De los errores aprende un aprendiz [Calypso]

por **Noah Evans** Miér Sep 26, 2012 4:29 pm

A duras penas había pegado ojo esa noche. Mi cerebro excitado ante los acontecimientos se había negado a desconectarse y descansar, dándole vueltas una y otra vez a lo ocurrido el día anterior.
Solo esperaba que la suerte siguiera de mi lado, echándome una mano y ayudándome a conservar el empleo que aún no había siquiera estrenado. Aunque bueno, estaba más que claro que tendría que poner de mi parte, ya que por mucha suerte que pudiera tener, iba a tener que estudiar a fondo para poder ponerme al día con las pócimas y todo lo que Calypso considerase oportuno enseñarme.

Al alba me levanté de la cama y me vestí apresuradamente, tomándome algo más tiempo del que normalmente solía dedicar para comprobar que mi aspecto era agradable. Por supuesto, mi madre no tardó demasiado en intervenir para peinarme el pelo y las cejas, como hacía todas las mañanas desde que tenía memoria.
Tras desayunar y despedirme de ella, puse rumbo a la ciudad, dejando mi pequeña casa oculta en el interior del bosque.
Se me hacía raro recorrer este camino en mi forma humana, pero no era factible transformarme, así que tuve que conformarme con andar lo más rápido que me permitieron mis piernas.

Cuando por fin llegué a la tienda me quedé parado unos breves instantes frente a la puerta. Tras realizar una inspiración profunda para despues vaciar por completo mis pulmones, abrí la puerta y entré en su interior.
Al principio me limité solo a asomar la cabeza, y al ver que no había nadie a la vista ya introduje el resto del cuerpo, cerrando la puerta tras de mí.

—¿Calypso?—llamé en voz alta, escaneando la habitación con los ojos en busca de la interpelada—¿Hermes?—no esperaba que el cuervo me contestase, ni mucho menos, pero en el poco tiempo que había tenido para conocerle estaba bastante seguro que de estar aquí el ave acudiría a mi llamada.

por **Calypso N. Jones** Vie Oct 05, 2012 3:02 pm

Abrió la tienda como cada mañana, temprano, pero esta vez tuvo más dificultades de lo normal. Llevaba una caja llena de botellitas y tarros de cristal que había ido encontrando por ahí y que también había limpiado meticulosamente. Unos de mas grandes, otros más pequeños, pero al fin y al cabo eran aprovechables para Calypso. Pero ese día también era especial para ella; después de abrir la puerta y con un poco de esfuerzo girar el cartel de cerrado ha abierto, se acordó de que hoy vendría Noah, para su primer día de trabajo. La verdad se le hacía muy extraño tener un dependiente no mago, a demás de que podría liarla mucho si no aprendía correctamente. Pero, no perdía nada en darle una oportunidad al pobre chaval, a demás le parecía bastante mono tener también un perito rondando por ahí. Igualmente Calypso cogió la caja y bajo al sótano donde la magia, literalmente, sucedía.

Bajo a bajo donde tenía montada toda la parafernalia para hacer pociones, lecturas espectrales y demás. Calypso no solo quería que eso pareciera un simple laboratorio de alquimia, sino un lugar confortable donde conversar y relajarse, a demás de proporcionar un escondrijo perfecto a todos sus artilugios. Probetas, decantadores y alambiques se camuflaban entre velas, telas colgadas del techo y muebles de sándalo muy oscuro. Una pirámide de incienso se quemaba lentamente al lado de una mesa de adivinación que daba un aura relajante.

Dejo la caja en la mesa del alambique, que aparte para destilar perfumes era perfecto para crear esencias, no muy legales de obtener. De momento había tenido cierto éxito porque tres o cuatro magos ya habían necesitado de sus esencias para continuar sus investigaciones, si se podían llamar así. La verdad era que Calypso cubría una necesidad de los magos y gitanos de la zona: productos de exportación. A parte de la gran variedad de productos locales, gracias a su amiga Samantha al otro lado del charco, conseguía el envió de cargamento especial, y a demás a muy bajo precio. Cuando cubres una necesidad tu negocio triunfa, si no te ves engullido por algún otro. Igualmente Calypso se disponía a sentarse cuando oyó un grito desde arriba, estaba segura de quien era. Se dirigía hacia arriba, saliendo por una cortina de cuentas que separaba las escaleras del mostrador.– Hola Noah – dijo mientras inspeccionaba al chico – que repeinado me vienes por cierto Hermes no lo he visto aun hoy – Le dijo mientras ya daba la espalda y encendió un fogoncito que tenia agua. - Quieres tomar algo, me voy a hacer un té – dijo – supongo que estás preparado para hoy - Mientras decía esto con casqueo encendió el fuego y miro a Noah esperando respuesta.

por **Noah Evans** Vie Nov 23, 2012 1:05 pm

OFF: Hola, hola, prometo que no me he olvidado de ti Wink

Si alzaba más la voz probablemente se me escucharía en la calle y definitivamente no quería ni convenía llamar la atención de esa manera. Por lo tanto, decidí concederle algo de margen a Calypso y me quedé en silencio.
Me encontraba ya en el centro de la habitación cuando escuché unos pasos aproximándose hasta mi persona.
La confirmación de que no me había equivocado de lugar o de que había estado chillándole a las paredes.

