AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La Mansión Del Mar (LIBRE)
Mirando mi rostro en el espejo, mientras mi criada terminaba de hacerme un recogido muy popular por la complejidad que entrañaba realizarlo, decidí dejar de juguetear con una de las cintas de mi vestido. No sabía si le habría gustado el vestido de seda rojo que había mandado a la casa de su amiga Rubí. Ésta había prometido ayudarla en la búsqueda de su padre.
Ya no se atormentaba pensando en que era un monstruo, como había dicho su mejor amiga, Zafi, los brujos eran los seres humanos más fuertes que existían y muchas de sus habilidades derivaban de la propia naturaleza. - No hay nada malo en mí, sólo puedo ver el futuro de las personas, sus sentimientos y, ¿se le había olvidado su particular "carisma"?- Haciendo una mueca con su boca y frunciendo el entrecejo se preguntó si tal vez debería dejar de sonreír o mirar con intensidad a los demás. No quería controlar los sentimientos de los demás. Pero era algo que espontáneamente sucedía, sin que pudiera evitarlo. Suspirando dejó el espejo en el tocador y felicitó a su criada por la labor espléndida que había hecho con su peinado.
-Señorita Del Mar, si me permite decírselo está bellísima esta noche. Creo que tendrá a numerosos pretendientes hoy- La gran sonrisa que poseía la jovencita hizo que ella se sintiera feliz.
- Gracias Katty, pero me temo que no hay nada en mí que pueda llamar la atención de mi persona esta noche. Estoy tan nerviosa que seguro que me pisaré el vestido y rodaré por las escaleras- suspirando amargamente, bajó la vista hasta su vestido de un color plateado, tan brillante como un diamante. Los increíbles encajes que lo adornaban en el cuello la hacían parecer mucho más esbelta y femenina- ¿no crees que es demasiado.... atrevido?.
La muchacha rió ruidosamente y guiñándole un ojo le dijo: Pero madame... como sino iban a saber todos esos jóvenes franceses lo que oculta tras su timidez?- Haciendo una reverencia se marchó de su cuarto, mientras ella sentía que su rostro había quedado terriblemente sonrojado, hasta la punta de sus cabellos. Esa Katty siempre sabía como avergonzarla.
Le recordaba a Zafi, aunque su amiga, era muchísimo más bella. Sonrió pensando la cara de sorpresa que se llevaría cuando viese al lacayo que había enviado esta mañana con su precioso vestido azul celeste. Ella sabía que sus ojos azules, y su brillante melena azabache serían los complementos perfectos para él.
Hablando de sus amigas.... había invitado también a dos grandes músicos. Los había escuchado con anterioridad y su música había hecho que su cuerpo vibrara con los sentimientos. Las notas de cada melodía le habían evocado numerosos recuerdos. Y, como mecida por las olas del mar, por la música, ella se dejó llevar marcando cada nota con un paso de baile. Armonizando cada movimiento con el compás de la canción. Sí, ella sabía que el señor Van Dort era un intérpree celestial, y una bellísima persona.
Pero... el único que le preocupaba era cierto jovencito que acostumbraba a meterse en su alcoba por la noche a susurrarle al oído. Él era Liev, su amigo incondicional, siempre la salvaba de, como le gustaba llamarlos a ambos, " malvados varones, de ojos libidinosos". Él la había rescatado de todos aquellos hombres que habían intentado sobrepasarse con ella, o matarla de aburrimiento. ¿Es que no había en parís ningún hombre que sea un término medio?.
En ese momento, vio como el espejo comenzaba a flotar, haciendo círculos en el aire.
- Así que al final has venido. ¿acaso sabes cuando mi mente piensa en ti, que sales evocado como un demonio ante su bruja?- comencé a reírme quedamente. Él siempre se ofendía cada vez que le decía eso. Como él argumentaba, muerto o no, era un caballero.
El ruido con el que las gavetas comenzaron a abrirse y cerrarse hizo que me riera, el muy travieso lo hacía adrede, como si estuviera enfurecido.-¡ Está bien, esta bien!- dije secándome una de las lágrimas que había derramado al reírme- Eres el caballero más maravilloso, espléndido y educado que he conocido. ¡Un príncipe azul, un caballero con corcel blanco!
Escuché su risa y sacudí la cabeza. Iba a ser una noche alocada, con Liev alli, podrían volar pelucas, desaparecer objetos, u observarse fenómenos extraños. Muchos visitantes habían abandonado la mansión jurando que estaba embrujada.
- Será mejor que te portes bien jovencito.- le dije señalándolo en el dedo, imitando a una madre.- Bien, Liev. ¿Mi tía a cumplido su amenaza de realizar la fiesta más grande, maravillosa y glamurosa de toda la temporada?- Cuando una flor de mi cómoda comenzó a asentir, sentí que me entraba el pánico.
- ¿Como podré actuar tan indiferentemente?.¿ Y si algo una locura, o me rio de algo sin gracia?, ¿y si hago algo imperdonable para alguien de mi estatus?.- ¡Mi tía me encerraría de por vida!. Temblando me apoyé en la puerta de mi habitación. Sentí una caricia en la mejilla y un apretón suave, pero firme en el hombro. Sonriendo temblorosamente, con los ojos cerrados, pensé que era injusto que Liev estuviese muerto. Era muy atento y amable conmigo, un gran amigo.
Con sentimiento de culpa levanté la cabeza- Discúlpame Liev, yo quejándome por cómo afrontaré mi vida, y tú, a pesar de todo, sigues luchando. Bien. Será mejor que salga ya, cuanto antes salga, antes acabará mi sufrimiento- Sin mirar atrás le susurre:- Espero que ahuyentes a los pérfidos pretendientes y sobretodo, que te diviertas.
Cerrando mi habitación me adentré en el pasillo. Se escuchaba un gran barullo en la parte de abajo. La mansión parecía etar llena de vida. De unas 100 o 200 vidas aproximadamente- pensó dramáticamente. Bien, ella iba a seguir siendo la señorita Ruslana del Mar, descendiente de bravos piratas, con un padre desconocido y una tía autoritaria. Levantando la cabeza orgullosamente e irguiendose como si fuese una reina. Comenzó a andar lentamente. Dejando que su vestido creara hondas a cada paso suyo. En el momento en que se paró en lo alto de las escaleras cogió aire, mientras un lacayo, vestido impecablemente, la anunciaba a sus invitados. Una marea de ojos se fijaron en ella. El silencio reinó en la sala. Su corazón no dejaba de latir furiosamente. Parecía que iba a salir de su pecho en cualquier momento y huir. - Soy Ruslana del Mar, tengo unos amigos incondicionales, y todo su amor y apoyo-. Sintiendo como se calmaba poco a poco, hizo lo que le ganó un puesto en las candidatas más deseadas de la temporada. Ruslana sonrió, sus labios se movieron como pétalos de rosa movidos por el viento. Sus ojos brillaban con toda la intensidad del amor que había recibido de sus amigos. Y su voz, como la melodía de una sirena entonó un saludo a todos sus asistentes.
- Tengan mi humilde agradecimiento por asistir a mi presentación en sociedad. Sed todos bienvenidos a ésta, la Mansión Del Mar.
Ya no se atormentaba pensando en que era un monstruo, como había dicho su mejor amiga, Zafi, los brujos eran los seres humanos más fuertes que existían y muchas de sus habilidades derivaban de la propia naturaleza. - No hay nada malo en mí, sólo puedo ver el futuro de las personas, sus sentimientos y, ¿se le había olvidado su particular "carisma"?- Haciendo una mueca con su boca y frunciendo el entrecejo se preguntó si tal vez debería dejar de sonreír o mirar con intensidad a los demás. No quería controlar los sentimientos de los demás. Pero era algo que espontáneamente sucedía, sin que pudiera evitarlo. Suspirando dejó el espejo en el tocador y felicitó a su criada por la labor espléndida que había hecho con su peinado.
-Señorita Del Mar, si me permite decírselo está bellísima esta noche. Creo que tendrá a numerosos pretendientes hoy- La gran sonrisa que poseía la jovencita hizo que ella se sintiera feliz.
- Gracias Katty, pero me temo que no hay nada en mí que pueda llamar la atención de mi persona esta noche. Estoy tan nerviosa que seguro que me pisaré el vestido y rodaré por las escaleras- suspirando amargamente, bajó la vista hasta su vestido de un color plateado, tan brillante como un diamante. Los increíbles encajes que lo adornaban en el cuello la hacían parecer mucho más esbelta y femenina- ¿no crees que es demasiado.... atrevido?.
La muchacha rió ruidosamente y guiñándole un ojo le dijo: Pero madame... como sino iban a saber todos esos jóvenes franceses lo que oculta tras su timidez?- Haciendo una reverencia se marchó de su cuarto, mientras ella sentía que su rostro había quedado terriblemente sonrojado, hasta la punta de sus cabellos. Esa Katty siempre sabía como avergonzarla.
Le recordaba a Zafi, aunque su amiga, era muchísimo más bella. Sonrió pensando la cara de sorpresa que se llevaría cuando viese al lacayo que había enviado esta mañana con su precioso vestido azul celeste. Ella sabía que sus ojos azules, y su brillante melena azabache serían los complementos perfectos para él.
Hablando de sus amigas.... había invitado también a dos grandes músicos. Los había escuchado con anterioridad y su música había hecho que su cuerpo vibrara con los sentimientos. Las notas de cada melodía le habían evocado numerosos recuerdos. Y, como mecida por las olas del mar, por la música, ella se dejó llevar marcando cada nota con un paso de baile. Armonizando cada movimiento con el compás de la canción. Sí, ella sabía que el señor Van Dort era un intérpree celestial, y una bellísima persona.
Pero... el único que le preocupaba era cierto jovencito que acostumbraba a meterse en su alcoba por la noche a susurrarle al oído. Él era Liev, su amigo incondicional, siempre la salvaba de, como le gustaba llamarlos a ambos, " malvados varones, de ojos libidinosos". Él la había rescatado de todos aquellos hombres que habían intentado sobrepasarse con ella, o matarla de aburrimiento. ¿Es que no había en parís ningún hombre que sea un término medio?.
En ese momento, vio como el espejo comenzaba a flotar, haciendo círculos en el aire.
- Así que al final has venido. ¿acaso sabes cuando mi mente piensa en ti, que sales evocado como un demonio ante su bruja?- comencé a reírme quedamente. Él siempre se ofendía cada vez que le decía eso. Como él argumentaba, muerto o no, era un caballero.
El ruido con el que las gavetas comenzaron a abrirse y cerrarse hizo que me riera, el muy travieso lo hacía adrede, como si estuviera enfurecido.-¡ Está bien, esta bien!- dije secándome una de las lágrimas que había derramado al reírme- Eres el caballero más maravilloso, espléndido y educado que he conocido. ¡Un príncipe azul, un caballero con corcel blanco!
Escuché su risa y sacudí la cabeza. Iba a ser una noche alocada, con Liev alli, podrían volar pelucas, desaparecer objetos, u observarse fenómenos extraños. Muchos visitantes habían abandonado la mansión jurando que estaba embrujada.
- Será mejor que te portes bien jovencito.- le dije señalándolo en el dedo, imitando a una madre.- Bien, Liev. ¿Mi tía a cumplido su amenaza de realizar la fiesta más grande, maravillosa y glamurosa de toda la temporada?- Cuando una flor de mi cómoda comenzó a asentir, sentí que me entraba el pánico.
