AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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In the Shadows [Hades y Sophia]
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In the Shadows [Hades y Sophia]
Una invitación había llegado unos días atras y esa era la razón por la cual Artemis se observaba por última vez en el espejo, viendo el maquillaje y que cada cosa estuviese en su lugar. Sonrió complacida ante la vista perfecta de su propio reflejo en el espejo. Nadie podía negar que era hermosa, pero no podía perder mucho tiempo arreglándose y tampoco lo necesitaba. Hades esperaba fuera, ambos debían ir al castillo.
-Hades, hora de irnos
Le dirigio la mirada solo para comprobar su cara de hastío ante una espera que ni había sido tan larga. Esperó que le ofreciera el brazo para caminar a su lado al salir de la casa familiar. No era necesario, lo hacía por fastidiarlo y porque tenía que verse bien y natural cuando llegaran a las puertas del palacio.
-Pórtate bien y de preferencia no abras la boca si vas a decir algo sobre morder a alguien hasta la muerte
Eso había sido una amenaza a pesar de la angelical expresión en su rostro al decirlo. A casi todas las reuniones iban juntos y Artemis tendía a llamar demasiado la atención por lo que Hades solo debía hacer lo mínimo y necesario para no hacer algo que los dejara en mal a los dos. Pero la invitación parecía ser esta vez algo más sencilla, una invitación a tomar el té o algo parecido, eso implicaba que por mucho que hiciera, Hades no pasaría desapercibido y tendría que hablar con La señorita Sophia.
Los miembros mas cercanos de su familia estaban ahí y ella solo les dirigió una sonrisa. Cada uno de ellos sabía que si ella era alguien de confianza para el décimo era por algo que no era su belleza. Nunca había demostrado un mínimo de debilidad y si se diera el caso en el que tuviese que matarlos a todos ellos lo haría sin siquiera dudarlo.
Subió al carruaje junto con su primo, uno al que no adoraba tanto como al décimo, pero era de los pocos en los que confiaría para acompañarle. Eso y se veían bien juntos. El carruaje se detuvo y como toda una dama espero a que el caballero que le acompañaba le ayudara a bajar. Seguro que en el interior ya habían anunciado su llegada.
-Hades, hora de irnos
Le dirigio la mirada solo para comprobar su cara de hastío ante una espera que ni había sido tan larga. Esperó que le ofreciera el brazo para caminar a su lado al salir de la casa familiar. No era necesario, lo hacía por fastidiarlo y porque tenía que verse bien y natural cuando llegaran a las puertas del palacio.
-Pórtate bien y de preferencia no abras la boca si vas a decir algo sobre morder a alguien hasta la muerte
Eso había sido una amenaza a pesar de la angelical expresión en su rostro al decirlo. A casi todas las reuniones iban juntos y Artemis tendía a llamar demasiado la atención por lo que Hades solo debía hacer lo mínimo y necesario para no hacer algo que los dejara en mal a los dos. Pero la invitación parecía ser esta vez algo más sencilla, una invitación a tomar el té o algo parecido, eso implicaba que por mucho que hiciera, Hades no pasaría desapercibido y tendría que hablar con La señorita Sophia.
Los miembros mas cercanos de su familia estaban ahí y ella solo les dirigió una sonrisa. Cada uno de ellos sabía que si ella era alguien de confianza para el décimo era por algo que no era su belleza. Nunca había demostrado un mínimo de debilidad y si se diera el caso en el que tuviese que matarlos a todos ellos lo haría sin siquiera dudarlo.
Subió al carruaje junto con su primo, uno al que no adoraba tanto como al décimo, pero era de los pocos en los que confiaría para acompañarle. Eso y se veían bien juntos. El carruaje se detuvo y como toda una dama espero a que el caballero que le acompañaba le ayudara a bajar. Seguro que en el interior ya habían anunciado su llegada.
Artemis d'Este- Realeza Italiana
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
Había llegado el día la prueba de fuego, después de tantas clases de modales y buenas costumbres hoy daría todo mi, me habían agendado una cita con los Condes de Italia, me habían hablado de ellos primos al parecer eran, cada uno muy diferente al otro. Mientras mis doncellas se encargaban de mi traje colocándome una tiara de oro blanco en mi cabeza una de mis sirvientas me arreglaba el cabello mientras otra hacia que el vestido reluciera, para me encontraba mientras una de mis doncellas me comentaba que los condes que venían se llamaban – Artemis y Hades d’Este – repetí en mi cabeza para que no se me olvidaran los nombres, luego de tantos nombres que me había tenido que aprender intentaba que nada se me olvidara a estas alturas. – Hoy es mi prueba si todo sale mal, será que esto de ser re finada no es lo mío – brome, por que los nervios me estaban comiendo por dentro. Mis doncellas me deseaban suerte sabían que todo iría bien, pero realmente no tenía idea como seria esto.
