AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Salida de Emergencia. [Erich]
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Salida de Emergencia. [Erich]
Desperté y la luz que entraba por una de las ventanas a mi habitación me cegó por un momento, me pareció extraño que entrara tanta luz a mi cuarto. Seguramente había olvidado cerrar la ventana y correr las cortinas como cada noche lo hacía. Mire hacía los ventanales y una hoja de uno de ellos se había abierto gracias al viento y la cortina ondeaba dejando pasar por momentos toda la luz del día. Supuse que mi nana lo había hecho para que entrara un poco de aire pues el tiempo se estaba poniendo demasiado cálido.
Estiré mi cuerpo y descubrí en varios puntos un dolor punzante, como si estuviera cubierta de moretones, me levanté apresurada de mi cama y me dirigí al espejo que cubría casi en su totalidad la pared frontal de mi habitación. Me paré frente a él y deslice los listones de mi camisón, aflojando sus amarres, fue deslizándose por mis hombros y lo deje caer a mis pies. Mi cuerpo se reflejo en el espejo y lo estudié con detenimiento buscando alguna marca o herida, pero todo estaba sano y salvo. Pasé mis pies sobre la prenda que yacía tirada y me dirigí a mi cuarto de baño, la tina estaba preparada, vacié una botellita de sales y me sumergí agradecida por poder disfrutar de ese delicioso momento. Recargué mi cabeza a la orilla y cerré los ojos; miles de imágenes acudieron a mí, pasaban frente a mi con rapidez y no lograba precisar ninguna, solo había un enredo de objetos que se mezclaban unos con otros: fuentes, agua cayendo, una capa oscura, un sombrero de copa, un vestido manchado de sangre, unos colmillos afilados, unos ojos penetrantes y aterradores, yo tirada y sangrando, Erich… Abrí los ojos asustada, miré hacía todos lados y me asegure de estar en casa. No entendía lo que acababa de pasar, talle mi cuerpo friccionándolo con fuerza, intentando sacarme esos ojos de la mente pero era imposible, nuevamente ese hombre se hacía presente en mis sueños...
Salí del cuarto de baño y mi habitación ya estaba limpia e iluminada, un vestido rojo con vuelos en la cauda y un pronunciado escote en la espalda, estaba sobre mi cama. Al lado de éste había un sobre dorado con un sello carmín, lo tome y lo abrí: era una invitación a una gala en el teatro principal de la ciudad. Hice una mueca, no me agradaban esos eventos, bueno a ser sincera, lo que no me gustaba era asistir sola y en esta ciudad carecía de amigos. Pensé en declinar la invitación pero supuse que la causa era importante por el vestido que había elegido mi nana para la ocasión.
Me envolví en una bata de seda y ordené que me subieran el desayuno. Después de comer, me dispuse a leer la correspondencia, había una carta de mi padre anunciando su próximo regreso. La alegría que la noticia causó en mí, ayudó a decidirme por salir y disfrutar de ese evento. Organice a los sirvientes para que preparasen la casa y tuvieran todo en orden para la llegada de mi padre en las próximas semanas. Luego, a unas horas de la puesta en escena, dos de mis doncellas me ayudaron a prepararme, vestirme y peinarme para el evento. Culminé eligiendo las joyas: una gargantilla con incrustaciones de diamantes y rubíes, y unos colgantes que hacían juego. Me mire al espejo y por un momento vi a mi madre. No estaba acostumbrada a vestir tan elegante y mucho menos a arreglarme tanto, pero me agrado a sobre manera lo que se reflejaba en el espejo.
En el camino sentía una especie de vacío, como si estuviera olvidando algo importante. Llegué a la puerta del teatro y cuando vi la multitud que ahí se reunía, estuve a punto de decirle al cochero que diera media vuelta y regresáramos. Pero la puerta se abrió y la mano de un ballet ofreciéndose a ayudarme a descender no me dejó otra opción. Bajé del carruaje sintiendo todas las miradas encima, lo que me sonrojó. Intenté pasar desapercibida y entrar al lugar sin llamar la atención pero algunos caballeros al ver que llegaba sola se apresuraron a ofrecerme amablemente su compañía. Me sentía realmente incomoda, no me gustaba ser el centro de atención y se me ocurrió que mi nana había planeado todo con esa intención. Hacia días me repetía que a mi edad mi madre ya estaba planeando su boda.
Decline varias invitaciones con una sonrisa y las demás siguientes simplemente las ignoré, no me interesaba ser cortejada solo por el impacto de un vestido. Traté de subir los escalones en medio de la multitud sin ser aplastada, los hombres me abrían paso rápidamente pero las mujeres intentaban cerrármelo de manera un tanto descarada o celosa, eso me causó mucha gracia. Continué subiendo y sentí una mano tomarme por el brazo, volteé molesta y vi a un caballero de avanzada edad, ataviado con ropa de muy buena calidad, en la mano que tenia libre llevaba un sombrero de copa y un elegante bastón. –Permítame ayudarla- Dijo amablemente, camino junto a mí, sin soltar mi brazo, abriéndose paso con pequeños empujoncitos que daba con el mango de su bastón.
Al fin llegamos al lobby del teatro, así que me dispuse a buscar por mi cuenta mi palco. Cuando intentaba dar un paso, el hombre que me había ayudado a entrar se puso delante de mí. Lo miré extrañada, sonreí forzosamente y quise rodearlo para seguir mi camino. Dio unos pasos al lado impidiéndome nuevamente el paso. –Veo que viene sola, ¿permitiría la señorita ser acompañada por mi?- me dijo con un dejo de coquetería que casi me hace reír en su cara. Lo miré incrédula “¿Y eso qué?” Pensé “Debe estar bromeando, podría ser mi padre…o mi abuelo y en sus peores días”. Mi mente trabajaba en buscar una idea para huir de ese hombre, pensé en fingir un ataque de tos o desmayarme ahí mismo, idea que deseche al momento al imaginar a mi flamante acompañante incomodo, intentando darme respiración boca a boca. “¡jajaja!” Una sonrisa divertida asomó a mi rostro al imaginarme eso y lo miré esperando que no malinterpretara ese gesto. Me sonrió de vuelta ofreciéndome su brazo y le dije lo primero que vino a mi mente. –La verdad es que estoy esperando a alguien, pero agradezco infinitamente su ofrecimiento...señor- sonreí y me dispuse a observar a las personas que entraban al teatro “genial y ¿ahora dónde me consigo un acompañante?” Pensé observando por encima del hombro y fingiendo que buscaba a alguien, esperando que eso fuera suficiente para que se convenciera y se fuera, pero el hombrecito seguía inmune a mis indirectas, estirando el cuello hacía donde yo miraba, buscando seguramente a mi acompañante ficticio.