- ¿Como podré actuar tan indiferentemente?.¿ Y si algo una locura, o me rio de algo sin gracia?, ¿y si hago algo imperdonable para alguien de mi estatus?.- ¡Mi tía me encerraría de por vida!. Temblando me apoyé en la puerta de mi habitación. Sentí una caricia en la mejilla y un apretón suave, pero firme en el hombro. Sonriendo temblorosamente, con los ojos cerrados, pensé que era injusto que Liev estuviese muerto. Era muy atento y amable conmigo, un gran amigo.
Con sentimiento de culpa levanté la cabeza- Discúlpame Liev, yo quejándome por cómo afrontaré mi vida, y tú, a pesar de todo, sigues luchando. Bien. Será mejor que salga ya, cuanto antes salga, antes acabará mi sufrimiento- Sin mirar atrás le susurre:- Espero que ahuyentes a los pérfidos pretendientes y sobretodo, que te diviertas.
Cerrando mi habitación me adentré en el pasillo. Se escuchaba un gran barullo en la parte de abajo. La mansión parecía etar llena de vida. De unas 100 o 200 vidas aproximadamente- pensó dramáticamente. Bien, ella iba a seguir siendo la señorita Ruslana del Mar, descendiente de bravos piratas, con un padre desconocido y una tía autoritaria. Levantando la cabeza orgullosamente e irguiendose como si fuese una reina. Comenzó a andar lentamente. Dejando que su vestido creara hondas a cada paso suyo. En el momento en que se paró en lo alto de las escaleras cogió aire, mientras un lacayo, vestido impecablemente, la anunciaba a sus invitados. Una marea de ojos se fijaron en ella. El silencio reinó en la sala. Su corazón no dejaba de latir furiosamente. Parecía que iba a salir de su pecho en cualquier momento y huir. - Soy Ruslana del Mar, tengo unos amigos incondicionales, y todo su amor y apoyo-. Sintiendo como se calmaba poco a poco, hizo lo que le ganó un puesto en las candidatas más deseadas de la temporada. Ruslana sonrió, sus labios se movieron como pétalos de rosa movidos por el viento. Sus ojos brillaban con toda la intensidad del amor que había recibido de sus amigos. Y su voz, como la melodía de una sirena entonó un saludo a todos sus asistentes.
- Tengan mi humilde agradecimiento por asistir a mi presentación en sociedad. Sed todos bienvenidos a ésta, la Mansión Del Mar.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 415
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Localización : Mansión del Mar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Con pis peores ropas y mis peor peinado abrí la puerta. Un hombre bien vestido llevaba un paquete en las manos y me dijo que venía de parte de la señorita Ruslana, junto a la invitación. El color de mi cara se esfumó como se esfuma el calor de las calles en los inviernos más fríos. "La mato" Le cerré la puerta en la cara al hombre, olvidando la poca educación que tenía. Deshice el paquete y saqué el precioso vestido azul. Era un poco atrevido y parecía que me iba estar ceñido pero eso me ayudaría a parecer un poco más alta. Había unos grandes tacones y los miré con horror. Mi madre llegó y puso la misma cara que yo.
Tuvimos que esforzarnos mucho para que yo pareciese una señorita. Mi indomable cabello acabó en un semi-recogido. Que me caía por un lado del cuello. Algunos rizos caían agraciados por mi frente, indomables. Suspiré al verlos. Me puse el vestido y los tacones. Me entró vertido pero tenía que admitir que me quedaban bien. Tras cumplidos de mi padre y mi padre salí. Y para mi sorpresa había un carro esperándome. Todos me miraban y me sentía muy incómoda. El viaje hasta la casa de Ruslana fue corta y llegue a tiempo para verla bajar por las escaleras. Estaba bellisima y no pude evitar quedarme como una tonta mirando.
"¿Qué hago yo aquí? No tengo modales, la cagaré y pondré en ridículo a Rus. Lo más difícil será controlar mi lengua." Cuando Rus ya estaba debajo del todo, intenté acercarme hasta ella, aunque había muchas personas que querían hacer lo mismo. Estuve a punto de darle un codazo a alguien pero me detuve. Cuando por fin llegue a su lado suspiré.- Rus, hola.- dije un poco nerviosa. Entonces contemplé la felicidad de mía miga y me entró seguridad. No la iba a cagar y si a nadie le gustaba mi forma de ser que se aguantara.- ¡Estas bellísima!
Tuvimos que esforzarnos mucho para que yo pareciese una señorita. Mi indomable cabello acabó en un semi-recogido. Que me caía por un lado del cuello. Algunos rizos caían agraciados por mi frente, indomables. Suspiré al verlos. Me puse el vestido y los tacones. Me entró vertido pero tenía que admitir que me quedaban bien. Tras cumplidos de mi padre y mi padre salí. Y para mi sorpresa había un carro esperándome. Todos me miraban y me sentía muy incómoda. El viaje hasta la casa de Ruslana fue corta y llegue a tiempo para verla bajar por las escaleras. Estaba bellisima y no pude evitar quedarme como una tonta mirando.
"¿Qué hago yo aquí? No tengo modales, la cagaré y pondré en ridículo a Rus. Lo más difícil será controlar mi lengua." Cuando Rus ya estaba debajo del todo, intenté acercarme hasta ella, aunque había muchas personas que querían hacer lo mismo. Estuve a punto de darle un codazo a alguien pero me detuve. Cuando por fin llegue a su lado suspiré.- Rus, hola.- dije un poco nerviosa. Entonces contemplé la felicidad de mía miga y me entró seguridad. No la iba a cagar y si a nadie le gustaba mi forma de ser que se aguantara.- ¡Estas bellísima!
Zafiro Gómez- Gitano
- Mensajes : 119
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Estaba sacando todos los vestidos que tenía cuando alguien llamó a la puerta, extrañada y algo despeinada fui a abrir y un lacayo de modales impecables me tendió una caja de parte de Ruslana, mi nueva amiga. Le di las gracias en un murmullo sorprendida por aquel regalo inesperado y volví a dentro a abrirlo. Era un bonito vestido de seda roja y negra junto con unos tacones de escándalo...al parecer no tendría que preocuparme por lo que llevar a la presentación. Hice una nota mental de darle las gracias a Ruslana cuando la viese y comencé a prepararme para el evento. El vestido me estaba perfecto y aunque era un poco atrevido, me hacía verme preciosa y además iba a juego con mi colgante. Tras pensar que peinado hacerme, decidí una especie de recogido donde parte de mi pelo caía por mi hombre izquierda y algunos mechones semi rizados por delante. Me terminé de maquillar y me mire al espejo, parecía una auténtica dama y esperaba no aburrirme demasiado en la presentación y controlar mis palabras y acciones ante los aristócratas allí presentes, nunca me había gustado ese ambiente pero se lo debía a Ruslana y no quería estropearla su presentación.
Cuando salí de mi casa me encontré con un carruaje esperándome, subí con media sonrisa sorprendida ante tantas molestias y el carruaje me llevó a la Mansión del Mar, la cual era realmente bonita. Bajé del carruaje con delicadeza y llegué justo a tiempo de ver bajar a Ruslana por las escaleras y darnos la bienvenida a todos. La sala estaba llena de gente, todos bien vestidos y con sonrisas en sus rostros...casi podía notar la hipocresía en el aire pero aunque ese no era mi ambiente debía de actuar y comportarme como si lo fuese. Intenté acercarme a Ruslana pero al parecer todo el salón tuvo la misma idea que yo y me fue realmente difícil llegar hasta ella. Cuando llegué había otra chica hablando con ella, en seguida me di cuenta de que tampoco era de clase alta, es más, era gitana y eso me alivio, aquella gente me había caído bien desde siempre y guardaba una buena relación con ellos. Al menos tendría a alguien en mis mismas condiciones con quien conversar. Me acerqué a ambas con una gran sonrisa y contemplé lo hermosa que se veía Ruslana, desde luego brillaba por si misma.
-Hola.-las saludé a ambas. Luego me giré hacia Ruslana y amplié mi sonrisa.-Estás preciosa, estoy segura de que te saldrán varios pretendientes después de este evento.-la guiñé un ojo con picardía y recordé mi nota mental.-Y gracias de nuevo por la invitación y el vestido.
Cuando salí de mi casa me encontré con un carruaje esperándome, subí con media sonrisa sorprendida ante tantas molestias y el carruaje me llevó a la Mansión del Mar, la cual era realmente bonita. Bajé del carruaje con delicadeza y llegué justo a tiempo de ver bajar a Ruslana por las escaleras y darnos la bienvenida a todos. La sala estaba llena de gente, todos bien vestidos y con sonrisas en sus rostros...casi podía notar la hipocresía en el aire pero aunque ese no era mi ambiente debía de actuar y comportarme como si lo fuese. Intenté acercarme a Ruslana pero al parecer todo el salón tuvo la misma idea que yo y me fue realmente difícil llegar hasta ella. Cuando llegué había otra chica hablando con ella, en seguida me di cuenta de que tampoco era de clase alta, es más, era gitana y eso me alivio, aquella gente me había caído bien desde siempre y guardaba una buena relación con ellos. Al menos tendría a alguien en mis mismas condiciones con quien conversar. Me acerqué a ambas con una gran sonrisa y contemplé lo hermosa que se veía Ruslana, desde luego brillaba por si misma.
-Hola.-las saludé a ambas. Luego me giré hacia Ruslana y amplié mi sonrisa.-Estás preciosa, estoy segura de que te saldrán varios pretendientes después de este evento.-la guiñé un ojo con picardía y recordé mi nota mental.-Y gracias de nuevo por la invitación y el vestido.
Rubí*- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Localización : Francia, París.
Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
[i]No recordaba la última vez que había asistido a una fiesta. Y era la primera a la que asistía, invitado, como fantasma. Me presenté cuanto antes, antes de lo indicado y antes que estuviera todo listo y me dediqué a observar cómo se engalanaba toda la casa sin hacer ruido ni molestar, las molestias vendrían más tarde si veía que era necesario o aburrido. La gente comenzó a llegar sin parar, ¿pero dónde estaba la anfitriona? Bueno, la anfitriona era la tía de la persona a la que me refería. Al menos el servicio supo cómo atenderlos. Y también me estaba impacientando, así que impacientar a un fantasma sólo puede conseguir que se aparezca en su cuarto. Así fue.
Tan pronto estaba en la entrada como en la habitación de Ruslana. El vestido le quedaba delicioso aunque tensaba como ella que iba a ser atrevido y por lo tanto que iba a tener que estar apartando moscones toda la noche por esa especie de pacto no escrito ni pronunciado pero que se llamaba "alejar a los malvados varones de ojos libidiosos." Con el vestido que llevaba hoy iba a ser una dura tarea. Viendo a mi amiga algo apagada empecé a hacer de las mías moviendo el espejo. Al menos reaccionó y a mí me hizo sonreír aunque ella no me viera. continúe hasta que se riera y consiguiera contagiarme la risa. si tuviera otra vida puede que las cosas hubieran sido diferentes, o no, no habría permitido romper una buena amistad por otro tipo de relación que bien podía llevar al desastre. Con ella era más fantasma que nunca y olvidaba los anhelos de otra vida diferente. Ella me daba la alegría perdida y yo a ella la seguridad que parecía no encontrar en su interior. por eso cuando los juegos acababan y llegaban los momentos importantes también estaba a su lado con un gesto de ánimo, un abrazo si era necesario o una mano en su hombro dando a entender que comprendía sus nervios y que iba a estar allí para ella evitando que algo saliera mal.
