Entre Caminnos [Sara]

por **Alastor M. Latzer** Dom Sep 30, 2012 11:42 am

Todavía era de mañana, no era tan tan temprano, creo que por lo menos ya serian las nueve tres cuartos de la mañana, y por lo visto la gente no se levantaba a esa hora, o por lo menos casi toda la gente. Sabia que muchos mercaderes y hombres de trabajo forzado se levantaban mas temprano que yo (ocho y media) aunque no era por nada de trabajo solo que no podía dormir mas de ocho horas sin hacer mucho el día anterior, y como no podía quedarme en la buhardilla, obligatoria mente tendría que comenzar mi día vagando por las calles, buscando por lo menos algún trabajo del dia que pudiera ganar algún dinero para comer aquel día, pero aunque pensaba en tener algo mas estable, nunca encontraba algo que fuera realmente un buen trabajo que me pudieran dar mas confianza de solamente ese dia.

En realidad tampoco me sentía mal por eso y vagar por las calles, ademas de conocerlas como la palma de mi mano, me gustaba la vida en París, mucho mejor que en otras regiones. Así que mi caminata terminó de ser tan monotona cuando me percaté de una joven que iba en dirección hacia el oeste, por el callejón que cortaba al mio -emm, señorita- tosi un poco antes de hablar -por esa dirección no hay salida, debe seguir por este (donde voy) y doblar docientos pies a la derecha..-

por **Sara Cecereu** Sáb Oct 06, 2012 10:19 am

La mañana había amanecido algo nublada, además con los vientos propios qué anuncian el otoño, hacía algo de frío, traía puesta una chalina y un vestido sencillo en azul claro, salí por las compras pues Amelia tenía qué terminar de preparar algunos postres para una recepción, era de lo que nos estábamos manteniendo, además de los pequeños trabajos qué yo hacía y de mis peleas “clandestinas” de box, me sentía algo cansada y sumamente adolorida pues la noche anterior había tenido un encuentro de esos, al menos sentía la satisfacción de haber ganado lo suficiente como para salir el resto del mes con los pagos y mis materiales de trabajo. Después de haber comprado los huevos, harina y azúcar, decidí ir a caminar un rato, tenía algo de tiempo y no quería volver a casa. Compré cuatro manzanas y me fui recorriendo los callejones, veía los puestesillos, luego las fachadas de las tiendas para después ver las fachadas de las casas, además la caminata me ayudaba para ver algunos modelos de vestidos de las jóvenes qué veía pasar.

Me quedé observando un vestido de una chica qué estaba parada regando unas macetas, a decir verdad perdí la noción del camino, me quedé de pie comiendo la manzana por unos segundos y luego seguí caminando sin dejar de ver el vestido. De pronto escuché la voz de un joven qué me sacó abruptamente de mi embelesamiento –He, como?.- pregunté sin entender a bien, volteé al frente topándome con pared, sonreí algo boba negando con la cabeza –Que tonta soy, muchas gracias por poco y me estrellaba contra la pared.- expresé viéndolo a los ojos, era un joven de aspecto agradable y afable –Doscientos?, sus pasos son más largos qué los míos Monsieur, entonces para mí serían unos, trescientos.- expresé sonriéndole mientras re direccionaba mi camino.

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