Estiré mi cuerpo y descubrí en varios puntos un dolor punzante, como si estuviera cubierta de moretones, me levanté apresurada de mi cama y me dirigí al espejo que cubría casi en su totalidad la pared frontal de mi habitación. Me paré frente a él y deslice los listones de mi camisón, aflojando sus amarres, fue deslizándose por mis hombros y lo deje caer a mis pies. Mi cuerpo se reflejo en el espejo y lo estudié con detenimiento buscando alguna marca o herida, pero todo estaba sano y salvo. Pasé mis pies sobre la prenda que yacía tirada y me dirigí a mi cuarto de baño, la tina estaba preparada, vacié una botellita de sales y me sumergí agradecida por poder disfrutar de ese delicioso momento. Recargué mi cabeza a la orilla y cerré los ojos; miles de imágenes acudieron a mí, pasaban frente a mi con rapidez y no lograba precisar ninguna, solo había un enredo de objetos que se mezclaban unos con otros: fuentes, agua cayendo, una capa oscura, un sombrero de copa, un vestido manchado de sangre, unos colmillos afilados, unos ojos penetrantes y aterradores, yo tirada y sangrando, Erich… Abrí los ojos asustada, miré hacía todos lados y me asegure de estar en casa. No entendía lo que acababa de pasar, talle mi cuerpo friccionándolo con fuerza, intentando sacarme esos ojos de la mente pero era imposible, nuevamente ese hombre se hacía presente en mis sueños...
Salí del cuarto de baño y mi habitación ya estaba limpia e iluminada, un vestido rojo con vuelos en la cauda y un pronunciado escote en la espalda, estaba sobre mi cama. Al lado de éste había un sobre dorado con un sello carmín, lo tome y lo abrí: era una invitación a una gala en el teatro principal de la ciudad. Hice una mueca, no me agradaban esos eventos, bueno a ser sincera, lo que no me gustaba era asistir sola y en esta ciudad carecía de amigos. Pensé en declinar la invitación pero supuse que la causa era importante por el vestido que había elegido mi nana para la ocasión.
Me envolví en una bata de seda y ordené que me subieran el desayuno. Después de comer, me dispuse a leer la correspondencia, había una carta de mi padre anunciando su próximo regreso. La alegría que la noticia causó en mí, ayudó a decidirme por salir y disfrutar de ese evento. Organice a los sirvientes para que preparasen la casa y tuvieran todo en orden para la llegada de mi padre en las próximas semanas. Luego, a unas horas de la puesta en escena, dos de mis doncellas me ayudaron a prepararme, vestirme y peinarme para el evento. Culminé eligiendo las joyas: una gargantilla con incrustaciones de diamantes y rubíes, y unos colgantes que hacían juego. Me mire al espejo y por un momento vi a mi madre. No estaba acostumbrada a vestir tan elegante y mucho menos a arreglarme tanto, pero me agrado a sobre manera lo que se reflejaba en el espejo.
En el camino sentía una especie de vacío, como si estuviera olvidando algo importante. Llegué a la puerta del teatro y cuando vi la multitud que ahí se reunía, estuve a punto de decirle al cochero que diera media vuelta y regresáramos. Pero la puerta se abrió y la mano de un ballet ofreciéndose a ayudarme a descender no me dejó otra opción. Bajé del carruaje sintiendo todas las miradas encima, lo que me sonrojó. Intenté pasar desapercibida y entrar al lugar sin llamar la atención pero algunos caballeros al ver que llegaba sola se apresuraron a ofrecerme amablemente su compañía. Me sentía realmente incomoda, no me gustaba ser el centro de atención y se me ocurrió que mi nana había planeado todo con esa intención. Hacia días me repetía que a mi edad mi madre ya estaba planeando su boda.
Decline varias invitaciones con una sonrisa y las demás siguientes simplemente las ignoré, no me interesaba ser cortejada solo por el impacto de un vestido. Traté de subir los escalones en medio de la multitud sin ser aplastada, los hombres me abrían paso rápidamente pero las mujeres intentaban cerrármelo de manera un tanto descarada o celosa, eso me causó mucha gracia. Continué subiendo y sentí una mano tomarme por el brazo, volteé molesta y vi a un caballero de avanzada edad, ataviado con ropa de muy buena calidad, en la mano que tenia libre llevaba un sombrero de copa y un elegante bastón. –Permítame ayudarla- Dijo amablemente, camino junto a mí, sin soltar mi brazo, abriéndose paso con pequeños empujoncitos que daba con el mango de su bastón.
