AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Carlos Andrea Garay —
2 participantes
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Carlos Andrea Garay —
por Carlos A. Garay Lun Oct 08, 2012 4:59 am
— Nombre del Personaje: Carlos Andrea Garay.
— Edad: 38 Años.
— Especie: Humano.
— Tipo, Clase Social o Cargo: Extranjero, Clase Alta.
— Orientación Sexual: Heterosexual.
— Lugar de Origen: España, Madrid. Tiene también ascendencia Italiana por parte de Padre.
— Descripción Física:
De la cabeza a los pies, todo ello emana masculinidad en Carlos. Sí, el es un hombre, nada indica lo contrario.
Poseedor de un rostro con facciones duras. De mandíbula firme, en una perfecta uve terminada en el mentón, ligeramente ovalado. No tiende a sonreír. Sus ojos son lo suficientemente grandes como para no pasarlos desapercibidos, de un color grisáceo bastante interesante. A veces, con motitas marrones o verdes, dependiendo de la luz. Son imprecisos y 'rebeldes', miran fijamente al contrario con rudeza, acompañando a la expresión facial. Tampoco suelen mostrarse, lo que se diría como, sonrientes. Por sobre ellos y bajo ellos nos encontramos con unas cejas frondosas y una nariz de puente cuasi recto, respectivamente. Su nariz solo se encuentra ligeramente torcida debido a algún que otro golpe. La única seña de que los años no pasan en balde por él son pequeñas arrugas cerca de los ojos y en la frente, acompañadas de algún que otro mechón canoso en su espesa melena marrón. Lejos de quedarse calvo, mantiene un corte al estilo militar por costumbre de los viejos tiempos, dejando salir una barba poco frondosa a lo largo de todo su rostro (Entiéndase mentón, mandíbula y bigote) en algunas ocasiones. Esta última le confiere un aspecto aún más intimidante de lo habitual y más maduro también.
Por otro lado, sus cualidades físicas de cuello para abajo resultan bastante envidiables para un hombre que empieza a hacerse viejo. Sobrepasando el metro noventa y cinco y con más de una cien de pecho, posee músculos bien formados, desarrollados y para nada exagerados. Como curiosidad, fácilmente se hace al día cien abdominales por pura costumbre. Y del mismo palo, sus pectorales y estómago están formados por la 'tabla' típica de hombres en buena forma, de eso (Y de lo anterior) se encargaron sus años dentro del ejército. Que no solo le dieron un cuerpo de infarto, también agilidad y reflejos más elevados a los de cualquier civil. Necesarios para sobrevivir en el campo de batalla.
Por todo esto (Y mucho más que se hace indescriptible), se puede decir que Carlos posee una belleza masculina bien cuidada, elegante y nada fácil de conseguir para muchos.
— Descripción Psicológica:
Carlos es una persona solitaria donde las haya. Si bien no carece, habitualmente, de compañía (Tanto masculina como femenina), no es de su más absoluto placer estar rodeado.
En un ámbito 'laboral', nos encontramos con un hombre extremadamente profesional. Es serio y responsable. Aunque actualmente es su propio jefe, acatar órdenes no le supone ningún problema debido a sus muchos años como militar. Allí se forjó su parte más rígida y sólida a la par. Como una coraza. Astuto e inteligente, con el tiempo a aprendido cómo ganar dinero fácilmente. Nada ilegal. Tiene talento para lo que se refiere a los negocios empresariales, concretamente, la compra de terrenos o actividades agrícolas tales como la ganadería. Gracias a su compostura firme e irrebatible, se forja una buena reputación allá por dónde pasa él o cualquiera de sus propiedades. Implacable.
Y todo lo As que tiene como un hombre de trabajo, lo tiene de paleto fuera de él. En el ámbito personal se le podría considerar más bien, un auténtico desastre. Asocial, sin don de gentes alguno; lo que le ha costado algún que otro negocio. Es bueno regateando o negociando pero no dando su brazo a torcer, ni manteniendo relaciones que no sean estrictamente laborales. ¡Y cómo es que, aun así, nunca le faltan contactos ni compañía! Curiosamente, su lado más humanitario y caballeroso siempre atrae a las masas. Los mejores hombres acaban por comprender y soportar su carácter antisocial y las mujeres se ven atraídas precisamente por esa fachada de rudeza. No solo física, también psicológica. No importa lo agrio o desagradable que resulte, acaban por seguirlo con la mirada.