Y funcionó, se fue de la habitación, bajó las escaleras, evito temblar ante tal cantidad de gente y busco la forma de transmitir lo que quería a sus invitados, incluso a aquellos que parecían querer devorarla hasta con la mirada. El silencio era demasiado largo y ya que la fiesta tenía lugar decidí regalarla algo que hasta entonces había evitado a toda costa. Me planté al fondo de la sala de pie y me hice visible para ella y para todos comenzando a aplaudir para deshacer el embrujo de sus palabras. Tuve suerte y poco tiempo después ese salón era un concierto de sonidos alegres de ánimo provocando al impactar entre sí las manos de los presentes. Ni el mejor auditorio de París había tenido tal reconocimiento en forma de aplausos. Tras ello acercarse hasta donde se encontraba era casi imposible, desee volver a ser invisible, acercarme y aparecer a su lado a felicitarla... habría arruinado la fiesta, pero en el momento en que otras dos muchachas llegaron hasta allí me pareció el apropiado para abrirme paso. Reí por lo bajo al alcanzarlas y escuchar que hablaban de los pretendientes. - Si es lo que desea los tendrá a todos, pero si no es así no durarán ni medio segundo a su lado. - luego me incliné ante las tres como saludo, sin ser excesivo pero tampoco descortés. -Por cierto, querida, antes se me olvidó decirte que luces esplendida. Espero estar a la altura si se hace necesaria mi compañía a lo largo de la velada. - la guiñé un ojo por su aún dudaba de la identidad de aquél joven con acento extranjero.
[i]
Tan pronto estaba en la entrada como en la habitación de Ruslana. El vestido le quedaba delicioso aunque tensaba como ella que iba a ser atrevido y por lo tanto que iba a tener que estar apartando moscones toda la noche por esa especie de pacto no escrito ni pronunciado pero que se llamaba "alejar a los malvados varones de ojos libidiosos." Con el vestido que llevaba hoy iba a ser una dura tarea. Viendo a mi amiga algo apagada empecé a hacer de las mías moviendo el espejo. Al menos reaccionó y a mí me hizo sonreír aunque ella no me viera. continúe hasta que se riera y consiguiera contagiarme la risa. si tuviera otra vida puede que las cosas hubieran sido diferentes, o no, no habría permitido romper una buena amistad por otro tipo de relación que bien podía llevar al desastre. Con ella era más fantasma que nunca y olvidaba los anhelos de otra vida diferente. Ella me daba la alegría perdida y yo a ella la seguridad que parecía no encontrar en su interior. por eso cuando los juegos acababan y llegaban los momentos importantes también estaba a su lado con un gesto de ánimo, un abrazo si era necesario o una mano en su hombro dando a entender que comprendía sus nervios y que iba a estar allí para ella evitando que algo saliera mal.
Y funcionó, se fue de la habitación, bajó las escaleras, evito temblar ante tal cantidad de gente y busco la forma de transmitir lo que quería a sus invitados, incluso a aquellos que parecían querer devorarla hasta con la mirada. El silencio era demasiado largo y ya que la fiesta tenía lugar decidí regalarla algo que hasta entonces había evitado a toda costa. Me planté al fondo de la sala de pie y me hice visible para ella y para todos comenzando a aplaudir para deshacer el embrujo de sus palabras. Tuve suerte y poco tiempo después ese salón era un concierto de sonidos alegres de ánimo provocando al impactar entre sí las manos de los presentes. Ni el mejor auditorio de París había tenido tal reconocimiento en forma de aplausos. Tras ello acercarse hasta donde se encontraba era casi imposible, desee volver a ser invisible, acercarme y aparecer a su lado a felicitarla... habría arruinado la fiesta, pero en el momento en que otras dos muchachas llegaron hasta allí me pareció el apropiado para abrirme paso. Reí por lo bajo al alcanzarlas y escuchar que hablaban de los pretendientes. - Si es lo que desea los tendrá a todos, pero si no es así no durarán ni medio segundo a su lado. - luego me incliné ante las tres como saludo, sin ser excesivo pero tampoco descortés. -Por cierto, querida, antes se me olvidó decirte que luces esplendida. Espero estar a la altura si se hace necesaria mi compañía a lo largo de la velada. - la guiñé un ojo por su aún dudaba de la identidad de aquél joven con acento extranjero.
[i]
Liev I. Makovsky- Fantasma
- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 12/10/2012
RE: La Mansión Del Mar (LIBRE)/Recuerdo los minutos antes de que empezara la música
Larisa y yo habíamos llegado temprano, lamentablemente nos tuvimos que separar debido a que los organizadores de la fiesta me pidieron que ensaye para la entrada musical y principal de la fiesta y estuve metido en eso todo el tiempo, e incluso me perdí la presentación de mi querida amiga Ruslana, estuve detrás de las cortinas rojas del escenario del salón principal toda la noche, sin saber lo que sucedía al exterior...
En fin, esta vez quería presentar algo grande, algo asi como bien fuera de lugar, algo distinto a mis anteriores creaciones musicales, esta vez quería que todos se pusiesen a bailar de lo lindo y que disfrutasen de mi música e interpretación...intenté despistarme un rato y me dirigí sigilosamente a mirar por las cortinas, por un huequito pequeño divisé el lugar, y todo era muy grande...imagínense no tuve tiempo ni de observar el lugar! Divisé como admiraban todos a mi Ruslana y yo le intentaba de dar mis mejores vibras através de esa cortina....
Y bueno...habia mucha gente, si mucha gente...cielos, mis nervios estaban de punta...
Y mi pequeña protegida, Larisa se percató de mi ausencia y comenzó a mirar hacia todas partes para encontrarme, ojalá me encuentre...en esos momentos estaba necesitando algo más de apoyo...hasta que me vió, me hizo una seña molesta del por qué no estaba presente, yo le hice seña de que no podía porque no me dejaban salir del tras bambalinas...ella disimuladamente caminó por entre la gente hasta llegar a mi..
-Maestro, por qué no le dejan salir?- me preguntó
-No lo sé, no veo la necesidad de seguir aquí atrás si ya está todo listo para la presentación...pero estos tipos me obligan a permanecer aquí, y querida me he puesto nervioso, solo mira cuánta gente ha de haber en este lugar!-
Larisa me llevo hasta el piano y me sentó, ella se puso a mi lado y comenzó a decirme unas palabras de aliento, me dijo que me recostase en su hombro, y que me tranquilizara...yo hundí mi cabeza en su hombro y ella me comenzó a acariciar mi cabello dulcemente...se percató de que mis gotas de sudor y me las secó con su pañuelo...
Estaba ya a unos minutos de que comenzara mi espectáculo asi que me separé rápidamente de mi protegida como si estuviera poseído y comencé a repasar una y otra vez mis parituras mientras escuchaba a Ruslana introducir mi nombre al público y presentarme...
Entonces comenzó todo...
He aquí mi canción que presenté e interpreté:
Y bueno..al parecer todo iba bien porque veía gente bailar, y compartir al son de mi música...al parecer recibiría felicitaciones, y eso hizo sacar una sonrisa en mi cara mientras cantaba...
Sinceramente estaba ensimismado en mi música y no quería que mi presentación fuese un desastre, pues primero que todo le estaba haciendo un favor a mi amiga Ruslana, ya que me pidió humildemente que me presentara a su fiesta con mi música y todo...el problema era es que allí había gente de todos tipos, no sabía como iban a recibir mi música asi que solo fui yo mismo, y me desenvolví completamente en esa fiesta...
Después que por fin pude saludar a mi amiga, ella permaneció conmigo unos momentos y comenzó a presentarme a sus invitados...y bien, yo le seguí...
En fin, esta vez quería presentar algo grande, algo asi como bien fuera de lugar, algo distinto a mis anteriores creaciones musicales, esta vez quería que todos se pusiesen a bailar de lo lindo y que disfrutasen de mi música e interpretación...intenté despistarme un rato y me dirigí sigilosamente a mirar por las cortinas, por un huequito pequeño divisé el lugar, y todo era muy grande...imagínense no tuve tiempo ni de observar el lugar! Divisé como admiraban todos a mi Ruslana y yo le intentaba de dar mis mejores vibras através de esa cortina....
Y bueno...habia mucha gente, si mucha gente...cielos, mis nervios estaban de punta...
Y mi pequeña protegida, Larisa se percató de mi ausencia y comenzó a mirar hacia todas partes para encontrarme, ojalá me encuentre...en esos momentos estaba necesitando algo más de apoyo...hasta que me vió, me hizo una seña molesta del por qué no estaba presente, yo le hice seña de que no podía porque no me dejaban salir del tras bambalinas...ella disimuladamente caminó por entre la gente hasta llegar a mi..
-Maestro, por qué no le dejan salir?- me preguntó
-No lo sé, no veo la necesidad de seguir aquí atrás si ya está todo listo para la presentación...pero estos tipos me obligan a permanecer aquí, y querida me he puesto nervioso, solo mira cuánta gente ha de haber en este lugar!-
Larisa me llevo hasta el piano y me sentó, ella se puso a mi lado y comenzó a decirme unas palabras de aliento, me dijo que me recostase en su hombro, y que me tranquilizara...yo hundí mi cabeza en su hombro y ella me comenzó a acariciar mi cabello dulcemente...se percató de que mis gotas de sudor y me las secó con su pañuelo...
Estaba ya a unos minutos de que comenzara mi espectáculo asi que me separé rápidamente de mi protegida como si estuviera poseído y comencé a repasar una y otra vez mis parituras mientras escuchaba a Ruslana introducir mi nombre al público y presentarme...
Entonces comenzó todo...
He aquí mi canción que presenté e interpreté:
Y bueno..al parecer todo iba bien porque veía gente bailar, y compartir al son de mi música...al parecer recibiría felicitaciones, y eso hizo sacar una sonrisa en mi cara mientras cantaba...
Sinceramente estaba ensimismado en mi música y no quería que mi presentación fuese un desastre, pues primero que todo le estaba haciendo un favor a mi amiga Ruslana, ya que me pidió humildemente que me presentara a su fiesta con mi música y todo...el problema era es que allí había gente de todos tipos, no sabía como iban a recibir mi música asi que solo fui yo mismo, y me desenvolví completamente en esa fiesta...
Después que por fin pude saludar a mi amiga, ella permaneció conmigo unos momentos y comenzó a presentarme a sus invitados...y bien, yo le seguí...
Última edición por Mikelangelo Van Dort el Dom Oct 21, 2012 9:09 pm, editado 1 vez
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Todos los nervios que había abandonado al salir de mis habitaciones, comenzó de nuevo, cuando, después de mi presentación ante los invitados, llegó el silencio. No era un silencio pesado, sino electrizante, como si todos los invitados estuviese conectados al sonido de mis palabras.
Nerviosa, miré al fondo de la sala y estuve a punto de perder el equilibrio. Liev, mi grandioso fantasma, esta visible en el fondo de la sala. No sabia como, pero le reconocí entre todo el mar de gente, y como si pudiera leerme la mente. Sus manos comenzaron un aplauso que en cuestión de segundos dio lugar a una marea de aplausos y vítores que me hicieron enrojecer. ¡Pequeño diablillo!
Bajé por las escaleras con paso seguro y decidido, y mi vestido, con una pequeña cola, parecía dejar una estela en mi descenso. Una profusión de saludos, felicitaciones y agradecimientos vacíos, sacó lo más frío y aristocrático de mi interior. Con una sonrisa educada di las gracias a todos los desconocidos que habían acudido a mi presentación. Más, aquellos que más deseaba conocer aún no se habían presentado, o quizás estuviesen ocultos por estos ... "efusivos" saludos.
Todas mis preocupaciones fueron lanzadas al aire, al ver una melena azabache e inconfundible acercarse a mi posición. Sólo deseaba correr hacia ella y abrazarla, pero debía comportarme y esperar que ella llegara a mí.