Al fin llegamos al lobby del teatro, así que me dispuse a buscar por mi cuenta mi palco. Cuando intentaba dar un paso, el hombre que me había ayudado a entrar se puso delante de mí. Lo miré extrañada, sonreí forzosamente y quise rodearlo para seguir mi camino. Dio unos pasos al lado impidiéndome nuevamente el paso. –Veo que viene sola, ¿permitiría la señorita ser acompañada por mi?- me dijo con un dejo de coquetería que casi me hace reír en su cara. Lo miré incrédula “¿Y eso qué?” Pensé “Debe estar bromeando, podría ser mi padre…o mi abuelo y en sus peores días”. Mi mente trabajaba en buscar una idea para huir de ese hombre, pensé en fingir un ataque de tos o desmayarme ahí mismo, idea que deseche al momento al imaginar a mi flamante acompañante incomodo, intentando darme respiración boca a boca. “¡jajaja!” Una sonrisa divertida asomó a mi rostro al imaginarme eso y lo miré esperando que no malinterpretara ese gesto. Me sonrió de vuelta ofreciéndome su brazo y le dije lo primero que vino a mi mente. –La verdad es que estoy esperando a alguien, pero agradezco infinitamente su ofrecimiento...señor- sonreí y me dispuse a observar a las personas que entraban al teatro “genial y ¿ahora dónde me consigo un acompañante?” Pensé observando por encima del hombro y fingiendo que buscaba a alguien, esperando que eso fuera suficiente para que se convenciera y se fuera, pero el hombrecito seguía inmune a mis indirectas, estirando el cuello hacía donde yo miraba, buscando seguramente a mi acompañante ficticio.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 11/06/2012
DATOS DEL PERSONAJE
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Datos de interés:
Re: Salida de Emergencia. [Erich]
Desperté y mis ojos se llenaron de alegría al ver que la noche ya había ocupado todo el cielo, me levante apresurado y comencé a correr, mi cuerpo no me respondía solo tenia una meta clara y era llegar a la casa de aquella joven pase sin ser visto entre medio de los ciudadanos que regresaban a su hogar y cuando por fin llegue donde Simonet mi cuerpo comenzó a temblar, entre saltando la reja principal y me escabullí por los matorrales hasta llegar a la ventana de su habitación, pero mi rostro cambio completamente cuando note que dentro de esta no se encontraba nadie, algo desilusionado y triste me senté en el borde de la cama de su habitación, creo que mientras pensaba donde podía estar sin darme cuenta golpe el suelo con una fuerza excesiva porque al instante uno de los empleados entro a ver que había sucedido.
-¿que sucede aquí? ¿¡¡Qui…. Quien eres tu!!!? Grito el hombre asustado al verme sentado en la cama de su señora, asustado el hombre intento huir pero yo ya me encontraba parado delante de el con la puerta cerrada. El hombre asustado ya no podía cerrar la boca de la impresión y con solo mirar mis ojos supo que su vida había terminado. Ninguna palabra salía de su boca, el miedo lo había paralizado. Me acerque lentamente a el y tome con una de mis manos su rostro - ¿Dónde esta la persona que duerme en esta habitación? Pregunte mirándolo fijamente a los ojos. El hombre totalmente controlado por mi solo pudo responder – en el teatro un evento formal – esas fueron sus ultimas palabras y la ultima vez que alguien lo vio.
Salí lentamente de la casa y me dirigí a una casa donde confeccionaban trajes de gala, el dueño un viejo que atendía solo por encargo me abrió la puerta algo temeroso, cuando me miro simplemente me invito a pasar y con una simple orden me mostro dos trajes que el tenia mas o menos de mi talla, elegí el negro y me fui el viejo nunca recordaría que yo estuve ahí o que alguna vez tuvo un traje negro como el que yo vestía.
Al llegar al teatro un tumulto de personas intentaban ingresar pero la capacidad del lugar esta al tope y solo con una carta de invitación se lograba ingresar, pasando sutilmente entre las personas me acerque al guardia que con un movimiento brusco me freno – solo los que tienen invitación pueden ingresar – dijo con un tono frio y monótono. – eso ya lo se, pero no habrá problemas si me deja pasar, ¿no es verdad?- le dije mirándolo a los ojos y acto seguido en hombre me permitió el paso, al entrar note de inmediato la presencia de Simonet y logre ver como un anciano con intensiones poco claras la ayudaba avanzar, la note incomoda queriendo sacar al extraño viejo de su presencia y logre escuchar como ella decía que esperaba alguien pero de inmediato note que solo buscaba una forma de quedar sola.
-Algún problema con mi acompañante- dije apareciendo por detrás de Simonet y colocando mi brazo sobre su hombre, pero sin dejar de mirar al anciano a los ojos, que al verme se asusto y se alejo un poco, pase al lado de ella y quede cara a cara con el anciano, lentamente me acerque a el y le susurre – nunca mas volverás a molestarla, no la tocaras y menos le dirigirás la palabra. Ahora ándate y no vuelvas camina y sigue caminando y no dejes de caminar solo podrás parar cuando tu cuerpo no resista mas- luego me aleje y me di vuelta para mirarla a ella, el anciano se alejo y desapareció de la vista de todos. – espero que me deje acompañarla bella dama- dije tomando su mano y besándola.
-¿que sucede aquí? ¿¡¡Qui…. Quien eres tu!!!? Grito el hombre asustado al verme sentado en la cama de su señora, asustado el hombre intento huir pero yo ya me encontraba parado delante de el con la puerta cerrada. El hombre asustado ya no podía cerrar la boca de la impresión y con solo mirar mis ojos supo que su vida había terminado. Ninguna palabra salía de su boca, el miedo lo había paralizado. Me acerque lentamente a el y tome con una de mis manos su rostro - ¿Dónde esta la persona que duerme en esta habitación? Pregunte mirándolo fijamente a los ojos. El hombre totalmente controlado por mi solo pudo responder – en el teatro un evento formal – esas fueron sus ultimas palabras y la ultima vez que alguien lo vio.
Salí lentamente de la casa y me dirigí a una casa donde confeccionaban trajes de gala, el dueño un viejo que atendía solo por encargo me abrió la puerta algo temeroso, cuando me miro simplemente me invito a pasar y con una simple orden me mostro dos trajes que el tenia mas o menos de mi talla, elegí el negro y me fui el viejo nunca recordaría que yo estuve ahí o que alguna vez tuvo un traje negro como el que yo vestía.
