Las mil y una noche... [Privado]

por **Destiny Dupriê** Miér Jul 11, 2012 12:30 am

El reloj de la gran biblioteca marco las doce en punto, medio día en Paris, con un suspiro mi cuerpo se tenso como si de una alerta se tratara, no me sentía segura hacia ya varios meses desde mi llegada que venía sintiendo aquel vacio en mi interior, un vacio que no era nada más ni nada menos que simple miedo. ¿A que le temes Destiny? Me pregunte y pasando mis dedos por los libros de aquellas estanterías comencé a buscar la respuesta a esa pregunta que mi cabeza había formulado, mis hombros tensos, como tabla no me daban tregua en mi estomago sentía los estragos a esos nervios que parecían comer mi interior y mi cabeza confundida por las palabras intentaba recordar, sus palabras… pero aun cuando me las sabía de memoria tome con mi mano libre la hoja arrugada por las veces que la había sacado e intentado descifrar.

Gata:

Shahriar es quien maneja las piezas del juego,
Quien manda en este laberinto del que querrás nunca salir,
No aceptare traiciones ni mal amores
Porque ya existen CUARENTA ladrones
Porque en la CUEVA de tus sentimientos estas escondida…
Como la hija prodigio que ha sido regalada al Sultán Shahriar

¿Dime si MIL veces te digo mi nombre te lo aprenderás?

El juego comienza… y tendrás que buscar, te estoy observando mi querida gata hace dos días te vi en el café, vestida con ese traje color turquesa que tanto te gusta. Lo sé, es tu color favorito.

Mi Sherezade ¿Qué cuento tienes para mi esta noche?

B

A B. a esa simple letra era a lo que le temía, por que el, movía mis pasos como si de una marioneta se tratara, me caromomia la cabeza no saber quién era hasta me provocaba una obsesión por sus palabras, cada letra de su puño lo describía, si aquel hombre era de temer su perfecta caligrafía mostraba la grandeza de sus actos. Un escalofríos recorrió mi cuerpo, aun mirando aquella hoja volví a leer, alguna vez escuche esos nombre, algo parecido, pero no sabía dónde. Mis hermanos siempre me leían antes de dormir, libros, eso era lo único que se me venía a la cabeza, tenía que buscar ese libro. B sabia de mi pasado tanto como de mi presente aquello me estaba matando lentamente. Pero, quería conocerlo, ansiaba ver sus ojos y preguntarle algo tan simple como ¿Por qué? Había con una pluma encerrado los nombres y las palabras con mayúsculas, pero nada, arme mil oraciones, mil formas y nada.

Luego de terminar la sexta estantería de libros acoplados por autor, camine por uno de los pasillos, hacia una de las mesas de las cual una lámpara medianamente encendida daba un poco de luz, tomando asiento en aquella silla de cuero, deje mi cuerpo caer como si abatida estuviera. El silencio de inmediato me abrazo, tenía que concentrarme y la única forma que podía hacerlo en ese momento donde la paranoia se apoderaba de mi era el silencio. Con los ojos cerrados comencé a sentir, a oír los pasos a mi alrededor, la respiración pausada de algunas personas que merodeaban por ahí, mi sentido de alerta afloraba en esos momentos, con las manos en la cabeza me deje llevar, hice que mis instintos felinos afloraran, que mi mente se abriera y las palabras comenzaron a llegar los recuerdos de esos días felices las imágenes tan presentes pero confusas...

Destiny esta noche hay otra historia – dijo mi hermano mayor me encontraba acostada mi nana cepillaba mi cabellera larga y rubia, mis ojos abiertos de par en par por la emoción y la sonrisa traviesa en mi rostro infantil mostraba la alegría - ¿Qué cuento habrá hoy?- pregunte la voz tan fina como la nota más aguda de un violín salieron de aquellos mis pequeños labios – Ali babá y los cuarenta ladrones - dijo el tomando el gran libro entre sus manos – ¿y es tan largo? – mis palabras ingenuas… - No, es un cuento… en otro cuento… mil y un se dice que son… mas yo no sé…