De todo, podemos destacar sin embargo un par de cosas en la personalidad de Carlos. Profesa un odio especial hacia el sexo femenino que lo mantiene lo más alejado posible de ellas, mientras que contra los de su sexo (Dentro de su vena solitaria) se siente más cómodo. No sexualmente hablando. Si bien no practica esa actividad con frecuencia, jamás le atrajeron los hombres. Nunca se le ha pasado si quiera por la cabeza.
Y os estaréis preguntando.. ¿Este hombre tiene algo de cariñoso? Sí, os entiendo, en el ámbito más privado y personal. Pues sí, lo tiene. Solo necesita a quien sepa encontrarlo debajo de su perpetua armadura.
— Historia:
Nacido como el bastardo de su familia, Carlos es fruto de el affair de su madre con un soldado Italiano. Aunque su lugar de origen se considera España, porta sangre Italiana por sus venas. Sangre que le recuerda constantemente que mientras sus demás hermanos cuentan con un verdadero padre, él solo puede tenerse así mismo. No importaba que aquel hombre lo adoptara como suyo o que así lo quisiera, Carlos siempre sintió un fuerte desapego por su familia debido al origen de su nacimiento. Pero nadie puede escoger a su familia ¿Verdad?.
Marcado desde el principio, la infancia de este hombre no transcurrió exactamente feliz. Solitario, desde que tiene consciencia, nunca fue bueno para relacionarse con otras personas. Ni siquiera con sus hermanastros. Y aunque estos lo consideraban de su familia, los niños vecinos se encargaron de recordarle cada día de su vida que él había sido el fruto de una simple aventura. Un bastardo. El odio hacia su madre no tardó en desarrollarse, siendo en la mente de Carlos la culpable de todo su sufrimiento. Creció como un chico extremadamente asocial pero muy apuesto. Por desgracia, este último echo fue más una desgracia que una bendición. Porque no tuvo la suerte de atraer a las mujeres inocentes o modositas, no, su aire intimidante siempre se veía rodeado por damas experimentadas y carentes de sentimientos tales como el afecto o el amor. Del mismo modo, no tardó el llegar a la conclusión de que las mujeres solo servían para una cosa: Fornicar. Por lo demás, traicionaban, solo se preocupaban por ellas mismas y por su propio beneficio.
Y si bien de jovenzuelo solo lo perseguían por su espléndido atractivo, tras marchar de casa y unirse a la milicia española, a poco que empezó a tener una cantidad considerable de dinero, aprendió que eso era aún más atractivo para todas ellas. El dinero. Una tras otra, decepcionaron la ya de por si mediocre visión que Carlos tenía del género femenino hasta que terminó por repeler cualquier tipo de contacto. Prefirió aceptar el echo de que jamás iba a formar una familia y tener hijos, hasta incluso se propuso considerarse oficialmente célibe con tal de no volver a acercarse a una mujer. Sus años como militar lo mantenían suficientemente ocupado como para no pensar en ello, ciertamente, las batallas descargaban toda su adrenalina y lo dejaban exhausto además de dañado. Nunca se preocupó demasiado por su cuerpo, ocasionando graves lesiones a lo largo de los años, heridas y cicatrices que perdurarían hasta el día de su muerte. No podía importarle menos el cómo se viera.
Rondando el año 1.796 dC, con treinta y cuatro años encima y una estela de muerte a su espalda, decidió establecerse finalmente en un lugar dejando a un lado las batallas. Si bien se conservaba estupendamente, lo consideraban dentro del servicio como uno de los mayores después de prácticamente veinte años en activo. Con la pequeña fortuna que logró ahorrar durante todos aquellos años y aconsejado por un par de contactos, logró hacer sus primeros pinitos como inversor. Solo necesitó dos años para convertirse en casi un multimillonario, alcanzando cifras realmente escalofriantes para alguien "nuevo", en lo que al mundo del dinero significaba. Poco después, estableció su residencia habitual en Francia, París y se dedicó a la crianza de ganado vacuno y a los caballos, adquiriendo ranchos en varias zonas del estado e incluso fuera del País.
Actualmente, cuatro años después, es uno de los hombres más ricos. Conocido como un empedernido solitario y contrario a los habituales (Por aquellos tiempos) playboys, Carlos no puede evitar destacar allá por donde va levantando mucho más que pasiones.