Al llegar al teatro un tumulto de personas intentaban ingresar pero la capacidad del lugar esta al tope y solo con una carta de invitación se lograba ingresar, pasando sutilmente entre las personas me acerque al guardia que con un movimiento brusco me freno – solo los que tienen invitación pueden ingresar – dijo con un tono frio y monótono. – eso ya lo se, pero no habrá problemas si me deja pasar, ¿no es verdad?- le dije mirándolo a los ojos y acto seguido en hombre me permitió el paso, al entrar note de inmediato la presencia de Simonet y logre ver como un anciano con intensiones poco claras la ayudaba avanzar, la note incomoda queriendo sacar al extraño viejo de su presencia y logre escuchar como ella decía que esperaba alguien pero de inmediato note que solo buscaba una forma de quedar sola.
-Algún problema con mi acompañante- dije apareciendo por detrás de Simonet y colocando mi brazo sobre su hombre, pero sin dejar de mirar al anciano a los ojos, que al verme se asusto y se alejo un poco, pase al lado de ella y quede cara a cara con el anciano, lentamente me acerque a el y le susurre – nunca mas volverás a molestarla, no la tocaras y menos le dirigirás la palabra. Ahora ándate y no vuelvas camina y sigue caminando y no dejes de caminar solo podrás parar cuando tu cuerpo no resista mas- luego me aleje y me di vuelta para mirarla a ella, el anciano se alejo y desapareció de la vista de todos. – espero que me deje acompañarla bella dama- dije tomando su mano y besándola.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Salida de Emergencia. [Erich]
Sentí el roce frio en mi hombro y escuché a mi espalda una voz conocida. Un gesto de desconcierto cruzo mi faz, luego suspiré aliviada. En esos momentos no me importaba realmente la razón por la que estuviera ahí, solo el hecho de que Erich me salvará de la compañía incomoda de aquel hombre mayor que nos miraba algo incrédulo. Roce su mano con la mía para hacer el gesto más creíble, el octogenario caballero pareció darse por vencido luego de que mi nuevo acompañante le dijera algo que no logré entender, saludo tocándose el ala del sombrero y se retiró.
Me volví hacia mi libertador haciendo una pequeña reverencia – ¡Gracias! ahora caballero, no le quito más su tiempo a la dama que seguramente lo acompaña. Con permiso- Le di la espalda y dirigí mis pasos hacia el área de los palcos, sentí una presencia a mi lado, me volví y era Erich caminando, mejor dicho flotando en el aire; hasta ese momento nunca lo había visto caminar, parecía como si se deslizara con paso elegante y firme. Me detuve y unos pasos mas adelante se detuvo él esperándome. – ¿Qué cree que está haciendo?- Pregunté. Ahora sin el influjo de su sangre, las cosas volvían a ser las de antes. Y me parecía de los mas extraña su presencia, más extraño aun, era que siempre aparecía cuando me veía sumida en apuros. Me sentí grosera, al final él me había librado del molesto señor de hacía unos minutos y rectifiqué mi tono a uno más agradable: –Quizá a su acompañante no le guste esperar, además conozco el teatro, puedo encontrar fácilmente mi lugar-.
Erich me observaba con una mezcla entre divertida y desconcertada, como si fuera obvio lo que hacía ahí. Me ofreció su brazo en señal de seguir caminando juntos, mis ojos se llenaron de sorpresa, no podía ser. No podía ser posible que mi sueño haya sido realidad, él no podía haber estado en mi habitación ni yo había escuchado su promesa de vernos hoy luego del crepúsculo. La gente comenzó a entrar, resolví que luego daría respuesta a esas dudas, caminé el tramo que nos alejaba y él se dirigió a mí encuentro; tome su brazo y así me condujo junto a él a ver la obra que se presentaba esa noche. Llegando al lugar que nos correspondía, detuvo para mí el pesado cortinaje y entré eligiendo uno de los sillones de la parte posterior, Erich con movimientos casi imperceptibles se sentó al lado mío. Las luces del escenario bajaron anunciando que daría comienzo la función.
Me volví hacia mi libertador haciendo una pequeña reverencia – ¡Gracias! ahora caballero, no le quito más su tiempo a la dama que seguramente lo acompaña. Con permiso- Le di la espalda y dirigí mis pasos hacia el área de los palcos, sentí una presencia a mi lado, me volví y era Erich caminando, mejor dicho flotando en el aire; hasta ese momento nunca lo había visto caminar, parecía como si se deslizara con paso elegante y firme. Me detuve y unos pasos mas adelante se detuvo él esperándome. – ¿Qué cree que está haciendo?- Pregunté. Ahora sin el influjo de su sangre, las cosas volvían a ser las de antes. Y me parecía de los mas extraña su presencia, más extraño aun, era que siempre aparecía cuando me veía sumida en apuros. Me sentí grosera, al final él me había librado del molesto señor de hacía unos minutos y rectifiqué mi tono a uno más agradable: –Quizá a su acompañante no le guste esperar, además conozco el teatro, puedo encontrar fácilmente mi lugar-.
Erich me observaba con una mezcla entre divertida y desconcertada, como si fuera obvio lo que hacía ahí. Me ofreció su brazo en señal de seguir caminando juntos, mis ojos se llenaron de sorpresa, no podía ser. No podía ser posible que mi sueño haya sido realidad, él no podía haber estado en mi habitación ni yo había escuchado su promesa de vernos hoy luego del crepúsculo. La gente comenzó a entrar, resolví que luego daría respuesta a esas dudas, caminé el tramo que nos alejaba y él se dirigió a mí encuentro; tome su brazo y así me condujo junto a él a ver la obra que se presentaba esa noche. Llegando al lugar que nos correspondía, detuvo para mí el pesado cortinaje y entré eligiendo uno de los sillones de la parte posterior, Erich con movimientos casi imperceptibles se sentó al lado mío. Las luces del escenario bajaron anunciando que daría comienzo la función.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 11/06/2012
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Re: Salida de Emergencia. [Erich]
Muchas preguntas surgieron de la boca de la joven pero todas dirigidas a lo mismo la incredulidad de que yo estuviera ahí y para mas sorpresa acompañándola a ella, en parte no tenia intención de contestar las preguntas porque para ser sinceros ni yo mismo sabia porque estaba ahí y porque había echo tanto esfuerzo para acercarme a ella.
