Noche Solitaria [Privado]

por **Rosielle Lenn Mathers** Jue Nov 01, 2012 1:44 am

Seria luna llena en un pocos días, los lobos debían estar poniéndose mas y mas ansiosos a cada día, en lo profundo del silencio camino viendo como los arboles parecían demasiado verdes…de un verde oscurecido por la noche y brillante a la luz opaca de la madre de lo astros nocturnos…las hojas secas crujían bajo sus pies…el fresco de la noche golpeaba su piel tersa…. Lo sentía pero no le afectaba…el viento le golpeaba el rostro y hacia que las hojas secas danzaran en el aire…formando pequeños remolinos, como atrayéndole…haciéndolo caminar cementerio adentro… su piel se veía mas pálida de lo normal bajo la luz blanquecina de la luna aun a pesar de haberse alimentado el dia anterior, y su cabellos se movieron el la brisa nocturna, con el rojo intenso enmarcando los finos rasgos de su rostro, el vestido blanco le hacia ver seguramente irreal incluso para un vampiro.

Se detuvo frente a una de las enormes lapidas y sonrió levemente al ver su silueta dibujada en sombras, la eternidad no había hecho mella ni en su juventud ni en su belleza, de hecho, estaba segura que su atractivo solo se había realzado y matizado con la transformación. Había visto a los humanos cambiar, les había visto volver su atractivo en una belleza deslumbrante que rayaba en lo irreal, atrayendo a los humanos normales como moscas a la miel. Listos y dispuestos a despejar sus cuellos ofreciendo su sangre en un beso mortal. Pasos los dedos por la suavidad dura de su rostro, conocía su apariencia, recientemente un poco mas que en tiempos pasados. El arte también había evolucionado con los años y en la actualidad una pintura podía retratar casi en lo absoluto sus facciones, era un avance que le había dado algo de tranquilidad en los últimos siglos, después de perder el alma, el acceso al sol su apariencia era de las pocas cosas que le alejaban de ser un monstruo por completo, por supuesto, ser llamada demonio no le afectaba en lo mas mínimo cuando podía notar ojos embelesados de los hombres sobre ella y las miradas envidiosas de las mujeres humanas.

Deslizo los pies calzados con zapatos bajos, decorados con hilo de plata por encima de una de las tumbas y se sentó sobre lo alto de la lapida, el cementerio era un lugar siempre tranquilo, perfecto para despejarse, para sentir el hilo entre la vida y la muerte fluir, con el frio que solo la muerte conlleva, con el calor que solo la esperanza humana dibuja.

por **Cora A. Samaras** Miér Nov 07, 2012 10:53 pm

Era irónico, extraño, pero a la misma vez un hecho verdadero que un vampiro siempre buscaba un cementerio cercano para poder estar tranquilo, es decir, cuando estaba feliz siempre buscaba los lugares concurridos, llenos de gente, de detalles que llegaban a sus ojos que podían ver aquellas cosas como magnificas ya que lo examinábamos por otra lupa, de otra forma diferente. Yo misma, cuando era muy joven aun, estaba prácticamente obsesionada con las hojas que caían de los arboles, ya era para mí de forma obligatoria al menos traer una hoja que me pareciera interesante a mi lecho, cuando dejábamos aquel lugar para irnos a otro podría decirse que estaba invadido de hojas marchitas, de diferentes tamaños y formas. ¿Por qué no las desechaba cuando perdían su color verdoso? Porque cuando las tenía en aquel lugar donde me depositaba a dormir, las observaba, ponía atención hasta al más mínimo cambio que estas sufrían y para mí era una alegría poder ver aquellos cambios tan feroces, pero a la vez microscópicos y silenciosos que a una hoja le llegaba a suceder.