Enderecé mi postura, alisando unas arrugas invisibles de mi camisa, hasta que finalmente Calypso apareció en escena.
Fruncí ligeramente el ceño ante sus palabras iniciales, no como una muestra de enfado, si no de incomprensión. ¿Qué le pasaba a mi peinado?

—Estaba tratando de dar buena impresión—respondí con cierto humor, ya que apesar de todo, tenía un concepto bastante bueno de mí mismo que ni si quiera un huracán podría derrumbar facilmente—No, gracias—añadí a los pocos segundos. Nunca salía de casa sin tener el estómago bien lleno y esta mañana no había sido la excepción.

Me introduje aún más en la tienda, tomando una actitud menos de cliente y más de empleado. Definitivamente, Calypso había realizado un trabajo impresionante.
La habitación desprendía un aire de misterio que la hacía altamente atractiva y atrayente, lo que me hacía tener más y más esperanzas en el futuro positivo del negocio.

—Preparado e impaciente, si me permites añadir—no entendí como algo tan aparentemente simple podía despertar tanta excitación en mí. Como un niño pequeño con zapatos nuevos.

por **Calypso N. Jones** Vie Nov 30, 2012 3:36 pm

Calypso arqueo una ceja, e instantáneamente se giro a poner la tetera en el fuego. No tardaría mucho en hervir si utilizaba un método que le enseñaron hace ya tiempo: simplemente había de dejar levitar la tetera sobre un fuego de azufre y en menos de cinco minutos eso ya estaba listo. Igualmente volvió al tema del vestuario del chico; la verdad no quería mucha importancia al tema, ya que no la tenía, pero era simplemente por el contraste entre ella y Noah. Calypso con harapos de sus viajes y sus rastas; mientras Noah repeinado y la camisa impoluta.

-Bueno…- dijo con resignación - No pasa nada, solo era un comentario aleatorio – y sonrió. Se giro hacia la tetera, ya estaba hirviendo. Con otro chasqueo apago el fuego y deposito la tetera encima del mostrador, introduciendo en ella un té negro cual carbón y los dejo reposar.

- Te aconsejo que te lo tomes con calma – dijo dirigiéndose a Noah – Hoy es domingo, así que ahora la gente debe de salir del servicio religioso – miro la hora; eran las once, seguramente estaba en lo correcto – A demás, he decidió no abrir la tienda para organizar un poco el almacén y así te familiarices con las “esencias básicas”...- dijo enfatizando en la última frase – ...entiéndase esencias básicas como los elementos más puros de la alquimia - Esperaba que no empezara a tomar apuntes ni nada ya que le habría resultado demasiado académico, y Calypso pasaba mucho de las formalidades de ese tipo.

Mientras filtraba el té en la taza y le ponía un poco de azúcar, se dirigió a las escaleras que estaba a la derecha del mostrador – Acompáñame... – dijo mientras empezaba a bajar - ¡Venga!- exclamo cuando vio a Noah más en su mundo que en el real. – Pero antes de empezar con mezclas extrañas y los esenciales, creo que empezaremos con unos básicos para que te puedas manejar más o menos sin liarla mucho – dijo cuando ya llego al sótano en el que se encontraba antes. Se dirigió a una estantería llena de botes cerrados herméticamente; y con razón, arriba del todo ponía: “Mezclas Inestables”.

por **Noah Evans** Vie Dic 07, 2012 10:04 am

Mi cerebro empezó a trabajar perezosamente. Durante mis 40 años de vida me había centrado siempre en actividades de caracter más físico que intelectual, así que no estaba acostumbrado a memorizar grandes cantidades información. Sin embargo, mis neuronas iban a tener que esforzarse algo más de lo normal, ya que de ello dependía, en cierta manera, el futuro de la tienda. Evidentemente, Calypso se podía encargar de todo sin mí, pero si por un error yo hacía volar la tienda en mil pedazos, dificilmente iba a quedar algo de lo que ocuparse.
Supongo que para empezar e ir acostumbrándome, estaría bien con quedarme con los detalles más importantes. Es decir, sustancias que bajo ningún concepto pudieran mezclarse, remedios que causaran algún efecto secundario grave en caso de no ser utlizados correctamente, y otras cosas por el estilo.

La voz de Calypso me sacó de mis pensamientos. Nota mental: Si quieres que esto tenga éxito, no desconectes mientras tu jefa te habla. Dando un par de zancadas largas y apresuradas me puse detrás de ella, siguiéndola hacia el sótano de la tienda.

Finalmente, y aprovechando que justo en ese momento ella no me estaba mirando, me pasé lo dedos por el pelo revolviéndomelo ligeramente, de manera un poco más propia de un muchacho de la calle y no del ayudante remilgado en el que me había querido convertir. No pegaba conmigo ni con ella ni con este lugar.

—Estoy listo—repetí, observando cautelosamente los diferentes botes y frascos que había en la estantería. Desde niño siempre había sentido cierta envidia por los brujos y sus poderes, ya que como yo había nacido con mi habilidad no veía ninguna novedad en ella. Y aunque jamás fuese a tener la magia corriendo por mis venas, esto me satisfacía enormemente—Ilústrame.

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