Baje las escaleras mientras uno de las escoltas reales anunciaba la llegada de los comensales, pase saliva nerviosa mientras seguía bajando seguida por dos de mis doncellas – Llevadles al jardín de las rosas – proclame mientras me ocultaba en uno de los pasillos para ver de quienes se trataban, vi a la joven quizás tendría mi edad, de cabellera dorada con un bello vestido y su acompañante tenía el porte para ser un conde elegantes ambos pero a primera vista me pareció algo distraído el joven, no le di importancia hoy era mi primera cita de tomar te formal, y ya llevaba un mes en el castillo pronto se vendría la boda y coronación donde me darían a conocer, pero como un arma táctica me habían comentado que tenía que conocer a los que pertenecían a la realeza primero que el resto del mundo, curioso pero no había que hacer.
Al cabo de unos segundos y cuando los comensales fueron llevados al jardín donde estaba dispuesta bajo una góndola de color blanca una mesa con una porcelana traída del extranjero varios aperitivos, pastelillos y una infinidad de comida en miniatura, de seguro sorprendería a cualquiera, un guardia real se apronto al lugar y pronuncio mi bello nombre ante los presentes, mientras yo avanzaba la servidumbre hacia una reverencia algo que me hizo sentir sumamente incomoda, pero así era el protocolo. Cambie mi semblante y con una amplia sonrisa me dirigí hacia mis invitados, ¿Por qué eran mis invitados o no? – Buenas tardes condesa d’Este y conde d’Este bienvenidos sean al jardín de las rosas – su nombre era debido que había una gran gama de rosales de diversos colores predispuestos de una manera bastante ordenada y bella.
Rodee la mesa mientras tres sirvientes separaban las sillas de la mesa – Acompañarme – ni yo me creía la cordialidad que estaba teniendo, una de mis doncellas me daba animo y me decía con sus gestos que lo estaba haciendo bien. Me acomode y no sabía qué hacer una de Daria (mi doncella consentida) se acercaba hacia mí y susurraba “La reina tiene que sentarse primero” ¡cierto! No me había acordado de eso, tome asiento y espere que ellos hicieran lo mismo, esta tarde prometía y esperaba con todo mí ser no cometer un error.
Baje las escaleras mientras uno de las escoltas reales anunciaba la llegada de los comensales, pase saliva nerviosa mientras seguía bajando seguida por dos de mis doncellas – Llevadles al jardín de las rosas – proclame mientras me ocultaba en uno de los pasillos para ver de quienes se trataban, vi a la joven quizás tendría mi edad, de cabellera dorada con un bello vestido y su acompañante tenía el porte para ser un conde elegantes ambos pero a primera vista me pareció algo distraído el joven, no le di importancia hoy era mi primera cita de tomar te formal, y ya llevaba un mes en el castillo pronto se vendría la boda y coronación donde me darían a conocer, pero como un arma táctica me habían comentado que tenía que conocer a los que pertenecían a la realeza primero que el resto del mundo, curioso pero no había que hacer.
Al cabo de unos segundos y cuando los comensales fueron llevados al jardín donde estaba dispuesta bajo una góndola de color blanca una mesa con una porcelana traída del extranjero varios aperitivos, pastelillos y una infinidad de comida en miniatura, de seguro sorprendería a cualquiera, un guardia real se apronto al lugar y pronuncio mi bello nombre ante los presentes, mientras yo avanzaba la servidumbre hacia una reverencia algo que me hizo sentir sumamente incomoda, pero así era el protocolo. Cambie mi semblante y con una amplia sonrisa me dirigí hacia mis invitados, ¿Por qué eran mis invitados o no? – Buenas tardes condesa d’Este y conde d’Este bienvenidos sean al jardín de las rosas – su nombre era debido que había una gran gama de rosales de diversos colores predispuestos de una manera bastante ordenada y bella.
Rodee la mesa mientras tres sirvientes separaban las sillas de la mesa – Acompañarme – ni yo me creía la cordialidad que estaba teniendo, una de mis doncellas me daba animo y me decía con sus gestos que lo estaba haciendo bien. Me acomode y no sabía qué hacer una de Daria (mi doncella consentida) se acercaba hacia mí y susurraba “La reina tiene que sentarse primero” ¡cierto! No me había acordado de eso, tome asiento y espere que ellos hicieran lo mismo, esta tarde prometía y esperaba con todo mí ser no cometer un error.
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
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Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
No dijo nada ante las palabras de su prima. La chica tenia a hablar demasiado en algunas ocasiones, era una suerte que fuese casi tan inteligente como bella. Eran de las cosas que hacia que fuese soportable pasar tanto tiempo a su lado.
“Pórtate bien y de preferencia no abras la boca si vas a decir algo sobre morder a alguien hasta la muerte”
Que esperaba, que entrara a palacio golpeando personas y rompiendo cráneos? Su prima a veces no le sonaba tan inteligente, ni siquiera él era tan torpe para cometer un acto tan descabellado. Eran seres del bajo mundo pero brillaban a la luz del sol, su apariencia era la de perfectos nobles, no por nada eran las cabezas de aquella organización. No por ello eran los herederos de todo cuanto pertenecía a los d’Este.
