AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Incesto [Privado]
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Incesto [Privado]
Incesto
Y la noche cayó bajo un manto de pasional lujuria, buscó los labios de su hermana, sus dientes, con irritante terquedad, un ligero temblor, un breve escalofrío, entrechocaban y su figura fue borrándose, disuelta en la penumbra familiar de un cuarto, su cuarto.
Los sudorosos cuerpos respiraban como uno sólo, sus sábanas de loco vio alzar la desnudez de ella, su húmedo olor, la longitud del tacto. Buscó sin dedos la boca deseada, la carne herida del amor y el delirio, la claridad oscura del pecado, sus ojos y aquellos ojos y algo más. Besó sus labios en sus propios labios y sintió arder la sal de su saliva.
El movimiento constante de ambos, la mujer como aullando en el último espasmo. Con asombro, bajo la luz mortecina de la habitación, aquella lampara testigo del amor prohibido era una cómplice de algo que jamás pudo imaginarse, un estertor sin ruegos y sin llanto. La agonía de contemplar el bochornoso acto sacrílego de ambas posesiones carnales.
Pensamientos profanos el uno del otro, excitaciones imparables olvidando el sentido común, el estereotipo social. Que nada valen entre las sábanas, entre el sonido de la cama que como la cuerda de un piano emite la vibración del amor, la orquesta salida de los labios de ella, de las palabras de él.
Una cópula que sangra los ojos de Dios, lágrimas que condenan las almas. Un llanto opacado por sus gemidos, la negación de su propia sangre. El descuido de dos enamorados, que se ven, se besan... se aman.
Los hermanos amantes...
Última edición por Derek Van Wijs el Miér Nov 14, 2012 9:26 pm, editado 1 vez
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Lunes 20 del siglo XVIII
Cuatro días después de la Redada en París
Cuatro días después de la Redada en París
Y al fin despertó, Derek abrió los ojos con pesadez, como si le faltara sueño.
Crystall se alegró, pero no se acercó. Ella se mantuvo sentada junto al alféizar, con sus delicadas manos blancas descansando en su regazo. Llevaba puesto un vestido exquisito de seda color verde esmeralda de un solo juego y un sombrero primaveral de un tono más oscuro que no ocultaba para nada el delgado rostro de Crystall.
Su hermano no se movía, Crystall percibió que se encontraba triste y aunque tratase de descifrar el laberinto del porqué no hallaba una salida; aunque claro, ella podía equivocarse y él solamente estaba agotado, adolorido, con lo miembros torpes y sin reacción, despues de todo había dormido por varios días.
Crystall sacó de un bolsillo el reloj que ella dio a su hermano, recordó aquel invierno, cuando él era un adolescente y ella una niña, el regalo que ella le hizo, el reloj de bolsillo con el nombre grabado de “Derek” acompañado del orgulloso apellido que los distinguía “Van Wijs”. Y el simple hecho de que él hubiera conservado el reloj después de tantos años casi la hizo llorar; mas no lo hizo, suspiró. Luego se le llegaron las palabras de aquel hombre que le entregó y esta vez Crystall soltó un par de rebeldes lágrimas.
Se sentía aliviada, el hecho de que su hermano viviera le reconfortaba, ahora él era lo único que tenía. Dalma se había ido de este mundo terrenal, Ruggero Rosso la despojó de su vida fantasmal, enviandola a otro plano y aunque Crystall sentía un profundo odio al inquisidor controlaba su sed de venganza. Estaba decidida a algo, cumplir la última voluntad de su amada amiga Dalma y con eso, regresar a la vida, ser oficialmente Crystall Van Wijs.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Una pesadilla, sueños horrendos que atormentaban la mente del mago, él, atrapado en un mundo sin salida en el limbo de la inconsciencia. Sin poder salir, un agujero de eterna oscuridad. ¿La muerte? ¡No, algo peor! Un coma inescrutable.
La tortura de los últimos y fatídicos recuerdos de un alma lastimera, una función, aquella función, el callejón y el arma asesina. Aquel monstruo plateado que rugió inspirado por la mano de su amo. Del inquisidor que había acudido a su llamado, al grito desesperado de un cobarde, un osado mago cuya magia rompía las reglas de los brujos.
Y no sólo era el tormento de ver y repetir la escena. Como el péndulo repite sus movimientos en un reloj. También el dolor y el frío invadieron el cuerpo dormido, en un abrazo mortal, cuando él tirado en el suelo derramaba la sangre, como en una fuga de un tanque de agua. Un rio de lamentos que conducen a la parca a su destino. Un cuerpo moribundo que será llevado al reino de los muertos.
El rostro, la sonrisa del malvado. Esa perversidad del humano que cumple su vil deseo. La malicia de un pecado, el inquisidor con el dedo en el gatillo, acariciando al verdugo, como la amante del diablo.
Y llega una efímera tranquilidad, la voz de un ángel. Una silueta que con trabajos a los ojos moribundos, distinguen la figura de su hermana.
La frustración que apuñala la esperanza. El inquisidor que abandona al mago, el perro cazador que se abalanza sobre el conejo. El tierno animal que sube a la montaña, en un refugio al asalto mortal.
Despertó, la pesadilla terminaba con los ojos abiertos de Derek; se encontraba en su habitación, estaba bañado y perfumado. Vestía su pijama de lana color ocre pero no se movió.
Se mantuvo allí, mirando el techo, con ojos temerosos a que se tratara de otro sueño cruel, el arte de la habitación, el mural de los ángeles que le contemplaban desde arriba, como si mirase el verdadero cielo.
Había un cansancio en su cuerpo y sintió que no le sería fácil moverse, así que no lo intentó.
En lugar de eso, convencido de que Derek vivía, que sus ojos que a ángeles miraban no le mentían. Se encaprichó con un sólo deseo. Buscar a su hermana, impulsado por la droga de su determinación reunió fuerzas y valor, parando medio cuerpo y la vio... Su hermana en el alfeizar.
—¿Crystall?—
La tortura de los últimos y fatídicos recuerdos de un alma lastimera, una función, aquella función, el callejón y el arma asesina. Aquel monstruo plateado que rugió inspirado por la mano de su amo. Del inquisidor que había acudido a su llamado, al grito desesperado de un cobarde, un osado mago cuya magia rompía las reglas de los brujos.
Y no sólo era el tormento de ver y repetir la escena. Como el péndulo repite sus movimientos en un reloj. También el dolor y el frío invadieron el cuerpo dormido, en un abrazo mortal, cuando él tirado en el suelo derramaba la sangre, como en una fuga de un tanque de agua. Un rio de lamentos que conducen a la parca a su destino. Un cuerpo moribundo que será llevado al reino de los muertos.
El rostro, la sonrisa del malvado. Esa perversidad del humano que cumple su vil deseo. La malicia de un pecado, el inquisidor con el dedo en el gatillo, acariciando al verdugo, como la amante del diablo.
Y llega una efímera tranquilidad, la voz de un ángel. Una silueta que con trabajos a los ojos moribundos, distinguen la figura de su hermana.
La frustración que apuñala la esperanza. El inquisidor que abandona al mago, el perro cazador que se abalanza sobre el conejo. El tierno animal que sube a la montaña, en un refugio al asalto mortal.
Despertó, la pesadilla terminaba con los ojos abiertos de Derek; se encontraba en su habitación, estaba bañado y perfumado. Vestía su pijama de lana color ocre pero no se movió.
Se mantuvo allí, mirando el techo, con ojos temerosos a que se tratara de otro sueño cruel, el arte de la habitación, el mural de los ángeles que le contemplaban desde arriba, como si mirase el verdadero cielo.
Había un cansancio en su cuerpo y sintió que no le sería fácil moverse, así que no lo intentó.
En lugar de eso, convencido de que Derek vivía, que sus ojos que a ángeles miraban no le mentían. Se encaprichó con un sólo deseo. Buscar a su hermana, impulsado por la droga de su determinación reunió fuerzas y valor, parando medio cuerpo y la vio... Su hermana en el alfeizar.
—¿Crystall?—
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
—¿Crystall?— hubo dicho su hermano y ella asintió con una sincera sonrisa y así le dijo—deberías descansar un poco más, aunque...— y se puso en pie. Caminó lentamente hacia Derek y se sentó junto a él, llevó su mano derecha al cabello de su hermano y jugueteó con éste. —Me gustas más despierto— concluyó, besando la frente de Derek.
—¿Qué te orilló a romper las reglas no sólo de nuestro padre, sino también de brujos y gitanos que se ganan la vida con sus poderes?— le reprochó y con molestía le miraba.
Pero Derek no respondió, en vez de eso sonrió. Aquello no fue gracia para Crystall y sin más le abofeteó y se echó a sus brazos. Ambos cayeron en la cama. Su hermano la tomó en un abrazo fraternal, acarició el cabello de ella y finalmente besó su frente.
A Crystall el cabello se le había alborotado, respiró con alivió y se recostó junto a su hermano. Se contagió del calor de éste y continuó hablándole de esta forma —me alegra mucho saber que ya estás mejor, volvemos a estar juntos hermano— así le dijo, la hermana llevó una de sus manos al pecho de Derek y condujo sus dedos por todo el pecho , el torso y los hombros. Evitando la herida ya cicatrizada.
Su hermano no decía más, sólo mantenía acariciando el cabello de ella, colando sus manos por entre el pelo, sintiendo el cuero cabelludo y estimulándolo de forma inocente. Sin buscar la perversión.
La bruja cerró los ojos evocando su pasado y casi se echa a llorar. Descansó su rostro en el pecho de su hermano y con cariño le dijo —¡Te quiero!— y abrazó a su hermano besándole el pecho.
—¿Qué te orilló a romper las reglas no sólo de nuestro padre, sino también de brujos y gitanos que se ganan la vida con sus poderes?— le reprochó y con molestía le miraba.
Pero Derek no respondió, en vez de eso sonrió. Aquello no fue gracia para Crystall y sin más le abofeteó y se echó a sus brazos. Ambos cayeron en la cama. Su hermano la tomó en un abrazo fraternal, acarició el cabello de ella y finalmente besó su frente.
A Crystall el cabello se le había alborotado, respiró con alivió y se recostó junto a su hermano. Se contagió del calor de éste y continuó hablándole de esta forma —me alegra mucho saber que ya estás mejor, volvemos a estar juntos hermano— así le dijo, la hermana llevó una de sus manos al pecho de Derek y condujo sus dedos por todo el pecho , el torso y los hombros. Evitando la herida ya cicatrizada.
Su hermano no decía más, sólo mantenía acariciando el cabello de ella, colando sus manos por entre el pelo, sintiendo el cuero cabelludo y estimulándolo de forma inocente. Sin buscar la perversión.
La bruja cerró los ojos evocando su pasado y casi se echa a llorar. Descansó su rostro en el pecho de su hermano y con cariño le dijo —¡Te quiero!— y abrazó a su hermano besándole el pecho.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Las acaricias inocentes de dos cuerpos, las mentes sanas que no piensan en perversión. Los Van Wijs, los hermanos que se reencontraron allí tendidos en una cama, su cama.
