En busca de algo diferente [Privado]

por **Ahmet Arlovskaya** Vie Ago 31, 2012 10:10 am

-¿Existen otros mundos con vida?...-Pregunte al aire, me quede sin decir más, esperando que el aire me respondiera, una sonrisa tonta aprecio en mi rostro-No, no existen-Me respondí yo mismo, era ilógico que el aire me respondiera algo, me estaba volviendo completamente loco estando encerrado en estas cuatro paredes, cada día que pasa me siento que me falta algo en mi miserable vida, todavía no me creo que soy hombre de la más alta sociedad, no me siento así ¿Por qué? No creo que pueda con ese cargo importante yo soy una persona…una persona desgraciada, maldita, se me nota hasta el último poro que tengo en mi cuerpo, pero me lo dieron, confían en mí y… ¿Por qué no aprendo hacer una persona un poco más responsable? ¿Más respetuosa?...pero no va con mi naturaleza ser ese tipo de persona yo tengo un plan, mi plan no ser igual que las otra, si no ser diferente que resalte de las demás-Pero si no lo hago toda la corte se echara encima mío…-Cerré por un momento los ojos recargándome en la pared, la fría y dura pared. No comprendía porque ahora pensaba eso, de seguro porque no tengo nada que hacer, todavía es muy temprano, son como las...cinco o seis de la tarde y el sol no se ha metido y no estoy dispuesto a morirme.

Abro mis parpados poco a poco y lo primero que mis ojos ven es el rostro de Virginia (Mi nana, la señora que quiero pero que no lo demuestro, como la madre que nunca he tenido, ella…ella ha logrado que la mire así) moví un poco la cabeza hacia los lados-¿Qué?...-Pregunte, a veces no comprendo porque siempre me miraba de ese modo si yo era tan cortante, grosero con ella-Nada, vengo a preguntarte lo que siempre te pregunto…-Rodé los ojos y cruce mis brazos-Si, si voy a salir, sabes que siempre salgo…es lo más lógico. Sabes perfectamente que nada mas cae la noche y yo como el Vampiro que soy salgo…igual tu…-Escuche como truena sus dedos-A veces no comprendo tu forma de hablarme Sebasthian-Voltee mi rostro hacia mi lado derecho-No sé, déjame de molestar con ese tema-Sin decir más me alejo de ella-Me iré arreglar para salir, así hago tiempo-Salí del despacho (Era donde me encontraba) y desaparecí de su vista.

º º º º

Las horas pasaron muy rápido, aunque a veces el tiempo se me va como el paso de una tortuga. Ya me había arreglado pero cada noche me pregunto ¿Qué voy hacer afuera? ¿Con quién me entretener? Tampoco estaré como un prostituto a cada noche que me meta entre las piernas de una mujer eso enfada, si enfada hasta para mi, hacer algo nuevo, trabajar aunque no necesite, ser útil en la vida, necesito conseguir un trabajo, obviamente tiene que ser de noche, eso no se discute. Me acomodo bien mi chaleco y salgo de mi habitación, camino por el pasillo pero me vuelvo a encontrar con Virginia, a veces siento que me sigue por todos lados-Espera, no soy un niño para que andes siguiéndome por donde quiera, ya soy un hombre déjame de seguirme, como si fuera mi madre…-Esas palabras no las pensé solo salieron de mi boca, note la tristeza que la invadía pero…a mí que, eso no me interesa ni me afecta-Buenas noches…que tenga una placentera noche Señor Beethoven-No le di importancia como me llamaba, pase de lado de ella saliendo por completo de aquella casa.

Cuando ingrese a la calle, miraba a las personas pasar por mi lado, evitaba que chocaran conmigo o simplemente que me tocaran, me da asco cuando alguien me toca sin yo darle permiso. Pero la segunda pregunta de la noche era ¿A dónde iré?...tengo a muchos lugares donde ir ya sea el bosque (Para Cazar unos cuantos animales) Los callejones solitarios, para arrancarle su presida vida a un humano y tomar de su sangre en fin, muchos lugares, pero por la mente se me ocurrió ir al burdel y no para acostarme con una de las que trabajan ahí si no quiero pasármela bien un rato, una buena copa, una buena acompañante simplemente pero no llegar al acto sexual.

A tres cuadra estaba el burdel, cuando llegue estaba muy saturado, vaya tanto como hombre y mujeres ingresan a este lugar-¡Ja!-Me sale esa “risa” y yo sin esperar más ingreso, escuchaba a las personas empezaban a quejarse pero eso a mí no importante, nunca me ha importado las cosas de los demás y ahora no será la primera vez, con mi mano diestra indique que se hicieran a un lado, al principio como que lo dudaron pero después lo hicieron-Buenas noches…-Me reí un poco ante la acción del humano, el seria mi nueva presa cuando saliera de este lugar tan erótico, porque hasta afuera se escucha se puede oler aquel aroma tan pecaminoso que todo mundo viene a este lugar a tener, un pecado divino que cuando entran se olvida hasta de su nombre y solo tiene una palabra en mente Sexo…eso.

Cuando ingrese al lugar miraba a hombres metiendo mano a la mujer que tenía enfrente suyo, a mujeres que se reían como todas unas desquiciadas, sacudí un poco la cabeza caminando entre la multitud, empujando un poco a los hombres que están más ebrios que nunca, localizo una mesa desocupada, rápidamente pero sin ser tan evidente de mi condición llego a esa mesa sentándome y esperando a que alguien venga atenderme-Una noche más…-Asentí un poco, cruzando mis piernas.

