AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una noche mas [Privado]
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Una noche mas [Privado]
Mis manos estaban nuevamente manchadas de sangre mi traje de gala igual, es como aquella vez, cuando mate a mi familia, mi vestimenta negra y mi camisa blanca manchadas de aquel liquido que me daba la vida, me daba fuerzas para seguir adelante, era un elixir la sangre para mi y para los Vampiros.
Había salido de una fiesta que me invitaron, me tuve que comportar correctamente, no hablar groseramente, cuando alguien me saludaba tenia que hacerlo, me comporte como una persona correcta, una persona que no soy solo para entrar en sociedad, estuvo bien la velada, no baile, no me apeteció, solamente me puse a platicar, beber unas cuantas copas de vino, sonriendo falsamente, bueno, eso siempre lo hago ya no tenia que esforzarme en fingir, las velas alumbraban la mansión, las mujeres estaban hermosas con sus largos vestidos, los hombres con sus respectivos trajes de gala, algunos se miraba tan ridículos, otros no, por ejemplo yo, mi traje negra, mi capa, mi sobrero, hasta lleve basto…para aparentar algo que en realidad no soy. Pero que se le va hacer. La velada fue relajante sin ningún problema, hasta que uno de los invitados empezó hacer relajo, diciendo que había seres sobre naturales en este lugar, que el iba a matar aquellos que venían del infierno y me volteo a verme, solo sonreí y negué con la cabeza asiéndome el tonto.
Dio por finalizada la fiesta, todos comenzaron a retirase, yo espere a que hubiera poca gente, sobre todo para que el cretino ese se fuera, lo iba a seguir y cuando menos lo espere lo iba a matar con mis manos por verme de ese modo. Mientras eso pasaba seguía tomando vino y platicando con un hombre que parecía perico. Solo asentía o decía pocas palabras no me gustaba hablar de política porque si decía algo el me retaba con otras o religión, si supera que vengo del infierno que cuando me “muera” me iré ahí. Estaba vigilando aquel hombre, cuando mire que se retiraba me retiro yo también dejando la copa sobre la mesa y “disculpándome” por irme de ese modo, tuve que poner una excusa barata, tome mi sombrero y capa, “Gracias” fue lo único que salí de mis labios y comenzando con mi cacería. En poco tiempo nos vimos, el y yo solo, se había adentrando en un callejón oscuro, perfecto para mi, sin esperar mas, camine rápidamente hacia el, poniéndome muy cercas de el, tomando su cuello-Esta fue la ultima fiesta que tuviste bastado-Y el troné el cuello y tomando de su sangre estaba descontrolado porque empecé a rascar todo su cuerpo hasta tomar la ultima gota de el, lo deje caer al suelo y mirándome yo…con sangre en mi ropa, mis manos……
Así pasaron las cosas, no me he movido del lugar, estaba disgustando el sabor de aquel liquido, con una sonrisa mas grande de lo normal, sin importar que me vieran, iban a morir de todos modos si lograr verme en este estado.
Había salido de una fiesta que me invitaron, me tuve que comportar correctamente, no hablar groseramente, cuando alguien me saludaba tenia que hacerlo, me comporte como una persona correcta, una persona que no soy solo para entrar en sociedad, estuvo bien la velada, no baile, no me apeteció, solamente me puse a platicar, beber unas cuantas copas de vino, sonriendo falsamente, bueno, eso siempre lo hago ya no tenia que esforzarme en fingir, las velas alumbraban la mansión, las mujeres estaban hermosas con sus largos vestidos, los hombres con sus respectivos trajes de gala, algunos se miraba tan ridículos, otros no, por ejemplo yo, mi traje negra, mi capa, mi sobrero, hasta lleve basto…para aparentar algo que en realidad no soy. Pero que se le va hacer. La velada fue relajante sin ningún problema, hasta que uno de los invitados empezó hacer relajo, diciendo que había seres sobre naturales en este lugar, que el iba a matar aquellos que venían del infierno y me volteo a verme, solo sonreí y negué con la cabeza asiéndome el tonto.
Dio por finalizada la fiesta, todos comenzaron a retirase, yo espere a que hubiera poca gente, sobre todo para que el cretino ese se fuera, lo iba a seguir y cuando menos lo espere lo iba a matar con mis manos por verme de ese modo. Mientras eso pasaba seguía tomando vino y platicando con un hombre que parecía perico. Solo asentía o decía pocas palabras no me gustaba hablar de política porque si decía algo el me retaba con otras o religión, si supera que vengo del infierno que cuando me “muera” me iré ahí. Estaba vigilando aquel hombre, cuando mire que se retiraba me retiro yo también dejando la copa sobre la mesa y “disculpándome” por irme de ese modo, tuve que poner una excusa barata, tome mi sombrero y capa, “Gracias” fue lo único que salí de mis labios y comenzando con mi cacería. En poco tiempo nos vimos, el y yo solo, se había adentrando en un callejón oscuro, perfecto para mi, sin esperar mas, camine rápidamente hacia el, poniéndome muy cercas de el, tomando su cuello-Esta fue la ultima fiesta que tuviste bastado-Y el troné el cuello y tomando de su sangre estaba descontrolado porque empecé a rascar todo su cuerpo hasta tomar la ultima gota de el, lo deje caer al suelo y mirándome yo…con sangre en mi ropa, mis manos……
Así pasaron las cosas, no me he movido del lugar, estaba disgustando el sabor de aquel liquido, con una sonrisa mas grande de lo normal, sin importar que me vieran, iban a morir de todos modos si lograr verme en este estado.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Una noche mas [Privado]
Katiuska necesitaba a alguien a quien obedecer, era algo que ya era natural en ella, desde que su último amo había dejado de respirar se sentía totalmente pérdida, siempre manteniendo un conflicto interno que le hacía perder la cabeza. De alguna forma tener a alguien de quien necesitara estar pendiente era para ella algo vital, era un ancla para mantenerse en este mundo y no ir a bailar a lo profundo de la conciencia de aquel cuerpo extraño.
Era una joven muy hermosa, sus ojos se mantenían serenos y su largo cabello danzaba alegremente con el viento que en el llegaba. No había tardado mucho en encontrar a un amo que pudiera servirle. Su felicidad era grande, aunque la personalidad de su nuevo jefe era insoportable, ella era lo suficientemente serena como para soportar cualquier cosa de él, era como una combinación perfecta, el podría comportarse como deseara y ella tranquilamente asentiría y sonreiría aun si la estuviera insultando.
Para ella no existía nada, ella no era nadie, no era una persona que mereciera un buen trato, sentía que había nacido para obedecer cualquier orden que se le propusiera y eso haría hasta que su último suspiro diera. No le afectaba en nada de que su amo fuera un vampiro. Ya le parecía normal el tener que estar cerca de los cadáveres de las víctimas, para ella era algo irreverente, solamente deseaba sentirse útil, deseada y necesitada.
