Un extranjero sospechoso es a veces demasiado interesante [Florette]

por **Ephraim March** Sáb Oct 27, 2012 8:27 am

-¿Acaso es tan difícil encontrar un maldito artículo en este lugar? ¿No que era una urbe hecha y derecha? ¿Cómo no pueden tener esta estupidez? Por el amor de Dios.

Iba caminando en la calle, a la vez que despotricaba, con bastante razón. Se supone que en la zona comercial venden de todo, ¿no? Claro, de todo lo que esos pomposos franceses necesitan, ¡Pero no tienen ni siquiera un maldito repuesto de una pistola inglesa! ¿Pero qué clase de servicio era ese? ¿Por qué no vendían cosas inglesas? Entiendo que todos odien a los Ingleses, pero maldición, sus productos no tienen comparación, por calidad y duración.

Necesitaba urgentemente aquel repuesto. La única pistola que me había traído de Estados Unidos se había roto en una de mis cacerías. No era demasiado necesaria, pero suponía una gran ventaja tener una pistola y un hacha que sólo un hacha para defenderte. De hecho, aquella noche estuve a un paso de la muerte, y se notaba en mi cara algo magullada que había escapado de milagro. Como si morir me importara. No le temía al final.

Para desahogar mis penas, busqué algún lugar donde pudiera tomar un trago de Whisky, o lo que se le pareciera. Había tabernas, pero ninguna que llamara mi atención sobremanera. Rayos, este lugar me estaba poniendo de mal humor. Demasiado ruido, demasiada gente y muy pocos servicios necesarios. Gruñí por lo bajo. ¿En qué demonios estaba pensando cuando tomé mis maletas y vine hacia acá? Ah, cierto. La venganza.

Di media vuelta, dispuesto a irme de aquel estúpido lugar, pero una sensación hizo que me detuviera en seco. Me sentía observado. Pero no como esa sensación de acecho a la que estaba acostumbrado cuando iba a cazar. No, me sentía más bien evaluado con la mirada. Miré hacia todas partes, buscando el origen de esa sensación.

por **Florette Francois** Sáb Oct 27, 2012 9:53 am

Hoy era uno de esos dias en los que Florette no tenia nada que hacer.
Porque, ella escogia trabajar por la noche, más siempre podia quedar con un cliente para ir de paseo más, hoy preferia andar ella sola, aunque quedase feo que una dama asi lo hiciera.

Enfundado en un vestido color ambar, fino y elegante, salio a la calle, acompañada de un parasol de color crema más ¿que haria sola? Aquella duda la atenazo en medio de la abarrotada calle de Paris, siendo incluso golpeada por algun transeunte. Florette miro hacia atras, indignada ¡que poca consideración con una dama! Más de repente, un bufido llamo su atención....

"¿Acaso es tan difícil encontrar un maldito artículo en este lugar? ¿No que era una urbe hecha y derecha? ¿Cómo no pueden tener esta estupidez? Por el amor de Dios."

Desde luego el caballero no era frances, ya que iba demasiado sobervio para serlo...por su acento tal vez seria anglosajon, si, si, lo era. No es que supiera ingles pero su difunto marido habia tratado con alguno y ella como buena esposa habia mantenido charlas con ellos. Más lo que le llamo la atención a la francesa era su magullada cara ¿Como s elo habia hecho? No se trataba de un delincuente ni de un ladron...tampoco es que perteneciese a la más alta alcurnia pero podia deducir que perteneceria a la clase media. Una pena porque, era bien parecido.

Él supo que le estaban observando y la francesa se ruborizo, por haber sido tan grosera, pero el caballero parecia no saber de donde provenia el espia. Ni corta ni perezosa, adopto una pose majestuosa y se acerco delicadamente al caballero, de frente, para evitar malentendidos.

-Me ha descubierto señor-comento esa en tono suave y una leve sonrisa, serena, más sus ojos se tornaban serios-pero es que no lo he podido evitar ¿Se ha perdido?-alzo una ceja-permita que una buena señora como yo le ayude, soy de esta capital....

por **Ephraim March** Dom Oct 28, 2012 9:27 pm

A primera vista pestañeé, encandilado. Aquella mujer no estaba en la "flor de la juventud", pero no dejaba de ser hermosa, exuberante como toda francesa podía serlo. Y yo era uno de esos hombres a los que una mujer puede engatusar fácilmente. No pude evitar sonrojarme un poco. Patético, ¿no?

