Sorpresa para mis músicos (privado)

Después de mucho tiempo de espera, de salidas a escondidas de la Mansión del Mar, había conseguido crear un conservatorio de música. Ya me había dado cuenta de que no existía un lugar que recogiese a todas aquellas talentosas personas que se dedicaban a la música.

Con orgullo miré el edificio. Era de un tamaño considerable, puesto que en su interior guardaba todas las áreas necesarias para que los músicos dispusieran libremente de ellas. el nivel que se exigiría, tanto a alumnos como profesores sería alto, a veces, las responsabilidades podrían ahogar a quienes no estuviesen preparados. Pero en esta escuela se reunirían los mejores músicos del mundo. Todos los que poseyeran un talento excepcional serían recibidos con los brazos abiertos.

Sonrió cada vez más segura de que los músicos adorarían esta escuela. Había un gran jardín central para el ocio, una cafetería para alimentar a todos los músicos, salas de ensayo individuales o colectivas, una gran sala para realizar recitales o conciertos, habitaciones para aquellos que viviesen en otros países o para los que no tenían un hogar propio. Cualquier necesidad que tuviesen los músicos sería satisfecha en éste edificio.

Más que una escuela, Ruslana sabía que sería un hogar para todos aquellos que sufriesen el mal musical. Almas incomprendidas que buscaban en la música un escape de su vida diaria, también serían acogidas. Ella misma se había encargado de escribir y asegurarse que los sobres de color beige llegasen a todos los miembros que conformarían el primer grupo de músicos de esta escuela. Sus dedos habían quedado entumecidos después de escribir todas esas cartas, pero estaba nerviosa y ansiosa, puesto que las primeras cartas que había escrito, estaban dirigidas a dos de sus amigos; Mikele y Zafiro.

Mientras abría las grandes puertas del conservatorio, escuchó el carruaje que se acercaba por la avenida. Dentro se encontraban sus dos amigos, con los ojos vendados para que no pudiesen ver la sorpresa que había construido. Su corazón había sufrido cuando ambos le contaron que no poseían un lugar donde abrazar a las musas musicales y crear música. Como ellos, habían muchos jóvenes que, aunque poseían mucho talento, no tenían el suficiente dinero para aprender este oficio. Por eso, había decidido crear un hogar, donde todos los músicos pudiesen llegar a lo que ansiaban; sentir el abrazo de las notas, ser arrullados por las voces de las musas y embriagarse con el olor de los instrumentos.

Mientras el carruaje se detenía enfrente del conservatorio, ella empezó a esbozar una gran sonrisa. Sus amigos serían los primeros en ver el recinto, y una hora más tarde, recibirían a todos aquellos que habían recibido el sobre beige, con su nombre en letras doradas.

Sus amigos bajaron del carruaje, ayudados de un lacayo. Sólo entonces les ordenó, desde lo alto de la escalinata que se quitasen las vendas. Cuando ellos se quitaron las vendas presurosos de saber en qué consistía el misterio, dejaron que sus ojos se abriesen con sorpresa e incredulidad.

- ¡Oh, vamos queridos!, cualquiera diría que habéis visto el Olimpo- Riendo extendí mis brazos abiertos, en señal de bienvenida.- ¿Vais a quedaros ahí con la boca abierta, o subiréis a saludarme?. Podréis ver el interior una vez que se os pase el estupor de la sorpresa.

Hoy era el día. Hoy le confirmaría a Rus que podía irme a vivir con ella. Últimamente apenas había visto a mi querida amiga. Estaba muy liada y cada vez que le preguntaba al respecto se hacia la loca o me cambiaba de tema. La verdad que últimamente andaba muy rara. ¿Y sí había encontrado ese amor? Sonreí al pensarlo. Entonces las cosas se pondrían interesantes. Rus me mandó un vestido sencillo de un color verde agua. Lo mejor es que me dijo que no hacía falta que me pusiera uno de esos horrorosos corset. Tras vestirme salí de mi casa pero alguien me tapó los ojos. Lo único que me dijo para tranquilizarme era que venía de parte de Ruslana. Estaba claro que la mataría. Me montó en el carro.

