Noche estrellada (Benji)

por **Elisabeth M. Delacroix** Sáb Jul 17, 2010 5:41 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Una noche más bajo el cielo iluminado de París sería demasiado. Esa, sería especial, iría a admirar la belleza del universo fuera de todos esos focos que me impedían observarlo en todo su esplendor.
Caminaba, esta vez con mis ropajes caros pues había salido con permiso de mi institutriz, por la húmeda tierra que rodeaba a un inmenso lago.Mi vista vagaba por la superficie cristalina que se insinuaba como un espejo a la luna, la cual, por desgracia, no era llena. La brisa agitaba suavemente las hojas de los árboles creando una suave melodía susurrada, una nana de la naturaleza.

Mis pasos me guiaron hasta un embarcadero de madera. Al andar sobre él, los tablones crujian bajo mis pies pero no le di importancia, lo peor que podría pasar era mojarme.
Por suerte no pasó eso y conseguí llegar hasta el borde donde tras quitarme los zapatos con cuidado y las medias, levanté mi vestido hasta las rodillas esperando que nadie me observara ya que sería una escena bastante poco propia de señoritas decentes de alta cuna aun que todos me daban exactamente igual...

por **Elisabeth M. Delacroix** Miér Jul 21, 2010 7:56 am

Mis ojos y mis manos estaban puestos en desatar los lazos de mis últimas prendas cuando sentí su mirada recorriéndome. Me sonrojé por completo pero aun así lo miré a los ojos con la poca fuerza de voluntad que me quedaba. Reflejaban deseo o algo así lo cual me produjo una sensación de satisfacción al provocarle algo así. Cuando Benji apartó la vista fue como si todo el peso de la atmósfera cayera sobre mí de repente, robándome el aire. Podía admirar a la perfección sus anchos hombros y su torso definido... Mordí mi labio dejando de pensar en aquello o al menos intentándolo para dedicarme a seguir librándome de aquella ropa.

El sonido de un cuerpo cayendo al agua me avisó de que él ya se había desnudado y estaba dentro del lago con una gran sonrisa, invitándome a acelerar aquel proceso. Por fin quité mis últimas prendas y con lentitud y timidez caminé hacia el agua, probándola antes de entrar. Sabía que él me estaba observando lo que encendió mis mejillas pero no me importó, me hacía sentir bien.

-Está algo fría-me quejé tras rozar con mis dedos la masa de agua que se agolpaba frente a mí. Decidí ser valiente y tras coger impulso me lancé de cabeza al lago para aflorar de nuevo a la superficie cerca de el joven. Todo aquel frescor contrastaba con el calor de mi cuerpo y a la vez de ser molesto era agradable.

Retiré mi cabello hacia atrás mientras dejaba lucir una alegre sonrisa. Aquella forma de empezar la noche era genial pero ¿cómo terminaría?. Me olvidé de eso, abrazándome al cuello de Benji de forma juguetona sin reparar en las consecuencias de ello. El contacto con su piel me causó un estremecimiento y no solo era por el calor que desprendía.

por **Benjamin Lambert** Miér Jul 21, 2010 2:23 pm

Hundí mi rostro en el agua más o menos hasta la mitad de este, dejando solo la parte superior de mi cabeza fuera de la superficie mientras esperaba a la joven para dar ese nado compartido en el que habíamos quedado. Cerré los párpados por unos instantes a sabiendas de que se estaba terminando de despojar la ropa, sintiendo como el agua me balanceaba con tranquilidad, al igual que el mover de mis pies bajo el agua hacían moverme flotante de arriba a abajo. Por inercia abrí mis ojos al escuchar su voz, dándome de frente con el cuerpo completamente desnudo de Elisabeth, libre de cualquier otro ropaje molesto para su pulcra tez, libre de cualquier complemente. Aguanté la respiración por unos segundos, dejando que mis ojos acariciaran lo que mis manos no podían tocar, al menos no en aquella distancia.

Su cuerpo parecía elaborado por un exigente escultor de arte, uno que había querido dejar impresa una de sus mejores obras en el mundo. Mis orbes se molestaron por recorrerla una vez más de arriba abajo, esta vez intentando no ser tan asquerosamente descarado. Sin embargo era bastante difícil teniendo en cuenta la situación en la que ambos carecíamos de prenda alguna. La tensión que tenía ese momento se relajó por unos instantes en la que la joven desapareció de mi vista, terminándome de hundir para refrescarme. De repente se me antojaba que hacía bastante calor.