La pesadilla había terminado, ahora la felicidad vestida de verde le acompañaba, compartían calor. Y aquellas manos de ella que se movían por el pecho, el torso y los hombros. Evitando la sanada herida que a la parca había invocado. Iban de un lado a otro, como los nómadas que en un lugar no se establecían, sino, llegaban y se marchaban, como ahora los gitanos.
Y él llevó su mano a la barbilla de ella. —¡Te quiero!— susurró en respuesta a algo que nada era parecido a una interrogativa. Abandonó sin intención la barbilla y como si a la mano le llamaran anduvo por las mejillas hasta que se posó en la nuca.
La hermana, la mujer que tocaba el cuerpo semi-desnudo de su hermano, ahora sentía un cosquilleo en su cabeza, una excitación que no quiso reconocer y él, provocando la, sin medir sus intenciones. Olvidaba que no era más una niña, que las caricias corporales encendían una pasión que a los muertos despertaba. Y ella, allí miraba a su hermano, allí continuaba tocándole, allí esperaba su respuesta.
—Lo siento hermana pero...— dijo y retiró sus manos del cuerpo de Crystall, ella lo miraba con ruegos de que continuara, ¿imploraciones dedicadas a la información o el deseo de las caricias en su cuerpo? No lo sabía, la mirada de Crystall nada le decía a Derek. Mas ella sí que lo sabía.
Nuevamente las visiones, aquellas tormentosas imágenes más antiguas que el pasado jueves, más dolorosas y que a los ojos lágrimas les roba. La frontera sur de Holanda, las cabezas empaladas, los rostros sufridos de éstas, la sentencia a la brujería, el arte de la Inquisición decorando los puntiagudos palos con los Van Wijs.
Derek pretendía saltar la conversación, olvidar su propio llanto ante los rostros de su sangre mirándole con agonía de creer escuchar esos gritos, esos llantos. La injusticia a su madre, a sus hermanos que nada de brujería sabían. El orgulloso rostro de papá, que aún en la estaca se mantenía firme, valiente. Aquella valentía que a Derek le faltó y su hermana. El rostro indiferente de Crystall, inexpresivo para cualquier ojo. La cabeza falsa que hasta a su hermano pudo engañar. Y eso a Derek le llenaba de curiosidad, —¿cómo fue qué..?— Le quería preguntar, mas sabía que Crystall esperaba respuestas, no preguntas y ella no cedería si antes no lo hacía él.
—Los creí muertos...— fue como el hermano comenzó. —Vi las cabezas de todos allí, empaladas en la frontera de Holanda. Era obra de la inquisición y por todo el reino se escuchó la noticia. Como perros los inquisidores invadieron Amsterdam y ahí estaba yo. Marchando al norte con lo que quedaba de los rezagados brujos holandeses que a nadie hacíamos daño, mas a la iglesia nada le importó. Busqué y busqué pero a ningún Van Wijs encontré, la inquisición ya los había hallado. Sin hogar ni destino mendigué. Hasta que conocí a Estela, una gitana al norte de Suiza—.Y allí Derek hizo su primer pausa, estaba sonriendo y se percató que su hermana mucho le interesó ver a su hermano sonreír.
—Un romance más que una relación, terminó tan rápido como empezó y volví a mendigar. Entonces vino aquel sueño, tu me invitabas a continuar mi carrera artística e impulsado por mis deseos volví al espectáculo. Tal como nuestro padre nos había enseñado, monté un show sencillo, con magia discreta, nada descabellado; usando objetos físicos y moderada ilusión. Por años me llenó pero de pronto. Todo me pareció tan efímero, tan banal. Me sentía solo y ninguna compañía satisfacía ese deseo— y se detuvo, su hermana lo había silenciado llevando su indice a los labios del hermano.
La pesadilla había terminado, ahora la felicidad vestida de verde le acompañaba, compartían calor. Y aquellas manos de ella que se movían por el pecho, el torso y los hombros. Evitando la sanada herida que a la parca había invocado. Iban de un lado a otro, como los nómadas que en un lugar no se establecían, sino, llegaban y se marchaban, como ahora los gitanos.
Y él llevó su mano a la barbilla de ella. —¡Te quiero!— susurró en respuesta a algo que nada era parecido a una interrogativa. Abandonó sin intención la barbilla y como si a la mano le llamaran anduvo por las mejillas hasta que se posó en la nuca.
La hermana, la mujer que tocaba el cuerpo semi-desnudo de su hermano, ahora sentía un cosquilleo en su cabeza, una excitación que no quiso reconocer y él, provocando la, sin medir sus intenciones. Olvidaba que no era más una niña, que las caricias corporales encendían una pasión que a los muertos despertaba. Y ella, allí miraba a su hermano, allí continuaba tocándole, allí esperaba su respuesta.
—Lo siento hermana pero...— dijo y retiró sus manos del cuerpo de Crystall, ella lo miraba con ruegos de que continuara, ¿imploraciones dedicadas a la información o el deseo de las caricias en su cuerpo? No lo sabía, la mirada de Crystall nada le decía a Derek. Mas ella sí que lo sabía.
Nuevamente las visiones, aquellas tormentosas imágenes más antiguas que el pasado jueves, más dolorosas y que a los ojos lágrimas les roba. La frontera sur de Holanda, las cabezas empaladas, los rostros sufridos de éstas, la sentencia a la brujería, el arte de la Inquisición decorando los puntiagudos palos con los Van Wijs.
Derek pretendía saltar la conversación, olvidar su propio llanto ante los rostros de su sangre mirándole con agonía de creer escuchar esos gritos, esos llantos. La injusticia a su madre, a sus hermanos que nada de brujería sabían. El orgulloso rostro de papá, que aún en la estaca se mantenía firme, valiente. Aquella valentía que a Derek le faltó y su hermana. El rostro indiferente de Crystall, inexpresivo para cualquier ojo. La cabeza falsa que hasta a su hermano pudo engañar. Y eso a Derek le llenaba de curiosidad, —¿cómo fue qué..?— Le quería preguntar, mas sabía que Crystall esperaba respuestas, no preguntas y ella no cedería si antes no lo hacía él.
—Los creí muertos...— fue como el hermano comenzó. —Vi las cabezas de todos allí, empaladas en la frontera de Holanda. Era obra de la inquisición y por todo el reino se escuchó la noticia. Como perros los inquisidores invadieron Amsterdam y ahí estaba yo. Marchando al norte con lo que quedaba de los rezagados brujos holandeses que a nadie hacíamos daño, mas a la iglesia nada le importó. Busqué y busqué pero a ningún Van Wijs encontré, la inquisición ya los había hallado. Sin hogar ni destino mendigué. Hasta que conocí a Estela, una gitana al norte de Suiza—.Y allí Derek hizo su primer pausa, estaba sonriendo y se percató que su hermana mucho le interesó ver a su hermano sonreír.
—Un romance más que una relación, terminó tan rápido como empezó y volví a mendigar. Entonces vino aquel sueño, tu me invitabas a continuar mi carrera artística e impulsado por mis deseos volví al espectáculo. Tal como nuestro padre nos había enseñado, monté un show sencillo, con magia discreta, nada descabellado; usando objetos físicos y moderada ilusión. Por años me llenó pero de pronto. Todo me pareció tan efímero, tan banal. Me sentía solo y ninguna compañía satisfacía ese deseo— y se detuvo, su hermana lo había silenciado llevando su indice a los labios del hermano.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
A Crystall las caricias le estaban provocando algo especial, diferente. Después de tantos años volvía a sentirse amada. Su hermano la mimaba y apenas recordaba lo que le había preguntado a su hermano, empezaba a no importarle.
Derek llevó la mano a la nuca de ella y casi le hizo estremecerse, luchó consigo misma para no cerrar los ojos, no entregarse al deseo que la estimulación le estaba sugiriendo. El calor pasional de mujer comenzaba a avivarse y entonces las caricias terminaron, las manos de Derek abandonaron el cuerpo de su hermana y él comenzó a responder.
Y Crystall se debatía –¿quiero seguir escuchandole o mejor que continúe...? ¡Por el amor de Dios mujer, en que estás pensando que es tu hermano!– y casi no ponía atención. Crystall comenzó a recordar, su primera y única relación. Un hombre que la había traicionado y Crystall a sí misma se decía. –Mi hermano nunca me haría daño– y entonces lo miró como nunca lo había hecho y afirmaba –Es atractivo... Y mucho-
Y Derek continuaba e hizo una pausa luego de que esto declarara —hasta que conocí a Estela, una gitana al norte de Suiza—. Crystall le dedicó una sonrisa, y para ella reprochó lo siguiente –vaya al menos él volvió a amar– y eso le deprimió. Pero no cedió a la tristeza y mantuvo la sonrisa para que su hermano continuase.
Estaba vez estaba totalmente concentrada a lo que decía su hermano, ya era algo tarde y de hecho la comida no tardaría en estar servida así que en cuanto encontró la ocasión Crystall detuvo el relato de su hermano, posó su dedo indice en la boca y se levantó.
Su hermano no dijo más, comprendió que Crystall ya no quería escucharle, mas ella miró por la ventana, era verano y los rayos del sol bañaban el sillón de cogines de seda color oliva; no había aire afuera por lo que las ramas de los abedúles no danzaban. Crystall cerró sus ojos y respiró profundamente por la nariz. Alzó su brazos en una pose de cruz. Fue entonces que su hermano la tomó por detrás. Ella no se asustó, ni siquiera se asombró, no, sólo sonreía. Derek posó su cabeza en el hombro derecho de ella, era más alto por supuesto, pero los tacones de ella los distanciaba a apenas cinco centímetros de diferencia. El tiempo se perdió para ella, se mantuvieron allí, sin hablar ni hacer nada indifinidamente.
Crystall rompió la pose llevando sus manos a la cabeza de su hermano mientras se daba la vuelta lentamente, hasta que finalmente cruzó sus brazos por entre la nuca de Derek. Ambos se miraban, sonrientes, felices.
—Si no te importa hermano tomaré un baño— así le habló cuando entre sus brazos estaba y le besó la mejilla de forma fraternal, o al menos así lo noto Derek. Abandonando el cuerpo de su hermano caminó hasta la manpara, se fue desvistiendo y antes de mostrar su desnudez de esta forma le dijo a su hermano. —Vale Derek de niños nos vimos desnudos, pero ya no lo somos...— y Derek comprendió, se sonrojó y salió de la habitación.
Allí se quedó Crystall detrás de la mampara, completamente desnuda y totalmente confundida.
Derek llevó la mano a la nuca de ella y casi le hizo estremecerse, luchó consigo misma para no cerrar los ojos, no entregarse al deseo que la estimulación le estaba sugiriendo. El calor pasional de mujer comenzaba a avivarse y entonces las caricias terminaron, las manos de Derek abandonaron el cuerpo de su hermana y él comenzó a responder.