Intenté escuchar o oler algo que me dijera por donde íbamos pero fue para nada. El carro estaba perfumado pero nada más. Entonces se paró. El corazón me dio un vuelco. ¿Habíamos llegado? No. Había subido alguien que mascullaba algo. Reconocí la voz de Mikelangelo.-¡Mikelangelo!- exclamé sorprendida.- ¿No me diga que Ruslana también lo secuestro?- A él también.- Me muero de curiosidad por saber que se trae entre manos nuestra amiga.- Me hubiera gustado quitarme la venda y sentarme al lado de Mikelangelo pero estaban demasiado apretadas. Entonces al cabo de unos minutos el carro se volvió a parar. Nos ayudaron a bajar ambos y entonces nos quitaron las vendas.

Delante nuestra estaba nuestra amiga pero detrás había un edificio enorme. Abrí la boca sorprendida. Entonces me di cuenta de que no sabía que era y que solo me había sorprendido por la belleza del edificio.- Rus, ¿qué es esto?- dije mirando aquello y acercándome a mi amiga. Ella me explicó que era y no pude evitar sentirme muy agradecida. Abracé a ella y después me di la vuelta y abracé a Mikelangelo.- Ya tendremos un lugar para que me puedas enseñar.- bromeé con él. Volví a acercarme a mi amiga y le cogí de la mano. Acerqué mi labios a sus oídos y le susuré.- Viviré contigo.- Después de eso. Tomé aire.- ¿A qué esperamos? ¡Entremos!- Arrastré a aquellas dos personas que se habían hecho un hueco en mi vida y entramos en el gran edificio.

Había llegado hasta mi cuchitril de vivienda....
(Mikelangelo vive en burdel, donde el pago de una pequeña y roñosa habitacion para dormir, es hacer presentaciones todas las noches para éste, y donde tiene prohibido acercarse a las mujeres que éste burdel contiene, y lo mismo para ellas que tienen prohibido acercarse al músico...en eso vive por ahora)
...Una tarjeta envuelta en un sobre beige, que tenía como remitente a Ruslana, mi protectora...la abrí y la leí con suma rapidez, sin entender mucho el sentido que ésta tenía...solo sabía que tenía que reunirme con ella en cierto lugar, que no sé donde quedaba asi que decidí ir alistarme...
Cuando ya había terminado y estado listo para irme, sali por la puerta y todo se tornó oscuro...un tipo que tenía una voz nerviosa me había puesto una venda en los ojos, yo comencé alterarme hasta que me dijo quien era y de qué parte venía...
Ruslana y sus juegos, pensé, ella es una mujer excepcional que hace que mis días siempre estén llenos de bromas, todo fue muy inesperado para mi...el lacayo me dirigió al carruaje...me entró con cuidado, y al parecer había otra persona allí...su bella voz la reconocí al instante "Mikelangelo!" era Zafiro, me exclamó...al parecer no tenía ni la menor idea de todo este show bromístico de Ruslana, asi como yo, porque tampoco sabía que yo me dirigía al mismo lugar...y me comentaba sobre ello
Intenté acomodarme lo más que pude, y terminé sentándome al lado de Zafiro..pero al parecer ella no tenía idea que ahi me quedé...

Mientras esperábamos con ansias lo que Rus, nos escondía bajo su manga...iba pensando en mi cabeza la falta de lugares que tiene esta ciudad para expresar el arte de la música, un lugar donde se pueda estudiar, explorar...y donde también podría yo dar unas clases, para dejar de vivir en esa inmundicia de lugar...no tenía que pagar en dinero, pero si con mis talentos, pero también tenía que estar soportando a que cada noche se dirija a escondidas del jefe una prostituta a tocarme la puerta sabiendo que no es correcto, y menos aceptaría sus ofertas debido a que no me interesan en absoluto ese tipo de aventuras, por más que tenga sed aveces de algún revuelco con una mujer en la cama...
En fin, iba pensando muchas cosas en ese momento, mi mente jamás deja de funcionar, aveces es muy loco, pensaba para mis adentros...hasta que el carruaje paró.