El carruaje había parado en aquel callejón en donde se encontraba Antoline. Bajo del carruaje con un hermoso vestido de color ámbar, su cabello recogido dejaba caer algunos mechones en su rostro, caminaba de forma serena, llego hasta donde estaba el joven, le veía tranquila aunque estuviera lleno de sangre y el hombre aun pareciera agonizar, miro de reojo al cuerpo sin darle mucha importancia –Monsieur Beethoven – le indico las nuevas y limpias ropas que tenía en sus brazos-se ha vuelto mucho más fuerte y rápido… lo felicito- indico esperando que el joven se cambiara de ropa
Era una joven muy hermosa, sus ojos se mantenían serenos y su largo cabello danzaba alegremente con el viento que en el llegaba. No había tardado mucho en encontrar a un amo que pudiera servirle. Su felicidad era grande, aunque la personalidad de su nuevo jefe era insoportable, ella era lo suficientemente serena como para soportar cualquier cosa de él, era como una combinación perfecta, el podría comportarse como deseara y ella tranquilamente asentiría y sonreiría aun si la estuviera insultando.
Para ella no existía nada, ella no era nadie, no era una persona que mereciera un buen trato, sentía que había nacido para obedecer cualquier orden que se le propusiera y eso haría hasta que su último suspiro diera. No le afectaba en nada de que su amo fuera un vampiro. Ya le parecía normal el tener que estar cerca de los cadáveres de las víctimas, para ella era algo irreverente, solamente deseaba sentirse útil, deseada y necesitada.
El carruaje había parado en aquel callejón en donde se encontraba Antoline. Bajo del carruaje con un hermoso vestido de color ámbar, su cabello recogido dejaba caer algunos mechones en su rostro, caminaba de forma serena, llego hasta donde estaba el joven, le veía tranquila aunque estuviera lleno de sangre y el hombre aun pareciera agonizar, miro de reojo al cuerpo sin darle mucha importancia –Monsieur Beethoven – le indico las nuevas y limpias ropas que tenía en sus brazos-se ha vuelto mucho más fuerte y rápido… lo felicito- indico esperando que el joven se cambiara de ropa
Katiuska Roslyakova- Humano Clase Baja
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Re: Una noche mas [Privado]
Mientras miraba aquel hombre que en unos cuantos segundos iba a ir al otro mundo pensaba, que si me vieran en ese estado otra muerte en esta noche, porque no quiero que se corra la voz que yo soy uno de los “Asesinos” que se encuentran en parís, ya tengo suficiente que me estén persiguiendo los inquisidores y cazadores que se encuentran en este lugar. Solo dos personas saben lo que realmente hago por las noches Virginia (Que es mi nana) y Katiuska (Que es la muchacha que trabaja para mi, que es mi esclava por asi decirlo) Ella logro que la aceptara, porque aguanta todo mis desplantes, mis grosería, siempre está con una sonrisa en su rostro aunque la golpe ( Nunca he llegado al punto de hacer eso) pero algún día no muy lejano me va a colmar la paciencia esa muchachita y llegar el punto que mi mano se estampe en su hermoso y delicado rostro.
El aroma de ella golpeo mis fosas nasales, el carruaje detenerse, los caballos dando sus últimos golpetazos en el piso ¿Cómo sabia donde estaba? Nunca he comprendido como sabe donde estoy, como me encuentro, tal vez por eso sigue conmigo, sigue trabajando para mí porque me sirve mucho, demasiado y estoy tan a gusto con ella que no me la arrebataran de las manos, algún día saldrá de mi casa pero muerta. Dos mujeres habitando mi morada, dos mujeres que me sirven tan bien, pero esas dos mujeres no se han metido en mi cama, no estado entre sus pierna ¿Razón? Porque una la quiero como si fuera mi madre y la otra…la otra es un caso “especial” es tan práctica que no me apetece llevarla a mi cama, seducirla como las otras mujeres porque si tuviera algo mas con ella desde hace mucho tiempo ya no viviera en mi casa, la echaría como un perro o mejor dicho como una perra, porque yo no me acuesto con una mujer dos veces.
Seguía en la misma posición, mis manos hacia arriba, mirando como la sangre se derramaba por todo el contorno de mis manos, el olor era tan excitante para mí que pase mis lengua por mi dedo índice de la mano derecha, parecía un psicópata haciendo eso pero… ¿Quién me vería?...una sonrisa más grande apareció en mi rostro, mirando que ella se acercaba a mí, ladeé mi cabeza y suspire como si me faltara el aire, di tres pasos hacia atrás, evitando que me mirara pero de seguro ella sabría perfectamente como estaba mis manos manchas de ese color rojizo, mi ropa de igual manera no tenia caso que me ocultara, no a ella, que sabía perfectamente de lo que era: Un Vampiro, un depredador que mataba sin pensarlo, que de descontrolaba que podía llegar a matarla, pero eso no le importo, trabaja para mí y mejor que no me tema, tampoco soy una persona que da miedo ¿Oh si?.
-No tiene caso que me oculte de ti…-Mire el faro con la vela encendida, era la única que estaba prendida, ignorando primeramente el saludo que ella me daba, recapacite, caminando hacia donde se encontraba pisando una parte del cadáver, porque ya era, había muerto por desangramiento por mi culpa-Perdón por ser tan…irrespetuoso querida…Buenas noches Señorita Roslyakova-Le hago una reverencia-Siempre he sido rápido, siempre he sido más fuerte eso no lo dudes-Tome el borde de mi camisa blanca empezando a limpiar mis manos para que la ropa que ella me trago no se estropeé-Gracias por traerme ropa limpia…-Cuando termine, la tome y empezando a caminar al carruaje-Nunca, pero nunca he comprendido como sabes dónde estoy, como me encuentras, que necesito, eres muy eficiente eso me agrada de ti…-Volteé de reojo sonriéndol-Eres mi esclava que nunca se te olvide…-Sin decir más entro al carruaje empezando a quitarme aquella ropa sucia y ponerme la limpia.
El aroma de ella golpeo mis fosas nasales, el carruaje detenerse, los caballos dando sus últimos golpetazos en el piso ¿Cómo sabia donde estaba? Nunca he comprendido como sabe donde estoy, como me encuentro, tal vez por eso sigue conmigo, sigue trabajando para mí porque me sirve mucho, demasiado y estoy tan a gusto con ella que no me la arrebataran de las manos, algún día saldrá de mi casa pero muerta. Dos mujeres habitando mi morada, dos mujeres que me sirven tan bien, pero esas dos mujeres no se han metido en mi cama, no estado entre sus pierna ¿Razón? Porque una la quiero como si fuera mi madre y la otra…la otra es un caso “especial” es tan práctica que no me apetece llevarla a mi cama, seducirla como las otras mujeres porque si tuviera algo mas con ella desde hace mucho tiempo ya no viviera en mi casa, la echaría como un perro o mejor dicho como una perra, porque yo no me acuesto con una mujer dos veces.