Sin decir palabra subió al carruaje guiando a su prima y le tendió el brazo nada mas ayudarla a bajar del carruaje llegado a su destino. Ella le conocía bien y no se tomaría a mal se silencio, ellos podían comunicarse con mas que con palabras. La mayoría de las veces la dejaba hablar simplemente por que podían medir sus limites, ella jama siria mas allá de lo que el podía aceptar y el sabia que tanto podía destrozar. Solo en caso de que esos límites se rompieran estaban el uno para detener al otro.
Arribaron a palacio y les condujeron al llamado “jardín de las rosas” aquella era una reunión para beber el te y no dejaba de pensar que el no pintaba en aquel cuadro. Ahí rodeado de rosas con la esplendida pequeña mesa dispuesta casi sentía el impulso de rodar los ojos, impulso que se contuvo de llevar acabo, no era difícil su rostro no era precisamente el mas expresivo del mundo, en una situación como aquella era bastante provechoso debía pensar.
Nada mas hacer acto de presencia la futura reina pudo ver como es que el rey le había escogido muy a pesar de no tener una sola gota de sangre noble corriendo por sus venas. A veces se preguntaba si al rey no le preocupaba que sus ojos se vieran en la imposibilidad de heredar la corona. Bien era el rey, quizás estaba previendo ya cambiar las leyes para arreglar ese asunto. Bajo la cabeza en un saludo silencioso y noto que a pesar de la belleza de la joven no le hacia sentir sorpresa ni admiración especial… eran los efectos de pasar tanto tiempo junto a su prima, difícilmente podría encontrar mujer mas hermosa.
Siguió el sendero indicado por la mujer y tuvo claro en ese momento el por que habían sido invitados ahí…la futura reina estaba practicando y era una sabia decisión, ellos no eran conocidos por ser informativos. Guardar secretos era una de sus tantas cualidades. Aunque los modales le habían sido inculcados y al parecer sus formas refinadas a la chica le faltaban la seguridad que le dibujara como una digna reina.
“Pórtate bien y de preferencia no abras la boca si vas a decir algo sobre morder a alguien hasta la muerte”
Que esperaba, que entrara a palacio golpeando personas y rompiendo cráneos? Su prima a veces no le sonaba tan inteligente, ni siquiera él era tan torpe para cometer un acto tan descabellado. Eran seres del bajo mundo pero brillaban a la luz del sol, su apariencia era la de perfectos nobles, no por nada eran las cabezas de aquella organización. No por ello eran los herederos de todo cuanto pertenecía a los d’Este.
Sin decir palabra subió al carruaje guiando a su prima y le tendió el brazo nada mas ayudarla a bajar del carruaje llegado a su destino. Ella le conocía bien y no se tomaría a mal se silencio, ellos podían comunicarse con mas que con palabras. La mayoría de las veces la dejaba hablar simplemente por que podían medir sus limites, ella jama siria mas allá de lo que el podía aceptar y el sabia que tanto podía destrozar. Solo en caso de que esos límites se rompieran estaban el uno para detener al otro.
Arribaron a palacio y les condujeron al llamado “jardín de las rosas” aquella era una reunión para beber el te y no dejaba de pensar que el no pintaba en aquel cuadro. Ahí rodeado de rosas con la esplendida pequeña mesa dispuesta casi sentía el impulso de rodar los ojos, impulso que se contuvo de llevar acabo, no era difícil su rostro no era precisamente el mas expresivo del mundo, en una situación como aquella era bastante provechoso debía pensar.
Nada mas hacer acto de presencia la futura reina pudo ver como es que el rey le había escogido muy a pesar de no tener una sola gota de sangre noble corriendo por sus venas. A veces se preguntaba si al rey no le preocupaba que sus ojos se vieran en la imposibilidad de heredar la corona. Bien era el rey, quizás estaba previendo ya cambiar las leyes para arreglar ese asunto. Bajo la cabeza en un saludo silencioso y noto que a pesar de la belleza de la joven no le hacia sentir sorpresa ni admiración especial… eran los efectos de pasar tanto tiempo junto a su prima, difícilmente podría encontrar mujer mas hermosa.
Siguió el sendero indicado por la mujer y tuvo claro en ese momento el por que habían sido invitados ahí…la futura reina estaba practicando y era una sabia decisión, ellos no eran conocidos por ser informativos. Guardar secretos era una de sus tantas cualidades. Aunque los modales le habían sido inculcados y al parecer sus formas refinadas a la chica le faltaban la seguridad que le dibujara como una digna reina.
Hades d'Este- Realeza Italiana
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Fecha de inscripción : 18/06/2012
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Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
Ignoró a Hades sabiendo lo que estaba pensando, era como si el le dijera que no tenía permitido usar ningún tipo de explosivo en aquel lugar. No tenía sentido porque no era un trabajo y no tenían que matar a nadie o borrar evidencias en el camino. Pero a pesar del inexpresivo rostro de Hades, le hacía gracia hacer comentarios como ese por ver el mínimo atisbo de algo en ese inescrutable rostro suyo.
Les guiaron al pequeño escenario puesto para ellos y se acercó a su pariente lo suficiente para que le escuchara. Hades debía estar pensando que quería irse de ahi, eso no era para él, hasta ella podía decirlo.