-Perdido no estoy, Madame- le dediqué una corta reverencia, a la vez que me sacaba mi sombrero-. Sólo un poco ofuscado ante la falta de mercadería. Aún así, apreciaría mucho su ayuda, y a cambio puedo hacerle algo de compañía, aunque será un poco silente- aseguré, bromeando un poco.

Casi todos reclamaban ante mi laconismo. Cuando no tenía ganas de hablar, simplemente me callaba y dejaba que todo siguiera su curso natural. Obviamente ante una dama no podía hacer eso, pero en esos momentos estaba algo perdido en mis pensamientos y no podía tener la certeza de ofrecer una conversación más o menos entretenida. ¿Qué podía contar un pobre hijo de leñador a una mujer como esa?

No tenía muchas historias como Ephraim March, leñador... pero sí que tenía anécdotas de Ephraim March, cazador. Sólo que por el bien de mi identidad y para que la gente no me tomara por loco, simplemente debía callármelas. O contarlas con un tono de broma, como si estuviera inventando una historia.

Luego recordé que tenía una mujer expectante al frente mío. Me sentí bastante idiota por haber comenzado a navegar por mis pensamientos tan de repente.

-Lo lamento. No soy una persona demasiado expresiva, pero podemos cambiar eso por un momento. Ephraim March, a su servicio- tomé su mano para besarla, con una sonrisa jugueteando en los labios-. ¿A quién tengo el placer de dirigirme?

por **Florette Francois** Jue Nov 01, 2012 4:24 pm

La rubia sonrio ladina, pero de forma leve. No le molestaba en absoluto las maneras del caballero ingles. habian pasado tantos hombres por su vida y ¡oh! todos eran de una forma distinta, asi que, estaba acostumbrada.

-Florette Francois, mi señor-se presento esta, alzando con algo de orgullo la barbilla. No pretendia mostrarse superior a aquel hombre, pero Florette no podia evitar abandonar sus maneras de señora ¡caray! Ella aun lo era y lucharia por seguir siendo una dama diga, le pesase a quien le pesase.

-No se preocupe señor March-le respondio la mujer, observando analiticamente al hombre que se encontraba enfrente suyo-aunque no me crea, yo tampoco soy muy expresiva...pero la curiosidad y la sed de conocimientos me pueden y para relacionarme debo hacer un esfuerzo-bordo su frase con una elegante sonrisa, Florette se cuidaba mucho y se esmeraba en mantener bien su aspecto-digame señor ¿Qué es lo que busca? Tiene que estar en París seguro, dejame qe le ayude, tengo amigos en todas las puntas de la ciudad-se aproximó con gracia, para cogerle del brazo, sin pedir permiso antes, pero ella bien sabia que no haria falta y que el señor March no opondria resistencia.

No pudo evitar pensar en su rostro marcado por alguunos golpes, no obstante, no lo observo de frente y con descaro si no más bien de forma disimulada...y ahora mismo se debatia entre si preguntarselo o no....pero ¿Por qué un caballero como aquel estaba con esa facha? ¿Acaso era detective o algo parecido?.....

por **Ephraim March** Sáb Nov 10, 2012 7:56 pm

Pensé por un momento en aquel ofrecimiento. De seguro, si le decía qué era lo que estaba buscando y para qué, me tomaría por un pobre loco. Por otro lado, era común que algunos caballeros buscaran piezas para armas, específicamente para esas intrincadas pistolas de duelo. Pero la mía no era una pistola de duelo, sino que era un pequeño revolver de chispa. Aún así, simplemente solté la información.

-No me crea un asesino o un ladrón, pero estoy buscando un repuesto para una pistola de chispa inglesa. Se me rompió en circunstancias... poco favorables.

Bien, eso acababa de sonar terriblemente sospechoso. Casi como un asesino o un ladrón, y mi cara magullada ayudaba a apoyar esa teoría, junto con el hacha que siempre llevaba escondida en mi abrigo. ¿Qué persona en su sano juicio llevaría un hacha en su abrigo? Al parecer, solo yo, un cazador quizá un poco paranoico.

-Por favor, no me mire a mal. Soy sólo el hijo de un leñador que aspira a ser un abogado. El robar o intimidar no esta entre mis pasatiempos. La pistola ni siquiera es mía- solté de pronto, esperando a que se tragara aquella mentira sobre la pistola y que no sospechara nada malo de mi persona.

por **Florette Francois** Vie Nov 16, 2012 9:15 am

Florette abrió los ojos sorpendida, tensandose un poco. Como buena señora debia alejarse de los entes peligrosos, pero como prostituta habia visto mucho y habia asimilado que no todo en esta vida era blanco o negro. De todos modos era habitual que un caballero llevara un arma...