Seguía en la misma posición, mis manos hacia arriba, mirando como la sangre se derramaba por todo el contorno de mis manos, el olor era tan excitante para mí que pase mis lengua por mi dedo índice de la mano derecha, parecía un psicópata haciendo eso pero… ¿Quién me vería?...una sonrisa más grande apareció en mi rostro, mirando que ella se acercaba a mí, ladeé mi cabeza y suspire como si me faltara el aire, di tres pasos hacia atrás, evitando que me mirara pero de seguro ella sabría perfectamente como estaba mis manos manchas de ese color rojizo, mi ropa de igual manera no tenia caso que me ocultara, no a ella, que sabía perfectamente de lo que era: Un Vampiro, un depredador que mataba sin pensarlo, que de descontrolaba que podía llegar a matarla, pero eso no le importo, trabaja para mí y mejor que no me tema, tampoco soy una persona que da miedo ¿Oh si?.
-No tiene caso que me oculte de ti…-Mire el faro con la vela encendida, era la única que estaba prendida, ignorando primeramente el saludo que ella me daba, recapacite, caminando hacia donde se encontraba pisando una parte del cadáver, porque ya era, había muerto por desangramiento por mi culpa-Perdón por ser tan…irrespetuoso querida…Buenas noches Señorita Roslyakova-Le hago una reverencia-Siempre he sido rápido, siempre he sido más fuerte eso no lo dudes-Tome el borde de mi camisa blanca empezando a limpiar mis manos para que la ropa que ella me trago no se estropeé-Gracias por traerme ropa limpia…-Cuando termine, la tome y empezando a caminar al carruaje-Nunca, pero nunca he comprendido como sabes dónde estoy, como me encuentras, que necesito, eres muy eficiente eso me agrada de ti…-Volteé de reojo sonriéndol-Eres mi esclava que nunca se te olvide…-Sin decir más entro al carruaje empezando a quitarme aquella ropa sucia y ponerme la limpia.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Una noche mas [Privado]
Ya como le tratara le resbalaba a aquella joven. ¿Por qué era tan buena en su trabajo? Por varias razones sencillas y apenas comprensibles, ella simplemente sonrió ante lo que decía su joven amo. Camino junto a el, hacia la carroza, espero que él se montara primero para luego ella seguirlo, siempre con un rostro amable y sin importarle sus insultos. La joven se había sentado mientras sus cruzaba sus piernas. -Usted mismo se ha dado la respuesta a aquella incógnita- dijo de manera suave, sin ser burlona y con un todo de sumo respeto. Entrecerró sus ojos bajando la mirada mientras este se cambiaba las ropas llenas de sangre por las limpias que ella le había traído especialmente para esa ocasión –Soy una esclava amo Beethoven y como tal mi única misión es ser eficiente al 110%- sonrió de medio lado mientras mantenía sus manos juntas en su regazo, sin moverse excesivamente, quedándose prácticamente como una estatua en aquel lugar hasta que una orden de los labios de su señor saliera.
Algunos dirán que su vida era ya anticuada, pero… ¿Qué sucedía cuando ya la persona está acostumbrada a ser así? Katiuska había podido ser libre, dejar de comportarse como una esclava, ser más una asistente, pero su educación ya no le permitía ser normal. Su mente ya había sido prácticamente lavada por tanto sufrimiento y había aprendido que para no sufrir más debía ser eficiente, debía conformarse con lo que se le daba. Estaba feliz, tener a Antoline como su nuevo amo era algo divertido, además de que la retaba cada vez más para realizar las cosas a un grado de perfección casi imposible. La dificultad crecía cuando tu amo era una súper persona a la que se le podía perder rastro fácilmente, pero por suerte el sentido común de Katiuska casi siempre le ganaba, además de unos leves consejos de Virginia que le había enseñado la forma de ser y pensar de su nuevo amo.
¿Su secreto? Suerte tal vez… en realidad no tenía ninguno. Alzo su mirada cuando este termino de vestirse, se atrevió a abrir la boca para preguntar hacia donde deseaba que se dirigieran, aunque lo hizo con tal respeto que parecía que se diría al ser supremo –Mi señor… ¿hacia dónde desea usted dirigirse?- la voz de ella siempre era consoladora, dulce y sin ningún rencor u odio hacia alguna persona.
Algunos dirán que su vida era ya anticuada, pero… ¿Qué sucedía cuando ya la persona está acostumbrada a ser así? Katiuska había podido ser libre, dejar de comportarse como una esclava, ser más una asistente, pero su educación ya no le permitía ser normal. Su mente ya había sido prácticamente lavada por tanto sufrimiento y había aprendido que para no sufrir más debía ser eficiente, debía conformarse con lo que se le daba. Estaba feliz, tener a Antoline como su nuevo amo era algo divertido, además de que la retaba cada vez más para realizar las cosas a un grado de perfección casi imposible. La dificultad crecía cuando tu amo era una súper persona a la que se le podía perder rastro fácilmente, pero por suerte el sentido común de Katiuska casi siempre le ganaba, además de unos leves consejos de Virginia que le había enseñado la forma de ser y pensar de su nuevo amo.
¿Su secreto? Suerte tal vez… en realidad no tenía ninguno. Alzo su mirada cuando este termino de vestirse, se atrevió a abrir la boca para preguntar hacia donde deseaba que se dirigieran, aunque lo hizo con tal respeto que parecía que se diría al ser supremo –Mi señor… ¿hacia dónde desea usted dirigirse?- la voz de ella siempre era consoladora, dulce y sin ningún rencor u odio hacia alguna persona.
Katiuska Roslyakova- Humano Clase Baja
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Re: Una noche mas [Privado]
Estábamos “encerrados” en el carruaje, yo cambiándome, quitándome aquella ropa sucia, llena de sangre, que a veces me daba coraje ensuciarme la ropa, pero ni modo si deseo saciarme de la sangre humana tengo que tener riesgos. Katiuska, que así se llamaba la esclava que tenia en mi casa, era muy eficaz para todo, pensaba que hasta podría leerme la mente porque cada cosa que deseo ella esta ahí para darme, me apoya en mis cosas ya sea buenas o malas. No esque me daba pena que ella me viera desnudo pero ella no era mi esclava sexual como algunas personas piensan, solo es como una sirvienta en mi casa pero personal, que solo me obedece a mi y que solo lo que yo le indique hará. Me la quede mirando, era una joven hermosa, era muy amable, siempre tenia una sonrisa pintada en su rostro, eso me llamaba la atención hasta curiosidad diría yo, porque yo la trataba un poco mal y ella, sonriendo como si nunca hubiera pasado nada -A veces me sorprendes-susurre, terminando de desabrochar mi camisa y sacándola, mirando que bajaba la cabeza hasta apostaría que cerro los ojos y será mejor opción esa.-Si, tal vez yo haya dado la respuesta de mi pregunta asía ti, pero no recuerdo que te dije-Era verdad, tenia muchas cosas para poner atención en lo que decía a mi esclava, me puse la camisa limpia, empezando abrochar los boten, uno por uno, mientras seguía escuchando la voz de ella -Efectivamente, lo que has dicho Katiuska, eres una esclava, siempre lo serás, aunque te cortejen tu de mi casa no saldrás, nunca, y eso me gusta que al cien por ciento me obedezcas-Me levante un poco, solo para sacar el pantalón volviéndome a sentar, primero ante todo me quite las botas dejándolo a un lado, viendo mis calcetines cafés -No vayas a subir la cabeza o te la corto-Mis ojos se entre cerraron dejando a un lado mis botas y quitándome por completo el pantalón para después ponerme el limpio, subiéndolo, volvi9endome a levantándome solo un poco para finalizar eso, me cruce de piernas -Ya puedes subir tu mirada-Mencione, abrochándome los botones.