La llegada de quien les acompañaría fue anunciado. Ellos ya sabían algo sobre ella, una ligera investigación solo para no decir nada que no estuviese permitido. Más por curiosidad cuando supo de su existencia y de que pronto la coronarían. había que echarle un vistazo a la mujer que el Rey había elegido.
Hizo una reverencia grácil y de forma fluida cuando le vio aparecer. Su mirada paso sobre ella de manera rápida mientras lo hacía. Se le notaba el nerviosismo. No era tan hermosa, pero hasta ella podía decir que tenía ese encanto, probablemente porque no había nacido en los altos círculos de la aristocracia. Esa cualidad le hacía verle diferente, sin ese grado de cinismo y superioridad que tenía cuando se trataba de mujeres de alta cuna. Para decirlo de otra manera, no le parecía que por ahora tuviese que preocuparse por ella.
- Es adorable ¿no crees?
No dijo a qué se refería, si al jardín de rosas o a la futura reina. Solo provocaba a Hades un poco. Artemis no pudo evitar arquear una ceja cuando vio a la joven frente a ella, y es que cuidaba cada reacción en su rostro para verse impecable y perfecta cuando las cosas involucraban a la realeza. pero esto le parecía algo diferente. Esa era la futura reina, no pudo evitar que le hiciera gracia verla como un manojo de nervios a su parecer. No la culpaba. Ella había salido de la nada y la ponían ahí esperando que cumpliera todo lo que se esperaba de una digna gobernante. Y habían decidido que ellos eran el perfecto conejillo de indias para ver sus avances.
- Agradecemos vuestra invitación a este magnífico lugar, su Alteza
Posó una mano sobre la cintura de Hades delicadamente. Era más una seña que otra cosa. no solía hablar mucho con él a menos que fuera para discutir, aunque jamás se había enojado realmente con él. Eran como esas discusiones de niños, aunque tratándose de ellos podía terminar en algo peligroso para los demás.
Esto podía ser entretenido ahora. Era como un juego de preparación para ella y ellos eran los jueces. Era la primera cita para tomar té que le parecía entretenida sin que hubiese empezado. Siguiendo las reglas de comportamiento esperó para poder tomar asiento viéndole con una diáfana sonrisa que denotaba que esto le agradaba. Sophia no podía saberlo, pero no era tan buena señal como aparentaba. si le daba como hacerlo, el sentido retorcido de diversión que Artemis tenía saldría a relucir en esa cita.
Les guiaron al pequeño escenario puesto para ellos y se acercó a su pariente lo suficiente para que le escuchara. Hades debía estar pensando que quería irse de ahi, eso no era para él, hasta ella podía decirlo.
La llegada de quien les acompañaría fue anunciado. Ellos ya sabían algo sobre ella, una ligera investigación solo para no decir nada que no estuviese permitido. Más por curiosidad cuando supo de su existencia y de que pronto la coronarían. había que echarle un vistazo a la mujer que el Rey había elegido.
Hizo una reverencia grácil y de forma fluida cuando le vio aparecer. Su mirada paso sobre ella de manera rápida mientras lo hacía. Se le notaba el nerviosismo. No era tan hermosa, pero hasta ella podía decir que tenía ese encanto, probablemente porque no había nacido en los altos círculos de la aristocracia. Esa cualidad le hacía verle diferente, sin ese grado de cinismo y superioridad que tenía cuando se trataba de mujeres de alta cuna. Para decirlo de otra manera, no le parecía que por ahora tuviese que preocuparse por ella.
- Es adorable ¿no crees?
No dijo a qué se refería, si al jardín de rosas o a la futura reina. Solo provocaba a Hades un poco. Artemis no pudo evitar arquear una ceja cuando vio a la joven frente a ella, y es que cuidaba cada reacción en su rostro para verse impecable y perfecta cuando las cosas involucraban a la realeza. pero esto le parecía algo diferente. Esa era la futura reina, no pudo evitar que le hiciera gracia verla como un manojo de nervios a su parecer. No la culpaba. Ella había salido de la nada y la ponían ahí esperando que cumpliera todo lo que se esperaba de una digna gobernante. Y habían decidido que ellos eran el perfecto conejillo de indias para ver sus avances.
- Agradecemos vuestra invitación a este magnífico lugar, su Alteza
Posó una mano sobre la cintura de Hades delicadamente. Era más una seña que otra cosa. no solía hablar mucho con él a menos que fuera para discutir, aunque jamás se había enojado realmente con él. Eran como esas discusiones de niños, aunque tratándose de ellos podía terminar en algo peligroso para los demás.
Esto podía ser entretenido ahora. Era como un juego de preparación para ella y ellos eran los jueces. Era la primera cita para tomar té que le parecía entretenida sin que hubiese empezado. Siguiendo las reglas de comportamiento esperó para poder tomar asiento viéndole con una diáfana sonrisa que denotaba que esto le agradaba. Sophia no podía saberlo, pero no era tan buena señal como aparentaba. si le daba como hacerlo, el sentido retorcido de diversión que Artemis tenía saldría a relucir en esa cita.