Siendo un vampiro y con mis habilidades fácilmente podría tener a cualquier mujer pero algo tenia esta joven que me provocaba conquistarla teniendo que afrontar todo tipo de dificultades, por fin cedió a interrogarme y acepto que yo la acompañaron entramos al lugar y la oscuridad envolvió todo en sus interior, solos los dos y de eso me asegure, antes de ingresar había obligado que un guardia cuidara la entrada así nadie nos molestaría en nuestra primera cita un poco extraña.
La función comenzaba y los aplausos de los emocionados espectadores se dejaban sentir dando inicio a un largo y agradable show, pero yo no estaba interesado conocía a los creadores de estas melodías por lo que escuchar a simples imitadores no me llamaba la intención, lo que en verdad me provocaba emoción era poder conocer a la joven que se encontraba a mi lado. No podía asegurar si eran las luces que iluminaban el escenario o el brillo de los ojos de la joven que iluminaban mi corazón decidí comenzar hablar yo para romper este oscuro silencio.
-Una agradable velada, una agradable ubicación pero aun mejor una agradable compañía – mientras dije lo ultimo tome su mano la bese, la música creaba un ambiente perfecto éramos capaces de hablar sin necesidad de gritar pero teniendo que acercarnos para pode oírnos bien – parece que su pie esta mejor, ¿recuerda lo que sucedió ayer señorita? – pregunte mirando coquetamente a la joven mis ojos llenos de vida y misterio miraban a la joven.
Mientras esperaba lo que la joven tenia que decir comencé a escuchar que sucedía a nuestro alrededor la mayoría eran conversaciones simples y sin importancia pero había una que particularmente llamo mi intención, se comentaba que en la ciudad habían ocurrido muchas muertes, todos los cuerpos se encontraban sin sangre dentro y destrozados de manera muy despiadada, al oír eso supe de que se trataba no me extrañaba que fuera otro vampiro, ni mucho menos que hubieran muchos acá pero su manera descuidada de actuar me preocupo, mi rostro cambio bruscamente y una mirada preocupada se poso en la joven, tenia que asegurarme de que ella estuviera bien no podría perdonarme saber que algo le sucedía – desde ahora yo la cuidare me asegurare que nunca le suceda nada, si es necesario daré mi vida por la suya – dije sin pensar en lo que mi boca transmitía luego de percatarme de lo que dije me di vuelta y mire el espectáculo sin esperar a una reacción de la joven.
Siendo un vampiro y con mis habilidades fácilmente podría tener a cualquier mujer pero algo tenia esta joven que me provocaba conquistarla teniendo que afrontar todo tipo de dificultades, por fin cedió a interrogarme y acepto que yo la acompañaron entramos al lugar y la oscuridad envolvió todo en sus interior, solos los dos y de eso me asegure, antes de ingresar había obligado que un guardia cuidara la entrada así nadie nos molestaría en nuestra primera cita un poco extraña.
La función comenzaba y los aplausos de los emocionados espectadores se dejaban sentir dando inicio a un largo y agradable show, pero yo no estaba interesado conocía a los creadores de estas melodías por lo que escuchar a simples imitadores no me llamaba la intención, lo que en verdad me provocaba emoción era poder conocer a la joven que se encontraba a mi lado. No podía asegurar si eran las luces que iluminaban el escenario o el brillo de los ojos de la joven que iluminaban mi corazón decidí comenzar hablar yo para romper este oscuro silencio.
-Una agradable velada, una agradable ubicación pero aun mejor una agradable compañía – mientras dije lo ultimo tome su mano la bese, la música creaba un ambiente perfecto éramos capaces de hablar sin necesidad de gritar pero teniendo que acercarnos para pode oírnos bien – parece que su pie esta mejor, ¿recuerda lo que sucedió ayer señorita? – pregunte mirando coquetamente a la joven mis ojos llenos de vida y misterio miraban a la joven.
Mientras esperaba lo que la joven tenia que decir comencé a escuchar que sucedía a nuestro alrededor la mayoría eran conversaciones simples y sin importancia pero había una que particularmente llamo mi intención, se comentaba que en la ciudad habían ocurrido muchas muertes, todos los cuerpos se encontraban sin sangre dentro y destrozados de manera muy despiadada, al oír eso supe de que se trataba no me extrañaba que fuera otro vampiro, ni mucho menos que hubieran muchos acá pero su manera descuidada de actuar me preocupo, mi rostro cambio bruscamente y una mirada preocupada se poso en la joven, tenia que asegurarme de que ella estuviera bien no podría perdonarme saber que algo le sucedía – desde ahora yo la cuidare me asegurare que nunca le suceda nada, si es necesario daré mi vida por la suya – dije sin pensar en lo que mi boca transmitía luego de percatarme de lo que dije me di vuelta y mire el espectáculo sin esperar a una reacción de la joven.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Salida de Emergencia. [Erich]
Las notas que despedían los instrumentos musicales llenaban todo como una fina capa que tocaba los sentidos suavemente. Cerré los ojos intentando guardar esos sonidos dentro de mí, olvidándome por un momento del lugar donde me encontraba. Abrí los ojos cuando escuche su voz, fue entonces, que recordé a quien tenía a mi lado, miré hacía los demás asientos y me di cuenta que estaban casi en su totalidad vacíos a excepción de los nuestros.
Tomó mi mano y la beso con sus labios fríos como hielo, un flujo electrizante se desencadenó con ese beso, alejé tímidamente mi mano de las suyas y la coloque en mi regazo aun con la sensación fría y hormigueante. Lo miré extrañada cuando me pregunto por mi píe y recuerdos borrosos acudieron en torbellino –No- Mentí –No recuerdo nada- volví mi atención a la obra que para ser sincera ahora no le encontraba gran sentido.