El silencio reino el carruaje, simplemente me la quede observando, cada detalle de su rostro, cada noche cuando se quedaba dormida en el sofá, me sentaba en la mesita de centro observándola, viendo la naturaleza, viendo el ser humano, examinándola, viendo cada gesto, cuando dormía, mi nana piensa que me llama la atención esta muchacha, pero lo único que siento por ella es…ni se en si lo que siento, tal vez un poco, diminuto cariño, porque me la paso con ella, me ayuda en algo aunque la verdad me cuesta decir cuando algo no me sale bien. Pero tal vez para mí es como una hija: Antoline, ¿Cómo que te gusta? Si la tratas como una esclava, mi mente me había ¿Regañado? La voz interior me dijo l contrario. Una risa salió de mis labios mirando atreves de la ventana como el cadáver era comido por los zopilotes…era raro que lleguen hasta la ciudad pero no importa, no me interesa eso ahora -Mi hija…-Pensé, mirándola de reojo, no, nunca podría tratarla como tal, lo único que se es agredir a las personas, pisotearlas y así seguiré. Y cada amanecer me alejaba de ella, metiéndome a mi despacho como si no hubiera echo nada malo.
Una canción se me vino a la mente y la empecé a cantar, bajito, solo para que yo la escuchara, tal vez hasta la cante en mi propia mente -No se, a donde usted quiera-Alce mi ceja, mirándola, con una sonrisa en mi rostro -Elija el trayecto de esta noche, hasta cuando los primero rayos del sol me digan que es hora de retirarme-Fueron mis ultimas palabras para volver a callarme y seguir mirando por la ventana.
El silencio reino el carruaje, simplemente me la quede observando, cada detalle de su rostro, cada noche cuando se quedaba dormida en el sofá, me sentaba en la mesita de centro observándola, viendo la naturaleza, viendo el ser humano, examinándola, viendo cada gesto, cuando dormía, mi nana piensa que me llama la atención esta muchacha, pero lo único que siento por ella es…ni se en si lo que siento, tal vez un poco, diminuto cariño, porque me la paso con ella, me ayuda en algo aunque la verdad me cuesta decir cuando algo no me sale bien. Pero tal vez para mí es como una hija: Antoline, ¿Cómo que te gusta? Si la tratas como una esclava, mi mente me había ¿Regañado? La voz interior me dijo l contrario. Una risa salió de mis labios mirando atreves de la ventana como el cadáver era comido por los zopilotes…era raro que lleguen hasta la ciudad pero no importa, no me interesa eso ahora -Mi hija…-Pensé, mirándola de reojo, no, nunca podría tratarla como tal, lo único que se es agredir a las personas, pisotearlas y así seguiré. Y cada amanecer me alejaba de ella, metiéndome a mi despacho como si no hubiera echo nada malo.
Una canción se me vino a la mente y la empecé a cantar, bajito, solo para que yo la escuchara, tal vez hasta la cante en mi propia mente -No se, a donde usted quiera-Alce mi ceja, mirándola, con una sonrisa en mi rostro -Elija el trayecto de esta noche, hasta cuando los primero rayos del sol me digan que es hora de retirarme-Fueron mis ultimas palabras para volver a callarme y seguir mirando por la ventana.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Una noche mas [Privado]
Había entrecerrado sus ojos, como su amo lo había ordenado. Muchas personas estarían escandalizadas al tener a una mujer como ella cerca de ellos, era cierto que sus labores siempre tenían una calidad envidiable, pero por culpa de sus otras dos personalidades, era una persona inestable y que podría colapsar fácilmente al frente de ellos. Era una empleada "obsoleta" no había necesidad de mantenerla como una esclava o empleada. Tal vez por esa razón los familiares de su antiguo y querido amo la habían echado apenas este había muerto, varias veces se había desmayado por culpa de su cuerpo, que no había descansado bien al ser poseído por Anastasia, que parecía no cansarse de hacer estragos. Escucho otra orden y atendió a esta rápidamente, con una leve sonrisa asintió mientras ella buscaba maquinar rápidamente hacia donde podían ir. -Tal vez a alguna plaza- indico pensativa -o al museo, amo- susurro un poco tímida pues secretamente amaba visitar el museo, todas aquellas obras de arte que simplemente la dejaban sin aliento, para ella eran simples tesoros que tal vez solamente podría apreciar por poco tiempo. Bajo la mirada un poco apenada por su opinión, ella como esclava que era no debía ser tan emotiva y manejar a su dueño para cosas así.
Algunas voces rieron dentro de su cabeza, ella simplemente giro su rostro para poder ver el paisaje que tenía a su disposición, dejo salir un leve quejido. Ya no podría mas por mucho tiempo, se había negado a dejar salir a Anastasia, pero aquello quería decir que debía concentrarse y no perder la consciencia de su ser. Había dejado de dormir unos tres días seguidos, en aquellas noches Antoline había tenido muchas ordenes para ella y Katiuska no debía darse el lujo de dormir y que. Anastasia le robara el cuerpo. Dios. Sabe donde la dejaría, con que males y problemas, además de que debía mantenerse siempre a disposición de su amo actual. "Que débil y pálida estas" parecía haber oído hablar a su reflejo, abrió los ojos como platos, quiso dar un grito de terror, pero se lo trago como si de un vomito que amenazara por salir de su garganta se tratara, pestañeó con pesadez varias veces para luego simplemente cuestionarse -Es solo mi imaginación pensó para ella misma mientras volvió a cerrar su mirada.
Algo la había sujetado por detrás, tenían su cuerpo sujetado de tal manera que no podía ni siquiera mover un dedo de su pie, sentir una opresión en su cuello, como un brazo rodeándole, bruño levemente mientras sentía como la llevaban a la oscuridad absoluta de aquel cerebro, entre recuerdos incoherentes y una imaginación esquizofrénico, pudo jugar que vio entre esas nubes a Milenka, quien jugaba con una pelota a lo lejos, pero su cuerpo no te podía mover y ella se alejaba cada vez mas.
Abrió los ojos para alzar la mirada y quedarse por unos segundos detallando la piel pálida de aquel hombre, giro su rostro centrándose en el chofer -Mejor vayamos a un lindo campo cerca de aquí, dicen que esta floreado aunque ya estemos llegando a invierno- indico ella con una sonrisa retorcida en sus labios, llego a indicarle al hombre de mediana edad hacia donde debía ir para luego acomodarse tranquilamente entre los cómodos y pomposos muebles del carruaje. Le gustaba eso, sentirse en un lugar cómodo, que a simple vista demostraba elegancia.