Artemis d'Este- Realeza Italiana
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
Nunca en mi existencia había invitado a alguien a tomar el té, realmente aquellas cosas, al parecer lo hacían mucho, los de la clase acomodada. Cierto era que en ese momento yo pertenecía a esa clase o mejor dicho a una bien selecta la que hacían llamar la realeza… ¿Realeza? ¿A quién se le habría ocurrido? Estupideces, tonterías… era una gran barbaridad todo aquel teatro mas cuando todo él en palacio sabían muy bien que no me gustaban los lujos, lo había dejado en claro y aun más el mismísimo Rey sabia como me incomodaban aquellas situaciones, todos sabían que era una prueba que después de este día vendrían mas, mas citas con gente extraña, con personas que no conocía tendría que actuar… mis doncellas me habían hecho un itinerario me lo sabía de memoria, siempre fui buena memorizando cosas pero en ese momento me sentía perdida. La mirada de la joven Artemis irradiaba una confianza… una que yo añoraba en ese momento ya sentada invite a que ellos accedieran a lo mismo, el joven parecía estar en otro mundo, mi intuición me decía que le molestaba o incomodaba estar en esa situación, pero realmente no lo sabía… digamos que solo era una intuición felina.
Sonreí con las palabras si algo había escogido yo ese día, había sido a ellos, me habían mostrad un libro o mejor dicho una gran gama de papeles con todos los de la realeza ellos fueron mis elegidos por la razón que ni siquiera yo supe, quizás fueron los que se me hicieron ms amigables, más interesantes al final de cuentas esperaba volver a verlos… - No es nada, espero se repita – suspire poco a poco podía sentirme más yo y menos una reina, las miradas de los empleados estaban fijas en cada palabra, acto o reacción que tuviera, de alguna forma me causaba gracia. También sabía que nadie me conocía aun públicamente era el secreto a voces del Rey de Italia. Quería decirles tantas cosas pero temía… temía que me reprendieran y me encerraran, cosa que nunca ocurriría, Zarek comprendería él era el único que sabía todo de mi, quizás de lo alto de su torre este observando disfrutando de la situación.
Los sirvientes se aprontaron a traer una gama de pastelillos de diferentes sabores todos de un tamaño reducido para el coctel de la hora del té. – Supongo que les sorprendió la invitación – y ahí comenzaba un juego, un acierto, uno encontrar esto parecía un juego de ajedrez – Pero como futura Reina tengo que conocer a los pertenecientes de la realeza – suspire sonriendo con suavidad mirando a uno y al otro… - Espero no les incomode que yo – pase saliva – no sea de la misma cuna que ustedes– nuevamente me estaba poniendo el parche antes de la herida pero era necesario, al menos para mí. Sabía que todos de alguna forma juzgarían mi cuna, pero algo había a mi favor… alguna vez tuve una familia una con dinero… pero los desenlaces trágicos siempre ocurren y en mi vida aquello había cambiado todo – Así que… - suspire hablar de mi misma me tranquilizaba era algo que nada ni nadie podía prohibirme – esta es mi primera vez en una reunión de este tipo – meses había estado con institutrices, profesores y una infinidad de personas que me habían estado enseñando modales, formas de hablar, de cómo tratar al resto, un poco de historia, de geografía, física y química algo de matemáticas, todo lo absorbía como un crio de diez años y ahí estaba sentada frente a dos desconocidos que me parecieron agradables.
Ustedes fueron los elegidos para mi primer te – error – No, mejor dicho yo los escogí entre todos – así sonaba mejor, podían manejar muchas cosas de mi vida más nunca mis elecciones, soy libre repetí en mi cabeza – Así que les invito a pasar una agradable tarde[/b]- termine por decir mientras intentaba tomar un panecillo con una de las pinzas que habían puesto, verdaderamente fue todo un reto hacer aquello, se me cayó más de una vez y cada vez que cayó me reí con suavidad, rendida porque ya no quería intentarlo más ocupe mi mano para llevarlo a mi plato – Así es más fácil – bromee.
Sonreí con las palabras si algo había escogido yo ese día, había sido a ellos, me habían mostrad un libro o mejor dicho una gran gama de papeles con todos los de la realeza ellos fueron mis elegidos por la razón que ni siquiera yo supe, quizás fueron los que se me hicieron ms amigables, más interesantes al final de cuentas esperaba volver a verlos… - No es nada, espero se repita – suspire poco a poco podía sentirme más yo y menos una reina, las miradas de los empleados estaban fijas en cada palabra, acto o reacción que tuviera, de alguna forma me causaba gracia. También sabía que nadie me conocía aun públicamente era el secreto a voces del Rey de Italia. Quería decirles tantas cosas pero temía… temía que me reprendieran y me encerraran, cosa que nunca ocurriría, Zarek comprendería él era el único que sabía todo de mi, quizás de lo alto de su torre este observando disfrutando de la situación.