Creo que hicieron bajar a Zafiro primero y después una mano transpirada tocó la mía, era mi turno...escuchamos la voz de Ruslana a lo lejos...yo no sabía por donde iba y al momento nos quitamos las vendas....

-Rus...que es esto?- pregunté un tartamudo...era obvio no? era nuestro!
-Rus...por qué?- preguntaba pero como que no quería que me respondieran tampoco, estaba muy atónito al ver el enorme regalo que Rus nos había hecho! Nada más y nada menos que una academia de música!!!
Y era enorme! enorme! enorme! Yo estaba bastante emocionado...realmente quedé sin aliento al ver lo hermoso del lugar y la enorme area que ocupaba el edificio, como Rus consiguió todo esto? no lo sé..lo único que sabía es que estaría agradecido de ella toda la vida... casi lagrimeo, y Zafiro se dirigía emocionada hacia mi, porque tendría un lugar en donde podré enseñarle música...un lugar digno...
Yo aún estaba pasmo...y mientras Zafiro se fue adelante con su amiga de la mano...yo me acerqué a ellas y le dije a Zafiro, primeramente: -Disculpa me permites un momento?...- mi voz se tornó seria y emotiva...

Abracé a Rus con todo mi cariño, la abracé lento y suave, y permanecimos abrazados por muchos minutos..realmente estaba muy agradecido con su gesto...con este tremendo gesto inesperado de su parte... y le dije a en su oído suavemente en voz baja, mientras la mantenía en mis brazos:

-Realmente...estoy muy emocionado, muy conmovido, muy complacido de haber conocido a alguien como tú...no lo digo por tu dinero y tus regalos Rus...lo digo porque has sabido llegar inocentemente a mi corazón...realmente eres una muy buena persona, una muy buena amiga...te valoro por lo que eres y no por lo que tienes...es solo para que lo tengas en cuenta de acuerdo? -le acariciaba su espalda con cariño -...Desde el fondo de mi corazón muchas gracias...- finalicé posándome en su hombro esperando a que se me vayan las pequeñas lágrimas que habían caído de mi, en ese momento... y cerré los ojos por unos momentos...
Y le añadí en voz baja: -Nadie había hecho algo asi por mí, jamás, jamás...tal vez, había esperado algo asi algunas veces, pero no creería que se volviera realidad alguna vez...-

Después me obligué a disipar toda esta emoción, para empezar el recorrido por mi nueva vida...

Recibir las palabras de agradecimiento de Mikele había provocado que mis lágrimas fluyesen rápidas sobre mis mejillas. Sentir la mirada emocionada de Zafiro envuelta en los brazos de Mikele, provocó que mi corazón se expandiera, orgulloso de mis dos amigos. Acaricié suavemente la espalda de Mikele esperando que se calmase, mientras miraba a Zafi mirando nuestra escena afectiva con una gran sonrisa y lagrimas contenidas en los ojos.

Cuando Mikele se separó, le sonreí traviesamiente mientras tomaba su mano, aunque yo jamás mostraba gestos de afecto en público salvo con Zafi, sabía que con Mikele ocurriría lo mismo, él aceptaría estos gestos como lo que eran, una muestra de todo el amor que sentía por él. Zafiro tomó la mano de Mikele y juntos empezamos a recorrer la escuela.