Y Crystall se debatía –¿quiero seguir escuchandole o mejor que continúe...? ¡Por el amor de Dios mujer, en que estás pensando que es tu hermano!– y casi no ponía atención. Crystall comenzó a recordar, su primera y única relación. Un hombre que la había traicionado y Crystall a sí misma se decía. –Mi hermano nunca me haría daño– y entonces lo miró como nunca lo había hecho y afirmaba –Es atractivo... Y mucho-
Y Derek continuaba e hizo una pausa luego de que esto declarara —hasta que conocí a Estela, una gitana al norte de Suiza—. Crystall le dedicó una sonrisa, y para ella reprochó lo siguiente –vaya al menos él volvió a amar– y eso le deprimió. Pero no cedió a la tristeza y mantuvo la sonrisa para que su hermano continuase.
Estaba vez estaba totalmente concentrada a lo que decía su hermano, ya era algo tarde y de hecho la comida no tardaría en estar servida así que en cuanto encontró la ocasión Crystall detuvo el relato de su hermano, posó su dedo indice en la boca y se levantó.
Su hermano no dijo más, comprendió que Crystall ya no quería escucharle, mas ella miró por la ventana, era verano y los rayos del sol bañaban el sillón de cogines de seda color oliva; no había aire afuera por lo que las ramas de los abedúles no danzaban. Crystall cerró sus ojos y respiró profundamente por la nariz. Alzó su brazos en una pose de cruz. Fue entonces que su hermano la tomó por detrás. Ella no se asustó, ni siquiera se asombró, no, sólo sonreía. Derek posó su cabeza en el hombro derecho de ella, era más alto por supuesto, pero los tacones de ella los distanciaba a apenas cinco centímetros de diferencia. El tiempo se perdió para ella, se mantuvieron allí, sin hablar ni hacer nada indifinidamente.
Crystall rompió la pose llevando sus manos a la cabeza de su hermano mientras se daba la vuelta lentamente, hasta que finalmente cruzó sus brazos por entre la nuca de Derek. Ambos se miraban, sonrientes, felices.
—Si no te importa hermano tomaré un baño— así le habló cuando entre sus brazos estaba y le besó la mejilla de forma fraternal, o al menos así lo noto Derek. Abandonando el cuerpo de su hermano caminó hasta la manpara, se fue desvistiendo y antes de mostrar su desnudez de esta forma le dijo a su hermano. —Vale Derek de niños nos vimos desnudos, pero ya no lo somos...— y Derek comprendió, se sonrojó y salió de la habitación.
Allí se quedó Crystall detrás de la mampara, completamente desnuda y totalmente confundida.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Los hermanos en un abrazo de dos amantes, él detrás de ella y ella sonriente con la mirada al alfeizar. Inocente el hermano que a la llama echaba el carbón y la hermana, no sabiendo, no queriendo que pensar. Se entregaba a la seductora figura del hombre. Que mostrando su torso definido y pectorales fuertes. La tomaba con delicadeza, como una mujer toma a una flor, así, con fragilidad. Derek descansaba su rostro en los hombros delgados.
—Si no te importa hermano tomaré un baño— cantó su hermana y como bailando una musa enfrentó los ojos de un sincero caballero. Derek le dejó ir. Crystall andaba, contoneando como seductora y la mirada de su hermano como perdida, fantaseando con ella. No, que no sea un sueño. Ay de mí que si lo es.
Y la hermana se desnudaba detrás de la mampara, clavando sus ojos en Derek. Y allí, mirandola como el vestido abandonaba esos blancos y delicados hombros. El collar abandonando el cuello, el moño de la cabeza perdiendo forma como lo hace un estambre que abandona su empaque. Y Crystall con una sonrisa —Vale Derek de niños nos vimos desnudos, pero ya no lo somos...—
Y Derek, apenado como un niño. Abandonó la habitación.
El largo pasillo de alfombra color ocre. De paredes claras y candelabros de oro. El metal que el hermano tanto amaba, su manía que conducía el camino de luz al rellano.
Las caricias, los abrazos evocaron al fin deseos. Derek comprendió su error, sus manos ingenuas tocaron el cuerpo de su hermana, como lo hacía con una mujer que a la cama llevaba. Y un escalofríos recorrió su cuerpo, de un frío que de pies a cabeza subía por la espalda y luego, el calor entre sus entrepiernas. En aquel bulto que a las mujeres da pasión y que a él placer.
Las lágrimas tempranas de su alma que sin conocer el futuro auguraban el pecado supremo, un incesto que los condenaría por siempre. Mas ella, no lo conocía y él, su alma comenzaba a entenderlo. Su poder premonición pronto lo atormentaría. Los deseos de morir le invadirían. Pero es un futuro que aún no llega.
La hermana tomando un baño y él medio desnudo caminó a una habitación contigua. Giró la perilla de oro e ingresó, continuó su andar al ropero y se dispuso a vestirse. Despreocupado fue despojándose de su pantalón y su ropa interior. Como adán en el paraíso mostraba a las paredes su desnudez, buscó su ropa con la calma de un anciano y finalmente seleccionó su traje de gala. Se calzó unas zapatillas de satín con moño verde, se colocó gemelos de oro y salió de la habitación, para ver en el rellano esperándole a Crystall.
—Si no te importa hermano tomaré un baño— cantó su hermana y como bailando una musa enfrentó los ojos de un sincero caballero. Derek le dejó ir. Crystall andaba, contoneando como seductora y la mirada de su hermano como perdida, fantaseando con ella. No, que no sea un sueño. Ay de mí que si lo es.
Y la hermana se desnudaba detrás de la mampara, clavando sus ojos en Derek. Y allí, mirandola como el vestido abandonaba esos blancos y delicados hombros. El collar abandonando el cuello, el moño de la cabeza perdiendo forma como lo hace un estambre que abandona su empaque. Y Crystall con una sonrisa —Vale Derek de niños nos vimos desnudos, pero ya no lo somos...—
Y Derek, apenado como un niño. Abandonó la habitación.
El largo pasillo de alfombra color ocre. De paredes claras y candelabros de oro. El metal que el hermano tanto amaba, su manía que conducía el camino de luz al rellano.
Las caricias, los abrazos evocaron al fin deseos. Derek comprendió su error, sus manos ingenuas tocaron el cuerpo de su hermana, como lo hacía con una mujer que a la cama llevaba. Y un escalofríos recorrió su cuerpo, de un frío que de pies a cabeza subía por la espalda y luego, el calor entre sus entrepiernas. En aquel bulto que a las mujeres da pasión y que a él placer.
Las lágrimas tempranas de su alma que sin conocer el futuro auguraban el pecado supremo, un incesto que los condenaría por siempre. Mas ella, no lo conocía y él, su alma comenzaba a entenderlo. Su poder premonición pronto lo atormentaría. Los deseos de morir le invadirían. Pero es un futuro que aún no llega.
La hermana tomando un baño y él medio desnudo caminó a una habitación contigua. Giró la perilla de oro e ingresó, continuó su andar al ropero y se dispuso a vestirse. Despreocupado fue despojándose de su pantalón y su ropa interior. Como adán en el paraíso mostraba a las paredes su desnudez, buscó su ropa con la calma de un anciano y finalmente seleccionó su traje de gala. Se calzó unas zapatillas de satín con moño verde, se colocó gemelos de oro y salió de la habitación, para ver en el rellano esperándole a Crystall.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Crystall paseó su cuerpo desnudo a la bañera, ella ya había tomado un baño así que sólo entraría, saldría, se vestiría y se perfumaría. –¿Por qué decir que se iba a bañar cuando no lo necesitaba?– A Crystall le costaba trabajo explicarlo.
Hizo todo cuanto pensó, el agua estaba caliente, las toallas previamente dispuestas limpias y perfumadas, volvió a caminar desnuda hasta la mampara y se puso un vestido verde, diferente al anterior, con tonalidades más oscuras y un juego de dos faldas. Tenía los hombros descubiertos, un collar de perlas de imitación y unos guantes blancos, que harían juego con las zapatillas que se ocultaban por debajo de las faldas de grandes y extrovertidos plieges. Luego Crystall caminó hasta la cómoda del cuarto y se perfumó con un costoso perfume que Line la asistente personal de Derek le compró.
Así salió Crystall, mostrando su belleza natural, sin corsé, sin resaltar su cuerpo, sin maquillaje y esperó a su hermano en el rellano.
Derek no tardó mucho en salir, y cuando lo hizo Crystall no pudo evitar sonreír. Su hermano caminó hasta ella y Crystall le ofreció su mano como una dama de alta sociedad. Derek la aceptó y juntos bajaron la escalera de forma circular.
Abajo ya los esperaban los asistentes de Derek y cuando vieron a los hermanos no sólo sonrieron, sino que, les hicieron una reverencia como si de grandes personajes de la realeza se tratasen.
—¡La cena está servida!— anunció Line.
Y los hermanos no desobedecieron, fueron conducidos hasta el comedor privado de Derek. Una estancia no muy grande, con un pequeña mesa exquisitamente tallada de caoba, a juego con cuatro sillas.
Pronto la mesa se llenó de alimentos, un gran ganso lucía en el centro, bañado en salsas y de un relleno por demás delicioso, le acompañaban frescas hogazas de pan y una ensalada de frutas. Derek mandó traer un vino y comenzaron a comer.
No comieron con prisa, a Derek le parecía que su hermana no había comido así desde mucho tiempo y la realidad era que tenía razón. No hablaron sólo comieron y al estar por terminar, Crystall rompió el silencio de esta forma —¡Hermano debemos de casarnos!—
Derek logró retener su bocado, tales palabras no las esperaba.
Hizo todo cuanto pensó, el agua estaba caliente, las toallas previamente dispuestas limpias y perfumadas, volvió a caminar desnuda hasta la mampara y se puso un vestido verde, diferente al anterior, con tonalidades más oscuras y un juego de dos faldas. Tenía los hombros descubiertos, un collar de perlas de imitación y unos guantes blancos, que harían juego con las zapatillas que se ocultaban por debajo de las faldas de grandes y extrovertidos plieges. Luego Crystall caminó hasta la cómoda del cuarto y se perfumó con un costoso perfume que Line la asistente personal de Derek le compró.
Así salió Crystall, mostrando su belleza natural, sin corsé, sin resaltar su cuerpo, sin maquillaje y esperó a su hermano en el rellano.
Derek no tardó mucho en salir, y cuando lo hizo Crystall no pudo evitar sonreír. Su hermano caminó hasta ella y Crystall le ofreció su mano como una dama de alta sociedad. Derek la aceptó y juntos bajaron la escalera de forma circular.
Abajo ya los esperaban los asistentes de Derek y cuando vieron a los hermanos no sólo sonrieron, sino que, les hicieron una reverencia como si de grandes personajes de la realeza se tratasen.