Datos Extras:
— Sufre de Misoginia; una enfermedad que se centra en su repulsión (Psicológicamente hablando) por las mujeres. ¿La causa? Ser un bastardo le afectó demasiado durante su infancia y adolescencia, junto a alguna que otra mala experiencia con el género femenino.
— Fue militar desde los dieciocho hasta los treinta y cuatro años. Se retiró hace solo cuatro.
— Actualmente se dedica a los negocios ganaderos, comprando terrenos, animales e invirtiendo las ganancias en acciones empresariales. Se le da bien.
— Si bien tiene una buena pensión por sus años en el ejército y durante ellos hizo unos ahorros, actualmente en este periodo de cuatro años ha amasado una pequeña fortuna que le sirve para vivir sin complicaciones económicas.
— Perdió contacto con su familia desde el mismo instante en que se alistó y no ha vuelto a saber de ellos; aunque se llevaba bien con sus hermanos nunca tuvo especial interés en mantener la relación. Y tampoco se han puesto en contacto con él.
— Ha viajado, mucho. Con el Ejército y también en sus periodos de vacaciones (Pocos, pero existentes). Desde Alemania, hasta el rincón más alejado de África. En ese caso, actuando como voluntario fuera de misión. Conoce muchos idiomas, aunque solo habla con fluidez algunos de ellos, tales como Español, Francés, Italiano, Alemán y Árabe.
— Empezó como un simple soldado y acabó siendo el Jefe de un importante escuadrón, actualmente mantiene el contacto y a veces (Solo muy de vez en cuando) acude para ayudar en pequeñas misiones cuando se lo piden. Cuando lo dejó tuvo bastante claro que no volvería 'en serio'.
— Sus años en combate no pasaron en vano, dejando un rastro discreto de cicatrices por su cuerpo. Nariz rota unas cuantas veces, heridas de bala o de cortes mal cicatrizadas a lo largo de todo su cuerpo (Excepto en el rostro, curiosamente) y perforación de su tímpano derecho restándole así audición. Una debilidad perfectamente camuflada.
— Edad: 38 Años.
— Especie: Humano.
— Tipo, Clase Social o Cargo: Extranjero, Clase Alta.
— Orientación Sexual: Heterosexual.
— Lugar de Origen: España, Madrid. Tiene también ascendencia Italiana por parte de Padre.
— Descripción Física:
De la cabeza a los pies, todo ello emana masculinidad en Carlos. Sí, el es un hombre, nada indica lo contrario.
Poseedor de un rostro con facciones duras. De mandíbula firme, en una perfecta uve terminada en el mentón, ligeramente ovalado. No tiende a sonreír. Sus ojos son lo suficientemente grandes como para no pasarlos desapercibidos, de un color grisáceo bastante interesante. A veces, con motitas marrones o verdes, dependiendo de la luz. Son imprecisos y 'rebeldes', miran fijamente al contrario con rudeza, acompañando a la expresión facial. Tampoco suelen mostrarse, lo que se diría como, sonrientes. Por sobre ellos y bajo ellos nos encontramos con unas cejas frondosas y una nariz de puente cuasi recto, respectivamente. Su nariz solo se encuentra ligeramente torcida debido a algún que otro golpe. La única seña de que los años no pasan en balde por él son pequeñas arrugas cerca de los ojos y en la frente, acompañadas de algún que otro mechón canoso en su espesa melena marrón. Lejos de quedarse calvo, mantiene un corte al estilo militar por costumbre de los viejos tiempos, dejando salir una barba poco frondosa a lo largo de todo su rostro (Entiéndase mentón, mandíbula y bigote) en algunas ocasiones. Esta última le confiere un aspecto aún más intimidante de lo habitual y más maduro también.
Por otro lado, sus cualidades físicas de cuello para abajo resultan bastante envidiables para un hombre que empieza a hacerse viejo. Sobrepasando el metro noventa y cinco y con más de una cien de pecho, posee músculos bien formados, desarrollados y para nada exagerados. Como curiosidad, fácilmente se hace al día cien abdominales por pura costumbre. Y del mismo palo, sus pectorales y estómago están formados por la 'tabla' típica de hombres en buena forma, de eso (Y de lo anterior) se encargaron sus años dentro del ejército. Que no solo le dieron un cuerpo de infarto, también agilidad y reflejos más elevados a los de cualquier civil. Necesarios para sobrevivir en el campo de batalla.
