Alejandro Garay

- Nombre del Personaje: Alejandro Garay
- Edad: 40 años.
- Especie: Humano.
- Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Media - Cortesano (Sí, con 40 años)
- Orientación Sexual: Bisexual.
- Lugar de Origen: Madrid; España.

- Descripción Física:
Este hombre, aún siendo maduro, se conserva casi como el primer día. Tal vez, mejor inclusive. De metro noventa y cinco, su cuerpo no tiene nada que desear al de los chavalitos de diecinueve años. Pectorales y músculos bien trabajados, espalda fuerte y ancha. Nada exagerado pero lo suficientemente atractivo como para ser el Don Juan que le permite su propia personalidad. Algunos mechones de color plateado empiezan a asomarse junto a los mechones de cabello castaño que adornan ese masculino rostro; tanto en la parte de la cabeza como en el mentón con una barba de unos cuantos días ligeramente descuidada. No puede verse más sexy ¿O sí?. Sus ojos, penetrantes, se tornan más persuasivos gracias al marrón oscuro que los porta; estupendamente. Su piel, dorada, a penas está afectada por las arrugas. Y no porque se la cuide especialmente ¿O el deporte cuenta? Porque lo que es trabajar su cuerpo, eso -Entre otras cosas.- se le da de maravilla.
Sin perforaciones ni "manchas" -Tattos.- por propio gusto, luce su cuerpo con total naturalidad. Ante quien sea; la vergüenza no es precisamente algo que acuda a él con frecuencia. Nariz recia y labios ligeramente gruesos son lo que compone el resto de su rostro. Un rostro masculino y que transmite no solo fuerza, también seguridad.
Ese peinado, despeinado, junto a sus sinceros y directos movimientos le dan un toque juvenil que sumado al maduro lo hace prácticamente irresistible.

- Descripción Psicológica:
Bajo esa apariencia de Galán/Don Juan se esconde un hijo de puta bastante consumado con el tiempo. Guapo y sexy, pero lo cortés no quita lo valiente ¿No?. Y esa, precisamente, es la mejor manera que tiene de atraer a sus "presas". Desde jovencitas/os hasta de su propia edad es lo que abarcan sus gustos, sexualmente hablando. Le gustan los niños, pero cuidar de ellos. El no ser un pederasta es, posiblemente, lo único que le salva de que se lo lleve el diablo. O de que esté fuera de la prisión. Sincero y directo. No dudará en decirte lo que opine de ti, le caigas o no bien; posiblemente no tenga ningún interés lo suficientemente fuerte como para ocultarte sus pensamientos. Siempre que le convengan. Estratega hasta la muerte. Ve la vida como solo un juego, en el que debe participar de una forma u otra hasta que se le termine el tiempo que le han dado. Y por ello, no ha tenido nunca problemas en disfrutar de todo lo bueno, y lo malo. Ha robado, le han robado, ha enfermado numerosas veces, se ha roto huesos, hecho heridas ha montones, ha estado en la cárcel e inclusive han llegado a "violar su intimidad" de bastante joven. Y posiblemente la lista continua larga y extensa. No hay nada que le sorprenda; de ahí sus múltiples gustos sexuales. Bondage, sadomasoquismo. Hombres, mujeres. A estas alturas todo le gusta y le da igual al mismo tiempo, lo que no dudes nunca es de que lo que hace lo disfruta. Disfrutar casi se podría decir que es su lema.
No pretendes encontrar algo de sensibilidad o romanticismo en él porque, si alguna vez lo hubo, se esfumó. Con cuarenta años y habiéndose casado dos veces con innumerables affair's no cree en el amor ni en la comprensión de un compañero sentimental. Por eso el sexo sin compromiso ha acabado siendo su forma de ganarse la vida. Como algo completamente opuesto al romance, pero en común dado el caso, enfadarse tampoco es algo habitual en él. Enfadarse solo implica el esfuerzo de desenfadarse.