—¡La cena está servida!— anunció Line.
Y los hermanos no desobedecieron, fueron conducidos hasta el comedor privado de Derek. Una estancia no muy grande, con un pequeña mesa exquisitamente tallada de caoba, a juego con cuatro sillas.
Pronto la mesa se llenó de alimentos, un gran ganso lucía en el centro, bañado en salsas y de un relleno por demás delicioso, le acompañaban frescas hogazas de pan y una ensalada de frutas. Derek mandó traer un vino y comenzaron a comer.
No comieron con prisa, a Derek le parecía que su hermana no había comido así desde mucho tiempo y la realidad era que tenía razón. No hablaron sólo comieron y al estar por terminar, Crystall rompió el silencio de esta forma —¡Hermano debemos de casarnos!—
Derek logró retener su bocado, tales palabras no las esperaba.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Presumiendo su altivez, como una pareja real los Van Wijs descendían por las escaleras. Ambos felices y con las mentes ocupadas en asuntos distintos, el interés de ella, la incógnita de él. El misterio que guardan los ojos de Crystall, como la luna que se niega a mostrar el otro lado de su rostro, así, la hermana se limitaba a sonreír.
Bajaron hasta la estancia y llevados como hermanos hasta el comedor reservado de Derek, donde él se sentaba solo a comer, bajo una luz tenue, inmerso en la melancolía y aferrado a esa luz que le hacía saber que existía. Como los barcos buscan los faros para orientarse, así Derek evitaba encallar su alma a la locura.
Sentados, mirándose mutuamente, sin hablar. Disfrutando la comida que se había preparado. Ella sonriendo y él guardándose sus palabras. Era posible que su hermana no comiera así desde hace mucho tiempo. –¿Qué tanto habrá vivido?– indagaba Derek mientras contemplaba esos ojos verduscos, como si con ese hecho pudiera leer el alma de su hermana.
De pronto, como un torrente se alza en la mar, una fuerza que no avisa sólo fluye, ocurre sin premeditación. Así de repente hablo la hermana con unas palabras que hizo temblar la médula de Derek. Una petición catastrófica que haría temblar la sangre de los Van Wijs.
–¿Qué pretenderá Crystall, a qué se debe semejante propuesta. Por qué contraer matrimonio?– y más interrogantes asoleaban a Derek, sofocantes preguntas que lo asfixiaban como el desierto lo hace con los foráneos, que valientemente ingenuos se aventuran a la muerte vestida de ocre.
Y allí estaba su hermana, mirándole, esperando que Derek dijese algo, mas el hermano estaba incómodo. No quería continuar, abandonar su asiento y marchar a su habitación era una idea muy antojable en aquel momento. Sin embargo, los hipnotizantes ojos de Crystall le impedían irse.
—Dime hermana que mis oídos han escuchado mal y no pronunciaste semejante blasfemia que a nuestros padres habrían ofendido— dijo al fin Derek, de golpe, como si alguien le hubiera cubierto la boca y desesperado intentara hablar, ser escuchado, así la voz liberada del hermano se escuchó en el comedor, fuerte y acusadora.
—Has escuchado bien hermano, si quiero regresar a la sociedad tengo que casarme contigo— dijo Crystall y a Derek se le partió el alma, –¿en qué momento su hermana perdió el sentido común?–
—Es una tontería que pienses en eso Crystall, ay hermana dime que es lo que te hace decir dichas palabras— dijo y se acercó a su hermana, llegó hasta ella y acarició su cabello como un padre lo hace a su hija una vez que es reprendida.
Bajaron hasta la estancia y llevados como hermanos hasta el comedor reservado de Derek, donde él se sentaba solo a comer, bajo una luz tenue, inmerso en la melancolía y aferrado a esa luz que le hacía saber que existía. Como los barcos buscan los faros para orientarse, así Derek evitaba encallar su alma a la locura.
Sentados, mirándose mutuamente, sin hablar. Disfrutando la comida que se había preparado. Ella sonriendo y él guardándose sus palabras. Era posible que su hermana no comiera así desde hace mucho tiempo. –¿Qué tanto habrá vivido?– indagaba Derek mientras contemplaba esos ojos verduscos, como si con ese hecho pudiera leer el alma de su hermana.
De pronto, como un torrente se alza en la mar, una fuerza que no avisa sólo fluye, ocurre sin premeditación. Así de repente hablo la hermana con unas palabras que hizo temblar la médula de Derek. Una petición catastrófica que haría temblar la sangre de los Van Wijs.
–¿Qué pretenderá Crystall, a qué se debe semejante propuesta. Por qué contraer matrimonio?– y más interrogantes asoleaban a Derek, sofocantes preguntas que lo asfixiaban como el desierto lo hace con los foráneos, que valientemente ingenuos se aventuran a la muerte vestida de ocre.
Y allí estaba su hermana, mirándole, esperando que Derek dijese algo, mas el hermano estaba incómodo. No quería continuar, abandonar su asiento y marchar a su habitación era una idea muy antojable en aquel momento. Sin embargo, los hipnotizantes ojos de Crystall le impedían irse.
—Dime hermana que mis oídos han escuchado mal y no pronunciaste semejante blasfemia que a nuestros padres habrían ofendido— dijo al fin Derek, de golpe, como si alguien le hubiera cubierto la boca y desesperado intentara hablar, ser escuchado, así la voz liberada del hermano se escuchó en el comedor, fuerte y acusadora.
—Has escuchado bien hermano, si quiero regresar a la sociedad tengo que casarme contigo— dijo Crystall y a Derek se le partió el alma, –¿en qué momento su hermana perdió el sentido común?–
—Es una tontería que pienses en eso Crystall, ay hermana dime que es lo que te hace decir dichas palabras— dijo y se acercó a su hermana, llegó hasta ella y acarició su cabello como un padre lo hace a su hija una vez que es reprendida.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
—No Derek, tienes que ser tu— insistió Crystall y esa terquedad alejó la mano de su hermano.
—Atiende Derek, los Van Wijs fueron asesinados en España, ese es el informe que la iglesia recibió y desde entonces he vivido sin una identidad. Todo cuanto revelaba mi existencia fue destruido. Tu lo has dicho Derek creías que estaba muerta, y al igual que tu todos los demás, no puedo aparecer de la nada, resucitando y no adoptaré el apellido de cualquier otro hombre— dijo y desvió la mirada, perdiéndola en el suelo de piedra.
Derek la tomó de la barbilla y la obligó a verle, ella no se resistió, lucía triste y eso evidentemente afectó el corazón de su hermano. —Ya intenté hacerme del apellido pero no ha funcionado, la iglesia controla los registros y nuestro apellido fue vetado. Es por eso que quiero casarme contigo, por ley adoptaré tu apellido, nuestro apellido y la iglesia nada podrá hacer al respecto. Por favor hermano, hazlo por mí. Ser una Van Wijs es lo más valioso para mí. Quiero escuchar a otros decirme Crystall Van Wijs o señora Van Wijs. Quiero una nueva vida— continuó y ofreció su mano a su hermano.
—Derek tu posees el poder para indagar mi pasado, toma mi mano y ve lo que mi corazón guarda, enterate de todo lo que he vivido— pero Derek no tomó la mano, miraba a su hermana indeciso, sin saber que hacer, como actuar.
Por su parte Crystall se levantó de la mesa y se echó a los brazos de su hermano, lloraba y aferrándose a la chaqueta humedecía la camisa de su hermano. —Usa tu poder— decía.
—Atiende Derek, los Van Wijs fueron asesinados en España, ese es el informe que la iglesia recibió y desde entonces he vivido sin una identidad. Todo cuanto revelaba mi existencia fue destruido. Tu lo has dicho Derek creías que estaba muerta, y al igual que tu todos los demás, no puedo aparecer de la nada, resucitando y no adoptaré el apellido de cualquier otro hombre— dijo y desvió la mirada, perdiéndola en el suelo de piedra.
Derek la tomó de la barbilla y la obligó a verle, ella no se resistió, lucía triste y eso evidentemente afectó el corazón de su hermano. —Ya intenté hacerme del apellido pero no ha funcionado, la iglesia controla los registros y nuestro apellido fue vetado. Es por eso que quiero casarme contigo, por ley adoptaré tu apellido, nuestro apellido y la iglesia nada podrá hacer al respecto. Por favor hermano, hazlo por mí. Ser una Van Wijs es lo más valioso para mí. Quiero escuchar a otros decirme Crystall Van Wijs o señora Van Wijs. Quiero una nueva vida— continuó y ofreció su mano a su hermano.
—Derek tu posees el poder para indagar mi pasado, toma mi mano y ve lo que mi corazón guarda, enterate de todo lo que he vivido— pero Derek no tomó la mano, miraba a su hermana indeciso, sin saber que hacer, como actuar.
Por su parte Crystall se levantó de la mesa y se echó a los brazos de su hermano, lloraba y aferrándose a la chaqueta humedecía la camisa de su hermano. —Usa tu poder— decía.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
La hermana implorando con todo su corazón y allí está Derek dudando. El calor de su hermana se hace presente, las lágrimas derramadas por los ojos de ella doblegan un alma atormentada y que sin embargo, no igualan la tragedia de ella.
Pensamientos perdidos de confusión, el terror de usar la reminiscencia, explorar la mente de Crystall. Un acto perverso y que hace temblar el cuerpo de él. La cobardía de encarar los temores de su hermana. La vida cruel de ella.
Y Derek rehuye, se niega como lo hace un caballo que bajo la mano del amo lo obliga a saltar la cerca. De esta forma Derek se rehúsa y se aleja de su hermana. Ella lo mira como una niña, con ojos cristalinos y labios húmedos. Le extiende los brazos, las palmas y le ruega.
Pero el hermano no cede, sus ojos de cobardía emanan pánico y ora a Dios que se trate de un sueño. Las pesadillas del ayer son imploradas en aquel momento de incomodidad. Y Crystall sigue ahí, estoica, sin llanto.
—Siempre seremos hermanos Derek el matrimonio no cambiará nada— rompió el silencio Crystall sin bajar los brazos.
—Esto es una locura, no es sano. Debe de haber otra forma— quiso debatir pero Crystall con un movimiento le incitaba a usar su poder, si realmente quería cerciorarse la reminiscencia tenía que usar. Y el hermano se sofocaba. La perversión comenzó a invadir la mente de Derek. Pensamientos impropios. Lujuria, vanidad, juicios... Incesto.
—La sociedad es una porquería, todo el mundo miente. Las relaciones se sostienen de mentiras y engaños. De noches de burdeles, de amantes de él y de ella. Esa será nuestra vida Derek tu tendrás tus amantes y yo los míos— continuó Crystall su argumento alejando los pensamientos pecaminosos de la mente de Derek.
La mirada de él se perdió en el suelo, la mirada de reflexión, de quien accede. Derek se acercó a su hermana y le tomó las manos.