Aun aquel fetiche lo podría tener, pero ahora solamente me obtenía a quedarme observando hasta que otra cosa distraía mi atención, si no había algo más interesante podría pasar horas en aquel lugar mirando una hoja en el suelo, o tal vez una en especifico que estuviera en el algún árbol. El cementerio, ese lugar era como un lugar de peregrinación en los cuales debíamos ir de vez en cuando para repasar lo que habíamos hecho en nuestra eternidad, buscar recordar cosas del pasado que comenzaban a borrarse de nuestros recuerdos, ya que aunque cuando eres trasformado recuerdas muy bien todo lo que te ha sucedido y sucederá con una exactitud casi envidiable, los recuerdos del pasado, de un pasado humano comienzan a desvanecerse.

Aquello a algunos puede llegar a asustarlos, pues sentirían que su integridad comienza poco a poco a desvanecerse volviéndose completamente demonios. ¿Cuál era mi propicito para estar en un lugar como ese? Había algo que odiaba más que a mi propia existencia –odiaba mi existencia solo a cierto punto como odiaba aquello hasta cierto punto- comenzaba a hartarme de las cosas que la verdad había deseado hacer, pero lamentablemente no tenía la suficiente habilidad para crear e imaginar. ¿Carencia de creatividad? El venir de una familia de artistas Griegos en donde todos podían esculpir, pintar o escribir comenzaba en mi a llenar un inmenso odio hacia las artes, además de una gran envidia hacia las personas que tenían una habilidad tan natural.

Era cierto que gracias a mi condición vampírica podría escribir, pintar, componer, cualquier cosa podría hacerla, pero eso no era natural, lo haría imitando las habilidades de una persona, procesando rápidamente los movimientos y mecanismos que esta realizaba para poder plasmarlo de la misma manera. En ocasiones me preguntaba la razón de que yo no naciera con ninguna habilidad artística. ¿Acaso querían que yo fuera la oveja negra de la familia? Una persona revolucionaria, que aunque se esforzara en cumplir las expectativas de muchas personas, no lo lograría. Todo tenía que ser con estereotipos, estúpidos estereotipos.

Así que por eso estaba ahí, quería… despejar la mente entre las hojas que el cementerio podría darme. Tenía un fresco, con un corsé en el troco, dejando libre mis pechos que eran cubiertos por una tela marrón que era la misma que la falda que jugaba gracias al viento que pegaba en mi cuerpo y hacia volar un poco esa parte del vestido. Estaba distraída por el bosque que estaba cerca de ahí, mirando los arboles moverse por el mismo viento que hacía que mis cabellos se movieran de forma salvaje. Gracias a ese mismo viento me llego el olor de otro vampiro cerca, parecía una mujer, lo deduje gracias al olor suave que desprecia de su cuerpo, deje salir un leve suspiro, bueno tal vez sería bueno decir hola… pero era mejor estar seguros de que era amigable, así que busque elevar mi presencia para que aquella mujer la notara, siendo más ruidosa en mis pasos mientras caminaba entre las hojas que habían muerto hace poco o tal vez mucho tiempo.

por **Rosielle Lenn Mathers** Dom Nov 11, 2012 10:00 pm

Las hojas crujieron y ella se quedo en su lugar, era el indudable sonido de los pasos, pero no los había escuchado antes, como si solo la persona que caminaba por el cementerio hubiese aparecido de repente o caído del cielo. No creí que ninguna de las opciones fuese valida pero sabia que era bastante factible que se tratase de alguien que compartiese su condición. Le busco y justo antes de tenerle en su rango de visión sus sentidos percibieron que se trataba de una mujer y frunció el ceño inevitablemente, no le agradaban aquellas pertenecientes a su género. Su vida humana le había dejado marcados prejuicios, prejuicios que con el tiempo habían diluido un poco aunque en ocasiones hacia falta solo un acto para revivirlos con fuerza. Absorbió la imagen ajena, el cabello castaño en marcando un rostro femenino, el vestido dibujando su figura esbelta y bien formada. No perdió detalle de uno solo de sus rasgos y decidió que no podía ser llamada más bella que ella. El conocimiento y la clasificación tuvieron sentimientos encontrados dentro de ella, por un lado el alivio de poseer aun una belleza inigualable le inundo de pies a cabeza y segundo el presentimiento que después de 6000 años no se borraba. Las mujeres jamás la habían visto con buenos ojos la atención que atraía del sexo apuesto, como si ella buscase la atención de sus maridos o el acoso de los que estaban en lo más alto de la escala nobiliaria. Hombres sin más poder que el dinero que siempre le habían repugnado.