-¿Sabe? Me hubiera quedado más tranquila si no hubiera mencionado que la pistola no era suya. Los caballeros suelen llevar una para defenderse o participar en un duelo-`sonrio levemente-sobre todo si es ingles, aqui en Francia no hay tantos enfrentamientos como esos-hizo una pausa-perdone, leo demasiada literatura romantica inglesa-rio suavemente, llevandose la mano a los labios con cierta coqueteria-anda, no me mienta que le he pillado, la pistola es suya y no se preocupe, que no pensare mal de usted...de momento-añadio al final. Si realmente era un hombre humilde, el seria el más honrado, ella era una prostituta con aires de grandeza, que se escondia en la facha de señora de compañia. Los ojos de la mujer se ensombrecieron durante un instante.

-Asi que quiere ser abogado, que interesante- comento la rubia, para quitar hierro al asunto anterior-¿Sabe? me vendria bien un abogado ¿Esta usted de paso por Paris?-mientras, Florette le llevaba al camino donde se encontraba una magnifica tienda de armas-Pero, oiga ¿se ha curado esas feas heridas? Se le pueden infectar-comento algo preocupada, pero tambien con doble intención, en el fondo deseaba saber como se las habia hecho.

por **Ephraim March** Miér Nov 28, 2012 7:40 pm

Reí un momento. El hecho de que me confundieran con uno de esos Ingleses estirados me debatía entre la risa y la molestia. Se supone que los Británicos siempre iban bien arreglados y a la moda, aún si no tuvieran ni un centavo para comer. Mi aspecto desarreglado mostraba exactamente lo contrario.

-Lamento tener que decirle que no comparto las delicadas maneras de esos Isleños… no, Madame. Yo soy de la tierra de la Libertad. Nacido y criado en Estados Unidos de América- dije, algo orgulloso. Obviamente iba a demostrar el amor a mi tierra de alguna o otra manera-. Tuve que alejarme de mi hogar por los estudios. Conseguí un patrocinador que puede pagarme la Universidad en París.

Eso era, obviamente, una pequeña fachada de lo que hacía yo en realidad. El título de abogado era para mí simple papel mojado. Lo que me importaba hacer en este país era cazar a las criaturas de la noche, no aprender derecho romano. Aunque si Florette necesitaba mi ayuda, estaría allí para cualquier trámite legal que necesitara. A pesar de estar poco concentrado en esto de las leyes, Dios me había dado un entendimiento privilegiado, y podía recopilar grandes cantidades de información en mi cabeza.

Luego vino lo inevitable. Mis heridas.

-¿Esto?- pregunté, señalando las magulladuras, a la vez que miraba algunos de los repuestos que se exhibían en el mostrador-. No es nada. He tenido heridas peores. Digamos que a veces un hombre honrado se ve metido en cosas más grandes que él y termina herido persiguiendo una buena causa. ¿Es éste el lugar?- pregunté, tratando de quitarle interés al asunto de mi cara. No podía divulgar por allí que un vampiro me había azotado el rostro contra el suelo, a menos de que quisiera un pasaje al manicomio.

por **Florette Francois** Dom Ene 06, 2013 12:26 pm

-Estados Unidos-Respondio con una esplendida sonrisa la mujer de cabellos dorados. Oh, aquella tierra se le antojaba maravillosa y cada vez tenia más ganas de visitarla....pero dada su situación no podria- Me encantaria que usted me hablase sobre ella, pero antes...

Giro su mirada ante el escaparate impecable de una tienda de armas. En él aparecia un maniqui de carton-piedra que sostenia una estupendo rifle de caza. Al rededor de este, habia varios complementos para el devoto cazador, además de otras armas de fuego, incluso unas cuantas armas blancas.

-En efecto querido, esta es la tienda de la que le hablo- Florette decidio omitir por el momento el tema de las heridas, ya lo abordaria después cuando estuviese satisfecho con la compra-tiene suerte, el dueño me conoce y le hara una generosa rebaja-esta volvio a sonreir de manera encantadora.

