Errores[Privado]

por **Bleuenn Charisteas** Dom Ago 11, 2013 9:55 pm

Mierda! Maldito zapato! Vociferaba en voz baja intentando recuperar el equilibrio. Bueno es que solo a ella se le ocurría ponerse tacones para salir a pasear ¿Dónde tenía la cabeza cuándo pensó que era una buena idea? Bien merecido lo tenía por actuar de manera tan absurda ¿Quién en su sano juicio tomaría un “atajo” por el bosque a esta hora? Lo más lógico en estas circunstancias habría sido tomar un breve paseo y volver inmediatamente a casa, llegar a su destino en el menor tiempo posible sin arriesgarse a que este tipo de cosas me pasaran. Frunció el ceño y buscó con la mirada un lugar donde sentarse luego de quitarse el calzado, estaba claro que hoy no llegaría a cenar a la hora.

Hoy era viernes por la noche. Le habían invitado a la apertura de una galería que se encontraba no muy lejos de donde estaba viviendo. La galería era de un viejo amigo, que había conseguido traer desde distintas partes del mundo diversos obras de arte, conocía su exquisito gusto y estaba deseosa por escuchar las historias de cada una de ellas. Además tenía esa curiosidad por saber como llevaba la galería ya que pronto quería ser la dueña de una, y para ello necesitaba hacer sus propias investigaciones.

Miró el cielo una vez más, la luz se hacía más tenue, llegaría tarde para variar. Lo bueno de estas cosas es que no hay una hora fija de entrada y estaba convencida de que su amigo le entendería, le conocía lo suficiente como para adivinar el motivo de su demora. No iba a tratar asuntos relacionados con su padre por lo que podía vestir como le diera la gana, nada de trajes con los que se sentía ahogada, ropa cómoda pero que no dejaba de ser muy femenina y sexy; con una chaqueta a tono y un pequeño bolso de mano. Si, este tipo de salidas se le daban mucho mejor, era ella misma en todo momento, sin caretas ni sonrisas hipócritas.

Como era temprano decidió ir por un paseo y luego pedir un coche que la lleve a la galería ya que no se encontraba muy lejos; así respirar un poco de aire fresco para aclarar su mente antes de llegar, creyendo que era buena idea. Obviamente no podía haber estado más equivocada. Ahora estaba sentada en medio de la noche, mirando el tacón roto de su zapato, como si se pudiera recomponer solo.-[color:e764=f7f2f7]Mierda, está demostrado que soy una idiota-Declaró para mi misma, mientras soltaba aire de golpe recargándose en el asiento. Intentaba calmarse antes de emprender un camino de regreso que no sería sencillo.

por **Kristof Von Garvel** Jue Ago 29, 2013 2:57 pm

Errores[Privado]

¿Porque no caminar por los bosques cuando no puedes dormir?

Solo ocurre cuando el sol baja de la superficie terráquea o se aleja para dar paso a la luna, aquel astro que Kristof adoraba ver cada vez que esta se mostraba por la noche. Él ahora estaba solo completamente. Podría practicar su brujería…pero si amor no hay magia ¿Por qué todo tendría que estar relacionado con la magia? –Mujeres…esas son el problema…-Dijo para si mismo, queriendo introducirse en la arboleda del bosque. Ahora él estaba inmerso en la naturaleza y solo le quedaba una salida: Seguir adelante con el plan.

¿Cuál era el plan? ¿Irse al restaurante y pedir que se lo trajeran a casa? ¿Cómo se haría eso? Era algo imposible de pensar. No sabía cómo podría ser. ¿De dónde salieron esos pensamientos? Él sabía que era despistado, pero no lo pensó por si se había perdido en el bosque, cosa que en poco tiempo ocurrió.