Los sirvientes se aprontaron a traer una gama de pastelillos de diferentes sabores todos de un tamaño reducido para el coctel de la hora del té. – Supongo que les sorprendió la invitación – y ahí comenzaba un juego, un acierto, uno encontrar esto parecía un juego de ajedrez – Pero como futura Reina tengo que conocer a los pertenecientes de la realeza – suspire sonriendo con suavidad mirando a uno y al otro… - Espero no les incomode que yo – pase saliva – no sea de la misma cuna que ustedes– nuevamente me estaba poniendo el parche antes de la herida pero era necesario, al menos para mí. Sabía que todos de alguna forma juzgarían mi cuna, pero algo había a mi favor… alguna vez tuve una familia una con dinero… pero los desenlaces trágicos siempre ocurren y en mi vida aquello había cambiado todo – Así que… - suspire hablar de mi misma me tranquilizaba era algo que nada ni nadie podía prohibirme – esta es mi primera vez en una reunión de este tipo – meses había estado con institutrices, profesores y una infinidad de personas que me habían estado enseñando modales, formas de hablar, de cómo tratar al resto, un poco de historia, de geografía, física y química algo de matemáticas, todo lo absorbía como un crio de diez años y ahí estaba sentada frente a dos desconocidos que me parecieron agradables.
Ustedes fueron los elegidos para mi primer te – error – No, mejor dicho yo los escogí entre todos – así sonaba mejor, podían manejar muchas cosas de mi vida más nunca mis elecciones, soy libre repetí en mi cabeza – Así que les invito a pasar una agradable tarde[/b]- termine por decir mientras intentaba tomar un panecillo con una de las pinzas que habían puesto, verdaderamente fue todo un reto hacer aquello, se me cayó más de una vez y cada vez que cayó me reí con suavidad, rendida porque ya no quería intentarlo más ocupe mi mano para llevarlo a mi plato – Así es más fácil – bromee.
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
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Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
El comentario de Artemis le hizo poner unos segundos la mirada en ella, Artemis jamás alagaba a otra mujer, a su parecer nadie estaba a la altura. Pero podía adivinar que solo estaba buscando molestarlo un poco.
-un jardín encantador y una dama efectivamente adorable, seguramente nuestro primo Axel se encontraría encantado con una reunión como esta, es un hombre que gusta de la belleza- Contesto a Artemis, su careta ya estaba puesta, la sonrisa encantadora se dibujó en su rostro al dirigirse a su prima, se acercó a la mesa apartando la silla para su prima, pues la reina tenia a sus sirvientes listos para hacerlo, ellos habían asistido sin los mismos posiblemente por intuición, por discreción, ver las miradas de los sirvientes de la reina indicaba la atención que le tenían y un cierto grado de preocupación, quizá por el hecho de sentirla una “compañera” una mujer que sin nacer de cuna noble estaba por ser coronada, seguramente un sueño para la mayoría pero si deseaban ayudarla más valdría que disimulasen un poco más su interés, ella sería la reina no alguien con quien pudiesen mostrar confianza o interés sin arruinar su imagen. Algo de confianza no les vendría mal, parecía como si esperaran que ella cometiese algún error, preocupados de que sucediera y animándola en silencio, eso no se veía bien.
Se sentó junto a su prima y la sonrisa que tenía dibujada de repente se sintió real, la verdad le divertía el asunto, si la reina poseía unos modales adecuados nadie podría recriminarle cosa alguna no decir nada más allá de su nerviosismo, pero “la realeza odia solo a los bastardos que no serán reyes” por qué si un noble tenía un bastado era una mancha en la familia, pero si el bastardo fuese a ser rey la nobleza se olvidaría de todo y lo tragaría para mostrar sus afectos y buscar sus favores, así mismo la joven no tenía por que sentirse nerviosa pues cada noble olvidaría su pasado y bajaría la cabeza frente a la mujer a la que llamarían Reina.
La joven menciono para su “sorpresa” su cuna, se notaba que era una mujer sensilla al atreverse a sacar el tema.
-mientras a usted no le importe a nadie le importara, porque si tuviese dos cabezas a nuestra “cuna” solo le importaría cual cabeza lleva la corona y las habladurías solo surgirán de defecto alguno que puedan encontrarle lejos de sus oídos y simplemente por el hecho de no haber conseguido su sitio, pero eso sucedería incluso con una princesa- tomo uno de los bocadillos y al hacerlo recordó porque Artemis era quien se encargaba de toda negociación, el no tenía ni tacto ni gusto, tendría que ensayar sus discursos hipócritas para el futuro, debía decir que el rostro y las sonrisas ya le iban pero debía ser porque con Artemis hablando era lo único que le concernía.
-un jardín encantador y una dama efectivamente adorable, seguramente nuestro primo Axel se encontraría encantado con una reunión como esta, es un hombre que gusta de la belleza- Contesto a Artemis, su careta ya estaba puesta, la sonrisa encantadora se dibujó en su rostro al dirigirse a su prima, se acercó a la mesa apartando la silla para su prima, pues la reina tenia a sus sirvientes listos para hacerlo, ellos habían asistido sin los mismos posiblemente por intuición, por discreción, ver las miradas de los sirvientes de la reina indicaba la atención que le tenían y un cierto grado de preocupación, quizá por el hecho de sentirla una “compañera” una mujer que sin nacer de cuna noble estaba por ser coronada, seguramente un sueño para la mayoría pero si deseaban ayudarla más valdría que disimulasen un poco más su interés, ella sería la reina no alguien con quien pudiesen mostrar confianza o interés sin arruinar su imagen. Algo de confianza no les vendría mal, parecía como si esperaran que ella cometiese algún error, preocupados de que sucediera y animándola en silencio, eso no se veía bien.