Cuando por fin llegó, me miró con una clara expresión de admiración, que hizo que olvidara las sonrisas educadas, y le dirigiese una verdadera sonrisa. Zafiro, estaba preciosa con aquel traje azul, hacía que sus ojos parecieran un mar salvaje, y su pelo hacía un contraste tan delicioso, que estaba segura que atraparía a muchos hombres en esta fiesta.
- Zafi, me alegro de que hayas decidido ponerte tus mejores galas para mi presentación. Ese color que has decidido es muy acertado.- le dije con diversión al ver como sus sentimientos amenazaban con un toque de enfado. Ella sin duda iba a recriminarme mi regalo, así que sólo pude decir ante los demás que ella misma lo había comprado, para que no pudiera rechazarlo. Era mi amiga, y debía ir vestida con lo mejor que pudiera ofrecerle.
Antes de que Zafi pudiera responderme, una dama de rojo, llegó hasta nosotras. Rubí, estaba, sencillamente espléndida con ese tono. Hacia un contraste con su piel blanquecina, adquiriendo una belleza, si bien totalmente diferente a la de Zafi, completamente arrebatadora. Tenía unas amigas increíblemente bellas. Una poseía una belleza acompañada de una arrolladora personalidad, y la otra, una tranquila serenidad con un carácter inquebrantable. Ambas poseían tres cosas en común: Ocupaban un puesto en mi corazón como mis mejores amigas, tenían una belleza salvaje, y un corazón enorme.
Mientras pensaba sobre todo esto. Rubí se presentó y aludió el tema de mi aspecto. Según ella tendría muchos pretendientes hoy. Ante su comentario no pude hacer nada más que sonrojarme. Estaba a punto de contestarle que dudaba tener algún pretendiente después de que ambas hubiesen hecho presencia en mi fiesta, y arrebatado el corazón de los jóvenes caballeros parisienses, cuando, una voz, con acento extranjero se ofreció a ayudarme con los pretendientes.
Ah, era una mujer afortunada. No sólo mis amigos habían acudido a mi llamada, sino que me ofrecían su amor superando la incomodidad de estar en una situación no habitual para ellos, o en un entorno desagradable.
- Liev, es un honor para mí, aceptar la ayuda, que tan libremente me ofrecéis. Pero no puedo ser egoísta y mantenerte sólo para mí. Es un placer presentarte a mis mejores amigas, la señorita Zafiro, y Rubí. Ellas son y serán mi apoyo. De eso no tengo duda. Así que me siento feliz de presentártelas- acercándose a su oído le digo: tampoco soy indiferente al acto de fe que has realizado permitiendo que te vea, Liev. Gracias, eres un gran amigo- Mis ojos se mantuvieron unos instantes en sus ojos verdes, llenos de picardía. Era, un joven muy atractivo y esa sonrisa traviesa dejaría a cualquiera con un corazón desbocado.
Obligándome a desviar mis ojos de los de Liev sonreí a mis amigas.- No he pasado por hecho que aún no las he presentado. Zafi, esta mujer increíble que está a mi lado me ha ofrecido, no sólo su amistad, sino su ayuda en la búsqueda de mi padre. Espero que encuentres en ella también una amiga.- Deslizando mi mirada entre ambas, vi cómo se sonreían con complicidad. Al parecer había tenido razón, íbamos a ser un trío peligroso para los hombres parisienses. Aunque yo, sólo por los problemas que causaría. Incluso el pobre Liev era mi caballero andante, separándome de todos los hombres indeseables.- Rubí, la señorita de ojos azules enojados es la preciosa Zafiro. Mi mejor amiga y mi media mitad. Ella completa mi personalidad. Es todo lo que yo no soy. Y por eso la quiero tanto.- Mi mirada reflejó el amor que sentía por mi amiga, quien había prometido quererme como una hermana.
Oyendo un comentario de una mujer cercana, sobre el maestro Van Dort, casi hace que perdiese mis modales, golpeándome la frente. Había olvidado con los nervios decirle a mi personal que lo dejara libre en la fiesta, avisándolo sólo en el momento del concierto.
- Hablando de amigos, tengo que anunciar al maestro Van Dort. Es una amistad reciente que he hecho con un músico de gran talento. Me costó convencerlo de que viniese, pero por nuestra amistad, ha aceptado mi proposición. Volveré cundo finalice su presentación. Sentaros en los sitios que he reservado para vosotros a mi lado.- Ante sus miradas sorprendidas, comencé a reírme- Oh, vamos, ¿no esperaríais libraros de mi tan pronto, verdad, señores?.
Riendo, comencé a abrirme paso entre mi invitados. Subiéndome a una tarima, acallé a mis invitados. Sonriéndoles y presentando al músico con el talento más extraordinario que había escuchado, por ahora, en todo el tiempo que llevaba en París.
Cuando la música comenzó, todo mi cuerpo comenzó a sumirse en el mismo trance, que lo había poseído la primera vez que escuché a mike tocar. Era como si pusiese su propia alma en cada nota que tocaba y cantaba. Su voz, hacía que muchas jóvenes suspirasen con pasión. O que los hombres sonriesen con complicidad entre ellos. Había un mensaje oculto en sus letras. Vida, pasión, amistad, felicidad, y nerviosismo corrían al rededor del señor Van Dort. Pero yo sabía que era un profesional. Su protegida estaba junto a él ofreciendo su propia música como acompañamiento de Mike. Eran un gran dueto.
Cuando terminaron las últimas notas. Todos rompimos el silencio en aplausos. Había sido espléndido. Moviéndome con rapidez me acerqué a él.
- ¡Mike, ha sido increíble!. Os habéis superado a vos mismo chèrie.- Sonrojándome por mi falta de educación. Correspondí a su reverencia, mientras ofrecía mi mano para que me acompañase hasta donde se encontraban mis amigos.- Espero que me disculpe señor Van Dort, pero no he podido evitar ser correcta en mi saludo, después de su actuación. Sé que no debí llamarlo por su nombre, pero no he podido evitarlo.
- Monsieur Van Dort, le presento a mis mejores amigos; la señorita Rubí, el señor Liev y la señorita Zafiro. Espero que encuentre una compañía agradable entre nosotros. ¿Desea acompañarnos, señor Van Dort, con su protegida, en esta velada?.- le dije mirándolo con esperanza.
Nerviosa, miré al fondo de la sala y estuve a punto de perder el equilibrio. Liev, mi grandioso fantasma, esta visible en el fondo de la sala. No sabia como, pero le reconocí entre todo el mar de gente, y como si pudiera leerme la mente. Sus manos comenzaron un aplauso que en cuestión de segundos dio lugar a una marea de aplausos y vítores que me hicieron enrojecer. ¡Pequeño diablillo!
Bajé por las escaleras con paso seguro y decidido, y mi vestido, con una pequeña cola, parecía dejar una estela en mi descenso. Una profusión de saludos, felicitaciones y agradecimientos vacíos, sacó lo más frío y aristocrático de mi interior. Con una sonrisa educada di las gracias a todos los desconocidos que habían acudido a mi presentación. Más, aquellos que más deseaba conocer aún no se habían presentado, o quizás estuviesen ocultos por estos ... "efusivos" saludos.
Todas mis preocupaciones fueron lanzadas al aire, al ver una melena azabache e inconfundible acercarse a mi posición. Sólo deseaba correr hacia ella y abrazarla, pero debía comportarme y esperar que ella llegara a mí.
Cuando por fin llegó, me miró con una clara expresión de admiración, que hizo que olvidara las sonrisas educadas, y le dirigiese una verdadera sonrisa. Zafiro, estaba preciosa con aquel traje azul, hacía que sus ojos parecieran un mar salvaje, y su pelo hacía un contraste tan delicioso, que estaba segura que atraparía a muchos hombres en esta fiesta.
- Zafi, me alegro de que hayas decidido ponerte tus mejores galas para mi presentación. Ese color que has decidido es muy acertado.- le dije con diversión al ver como sus sentimientos amenazaban con un toque de enfado. Ella sin duda iba a recriminarme mi regalo, así que sólo pude decir ante los demás que ella misma lo había comprado, para que no pudiera rechazarlo. Era mi amiga, y debía ir vestida con lo mejor que pudiera ofrecerle.
Antes de que Zafi pudiera responderme, una dama de rojo, llegó hasta nosotras. Rubí, estaba, sencillamente espléndida con ese tono. Hacia un contraste con su piel blanquecina, adquiriendo una belleza, si bien totalmente diferente a la de Zafi, completamente arrebatadora. Tenía unas amigas increíblemente bellas. Una poseía una belleza acompañada de una arrolladora personalidad, y la otra, una tranquila serenidad con un carácter inquebrantable. Ambas poseían tres cosas en común: Ocupaban un puesto en mi corazón como mis mejores amigas, tenían una belleza salvaje, y un corazón enorme.
Mientras pensaba sobre todo esto. Rubí se presentó y aludió el tema de mi aspecto. Según ella tendría muchos pretendientes hoy. Ante su comentario no pude hacer nada más que sonrojarme. Estaba a punto de contestarle que dudaba tener algún pretendiente después de que ambas hubiesen hecho presencia en mi fiesta, y arrebatado el corazón de los jóvenes caballeros parisienses, cuando, una voz, con acento extranjero se ofreció a ayudarme con los pretendientes.
Ah, era una mujer afortunada. No sólo mis amigos habían acudido a mi llamada, sino que me ofrecían su amor superando la incomodidad de estar en una situación no habitual para ellos, o en un entorno desagradable.
- Liev, es un honor para mí, aceptar la ayuda, que tan libremente me ofrecéis. Pero no puedo ser egoísta y mantenerte sólo para mí. Es un placer presentarte a mis mejores amigas, la señorita Zafiro, y Rubí. Ellas son y serán mi apoyo. De eso no tengo duda. Así que me siento feliz de presentártelas- acercándose a su oído le digo: tampoco soy indiferente al acto de fe que has realizado permitiendo que te vea, Liev. Gracias, eres un gran amigo- Mis ojos se mantuvieron unos instantes en sus ojos verdes, llenos de picardía. Era, un joven muy atractivo y esa sonrisa traviesa dejaría a cualquiera con un corazón desbocado.
Obligándome a desviar mis ojos de los de Liev sonreí a mis amigas.- No he pasado por hecho que aún no las he presentado. Zafi, esta mujer increíble que está a mi lado me ha ofrecido, no sólo su amistad, sino su ayuda en la búsqueda de mi padre. Espero que encuentres en ella también una amiga.- Deslizando mi mirada entre ambas, vi cómo se sonreían con complicidad. Al parecer había tenido razón, íbamos a ser un trío peligroso para los hombres parisienses. Aunque yo, sólo por los problemas que causaría. Incluso el pobre Liev era mi caballero andante, separándome de todos los hombres indeseables.- Rubí, la señorita de ojos azules enojados es la preciosa Zafiro. Mi mejor amiga y mi media mitad. Ella completa mi personalidad. Es todo lo que yo no soy. Y por eso la quiero tanto.- Mi mirada reflejó el amor que sentía por mi amiga, quien había prometido quererme como una hermana.
Oyendo un comentario de una mujer cercana, sobre el maestro Van Dort, casi hace que perdiese mis modales, golpeándome la frente. Había olvidado con los nervios decirle a mi personal que lo dejara libre en la fiesta, avisándolo sólo en el momento del concierto.
- Hablando de amigos, tengo que anunciar al maestro Van Dort. Es una amistad reciente que he hecho con un músico de gran talento. Me costó convencerlo de que viniese, pero por nuestra amistad, ha aceptado mi proposición. Volveré cundo finalice su presentación. Sentaros en los sitios que he reservado para vosotros a mi lado.- Ante sus miradas sorprendidas, comencé a reírme- Oh, vamos, ¿no esperaríais libraros de mi tan pronto, verdad, señores?.