En cuanto vieron el interior, suspiros sorprendidos comenzaron a surgir. La sala que más le gustó a Zafi fue el enorme patio interior, situado en el medio de la escuela, su tamaño era amplio. Un enorme césped se extendía en un círculo perfecto. Diversos árboles estaban plantados en su interior aleatoriamente, junto con flores silvestres y algunos bancos para sentarse. Cuando hablaba con el arquitecto, le dije que quería un "trozo de bosque", y a pesar de los problemas que causó el trasplantar todos aquellos árboles, el esfuerzo mereció la pena. Zafiro correteaba por todo el césped con los brazos extendidos y descalza. Mientras que recogía los zapatos que se había quitado rápidamente para corretear, empujé a mikele con la cadera mientras me levantaba, diciéndole:

- Parece divertido, ¿nos apuntamos?- Dándome una inclinación teatral murmuró:

- Después de vos madame.- Y riendo nos adentramos juntos en el césped, corriendo tras Zafiro.

El sol de las primeras horas de la mañana comenzó a iluminar el enorme espacio, haciendo que nuestros cabellos brillaran con reflejos azulados, canelos y rubios. Con las ropas cubiertas de hierbas y hojas y nuestros pechos subiendo y bajando por las respiraciones trabajosas, después de haber correteado por todo el espacio, escuché como ambos hablaban de qué instrumentos tocarían primero, qué sala de clase iban a escoger, o qué canción iban a interpretar juntos.

Pensé en lo que me había dicho Zafi. Ella, a pesar de arriesgarse a decepcionar a sus padres o ser repudiada por su clase, había decidido mudarse. Sabía que eso provocaba su nerviosismo y que estaba asustada por todo lo que desconocía de mi mundo. Jamás permitiría que la dañasen, ella era mi amiga, y yo egoístamente la había introducido en un problema por exigir su compañía.

Abrumada por el sentimiento de culpa me senté, apoyando mi barbilla en las rodillas. ¿Dónde viviría Mikele?. Nunca habían hablado de ese tema. La verdad es que sabía muy poco de él, y eso era imperdonable. Su sentimiento de culpa siguió creciendo exponencialmente, era una amiga terrible.

La mano que aferró mi hombro, hizo que saliera de mis pensamientos, haciendo que volviera a la realidad. Mis amigos me miraban preocupados por mi silencio

- No os preocupéis por mi, sólo me he dado cuenta de que soy una niña malcriada y egoísta. He expuesto a Zafi en una posición terrible, haciéndola escoger entre su familia y todo lo que ha conocido hasta ahora, y mi propio mundo.- Sacudí mi cabeza intentando que no protestase en mi contra- Y Mikele, no me he preocupado por vos más que en el mero pensamiento. Pienso siempre en cómo protegeros o hacer que desarrolléis vuestra faceta musical. Incluso me preocupa vuestra felicidad, pero, ¿os he preguntado algo de vuestra vida?.- Volví a esconder mi rostro entre mis piernas mientras susurraba: soy una amiga terrible.

No habíamos dirigido hay un patio central interior en medio del edificio...mientras Rus y yo mirábamos a Zafiro desde lejos, que correteaba por el bello patio, como si fuésemos unos padres viendo correr a su hija con libertad y felicidad por un parque...Luego Rus me animó a que la siguiéramos también, y me puse a corree como un loco sintiendo el aroma, y el ambiente del lugar con toda naturalidad...estaba muy contento...
Iba todo bien hasta que Rus, quiso sentarse un momento con el aliento agotado apoyándose en su propias piernas...algo en su mente había sucedido para que parara de ese modo...Zafiro y yo no acercamos hasta ella, Rus estaba ida en sus pensamientos...
Se estaba menospreciando y diciendose que era una mala amiga...y me preguntó si siquiera había preguntado por mi vida personal a lo que yo le respondí, acercándome a ella comprensivamente acariciando su mano:

-Cherie, hay un tiempo para todo, quizás ahora no es el momento...pero pronto podremos conversar ese tipo de cosas...si nos has regalado esto, es porque ha nacido de tu corazón, no porque quieras comprarnos o si?- le dije con calma, a pesar de ser tan directo...pero siempre había sido asi....

Rus me miró con cierta pena en sus ojos por lo que decidí regalarle un abrazo....y la mantuve abrazada conmigo, por si necesitaba algo en donde sostenerse...mientras que Zafiro nos miraba a ambos con cariño...