Por todo esto (Y mucho más que se hace indescriptible), se puede decir que Carlos posee una belleza masculina bien cuidada, elegante y nada fácil de conseguir para muchos.
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Carlos es una persona solitaria donde las haya. Si bien no carece, habitualmente, de compañía (Tanto masculina como femenina), no es de su más absoluto placer estar rodeado.
En un ámbito 'laboral', nos encontramos con un hombre extremadamente profesional. Es serio y responsable. Aunque actualmente es su propio jefe, acatar órdenes no le supone ningún problema debido a sus muchos años como militar. Allí se forjó su parte más rígida y sólida a la par. Como una coraza. Astuto e inteligente, con el tiempo a aprendido cómo ganar dinero fácilmente. Nada ilegal. Tiene talento para lo que se refiere a los negocios empresariales, concretamente, la compra de terrenos o actividades agrícolas tales como la ganadería. Gracias a su compostura firme e irrebatible, se forja una buena reputación allá por dónde pasa él o cualquiera de sus propiedades. Implacable.
Y todo lo As que tiene como un hombre de trabajo, lo tiene de paleto fuera de él. En el ámbito personal se le podría considerar más bien, un auténtico desastre. Asocial, sin don de gentes alguno; lo que le ha costado algún que otro negocio. Es bueno regateando o negociando pero no dando su brazo a torcer, ni manteniendo relaciones que no sean estrictamente laborales. ¡Y cómo es que, aun así, nunca le faltan contactos ni compañía! Curiosamente, su lado más humanitario y caballeroso siempre atrae a las masas. Los mejores hombres acaban por comprender y soportar su carácter antisocial y las mujeres se ven atraídas precisamente por esa fachada de rudeza. No solo física, también psicológica. No importa lo agrio o desagradable que resulte, acaban por seguirlo con la mirada.
De todo, podemos destacar sin embargo un par de cosas en la personalidad de Carlos. Profesa un odio especial hacia el sexo femenino que lo mantiene lo más alejado posible de ellas, mientras que contra los de su sexo (Dentro de su vena solitaria) se siente más cómodo. No sexualmente hablando. Si bien no practica esa actividad con frecuencia, jamás le atrajeron los hombres. Nunca se le ha pasado si quiera por la cabeza.
Y os estaréis preguntando.. ¿Este hombre tiene algo de cariñoso? Sí, os entiendo, en el ámbito más privado y personal. Pues sí, lo tiene. Solo necesita a quien sepa encontrarlo debajo de su perpetua armadura.
— Historia:
Nacido como el bastardo de su familia, Carlos es fruto de el affair de su madre con un soldado Italiano. Aunque su lugar de origen se considera España, porta sangre Italiana por sus venas. Sangre que le recuerda constantemente que mientras sus demás hermanos cuentan con un verdadero padre, él solo puede tenerse así mismo. No importaba que aquel hombre lo adoptara como suyo o que así lo quisiera, Carlos siempre sintió un fuerte desapego por su familia debido al origen de su nacimiento. Pero nadie puede escoger a su familia ¿Verdad?.
Marcado desde el principio, la infancia de este hombre no transcurrió exactamente feliz. Solitario, desde que tiene consciencia, nunca fue bueno para relacionarse con otras personas. Ni siquiera con sus hermanastros. Y aunque estos lo consideraban de su familia, los niños vecinos se encargaron de recordarle cada día de su vida que él había sido el fruto de una simple aventura. Un bastardo. El odio hacia su madre no tardó en desarrollarse, siendo en la mente de Carlos la culpable de todo su sufrimiento. Creció como un chico extremadamente asocial pero muy apuesto. Por desgracia, este último echo fue más una desgracia que una bendición. Porque no tuvo la suerte de atraer a las mujeres inocentes o modositas, no, su aire intimidante siempre se veía rodeado por damas experimentadas y carentes de sentimientos tales como el afecto o el amor. Del mismo modo, no tardó el llegar a la conclusión de que las mujeres solo servían para una cosa: Fornicar. Por lo demás, traicionaban, solo se preocupaban por ellas mismas y por su propio beneficio.