El hombre solamente le tomo unos minutos llegar al lugar seleccionado, era un campo con hermosos lirio blancos que eran bañados por la luz de la luna y danzaban con la música del viento, la joven se bajo del carruaje quedándose a un lado esperando que Antoline hiciera lo mismo, sus ojos viajaban de un lado a otro apreciando lo que sus ojos podían ver, cuando noto que el vampiro estaba a su lado suspiro para comenzar a caminar hacia la pradera. Camino unos pasos más hasta que detuvo en medio de aquellas flores sumisas y hermosas, la falda de su vestido parecía también danzar con aquel suave y fresco viento de otoño
-Anastasia...- susurro ella entrecerrando un poco sus ojos -Me llamo Anastasia, no me confundas con la idiota de Katiuska- indico ella poniendo una de sus manos en su cadera mientras fruncía su ceño notablemente disgustada -No sé como ella puede aguantarte- charrasqueo mientras movía su cabeza en negativa
Algunas voces rieron dentro de su cabeza, ella simplemente giro su rostro para poder ver el paisaje que tenía a su disposición, dejo salir un leve quejido. Ya no podría mas por mucho tiempo, se había negado a dejar salir a Anastasia, pero aquello quería decir que debía concentrarse y no perder la consciencia de su ser. Había dejado de dormir unos tres días seguidos, en aquellas noches Antoline había tenido muchas ordenes para ella y Katiuska no debía darse el lujo de dormir y que. Anastasia le robara el cuerpo. Dios. Sabe donde la dejaría, con que males y problemas, además de que debía mantenerse siempre a disposición de su amo actual. "Que débil y pálida estas" parecía haber oído hablar a su reflejo, abrió los ojos como platos, quiso dar un grito de terror, pero se lo trago como si de un vomito que amenazara por salir de su garganta se tratara, pestañeó con pesadez varias veces para luego simplemente cuestionarse -Es solo mi imaginación pensó para ella misma mientras volvió a cerrar su mirada.
Algo la había sujetado por detrás, tenían su cuerpo sujetado de tal manera que no podía ni siquiera mover un dedo de su pie, sentir una opresión en su cuello, como un brazo rodeándole, bruño levemente mientras sentía como la llevaban a la oscuridad absoluta de aquel cerebro, entre recuerdos incoherentes y una imaginación esquizofrénico, pudo jugar que vio entre esas nubes a Milenka, quien jugaba con una pelota a lo lejos, pero su cuerpo no te podía mover y ella se alejaba cada vez mas.
Abrió los ojos para alzar la mirada y quedarse por unos segundos detallando la piel pálida de aquel hombre, giro su rostro centrándose en el chofer -Mejor vayamos a un lindo campo cerca de aquí, dicen que esta floreado aunque ya estemos llegando a invierno- indico ella con una sonrisa retorcida en sus labios, llego a indicarle al hombre de mediana edad hacia donde debía ir para luego acomodarse tranquilamente entre los cómodos y pomposos muebles del carruaje. Le gustaba eso, sentirse en un lugar cómodo, que a simple vista demostraba elegancia.
El hombre solamente le tomo unos minutos llegar al lugar seleccionado, era un campo con hermosos lirio blancos que eran bañados por la luz de la luna y danzaban con la música del viento, la joven se bajo del carruaje quedándose a un lado esperando que Antoline hiciera lo mismo, sus ojos viajaban de un lado a otro apreciando lo que sus ojos podían ver, cuando noto que el vampiro estaba a su lado suspiro para comenzar a caminar hacia la pradera. Camino unos pasos más hasta que detuvo en medio de aquellas flores sumisas y hermosas, la falda de su vestido parecía también danzar con aquel suave y fresco viento de otoño
-Anastasia...- susurro ella entrecerrando un poco sus ojos -Me llamo Anastasia, no me confundas con la idiota de Katiuska- indico ella poniendo una de sus manos en su cadera mientras fruncía su ceño notablemente disgustada -No sé como ella puede aguantarte- charrasqueo mientras movía su cabeza en negativa
Katiuska Roslyakova- Humano Clase Baja
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Re: Una noche mas [Privado]
Durante el carruaje seguía su rumbo, continuaba contemplando el lugar; el trayecto se me hacia tan aburrido, aunque no entiendo como esta niña siempre se encontraba siempre a mi disposición, cuando llego a trabajar no la quería a mi lado, ni a nadie; hasta había corrido a muchas jovencitas como ella que quieran trabajar en mi casa pero decía siempre: No, por la sencilla razón que me la llevaría a la cama, sí, no te mujer para saciar mis necesidad de hombre, y si tengo mujeres con un cuerpo hermoso, bien detallada, con un toque inocente me la llevaría directo a la cama por esa sencilla razón en mi cabeza no esta contemplado esta mujer, pero cuando llego “me rogo” por así decirlo que la contratara que viera su potencial. A veces mi lado humano ¿Cuál humano? Buena pregunta, pero no se paso que la contrate y ahora es una buena “esclava” aunque a mis sirvientes no los trato como tal, le doy su lugar, le pago lo justo; nunca han tenido quejas de que lo trato mal aunque los chismes, rumores lleguen a sus oídos, pero esa mujer es sumamente rara aparte; aunque ella no me lo diga se su secreto ¿Cree que me hará tonto? No, no me lo hará, lo sé, pero no digo nada para que no se sienta incomoda, ella misma me lo dirá ¿Verdad Katiuska Roslyakova? Cerré mis ojos mientras el trayecto seguía, escuche lo que mi empleada decía -Ya te dije Katiuska, donde quieras, la noche es joven, y no quiero llegar a casa-Dije, abriendo lentamente mis ojos y mirándole de reojo, observando sus facciones finas de toda una mujer.
Cada sirviente que contrato lo investigo, se cada cosa de ellos, se sus movimientos, de donde proviene, de donde son, cuantos años tiene, sus nombre, etc, etc. Pero con ella no hice eso ¿Por qué? ¿Olvido? ¿O por otra cosa? Preguntas, preguntas, tras preguntas, a decir verdad no sé, simplemente la contrate, deje pasar el tiempo, días, semanas, meses, años ¿Años? Para mí los años ya no existen, solamente -Y sigo pensando en lo mismo-Suspire, mi cabeza me decía cosas, era la única que podía hablar, claro conmigo mismo, porque no le tengo la confianza a nadie, ni a mi nana, ni a esta mujer enfrente de mi, solo a una persona le tenia la confianza para decirle todo, pero hasta eso me decepciono tanto que me volví más cerrados con mis sentimientos, más rencoroso, no dejo que nadie penetre mi corteza que yo mismo forcé. -Pensar, pensar, pensar es lo único que hago-Y mis ojos se cerraron nuevamente para seguir, no sabía a donde ir, tampoco me interesaba, donde fuera el lugar seria divertido, creo. -Ya no sabes ni lo que piensas, o mejor dicho de lo que pienso-Apreté mi mandíbula fuertemente, y de igual manera mi mano diestra no sabia nada, ya no. Tenia ganas de reírme ante la mente de mujer, tan fácil es penetrar su mente y ver lo que ocurre era como una comedia para mi, algo “nuevo” porque nunca había logrado penetrarla como lo hacia en este momento, sus dos personalidades, luchando por salir, casi matándose, una quedarse, y las otras dos hasta que…sabrá dios cuando. -Así que esto es divertido para mi, si señor-Asentí un poco sin voltear a mirarla, arquee un poco mi ceja derecha y me acomode mejor en el asiento, fino, caro como debe de ser para un duque como yo, aunque tampoco utilizo mi titulo de realeza para hacer cosas, aunque nunca me quejaré de me alaben como tal. Y así de rápido la pobre de mi esclava quedo atrás, quedo atrapado haciendo que una de sus personalidades salga a la luz, escuche como el trayecto cambiaba, no asentí, no voltee, no dije nada, solamente sentí como el carruaje cambiaba de dirección, ya no al museo, como antes había sugerido. Mi mirada solo la miro salir del carruaje, suspire un poco, la seguí.