—Veré tu pasado, no bloquees tu mente— dijo con decisión y cerrando los ojos hizo uso de su poder.
Como imágenes le fue llegando el pasado de su hermana, desde el último día antes de su partida a España...
Pensamientos perdidos de confusión, el terror de usar la reminiscencia, explorar la mente de Crystall. Un acto perverso y que hace temblar el cuerpo de él. La cobardía de encarar los temores de su hermana. La vida cruel de ella.
Y Derek rehuye, se niega como lo hace un caballo que bajo la mano del amo lo obliga a saltar la cerca. De esta forma Derek se rehúsa y se aleja de su hermana. Ella lo mira como una niña, con ojos cristalinos y labios húmedos. Le extiende los brazos, las palmas y le ruega.
Pero el hermano no cede, sus ojos de cobardía emanan pánico y ora a Dios que se trate de un sueño. Las pesadillas del ayer son imploradas en aquel momento de incomodidad. Y Crystall sigue ahí, estoica, sin llanto.
—Siempre seremos hermanos Derek el matrimonio no cambiará nada— rompió el silencio Crystall sin bajar los brazos.
—Esto es una locura, no es sano. Debe de haber otra forma— quiso debatir pero Crystall con un movimiento le incitaba a usar su poder, si realmente quería cerciorarse la reminiscencia tenía que usar. Y el hermano se sofocaba. La perversión comenzó a invadir la mente de Derek. Pensamientos impropios. Lujuria, vanidad, juicios... Incesto.
—La sociedad es una porquería, todo el mundo miente. Las relaciones se sostienen de mentiras y engaños. De noches de burdeles, de amantes de él y de ella. Esa será nuestra vida Derek tu tendrás tus amantes y yo los míos— continuó Crystall su argumento alejando los pensamientos pecaminosos de la mente de Derek.
La mirada de él se perdió en el suelo, la mirada de reflexión, de quien accede. Derek se acercó a su hermana y le tomó las manos.
—Veré tu pasado, no bloquees tu mente— dijo con decisión y cerrando los ojos hizo uso de su poder.
Como imágenes le fue llegando el pasado de su hermana, desde el último día antes de su partida a España...
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Derek no se decidía y por un instante Crystall creyó que no lo haría, –¿cómo convencería a su hermano?–.
Crystall le extendió los brazos, mostrandole las palmas, animando a su hermano y trás varios minutos de incertidumbre por fin accedió.
—Veré tu pasado, no bloquees tu mente— dijo decidido Derek y cerró los ojos. Crystall comenzó a pensar en sus últimos días en Amsterdam, creía que de esa forma facilitaría el trabajo de su hermano. Algo que su padre evitaba que hiciera, pues siempre quiso que Derek desarrollara al máximo su Reminiscencia.
Crystall le mostró cuando inició el viaje a España, la primera escala que hicieron al norte de Francia, el conflicto con los gitanos que allí se alojaban, luego, el problema con las autoridades y la llegada a las fronteras norte entre Francia y España.
Después la revelación del verdadero objetivo de su padre, la búsqueda de un libro de conocimiento verdadero, el poder absoluto, ¿leyenda? Probable. Y Derek descubrió algo que su hermana no pretendió que supiera, sus trabajos con nigromancia y la muerte, el poder absoluto de ésta, su equilibrio, su justicia. La lucha de magia negra, la realización de trabajos para restablecer equilibrio espiritual en comunidades y/o personas; Derek entraba cada vez más al pasado y pese a que su hermana le transmitía España a Derek poco le importó.
¿Su hermana había conocido y hecho un pacto con la muerte? Y ese simple conocimiento le aterró. Fue descubriendo el poder nigromante de su hermana y a Dalma, entonces Crystall logró que su hermano dejara de escabar en su pasado y le proyecto de nuevo España.
Su hermano la miró con reproche y estas palabras le dijo, —te dije que no bloquees tu mente—, —pero lo que tenías que ver era lo que sucedió en España no más— así se justificó su hermana y Derek volvió a los recuerdos de su hermana.
La imágenes le llevaron a Madrid y luego sucesos completos, se introdujó en el escenario como sí el lo viviese en persona, Crystall pudo sentir como su hermano observaba la captura que la inquicisión hiciera luego de que el novio de Crystall los traicionara luego de que ésta lo encontrase con otra mujer y en despecho torturara mediante su poder titiritero y nigromante a la mujer hasta casi matarla y luego a él.
Como su padre, madre, hermanos y ella misma eran separados y llevados a celdas separadas. Escuchó los lamentos, los chillidos de su familia por los oídos de Crystall y sintió las torturas que su hermana vivió, la rabia por las violaciones que los cerdos inquisidores realizaban a su cuerpo virgen y también la compasión de verla en andrajos, sucia y con los ojos ausentes, sin esperanzas, sin razón para vivir.
Y Derek soltó las manos no quería seguir viendo, mas su hermana le cogió las manos y estas palabras le dijo —no seas cobarde hermano, son cosas del pasado que daño ya no pueden hacernos—. Su hermano dudó pero volvió a entrar en la mente de Crystall.
Vio como los Van Wijs eran nuevamente reunidos, los juicios a los hermanos, a la madre y al padre, como Crystall miraba la decapitación de cada uno de ellos y luego como las cabezas eran empaladas. Sintió como la furia emanaba del cuerpo de Crystall, como emerguió las razones para vivir, la venganza por el ultraje y usando la nigromancia, la fuerza titiritera y la posesión a un sobre natural con la ayuda de su fiel fantasma Dalma, la masacre que Crystall hiciera y la poderosa ilusión de Dalma que hizo creer a todos que la bruja era decapitada por un inquisidor y luego empalada.
Como desde las sombras Crystall veía los cuerpos de su familia en llamas, los registros del apellido Van Wijs y la orden de dar muerte a toda la familia que llevara el apellido. La perdida de identidad de su hermana, el nuevo nombre que adoptó “Dafne” y que desecho cuando su camino la llevó a Kiev, la desesperación de saber que estaba viva y a la vez muerta para el mundo, el abandono de Dafne para ser de nuevo Crystall.
Derek vio unos cuantos asesinatos de Crystall sobre la inquisición en especial la venganza a su ex novio y después la testaruda obsesión por el apellido Van Wijs, vetado en Holanda, España, Francia, Paises Pontificios, Suecia, Suiza, Inglaterra, Escocia, Noruega, Rumania. Y cuando creyó que era imposible volver a ser una Van Wijs el conocimiento de que en París residia un Van Wijs... Derek.
Derek soltó las manos de su hermana nuevamente y ésta no busco que él las volviera a tomar.
—Mañana correrán las amonestaciones, contraeremos matrimonio este fin de semana— dijo su hermano con una sonrisa sincera.
—¿Hasta el fin de semana?— inquirió la hermana con impaciencia.
—Tendrás que lucir espectácular para el día soñado, Line podrá acompañarte mañana a comprarte el vestido y lo que quieras, yo me encargaré de los documentos— así dijo y Crystall se echó a sus brazos llorando. —Gracias—.
Crystall le extendió los brazos, mostrandole las palmas, animando a su hermano y trás varios minutos de incertidumbre por fin accedió.
—Veré tu pasado, no bloquees tu mente— dijo decidido Derek y cerró los ojos. Crystall comenzó a pensar en sus últimos días en Amsterdam, creía que de esa forma facilitaría el trabajo de su hermano. Algo que su padre evitaba que hiciera, pues siempre quiso que Derek desarrollara al máximo su Reminiscencia.
Crystall le mostró cuando inició el viaje a España, la primera escala que hicieron al norte de Francia, el conflicto con los gitanos que allí se alojaban, luego, el problema con las autoridades y la llegada a las fronteras norte entre Francia y España.
Después la revelación del verdadero objetivo de su padre, la búsqueda de un libro de conocimiento verdadero, el poder absoluto, ¿leyenda? Probable. Y Derek descubrió algo que su hermana no pretendió que supiera, sus trabajos con nigromancia y la muerte, el poder absoluto de ésta, su equilibrio, su justicia. La lucha de magia negra, la realización de trabajos para restablecer equilibrio espiritual en comunidades y/o personas; Derek entraba cada vez más al pasado y pese a que su hermana le transmitía España a Derek poco le importó.
¿Su hermana había conocido y hecho un pacto con la muerte? Y ese simple conocimiento le aterró. Fue descubriendo el poder nigromante de su hermana y a Dalma, entonces Crystall logró que su hermano dejara de escabar en su pasado y le proyecto de nuevo España.
Su hermano la miró con reproche y estas palabras le dijo, —te dije que no bloquees tu mente—, —pero lo que tenías que ver era lo que sucedió en España no más— así se justificó su hermana y Derek volvió a los recuerdos de su hermana.
La imágenes le llevaron a Madrid y luego sucesos completos, se introdujó en el escenario como sí el lo viviese en persona, Crystall pudo sentir como su hermano observaba la captura que la inquicisión hiciera luego de que el novio de Crystall los traicionara luego de que ésta lo encontrase con otra mujer y en despecho torturara mediante su poder titiritero y nigromante a la mujer hasta casi matarla y luego a él.
Como su padre, madre, hermanos y ella misma eran separados y llevados a celdas separadas. Escuchó los lamentos, los chillidos de su familia por los oídos de Crystall y sintió las torturas que su hermana vivió, la rabia por las violaciones que los cerdos inquisidores realizaban a su cuerpo virgen y también la compasión de verla en andrajos, sucia y con los ojos ausentes, sin esperanzas, sin razón para vivir.
Y Derek soltó las manos no quería seguir viendo, mas su hermana le cogió las manos y estas palabras le dijo —no seas cobarde hermano, son cosas del pasado que daño ya no pueden hacernos—. Su hermano dudó pero volvió a entrar en la mente de Crystall.
Vio como los Van Wijs eran nuevamente reunidos, los juicios a los hermanos, a la madre y al padre, como Crystall miraba la decapitación de cada uno de ellos y luego como las cabezas eran empaladas. Sintió como la furia emanaba del cuerpo de Crystall, como emerguió las razones para vivir, la venganza por el ultraje y usando la nigromancia, la fuerza titiritera y la posesión a un sobre natural con la ayuda de su fiel fantasma Dalma, la masacre que Crystall hiciera y la poderosa ilusión de Dalma que hizo creer a todos que la bruja era decapitada por un inquisidor y luego empalada.
Como desde las sombras Crystall veía los cuerpos de su familia en llamas, los registros del apellido Van Wijs y la orden de dar muerte a toda la familia que llevara el apellido. La perdida de identidad de su hermana, el nuevo nombre que adoptó “Dafne” y que desecho cuando su camino la llevó a Kiev, la desesperación de saber que estaba viva y a la vez muerta para el mundo, el abandono de Dafne para ser de nuevo Crystall.
