La vida es maravillosa [Libre]

por **Dilshâd N. Boulak** Jue Sep 06, 2012 2:41 pm

Había pasado un día muy tranquilo, es lo que tenía estar sola en una ciudad que era prácticamente desconocida para mi. A causa de la enfermedad que me aquejaba desde que podía recordar, necesitaba ver el mundo por mis propios ojos, experimentar casi todas las sensaciones posibles antes de que la muerte se cerniera sobre mi con sus negras y veloces alas para llevarme al otro mundo donde no podría sentir ni disfrutar de los detalles terrenales, regalo de los dioses.

Me dijeron que en aquella ciudad encontraría a algún miembro de mi familia pese a todo, de mi misma rama de sangre, no estaba segura de si se trataba de mi hermana o de uno de sus descendientes de cuya existencia me había enterado gracias a una carta traída por mensajero. Los había buscado durante casi un mes sin éxito, el cansancio comenzaba a hacer mella en mi ser y delicada salud, así que después de pasar casi toda una jornada en cama recuperando energía decidí dar un paseo por una laguna cercana, disfrutar de las flores, la belleza del mundo, los colores que este tenía. Y allí me encontraba...sentada en un claro observando como el agua caía en una cristalina cascada sobre la superficie del agua, si me acercaba suficiente seria capaz hasta de ver a los pequeños habitantes del lago nadar en el.

por **Anneliese Wasenbell** Sáb Oct 13, 2012 1:17 pm

Aquel día casi había sido descubierta. Mi pequeña bromita de la fiesta me había pasado factura. La broma había sido un éxito total, me reía sólo de pensarlo, pero casi había sido descubierta. Por lo que debía de andar con cuidado. No volvería a aparecerme por aquellas fiestas durante un tiempo. Había que disimular, esperar a que las aguas se calmaran, por decirlo de alguna forma. Era lo más sensato.
Así que ahí estaba, caminando por la laguna, charlando con uno de los fantasmas que había invocado hacía poco, un chico que llevaba un tiempo lejos de este mundo, pero que no se atrevía a abandonarlo porque no había hecho muchas cosas en vida. Y yo trataba de ayudarle. A cambio él me entretenía cuando me aburría. Me contaba chistes, me llevaba a lugares nuevos o me enseñaba cosas que quería tomar.
O simplemente charlaba conmigo. Cómo lo hacía en aquel momento. Hablábamos de muchas cosas. Y yo estaba encantada, tratando de convercerle de que tomara forma corpórea. Pero él se negaba a hacerlo, y me seguía mirando de esa forma tan extraña, como si estuviera enamorado de mí...¡de mí! Sí, vale, es cierto que tenía mi edad cuando murió pero no quería que se enamorara de mí.
No podría evitarlo de todos modos. Me toqueteé un mechón de pelo, teñido de rojo aquel día gracias a una de mis pociones, y me senté en la orilla del lago, con aquel chico flotando a mi alrededor. Hacía un fresquito muy agradable, sobre todo cuando él estaba cerca.
Entonces algo llamó mi atención. Una mujer sentada a lo lejos, que parecía algo mayor que yo. El chico fantasma y yo la contemplamos con cierta curiosidad. Y entonces la saludé alegremente, levantándome y andando hacia ella.
-¡Bonjour, madame!-hablé con un claro acento inglés-¿Ha venido para esperar a alguien? Aunque no sé por qué iba a venir alguien por aquí...Espero no haber interrumpido nada-admitámoslo, también le hablaba porque quería comprobar una cosa. Miré a la mujer con curiosidad, con mis expresivos ojos azules mirándola a ella y mirando de vez en cuando al chico fantasma de reojo, quién por supuesto me había seguido como buen chico que era. Como buen fantasma.

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