-Nuevamente gracias por este enorme gesto de tu parte, esta todo muy hermoso..y el lugar es enorme...no sé cuando podré traer mis cosas eso si, pero ya quiero cambiarme a vivir aqui!...- le dije con mucha emoción, que a ella le produjo una sonrisa...

Luego decidí dejar a Rus y Zafiro a solas, para que las amigas tuvieran su espacio..por lo que le dije a Rus que me adentraría a buscar el baño...asi que me retiré por unos momentos, dejándoles asi, un espacio para las dos.

Al ver aquel pedazo de terreno no pude evitarlo. Eché mis zapatos a volar y corrí. El tacto del césped me encataba. Contemplé todas las flores que había. Las conocía todas. Corrí de un lado para otro. Vi un margarita y me arrodillé para cogerla. "Mira Tata". Pensé mirando la flor. Sabía que ella estaría feliz de ver a los amigos que me había encontrado. Me coloqué la flor en el pelo y seguí corriendo. Rus y Mike se unieron a mi correteo. Ya casi me faltaba el aire cuando una de nuestras tres risas se apagó. Me giré para ver que había pasado. Rus estaba descansando en el suelo pero parecía que estaba mal. Me acerqué a hasta ella. Mike ya la había sacado de su pequeño trance. Entonces empezó a hablar de muchas cosas. Cuando Mike nos dejó sola me senté a su lado en el suelo.

-Rus no tienes que sentirse así. No me he puesto en contra de toda mi familia. Y si he decido irme a vivir contigo es porque te quiero mucho y me puedes dar la libertad que tanto anhelo. ¿O me quieres ver casada con un estúpido y llenas de bebes que no me dejan ni vivir?- Negué con la cabeza y cogí ambas manos de mi amiga.- Rus esta decisión la he tomado por mi misma y no me arrepiento en absoluto. De hecho soy más feliz. Y con respecto a lo otro. Has escuchado a Mikelangelo. Hay tiempo para que os conozcáis bien.-Le levanté el rostro para que mirara a los ojos y viera todo la felicidad que tenía en ese momento. De hecho ella debía de sentirlo.- Nos has hecho un regalo preciado. No por todo el dinero que te habrás gastado sino por lo que significa. E incluso si te hubieras gastado menos dinero estaríamos igual de felices. Porque nos ha dado un lugar en esta ciudad. Y yo soy el doble de feliz porque me has dado un lugar en tu corazón.- La ayudé a levantarse- Debemos de encontrar a Mikelangelo porque de seguro que no ha encontrado los baños. ¡Con lo grande qué es este sitio!.- Mi sonrisa era amplia y verdadera.- Gracias.- le di un beso en la mejilla. Y le agarré de la mano y nos adentramos en el edificio por donde lo había hecho Mikelangelo.

Sentía la calidez de la mano de Zafiro en la mía, unidas, prestándose mutuo apoyo. Estar bañada por tanto amor después de un largo período de soledad y dolor, me hacía sentir muy afortunada.

- Creo que tienes razón. Busquemos a Mikele.- riendo al pensar la locura que podría estar cometiendo en estos momentos. Tal vez estuviese garabateando en una de las salas, sus ... "excesos de notas".

Nuestros pasos vacilaron al llegar al vestíbulo que conectaba con una escalera doble, si subíamos llegaríamos a las habitaciones, y si bajábamos encontraríamos las salas de ensayos. Madre mía, no sabía si sería mejor esperarlo sentadas en el césped o acudir en su ayuda.

Las clases estaban en el mismo piso que el gran parque, pero cuando tiré de Zafi hacia ciertos sonidos dispares, comencé a reír. Al parecer no se había perdido, sino que por los sonidos que llegaban, estaba probando los diversos instrumentos que la escuela tenía para prestar a sus alumnos. Reí divertida mirando a Zafiro.

