, y su comunidad jerarquizada y ordenada parecía prosperar y de algún modo u otro parecía que todos salían beneficiados, desde el que estaba en lo mas alto, hasta el más humilde de los allí presentes.
Sus avances, sus armas, sus estudios e incluso el comercio y fabricación de objetos me encandiló desde un primer momento, haciendo que centrase mi atención en... ¡todo! Me sentía realmente curiosa por aquel nuevo pueblo.

Pero mi asombro no duro mucho, pues pronto adivine cual sería mi cometido.
Y entonces le vi por primera vez.

Cyrion era el nombre del rey. Él era ahora mi nuevo dueño y señor, me hicieron arrodillarme delante de él en la dura graba, raspando mis rodillas mientras yo forcejeaba, tirando de mis muñecas encadenadas a la vez que mis cabellos en total descontrol y desorden caía sobre mi rostro, mientras le miraba con cierto asombro ante su porte y su poder. Y entonces él se acerco hacia mi, con la intención de tocarme, quizás de olfatear mis cabellos o de acercarse a mis ojos para ver si eran reales, como habían hecho muchos otros por el camino. Así que sin dudarlo forceje, haciendo ademan de morderle como acercara un solo dedo hacia mi.
Por lo que uno de los guardias se acerco para azotarme, haciendo que cerrase los ojos y esperase mi castigo… Pero el castigo nunca llegó.
Cyrion -mi nuevo dueño- impidió que nadie osara tocarme a partir de aquel dia, de hecho castigo brutalmente a aquel que me hizo postrarme y me trajo de aquel modo ante su persona. Quizás con la intención de parecer amable o de que no me mostrara tan agresiva ante el. Cosa que me hizo sospechar, pero que me alivio inmediatamente.
Pronto descubrí que yo seria una de las diversas esposas del rey, teniendo como obligación servirle, amarle, adorarle, y darle los hijos que el deseara.
Me había convertido en su esclava.

Yo era muy joven, de hecho aun no me había convertido en una adulta totalmente cuando me llevaron, así que sin quererlo, crecí con él, mientras pasaban los días y los meses. Tiempo en que si, le desprecie por tenerme allí recluida, aunque con el pasar del tiempo descubrí que tenia mas libertad que las demás mujeres, Cyrion compartía su tiempo conmigo, incluso charlando o enseñándome a usar las mismas armas que el usaba, así como sus tradiciones, sus historias y parte de su cultura. Pues al parecer algo en mi le había gustado, y por mi parte, algo en él me había encandilado. Serian aquellos ojos enigmáticos, quizás su voz, puede que su conducta, tiránica y aun así complaciente solo conmigo, quien sabe, lo cierto es que con el tiempo comencé a apreciarle como aliado, como protector y como hombre.

Hasta que llego un día…En que todo cambio.
Habían pasado largos años desde que me robaran desde mi tribu, aunque ciertamente no me importaba, pues ya consideraba las nuevas tierras como mías, así como a su gente como mi nuevo pueblo. Había obtenido una vida tranquila, en la que se me trataba con respeto y en la que me sentía apreciada, pero dicen que las cosas buenas no duran mucho tiempo, pues a pesar de la comodidad que disfrutaba, algo cambio para todos, pues nuestro rey dejo de ser quien era, pues un día cualquiera simplemente apareció con diversos cambios, tanto en sus gestos ahora rápidos, como en su físico, que ahora parecía haberse mejorado en todos los aspectos, era mucho más fuerte, mucho mas ágil y ahora aun más atrayente, como si todos sus rasgos hubiesen sido perfeccionados al máximo por una mano divina. Pero a pesar de aquellos cambios, “buenos” en un principio, pronto descubrimos que más cosas habían cambiado. Él parecía estar constantemente enfurecido y su hambre no tenía control, sin embargo no fue eso lo que sembró el pánico entre nosotros, sino el contemplar que su dieta ahora se basaba en la sangre…

Yo estaba en aquellos momentos en un avanzado estado de embarazo, asustada como madre primeriza y aun asi ilusionada con aquella vida que crecia dentro de mi, y a pesar de que temí de mi rey, algo me hizo saber que no me haría nada.
De ese modo mi nuevo pueblo fue reducido a cadáveres inertes que se pudrían entre escombros, mientras unos pocos supervivientes luchaban por esconderse y sobrevivir de su propio monarca, quien ahora arrasaba con todo lo que se pusiese en su camino.

Eran de madrugada cuando me puse de parto, la luna llena en su máximo esplendor era lo único que nos iluminaba.
Ya no quedaba casi nadie, de las esposas del rey solo habíamos quedado dos y ella, -la otra superviviente- era quien ahora me ayudaba indicándome lo que tenia que hacer.
Pero el parto se complico, ni siquiera se lo que sucedió, lo único que sentía es que la sangre me inundaba,rodeandome casi completamente, pudiendo tocarla en el suelo, notando como me empapaba en mi propio charco rojizo.
Supe que no me iba bien, supe que aquel tenia que ser mi final, pero no sentí miedo, pues sabia que la vida era corta, y yo a pesar de todo lo que había vivido me había sentido afortunada, me había sentido querida, respetada y había tenido un hogar donde nadie me rechazaba por ser quien era…Me conformaba con pensar en todo eso, por lo que simplemente deje que mis parpados cayesen suavemente, mientras mis ojos cansados ahora veían a Cyrion consternado y preocupado delante de mi, mientras él me sostenía entre sus brazos, por lo que le sonreí sin poder escuchar lo que me decía, antes de que mis ojos se cerrasen y yo perdiese el sentido del tiempo y de aquello que me anclaba a la tierra…