Abrí apresurada mis ojos, esa era la clave… ese libro, pensé, tan solo quedaba recordar cuál era el titulo de aquel que mas de mil hojas tenia y tan antiguo como el mismo eran cuentos en un cuento…

por **Hunter Vaughan** Lun Feb 04, 2013 5:14 pm

— ¡Ah, allí estás! Sabía que eras tú. — Exclamé, sin poder contener la alegría que me invadía al visualizar al fin, y después de tanto tiempo, a una de mis mejores amigas. Se trataba de Destiny Dupriê, un rubia vivaracha que irradiaba elegancia por donde se le viese y que yo había conocido años atrás, y por qué no decirlo, en quien había intentado refugiarme luego de mi inminente divorcio. Lo nuestro no funcionó, cosas del destino; por suerte pude conservarla como amiga y esperaba que ella siguiera considerándome como tal. Era tanto el regocijo que sentía por volver a verla que no pude aguantarme las ganas de darle un abrazo. Me abalancé sobre ella con el ímpetu digno de un chiquillo, obligándole a ponerse de pie y rodeándola con mis brazos, presionando mi cuerpo contra el suyo con esa fuerza que no significaba otra cosa más que el júbilo que se desbordaba en mi ser, sellando nuestro encuentro con ese gesto de cariño.

— Percibí tu perfume cuando cruzaste la Avenida Maine. Estaba allí, bebiendo un café en uno de los pequeños locales. Sabía que podría reconocer ese aroma a miles de kilómetros, y no me equivoqué. — Intenté explicarle para que fuera capaz de comprender cómo era que había llegado justo al lugar donde ella se encontraba y que viera que, aunque pareciera obra de una fuerza suprema, se debía más que nada al destino y a mi don con el olfato. Dejé de hablar cuando la sentí rígida bajo mi cuerpo, y me aparté suavemente, recapacitando y deduciendo tardíamente que tal vez ella estaría abrumada y desconcertada con verme luego de tanto tiempo. — Discúlpame, es sólo que me entusiasma tanto volver a verte. — Retrocedí dos pasos para dejarle respirar luego de mi descortés abrazo.

Hasta ese momento, me dio la impresión de que Destiny no se había percatado de lo que estaba ocurriendo. Estaba tan ensimismada, tan perdida en su propio mundo que, sinceramente, dudaba que pudiera incluso reconocerme o que hubiera sentido el abrazo que con tanto fervor acababa de darle. Su actitud tan fría e indiferente no llegó a ofenderme, pero sí me pareció algo digno de no dejar pasar. ´Puse especial atención en sus ojos; su mirada estaba perdida más no apagada, en sus pupilas parecía brillar el fuego de la excitación, más algo me decía que no se debía a nuestro encuentro, sino a otra cosa. ¿Pero qué cosa? No, no me quedaría con la duda, no después de presenciar lo que eso provocaba en ella.

— ¿Qué ocurre? Parece como si hubieras visto a un muerto. Estás tan pálida… — Pregunté alzando la voz, sólo así sería capaz de captar, por primera vez, la atención de mi amiga. Lamentablemente no pareció dar demasiados resultados. Ella seguía tan absorta que empecé a sentir temor de que algo muy malo le estuviera ocurriendo. Por suerte ahora no estaba sola, yo estaba dispuesto a ayudarle en cualquiera que fuese el problema. Di un paso al frente y pude notar que sostenía un trozo de papel entre las manos. Desde mi ángulo distinguí una elegante caligrafía pero no fui capaz de leer lo que allí estaba escrito y no podía ser tan grosero y arrebatárselo de las manos para descubrirlo. Algo me decía que el contenido de ese papel era el culpable de la extraña conducta de Destiny.