Entraron el el local, un sitio impecable de dos pisos. El inferior estaba el mostrador y en las paredes que lo flanqueaban estaban expuestas armas de lo más diversas, además de unas cuantas cabezas de animales silvestres. El piso superior, protegido por una fuerte balaustrada de madera, habia una fila interminable de estanterias, algo empolvadas. Solo la persona que se encontraba detrás del mostrador podia acceder al segundo piso mediante una escalera de madera de mano.

El dueño era un hombre robusto, de mirada astuta pero bonachona. Su pelo era de un negro intenso con algunas canas adornandolo. Iba vestido de forma sencilla, pero elegante, al ver a la dama y su acompañante sonrio.

-Oh ¡Benditos sean mis ojos! Florette querida, cuanto tiempo ¿Quien es el afortunado que os acompaña?

El hombre no parecio asustarse al ver las heridas de Ephraim, era de estos que lo habian visto todo en sus años de vida.

-Louise, te traigo un nuevo cliente, un buen amigo-sonrio de nuevo- Se llama Ephraim March y...bueno, el sabe lo que quiere-Miro al americano para que le contara sus necesidades al vendedor de armas...

OFF: Lamento la espera u.u

por **Ephraim March** Jue Ene 17, 2013 12:05 pm

Le sonreí vagamente al dependiente, esperando que fuera uno de esos hombres que iban inmediatamente a los negocios. Y lo era, de hecho. Con un rápido “Ephraim March, a su servicio”, me dirigí hacia su escaparate y saqué el arma que se había estropeado. El hombre la miró con ojo crítico para luego suspirar.

-Es una pistola inglesa, y los repuestos son muy difíciles de conseguir. Suerte que me quedan algunos en la bodega. Ahora me pregunto, ¿Cómo pudo dañarla de esta manera? ¿Acaso la pisoteó un caballo?

-Algo por el estilo- ladeé la cabeza, esperando que no hiciera más preguntas. ¿Cómo explicar que un maldito vampiro me la había estropeado de manera espantosa? Algo muy difícil de explicar, y muy poco creíble de cualquier modo. Prefería la absurda historia del pisoteo del caballo- ¿Puede arreglarla?

El hombre sólo me dedicó un asentimiento de cabeza y partió raudo a buscar los repuestos. Por mientras, le dirigí una mirada inquisitiva a la tienda en cuestión. No lo negaba, tenían armas realmente buenas, aunque poco útiles para el tipo de caza que yo frecuentaba. Al final, siempre volvería a mi hacha, aún teniendo el rifle más preciso. Mi hacha era como el himno a la venganza, uno que se cantaba con el sonido de las cabezas cayendo y el sonido de la hoja al cortar al viento mismo.

Luego recordé que estaba acompañado.

-Disculpe, Madame, por ser tan impertinente, pero… ¿Su marido no se molestará si la ve paseando con alguien como yo?- ya me estaba preguntando cuándo aparecerían para darme una paliza.

por **Florette Francois** Vie Ene 18, 2013 5:35 pm

Louise y Ephraim se entendieron a la perfección nada más cruzar la primera palabra. Florette observo satisfecha como hablaban sobre la arma, en realidad no presto mucha atención a aquello ya que era de las que pensaba que las pistolas y espadas estaban reservadas a los hombres y no a una señorita decente que se preciase. De todos modos experimentaba la satisfacción de haber ayudado a aquel hombre que tanto interes le estaba causando. Desde luego era muy curioso y parecia que escondia algo que no diria por las buenas.

Entonces, el americano regreso a ella para recuperar la conversación, Florette le observo con atención y le recibio con una suave sonrisa, más cuando este formulo su temor, ella no pudo hacer otra cosa más que reir.

-Si tuviera marido, mi querido Ephraim, no estaria con usted-le contesto con un deje de diversión en su tono, entornando los ojos cuando lo miraba-Desde luego no, no estaria con usted, ni me mostraria tan complaciente-alzo la cabeza de manera orgullosa, como dando a entender que aquello era un privilegio cedido a unos pocos-Por desgracia mi marido partio de este mundo hara unos años-confeso bajando levemente la mirada.No le gustaba recordar que él se habia marchado, pero era la verdad y al menos ser la viuda de un buen hombre era lo unico digno que le quedaba.

Florette le aparto la mirada y se fijo en una espada. No por nada en particular, pero aquello le habia producido un desagradable cosquilleo en el estomago.