Apareció nuevamente delante mio y, sin titubeo alguno aparente, pasó sus brazos con confianza alrededor de mi cuello. Y yo, precisamente en esos momentos, no me sentía por la labor de hacer otra cosa que no fuera pegarla a mi. Por ello llevé mis manos a su cintura y con una leve presión la acerqué hasta mi cuerpo, nadando a su compás para no darle un golpe sin querer con los pies. - Estoy seguro que esto te lo habrán dicho en demasía, pero.. eres preciosa - Musité sintiendo su rostro cerca, dejando que mi nariz rozara con la suya a escusa del movimiento de las aguas.

por **Elisabeth M. Delacroix** Miér Jul 21, 2010 3:16 pm

Haber sentido sus ojos recorrerme con aquella admiración no fue nada sin duda como sentir sus manos en mi cintura para dejarnos pegados piel con piel. No pude evitar morder mi labio ante ese gesto que me aportaba más calidez aún de la que ya me estaba embriagando.
De pronto me sentía una completa descarada pero no me importaba en absoluto, no con él en esa situación.
-La verdad es que no lo he oído de muchas bocas...gracias-susurré ruborizándome ante aquel cumplido o tal vez fue por la situación.

Nuestros pies nadaba sacándonos a flote, sin rozarse apenas y nuestras narices se rozaban levemente a cada movimiento. Mis ojos se fijaron en sus labios. Eran carnosos y realmente sensuales. Fui ascendiendo hasta llegar a sus verdes e hipnóticos ojos que tenían aún ese extraño e intenso brillo.
No pude evitar soltar un suspiro de sorpresa cuando mi pie rozó su pierna. Estaba mucho más cálido de lo normal ¿tendría fiebre? pues sabía que con el deseo la temperatura aumentaba pero no de esa forma tan exageradamente literal.

Decidí olvidarme de eso pues si él no se sentía mal no le pasaría nada malo. Sonreí levemente rozando sus labios con cierta picardía pero sin llegar a besarlo mientras todo el universo parecía pararse para dejarnos solos. Los árboles se acallaron pues la brisa ya no corría en el lugar y ninguna nube tapaba a la luna por segundos. Esta brillaba fija, comtemplándonos con atención.

Mis manos se deslizaron quedando posadas en sus hombros y me impulsé levemente quedando, ahora sí, completamente pegada. Sentía cada uno de sus músculos contra mi piel y el nadar ahora era más dificultoso. Desde fuera pareceríamos una sola persona

por **Benjamin Lambert** Miér Jul 21, 2010 8:21 pm

Debido a la cercanía en la que se habían tornado nuestros cuerpos podía sentir como sus labios se mantenían con malevolencia rozando los míos de una manera devastadora, provocativa. Y a pesar de que posiblemente fuese más intencionados por la poca capacidad que teníamos de mantenerse estáticos, o ligeramente sin movimiento al nado, no podía más que resultarme sensual. Sobre todo cuando mi verdosa mirada había dejado atrás por un momento los ojos de Elisabeth para centrarse en sus labios, tan pecaminosamente provocativos que habían conseguido abstraerme de cualquier panorama exterior que no fuera ella. Solo ella y yo.

Dejé escapar el aire que había mantenido en mis pulmones cuando sentí su cuerpo aún más pegado. Estaba seguro que cerrando los ojos podía aún imaginarme a la perfección cada centímetro de su piel tomando como mera referencia el simple pero deseoso roce que hacia su cuerpo para con el mío. Por que podía ser caballero, al menos uno que lo intentaba hacer dejando como resultado un prototipo barato de uno, desastrozo, pero caballero al fin y al cabo. Pero aquello era, simplemente, irresistible.

Cogí con mis labios su labio superior, tirando muy suavemente de él disfrutando de ese primer contacto hasta volverlo a dejar para, esta vez, ir directamente a sus labios. Besé los mismo con cierto deje de delicadeza, con la levedad propia de quien espera que le correspondan tras un pequeño juego no concluido. Sin embargo mis párpados no se permitían el lujo de cerrarse para contemplarla, observarla con ese atisbo de deseo que ella había generado de tal manera en mí, de la misma manera que se asomaba una brizna de expectación mientras mi mano no dejaba que nuestros cuerpos se separaran.

por **Elisabeth M. Delacroix** Jue Jul 22, 2010 7:52 pm

Entorné los ojos al notar como su respiración cálida chocaba de golpe contra mi piel, erizándome el bello sin que pudiera evitarlo. Habría jurado que si alguien nos hubiera visto desde lejos, habría notado la propia burbuja de deseo que nos habíamos creado nosotros mismos.

Me sorprendió que por fin se atreviera a rozar mis labios con mayor definición. Pensé que me marcharía sin conocer qué se sentía al besarlo...al acariciar sus labios con los míos. Atrapó mi labio superior entre los suyos, tirando de él, como atrayéndome hasta sus labios y realmente lo consiguió.

Que tuviera sus ojos abiertos me resultó sensual. Quería observar mis gestos y reacciones por lo que yo tampoco cerré los míos al responderle a aquel suave primer beso. Mi lengua se deslizó por sus carnosos labios, mostrándole que no era el único que sentía aquello.

Una de sus anchas manos seguía en mi cintura, aprisionándome contra él mientras que las mías, con timidez, solo se dedicaban a estar posadas en su pecho esperando no resultarle demasiado fría al tacto.

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