-buenas noches

Saludo a la joven que caminaba por el panteón, yudea le había pedido que se paseara por ahí, siempre había saqueadores de tumbas y al parecer kazu no se encontraba en las mejores condiciones para atenderlo. A ella poco le venia importando lo que sucedía pero el paisaje se le hacia exquisito…y ya que estaba ahí, podía preguntar.

-un ser de nuestra clase puede tener muertos que visitar aun?

Lo había pensando en su perspectiva, obviamente ella no tenia muertos que visitar pero por un segundo había olvidado que también había vampiros jóvenes.

por **Cora A. Samaras** Dom Nov 25, 2012 1:03 pm

Así que era una mujer, pensé mientras me acercaba a un lugar del cual la luna dejaba que las dos nos bañáramos libremente en su luz lúgubre pero al mismo tiempo hermosa, ladee levemente mi rostro mientras examinaba el cuerpo de la mujer, su rostro y demás rasgos que me parecieron llamar una gran atención. Solamente había una palabra para describirla, hermosa, parecía de aquellas musas que los griegos necesitaban para poder crear hermosas obras. Por su rostro de aquel color y textura que, aunque no había tocado podía yo percibir solamente con mirar su piel, deducía que aquella mujer habría sido la inspiración de muchos artistas a lo largo de los años, ya que era una de aquellos inmortales que sus años son mas de los que puedes llegar a pensar.

Deje salir una sonrisa, organizando mi mente, trabajándola, para luego procesarla con una negación leve de mi cabeza al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás, no porque le tenía algún miedo, simplemente la sensación de respeto al tener alguien tan anciano cerca mío, me hacía sentir un poco cohibida. ¿En mi rostro se notaria? No lo sé, pero simplemente deje escapar una sonrisa para luego alzar mi mirada a su altura –Podría ser…- cuestione suavemente mientras me en mi mente comenzó a crecer la duda de si mi familia tendría descendientes y si estos habían enterrado a mis padres humanos… no lo sabía, pero posiblemente luego de haber muerto habían vuelto a donde deberían estar…

No como yo que me había quedado en el mundo aun después de muerta –Tal vez aun estén las tumbas de mis padres humanos, tal vez una piedra dulcemente puesta por mis familiares la identifique- deduje al mismo tiempo que yo misma escuchaba aquellas palabras, de alguna forma también era una respuesta para las dudas de mi pasado que comenzaban a aflorar gracias a las palabras que salieron de aquella mujer –pero en parís, Francia, en este lugar del continente solamente tengo a una persona que visitar y por suerte no está enterrada en este cementerio- estaba muerta, por eso no podría decir que estaba viva, eso me pareció cómico, todas los que estaban en esa noche aquí estaban muertos, pero dos de ellos estaban entablando una conversación.

-vera… no soy de este país- dije alzándome los hombros levemente –me imagino que usted tampoco pertenece a este país, apuesto que viene de una nación ya desaparecida- añadí al mismo tiempo que en mi rostro aparecía una sonrisa amplia, dándole un tono amable y joven a mi rostro.

por **Rosielle Lenn Mathers** Mar Dic 04, 2012 6:03 pm

Observo a la joven y sus palabras la dejaron en silencio por un corto tiempo. Que si venia de alguna civilización ya perdida? En realidad no era así. La nación de la que tenia recuerdos aun existía, grande e imponente aunque sin las riquezas y el orden en las clases que la habían caracterizado. Aun así no era un tema que quisiere tratar. Su belleza era de lo único que estaba segura poseía en este mundo, una mayor que la de cualquiera, lo sabia por que en vida había sido su tormento. Mientras su pequeña hermana había sido criada como una princesa por su sangre ella, hija bastarde, heredando la belleza de su madre acentuándose aun mas con los rasgos de su padre había sido despreciada por las mujeres que le rodeaban, los hombres siempre le habían intentado rodear de atenciones y aunque alguno que otro le propinaba maltratos su rostro había embelesado aun a sus verdugos. Su vida de humana estaba nítida en su cabeza sin que los milenios pudiesen borrarla.