Al seguirla, el olor a diversidad flores llego a mis fosas nasales, mi mirada empezó a ver los colores de las flores, era como estar en un campo o pradera, flores por todo lado, una maravilla para mis ojos -Es…-Susurre pero me mordí la lengua antes de decir cualquier estupidez de mi parte, cuando estaba tan entretenido viendo las flores escuche la voz de ella, diciéndome su nombre, así que una de sus personalidades se llamaba Anastasias, suspire un poco y riéndome un poco -Tal vez porque le doy dinero-Reí, me acerque a ella y tome el mentón de ella -Aunque tu eres un poco mas…decidida que ella…-Me acerque más y sonreí -A mi no me hablaras de ese modo-Fruncí el ceño y me aleje de ella suspirando.
Cada sirviente que contrato lo investigo, se cada cosa de ellos, se sus movimientos, de donde proviene, de donde son, cuantos años tiene, sus nombre, etc, etc. Pero con ella no hice eso ¿Por qué? ¿Olvido? ¿O por otra cosa? Preguntas, preguntas, tras preguntas, a decir verdad no sé, simplemente la contrate, deje pasar el tiempo, días, semanas, meses, años ¿Años? Para mí los años ya no existen, solamente -Y sigo pensando en lo mismo-Suspire, mi cabeza me decía cosas, era la única que podía hablar, claro conmigo mismo, porque no le tengo la confianza a nadie, ni a mi nana, ni a esta mujer enfrente de mi, solo a una persona le tenia la confianza para decirle todo, pero hasta eso me decepciono tanto que me volví más cerrados con mis sentimientos, más rencoroso, no dejo que nadie penetre mi corteza que yo mismo forcé. -Pensar, pensar, pensar es lo único que hago-Y mis ojos se cerraron nuevamente para seguir, no sabía a donde ir, tampoco me interesaba, donde fuera el lugar seria divertido, creo. -Ya no sabes ni lo que piensas, o mejor dicho de lo que pienso-Apreté mi mandíbula fuertemente, y de igual manera mi mano diestra no sabia nada, ya no. Tenia ganas de reírme ante la mente de mujer, tan fácil es penetrar su mente y ver lo que ocurre era como una comedia para mi, algo “nuevo” porque nunca había logrado penetrarla como lo hacia en este momento, sus dos personalidades, luchando por salir, casi matándose, una quedarse, y las otras dos hasta que…sabrá dios cuando. -Así que esto es divertido para mi, si señor-Asentí un poco sin voltear a mirarla, arquee un poco mi ceja derecha y me acomode mejor en el asiento, fino, caro como debe de ser para un duque como yo, aunque tampoco utilizo mi titulo de realeza para hacer cosas, aunque nunca me quejaré de me alaben como tal. Y así de rápido la pobre de mi esclava quedo atrás, quedo atrapado haciendo que una de sus personalidades salga a la luz, escuche como el trayecto cambiaba, no asentí, no voltee, no dije nada, solamente sentí como el carruaje cambiaba de dirección, ya no al museo, como antes había sugerido. Mi mirada solo la miro salir del carruaje, suspire un poco, la seguí.
Al seguirla, el olor a diversidad flores llego a mis fosas nasales, mi mirada empezó a ver los colores de las flores, era como estar en un campo o pradera, flores por todo lado, una maravilla para mis ojos -Es…-Susurre pero me mordí la lengua antes de decir cualquier estupidez de mi parte, cuando estaba tan entretenido viendo las flores escuche la voz de ella, diciéndome su nombre, así que una de sus personalidades se llamaba Anastasias, suspire un poco y riéndome un poco -Tal vez porque le doy dinero-Reí, me acerque a ella y tome el mentón de ella -Aunque tu eres un poco mas…decidida que ella…-Me acerque más y sonreí -A mi no me hablaras de ese modo-Fruncí el ceño y me aleje de ella suspirando.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Una noche mas [Privado]
Esa era anastasia, una persona más decidida, directa y que no temía decir lo que pensaba, en ocasiones podría ser extraño notar aquella diferencia de personalidades cambiar de un momento otro. Todo dentro de ella cambiaba, hasta su forma de mirar, lo que trasmitía sus ojos. Todos dicen que los ojos son la puerta para el alma, pues parecía, que su alma había sido cambiada, sustituida por otra cosa totalmente diferente. ¿Realidad o ficción? Tal vez solamente era una mujer trastornada que buscaba salir de una realidad que le había tocado vivir. Anastasia frunció levemente el ceño mientras oía la voz de aquel vampiro al momento de que la había tomado del mentón y sujetado sutilmente. Una sonrisa de delineo en sus labios al notar el noto lleno de ira.
El sabia que Katiuska no podría hablarle así, no era su naturaleza, pero si la naturaleza de aquella mujer llamada Anastasia. El aroma de las flores era simplemente interesante, llenaba el ambiente y los trasportaba a una primavera que ya estaba muy lejos, pero en ese lugar aún seguía allí. -¿Qué sucederá si te hablo así?- pregunto riendo suavemente. –Soy Anastasia, pero este es el cuerpo de Kat- añadió girando su cuerpo para comenzar a dar unos pasos y así alejarse de el, solamente una distancia considerable –Si me lastimas o matas, perderás a tu querida sirviente; se que no tiene mucho valor para ti. Pero imagina lo difícil que es encontrar una persona tan excelente como ella –Sos aquella muñeca que nadie quiere perder, Katiuska- susurro para sí misma con cierta ira resonante en sus palabras.
Era cierto, la odiaba, con todo su corazón, ella siempre era querida, amada y adorada por cada una de las personas que tenían la oportunidad de conocerla, pero cuando ella aparecía, aquellas personas la encontraban repulsiva, una abominación y preferían a la humilde y simple muchachita rusa, pues Anastasia era más un parasito que una persona. ¿Los parásitos tienen sentimientos? ¿Por qué odiaba? Ella estaba segura que podría sentir tristeza, dolor, amor, odio y alegría, pero al parecer nadie entendía eso, solamente la veían como un ser irracional creada por una mente sufrida que solamente buscaba escapar de aquel mundo tan horrible en donde le había tocado vivir.