Y si bien de jovenzuelo solo lo perseguían por su espléndido atractivo, tras marchar de casa y unirse a la milicia española, a poco que empezó a tener una cantidad considerable de dinero, aprendió que eso era aún más atractivo para todas ellas. El dinero. Una tras otra, decepcionaron la ya de por si mediocre visión que Carlos tenía del género femenino hasta que terminó por repeler cualquier tipo de contacto. Prefirió aceptar el echo de que jamás iba a formar una familia y tener hijos, hasta incluso se propuso considerarse oficialmente célibe con tal de no volver a acercarse a una mujer. Sus años como militar lo mantenían suficientemente ocupado como para no pensar en ello, ciertamente, las batallas descargaban toda su adrenalina y lo dejaban exhausto además de dañado. Nunca se preocupó demasiado por su cuerpo, ocasionando graves lesiones a lo largo de los años, heridas y cicatrices que perdurarían hasta el día de su muerte. No podía importarle menos el cómo se viera.
Rondando el año 1.796 dC, con treinta y cuatro años encima y una estela de muerte a su espalda, decidió establecerse finalmente en un lugar dejando a un lado las batallas. Si bien se conservaba estupendamente, lo consideraban dentro del servicio como uno de los mayores después de prácticamente veinte años en activo. Con la pequeña fortuna que logró ahorrar durante todos aquellos años y aconsejado por un par de contactos, logró hacer sus primeros pinitos como inversor. Solo necesitó dos años para convertirse en casi un multimillonario, alcanzando cifras realmente escalofriantes para alguien "nuevo", en lo que al mundo del dinero significaba. Poco después, estableció su residencia habitual en Francia, París y se dedicó a la crianza de ganado vacuno y a los caballos, adquiriendo ranchos en varias zonas del estado e incluso fuera del País.
Actualmente, cuatro años después, es uno de los hombres más ricos. Conocido como un empedernido solitario y contrario a los habituales (Por aquellos tiempos) playboys, Carlos no puede evitar destacar allá por donde va levantando mucho más que pasiones.
Datos Extras:
— Sufre de Misoginia; una enfermedad que se centra en su repulsión (Psicológicamente hablando) por las mujeres. ¿La causa? Ser un bastardo le afectó demasiado durante su infancia y adolescencia, junto a alguna que otra mala experiencia con el género femenino.
— Fue militar desde los dieciocho hasta los treinta y cuatro años. Se retiró hace solo cuatro.
— Actualmente se dedica a los negocios ganaderos, comprando terrenos, animales e invirtiendo las ganancias en acciones empresariales. Se le da bien.
— Si bien tiene una buena pensión por sus años en el ejército y durante ellos hizo unos ahorros, actualmente en este periodo de cuatro años ha amasado una pequeña fortuna que le sirve para vivir sin complicaciones económicas.
— Perdió contacto con su familia desde el mismo instante en que se alistó y no ha vuelto a saber de ellos; aunque se llevaba bien con sus hermanos nunca tuvo especial interés en mantener la relación. Y tampoco se han puesto en contacto con él.
— Ha viajado, mucho. Con el Ejército y también en sus periodos de vacaciones (Pocos, pero existentes). Desde Alemania, hasta el rincón más alejado de África. En ese caso, actuando como voluntario fuera de misión. Conoce muchos idiomas, aunque solo habla con fluidez algunos de ellos, tales como Español, Francés, Italiano, Alemán y Árabe.
— Empezó como un simple soldado y acabó siendo el Jefe de un importante escuadrón, actualmente mantiene el contacto y a veces (Solo muy de vez en cuando) acude para ayudar en pequeñas misiones cuando se lo piden. Cuando lo dejó tuvo bastante claro que no volvería 'en serio'.
— Sus años en combate no pasaron en vano, dejando un rastro discreto de cicatrices por su cuerpo. Nariz rota unas cuantas veces, heridas de bala o de cortes mal cicatrizadas a lo largo de todo su cuerpo (Excepto en el rostro, curiosamente) y perforación de su tímpano derecho restándole así audición. Una debilidad perfectamente camuflada.
Última edición por Carlos A. Garay el Vie Oct 26, 2012 12:45 pm, editado 3 veces
Carlos A. Garay- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/10/2012
Re: Carlos Andrea Garay —
por Invitado Lun Oct 08, 2012 2:13 pm
Cuando termines postea acá mismo para que un miembro del staff pase a aprobar tu ficha
Invitado- Invitado
Carlos A. Garay- Humano Clase Alta
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 06/10/2012
Re: Carlos Andrea Garay —
por Nigel Quartermane Vie Oct 26, 2012 5:42 pm
FICHA APROBADA
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Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
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