-Ella aun existe, tan vieja como es, aun es un imperio, pero no deseo recordar ese lugar, ni evocar los recuerdos que trae con el.

Ella sentía un desprecio casi enfermo por las mujeres, no podía tolerarlas, sentía en ellas un aura de resentimiento, de envidia como si pudiesen atacarla en cualquier momento a traición si siquiera tener el valor de hacerlo de frente, aunque después de conocer a Ethevi había aprendido a tener cierta tolerancia y a aceptar que habia excepciones. La joven frente a ella le observaba con cierta cautela, ella sentía su edad y parecía admirar su apariencia sin pisca de envidia o resentimiento, su gesto se suavizo y la tensión en su cuerpo se disipo rápidamente.

-Sin embargo cierto es que no soy parisina, con el tiempo que en nosotros es eterno simplemente voy de un sitio a otro sin algún motivo en especial ¿que es lo que te ha traído a ti a parís?

En un tiempo había viajado en busca de su hermana, pero ahora que estaba con ella y la pequeña no parecía tener intención de hacerle una broma pesada como la de la ultima vez, congelándola y marchándose. Podía estar tranquila y solo viajar.

por **Cora A. Samaras** Jue Dic 13, 2012 3:56 pm

Se sentía como la tensión en una manada de lobos, en donde el más viejo, sabio y fuerte se hacía presenta, claro está, yo era una mujer relativamente tranquila, no deseaba molestar a nadie, solamente disfrutar un día mas de aquella noche de eternidad como muchas otras que estarían por venir. Me quede por unos momentos introducida en mis pensamientos, tratando de ordenar levemente los imperios o países más antiguos y que aun existían, yo misma provenía de uno antiguo que gracias a sus diferentes filósofos aun existía y comenzaba a ser una sorpresa que no desapareciera. Rápidamente volví a mirarla al escuchar sus palabras, sonreí ampliamente, claro está, su belleza era grande y no era merecedora de tener sangre parisina, no estaba diciendo que la belleza de las mujeres de Francia eran inferiores que de otras partes de Europa, pero si comunes y siempre las mujeres salían con rasgos normales.

-…- deje salir un suspiro leve –se puede decir que ando buscando un… ¿Amor?- dije pensando detenidamente las palabras que había salido de mis labios –pero en estos momentos solamente hago una pequeña investigación- confesé mirando a mi alrededor para luego girar alejarme unos pasos de ella para quedar en una lapida, me incline a ella, para con mis manos limpiar el polvo y la suciedad que por muchos años se había acumulado en aquel lugar, mis manos pálidas quedaron negras, pero las letras pulidas con perfección quedaron al desnudo, al descubierto, fruncí el ceño, era un arte simple vano y sin aquello que buscaba –Mi familia humana…- susurre levantándose para girar al mismo tiempo que me limpiaba su mano en la parte de la falda sin importarme mucho si se veía horrible y arrugada, pues tenía muchos vestidos.

Di unos pasos hacia adelante para poder recuperarme completamente –Mi familia humana era una familia de artistas, que se encargaban de todas las aéreas, música, teatro, pintura, esculturas… cualquier tipo de arte que puedas imaginarte- mis ojos un poco apagados danzaron por aquel lúgubre pero hermoso lugar –pero yo fui privada de ese don que todos en mi familia tenían, luego de muchos años de estar alejada de ellos y sin prestarle atención a los indicios que me decían que se comenzaban a ser más famosos de lo que yo esperaba, expandiéndose por toda Europa y parte de Asia con sus diferentes expresiones arte- me detuve en mi relato, esperando unos segundos de forma muy tranquila y cierto cortés para luego seguir con el mismo animo y tranquilidad-mi madre; la que me había convertido, se entrego al sol, dejándome sola… luego como flores en un campo, comenzaron a aparecer pinturas, obras de teatro, recitales, ¡Todo lo que te puedas imaginas! Con el apellido de mi familia humana… así que me dio curiosidad y comienzo a hacer una pequeña investigación de donde estaba algunas de sus obras-