Ahora miraba a lo lejos una figura, una mujer supuso y maldijo mil demonios- ¡Eh! ¡tu! –sonrió, iba a jugar un rato -….¿¡Que se supone que haces en mis dominios?!-Sí, gritaba a esa mujer de cabellos dorados, otra que temblaría por ella, pero ¿Qué decía? Ella caería a su juego - …¡TU! ¡LA RUBIA GORDA! –Dijo burlón y desafiante mientras se acercaba a la mujer que al parecer se masajeaba los pies -¿Qué? ¿Un día duro? ¿Estas cansada? –Se acercó a ella riendo, le revolvió los cabellos con la mano un par de veces, terminando por tomarla del mentón y hacer que la mirara fijamente a los ojos.

-Ya estas echando a andar…o la onza que llevo en la mochila la usare para comida de lobos…-dijo mirándola fijamente a los ojos, este le acaricio el labio inferior con el pulgar pálido que poseía, la miraba fijamente hasta que oso acercarse a ella lentamente, comenzando a besarla poco a poco, se separó de ella y solo la miró-…Huye si no quieres que el espectro que llevo dentro te viole por completo…-dijo una voz dulce, calida y severa al oído de la chica. Aquella era la real voz de Kristof, un chico dulce, atormentado y divertido, pero tenia a su parte demente que a veces le poseía y le hacia decir cosas obscenas y crueles-…perdóname…-murmuro aun su parte dulce-…Corre…ya te mandare los zapatos…-dijo severamente, pero el brazo estaba siendo controlado por su demencia, el la soltó, se separó -..¡HUYE!

Thanks, Maggie

por **Bleuenn Charisteas** Dom Sep 01, 2013 11:22 pm

Maldecía una y otra vez su mala suerte ¿Por qué de entre todas las personas, le venía a pasar eso a ella? No era un ejemplo de vida, ni un modelo a seguir mucho menos pero no creía que tuviera tan mal karma como para terminar en medio de esta zona, mientras la noche caía inexorablemente sobre ella. Una vez más miró aquel bendito zapato ¿Cómo es que se rompió? Era prácticamente nuevo y ahora estaba arruinado. Lo peor de todo es que el tiempo no se detenía, con cada segundo la oscuridad se hacía más profunda, por lo tanto tenía que encontrar una manera de salir de allí antes de perderse irremediablemente y dar de tumbos por entre los árboles.

En el momento en que iba a ponerse de pie, oyó ruidos provenientes de la zona que estaba detrás de ella, intuyó que quien fuera que estuviese allí no tendría buenas intenciones por lo que se quedó inmóvil esperando que se marchase. Claro, los ruidos solo se hicieron más evidentes hasta que fue tarde. El escalofrío que le provocaron sus primeras palabras le hicieron desear echar a correr pero el miedo paralizaba su cuerpo y apenas puedo moverse. Una mano le sujetó del mentón haciendo que mirara directamente a aquel hombre. La tenue luz que se filtraba hasta ella apenas le dejaban distinguir sus razgos. Un grito ahogado murió en su garganta cuando la besó, por la escencia del beso y sus palabras, temía que lo peor estuviera por llegar. Por ello se desconcertó sobremanera al oirle decir que huyera.

Sus orbes se abrieron de par en par, confundida y aterrada por las reacciones tan extrañas del hombre. No esperó que repitiera ello. No iba a intentar entenderle en este momento. Sin recordar volver a ponerse el zapato echó a correr por entre la maleza. Como el que llevaba puesto solo le estorbaba, se detuvo un instante para quitarlo y seguir corriendo. No tenía noción clara de a dónde se dirigía, lo único que quería era poner distancia entre ella y aquel hombre. No supo cuanto corrió, solo se detuvo al sentir que le dolían los pulmones y no tenía más energía para continuar, todos los músculos le dolían por el esfuerzo; necesitaba descansar. Se apoyó en la corteza de un árbol jadeando, alerta a cualquier ruido que pudiera oir. Solo esperaba recuperar el aliento para echar a correr de nuevo.

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