Riendo, comencé a abrirme paso entre mi invitados. Subiéndome a una tarima, acallé a mis invitados. Sonriéndoles y presentando al músico con el talento más extraordinario que había escuchado, por ahora, en todo el tiempo que llevaba en París.
Cuando la música comenzó, todo mi cuerpo comenzó a sumirse en el mismo trance, que lo había poseído la primera vez que escuché a mike tocar. Era como si pusiese su propia alma en cada nota que tocaba y cantaba. Su voz, hacía que muchas jóvenes suspirasen con pasión. O que los hombres sonriesen con complicidad entre ellos. Había un mensaje oculto en sus letras. Vida, pasión, amistad, felicidad, y nerviosismo corrían al rededor del señor Van Dort. Pero yo sabía que era un profesional. Su protegida estaba junto a él ofreciendo su propia música como acompañamiento de Mike. Eran un gran dueto.
Cuando terminaron las últimas notas. Todos rompimos el silencio en aplausos. Había sido espléndido. Moviéndome con rapidez me acerqué a él.
- ¡Mike, ha sido increíble!. Os habéis superado a vos mismo chèrie.- Sonrojándome por mi falta de educación. Correspondí a su reverencia, mientras ofrecía mi mano para que me acompañase hasta donde se encontraban mis amigos.- Espero que me disculpe señor Van Dort, pero no he podido evitar ser correcta en mi saludo, después de su actuación. Sé que no debí llamarlo por su nombre, pero no he podido evitarlo.
- Monsieur Van Dort, le presento a mis mejores amigos; la señorita Rubí, el señor Liev y la señorita Zafiro. Espero que encuentre una compañía agradable entre nosotros. ¿Desea acompañarnos, señor Van Dort, con su protegida, en esta velada?.- le dije mirándolo con esperanza.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Había sido invitada a una fiesta. No era la primera vez que sucedía, no, y ni mucho menos sería la última. Mis padres no estaban, pero eso nadie lo sabía aún, así que podría hacer lo que quisiera con su apellido, O más bien aprovecharme de los beneficios que me daba porque no es que fuera a ponerlo por los zorros qué digamos...mis padres no pensarían como muchos otros, al igual que mis hermanos mayores.
Me había vestido para la ocasión. Un par de horitas bastaron para que quedara divina, al menos eso fue lo que pensaba mi criada. Estuvieron revoloteando a mi alrededor mientras me ayudaban a vestirme, lo cual de por sí ya me parecía fatal, esto de arreglarse era algo que ya hacía yo solita para cualquier momento del día. Pero una fiesta elegante era motivo de otro cantar.
Así que anduve enfundada en un precioso vestido verde esmeralda con algunos intricados adornos lilas, dos colores que van demasiado bien. El pelo estaba suelto, recogido en algunos tirabuzones que me caían por delante de la cara, dándole el aspecto de una muñequita de porcelana que poseía cierta cándidez. En el cuello llevaba un colgante con mi esmeralda, del que no me saparaba jamás.
¡Ah! Y llevaba mi pequeño ridículo bien escondido en mi vestido, en un lugar dónde nadie podía verlo. Dónde llevaba algunas de mis pociones básicas y algunas que otras hierbas para sus ingredientes.
¡Ah, y el color del pelo! Aquel día lo llevaba blanco. Totalmente blanco. ¿Acaso no íbamos a fiesta elegante? Pues blanca que voy hoy. El blanco es un color de pureza por el que esas gentes no se pueden quejar.
Y así, cuando estuve lista, me encaminé hacia el lugar dónde iban a presentar en sociedad a aquella dama.
El viaje se me hizo infinitamente largo. Tanto que a menudo canturreaba para mis adentros buscando alguna que otra respuesta.
Hasta que finalmente llegamos. Antes de que me diera cuenta ya estaba allí, en la mansión. Y encima podría decirse que había llegado prácitcamente tarde, porque ella ya estaba allí delante, preciosa. Aquella dama...la miré con curiosidad desde dónde estaba, pero ella no me miró, probablemente ni me hubiera visto, ya que había llegado bastante tarde, así que me lancé también al mar de gente en busca ee algún conocido. Quería poner en plan mi plan después de hablar un rato.
¡Y entonces vi a Rubí! Junto a un montón de gente, entre los que estaba la anfitriona y algunos más, viendo a alguien tocar. Mis ojos se abrieron como platos, luego se entrecerraron, a la espera de ver a aquel caballero...ah, ¡qué melodías tan lindas! Qué sublime había sido, lo que estaba siendo! Me puse cerca de Rubí para seguir escuchando. Luego, cuando terminó, aplaudí
Me había vestido para la ocasión. Un par de horitas bastaron para que quedara divina, al menos eso fue lo que pensaba mi criada. Estuvieron revoloteando a mi alrededor mientras me ayudaban a vestirme, lo cual de por sí ya me parecía fatal, esto de arreglarse era algo que ya hacía yo solita para cualquier momento del día. Pero una fiesta elegante era motivo de otro cantar.
Así que anduve enfundada en un precioso vestido verde esmeralda con algunos intricados adornos lilas, dos colores que van demasiado bien. El pelo estaba suelto, recogido en algunos tirabuzones que me caían por delante de la cara, dándole el aspecto de una muñequita de porcelana que poseía cierta cándidez. En el cuello llevaba un colgante con mi esmeralda, del que no me saparaba jamás.
¡Ah! Y llevaba mi pequeño ridículo bien escondido en mi vestido, en un lugar dónde nadie podía verlo. Dónde llevaba algunas de mis pociones básicas y algunas que otras hierbas para sus ingredientes.
¡Ah, y el color del pelo! Aquel día lo llevaba blanco. Totalmente blanco. ¿Acaso no íbamos a fiesta elegante? Pues blanca que voy hoy. El blanco es un color de pureza por el que esas gentes no se pueden quejar.
Y así, cuando estuve lista, me encaminé hacia el lugar dónde iban a presentar en sociedad a aquella dama.
El viaje se me hizo infinitamente largo. Tanto que a menudo canturreaba para mis adentros buscando alguna que otra respuesta.
Hasta que finalmente llegamos. Antes de que me diera cuenta ya estaba allí, en la mansión. Y encima podría decirse que había llegado prácitcamente tarde, porque ella ya estaba allí delante, preciosa. Aquella dama...la miré con curiosidad desde dónde estaba, pero ella no me miró, probablemente ni me hubiera visto, ya que había llegado bastante tarde, así que me lancé también al mar de gente en busca ee algún conocido. Quería poner en plan mi plan después de hablar un rato.
¡Y entonces vi a Rubí! Junto a un montón de gente, entre los que estaba la anfitriona y algunos más, viendo a alguien tocar. Mis ojos se abrieron como platos, luego se entrecerraron, a la espera de ver a aquel caballero...ah, ¡qué melodías tan lindas! Qué sublime había sido, lo que estaba siendo! Me puse cerca de Rubí para seguir escuchando. Luego, cuando terminó, aplaudí
Anneliese Wasenbell- Hechicero/Realeza
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Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Al terminar mi presentación, de inmediato Ruslana fue a saludarme y a felicitarme por mi interpretación y yo estaba feliz por eso...que bueno es cuando humildemente te hacen darte cuenta que no eres un fiasco...aunque yo siempre había creído desde mi nacimiento, que soy el mejor músico que hay por estos lados...viendo la mediocridad de mis colegas...
En fin, Ruslana me estaba presentando ante ciertos amigos suyos, donde divisaba que en cada uno de ellos había algo distinto, les hice una reverencia a los tres mientras me decían que mi presentación había sido un éxito les di las gracias a cada uno de ellos.
-Mi querida Ruslana será un honor para mi acompañarlos en esta velada, y gracias por introducirme ante sus amistades... el único problema es que no hallo a mi protegida por ningún lado, es tan escurridiza y no se aparece ni por si acaso...aunque tal vez me esté preocupando demasiado...acepto su invitacion-
Y me quedé junto a Ruslana y sus amigos, aunque no sabía como poder formar un diálogo con esta gente nueva, y demás está decir que si desean compartir conmigo deben de hablarme, porque soy una persona sumisa y reservada en este tipo de eventos...asi que me quedé tranquilo y en silencio junto a ellos....
En fin, Ruslana me estaba presentando ante ciertos amigos suyos, donde divisaba que en cada uno de ellos había algo distinto, les hice una reverencia a los tres mientras me decían que mi presentación había sido un éxito les di las gracias a cada uno de ellos.
-Mi querida Ruslana será un honor para mi acompañarlos en esta velada, y gracias por introducirme ante sus amistades... el único problema es que no hallo a mi protegida por ningún lado, es tan escurridiza y no se aparece ni por si acaso...aunque tal vez me esté preocupando demasiado...acepto su invitacion-
Y me quedé junto a Ruslana y sus amigos, aunque no sabía como poder formar un diálogo con esta gente nueva, y demás está decir que si desean compartir conmigo deben de hablarme, porque soy una persona sumisa y reservada en este tipo de eventos...asi que me quedé tranquilo y en silencio junto a ellos....
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 27/09/2012
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Miré a ambos lados. Cielos, me la pasaba de fiesta en fiesta. Era algo realmente cansador, la verdad.
Y allí estaba yo, Marie-Joséphe de Beauharnais, metida en otra fiesta de sociedad. La invitación me había llegado de mano de Paul Barras, mi amigo y patrocinador de siempre, esperando que encontrara a alguien que me quisiera dar algo de dinero para mantener a mis pequeños. Era difícil cuando ya todo París te conocía a ti y a tus intenciones, pero qué le iba a hacer. Mi única misión ahora era mendigar para darle a mis hijos una vida digna y con la cabeza bien alta.
Menos mal que apenas conocía a estos invitados, por ende, ellos tampoco me conocían a mí.
Me paseé entre las multitudes, repartiendo mis sonrisas por doquier. Me sentía cansada, sí, pero cuando se trataba de dinero la energía parecía salir mágicamente de mi ser. Además, me había arreglado con esmero. Llevaba uno de mis mejores vestidos, de seda blanca con bordados dorados, que caía grácilmente, amoldándose a mi cuerpo. Mi pelo estaba recogido en un suave moño, dejando algunos rizos que caían libres alrededor de mi cuello. Y hasta ahora mi piel se veía perfecta. Al parecer, atraía miradas, esperaba que de gente adinerada.
Y, en mi ignorancia, aún me preguntaba en honor de quién sería la fiesta. Una interrogante que aún no me era respondida.
Y allí estaba yo, Marie-Joséphe de Beauharnais, metida en otra fiesta de sociedad. La invitación me había llegado de mano de Paul Barras, mi amigo y patrocinador de siempre, esperando que encontrara a alguien que me quisiera dar algo de dinero para mantener a mis pequeños. Era difícil cuando ya todo París te conocía a ti y a tus intenciones, pero qué le iba a hacer. Mi única misión ahora era mendigar para darle a mis hijos una vida digna y con la cabeza bien alta.
Menos mal que apenas conocía a estos invitados, por ende, ellos tampoco me conocían a mí.
Me paseé entre las multitudes, repartiendo mis sonrisas por doquier. Me sentía cansada, sí, pero cuando se trataba de dinero la energía parecía salir mágicamente de mi ser. Además, me había arreglado con esmero. Llevaba uno de mis mejores vestidos, de seda blanca con bordados dorados, que caía grácilmente, amoldándose a mi cuerpo. Mi pelo estaba recogido en un suave moño, dejando algunos rizos que caían libres alrededor de mi cuello. Y hasta ahora mi piel se veía perfecta. Al parecer, atraía miradas, esperaba que de gente adinerada.
