Luciano Biagioni

-Nombre del personaje: Luciano Biagioni
-Edad: 1176 años como vampiro – 27 en apariencia humana.
-Especie: Vampiro.
-Tipo, clase social o cargo: Alta.
-Orientación sexual: Heterosexual.
-Lugar de origen: Milán – Italia
-Habilidad o poder: Agilidad y reflejos sobrehumanos, telepatía, volar (planear, levitar), sanación acelerada e infringir dolor por medio de la mente.
-Descripción Física:



-Descripción Psicológica:

Un ser temperamental y frío, calculador, de pocas palabras, pero cuando las dice suele ser incisivo, y solo a un numero reducido de personas, quienes merecen su confianza cambia su carácter, ofreciéndole amplias posibilidades, mas que a cualquier otro. Creció en un ambiente tenso y su personalidad se volvió dura, con un carácter belicoso y de estado ciclotímico, disfruta tanto de la compañía como de la soledad, reservado en cuanto a sentimientos se trata. Si se empeña en algo lo consigue a como de lugar, llevando siempre en mente la idea de que el fin justifica los medios. Suele pensar antes de actuar pero en ciertas ocasiones se puede ver superado y hará lo contrario.

-Historia:
Luciano, hijo único de un matrimonio de clase alta. Aunque era un matrimonio que aparentaba unión detrás de las puertas de su ostentoso hogar se vivía el infierno en persona, mi padre quien ante todos aparentaba ser un ser respetuoso vivía humillando a mi madre con la cual se casó obligado por sus padres y nunca le quiso como debía, era testigo de los sofocantes maltratos tanto físicos como verbales que sufría mi madre, cosa que fue llenando mi ira creándome una personalidad rencorosa ante mi padre, fui creciendo viendo esas escena deseando con mucha ansia que mi padre ya no existiera y mi madre dejara de sufrir, así crecí, con ese deseo el cual escondía ante sus ojos, una noche como tantas, al volver a casa encontré una de esas escena, mi madre llorando ante los insultos de mi padre, mi ira se descontroló en ese momento no estaba dispuesto a soportar ese hostigamiento por su parte ya bastante había sufrido mi madre tome la premeditación de acabar con él, aprovechándome de su posición junto a las extensas escaleras y lo empuje con toda intención cayendo tortuosamente viendo sin mostrar ningún tipo de expresión mientras le veía caer, mi madre se quedo inmutada viendo lo que yo había hecho, baje hasta donde estaba y tome su pulso el cual no pude sentir, guarde silencio y vi a mi madre, fui hasta ella y le abrace –jamás volverás a sufrir- le dije dándole a entender que mi padre había muerto fue muy sencillo de haberlo pensado antes no hubiese esperado tanto tiempo, realmente era lo que deseaba, me había convertido en un ser sin escrúpulos, solo una persona podía tener mi confianza y esa era mi madre, a la única que le tenia devoción. Todo quedó como un terrible accidente que oscureció a mi familia, quedando como único heredero de todas las posesiones de mi padre, mi madre nunca me delato, se guardó ese acto como su más profundo secreto. Luego de ese suceso yo pude sentir al pasar los días una extraña presencia que me seguía a donde iba siempre estaba atento, a donde fuera, así pasaron varios años yo mantenía a flote la herencia mientras me daba una vida tranquila, o eso pensaba que era, compartía mi cama con cada mujer que se me insinuara, en mi mente no estaba enseriarme con nadie, nunca creí en un amor verdadero y solo disfrutaba cada noche con quien se me diera la gana.
Mi madre enfermó gravemente y en esos tiempos la medicina no era muy avanzada, ni con todo el dinero del mundo pude salvar su vida murió dejándome completamente solo, y fue cuando realmente conocí lo que era el dolor. Me había convertido en un ser frío, arrogante, calculador, desde ese día aquella presencia que me había acompañado durante mucho tiempo, se volvió penetrante y más notoria, me mantenía alerta. Una noche salí como siempre, me lleve uno de los carruajes y me pase horas fuera de casa desahogándome con cualquier cuerpo, al regresar el carruaje se detuvo, yo estaba casi dormido y del camino se encargaba el cochero, el cual no hizo ruido alguno cuando el carruaje se detuvo, me pareció extraño, en mitad del camino rodeado por frondosos arboles, abrí mis ojos y escuché un ligero ruido, al intentar moverme para bajar del carruaje esa presencia que hace años me acompañaba se poso frente a mi, dominante con sus profundos ojos, mi único movimiento después de ese fue echarme hacia atrás cuando observé los sobrecogedores encantos de aquella mujer que tenía frente a mi, como había llegado no lo comprendí, estaba totalmente encantado por su imponente presencia que hizo que tomara poca importancia ese asunto, era como si yo hubiese esperado ese momento. Se acerco a mi y sin mediar palabras solo escuchaba susurros, incitándome con su tono de voz, yo no entendía lo que sucedía solo estaba perdido en las profundidades de su mirada, se alejó de mi y yo volví a quedarme sin palabras pero esta vez le dirigí una mirada de suplica y obtuve una respuesta, tocó mi cuello con sus fríos dedos, ese acto de su parte me produjo un gran placer y me explico lo que era y lo que yo podría llegar a ser y sentir si quisiera, me mostró cosas que en un principio me asustaron pero ella al sentir mi temor volvió acariciar mi cuello poniéndome mucho mas ansioso y acepte sin demoras su proposición, volví a sentir ese intenso placer pero ya no eran sus albos dedos los que acariciaban mi cuello eran unos afilados colmillos que aunque me desgarraron la piel me hicieron sentir un inmenso placer que no había sentido ni en una noche de orgía, acabó de absorber mi sangre y se hizo un pequeño corte en su muñeca haciendo que corriera un hilillo de sangre que dejo gotear en mis labios despertando en mi un hambre voraz que quemaba mi garganta y desgarraba mis entrañas, me saco del carruaje y me llevo hasta donde estaba el cochero amordazado y lleno de pánico, lo había dejado para que yo me saciara con él, me indico lo que tenia que hacer, lo cual no dude y bebí de su sangre sintiendo como llenaba mi garganta con un infinito placer.

Fui convertido por aquella dama oscura, que desde un principio causo mucha impresión en mi austera personalidad, serví a ella fielmente admirándole cada vez mas al pasar nuestros incontables años, estaba conociendo otro mundo en su compañía la cual ella utilizaba como mejor le parecía, me forme con cada cosa que quería y yo lo hacia sin dudar, en agradecimiento a lo que me ha dado o tal vez por algo mas.