Giro su cuerpo para encontrarse nuevamente con el hombre que Katiuska servía con tanto fervor, a ella le daba igual si moría o no, sentía que al morir tal vez su alma escaparía de ese cuerpo y por fin, seria libre, una persona única, un individuo y no la parte de un cerebro alterado. –Al final solamente es tu empleada- se alzo los hombros –Pobre cuerpo, no ha descansado nada, solamente para que yo no saliera y ella pudiera servirte- dijo de forma lamentada –Si ella sigue así, no durara mucho en este mundo- rio suavemente con cierta malicia –bueno, en realidad eso no debería importarme a mi.-
El sabia que Katiuska no podría hablarle así, no era su naturaleza, pero si la naturaleza de aquella mujer llamada Anastasia. El aroma de las flores era simplemente interesante, llenaba el ambiente y los trasportaba a una primavera que ya estaba muy lejos, pero en ese lugar aún seguía allí. -¿Qué sucederá si te hablo así?- pregunto riendo suavemente. –Soy Anastasia, pero este es el cuerpo de Kat- añadió girando su cuerpo para comenzar a dar unos pasos y así alejarse de el, solamente una distancia considerable –Si me lastimas o matas, perderás a tu querida sirviente; se que no tiene mucho valor para ti. Pero imagina lo difícil que es encontrar una persona tan excelente como ella –Sos aquella muñeca que nadie quiere perder, Katiuska- susurro para sí misma con cierta ira resonante en sus palabras.
Era cierto, la odiaba, con todo su corazón, ella siempre era querida, amada y adorada por cada una de las personas que tenían la oportunidad de conocerla, pero cuando ella aparecía, aquellas personas la encontraban repulsiva, una abominación y preferían a la humilde y simple muchachita rusa, pues Anastasia era más un parasito que una persona. ¿Los parásitos tienen sentimientos? ¿Por qué odiaba? Ella estaba segura que podría sentir tristeza, dolor, amor, odio y alegría, pero al parecer nadie entendía eso, solamente la veían como un ser irracional creada por una mente sufrida que solamente buscaba escapar de aquel mundo tan horrible en donde le había tocado vivir.
Giro su cuerpo para encontrarse nuevamente con el hombre que Katiuska servía con tanto fervor, a ella le daba igual si moría o no, sentía que al morir tal vez su alma escaparía de ese cuerpo y por fin, seria libre, una persona única, un individuo y no la parte de un cerebro alterado. –Al final solamente es tu empleada- se alzo los hombros –Pobre cuerpo, no ha descansado nada, solamente para que yo no saliera y ella pudiera servirte- dijo de forma lamentada –Si ella sigue así, no durara mucho en este mundo- rio suavemente con cierta malicia –bueno, en realidad eso no debería importarme a mi.-
Katiuska Roslyakova- Humano Clase Baja
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Re: Una noche mas [Privado]
Estaba irritado, esta mujer llamada Anastasia me colmo mi paciencia en segundos ¿Quién se cree para tratarme de ese modo? ¿No sabe quién soy? Una vena me aprecio en mi frente, estaba enojado, furioso por el modo de ella, el modo de cómo me trataba. Aunque sea el cuerpo mi creada ella no tenía ningún derecho hablarme así ¿Qué pasaría si yo despido a ella por su culpa? Aunque la necesitaba a mi lado, era muy eficiente en todo lo que hacía. De ese modo tendré que aguantarme mi orgullo, pero si me irrita nuevamente no lo contara, le daré una buena paliza y no usaré mis manos precisamente. -Me debo de tranquilizar, pero me saco de mis casillas….-Me tranquilice, mi cara volvió a la normalidad, pero por dentro parecía hervir, y si echaba otra piedra a la bolsa reventaré y no podré hacer nada con mi autocontrol. Porque ella lo sopesado tan rápido que ni yo mismo me di cuenta.
-Sabes…como has dicho…o mejor dicho, como has pensando, no eres igual que ella. Lo respeto. Pero tampoco te sobre pases conmigo. Tal vez me conozcas por pertenecer en el cuerpo de mi creada, pero…-Mordí mi labio inferior, estaba hablando de más y eso no era mi dilema. Pase mi mano por mi cabellera, sentía como mis dedos se deslizaban por las hebras de esta. Mirando fijamente a mi “Creada” aunque en realidad esa personalidad no lo era, es lo que más me ponía de malas, que esa personalidad es la “Mala” supongo, que esa personalidad es la rebelde, la que hace lo que Katiuska no puede hacer. Aunque a mí me interesa que sea eficiente en su trabajo y haga todo lo que yo quiera, por eso le pago ¿No? -Sé que eres Anastasia, recuerda que tú misma me lo has dicho…-Rueda los ojos, porque es la verdad, ella se había “presentado” -¿Quién dijo que te iba a lastimar? Tal vez lo piense, pero como tú dices, es muy eficiente y no la perderé, es mía y no por tu culpa la perderé, la lastimaré, pero…-Mejor me callo antes que siga diciendo. Dejando que el tiempo pasara y que me aburría para irnos de este lugar que ella misma eligió.
Fruncí mi ceño y me acerque un poco-Yo no siento nada por ella, simplemente para mi es eficaz, es una de las creadas que más fiel es a mi casa, de ese modo no pretendo despedirla por tu culpa, asi que pórtate bien conmigo, aunque no creo que lo hagas-Rodé los ojos y solo quise que el tiempo se fueran rápido, quisiera un exquisito baño para relajarme y que toda la tención se fuera de una vez por toda. No sé esta mujer Anastasia como ella lo había repetido varias veces me irritaba desde que me hablo de esa modo. Si no fuera el cuerpo de mi sirvienta de seguro le hubiera dado una bofetada, a decir verdad no me interesaba que fuera mujer, no soy un caballero para respetar a una mujer. Soy el Duque de Italia a mi los plebeyos, los pobretones de parís me tiene que respetar, sí no. Se irán directo a la horca.
-Tienes toda la razón, ella solamente es mi creada, me interesa porque es eficaz y no encontraría a nadie como ella, así que calla esa boca que tienes que puedo olvidarme de que ella es mi creada y te puedo pegar una gran cachetada-Me acerque a ella y toma su mentón, alzándolo, y sonriendo al verla cercas de mi-Esta será como que dice la primera vez que estoy enfrente de mi creada, y déjeme decirle que su rostro es bello, pero creo que cuando regrese mi creada no querrá verme, ya que haré esto-Sin decir más junto mis labios con los de ella, bajando mis manos y acercándola a mi cuerpo pegándole.