Y, en mi ignorancia, aún me preguntaba en honor de quién sería la fiesta. Una interrogante que aún no me era respondida.
Joséphine de Beauharnais- Humano Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Mientras le agradecía al señor Van Dort su presencia y compañía, me dí cuenta de las miradas ansiosas de una pequeña jovencita con el cabello blanco y vestido verde esmeralda. Sorprendida al ver que se dirigían a Rubí, decidí invitarla a nuestro pequeño grupo, para que pudiera conversar con nosotros, sin miedo a cometer una descortesía al incorporarse a nuestra charla.
- Bonne nuit madame. Soy la señorita Ruslana Del Mar, anfitriona de la fiesta, ¿desearía unirse a nuestro pequeño, pero agradable grupo?- viendo como la pequeña se sonrojaba y asentía, mientras sus sentimientos iban entre la curiosidad, las ansias y la felicidad, le guiñé un ojo al dejarla junto a Rubí.- Señorita, sea libre de hablar con sinceridad, sobre los temas que tratemos, diga lo que diga, no la juzgaremos.
Sonriendo a todos mis amigos, vi como todos asentían con complicidad. Ninguno la haría sentir mal, sino que le ofrecerían una compañía agradable.
Sintiendo como alguien me miraba, me giré a la derecha, encontrándome con la mirada de una señora muy atractiva, vestida elegantemente de blanco y dorado. Sentí una gran curiosidad por la dama en cuestión, pues al parecer, había despertado en ella también, ese sentimiento. Asentí con mi cabeza hacia ella, con una gran sonrisa. No sabía quien era, pero había acudido a mi fiesta, y lo mínimo que podía hacer es estar agradecida y ser amable.
- Bonne nuit madame. Soy la señorita Ruslana Del Mar, anfitriona de la fiesta, ¿desearía unirse a nuestro pequeño, pero agradable grupo?- viendo como la pequeña se sonrojaba y asentía, mientras sus sentimientos iban entre la curiosidad, las ansias y la felicidad, le guiñé un ojo al dejarla junto a Rubí.- Señorita, sea libre de hablar con sinceridad, sobre los temas que tratemos, diga lo que diga, no la juzgaremos.
Sonriendo a todos mis amigos, vi como todos asentían con complicidad. Ninguno la haría sentir mal, sino que le ofrecerían una compañía agradable.
Sintiendo como alguien me miraba, me giré a la derecha, encontrándome con la mirada de una señora muy atractiva, vestida elegantemente de blanco y dorado. Sentí una gran curiosidad por la dama en cuestión, pues al parecer, había despertado en ella también, ese sentimiento. Asentí con mi cabeza hacia ella, con una gran sonrisa. No sabía quien era, pero había acudido a mi fiesta, y lo mínimo que podía hacer es estar agradecida y ser amable.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Había olvidado como eran aquellas fiestas, había tanta gente y tantas cosas a las que prestar atención. Tan pronto como Ruslana se fue a presentar a su amigo Mikalengelo Van Dort, el músico de la velada, nos dejo a mi y a sus otros dos amigos a solas. Intercambiamos miradas de complicidad e intercambiamos un par de palabras de cortesía quedándonos en un silencio incómodo, sin saber que decir. Pronto fuimos a los sitios asignados por Ruslana y el señor Van Dort comenzó con su representación, la cual me sorprendió y agrado bastante, siempre me había gustado la buena música y sabía apreciarla. Una vez acabado la representación Ruslana fue a por Mikelangelo y el resto nos levantamos y esperamos su regreso. Ruslana nos presentó al señor Van Dort e intercambio unas breves palabras con él, luego se nos unió una joven de cabello blanco y un silencio incómodo se volvió a instalar entre nosotros. Miré a Liev, el amigo de Ruslana y constaté la sospecha que me había estado rondando desde que se presentó, era un fantasma. Generalmente no suelo detectarlos pero gracias a mi naturaleza y mi sentido desarrollado del olfato pude distinguir lo que era en realidad aunque decidí no hacer ningún comentario y obviarlo, todos tenemos nuestros secretos. Mire al resto y suspire, aquel silencio me estaba matando, había que sacar un tema de conversación en seguida. Miré al músico y decidí darle la enhorabuena por su actuación, era educado y quizás podría iniciar un diálogo en el que pudiésemos participar todos.
-Señor Van Dort, una espléndida actuación. Mis más sinceras felicitaciones, es un músico increíble.-dije dedicándole una gran sonrisa y esperando a que el resto se animase a hablar.
-Señor Van Dort, una espléndida actuación. Mis más sinceras felicitaciones, es un músico increíble.-dije dedicándole una gran sonrisa y esperando a que el resto se animase a hablar.
Rubí*- Cambiante Clase Media
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
La carta había llegado por la mañana temprano y se la había entregado a Lady Fiolette para que la leyese después de mucho pensarselo me comunicó su contenido y la idea de que debía con ella. Que para eso era su mayordomo. Al esuchar lo de la fiesta me había alegrado porque podría empezar con el trabajo que realmente había venido hacer pero aquel nuevo plan me había estropeado el antiguo. Asentí a su petición y me fui, por mandato de ella, a que me arreglara para esa noche. Muy a mi pesar me tuve que afitar y peinarme además de ponerme un traje. Aunque fuera de mayordomo. Se me veía incluso elegante pero no me sentía en mi piel La camisa impedía mucho el movimiento y lo peor de todo es que no podía llevar mi daga conmigo. Por si acaso me preparé dos apuletos que llevaría colgado bajo la camisa. Uno era para percibir el peligro y el otro era para librarme del encadilamiento tanto si era de vampiro como su era de brujo o bruja.
A la hora de partir estaba el carruaje de mi señora en la puerta. Yo me senté alante pero antes la ayudé a entrar. Para mi desgracia el viaje había sido corto. La ayudé a bajar y entramos en la fiesta. La mansión era enorme y de un gusto esquisito. La gente hablaba entre ellas pero todos callaron cuando apareció la joven que iba ser presentada. La miré con frialdad. Era bella pero al fin y al cabo una más. Pocas eran como Lady Fiolette, auqnue fuese tan ingenua con respecto a mi. ¿O quizás yo era el ingenuo? Ella dijo algunas palabras y entonces la gente aplaudió. Yo le seguí el juego a los demás.
Entonces una magnifica música empezó a sonar. Me anoté mentalmente que debía ir a saludar y felicitar al músico que dirigía aquella magnifica pieza. Me dejé llevar por cada nota. ¡Amaba tanto el arte! Me imaginé como sería las cosas si hubiera seguido siendo noble. Seguramente tocaría más de un instrumento. Aquel día llevaba mi anillo en mi dedo, como debía ser. La música paró y fuí uno de los primeros en apaludir. Entonces la gente empezó a moverse de un lado para otro. Y cuando quise darme cuenta, lo noté. Alguien me miraba fijamente. Giré mi rostro y mi unos profundos ojos azules, estaban al lado de la anfitriona.
-Lady Fiolette, creo que deberiamos presentarnos a la anfitriona.
Después de eso empezamos a caminar hasta que estuvimos en frente. Por suerte en la carta nos decía su nombre.- Lady Ruslana- hice una pequeña reverencia.- Os presento a mi señora, Fiolette Himmel yo soy su humilde mayordomo, Salazar Phantomhive.
A la hora de partir estaba el carruaje de mi señora en la puerta. Yo me senté alante pero antes la ayudé a entrar. Para mi desgracia el viaje había sido corto. La ayudé a bajar y entramos en la fiesta. La mansión era enorme y de un gusto esquisito. La gente hablaba entre ellas pero todos callaron cuando apareció la joven que iba ser presentada. La miré con frialdad. Era bella pero al fin y al cabo una más. Pocas eran como Lady Fiolette, auqnue fuese tan ingenua con respecto a mi. ¿O quizás yo era el ingenuo? Ella dijo algunas palabras y entonces la gente aplaudió. Yo le seguí el juego a los demás.
Entonces una magnifica música empezó a sonar. Me anoté mentalmente que debía ir a saludar y felicitar al músico que dirigía aquella magnifica pieza. Me dejé llevar por cada nota. ¡Amaba tanto el arte! Me imaginé como sería las cosas si hubiera seguido siendo noble. Seguramente tocaría más de un instrumento. Aquel día llevaba mi anillo en mi dedo, como debía ser. La música paró y fuí uno de los primeros en apaludir. Entonces la gente empezó a moverse de un lado para otro. Y cuando quise darme cuenta, lo noté. Alguien me miraba fijamente. Giré mi rostro y mi unos profundos ojos azules, estaban al lado de la anfitriona.
-Lady Fiolette, creo que deberiamos presentarnos a la anfitriona.
Después de eso empezamos a caminar hasta que estuvimos en frente. Por suerte en la carta nos decía su nombre.- Lady Ruslana- hice una pequeña reverencia.- Os presento a mi señora, Fiolette Himmel yo soy su humilde mayordomo, Salazar Phantomhive.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Cuando quise darme cuenta estaba rodeada de personas y de colores. Miré cada una de las auras para asegurarme de que nadie era peligroso. Saludé a cada uno son una sonrisa cortés. No se me daba bien eso de hablar con gente de clase alta. Entonces dependiendo del color de su aura supe que eran. Rubí cambiaforma; Mikelangelo y Joséphine eran humanos y Anneliese una bruja pero no encontré nada peligroso entonces me fijé en Liev. Era un aura que solo había visto en contadas ocasiones. Abrí los ojos como platos y me quedé mirándole descaradamente. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo aparté los ojos rápidamente. ¡Liev era un fantasma! Su aura... era casi inexistente un color que apenas se percibía. Miré a Rus y me pregunté si ella lo sabría. Porque parecía tenerle mucho afecto a aquel joven. Me mordí el labio. No le iba a decir nada.
Me sentía torpe con tanto lujo e incluso un poco intimidada. Miré a mi alrededor y cuando me quise dar cuenta vi un aura más oscura que los demás. Recordé las cartas que le había echado a Rus aquel día. Agarré la muñeca de mi amiga y le di un leve tirón. Me acerqué mis labios a su oído.- Rus, la persona peligrosa está aquí.- Después de eso volví a clavar mi vista a él. Era un brujo pero tenía un aura oscura. Él me miró y yo me estremecí. Entonces me rostro perdió todo ápice de color cuando se acercó hasta nosotros y se presentó, tan cortés. Miré a mi amiga y a los demás. Esperando que ella fuera la primera en hablar. Intenté parecer que nada había cambiado, que él solo era un invitado más. De hecho las cartas decían que no iba a ser peligroso si no se le provocaba, a si que actuar con naturalidad.
Me sentía torpe con tanto lujo e incluso un poco intimidada. Miré a mi alrededor y cuando me quise dar cuenta vi un aura más oscura que los demás. Recordé las cartas que le había echado a Rus aquel día. Agarré la muñeca de mi amiga y le di un leve tirón. Me acerqué mis labios a su oído.- Rus, la persona peligrosa está aquí.- Después de eso volví a clavar mi vista a él. Era un brujo pero tenía un aura oscura. Él me miró y yo me estremecí. Entonces me rostro perdió todo ápice de color cuando se acercó hasta nosotros y se presentó, tan cortés. Miré a mi amiga y a los demás. Esperando que ella fuera la primera en hablar. Intenté parecer que nada había cambiado, que él solo era un invitado más. De hecho las cartas decían que no iba a ser peligroso si no se le provocaba, a si que actuar con naturalidad.