- Historia:
Desde España hasta Francia, pasando por el mundo entero. La historia de Alejandro es demasiado extensa como para contarla, completamente entera, pero se pueden resumir los puntos más importantes de su vida. En caso de que queráis conocerle un poco mejor.
Nacimiento/Infancia
En un pueblecillo de España, cuarenta años atrás, nacía Alejandro Garay. Un niño que, nada más salir del vientre de su madre, ya empezó dando guerra con sus incontrolables y sonoros llantos. Hijo de una pescadera y un mercader bastante comunes y, por desgracia, pobres como lo eran la mayoría de campesinos por aquellos tiempos. Y lo son todavía algunos. Los críos no crecían precisamente en el mejor de los ambientes ni tenían un futuro prometedor, la mayoría no aguantaban los primeros meses. Todo dependía del mes en que nacieran; invierno era el mes de la "parca" como algunos lo llamaban pues las heladas a veces no las superaban ni las personas adultas. Para suerte de Alejandro, en la primavera se desarrollaron sus primeros años de vida junto a las primeras flores del año. No como a algunos de sus hermanos, que no corrieron la misma suerte. Siendo el cuarto -Vivo.- sus hermanos mayores lo ayudaron todo lo que pusieron, alguno más que otro, pero lo suficiente como para que poco a poco se fuese haciendo un muchachito fuerte y sano.
Adolescencia
Bien entrados los casi doce años, Alejandro ya era todo un muchacho sabiondo aún cuando otros de su misma "generación" todavía se mantenían bajo las faldas de sus respectivos padres. Su independencia era una de las primeras cosas que empezó a florecer entrando en la etapa de adolescencia. Una adolescencia un tanto prematura. Para la primavera en que cumplió doce años ya tenía otros dos hermanos de los que cuidaba de la misma forma que los mayores habían echo con él. Mayores que con más de veinte años "volaron" en cuanto Alejandro empezó a cuidarse solo. Siendo espabilado como era, aprendía con rapidez gestos o palabras de otras personas y así mismo trabajos manuales por los que podía ganar sus propias monedas. Su sexualidad no pasó desapercibida en esta etapa de su vida, una etapa bastante larga cabe destacar, que duró hasta aproximadamente los veinticinco años. Y puede que más. Todavía tiene un alma adolescente que le ha echo imposible centrar la cabeza.
Primer matrimonio
Su primera mujer, Indihra, la conoció en Egipto; en uno de sus muchos viajes al rededor del mundo. Con veintisiete años. Desde que descubrió lo fascinante que era salir de su pequeño pueblo no paró de hacerlo, de un lado para otro se ganó la vida como pudo. De mil formas diferentes, igual que mil cosas le sucedieron. Entre ellas esta mujer que se metió en su vida como una mujer más y acabó con un anillo en el dedo; casi sin saber por qué. El romanticismo no es algo que predominase en él precisamente pero, como hombre inexperto, acabó engatusado durante nada más y nada menos que tres años de su vida. Tres años que permaneció en Egipto.
Segundo matrimonio
Habiéndose dado por terminado el primero a sus treinta años y sin ningunas ganas de volver a repetir la experiencia, otros tres años después volvió a caer en las garras de una mujer. Esta vez, en Alemania. El dinero mueve mundos, que cierta es esa frase. Un negocio que salió mal y, como consecuencia, acabó con otro anillo en el dedo por la mujer más perversa que ha conocido hasta el momento. Eso ya es mucho decir. Durante más de un año estuvo complaciendo a esa "zorra" -Como la llama él cada vez que la recuerda.- mientras aprendía lo básica que era la estrategia para poder llevar una buena vida. Vida de la que volvió a tomar su rumbo a sus casi treinta y cinco años.
Actualidad
Ya han pasado prácticamente cinco años desde que volvió a ser libre de su última mujer y aprendió la lección lo suficientemente bien como para que no volviese a ocurrirle. Actualmente, residiendo en Francia, es un sexy madurito que ha encontrado la profesión más gratificante del mundo -Para él.- El sexo. Traficar con el sexo, eso si es un buen trabajo para alguien que se ha acostumbrado tanto al sexo como resulta ser Alejandro. Es algo fuera de lo común, rodeado de jovencitos que van y vienen, pero eso no hace más que darle el toque final que le caracteriza.

- Datos Extras:
· Solo dejó de tener relaciones pasajeras/de una noche en sus tres años de matrimonio con Indhira; porque fue a la mujer que más quiso. Teniendo en cuenta la poca tendencia que tiene a establecer relaciones serias con alguien.
· Nunca ha tenido complejo de mayor, ni piensa tenerlo. Es demasiado ególatra.
· Le gustan tanto las mujeres jóvenes como las adultas, pero la inocencia de una virgen se le hace irresistible.
· Puede practicar el acto sexual en cualquier parte, sin excepciones.
· Cuando se vuelve serio, tiene muy mala leche.
· Ha echo muchos negocios durante su vida, la mayoría turbios.
· No sabe si ha tenido hijos, pero por la cantidad de affair's intuye que es posible. Aunque no le preocupa.
· Hace dos años que reside en París y, de momento, no tiene intenciones de marcharse.