Derek vio unos cuantos asesinatos de Crystall sobre la inquisición en especial la venganza a su ex novio y después la testaruda obsesión por el apellido Van Wijs, vetado en Holanda, España, Francia, Paises Pontificios, Suecia, Suiza, Inglaterra, Escocia, Noruega, Rumania. Y cuando creyó que era imposible volver a ser una Van Wijs el conocimiento de que en París residia un Van Wijs... Derek.
Derek soltó las manos de su hermana nuevamente y ésta no busco que él las volviera a tomar.
—Mañana correrán las amonestaciones, contraeremos matrimonio este fin de semana— dijo su hermano con una sonrisa sincera.
—¿Hasta el fin de semana?— inquirió la hermana con impaciencia.
—Tendrás que lucir espectácular para el día soñado, Line podrá acompañarte mañana a comprarte el vestido y lo que quieras, yo me encargaré de los documentos— así dijo y Crystall se echó a sus brazos llorando. —Gracias—.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Jueves 23 del siglo XVIII
Un día después de las amonestaciones de los Van Wijs.
Un día después de las amonestaciones de los Van Wijs.
El sol aún no hacía presencia, pero la luna se marchaba y la claridad de la mañana anunciaba el amanecer. Un jueves más en la vida de Killer Bee, hacía una semana había conocido a un brujo de nombre Doreckmair O’ Raven y al día siguiente se enfrentó a varias amenazas en las afueras del teatro. Y ahora la inquisición le mandaba una orden... Investigar a los Van Wijs.
La inquisición española había escrito algo acerca de la familia Van Wjis, una especie de cacería que terminó con la existencia de un linaje de brujeria en Amsterdam. O al menos eso se creía hasta que se corrieron unas amonestaciones bajo el apellido Van Wijs.
Derek Van Wijs se hacía llamar y contraería matrimonio con Crystall, la iglesia también había mandado a Killer Bee la información de una mujer de nombre Dafne que adoptó el nombre de Crystall y que más tarde intentara hacerse del apellido Van Wijs. ¿Por qué esa obsesión por el apellido de un linaje de brujos que la llevara a viajar por toda Europa?
Pero lo que le interesaba a Killer Bee era el repentino interés de la inquisición por Derek Van Wijs y Crystall. Sí existía una conexión entre Derek siendo un sobreviviente de la familia Van Wijs y la obsesión de una mujer que deseaba ser una Van Wijs. ¿Por qué hasta ahora correr las investigaciones, y por qué mandar a un soldado en lugar de un espía?
La inquisición sabía algo que no le habían dicho a Killer Bee y eso era lo que la inquisidora averiguaría.
Cammy tomó un baño y se comenzó a vestir con un espectacular juego color zafiro, de dos faldas y cola pomposa, con un corsé con herretes cruzados negro por encima del vestido que resaltaban los pechos de la inquisidora, se puso un colgante de perlas, pendientes de oro con zafiros a juego. Se maquilló, eliminando el brillo de su rostro, pintó sus labios de rojo y en sus ojos sombras azules. Haciendo que su rostro entrara en armonía con el vestido.
Luego Killer Bee caminó hasta su almacén de zapatos y se hizo de unas zapatillas de cristal azul, se las calzó con sus pies desnudos y su altura creció cinco centímetros. Finalmente se dirigió a donde sus alhajas y buscó sus pulseras de perlas y las colocó en sus muñecas. Se miró al espejo y se cepilló el cabello, se hizo una cola y salió.
El sol ya había salido y la gente comenzaba a caminar por la acera, Killer Bee era el centro de atención, robaba las miradas de los hombres y de las mujeres por igual, claro, todas las miradas diferían a deseos, perversión, envidia, etc...
Su camino era la residencia Van Wijs sin embargo, antes tenía que ir a un centro de belleza donde le peinaran como era debido. La inquisidora encararía a Derek Van Wijs como una indefensa mujer, ese era el motivo por el que no cargaba ninguna arma.
Llegó a su destino y después de una hora de tratamiento salió con un peinado a la moda, muy liberar y que con la ausencia de anillo de bodas parecía decir, soy soltera trata conquistarme.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Crystall había salido muy temprano, Derek desde el balcón de su alcoba la veía irse en el coche junto a Line y Jophè el cochero.
Y Derek ahí en la soledad evocaba el recuerdo del martes.
Las amonestaciones ya se corrieron, y aquel martes Derek Van Wijs visitó la zona comercial para hacer los previos arreglos cívicos y el papeleo que con lleva una unión matrimonial. Derek sabía que no sería fácil, las imágenes proyectadas por Crystall le demostraron que la iglesia investigaría acerca de él. Era muy arriesgado, si algún inquisidor asistía a la boda, pues descubrirían que Derek Van Wijs es Doreckmair O’ Raven. Sobre todo si se trataba de aquel que lo hirió el pasado jueves.
Derek dejó de pensar, temía que el escenario del teatro comenzara a desencadenarse de la prisión del olvido, así como lo hace el rebelde que buscando la libertad tiende a matar.
Salió del cuarto, bajó las esccaleras blancas y tomó la salida a los patios traseros. La luz del sol iluminó la camisa blanca con herretes cruzados y cordones de color negro, que se visualizaba por debajo de su saco negro a tres botones que llevaba abierto; calzaba unos zapatos de satín sin moño y un pantalón negro de gala. Así, el brujo hizo presencia en su jardín. Caminando digno de realeza hacía un banquillo del comedor exterior. De allei lo veía todo, las demás residencias, el camino que llevaba a la zona comercial y de donde su hermana llegaría.
No tardó mucho para que sus asistentes le llevaran una bebida y le montaran una sombrilla, para proteger su piel, como un joyero protege sus gemas con la limpía franela de piel, así Derek conservaba su cuerpo.
Y entonces Derek vio un carruaje acercarse a lo lejos, no era suyo, era de alguien más. Se acercaba más y más, y no lo reconocía, no era de la zona comercial, era particular, de alguien adinerado, ¿pero quién? Y como un niño curioso Derek fue a recibir a quien quiera fuera dentro.
Las puertas de la residencia se abrieron y el coche se detuvo frente a él. Derek rodeó el coche hasta colocarse frente a la puerta, ésta se abrió a los pocos segundos y dejó ver a una bella dama que Derek Van Wijs ya había visto anteriormente, en aquel miércoles en el burdel y el jueves en el teatro. No sabía su nombre, nunca lo supo pero a Derek no le preturbaba el nombre de ella, sino, la razón que la traía hasta aquí.
Como un caballero Derek prestó su mano para ayudar a la dama descender del coche, ella la tomó y bajó encarando la vista de Derek.
—A qué debo el honor mademoiselle...— dijo el anfitrión haciendo una pausa para que ella dijera su nombre.
—Cammille White— respondió.
Y Derek ahí en la soledad evocaba el recuerdo del martes.
Las amonestaciones ya se corrieron, y aquel martes Derek Van Wijs visitó la zona comercial para hacer los previos arreglos cívicos y el papeleo que con lleva una unión matrimonial. Derek sabía que no sería fácil, las imágenes proyectadas por Crystall le demostraron que la iglesia investigaría acerca de él. Era muy arriesgado, si algún inquisidor asistía a la boda, pues descubrirían que Derek Van Wijs es Doreckmair O’ Raven. Sobre todo si se trataba de aquel que lo hirió el pasado jueves.
Derek dejó de pensar, temía que el escenario del teatro comenzara a desencadenarse de la prisión del olvido, así como lo hace el rebelde que buscando la libertad tiende a matar.
Salió del cuarto, bajó las esccaleras blancas y tomó la salida a los patios traseros. La luz del sol iluminó la camisa blanca con herretes cruzados y cordones de color negro, que se visualizaba por debajo de su saco negro a tres botones que llevaba abierto; calzaba unos zapatos de satín sin moño y un pantalón negro de gala. Así, el brujo hizo presencia en su jardín. Caminando digno de realeza hacía un banquillo del comedor exterior. De allei lo veía todo, las demás residencias, el camino que llevaba a la zona comercial y de donde su hermana llegaría.
No tardó mucho para que sus asistentes le llevaran una bebida y le montaran una sombrilla, para proteger su piel, como un joyero protege sus gemas con la limpía franela de piel, así Derek conservaba su cuerpo.
Y entonces Derek vio un carruaje acercarse a lo lejos, no era suyo, era de alguien más. Se acercaba más y más, y no lo reconocía, no era de la zona comercial, era particular, de alguien adinerado, ¿pero quién? Y como un niño curioso Derek fue a recibir a quien quiera fuera dentro.
Las puertas de la residencia se abrieron y el coche se detuvo frente a él. Derek rodeó el coche hasta colocarse frente a la puerta, ésta se abrió a los pocos segundos y dejó ver a una bella dama que Derek Van Wijs ya había visto anteriormente, en aquel miércoles en el burdel y el jueves en el teatro. No sabía su nombre, nunca lo supo pero a Derek no le preturbaba el nombre de ella, sino, la razón que la traía hasta aquí.
Como un caballero Derek prestó su mano para ayudar a la dama descender del coche, ella la tomó y bajó encarando la vista de Derek.
—A qué debo el honor mademoiselle...— dijo el anfitrión haciendo una pausa para que ella dijera su nombre.
—Cammille White— respondió.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Volvió a subir a su coche.
— Iremos a la zona residencia, buscaremos la que corresponde a Derek Van Wijs — dijo Killer Bee y el cochero puso marcha a los caballos.
El recorrido a la residencia costó cerca de una hora que Killer Bee ocupó para mirar el paisaje por la ventanilla y una vez llegado a la zona residencial, las mansiones del lugar.
— Nos estamos acercando— anunció el cochero y Killer Bee dio la orden para que continuara, sin detenerse. A sorpresa los portones de la residencia se abrieron, como si Derek Van Wijs esperase a alguien... –¿Al padre que los casaría?– pensaba Killer Bee aunque no estaba segura.
Las puertas se abrieron y entonces lo vio, era Doreckmair O’ Raven, el mago de Amsterdam... – ¿Qué hace él aquí... O será acaso que él es Derek?– se preguntaba mientras fruncía el entrecejo con objetividad.
Doreckmair ofreció la mano, ya lucía con energías. Cammy evocó el recuerdo de la última vez, se encontraba tirado en el suelo, agonizando en brazos de un sobrenatural. Killer Bee aceptó la mano caballerosa.
—A qué debo el honor mademoiselle... — dijo e hizo una pausa, Killer Bee recordó que él nunca supo su nombre y esa pausa se debía a que ella al fin se revelara.
— Cammille White es mi nombre — respondió y le sonrió. —Mi Monsieur O’ Raven me es muy grato volverle a ver. He sido enviada a visitar a Monsieur Van Wijs—.
Doreckmair devolvió la sonrisa y así le dijo, —Doreckmair O’ Raven es mi pseudónimo artístico, mi nombre es Derek Van Wijs. Por lo tanto, es a mí a quien a venido a visitar — dijo y ofreció el brazo a Killer Bee. —Mademoiselle White acompáñeme a tomar el té y allí podrá decirme el honor de su visita—.