A disfrutar el momento, solo la noche sabrá que me depara, y estoy dispuesto a correr el riesgo de esta noche.

por **Aloqua** Vie Abr 05, 2013 8:28 am

Aquel día había sido tan... Aburrido. No había pasado nada que mi mente opinara como algo digno de mención. Mi atención había sido anulada por culpa de los buenachones que me encontraba por la calle, abrazando a sus hijos y besando a sus esposas como si ni hubiera nada más en el mundo que ellas y su sola e inexistente presencia.

Tenía que reconocer que eso me inspiraba una honda curiosidad, y un odio que nadie podía cambiar. No lo comprendía para nada, ¿acaso el cuerpo y la mente humanas estaban diseñados para aquello? Alcé una ceja, contemplando a aquellas familias que se creían, o, por lo menos, se hacían los felices al lado del resto de personas que les rodeaba. No. No lo comprendía porque, simplemente, estar con alguien mucha más de la cuenta era un auténtico infierno. Las personas solo se importan a si mismas y, si alguien te dice que te quiere, simplemente significa que no quiere que te vayas porque lo pasará mal. Evitan el dolor que la ausencia acarrearía, el hecho de sentirse solos en un mundo como aquel. Pero, ¿acaso la soledad no era lo mejor?

Negué repetidas veces y les di la espalda, largándome de allí porque me parecía absurdo ver aquella pantomima que se creían que los demás envidiábamos a ciegas. Porque no era así. La mayoría de esos hombres pasaban por el burdel, más de uno de ellos lo hacía a menudo y me parecía una gran tontería. Si fuera por mí, en esos mismos instantes estarían gritando todos aquellos de dolor... Me relamí los labios mientras mi mente no podía dejar de imaginarse la sangre saliendo de sus cuerpos, revolviéndose en el suelo intentando sobrevivir. Me excitaba tanto...

Seguía paseando hasta que se hizo de noche y me aventuré a volver al burdel, observando todo cuando tenía a mi alrededor. Hombres borrachos, los mismos que había visto esa misma tarde con sus mujeres, besando y toqueteando a alguna de mis compañeras. El olor a licor y a sexo se extendía por todo el ambiente haciéndome sonreír de manera divertida. Aquella noche no quería sexo... Del todo, pero quizá unos preliminares no estarían mal para divertirme.

Fue entonces cuando mi mirada se posó en hombre. Fuerte, alto y solito en una mesa. Ni siquiera lo dudé cuando me acerqué a él, sentándome a su lado sin permiso y mirándole con una sonrisa ladina. No estaba mal y, quizá, podría sacarle algún tipo de provecho. Además... Aquel hombre, no era normal. Solté una carcajada y me acerqué a él.

-¿Qué sois? -Susurré en su oído, rozándolo suavemente con mis labios. Sentía curiosidad, muchísima además.

por **Ahmet Arlovskaya** Vie Mayo 24, 2013 3:52 pm

En mis planes no estaba tener intimidad con nadie, con ninguna mujer, pero, qué tal si alguien viene hacia mí y me propone algo que me llame la atención. Sí la mujer es hermosa, con unas curvas que me fascinarían recorrer, tal vez cambie de idea y me la lleve a la cama, claro, a la cama del burdel, porque la cama de mi mansión nunca ha sido usada para tener relaciones sexuales con mujeres ¿A que no soy educado? Cuando me gusta una mujer de mi casa, me la llevo a donde están los caballos, o fuera o en su recamara pero en la mía, ¡Jamás! Las mujeres de este lugar huelen a todo tipo de hombre o mujer, a veces mi nariz se arruga por lo desagradable que es este lugar, nunca me ha gustado como huele, hasta me da asco y vomitar enfrente de todos los cerdos de este lugar, entonces ¿Debería de vomitarme a mí mismo? Por ser un cerdo igual que ellos, negué con la cabeza y mire hacia el techo pensando en que iba hacer, se supone que me iba a reunir con alguien aquí, no sé porque nos citamos en este lugar, pero él puso el lugar y la hora.

Al momento de bajar mi cabeza, miré que varias mujeres se acercaban a mí, con un porte sensual coqueteándome desde la distancia, el olor que desprendía de su cuerpo olía a excitación y a que una persona estaba encima de cada una de esas mujeres, cuando se acercaron sonreí, ella me acariciaron los hombres, dos atrás y dos enfrente que estaban pasando sus manos por mis muslos, yo como ser un caballero las deje hacer, quería compañía, pero no de este tipo, aun, todavía la noche era joven, suspire y ni las mire-Perdone, pero estoy esperando alguien, les pido amablemente que se retiren, cuando las necesite yo personalmente las llamo…-Escuche como las mujeres bufaban, se alejaron de mí y suspire nuevamente, este hombre que no llegaba y me estaba impacientando, detestaba que se atrasaran de ese modo y más si la cita era conmigo.

Mire entrar a mi ayudante, Frausto Figueroa, un hombre serio, pero como yo, tenía secretos, me agradaba este hombre, por la razón que era un vampiro cumplidor, teníamos la misma edad, tanto vampíricas como humano. Se acercó mí, sentándose enfrente de mí. Comenzó a decir que el hombre que me iba a citar cancelo, fruncí y el ceño y le dije que me dejara solo, él no le gustaba este tipo de lugar, así que le di la noche libre, asentí cuando se fue y nuevamente me quede solo ¿Qué iba hacer? Cuando pensé esa pregunta sentí el aliento de alguien chocar en mi oreja, mi sonrisa se alargó y voltee de reojo, mirando una mujer-Un simple cliente…-Volví mi vista a la puerta-No quiero tus servicios…-Dije, tajantemente esperando a que se fuera.

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