Mis ojos se abrieron mostrando una pizca de satisfacción al encontrar en lo alto de un techo una estructura hecha de un material resistente, tal vez granito, o algo así, en realidad no soy buena para decir exactamente lo que se puede utilizar en una escultura. Era un ángel resguardando una catacumba de alguna familia adinerada, mis labios dejaron salir un sonido leve, parecía un gemido de satisfacción, pero ni yo misma pude identificarlo, pues estaba embobada con la belleza de aquel ángel que parecía que batía sus alas resguardando a todos los muertos, a todos los huesos que estarían desde hace mas de cien años en ese lugar-Mirad… esa es una de ellas- le avise con cierta emoción al mismo tiempo que me dedicaba a señalarla.

por **Rosielle Lenn Mathers** Miér Ene 16, 2013 1:32 am

Observo a la joven, que buscaba un amor? Era una forma extraña de decirlo, que clase de amor buscaba o en qué forma ella lo buscaba le dio curiosidad pero se mantuvo callada, sentada sobre la lápida la vio caminar hacia otra de ellas, la vio limpiar las letras sin el menor miramiento en como sus manos quedaban sucias y descuidadas. Se dijo nuevamente que la joven no parecía cultivar su propia belleza, un cambio refrescante en las mujeres que normalmente conocía, a ella no podía molestarle lo que ella evidentemente cuidaba más que la joven. Su belleza era lo único que tenía como una buena cualidad, la jovencita parecía tener más que eso.

La escucho hablar, le parecía extraño pensar que teniendo a su familia viva se había separado voluntariamente de ellos, era un misterio para ella ese aspecto del alma humana, ella y Galladriel solo compartían los genes de su padre, ambas habían nacido de diferentes madres, mientras ella habia nacido con el estigma de una esclava Galadriel había nacido siendo una princesa. A pesar de ellos aun con categorías distintas, sirviendo ella para la niña siempre habían sido cercanas. Después de que su pequeña hermana fuese atacada su cercanía a la pequeña había hecho que casi inmediatamente esta le convirtiese sin apenas realmente conciencia de lo que hacía. Ella lo había aceptado, era el futuro que necesitaba para cuidar a la pequeña que convertida en aquella clase de criatura como ella no tenía nadie que le cuidase y protegiera. Repentinamente era un monstro que jamás seria aceptado, ella misma lo era pero su belleza siempre le había abierto caminos, jamás en toda su vida se había arrepentido de ser lo que era, serlo mantenía su única arma intacta y le mantenía viva y fuerte para cuidar a la niña que con el tiempo se habia ido haciendo mas y mas retorcida, escondida tras sus sonrisas angelicales y sus modales infantiles.

-eres una coleccionista, específicamente de tu propia historia, tu no tenías el talento, asi que has tomado como tu tarea buscar aquellas obras que vinieron de tu sangre, como si fueses el vínculo entre ellas, como el listón que mantiene unida las rosas.

Vio la emoción en sus ojos antes de que las palabras salieran de los labios de la joven, su mirada ya estaba sobre el ángel cuando la escucho hablarle y supuso señalarle la escultura, se levantó de la lápida con la elegancia natural que poseía, con movimientos fluidos camino por entre las lapidas, el vestido blanco moviéndose con la suave brisa de la noche casi giraba a su alrededor, un fenómeno perfectamente normal pero la expresión siempre suave y solemne de la chica le hacían parecer etérea, aun para los vampiros, dio un pequeño salto y en un parpadeo estaba junto a la estatua, sus dedos se pasearon por la superficie, los dedos acariciaron el ángel y sus manos e enroscaron suavemente en el.