Killer Bee aceptó el brazo y caminaron hasta uno de los jardines cercanos, tomaron asiento en una mesa de jardín y de inmediato les atendieron llevándoles dos vasos de té verde frío. Killer Bee dio un par de sorbos y agradeció la bebida, luego miró los ojos interesantes de Derek.
—Soy una decoradora de interiores, también una excelente organizadora de bodas y una modista de gran clase. muy conocida en Inglaterra, pues Londres me vio nacer y allí fue mi educación bajo la rica familia White— fue el primer y tan esperado argumento para Derek. Y continuó, —por casualidad he escuchado de una boda privada en la residencia Van Wijs y creí sería mi oportunidad para abrirme paso en París. Así que vine a ofrecer mis servicios monsieur Van Wijs y espero que no haya llegado tarde le aseguro que su boda será todo un sueño para usted y su futura esposa— dijo Killer Bee, Derek dio unos tragos a su té, Killer Bee le imitó y se dedicó a contemplar los ojos azules de él.
— Iremos a la zona residencia, buscaremos la que corresponde a Derek Van Wijs — dijo Killer Bee y el cochero puso marcha a los caballos.
El recorrido a la residencia costó cerca de una hora que Killer Bee ocupó para mirar el paisaje por la ventanilla y una vez llegado a la zona residencial, las mansiones del lugar.
— Nos estamos acercando— anunció el cochero y Killer Bee dio la orden para que continuara, sin detenerse. A sorpresa los portones de la residencia se abrieron, como si Derek Van Wijs esperase a alguien... –¿Al padre que los casaría?– pensaba Killer Bee aunque no estaba segura.
Las puertas se abrieron y entonces lo vio, era Doreckmair O’ Raven, el mago de Amsterdam... – ¿Qué hace él aquí... O será acaso que él es Derek?– se preguntaba mientras fruncía el entrecejo con objetividad.
Doreckmair ofreció la mano, ya lucía con energías. Cammy evocó el recuerdo de la última vez, se encontraba tirado en el suelo, agonizando en brazos de un sobrenatural. Killer Bee aceptó la mano caballerosa.
—A qué debo el honor mademoiselle... — dijo e hizo una pausa, Killer Bee recordó que él nunca supo su nombre y esa pausa se debía a que ella al fin se revelara.
— Cammille White es mi nombre — respondió y le sonrió. —Mi Monsieur O’ Raven me es muy grato volverle a ver. He sido enviada a visitar a Monsieur Van Wijs—.
Doreckmair devolvió la sonrisa y así le dijo, —Doreckmair O’ Raven es mi pseudónimo artístico, mi nombre es Derek Van Wijs. Por lo tanto, es a mí a quien a venido a visitar — dijo y ofreció el brazo a Killer Bee. —Mademoiselle White acompáñeme a tomar el té y allí podrá decirme el honor de su visita—.
Killer Bee aceptó el brazo y caminaron hasta uno de los jardines cercanos, tomaron asiento en una mesa de jardín y de inmediato les atendieron llevándoles dos vasos de té verde frío. Killer Bee dio un par de sorbos y agradeció la bebida, luego miró los ojos interesantes de Derek.
—Soy una decoradora de interiores, también una excelente organizadora de bodas y una modista de gran clase. muy conocida en Inglaterra, pues Londres me vio nacer y allí fue mi educación bajo la rica familia White— fue el primer y tan esperado argumento para Derek. Y continuó, —por casualidad he escuchado de una boda privada en la residencia Van Wijs y creí sería mi oportunidad para abrirme paso en París. Así que vine a ofrecer mis servicios monsieur Van Wijs y espero que no haya llegado tarde le aseguro que su boda será todo un sueño para usted y su futura esposa— dijo Killer Bee, Derek dio unos tragos a su té, Killer Bee le imitó y se dedicó a contemplar los ojos azules de él.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Crystall regresaba de sus compras por la zona comercial, aún no tenía el vestido de novia pero pensaba ir mañana por él.
El coche atravesó la puerta y desde la ventanilla vio a lo lejos a Derek hablando con una mujer. Crystall se sentía intrigada así que bajó del coche dejando todo abandonado y caminó hasta su hermano y la visitante.
El primero en percatarse de la presencia de Crystall fue Derek.
—Crystall que tal las compras, déjame presentarte a Camille White. Es una diseñadora que quiere organizar la boda—, Camille se puso de pie y extendió su mano a Crystall, la bruja la aceptó y la estrechó cordialmente.
—Mucho gusto mademoiselle White, realmente me gustaría escuchar más de sus trabajos— dijo Crystall mirándola con desconfianza, su rostro se le hacía conocido.
Sólo habían dos sillas por lo que esperaron a que llegara uno de los asistentes con una silla , se sentó junto a su hermano y después le fue servido un vaso de té.
—¿Y bien mademoiselle..?—
El coche atravesó la puerta y desde la ventanilla vio a lo lejos a Derek hablando con una mujer. Crystall se sentía intrigada así que bajó del coche dejando todo abandonado y caminó hasta su hermano y la visitante.
El primero en percatarse de la presencia de Crystall fue Derek.
—Crystall que tal las compras, déjame presentarte a Camille White. Es una diseñadora que quiere organizar la boda—, Camille se puso de pie y extendió su mano a Crystall, la bruja la aceptó y la estrechó cordialmente.
—Mucho gusto mademoiselle White, realmente me gustaría escuchar más de sus trabajos— dijo Crystall mirándola con desconfianza, su rostro se le hacía conocido.
Sólo habían dos sillas por lo que esperaron a que llegara uno de los asistentes con una silla , se sentó junto a su hermano y después le fue servido un vaso de té.
—¿Y bien mademoiselle..?—
Última edición por Crystall Van Wijs el Vie Nov 30, 2012 12:15 am, editado 1 vez
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
Derek dio otro trago al té mientras ella se explicaba, –¿una diseñadora?– podría ser necesario pensaba Derek.
—Digame Mademoiselle, ¿Qué es de su hermano Moniseur White?— preguntó Derek curioso, recordando la noche del jueves. Aunque esta vez el recuerdo no fue tragico. Ver a Cammille White le causaba una extraña armonía.
Y Derek la miró a los ojos, esos ojos de un azul profundo, como el agua del océano que a la vez está inquieto y a la vez relajado, de esa forma los ojos de Cammille provocaban en Derek Van Wijs ese sentimiento. La diseñadora como se hacía decir era hermosa, su cabello oscuro y corto le realzaba su cuello delgado. Y sus labios de rojo escarlata, de una silueta bien definida, brillaban con los rayos del sol y la luz la bañaba como si fuera el centro del universo y todo girara entorno a ella.
Su corazón comenzó a latir a un ritmo anormal y sintió lo mismo que con Tania Fernandez... ¿Se estaba enamorando de ella?
La voz que le hablaba no era como la música, era la magia misma, ninguna y asombrosa ilusión era tan maravillosa que la simple voz de Cammille.
Derek tomó la mano de Cammille y la miró a esos ojos sinceros; quiso pedirle una cita, sintió deseos hacía su persona y pretendía invitarla a estar con él. Sin embargo, pronto se casaría con su hermana y por respeto a Crystall no podía actuar como barbajan, al menos no hasta después de la boda.
Cammille atendió el llamado que Derek le hicera con sus cálidas manos y Derek se sintió envuelto en un hechizo.
De pronto llegó Crystall, Derek soltó las manos de Cammille y mirando con una sonrisa a su hermana así le dijo, —Crystall que tal las compras, déjame presentarte a mademoiselle Cammille White. Es una diseñadora que quiere organizar la boda— y con un gesto hizo que trajeran de inmediato una silla para su hermana.
Crystall miraba a Cammille con desconfianza, como si estuviera celosa de la sola presencia de la dama que ahora era invitada de Derek. Y Crystall le hizo otra interrogante, Derek sólo miró como su hermana esperaba una respuesta que a Derek también le interesara.
—Digame Mademoiselle, ¿Qué es de su hermano Moniseur White?— preguntó Derek curioso, recordando la noche del jueves. Aunque esta vez el recuerdo no fue tragico. Ver a Cammille White le causaba una extraña armonía.
Y Derek la miró a los ojos, esos ojos de un azul profundo, como el agua del océano que a la vez está inquieto y a la vez relajado, de esa forma los ojos de Cammille provocaban en Derek Van Wijs ese sentimiento. La diseñadora como se hacía decir era hermosa, su cabello oscuro y corto le realzaba su cuello delgado. Y sus labios de rojo escarlata, de una silueta bien definida, brillaban con los rayos del sol y la luz la bañaba como si fuera el centro del universo y todo girara entorno a ella.
Su corazón comenzó a latir a un ritmo anormal y sintió lo mismo que con Tania Fernandez... ¿Se estaba enamorando de ella?
La voz que le hablaba no era como la música, era la magia misma, ninguna y asombrosa ilusión era tan maravillosa que la simple voz de Cammille.
Derek tomó la mano de Cammille y la miró a esos ojos sinceros; quiso pedirle una cita, sintió deseos hacía su persona y pretendía invitarla a estar con él. Sin embargo, pronto se casaría con su hermana y por respeto a Crystall no podía actuar como barbajan, al menos no hasta después de la boda.
Cammille atendió el llamado que Derek le hicera con sus cálidas manos y Derek se sintió envuelto en un hechizo.
De pronto llegó Crystall, Derek soltó las manos de Cammille y mirando con una sonrisa a su hermana así le dijo, —Crystall que tal las compras, déjame presentarte a mademoiselle Cammille White. Es una diseñadora que quiere organizar la boda— y con un gesto hizo que trajeran de inmediato una silla para su hermana.
Crystall miraba a Cammille con desconfianza, como si estuviera celosa de la sola presencia de la dama que ahora era invitada de Derek. Y Crystall le hizo otra interrogante, Derek sólo miró como su hermana esperaba una respuesta que a Derek también le interesara.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
El té era muy bueno, y Derek la miraba como un hombre cualquiera lo haría, con deseos y de pronto soltó una pregunta que inquietó a Killer Bee. —¿Qué es de su hermano Monsieur White?— había dicho y en el interior se molestó, no quería pensar en el arrogante y orgulloso alumno de Ruggero, Hayden Vaggö. Y meditó en que decirle, que le respondería y –¿si se encontrara él a Hayden mañana o el día que le siguiera. Y el mago la preguntara acerca de la vida de Killer Bee y él respondiera algo que no hubiere dicho a este mago?– era un gran riesgo que Killer Bee correría, no sabía del paradero de Hayden para buscarlo, Ruggero había resultado tan herido que dudaba que siguiera en París. Aunque después Killer Bee pensó, –un momento, ellos se fueron al Vaticano – y sonrió.