Miraba a Erich cada tanto, vencida por la curiosidad. Me sentía confundida como si estuviera entre la realidad y la fantasía, por un momento pensé que estaría soñando nuevamente. El caballero me miraba de forma aprensiva como si lo atormentara algún recuerdo, me hundí en la profundidad de su mirada y de pronto dijo algo que terminó por asustarme, algo sobre cuidarme siempre. Lo mire boquiabierta sin poderme creer lo que había escuchado “¿Dar su vida por mi?”. De forma inconsciente me acerque a él, rocé su brazo con la punta de mis dedos causándome un nuevo escalofrío, los retiré como si una descarga eléctrica me hubiera atravesado la mano. Decidí que lo mejor era salir de ahí, las sensaciones que despertaba en mi eran un torbellino de incertidumbre. Titubeé al sentir de nuevo esa atracción tan peculiar que solo él despertaba, como si estuviera en medio de una trampa y una parte de mí no quisiera ser liberada; pero la fuerza del miedo que despertaba ese hombre en mí fue mayor.
Me levanté y caminé hacía el acceso, un hombre me cerró el paso justo en el umbral mirando interrogante hacía el hombre que en esos momentos sentí cómo se paraba a mis espaldas. Giré y miré a Erich con ojos llenos de reprobación, él me miró y luego le hizo una seña al guardia que tenía enfrente y éste se hizo a un lado abriéndome el paso. Continué mi camino de manera arrogante hacía el pasillo solitario con el único pensamiento de salir de ahí.
Tomó mi mano y la beso con sus labios fríos como hielo, un flujo electrizante se desencadenó con ese beso, alejé tímidamente mi mano de las suyas y la coloque en mi regazo aun con la sensación fría y hormigueante. Lo miré extrañada cuando me pregunto por mi píe y recuerdos borrosos acudieron en torbellino –No- Mentí –No recuerdo nada- volví mi atención a la obra que para ser sincera ahora no le encontraba gran sentido.
Miraba a Erich cada tanto, vencida por la curiosidad. Me sentía confundida como si estuviera entre la realidad y la fantasía, por un momento pensé que estaría soñando nuevamente. El caballero me miraba de forma aprensiva como si lo atormentara algún recuerdo, me hundí en la profundidad de su mirada y de pronto dijo algo que terminó por asustarme, algo sobre cuidarme siempre. Lo mire boquiabierta sin poderme creer lo que había escuchado “¿Dar su vida por mi?”. De forma inconsciente me acerque a él, rocé su brazo con la punta de mis dedos causándome un nuevo escalofrío, los retiré como si una descarga eléctrica me hubiera atravesado la mano. Decidí que lo mejor era salir de ahí, las sensaciones que despertaba en mi eran un torbellino de incertidumbre. Titubeé al sentir de nuevo esa atracción tan peculiar que solo él despertaba, como si estuviera en medio de una trampa y una parte de mí no quisiera ser liberada; pero la fuerza del miedo que despertaba ese hombre en mí fue mayor.
Me levanté y caminé hacía el acceso, un hombre me cerró el paso justo en el umbral mirando interrogante hacía el hombre que en esos momentos sentí cómo se paraba a mis espaldas. Giré y miré a Erich con ojos llenos de reprobación, él me miró y luego le hizo una seña al guardia que tenía enfrente y éste se hizo a un lado abriéndome el paso. Continué mi camino de manera arrogante hacía el pasillo solitario con el único pensamiento de salir de ahí.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Re: Salida de Emergencia. [Erich]
La joven no era la misma de la noche pasada y como la luna cambia con cada llegada ella cambio ahora era mas distante, mas fría y mas precavida con todo su actuar, por momentos prestaba atención al espectáculo por otros giraba para mirarme, podía notar su miedo no en su expresión si no que podía oler el temor que ella tenia y por un momento lo disfrute. Pequeños toques con su mano provocaban en ella y en mi descargas de energía prueba de una atracción entre nosotros, en un momento y sin previo aviso la joven intento salir pero el obediente guardia la detuvo, me pare para detenerla pero sus ojos me paralizaron esa miradas de desaprobación me dejo petrificado, con un movimiento de cabeza deje que ella se fuera pero solo por un momento me volví a sentar y disfrute un poco del show, la gente a nuestro alrededor seguía maravillada con algo que realmente no sabia si entendían.
– lastima que estuviera tan apurada nos perderemos un buen espectáculo, pero el show que viene a continuación será mas entretenido y lo mejor que será totalmente en privado – una sonrisa solio de mi rostro y la emoción recorrió mi helado cuerpo.
Sentía los pasos orgullosos de la joven alejarse cada vez mas y las miradas y comentarios de las personas al verla pasar, llame al guardia que cuidaba la puerta y lo hice entrar mientras la tela oscura se cerro definitivamente para el Salí de la pequeña sala y limpie mi boca con un pañuelo que quedo marcado de un color rojo furioso lo guarde en mi bolsillo y Salí detrás de la joven, intente escuchar donde estaba pero ella ya casi había salido del edificio, con un leve movimiento desaparecí de la vista humana y como una susurro del viento pasa al lado de todos Salí del teatro y me ubique a un lado del callejos, mientras salía la logre ver y la deje sentir el aire que provocaba mi correr.
Cuando ella ya estaba fuera del teatro y caminaba sola por la oscura noche el juego comenzó – una joven tan distinguida como usted no debería salir sola a estas horas de la noche – dije apareció de la oscuridad y ubicándome frente a ella, con una sonrisa la salude pero ahora la noche era mi abrigo – no debió retirarse así sin decirme nada, no pensó en que yo pude haberme preocupado – dije medio en serio medio riendo, mientras me acercaba mas y mas a ella, mi sonrisa iba en aumento, hasta el punto en que quede a escasos centímetros de ella y me acerque para hablarle. – ya le dije yo la voy a proteger no tiene que escapar de mi si tiene algo que le preocupa simplemente dígamelo – dije ubicando mi boca al lado de su oído.
– lastima que estuviera tan apurada nos perderemos un buen espectáculo, pero el show que viene a continuación será mas entretenido y lo mejor que será totalmente en privado – una sonrisa solio de mi rostro y la emoción recorrió mi helado cuerpo.