Se sentó junto a su prima y la sonrisa que tenía dibujada de repente se sintió real, la verdad le divertía el asunto, si la reina poseía unos modales adecuados nadie podría recriminarle cosa alguna no decir nada más allá de su nerviosismo, pero “la realeza odia solo a los bastardos que no serán reyes” por qué si un noble tenía un bastado era una mancha en la familia, pero si el bastardo fuese a ser rey la nobleza se olvidaría de todo y lo tragaría para mostrar sus afectos y buscar sus favores, así mismo la joven no tenía por que sentirse nerviosa pues cada noble olvidaría su pasado y bajaría la cabeza frente a la mujer a la que llamarían Reina.
La joven menciono para su “sorpresa” su cuna, se notaba que era una mujer sensilla al atreverse a sacar el tema.
-mientras a usted no le importe a nadie le importara, porque si tuviese dos cabezas a nuestra “cuna” solo le importaría cual cabeza lleva la corona y las habladurías solo surgirán de defecto alguno que puedan encontrarle lejos de sus oídos y simplemente por el hecho de no haber conseguido su sitio, pero eso sucedería incluso con una princesa- tomo uno de los bocadillos y al hacerlo recordó porque Artemis era quien se encargaba de toda negociación, el no tenía ni tacto ni gusto, tendría que ensayar sus discursos hipócritas para el futuro, debía decir que el rostro y las sonrisas ya le iban pero debía ser porque con Artemis hablando era lo único que le concernía.
Hades d'Este- Realeza Italiana
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Fecha de inscripción : 18/06/2012
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Re: In the Shadows [Hades y Sophia]
La mención de Axel le hizo ver a su primo con ganas de decir algo en su contra por atreverse a decir algo como eso. Incluso si era la futura reina, no había forma en que pudiese compararse en otros términos con alguien como ella. Y no era solo por su clase social, porque sin importar si era la reina de Italia o una plebeya cualquiera, sus atributos no iban a opacarse contra ella. Sonrió a Hades con una clara advertencia en la forma de verle. Tocar a Axel era un golpe bajo según su forma de verlo.
Su expresión cambió cuando el hizo aquel gesto con ella para que pudiera sentarse. La verdad disfrutaba de esas salidas, tener a Hades siendo caballeroso valía la pena. Aun cuando a veces se vengaran mutuamente de las cosas que ocurrían en ese tipo de pláticas una vez que estaban fuera de ahi.
Artemis soltó una risilla al escuchar a su primo decir aquello. No tenía idea de cómo elegía las palabras y no quería saberlo. Pero tampoco quería hacerle quedar mal, pues ante todo iba con ella. Tenía ganas además de comportarse un poco diferente aunque sin salirse de lo que debía aparentar.
-Él tiene razón, su Alteza
Su sonrisa ocultaba ese lado perverso que quería apoderarse de la situación. La que sería su reina, incluso si hubiese nacido para serlo, recibiría críticas y comentarios a sus espaldas. Eso no faltaba nunca. Hades tenía razón con lo que decía, no podía negarlo, y como ya lo había dicho, le dejaba hacerlo también.
-No debe preocuparse, solo actuar con confianza, incluso si esto es nuevo para usted
Tomó las pinzas haciendo lo que ella no había podido hacer antes. No tenía ninguna dificultad, después de todo era cuestión de práctica, pero lo más importante es que podría haberlo tomado con las manos sin necesidad de mostrar su torpeza, actuando como si no le importara. Se hizo hacia adelante sobre la mesa acercándose lo suficiente como si lo que iba a decir fuera importante y casi un secreto.
-Actúe como mejor le parezca, pero hágalo con confianza. Si va a tomarlo con las manos, no necesita los intentos fallidos para que puedan criticarle y si de cualquier forma lo harán, piense que es mejor que digan que no tiene modales a que digan que es incapaz de hacerlo
Se enderezó como si no hubiera dicho nada de lo anterior, se había salido de contexto con su pequeño diálogo, pero después de ver eso no pudo quedarse con la boca cerrada.
-Alguien en su posición, futura Reina, no está para cumplir las expectativas de los demás, sino todo lo contrario. Pueden criticarla, pueden odiarla o hablar mal de usted, eso no cambia los hechos, usted será la que esté en el trono y no habrá nadie que pueda decirle que hace mal, salvo el Rey, claro está
Hades había dedicado una mirada a los sirvientes, ella no tuvo que hacerlo. Su simpatía a la mujer era solo porque la veía lejos de hacerle sombra a su persona. No tenía de qué preocuparse, eso era lo que pensaba a pesar de las palabras dichas. Para Artemis, Sophia debía aprender que ella no estaba para desvivirse por otros sino que ellos debían desvivirse por ganarse sus favores. Era muy blanda e ingenua para esto, eso fue lo que pensó aunque no podía decirlo.