Zafiro Gómez- Gitano
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Estaba un poco preocupada, mis amigos, se hacían miradas cómplices entre ellos, aunque sin hacer ningún comentario. Sentía que me estaba perdiendo algo importante, pero no sabía que era. Miré a Zafi dirigiéndole una fija mirada a Liev, quien disimuló con elegancia, la estudiosa mirada de mi amiga. Solté una risita tonta. Sí, yo sabía que Zafi podía ver las auras. Así que se daría cuenta de que era un fantasma. Sólo yo sabía su secreto, o eso creía. Y no se lo revelaría a nadie. Guardaba una estricta fidelidad a Liev, respecto a eso, él era mi amigo.
Rubí comenzó a felicitar a Mikelangelo, y yo sonriente iba a hacer algún comentario sobre el horrible sombrero de la señora de enfrente, para poder relajarnos y entablar una conversación, cuando Zafi tiró de mí.
Cuando escuché su avisó, sentí cómo mi rostro perdía color. Mi mirada se dirigió a Liev, y capturando su mirada asentí. Él sabía que cuando le pedía un baile, era para que nos alejásemos de un pretendiente. Pero el asentimiento, era para ponerlo sobre-aviso. Había un peligro, y no dejaría que le afectase, si ocurría algo malo.
Deslicé mi mirada hacia Zafi, y le guiñé un ojo, mientras sentía como mi cuerpo se estremecía. Por primera vez, sentí un poco de miedo.
Poco después a que se acercaran y el señor Phantomhive, presentaba a su señora y a él. Lo comprendí, él podía ser peligroso. Pero esta era mi casa y no permitiría que nadie asustase a mis amigos.
Formando una sonrisa en mi rostro, y lanzándole una mirada dura, dejé que mi voz tomase un tono frío, idéntico al que algunos habían calificado como propio de un Del Mar, no en vano tenía ascendencia pirata: - Señor Phantomhive, agradezco su visita y la de su señora. Creo que aún no nos habíamos conocido. Siento que se encuentren entre desconocidos, pero, es el sino de la clase alta, ¿no cree?. Sufrimos, el acecho de comadronas, madres y solteronas. Atendiendo que ningún movimiento sea incorrecto. Y....- dejando un momento de silencio endurecí el tono de mi voz, sabiendo que sus ojos estaban fijos en mi, con cierta chispa de interés encendiéndose en ellos.- la envidia, la avaricia, y las malas influencias de quienes nos quieren ver caer.- suspiré teatralmente, dando un atisbo a los sentimientos turbulentos de ese hombre, la envidia, codicia y la curiosidad estaban en auge.- aunque lo peor que llevo es la hipocresía.- realicé mi mejor sonrisa, y llenando mis ojos de todo el encanto que pude le dije: - Pero, afortunadamente, no hay nada de ello en su señora, ni...en usted, ¿verdad?.
Rubí comenzó a felicitar a Mikelangelo, y yo sonriente iba a hacer algún comentario sobre el horrible sombrero de la señora de enfrente, para poder relajarnos y entablar una conversación, cuando Zafi tiró de mí.
Cuando escuché su avisó, sentí cómo mi rostro perdía color. Mi mirada se dirigió a Liev, y capturando su mirada asentí. Él sabía que cuando le pedía un baile, era para que nos alejásemos de un pretendiente. Pero el asentimiento, era para ponerlo sobre-aviso. Había un peligro, y no dejaría que le afectase, si ocurría algo malo.
Deslicé mi mirada hacia Zafi, y le guiñé un ojo, mientras sentía como mi cuerpo se estremecía. Por primera vez, sentí un poco de miedo.
Poco después a que se acercaran y el señor Phantomhive, presentaba a su señora y a él. Lo comprendí, él podía ser peligroso. Pero esta era mi casa y no permitiría que nadie asustase a mis amigos.
Formando una sonrisa en mi rostro, y lanzándole una mirada dura, dejé que mi voz tomase un tono frío, idéntico al que algunos habían calificado como propio de un Del Mar, no en vano tenía ascendencia pirata: - Señor Phantomhive, agradezco su visita y la de su señora. Creo que aún no nos habíamos conocido. Siento que se encuentren entre desconocidos, pero, es el sino de la clase alta, ¿no cree?. Sufrimos, el acecho de comadronas, madres y solteronas. Atendiendo que ningún movimiento sea incorrecto. Y....- dejando un momento de silencio endurecí el tono de mi voz, sabiendo que sus ojos estaban fijos en mi, con cierta chispa de interés encendiéndose en ellos.- la envidia, la avaricia, y las malas influencias de quienes nos quieren ver caer.- suspiré teatralmente, dando un atisbo a los sentimientos turbulentos de ese hombre, la envidia, codicia y la curiosidad estaban en auge.- aunque lo peor que llevo es la hipocresía.- realicé mi mejor sonrisa, y llenando mis ojos de todo el encanto que pude le dije: - Pero, afortunadamente, no hay nada de ello en su señora, ni...en usted, ¿verdad?.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Killer Bee finalmente había llegado a "la mansión embrujada" como le informaron la gente de los alrededores o diversas personas que se hallaron en aquella edificación gloriosa, orgullosa... La señorita Del Mar posee algo místico le dijo un hombre en una taberna dos días antes, sin saber que con esas palabras podría condenar a la mujer si de bruja era acusada.
Una invitación libre, en búsqueda de pretendientes.
Recibió como a de hacerse una bienvenida, Killer Bee traía su clásico vestido color zafiro con la pierna derecha abierta, no llevaba sus revólvers, ni siquiera la daga que le dio su maestro, sólo el puñal en su pierna, un crucifijo y unas zapatillas de cristal con el tacón de plata bien afilados.
–Cuando una mujer va y viene sola es propensa a un ataque de alguien perverso, mi puñal es para esas ocasiones– diría Killer Bee si otros descubrían el puñal.
Y la vio, Ruslana Del Mar, una joven mujer llevaba un maravilloso vestido para los ojos de Killer Bee, a simple vista no noto nada en especial de aquella mujer, logró detectar en sus palabras timidez, pero nada más.
Killer Bee mantuvo su distancia, miró a todas partes, buscó rostros familiares, amenazas latentes para la gente que disfrutaba la música, obstáculos y salidas por si la velada terminaba siendo un infierno, la inquisidora tenía ordenes específicas, la zona residencial era un nido de sobrenaturales y todos los Inquisidores tenían la gracia de Dios para enviar a las bestias y demonios al juicio del señor.
Pero por el momento nada, todo tranquilo y Killer Bee tomó asiento.
Mas comenzó a llegar... esa sensación de pertubación en el ambiente, el espiritísmo a flor de piel y Killer Bee reconoció a una gitana y sonrió, pero de ella no emanaba tal esencia... –¿Será acaso que Ruslana Del Mar es realmente una bruja..? Mmm, tengo que acercarme a ella, lograr que se separé del grupo que la rodea y terminar lo antes posible- se dijo para sí.
Una invitación libre, en búsqueda de pretendientes.
Recibió como a de hacerse una bienvenida, Killer Bee traía su clásico vestido color zafiro con la pierna derecha abierta, no llevaba sus revólvers, ni siquiera la daga que le dio su maestro, sólo el puñal en su pierna, un crucifijo y unas zapatillas de cristal con el tacón de plata bien afilados.
–Cuando una mujer va y viene sola es propensa a un ataque de alguien perverso, mi puñal es para esas ocasiones– diría Killer Bee si otros descubrían el puñal.
Y la vio, Ruslana Del Mar, una joven mujer llevaba un maravilloso vestido para los ojos de Killer Bee, a simple vista no noto nada en especial de aquella mujer, logró detectar en sus palabras timidez, pero nada más.
Killer Bee mantuvo su distancia, miró a todas partes, buscó rostros familiares, amenazas latentes para la gente que disfrutaba la música, obstáculos y salidas por si la velada terminaba siendo un infierno, la inquisidora tenía ordenes específicas, la zona residencial era un nido de sobrenaturales y todos los Inquisidores tenían la gracia de Dios para enviar a las bestias y demonios al juicio del señor.
Pero por el momento nada, todo tranquilo y Killer Bee tomó asiento.
Mas comenzó a llegar... esa sensación de pertubación en el ambiente, el espiritísmo a flor de piel y Killer Bee reconoció a una gitana y sonrió, pero de ella no emanaba tal esencia... –¿Será acaso que Ruslana Del Mar es realmente una bruja..? Mmm, tengo que acercarme a ella, lograr que se separé del grupo que la rodea y terminar lo antes posible- se dijo para sí.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Mikelangelo respondió a mi sonrisa con otra pero cuando comenzó a agradecerme mi cumplido algo llamó mi atención, Zafiro fijo su mirada en un hombre vestido de mayordomo y abrió los ojos sorprendida, luego se acercó a Ruslana y la susurro algo disimuladamente. Ésta miro brevemente a Liev que asintió levemente y luego el hombre se presentó como Salazar Phantomhive y a su señora a Ruslana...Aquí pasaba algo. Mire a Zafiro de nuevo que captó mi mirada y pareció adivinar mi intriga y luego volví a centrar mi atención en Mikelangelo respondiéndole con otra sonrisa, al parecer el resto no se habían dado cuenta de lo sucedido, o lo disimulaban. Mire discretamente a Ruslana que hablaba con el nuevo invitado, aquello no me daba buena espina...había algo en aquel mayordomo que no me gustaba aunque no sabía el que pero a judgar por la reacción de Zafiro y las miradas de Ruslana y Liev no podía ser nada bueno. Le di una vaga disculpa a Mikelangelo y me acerqué poniendo mi mejor sonrisa hacia Ruslana y el mayordomo junto con la señora de éste.
-Hola-saludé con educación.-Me presento, soy Rubí Bluesky, amiga de Ruslana, un placer conocerles.-miré fijamente al señor Phantomhive y un escalofrío recorrió mi espalda, eso indicaba peligro, mis sentidos me avisaban, aquel hombre era peligroso. Desvié mi mirada a su señora para no llamar su atención demasiado y por último miré a Ruslana, esperaba que notase mi preocupación con sus habilidades y me diese alguna pista de lo que estaba pasando.
-Hola-saludé con educación.-Me presento, soy Rubí Bluesky, amiga de Ruslana, un placer conocerles.-miré fijamente al señor Phantomhive y un escalofrío recorrió mi espalda, eso indicaba peligro, mis sentidos me avisaban, aquel hombre era peligroso. Desvié mi mirada a su señora para no llamar su atención demasiado y por último miré a Ruslana, esperaba que notase mi preocupación con sus habilidades y me diese alguna pista de lo que estaba pasando.
Rubí*- Cambiante Clase Media
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Cuando sentí las emociones encontradas de Rubí, con su preocupación y miedo en aumento, quise calmarla. Sabía que esto ocurriría, ella era una mujer muy inteligente, y cualquiera que me conociera habría visto que mi voz acerada no implicaba nada bueno sobre la persona a la que la dirigía.
- ¡Chèrie, sigo pensando que ese traje rojo crea un aspecto arrebatador, en vos!- Manteniendo su mirada con la mía, le guiñé un ojo para que alejase su preocupación, yo había visto sus sentimientos, pero también habían otros ocultos, podría tener algo malvado en su interior, pero también había una vana esperanza, y un hilo tan fino, que apenas podía verse de fe. Alguien que aún no hubiese perdido la fe en algo y tuviese esperanzas, no podía ser tan malo. O al menos, de eso intentaba convencerme. Como sabía que mis amigos conocían de mi habilidad del "toque mágico", extendí mi mano como ofrenda a Monsieur Phantomhive, si quería mantener una fachada de cordialidad la tomaría en saludo- Disculpe mis modales, monsieur, casi me olvido de la costumbre francesa de besar la mano de la doncella a modo de saludo. Y créame, mi tía me daría unos azotes si realizara una afrenta a... cualquier invitado. - Sonriendo tímidamente, esperé que tomase mi mano, sabía que se había olvidado los guantes y al tocar su piel, podría ver su futuro reciente. ¿Será ese futuro algo amenazador para cualquiera de mis amigos, o podría ser que monsieur phantomhive aceptase mi mano como muestra de tregua?.