Sentía los pasos orgullosos de la joven alejarse cada vez mas y las miradas y comentarios de las personas al verla pasar, llame al guardia que cuidaba la puerta y lo hice entrar mientras la tela oscura se cerro definitivamente para el Salí de la pequeña sala y limpie mi boca con un pañuelo que quedo marcado de un color rojo furioso lo guarde en mi bolsillo y Salí detrás de la joven, intente escuchar donde estaba pero ella ya casi había salido del edificio, con un leve movimiento desaparecí de la vista humana y como una susurro del viento pasa al lado de todos Salí del teatro y me ubique a un lado del callejos, mientras salía la logre ver y la deje sentir el aire que provocaba mi correr.
Cuando ella ya estaba fuera del teatro y caminaba sola por la oscura noche el juego comenzó – una joven tan distinguida como usted no debería salir sola a estas horas de la noche – dije apareció de la oscuridad y ubicándome frente a ella, con una sonrisa la salude pero ahora la noche era mi abrigo – no debió retirarse así sin decirme nada, no pensó en que yo pude haberme preocupado – dije medio en serio medio riendo, mientras me acercaba mas y mas a ella, mi sonrisa iba en aumento, hasta el punto en que quede a escasos centímetros de ella y me acerque para hablarle. – ya le dije yo la voy a proteger no tiene que escapar de mi si tiene algo que le preocupa simplemente dígamelo – dije ubicando mi boca al lado de su oído.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Salida de Emergencia. [Erich]
El guardia me abrió paso y camine decidida y molesta hacía la salida sin importarme los susurros o las miradas de desaprobación que los demás al pasar me prodigaban. Salí a la fría noche y me encaminé hacía donde se ubicaban los carruajes, a esta hora los cocheros estarían en las calles adyacentes esperando que el evento terminara para acercarse por sus amos y para eso faltaban al menos un par de horas más.
Un viento helado me rozó como si alguien hubiera pasado al lado mio, pero nadie había ahí miré hacía todos lados ahora nerviosa, las historias de fantasmas que siempre habían estado presentes en las platicas de sus sirvientes ahora no le parecían tan tontas. Mire a mis espaldas y la calle estaba desierta apenas iluminada por los faroles, el bullicio del teatro apenas era audible y un estremecimiento de miedo me recorrió, pensé en regresar mis pasos y esperar en el lobby pero esa sensación de miedo era una tontería, me convencí de ello y seguí caminando, a un par de calles me encontraría con mi chofer y podría irme tranquila a casa.
Gire para reanudar mis pasos y Erich apareció de pronto delante de mí, mi voz desapareció siéndome imposible gritar por la sorpresa. ¿Cómo demonios había llegado hasta ahí? Mis pies no me respondían quedé petrificada por el miedo, se acercó a mí y sentí su helado aliento rozando mi cuello luego escuché su ofrecimiento de protección, me hizo olvidar el miedo que me invadía apenas hace unos minutos una especie de hechizo volvió a surtir efecto en mis sentidos, me aleje un poco mirándolo a los ojos –Bien, ¿sería tan amable de acompañarme a mi casa caballero?- Seguí caminando para cruzar la calle y dirigirme hacía mi casa, sintiendo su fría presencia a mi lado.
Un viento helado me rozó como si alguien hubiera pasado al lado mio, pero nadie había ahí miré hacía todos lados ahora nerviosa, las historias de fantasmas que siempre habían estado presentes en las platicas de sus sirvientes ahora no le parecían tan tontas. Mire a mis espaldas y la calle estaba desierta apenas iluminada por los faroles, el bullicio del teatro apenas era audible y un estremecimiento de miedo me recorrió, pensé en regresar mis pasos y esperar en el lobby pero esa sensación de miedo era una tontería, me convencí de ello y seguí caminando, a un par de calles me encontraría con mi chofer y podría irme tranquila a casa.
Gire para reanudar mis pasos y Erich apareció de pronto delante de mí, mi voz desapareció siéndome imposible gritar por la sorpresa. ¿Cómo demonios había llegado hasta ahí? Mis pies no me respondían quedé petrificada por el miedo, se acercó a mí y sentí su helado aliento rozando mi cuello luego escuché su ofrecimiento de protección, me hizo olvidar el miedo que me invadía apenas hace unos minutos una especie de hechizo volvió a surtir efecto en mis sentidos, me aleje un poco mirándolo a los ojos –Bien, ¿sería tan amable de acompañarme a mi casa caballero?- Seguí caminando para cruzar la calle y dirigirme hacía mi casa, sintiendo su fría presencia a mi lado.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 11/06/2012
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Re: Salida de Emergencia. [Erich]
Escuche la invitación de la joven, me pareció una idea tentadora, además aprovechaba de cuidarla camino a su casa sabiendo que ahí afuera se encontraba otro depredador. La joven comenzó a caminar y yo como su fiel guardián hizo lo mismo a unos escasos metros de ella al comienzo decidí mantenerme a esa distancia desde aquellos pasos que nos separaban podía ver la hermosa figura que a la luz de la luna se dibujaba, una fina silueta de una mujer distinguida algo frágil a simple viste pero con una gran fuerza interior. Nunca antes había pensado en esto pero ahora que miraba su espalda me deba cuenta de porque me había fijado en ella, cuando la observaba podía sentir la vida fluir por su cuerpo y eso extrañamente me llenaba de vida a mi. Decidí acercarme a ella, y me coloque a su lado tome delicadamente su brazo y lo coloque sobre el mio, por unos minutos caminando juntos a simple vista nos veíamos como una feliz pareja, simple, normal y aburrida, pero los acontecimientos que ocurrirían a continuación acabarían con esta definición de una pareja común y corriente.