Pero después de decir algo como aquello que podía interpretarse de muchas formas, pensó que era mejor aligerar la plática, la joven seguro que lo que menos quería era parecer torpe con ellos, ponerla nerviosa o preocupada era algo divertido, pero había límites que no debían cruzarse por mucho que le entretuviera.
-¿Puedo preguntar su nombre, Alteza?
No quería que el ambiente se pusiera pesado y menos si era por sus palabras. Preguntarle su nombre iba con la intención de dejarle de decir solo Alteza o Su Majestad y porque creía que con eso podía hacerle sentir un poco más cómoda. Era una reunión informal para probarla y tal vez darle algo de confianza antes de que se enfrentara al mundo hipócrita y traidor en el que debía desenvolverse. Hades y ella eran por mucho, los que menos le criticarían, salvo tal vez un par de comentarios en el camino de regreso. Las presentaciones se habían saltado, porque ella ya conocía sus nombres, pero Artemis sentía cierta curiosidad y tenía que empezar por algún lado para poder preguntar lo que quería.
Su expresión cambió cuando el hizo aquel gesto con ella para que pudiera sentarse. La verdad disfrutaba de esas salidas, tener a Hades siendo caballeroso valía la pena. Aun cuando a veces se vengaran mutuamente de las cosas que ocurrían en ese tipo de pláticas una vez que estaban fuera de ahi.
Artemis soltó una risilla al escuchar a su primo decir aquello. No tenía idea de cómo elegía las palabras y no quería saberlo. Pero tampoco quería hacerle quedar mal, pues ante todo iba con ella. Tenía ganas además de comportarse un poco diferente aunque sin salirse de lo que debía aparentar.
-Él tiene razón, su Alteza
Su sonrisa ocultaba ese lado perverso que quería apoderarse de la situación. La que sería su reina, incluso si hubiese nacido para serlo, recibiría críticas y comentarios a sus espaldas. Eso no faltaba nunca. Hades tenía razón con lo que decía, no podía negarlo, y como ya lo había dicho, le dejaba hacerlo también.
-No debe preocuparse, solo actuar con confianza, incluso si esto es nuevo para usted
Tomó las pinzas haciendo lo que ella no había podido hacer antes. No tenía ninguna dificultad, después de todo era cuestión de práctica, pero lo más importante es que podría haberlo tomado con las manos sin necesidad de mostrar su torpeza, actuando como si no le importara. Se hizo hacia adelante sobre la mesa acercándose lo suficiente como si lo que iba a decir fuera importante y casi un secreto.
-Actúe como mejor le parezca, pero hágalo con confianza. Si va a tomarlo con las manos, no necesita los intentos fallidos para que puedan criticarle y si de cualquier forma lo harán, piense que es mejor que digan que no tiene modales a que digan que es incapaz de hacerlo
Se enderezó como si no hubiera dicho nada de lo anterior, se había salido de contexto con su pequeño diálogo, pero después de ver eso no pudo quedarse con la boca cerrada.
-Alguien en su posición, futura Reina, no está para cumplir las expectativas de los demás, sino todo lo contrario. Pueden criticarla, pueden odiarla o hablar mal de usted, eso no cambia los hechos, usted será la que esté en el trono y no habrá nadie que pueda decirle que hace mal, salvo el Rey, claro está
Hades había dedicado una mirada a los sirvientes, ella no tuvo que hacerlo. Su simpatía a la mujer era solo porque la veía lejos de hacerle sombra a su persona. No tenía de qué preocuparse, eso era lo que pensaba a pesar de las palabras dichas. Para Artemis, Sophia debía aprender que ella no estaba para desvivirse por otros sino que ellos debían desvivirse por ganarse sus favores. Era muy blanda e ingenua para esto, eso fue lo que pensó aunque no podía decirlo.
Pero después de decir algo como aquello que podía interpretarse de muchas formas, pensó que era mejor aligerar la plática, la joven seguro que lo que menos quería era parecer torpe con ellos, ponerla nerviosa o preocupada era algo divertido, pero había límites que no debían cruzarse por mucho que le entretuviera.
-¿Puedo preguntar su nombre, Alteza?
No quería que el ambiente se pusiera pesado y menos si era por sus palabras. Preguntarle su nombre iba con la intención de dejarle de decir solo Alteza o Su Majestad y porque creía que con eso podía hacerle sentir un poco más cómoda. Era una reunión informal para probarla y tal vez darle algo de confianza antes de que se enfrentara al mundo hipócrita y traidor en el que debía desenvolverse. Hades y ella eran por mucho, los que menos le criticarían, salvo tal vez un par de comentarios en el camino de regreso. Las presentaciones se habían saltado, porque ella ya conocía sus nombres, pero Artemis sentía cierta curiosidad y tenía que empezar por algún lado para poder preguntar lo que quería.
Artemis d'Este- Realeza Italiana
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Fecha de inscripción : 17/06/2012
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