-tienes razón, es una obra hermosa.

Miro la estatua y acariciando la superficie se alejó un paso de ella, el arte no tenía uso, ni aplicación era la expresión misma y sublime de la belleza. Casi como ella, era una lástima que ella hubiese decidido darle a su belleza un uso para su beneficio.

por **Cora A. Samaras** Miér Feb 06, 2013 5:07 pm

Escuche hablar a la mujer y me gusto lo que había dicho, sonreí mirándole de forma tranquila y amigable. No era de aquellos vampiros que parecía sentirse cómodos con su misma especie, no la culpaba, tal vez había algo en mí que parecía repelarla o simplemente éramos dos personas diferentes en un lugar común como era el cementerio. Me parecía irónico estar en un lugar en donde de por ley deberíamos estar pudriéndonos, pero por circunstancias de la vida no lo estamos. -se puede decir que soy una coleccionista- dije analizando lo que eso significaba, en realidad me gustaba todo tipo de arte, aunque no realizaba ninguna, me gustaba ver las obras de artes de diferentes artistas, lees escritos antiguos y nuevos, entre otras cosas.

Note como la mujer que tenia al frente analizaba la estatua que tal vez fue de uno de los antiguos descendientes de mi línea, en realidad no sabía si alguno de ellos estaba vivo y seguía escribiendo, pintando, danzando, cantando. No importaba, aquello era mi vida pasada, pero no podía evitar dejar de curiosear hasta donde había llegado. Mis ojos se apartaron de la estatua y se centraron en la mujer. Una fémina simplemente hermosa, perfecta, un ejemplo de perfección tan increíble que no podía dejar de detallarle.

Había estado en varias clases en donde se enseñaba prestarle atención a un objeto, ya se había vuelto una manía, así que no pude evitar concentrarme en todos aquellos rasgos mínimos que había en su rostro, en la forma que su cabello se movía, en sus brazos, manos, codos, en todo lo que mis ojos pudieran apreciar a simple vista -Es usted la prueba de la máxima perfección- le digo sonriendo con dulzura. No era una mujer que fuera agresiva o altanera, aun así tenía mis momentos en los cuales era otra persona diferente. Amargada y peligrosa.

Yo era un demonio vestido de seda y satén, ocultaba mi verdadero ser muy bien, hasta para set vampiro era yo extraña, pues no mostraba aquel instinto asesino que muchos tenían, pero eso no quería decir que no lo tuviera, a lo mejor era peores que muchos, o tal vez no, en realidad no lo sabía porque había conocido a muy pocas personas en mi condición y los que conocía estaban perdidos entre la locura y la sed, eran apenas cadáveres sin conciencia, una pérdida de tiempo, ya no eran personas, ni tampoco majestuosos demonios, eran apenas sacos de huesos putrefactos buscando sangre en hasta los gusanos de los cadáveres de animales. Eso me había encontrado mientras viajaba por el mundo en busca de los tesoros de mi familia. Me quede mirándole por unos segundos para luego quedarme pensativa-para un poder sobrevivir debe tener un objetivo?- pregunte muy curiosa por la respuesta a aquella incógnita -si no tienes que hacer en este mundo... Es mejor desaparecer.. No cree?- sugerí como un pequeño comentario -que la mantiene con vida hermosa mujer- quise saber. Siempre había sido una chica curiosa que le gustaba entablar conversaciones con personas, debatir abiertamente si de un hombre yo me trataba, no me consideraba una mujer normal, nunca lo había sido, ni siquiera mi madre había logrado adaptarse al matrimonio, tal vez era algo ya de genes la rebeldía a lo común de lo femenino

por **Rosielle Lenn Mathers** Vie Feb 15, 2013 11:46 pm

-En un sentido artístico posiblemente lo soy.