-Sabes…como has dicho…o mejor dicho, como has pensando, no eres igual que ella. Lo respeto. Pero tampoco te sobre pases conmigo. Tal vez me conozcas por pertenecer en el cuerpo de mi creada, pero…-Mordí mi labio inferior, estaba hablando de más y eso no era mi dilema. Pase mi mano por mi cabellera, sentía como mis dedos se deslizaban por las hebras de esta. Mirando fijamente a mi “Creada” aunque en realidad esa personalidad no lo era, es lo que más me ponía de malas, que esa personalidad es la “Mala” supongo, que esa personalidad es la rebelde, la que hace lo que Katiuska no puede hacer. Aunque a mí me interesa que sea eficiente en su trabajo y haga todo lo que yo quiera, por eso le pago ¿No? -Sé que eres Anastasia, recuerda que tú misma me lo has dicho…-Rueda los ojos, porque es la verdad, ella se había “presentado” -¿Quién dijo que te iba a lastimar? Tal vez lo piense, pero como tú dices, es muy eficiente y no la perderé, es mía y no por tu culpa la perderé, la lastimaré, pero…-Mejor me callo antes que siga diciendo. Dejando que el tiempo pasara y que me aburría para irnos de este lugar que ella misma eligió.
Fruncí mi ceño y me acerque un poco-Yo no siento nada por ella, simplemente para mi es eficaz, es una de las creadas que más fiel es a mi casa, de ese modo no pretendo despedirla por tu culpa, asi que pórtate bien conmigo, aunque no creo que lo hagas-Rodé los ojos y solo quise que el tiempo se fueran rápido, quisiera un exquisito baño para relajarme y que toda la tención se fuera de una vez por toda. No sé esta mujer Anastasia como ella lo había repetido varias veces me irritaba desde que me hablo de esa modo. Si no fuera el cuerpo de mi sirvienta de seguro le hubiera dado una bofetada, a decir verdad no me interesaba que fuera mujer, no soy un caballero para respetar a una mujer. Soy el Duque de Italia a mi los plebeyos, los pobretones de parís me tiene que respetar, sí no. Se irán directo a la horca.
-Tienes toda la razón, ella solamente es mi creada, me interesa porque es eficaz y no encontraría a nadie como ella, así que calla esa boca que tienes que puedo olvidarme de que ella es mi creada y te puedo pegar una gran cachetada-Me acerque a ella y toma su mentón, alzándolo, y sonriendo al verla cercas de mi-Esta será como que dice la primera vez que estoy enfrente de mi creada, y déjeme decirle que su rostro es bello, pero creo que cuando regrese mi creada no querrá verme, ya que haré esto-Sin decir más junto mis labios con los de ella, bajando mis manos y acercándola a mi cuerpo pegándole.
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Re: Una noche mas [Privado]
Le gustaba molestarlo, aunque sabía que eso era como estar jugando con los colmillos de un animal rabioso, pero no le importaba mucho, si la mataba para ella sería un gran favor, le estaría haciendo un gran favor al mundo y a todas las personas que convivían con Katiuska, pero al parecer era apreciada por aquel vampiro, pues se le veía en los ojos las ganas que tenia de hacer que Anastasia desapareciera de su vista, pero lastima, eso no pasaría, ella se quedaría en donde estaba, jugaría con él, si él se lo permitía y si moría en sus manos, moriría feliz, la estuviera liberando de una gran pesadilla, un infierno que le había tocado vivir.
Lo sintió cerca de ella, el cuerpo comenzó a sentir un miedo terrible, pero aun así eso no afecto a anastasia, iba a retroceder un poco pero prefirió quedarse en ese lugar con los labios medio fruncidos y un rostro serio. Sintió como el mentón le era alzado, se limito a dejar salir un leve gruñido. -¿Qué…?- se sorprendió al notar sus labios sobre los de ella, quiso alejarse, pero este era obviamente más fuerte y no parecía querer ocultarlo, la apego a su cuerpo, aunque ella quisiera lo contrario, las manos de ella se situaron en los hombros, mientras en un intenso vano y sinceramente nada productivo buscaba alejarse de ese frio cuerpo.
Pero ya las garras la habían sujetado bien, podía sentir la presión en sus caderas mientras él seguía jugando aunque ella se resistiera, a lo mejor hasta aquello le gustaba, que hubiera resistencia en aquella mujer. Katiuska era claramente diferente, si la hubiera besado se hubiera quedado quieta hasta que los deseos de su amo hubieran sido satisfechos, hasta el momento de sentir que podía reprochar algo, por el contrario de Anastasia, ella luchaba, reprochaba si no le agradaba algo, no se quedaba quieta como su contraria.
Dejo salir un jadeo cuando sintió que sus labios habían sido soltados por fin –Ah… maldito- se quejo al momento que se estaba limpiando los labios con el dorso de su mano –Tranquilo, es muy poco probable que recuerde algo de lo que paso…- le dijo con una sonrisa amarga –Solamente sabrá que en un determinado momento dejo de ser ella y se convirtió en yo- ronroneo, busco alejarse de el, pero no pudo hacerlo, comenzaba a sentir que su sangre hervía por sentirse tan presa en los brazos de alguien. –Joder…! ¿Me sueltas?- pregunto gruñendo. Eran dos seres que no era bueno estar juntos, sus personalidades pedantes y egocéntricas los hacían enemigos potenciales, no había ningún equilibrio o algo en donde pudieran simplemente llegar a un acuerdo, porque su orgullo nunca los dejaría.
Lo sintió cerca de ella, el cuerpo comenzó a sentir un miedo terrible, pero aun así eso no afecto a anastasia, iba a retroceder un poco pero prefirió quedarse en ese lugar con los labios medio fruncidos y un rostro serio. Sintió como el mentón le era alzado, se limito a dejar salir un leve gruñido. -¿Qué…?- se sorprendió al notar sus labios sobre los de ella, quiso alejarse, pero este era obviamente más fuerte y no parecía querer ocultarlo, la apego a su cuerpo, aunque ella quisiera lo contrario, las manos de ella se situaron en los hombros, mientras en un intenso vano y sinceramente nada productivo buscaba alejarse de ese frio cuerpo.
Pero ya las garras la habían sujetado bien, podía sentir la presión en sus caderas mientras él seguía jugando aunque ella se resistiera, a lo mejor hasta aquello le gustaba, que hubiera resistencia en aquella mujer. Katiuska era claramente diferente, si la hubiera besado se hubiera quedado quieta hasta que los deseos de su amo hubieran sido satisfechos, hasta el momento de sentir que podía reprochar algo, por el contrario de Anastasia, ella luchaba, reprochaba si no le agradaba algo, no se quedaba quieta como su contraria.
Dejo salir un jadeo cuando sintió que sus labios habían sido soltados por fin –Ah… maldito- se quejo al momento que se estaba limpiando los labios con el dorso de su mano –Tranquilo, es muy poco probable que recuerde algo de lo que paso…- le dijo con una sonrisa amarga –Solamente sabrá que en un determinado momento dejo de ser ella y se convirtió en yo- ronroneo, busco alejarse de el, pero no pudo hacerlo, comenzaba a sentir que su sangre hervía por sentirse tan presa en los brazos de alguien. –Joder…! ¿Me sueltas?- pregunto gruñendo. Eran dos seres que no era bueno estar juntos, sus personalidades pedantes y egocéntricas los hacían enemigos potenciales, no había ningún equilibrio o algo en donde pudieran simplemente llegar a un acuerdo, porque su orgullo nunca los dejaría.
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