- Creo que el señor Van Dort está afinando los instrumentos, ¿le damos un pequeño susto Zafi?- Viendo cómo ella tiraba de mí mientras reía tapándose la boca, hacia la sala e instrumentos, tuve que taparme la boca. Al parecer Zafi encontraba la idea de asustar a su mentor fascinante.

Agachándonos entramos en la sala, mientras intentando no hacer ruido con nuestros trajes, aprovechamos que Mikele estaba de espaldas decidiéndose entre una versión clásica de piano, o una más moderna que no era tan pesado. La posición en la que se encontraba mirando todos los elementos de los pianos, observándolos por debajo, pisando los pedales y acariciando las teclas, podría fascinar a cualquiera que lo mirase. Era casi como si estuviese eligiendo al mejor espécimen de ambos. Como si su elección pudiese truncar la melodía que eligiese, o ensalzarla. Dejando que Zafi cogiera un instrumento, me decidí por un Stradivarius, aquel violín siempre me había fascinado. El objeto de mi obsesión estaba colocado en una vitrina de cristal, aquel instrumento sólo me pertenecía a mí. Había sido de mi abuelo, y yo había tocado con él numerosas melodías para sentirme unida a él, aunque sólo tocaba para mí misma. No era muy hábil con los dedos, lo que creaba una vibración excesiva de la cuerda, y por tanto una alargación del tempo en cada nota.

Tomándolo con suavidad, lo coloqué debajo de mi mentón, guiñándole un ojo a Zafi, quien había elegido una flauta, y ambas comenzamos a tocar.

Al principio, el sonido de las notas eran dispares, pero poco a poco el compás y la tonalidad de la canción se unió en un dueto. Al poco tiempo, el sonido de unas notas de piano se nos unió. Creando de tres instrumentos diferentes, con notas dispares como las de sus intérpretes, una misma melodía. Hermosa por ser libre, y única.

-Mon dieu!! ...ustedes quieren matarme- exclamé y me sobresalté cuando Rus y Zafiro, llegaron de la nada a la sala, tocando instrumentos descoordinadamente...yo las observé y les reí con gracia, me habían pegado un susto las malvadas...escuchaba si melodía que no sonaba del todo bien, asi que les decidí guiar un poco junto al piano...
Nos comenzamos a ordenar entre los tres, cuando mi pasion por la música comenzó a fluir cada vez que me sentia cómodo en el trance...me sucede que normalmente como tengo que tocar en distintas presentaciones, para distinto tipo de gente, siempre tengo que guardar un grado de compostura frente a todo e inclusive en la música...pero hoy me pasaba lo que me encantaba que me sucediera en mis momentos a solas con la música, cuando no estaba tocando para nadie y solo para mi...

Mis dedos comenzaron a moverse rápidamente, por las teclas, casi invisibles a el ojo humano...mientras meneaba mi cabeza y movía mis pies también a su ritmo...Observé a mis acompañantes que al parecer comenzaban a perderse...y yo me sentía como eufórico...Pero me sentía enormemente cómodo con ellas, mientras veía que me observaban como si fuese algo impresionante...
Tocaba notas rápidas y alocadas que de alguna u otra forma demostraban lo feliz que me sentía, lo cómodo que me sentía...y empecé a creer que mi vida estaba cambiando, ya no me sentía mas como un músico mediocre...
Me sentí acogido, de alguna u otra forma sentía que mis compañera sabían como me sentía en ese momento...ellas son tanto o igual locas que yo..cuando se trataba de una pasión...la música.
Me sentía agradecido....