Contesto dirigiéndole una mirada a la chica acompañada de una sonrisa condescendiente, era un ser que se oponía a las leyes divinas, su mera existencia era un hereje y su interior no tenia de cerca la belleza de su exterior pero en el arte no importa el interior, simplemente importa la belleza que puede percibirse y ella era lo sabía verdaderamente extremadamente hermosa, pero solo eso.

Escucho la pregunta de la muchacha hacia ella, hacia su sentido de vivir y se giró delicadamente a ella dando un paso al aire levitando y descendiendo lo suficiente como para sentarse sobre el techo de la tumba aun lado del ángel y tocar los pies de este con una de sus manos, en una caricia distraída mientras su atención se centraba en la chica.

-si es que esta búsqueda por las obras de tu familia es lo que te mantiene con vida entonces el motivo es de origen diferente al mío. Mi motivo de vivir es va más allá de mis propio placer y es posiblemente mi única debilidad, comprenderás entonces que me es imposible decírtelo a pesar de la generosa conversación que me has brindado.

La razón de mantenerse aún con vida no tenía mucho que ver consigo misma, encontraba placeres en su existencia buscando amantes que le regocijaran buscando joyas que le adornaran y vestidos que lucir. Pero nada de eso la mantendría con vida, con una existencia tan vacía hubiese dejado al sol alcanzarla muchos milenios atrás, pero Galadriel, su hermana pequeña le detenía, la pequeña era poco más vieja que ella, era no solo su hermana si no su creadora pero a diferencia de ella no había tenido la oportunidad que su belleza alcanzare la madures, convertida a los 6 años era una vampiresa en desventaja y además un hereje para los vampiros, ella existía para protegerla aun a pesar de la creciente malicia que la niña desarrollaba. Dicen que todos los niños son crueles por naturaleza, incapaces de sentir empatía o diferencias lo bueno de lo malo galadriel era una manifestación de ella, siempre infante, cada año mas fuerte era un peligro para si misma.

-pero puedo decirte que soy una mujer de intereses frívolos, aun con mi condición siento atracción por los placeres humanos, el dinero, el sexo y por supuesto la comida…

por **Cora A. Samaras** Miér Mar 06, 2013 10:38 am

La vida era compleja y mas para nosotros, éramos seres que veían pasar los días como si fueran horas, para personas como nosotros un día era solamente una pizca de nuestra vida, era algo con lo que teníamos que sobrevivir. ¿Hacia mal que pasaran más días de lo normal para un ser humano? Si, lo era, pues veías como todo cambiaba, tus ojos percibían el cambio, mientras tu cuerpo no lo sentía, hasta los cambios de estaciones los ignorábamos, tal vez nuestra mente, acostumbrada a estos nos indicaba que hacia frio o hacía mucho calor, pero en realidad nada de ello nos afectada.

No pude evitar sonreír mientras ella me explicaba de forma tranquila y me negaba lo que yo quería saber. En ocasiones era curiosa e insistente, pero en otras sabia cuando no debía serlo. Entrecerré mis ojos bajando un poco la mirada para luego dejar salir una risilla. Volví a alzar la mirada para escucharla atentamente –Eso nunca se debe perder- dije sonriente –siempre es bueno probar los cambios que el mundo tiene- algo que me gustaba mucho era ver las diferencias de mi época, tal vez como era joven, las veía atractivas e interesantes. Adoraba ver como las personas se las ingeniaban con los nuevos inventos para hacer la vida más fácil y practica.

Algunos eran inteligentes, pero eran tan pocos que se opacaban con las estúpidas personas, era una lástima para toda la humanidad que esta la mayoría de las personas que estuvieran en la faz de la tierra fueran pura mierda. ¿Cómo se diferenciaba un buen hombre de uno malo? Había muchas formas, pero al parecer todos eran malos. Deje salir un suspiro mientras veía el cielo y notaba como el viento cambiaba de dirección y la noche comenzaba a andar con normalidad -¿extrañas algo de tu vida humana?- pregunte curiosa –de tu pasado o tal vez de alguna manía que ya no puedes hacer?- pregunte curiosa mientras seguía mirando las estrellas que la noche nos brindaba.

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