- ¡Chèrie, sigo pensando que ese traje rojo crea un aspecto arrebatador, en vos!- Manteniendo su mirada con la mía, le guiñé un ojo para que alejase su preocupación, yo había visto sus sentimientos, pero también habían otros ocultos, podría tener algo malvado en su interior, pero también había una vana esperanza, y un hilo tan fino, que apenas podía verse de fe. Alguien que aún no hubiese perdido la fe en algo y tuviese esperanzas, no podía ser tan malo. O al menos, de eso intentaba convencerme. Como sabía que mis amigos conocían de mi habilidad del "toque mágico", extendí mi mano como ofrenda a Monsieur Phantomhive, si quería mantener una fachada de cordialidad la tomaría en saludo- Disculpe mis modales, monsieur, casi me olvido de la costumbre francesa de besar la mano de la doncella a modo de saludo. Y créame, mi tía me daría unos azotes si realizara una afrenta a... cualquier invitado. - Sonriendo tímidamente, esperé que tomase mi mano, sabía que se había olvidado los guantes y al tocar su piel, podría ver su futuro reciente. ¿Será ese futuro algo amenazador para cualquiera de mis amigos, o podría ser que monsieur phantomhive aceptase mi mano como muestra de tregua?.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
La señorita Rubi, que se había dignado a comenzar un diálogo conmigo, se tuvo que apartar...por lo que en ese momento me di cuenta que mi presencia ya no tenía más cabida por aquí...para qué mentirme si en esta fiesta no me sentia acogido...
Decidí retirarme, y me acerqué sin ningún pudor a Ruslana que al parecer estaba, recién conociendo a un tipo de apellido "Phantomhive"...un apellido que encontré terriblemente ridículo...le estaba besando la mano...y yo sin más me acerqué a Ruslana en ese momento...
-Ruslana querida, voy a tener que retirarme por ahora, mi trabajo aquí ya esta hecho, por lo que no creo que requieran más mis servicios por aquí...y debo de agradecerte por haberme dado el espacio para mostrar mi música ante el público, pero creo que ya aqui la mayoría sabe que...-alzé la voz-...que nadie de la perfecta clase alta me quiere contratar!..- volví a mi tono normal-...porque no sé amiga tal vez, soy demasiado para esa gente- tiré una carcajada riéndome de mi mismo
El tipo del apellido ridículo me miró con desprecio, como si yo fuese un engendro mal educado...noté su mirada y solo le respondi:
-Mira, no sé quien diablos eres tú, ni que demonios estás haciendo aquí...pero si quieres que me despida de ti también, lo haré...Buenas Noches Monsieur...Contento?- le respondí sarcásticamente, tomándole el rostro y dándole besos alocados en sus dos mejillas y riéndome burlescamente, mientras que por debajo escuchaba (gracias a mi oído musical) las risas de los amigos de Ruslana, y ella solo me quedó mirando extrañada...al tipo este no le hice ni una gracia...y me reí para mis adentros
Luego me dirigi a Ruslana y a sus amigos presentes, dándole la espalda al estirado ese...e hice una reverencia general..
-Au revoir a tous~-
Decidí retirarme, y me acerqué sin ningún pudor a Ruslana que al parecer estaba, recién conociendo a un tipo de apellido "Phantomhive"...un apellido que encontré terriblemente ridículo...le estaba besando la mano...y yo sin más me acerqué a Ruslana en ese momento...
-Ruslana querida, voy a tener que retirarme por ahora, mi trabajo aquí ya esta hecho, por lo que no creo que requieran más mis servicios por aquí...y debo de agradecerte por haberme dado el espacio para mostrar mi música ante el público, pero creo que ya aqui la mayoría sabe que...-alzé la voz-...que nadie de la perfecta clase alta me quiere contratar!..- volví a mi tono normal-...porque no sé amiga tal vez, soy demasiado para esa gente- tiré una carcajada riéndome de mi mismo
El tipo del apellido ridículo me miró con desprecio, como si yo fuese un engendro mal educado...noté su mirada y solo le respondi:
-Mira, no sé quien diablos eres tú, ni que demonios estás haciendo aquí...pero si quieres que me despida de ti también, lo haré...Buenas Noches Monsieur...Contento?- le respondí sarcásticamente, tomándole el rostro y dándole besos alocados en sus dos mejillas y riéndome burlescamente, mientras que por debajo escuchaba (gracias a mi oído musical) las risas de los amigos de Ruslana, y ella solo me quedó mirando extrañada...al tipo este no le hice ni una gracia...y me reí para mis adentros
Luego me dirigi a Ruslana y a sus amigos presentes, dándole la espalda al estirado ese...e hice una reverencia general..
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Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Estaba anonadada. Había intentado mantener las formas mordiéndome el labio cuando Monsieur Van Dort, había hecho mención de la falta de gratitud de la clase alta. Pero cuando observé cómo cogía entre sus manos el rostro del hombre que había despertado el instinto protector que todos llevamos dentro, y le había dirigido dos besos en ambas mejillas, decidí que definitivamente, mi querido Mike, se había ganado todo mi respeto.
Sin poderlo contener comencé a temblar intentando aguantarme la risa, tapándome la boca con el abanico. Estiré mi mano hacia monsieur Van Dort y sorprendiéndolo al acercarme a él, le susurré al oído, mientras tapaba con mi abanico mi rostro- Mi señor, os habéis ganado mi amistad y fidelidad con creces. Habéis besado en ambas mejillas a un hombre peligroso y humillado a los miembros de la clase alta. Espero de todo corazón, que a partir de ahora, vengáis a menudo a azotar a la clase alta. Aunque tened un poco de compasión de mi y no lo hagáis muy fuerte, chèrie, recordad que desgraciadamente yo también soy parte de ella- y liberando la risa contenida lo dejé marchar, observando el color granate en sus mejillas.
Bien, no sólo había herido el orgullo de mi amigo músico, sino que, definitivamente, la ofrenda de paz ofrecida a monsier Phantonvhile, acababa de ser arrastrada por el lodo.
- Monsieur Phantonvhile, espero acepte mis disculpas, pero mi querido monsieur Van Dort es un alma libre de todo convencionalismo. No entiende las diferencias entre clases y su fidelidad está dirigida a la música y los sentimientos. Y es precisamente por eso, por lo que se ha ganado mi respeto, y afecto.- Quería dejar claro que aunque su comportamiento no fue del todo correcto, era mi amigo y contaba con mi respaldo.- Aceptaré cualquier afrenta que haya podido causarle en su nombre, monsieur.
Sin poderlo contener comencé a temblar intentando aguantarme la risa, tapándome la boca con el abanico. Estiré mi mano hacia monsieur Van Dort y sorprendiéndolo al acercarme a él, le susurré al oído, mientras tapaba con mi abanico mi rostro- Mi señor, os habéis ganado mi amistad y fidelidad con creces. Habéis besado en ambas mejillas a un hombre peligroso y humillado a los miembros de la clase alta. Espero de todo corazón, que a partir de ahora, vengáis a menudo a azotar a la clase alta. Aunque tened un poco de compasión de mi y no lo hagáis muy fuerte, chèrie, recordad que desgraciadamente yo también soy parte de ella- y liberando la risa contenida lo dejé marchar, observando el color granate en sus mejillas.
Bien, no sólo había herido el orgullo de mi amigo músico, sino que, definitivamente, la ofrenda de paz ofrecida a monsier Phantonvhile, acababa de ser arrastrada por el lodo.
- Monsieur Phantonvhile, espero acepte mis disculpas, pero mi querido monsieur Van Dort es un alma libre de todo convencionalismo. No entiende las diferencias entre clases y su fidelidad está dirigida a la música y los sentimientos. Y es precisamente por eso, por lo que se ha ganado mi respeto, y afecto.- Quería dejar claro que aunque su comportamiento no fue del todo correcto, era mi amigo y contaba con mi respaldo.- Aceptaré cualquier afrenta que haya podido causarle en su nombre, monsieur.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: La Mansión Del Mar (LIBRE)
Las palabras de Ruslana me parecieron de lo más ofensivas.- Señora yo solo soy un humilde mayordomo.- ella me extendió su mano. ¿Una costumbre? ni un cuerno sería un desgraciado pero tenía dignidad. A si que todos en la sala me vieron coger su delicada mano y besarla pero la realdiad era que estaba bien erguido.
-Tengo que corraborar las palabras de la anfitiona.- dije mirando a la chica del vestido rojo- Está usted hermosa y usted también.- Le dije a al chica de profundos ojos azules. Iba añadir algo más cuando se acercó un hombre muy escandaloso se acercó. Alcé una ceja. Desde luego no encajaba allí, aque si hubiera venido con mis ropapjes habituales hubiera causado la misma sensación. Parece que mi mirada la tomó como una ofensa porque, tras un comportamiento que daba desear se "despidió" de mi y me dio besos en las mejillas. Si hubieramos estado solo ese hombre ya estaría muerto. Pero no era así.
Cuando Ruslana me pidió disculpas en su nombre yo me limité a encojerme de hombros.- Bueno los grandes artistas nunca llegan a ser comprendidos del todo. No hay que echarle más cuenta de lo que en realidad es.
Entonces mi amuleto vibró. Había algo amenazante en la zona. Miré ami alrededor disimuladamente- Tiene usted un hogar preciosa, mi Lady Ruslana.- Entonces la vi. Una chica de pelo negro y corto y un vestido un poco provocador de color azul. No era ningún ser sobrenatural pero había clavado los ojos en la fitriona y me pregunté por que. Volví mi rostro hacia Ruslana.- Lady ¿permites a este pobre hombre una conversaicón un poco más privada?- Intentaría sonsacarle algunas cosas. Y entre ella porque parecía que todos los que estaban a su alrededor intentaban protegerla.
-Tengo que corraborar las palabras de la anfitiona.- dije mirando a la chica del vestido rojo- Está usted hermosa y usted también.- Le dije a al chica de profundos ojos azules. Iba añadir algo más cuando se acercó un hombre muy escandaloso se acercó. Alcé una ceja. Desde luego no encajaba allí, aque si hubiera venido con mis ropapjes habituales hubiera causado la misma sensación. Parece que mi mirada la tomó como una ofensa porque, tras un comportamiento que daba desear se "despidió" de mi y me dio besos en las mejillas. Si hubieramos estado solo ese hombre ya estaría muerto. Pero no era así.
Cuando Ruslana me pidió disculpas en su nombre yo me limité a encojerme de hombros.- Bueno los grandes artistas nunca llegan a ser comprendidos del todo. No hay que echarle más cuenta de lo que en realidad es.
Entonces mi amuleto vibró. Había algo amenazante en la zona. Miré ami alrededor disimuladamente- Tiene usted un hogar preciosa, mi Lady Ruslana.- Entonces la vi. Una chica de pelo negro y corto y un vestido un poco provocador de color azul. No era ningún ser sobrenatural pero había clavado los ojos en la fitriona y me pregunté por que. Volví mi rostro hacia Ruslana.- Lady ¿permites a este pobre hombre una conversaicón un poco más privada?- Intentaría sonsacarle algunas cosas. Y entre ella porque parecía que todos los que estaban a su alrededor intentaban protegerla.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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