Me sumí en la oscuridad, donde extraños sueños llegaron a mi mente, veía a un brujo, veía a Cyrion, y veía una especie de ritual. Mi rey estaba tan enfadado…Yo no sabia que le ocurría, solo le veía iracundo exigiéndole algo a otro hombre que le acompañaba, pero entonces ante aquellas extrañas alucinaciones, comencé a notar que algo me hacia volver, comenzando a notar como mi corazón parecía pararse de golpe, asi como el aire que entraba en mis pulmones.
Francamente no se que fue lo que sucedió, ni como, ni porque, ni quien hizo que. Lo único que se es cuando abrí los ojos, senti la mayor sed del mundo y mi rey estaba ahí. Complacido de verme como a una semejante.
… Lo que sucedió después, en fin…Es previsible.

Arrasamos todo lo que estaba vivo antes de que mirase por ultima vez a aquel bebe, que ahora había quedado en brazos de mi comadrona. Nunca le tome en brazos, nunca vi sus ojos, ni le abrace. No alcance a hacerlo, pues sabia que si me acercaba a él le dañaría, sabia que beberia hasta la ultima gota de su sangre, asi que le deje ir, le dejamos marchar. Ambos abandonamos a nuestro hijo, dejándolo a su suerte. Demasiado ocupados, cegados y sedientos para poder ver nada más que el próximo poblado, la próxima civilización, el próximo país, el próximo continente…

Fueron tiempos de masacre sin fin, fueron tiempos de completo caos, de destrucción, fueron tiempos de oscuridad.
Y pasaron los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, los años, los lustros, las décadas, los siglos…
los milenios…

El mundo entero ha cambiado ante mis ojos, y he podido ver como una espectadora silenciosa como los pueblos se han unido, se han separado, se han formado países, se han declarado la guerra, han luchado por el terreno, por los mares, han habido vencedores, han habido vencidos y comenzaron los ideales, y el aprendizaje, y las leyes absurdas, y las normas de comportamiento, y nuevamente mas guerras, y música, y arte, y ciudades…
La vida, las personas, la civilización, y las diversas culturas han cambiado ante mi mirar sereno, pero los instintos siguen siendo los mismos.
Todos luchan por la supervivencia de su raza, y por el poder.
Siguen existiendo fuertes y débiles, y jerarquías.
Jerarquías que ahora luchan por desvelar los secretos de aquellos que como yo guardan en su mente el recuerdo del avance de los tiempos.

Los tiempos han cambiado, así es, las personas también, incluso las razas se han expandido, y se han creado nuevas, de hecho, nuestra propia raza ha crecido de forma desmedida y esto nos ha convertido en vulnerables. Pues muchos se han esforzado en conocer nuestros secretos, nuestros poderes y debilidades. y ahora nuestra raza, asi como muchas otras con las que nos hemos topado, luchan por mantener su anonimato, y por mantener sus cualidades ocultas de ojos indiscretos.

El anonimato... es nuestro mejor recurso, pero la ignorancia también. Es por ese motivo que yo, como guardiana de mi raza, como una de inmortales mas longevas, y muy posiblemente como una de las primeras de mi raza, que me impuse como cometido velar porque todo siga como ha sido siempre, ocultare nuestros secretos, y me encargare de apartar a aquellos que intenten atentar contra nosotros…
El destino de muchos se regirá según como haga mi labor...Y es por eso que debo ser fuerte y estar atenta, para poder asi cuidar a mi raza, como la madre que de algún modo u otro soy.

Es por ese motivo que lucharé...
y es que...
No habrá piedad para quienes quieran romper nuestra paz..."

OTROS

-Adoro las bestias salvajes, y poseo un tigre de bengala y una pantera como mascotas, ambos cambiaformas.
-Soy una experta en armas, aunque sigo prefiriendo las armas blancas como las dagas o espadas ante que las armas de fuego, también me fascina utilizar el arco.
-Adoro la naturaleza en su estado más salvaje.
-Me fascinan las emociones fuertes, las acciones que implican riesgo y la adrenalina.
-Soy nómada.
-He vuelto a retomar relación con mi hijo, quien descubrí que fue convertido en inmortal también.
-He estudiado diversos temas y disciplinas de letras, ciencias, arte y música -La eternidad ha sido larga, como se comprenderá-
-Poseo contactos en todos los ámbitos, en todas las clases sociales, entre las diversas razas e incluso infiltrados en la inquisición. Así puedo mantenerme al día sobre sus próximos movimientos. Aunque no deseo crear una guerra, simplemente deseo eliminar a los que se acerquen demasiado.
-Siempre he sido una esclava, teniendo que obedecer a mi señor. Pero han cambiado muchas cosas y su muerte ha dado un giro brusco a mi vida y a todo mi entorno.
-Me gusta camuflarme o disfrazarme para inmiscuirme entre los mortales, a veces buscando información, a veces por simple curiosidad por el mundo actual.
-Considero que las mujeres son unas dementes por querer utilizar una cosa tan incomoda como el corsé. A ver si con el tiempo se les pasa la obsesión de querer tener cinturas proporcionalmente absurdas con el resto de su cuerpo.

por **Nigel Quartermane** Vie Ago 24, 2012 10:34 pm

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

Reina Dariel

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Re: Reina Dariel