-De verdad me sorprendió que me pidiera que la acompañara, parecía bastante molesta cuando se fue del teatro, ni siquiera espero que la obra terminara, aunque entre nosotros no se perdió de mucho bella dama – hablaba en un tono muy bajo lo que provocaba que ella se acercara mas a mi para escuchar. – lo que mas me sorprendió es que pudiera calmar todo el miedo que sintió cuando me vio, creo que tiene muchas preguntas para mi ¿verdad? Si hace las preguntas correctas podrá obtener las respuestas correctas – dije riendo
Mientras proseguíamos con la caminata por la tranquila noche parisina me sentí de verdad feliz una felicidad inexplicable y posiblemente irrepetible en un ser como yo, el miedo pronto volvería a mi y las imágenes de mi hermosa compañera muerta volverían a recorrer cada parte de mis pensamientos, con tan solo pensar en eso me estremecí y como si fuera un reflejo me coloque delante de ella y la abrace y aun mas inexplicable luego de eso la bese.
-De verdad me sorprendió que me pidiera que la acompañara, parecía bastante molesta cuando se fue del teatro, ni siquiera espero que la obra terminara, aunque entre nosotros no se perdió de mucho bella dama – hablaba en un tono muy bajo lo que provocaba que ella se acercara mas a mi para escuchar. – lo que mas me sorprendió es que pudiera calmar todo el miedo que sintió cuando me vio, creo que tiene muchas preguntas para mi ¿verdad? Si hace las preguntas correctas podrá obtener las respuestas correctas – dije riendo
Mientras proseguíamos con la caminata por la tranquila noche parisina me sentí de verdad feliz una felicidad inexplicable y posiblemente irrepetible en un ser como yo, el miedo pronto volvería a mi y las imágenes de mi hermosa compañera muerta volverían a recorrer cada parte de mis pensamientos, con tan solo pensar en eso me estremecí y como si fuera un reflejo me coloque delante de ella y la abrace y aun mas inexplicable luego de eso la bese.
Erich Anundsson- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/07/2012
Re: Salida de Emergencia. [Erich]
-¿Quien le ha dicho que me despierta miedo, es más, quien le ha hecho creer que usted despierta algo en mí?- Pregunté molesta por esa falta de tacto de Erich; cada vez que terminábamos juntos ocurría algo que volvía tenso el ambiente pero a la vez nos envolvía en un estado narcótico que nos impedía terminar de una vez por todas con esos extraños encuentros.
Seguimos caminando juntos y mi acompañante no volvió a pronunciar palabra, era como si se hubiera esfumado en la oscuridad de la noche, de no ser porque lo veía caminar a mi lado hubiera jurado que caminaba sola. Sin dar cuenta de ello de pronto apareció delante de mi, comenzaba a preguntarme cómo es que lo hacía y no me dio tiempo, sus brazos me rodearon y sentí su aliento helado a unos centímetros de mi boca, intente alejarme pero su abrazo era férreo y no pude moverme, unos labios helados buscaron desesperados los míos que luchaban por mantenerse firmes y cerrados, su aliento me sabía a mar, a la negrura de una noche fría de invierno, al dulce néctar de algún fruto exquisito y desconocido. Comencé a sentir esa sensación conocida de mareo, sabia que contaba con apenas unos segundos antes de colapsar ante ese hechizo que lo hacia tan atrayente. Lo aventé con todas mis fuerzas y con todo el enojo que era capaz de sentir, por supuesto, solo logré separarlo unos centímetros de mi cuerpo. Lo mire con una gran molestia contenida -¡¿Cómo se atreve?!- le grite molesta mientras mi mano derecha se dirigía a gran velocidad hacía su rostro, mi palma chocó contra un muro helado, me reprendí internamente por no haber recordado la dureza de su piel justo en el momento en que sentí como si mi mano estallará en mil pedazos ardientes y un dolor quemante recorría toda la extensión de mi brazo.
Una expresión de dolor se dibujo en mi cara y lagrimas a punto de salir nublaron mis ojos, desvíe la mirada mientras Erich aflojaba esa trampa que mantenía alrededor de mi cintura. Sentía una gran furia contra ese hombre que se mantenía impasible a mi lado, quise encontrar la manera de hacerlo pagar aquel atrevimiento pero sabia que la que resultaría mas lastimada seria yo. Me limpie violentamente las lágrimas y reanude el camino llena de frustración por no haber podido hacerle ni un mínimo rasguño.
Seguimos caminando juntos y mi acompañante no volvió a pronunciar palabra, era como si se hubiera esfumado en la oscuridad de la noche, de no ser porque lo veía caminar a mi lado hubiera jurado que caminaba sola. Sin dar cuenta de ello de pronto apareció delante de mi, comenzaba a preguntarme cómo es que lo hacía y no me dio tiempo, sus brazos me rodearon y sentí su aliento helado a unos centímetros de mi boca, intente alejarme pero su abrazo era férreo y no pude moverme, unos labios helados buscaron desesperados los míos que luchaban por mantenerse firmes y cerrados, su aliento me sabía a mar, a la negrura de una noche fría de invierno, al dulce néctar de algún fruto exquisito y desconocido. Comencé a sentir esa sensación conocida de mareo, sabia que contaba con apenas unos segundos antes de colapsar ante ese hechizo que lo hacia tan atrayente. Lo aventé con todas mis fuerzas y con todo el enojo que era capaz de sentir, por supuesto, solo logré separarlo unos centímetros de mi cuerpo. Lo mire con una gran molestia contenida -¡¿Cómo se atreve?!- le grite molesta mientras mi mano derecha se dirigía a gran velocidad hacía su rostro, mi palma chocó contra un muro helado, me reprendí internamente por no haber recordado la dureza de su piel justo en el momento en que sentí como si mi mano estallará en mil pedazos ardientes y un dolor quemante recorría toda la extensión de mi brazo.
Una expresión de dolor se dibujo en mi cara y lagrimas a punto de salir nublaron mis ojos, desvíe la mirada mientras Erich aflojaba esa trampa que mantenía alrededor de mi cintura. Sentía una gran furia contra ese hombre que se mantenía impasible a mi lado, quise encontrar la manera de hacerlo pagar aquel atrevimiento pero sabia que la que resultaría mas lastimada seria yo. Me limpie violentamente las lágrimas y reanude el camino llena de frustración por no haber podido hacerle ni un mínimo rasguño.
Simonet de Kontrebia- Humano Clase Alta
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