— ¿Destiny? ¿Te encuentras bien? — Insistí, esta vez posando una de mis manos sobre la suya para ver si el contacto físico podía volverla a entrar en sí y sacarla de ese letargo en el que se encontraba. — ¿Qué es eso? — Mis ojos volvieron a posarse sobre el papel y ya no pude contener más la curiosidad que me invadía. Algo andaba mal, muy mal.

por **Destiny Dupriê** Miér Mayo 22, 2013 4:06 pm

En blanco, mi mente quedo en blanco recordando la tapa de aquel libro, la llave a una puerta desconocida cualquier cosa que tuviera que ver con Black me exaltaba y no era menos después del último encuentro con Akim, todas las piezas de un tablero de ajedrez parecieron moverse a mi favor, pero sabía muy en el fondo que era una estrategia de B para mantenerme alerta. Sentí como mi cuerpo era abrazado, pero no podía reaccionar mi corazón latía a mil por hora desde mis entrañas trate de controlar los choques eléctricos que sentía con tan solo pensar en el que podría ser mi castigo. No, a mí nadie me castigaba ni mucho menos me encerraría, la imagen se volvió ms clara las palabras rebotaban en mi cabeza pero no podía distinguir lo que decía, apreté los ojos con fuerzas sabía que estaba ahí, su perfume embriagador era inconfundible, lentamente y en una eternidad en ese segundo volví a la biblioteca de Paris, el calor de su piel me despertó, despertó al gatito domestico que había en mi alma, la sonrisa en mi rostro se pintaba al momento que mis ojos lo veían como la primera vez, alto, cautivador, demasiado elegante y con esa capacidad de robar suspiros de cualquiera. Mi impulso fue más y sin ninguna palabra en mis labios le di un abrazo efusivo, cerré mis ojos e inspire para calmar lentamente calmar a mi interior. – Una carta – no sabía que decir, empezar por lo último era lo mejor.

Me aleje de él soltándolo como si fuera una pecadora, como si de verdad me estuviera observando, un escalofríos recorrió mi espalda engrifando cada bello diminuto que había en mi piel, mi cabeza giro en una dirección y sentí miedo, apreté con fuerzas el papel que sostenía – Bien… - mire sus ojos, tan brillantes como siempre, no podía mentir a el no – Me vigilan – susurre, no podía creer que estuviera diciendo aquello, pase saliva ¿Desde cuándo era una paranoica?, mi subconsciente gritaba “Desde el encuentro con Akim”, le tendí la nota a Hunter, mi amigo, mi compañero de profesión un amante antiguo alguien que tal vez podría ayudarme o peor, podría ser mi desgracia en ese segundo.

Sabía que no entendería que se trataba este juego, pero no sabía cómo empezar, como decirle que me había metido en un laberinto sin salida y peor, que no tenía escapatoria. Muy a mi pesar Black me manejaba y me dolía admitir que era verdad. – Mira donde nos encontramos – suspire calmando mi interior que agitado y alerta permanecía. Una sombra aparecí por una de los estantes, mi cuerpo se tensó mis pulmones comenzaron arder por dentro, mi garganta quemaba aguante la respiración no quería que me oyera, NO – Necesito aire – afirme el brazo de Hunter de manera fuerte o tal vez con un poco de debilidad. Mi cabeza daba vueltas, Black, me estaba siguiendo lo sabía. – Es peligroso que nos vea – dije casi sin aliento.

¡Que mierda me pasa! Desde cuándo que me importaba, no, no Hunter, no, que estaba haciendo, parecía perder la cabeza, ¿o tal vez ya la había perdido? Di un paso para perderme en la oscuridad no sin antes llevarme conmigo a Hunter y la carta. ¿Qué hago? Lentamente perdía mi equilibrio, me desorientaba, mis instintos iban corriendo como gacelas y me quedaba ahí estancada como un árbol echando raíces. Las letras me daban vuelta en la cabeza, los acertijos tenían un rostro que se escondía tras una sonrisa burlona, aquellos dedos manchados con tinta y esos ojos ¡DIOS! Quería conocer al dueño de esa caligrafía, al que parecía adueñarse de mí. Me detuve sin previo aviso – Pensaras que enloquecí – sonreí de medio lado, continúe hasta llegar a medio pasillo. En la oscuridad nadie nos vería – Estoy perdiendo el control de mis actos – pase saliva nerviosa, últimamente necesitaba de mi anestesia más que nunca, no podía controlar mis impulsos maniáticos de control, tan solo cerré los ojos apretándolos con fuerzas, la angustia crecía en mi interior mientras la oscuridad me ocultaba y su aroma me abrazaba…

OFF: Al fin!!! disculpa por la gran demora - se siente pesimo - mas vale tarde que nunca o no?... bueno de a poco te voy respondiendo lo que te debo

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