-¿tiene arreglo su arma?-Le pregunto cambiando drasticamente de tema.

por **Ephraim March** Miér Ene 30, 2013 1:31 pm

Inmediatamente después de oír su respuesta, me dieron ganas de cortar mi propia lengua. Yo y mi bocota. ¿Cuándo aprendería a callarme? Aunque, a mi favor, jamás se me habría pasado por la cabeza que aquella mujer era viuda, más que nada por el porte y la vestimenta. Por otro lado, ¿Qué sabía yo del comportamiento de las viudas Parisinas? Había pasado prácticamente toda mi vida en Estados Unidos, donde todos hacían lo que se les viniera en gana.

-Lo siento mucho si la hice sentir mal con mi pregunta, madame- bueno, ¡no me iba a quedar allí parado sin disculparme!-. No dude en llamarme si necesita la protección de un hombre de vez en cuando. Aunque no lo parezca, soy bastante fuerte- lancé, en tono de broma.

Como el caballero que era- aunque en verdad pareciera un pobretón sin futuro-, tenía esa tonta pero necesaria debilidad para con una mujer en apuros, de la edad que fuera. Y no iba a dejar que Florette, una mujer sin más compañía que ella misma, afrontara toda esa sarta de peligros que estaban a la vuelta de la esquina. Yo podía nombrar muchos, y muy reales, aunque los cuentos se dedicaran a pregonar lo contrario. Una prueba contundente de lo mortal que podía ser París era mi propio rostro y la pistola a medio destrozar.

Y hablando del arma.

-Todo tiene arreglo si uno se lo propone, así que creo poder darle una respuesta afirmativa- comenté, distraído, tratando de mantener esos impulsos caballerescos y pasados de moda dentro mío-. Y si no lo tuviera, peor sería para mí. No soy muy adinerado, no puedo costearme otra.

¿No soy muy adinerado? Bueno, era mejor que decir “Me gano la vida cortando leña y viviendo a costas de un ricachón”.

Spoiler:

por **Florette Francois** Vie Feb 15, 2013 8:53 am

La mujer sonrio levemente al oir aquellas palabras...

-No dude en que recurrire a usted-contesto de forma más tranquila-y no se preocupe, seguramente mi forma de vestir no lo parecera...-comento algo apurada. Desde que trabajaba como cortesana sus costumbres se habian relajado levemente.

La sola idea de que se estaba dejando le horrorizaba, tenia que volver a recuperar sus ademanes de señora. Dio un leve suspiro-¿Le gustaria usted ser mi guardaespaldas?-bromeo la rubia con cierto coqueteo, con la intención de relajar el ambiente, ya que sentia que habia puesto en un compromiso a Ephraim, un hombre que se estaba comportando como un autentico caballero.

-Bueno, seguro Louis se la arregla y hasta funcionara mejor que en antaño...hablando del rey de Roma...-sus ojos azules se movieron hasta donde estaba el mostrador. Louis estaba de nuevo, con los repuestos para la pistola.

-Tiene arreglo ¿no?-Florette se acerco hasta el dueño de la tienda-¿podias hacerle un precio especial?-le guiño un ojo-¡acerquese Ephraim! a ver que nos tiene que decir este pistolero-comento, con mejor humor.

Spoiler:

por **Ephraim March** Dom Feb 24, 2013 9:02 am

Obedeciendo automáticamente, me acerqué al mostrador a ver si mi pistola tenía esperanza. Afortunadamente para mí, si la tenía, y tampoco iba a ser tan costoso arreglarla. Solté una sonrisa de puro y simple alivio. Estaba salvado, aunque debía esperar al menos una semana antes de que estuviera totalmente operativa. Una semana en la que debía poner extremo cuidado en mis pasos. No me había ganado pocos enemigos gracias a mis pesquisas.

Dejé pagada la primera parte de la cuota y volví a la calle, con un humor más afable que cuando salí por primera vez. Ahora por lo menos tenía la libertad del alivio. No tendría que gastar dinero de más para pagar una pistola nueva. No tendría que trabajar más de la cuenta para reunir dinero. Y no es que me quejara del oficio de leñador, pero a veces era extenuante tener que cortar árboles sin descanso.

Además, tenía que agradecer a Florette por haberme mostrado aquella tienda.

-Muchísimas gracias por el dato- comencé, rascándome la cabeza-. Sin usted jamás habría podido encontrar el lugar, y las palabras en verdad no bastan para mostrarle todo mi agradecimiento. ¿Hay algo que necesite? Si lo hay, puedo ponerme a su servicio.

por **Florette Francois** Vie Mar 08, 2013 6:03 pm

Y por fin salieron del lugar.