Caminamos por las largas instalaciones siguiendo el sonido de algunas esporádicas notas musicales. Cada vez eran más fuertes hasta que encontramos a nuestro peculiar amigo. Examinaba los instrumentos haciendo sonr algunas veces aquellas notas que nos habría traido hasta él. Ruslana me hizo una señal y lo comprendí rápidamente. Vi como ella cogía un violín y yo me acerqué a lo que más familiar me resultaba: la flauta. Mi abuela tocaba aquel instrumento a si que algo sabía de él. Nos miramos y nos dedicamos sonrisas de complicidad y entonces empezamos a tocar. Bueno, tocar no era la palabra más indicada para ello. Intentábamos que nuestros sonidos se pariecieran y más o menos lo conseguimos. Escuché las palabras de Mikelangelo y sonreí para mis adentros. Entonces él también empezó a tocar pero tuve que dejar de hacerlo yo porque me quedé hipnotizada con la música que hacía. No me dije bien en Ruslana pero creo que ella estaba igual que yo. Entonces dejé el instrumento ne un lado y le quité el violín a Rus. Y empecé a bailar con ella. Girabamos sobre nosotras mismas al compás de la música de Mikelangelo.

Cuando la música se acabó nosotras dejamos de bailar. Me senté en el suelo cansada. Habíamos corrido por todo el patio y ahora habiamos bailado. Entonces se me pasó una cosa por la cabze.- Rus has dicho que aquí hay de todo ¿no?- mi amiga asintió.- Esperadme entonces.- Me levanté del suelo y, todavía descalza ya que los zapatos no me los había puesto desde que me los quité en la hierva. Corrí en busca de la cafetería. Y de hecho, tras perderme, la encontré. Cogí tres de botellas y volví sobre mis pasos hasta la sala donde estaban ellos.- ¡Celebremos como es debido este regalo!- le entrege una botella a Mikelangelo, la otra a Ruslana y abrí yo la otra. La alcé.- Por todo los que nos queda por vivir entre nosotros y en este lugar.- Choqué la botella con las otras y le di un trago grande a la botella. El cálido líquido me recorrió por la garganta calentandome el pecho.

Cuando Zafi se marchó correteando por la escuela, Mikele y yo nos miramos asombrados por la espontáneidad de su gesto y comenzamos a reírnos. Al poco tiempo, no pude evitar felicitarlo por su habilidad con la música. Aún tenía mi cuerpo erizado ante la belleza y carnalidad de su música. Era como si hombre e instrumento se fundiesen en un sólo elemento, dando a sus oyentes lo que necesitaban.

Alargando su mano para acunar su rostro con cariño, le sonrió tiernamente.- Gracias Mikele. Tu música es un bálsamo para el alma de cualquiera que tenga el honor de escucharte. Me siento alagada no sólo de saber que he podido escuchar tus sentimientos expresados con la melodía que has interpretado ahora, sino por contar con tu persona, tu amistad y cariño todos los días. - Viendo cómo sonreía feliz, no pude evitar darle un beso en la mejilla, parecía un niño travieso con esa sonrisa ladeada. Al ver que mi gesto lo hizo enrojecer, me reí. Era un hombre apuesto, acostumbrado a tener a numerosas mujeres a su alrededor y aún se sonrojaba por un casto beso. Ése era su Mikele. El hombre que se había ganado su amistad y protección, así como un amor fraternal que cada día aumentaba más.

Escuchando los pasos de Zafiro, le guiñé un ojo : Veamos con qué nos sorprenderá Zafi. - El verla sonrojada, con la sonrisa que la hacía parecer un duende y el cabello completamente desordenado, sólo la hacía aún más maravillosa, al menos a mi parecer. Sonriéndole con afecto cogí una de las botellas que traía consigo.

Nuestras tres botellas se unieron juntas brindando por todo lo bueno que nos traería la escuela, y mientras Zafi bebía, añadí otra frase a su brindis: " Por todas esas almas que escucharán su música interior y entraran en la escuela".- Con una sonrisa, bebí un sorbo de la botella, provocando que me atragantara.

- ¡Zafi!, ¡Esto tiene alcohol!- mirándola como lo haría una hermana menor a la mayor, haciendo un puchero con mis labios indignada, provoqué que mis amigos me mirasen en silencio unos segundos para después reír a carcajadas.

Sacudí la cabeza, con una sonrisa tímida, pensando...." El mundo es de locos y yo soy un loca más".