—El ha viajado, ¿a dónde? No podría asegurarlo, él va y viene de un lugar a otro a penas me avisa de lo que hace o hará... ¿usted tiene hermanos que le hacen lo mismo Monsieur —
El mago seguía mirando a Killer Bee con ojos de enamorado, –¿qué pensará, acaso no se casará?... ¿Se querrá acostar conmigo, pensará en pasar su última noche de soltero conmigo? Qué horror, que faltaría a su esposa y a Dios también – pensaba Killer Bee hasta que llegó la que pensó sería la esposa. Era una joven muy bella, de piel blanca, cabello castaño y ojos verdes.
El mago presentó a Killer Bee como Cammille White la diseñadora y dijo cuanto Killer Bee le había propuesto, pero la joven miraba a Killer Bee con desconfianza. —Realmente me gustaría escuchar más de sus trabajos — había dicho la joven impaciente. Fue entonces que Killer Bee noto una similitud en ambos, los ojos, pese a no ser del mismo color eran idénticos, así como su boca, sus cejas, la nariz. Era como si fueran parientes, aunque había personas que se parecían unas a otras sin siquiera conocerse.
—He realizado la mayor parte de mis trabajos en Londres, organicé la boda del actual príncipe de Inglaterra, la duquesa de escocia, así como de grandes familias. Sinceramente no se arrepentirán. Mi familia es rica, podrían investigar de los White. Mi trabajo es para mi una afición, por el dinero no han de preocuparse mi tarifa es económica, al menos para nuestra clase — dijo Killer Bee y se echó a reír hipócritamente, como cualquier mujer de clase alta.
—Si su boda será privada podríamos usar su jardín, es bastante amplio. La vista es agradable. Un gran escenario para una boda de en sueños. No llevo mucho tiempo aquí pero ya tengo contacto con las personas indicadas que podrían proporcionar lo que necesitamos, el arco de boda, el pastel, las sillas y toda la decoración que a mi mente viene y que por supuesto, ustedes también decidirán mademoiselle — y Killer Bee hizo una pausa para escuchar el nombre de la joven... —¿por cierto, cómo se conoció esta pareja —, le guiño el ojo a la joven y le sonrió a Derek.
—El ha viajado, ¿a dónde? No podría asegurarlo, él va y viene de un lugar a otro a penas me avisa de lo que hace o hará... ¿usted tiene hermanos que le hacen lo mismo Monsieur —
El mago seguía mirando a Killer Bee con ojos de enamorado, –¿qué pensará, acaso no se casará?... ¿Se querrá acostar conmigo, pensará en pasar su última noche de soltero conmigo? Qué horror, que faltaría a su esposa y a Dios también – pensaba Killer Bee hasta que llegó la que pensó sería la esposa. Era una joven muy bella, de piel blanca, cabello castaño y ojos verdes.
El mago presentó a Killer Bee como Cammille White la diseñadora y dijo cuanto Killer Bee le había propuesto, pero la joven miraba a Killer Bee con desconfianza. —Realmente me gustaría escuchar más de sus trabajos — había dicho la joven impaciente. Fue entonces que Killer Bee noto una similitud en ambos, los ojos, pese a no ser del mismo color eran idénticos, así como su boca, sus cejas, la nariz. Era como si fueran parientes, aunque había personas que se parecían unas a otras sin siquiera conocerse.
—He realizado la mayor parte de mis trabajos en Londres, organicé la boda del actual príncipe de Inglaterra, la duquesa de escocia, así como de grandes familias. Sinceramente no se arrepentirán. Mi familia es rica, podrían investigar de los White. Mi trabajo es para mi una afición, por el dinero no han de preocuparse mi tarifa es económica, al menos para nuestra clase — dijo Killer Bee y se echó a reír hipócritamente, como cualquier mujer de clase alta.
—Si su boda será privada podríamos usar su jardín, es bastante amplio. La vista es agradable. Un gran escenario para una boda de en sueños. No llevo mucho tiempo aquí pero ya tengo contacto con las personas indicadas que podrían proporcionar lo que necesitamos, el arco de boda, el pastel, las sillas y toda la decoración que a mi mente viene y que por supuesto, ustedes también decidirán mademoiselle — y Killer Bee hizo una pausa para escuchar el nombre de la joven... —¿por cierto, cómo se conoció esta pareja —, le guiño el ojo a la joven y le sonrió a Derek.
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
—Crystall es mi nombre, y en pocos días Crystall Van Wijs— contestó a lo primero, la voz y determinación de Cammille comenzaba a darle confianza. Parecía una mujer honesta, era simpática y noto como su hermano la contemplaba.
—Nos conocimos en el teatro, debe de saber que mi amado es un mago muy talentoso— continuó Crystall y tomó las manos de Derek, éste se sorprendió pero no las apartó. —Un día salí seleccionada en las cenas que hace después de su show y comenzó de pícaro— decía y miraba a su hermano con picardía, como si lo que decía fuera verdad. Los ojos de Crystall parecía no mentían, la sonrisa sincera confirmaba lo que sus ojos afirmaban y las manos entrelazadas de los hermanos seguro libraban cualquier duda de Cammille White.
—No sé que piense mi hermano al respecto, pero creo que estará muy bien una organizadora— y Crystall tomó el brazo de su hermano y descansó su cabeza en el hombro como si estuviera realmente enamorada de él, suspiró y mirando a su hermano le besó con cariño la mejilla. Derek no reaccionó.
—Ya no puedo esperar más, pensamos contraer matrimonio este sábado, espero que para el día ya tenga todo listo... Si le soy sincera no tenemos mucha gente como invitados. Como usted no tengo mucho tiempo en París y mi prometido no es muy sociable—, Crystall se echó a reír justo como lo hizo Cammille, llevándose su mano a cubrir su boca.
—Será algo sencillo, con poca gente, si es que viene alguien aparte del padre, usted y los criados— dijo y se puso de pie, —si me permite mademoiselle tengo cosas pendientes— hizo una reverencia y se fue, dejando a su hermano y ella en el jardín, tomándose su té..
—Nos conocimos en el teatro, debe de saber que mi amado es un mago muy talentoso— continuó Crystall y tomó las manos de Derek, éste se sorprendió pero no las apartó. —Un día salí seleccionada en las cenas que hace después de su show y comenzó de pícaro— decía y miraba a su hermano con picardía, como si lo que decía fuera verdad. Los ojos de Crystall parecía no mentían, la sonrisa sincera confirmaba lo que sus ojos afirmaban y las manos entrelazadas de los hermanos seguro libraban cualquier duda de Cammille White.
—No sé que piense mi hermano al respecto, pero creo que estará muy bien una organizadora— y Crystall tomó el brazo de su hermano y descansó su cabeza en el hombro como si estuviera realmente enamorada de él, suspiró y mirando a su hermano le besó con cariño la mejilla. Derek no reaccionó.
—Ya no puedo esperar más, pensamos contraer matrimonio este sábado, espero que para el día ya tenga todo listo... Si le soy sincera no tenemos mucha gente como invitados. Como usted no tengo mucho tiempo en París y mi prometido no es muy sociable—, Crystall se echó a reír justo como lo hizo Cammille, llevándose su mano a cubrir su boca.
—Será algo sencillo, con poca gente, si es que viene alguien aparte del padre, usted y los criados— dijo y se puso de pie, —si me permite mademoiselle tengo cosas pendientes— hizo una reverencia y se fue, dejando a su hermano y ella en el jardín, tomándose su té..
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Incesto [Privado]
–Así que se conocieron en el teatro– repitió la inquisidora en su mente cuando Crystall lo había dicho y luego repitió nuevamente el nombre de la joven mujer.
–¿No pretenden hacerlo en grande?, ¿en serio es algo tan privado?, ¿el mago no conoce a mucha gente?– se discutía Killer Bee que escuchaba con atención a Crystall, la ilusionada joven que sería una Van Wijs.
Killer Bee entonces recordó la noche del burdel, Doreckmair se hallaba allí, entonces... –¿Cuándo realmente se conocieron, el mago es un descarado que visita burdeles aún cuando estaba comprometido?– algo en la boda comenzaba a desprender en Killer Bee sospechas, –no se pudieron haber conocido la noche del jueves ni lo que prosiguió a ésta, el moribundo mago no pudo haberse comprometido. Sí la relación era seria, era de tiempo y el mago era un canalla y un sinvergüenza–.
Cuando Crystall se fue con sonrisa en el rostro, Killer Bee se quedó sola con Doreckmair, el mago la miraba como enamorado y Killer Bee comenzó a sentir incomodidad, no, más bien repugnancia aquel hombre que seguro engañaba a la tan simpática e ilusionada Crystall.
Doreckmair cambió de asiento, acercándose a Killer Bee y le tomó la mano, la inquisidora sintió deseos de lastimar esas manos, sin embargo, no podía hacerlo, se contuvo. Después de todo Doreckmair aún no se propasaba con ella.
—Con su permiso Monsieur Van Wijs, me pasaré a retirar supongo que obtuve el trabajo con las palabras de su prometida— dijo y se puso en pie. Doreckmair hizo lo propio y después de despedirla, y una vez que Killer Bee se alejaba en el coche ella comenzó a evaluar todo cuanto había sucedido desde su llegada hasta su partida.
–¿No pretenden hacerlo en grande?, ¿en serio es algo tan privado?, ¿el mago no conoce a mucha gente?– se discutía Killer Bee que escuchaba con atención a Crystall, la ilusionada joven que sería una Van Wijs.
Killer Bee entonces recordó la noche del burdel, Doreckmair se hallaba allí, entonces... –¿Cuándo realmente se conocieron, el mago es un descarado que visita burdeles aún cuando estaba comprometido?– algo en la boda comenzaba a desprender en Killer Bee sospechas, –no se pudieron haber conocido la noche del jueves ni lo que prosiguió a ésta, el moribundo mago no pudo haberse comprometido. Sí la relación era seria, era de tiempo y el mago era un canalla y un sinvergüenza–.
Cuando Crystall se fue con sonrisa en el rostro, Killer Bee se quedó sola con Doreckmair, el mago la miraba como enamorado y Killer Bee comenzó a sentir incomodidad, no, más bien repugnancia aquel hombre que seguro engañaba a la tan simpática e ilusionada Crystall.
Doreckmair cambió de asiento, acercándose a Killer Bee y le tomó la mano, la inquisidora sintió deseos de lastimar esas manos, sin embargo, no podía hacerlo, se contuvo. Después de todo Doreckmair aún no se propasaba con ella.
—Con su permiso Monsieur Van Wijs, me pasaré a retirar supongo que obtuve el trabajo con las palabras de su prometida— dijo y se puso en pie. Doreckmair hizo lo propio y después de despedirla, y una vez que Killer Bee se alejaba en el coche ella comenzó a evaluar todo cuanto había sucedido desde su llegada hasta su partida.
Última edición por Cammy White "Killer Bee" el Dom Dic 02, 2012 12:48 am, editado 1 vez
Camile Avery- Inquisidor Clase Alta
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