Florette ya comenzaba a aburrirse en medio de tanto cachivache...nunca llego a comprender porque los hombres se interesaban tanto en esos temas, pero bueno, eran cosas de ellos y lo mejor era no meterse.

Entonces Ephraim se acerco a ella para darle las gracias y prestarle sus servicios, Florette sonrio suuavemente pero con cierta coqueteria ¿Que le podia ofrecer él? Seguro que muchas cosas, como su compañia. A Florette le estaba agradando mucho estar con él y la sola idea de separarse le disgustaba.

-Sus servicios legales serian de gran ayuda-comento la cortesana, mientras le agarraba del brazo como si se conociesen de toda la vida-aunque con su genuina compañia me basta...oh, la disfruto mucho de veras.

La rubia penso rapido, tal vez un paseo por el paque...queria saber más sobre ese hombre...y de paso curarle esas heridas, ¡le estaban poniendo de los nervios!.

Total, cualquier cosa para...en fin, no despegarse de él...¿Se habria encaprichado?

P.D: lamento la demora.

por **Ephraim March** Dom Mar 24, 2013 10:56 pm

Y allí estaba yo, sonrojado como una niña en primavera. No dudaba que podía ser muy estoico cuando quería, pero siempre que una mujer me halagaba de una u otra forma, mi cara adquiría el tono digno de una manzana. Y más una mujer como Florette, una persona que poseía encanto natural a raudales. ¿La verdad? Siempre había sido un debilucho con esto de las mujeres. Tenía esa sensación de que necesariamente debían protegerse, vamos, como el pensamiento de los caballeros de aquellos cuentos medievales que leía en casa. Lo que al parecer estaba bastante pasado de moda, porque viendo a mí alrededor mis compañeros de género eran todo menos caballerosos.

Cuando volví a la realidad de mi situación, ya estábamos en un parque cercano a la zona comercial. ¿Cómo llegamos allí? Ni idea. Inmediatamente busqué una banca para que Florette se sentara a descansar. La encontré, unos metros más allá, y la invité a tomar posición mientras yo hacía lo mismo. Llevaba caminando desde la mañana y mis pies me estaban matando. Solté un suspiro y me sentí… observado. Tanto por Florette como por la mayoría de la gente que paseaba por allí. ¿Qué, tenía algo en la cara?

Y de pronto recordé que sí, que por supuesto que lo tenía. Mi rostro estaba lleno de magulladuras de la caza anterior, lo cual visto desde fuera debía ser algo tanto espeluznante como indigno. Tuve el deseo de gritarles a todos que se metieran en sus asuntos, pero era demasiado educado como para hacerlo, y además tenía a una dama a mi lado. Así que me limité a sonreír de lado, con sorna. Parisinos y sus estudiadas costumbres. A veces extrañaba con ganas mi tierra natal.

-Lo siento si la incomodo-le dije a Florette, suavizando un poco la mofa de mi sonrisa-. Lamentablemente, nunca tengo demasiado tiempo para curaciones, así que debo salir hecho un esperpento a la mayoría de mis trámites- ¡Y qué esperpento! Los cortes en la cara no eran nada. A menudo tenía esguinces, narices rotas o incluso costillas partidas en dos. Usualmente me preguntaba cómo era que no moría con todos esos golpes.

por **Florette Francois** Mar Abr 09, 2013 3:50 pm

Florette encontraba tan adorable a Ephraim que no pudo hacer otra cosa que sonreir. Pero asi eran la mayoria de los hombres, no se dejaban cuidar, odiaban ser el centro de atención en esos menesteres y odiaban sentirse debiles. Obviamente lo del abogado solo eran unas magulladuras-un poco feas la verdad- pero en ningun momento habia pedido ayuda para sanarse. Seguramente las dejaria pasar, hasta que se le curaran solas, o ya intentaria cuidarselas el mismo una vez estuviera en la intimidad de su casa...

-No importa Ephraim-contesto de manera dulce la rubia, mientras observaba de arriba abajo al abogado-pero ya que quieres hacerme un favor, acepta mi ofrecimiento, llevame a tu casa y yo te sanare esas magulladuras, necesitas una mano femenina que sepa lo que hacer-le pidio Florette con una sonrisilla en la cara, mientras arqueba una ceja exigiendo un si como respuesta.

Estaba claro que a la cortesana le habia interesado aquel hombre y le apetecia averiguar más cosas sobre él.

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