AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Elogio al infierno de una dama [Chantall]
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Elogio al infierno de una dama [Chantall]
La edad no es un crimen pero la vergüenza de una vida deliberadamente desperdiciada
entre tantas vidas deliberadamente desperdiciadas sí lo es.
entre tantas vidas deliberadamente desperdiciadas sí lo es.
Su piel por tanto tiempo pálida ya no luce tan gris, tiene un brillo en las mejillas que le ha quitado esa imagen demacrada que lució por tantos meses. Se pasea por una de las pocas habitaciones de su hogar que tiene las cortinas abiertas y deja entrar el sol, ahora aquella luz no le molesta, incluso aprovecha de sentir el calor en su piel antes de girarse y recibir la taza de té con limón que Dorothea le trae. No tiene claridad de cuanto tiempo lleva conversando con Chantall pero si sabe que sólo después de que lograra que León se durmiera recién volvieron al tema que suelen tocar, el mismo de siempre, aquella historia que ambas conocen muy bien y que aún cuando intentan no pronunciar, suele mantenerse como un gran elefante rosado entre ellas. — No estamos separados pero tampoco tan juntos como me gustaría… — bebe un sorbo de su té y se sienta frente a su rubia amiga que pese a lucir siempre sonriente, está ahora un poco más seria, aunque es probable que sólo sea idea de Claire y su repentino desaliento, — quiero creer que me ama como antes porque no se ha ido, pero quizás sólo se queda por León o porque… — respira profundo, pero el aire no viene cargado de coraje, — la verdad es que no se por qué… — su mirada se torna nuevamente sombría, a veces parece que sólo basta un segundo para lograr que retroceda todo lo que ha avanzado. — ¿Crees que alguna vez volveremos a lo de antes? — realmente no quiere escuchar la respuesta a esa pregunta, tiene miedo, lo tiene desde que el tiempo siguió avanzando y el pasado nunca volvió como lo esperaba.
Chantall le hace honor al tono de su cabello, o al menos así cree Claire desde que la vio por primera vez, es igual de vibrante y desprende una calidez que logró ganarse la confianza de su ahora amiga en poco tiempo. Sigue siendo extraño el tener una amiga. Amiga, con a, de sexo femenino, porque sólo suele tener amigos. Y es que al parecer tanto tiempo en el burdel provocó que simplemente viera a su género como compañeras de trabajo o quizá opositoras a todo lo que creía, pero es difícil no pasarla bien cuando alguien como la ‘señora Blueberry’, que es como la conoció, aparece y lo llena todo de luz y risas. — No le he dicho de Kyllian aún, tampoco del viaje… — baja la voz porque aunque se supone que están lejos del dormitorio que comparte con Nigel prefiere no arriesgarse a que alguien pueda oírlas, — él es mi amigo, él estuvo ahí para León cuando Nigel se fue… ¿qué más puedo hacer? No podría hacer que dejen de verse así sin más — se encoge de hombros y por un instante luce derrotada, — León sabe que Nigel es su padre… eso creo… — pero no lo dice con la seguridad que le gustaría tener, aún cuando el pequeño sólo llama a su amigo como ‘Kyky’, la relación que tiene con él es mucho más estrecha que con aquel a quien le dice ‘papá’ y sólo puede ver durante algunos minutos cada noche. Deja la taza en la mesita junto al sofá y alisa arrugas que no existen en la falda de su vestido, todo es una contradicción siempre, incluso ahora que se siente muy distinta a como luce.
Suspira algo indecisa, no sabe si abordar el otro tema que sigue rondando su cabeza, no levanta los ojos para evitar encontrar esa otra mirada y es extraña esa imagen quizás avergonzada que ofrece, es evidente que esto no es algo cómodo para ella, — él llega a dormir conmigo todas las noches pero difícilmente me toca, sólo me besa y cuando todo se pone… ya sabes… más intenso… — sonríe y sabe que de no ser porque ella no es de ese tipo de mujeres, ahora estaría sonrojada, — se aleja y dice que es por mi bien… una vez intenté incluso que siguiera adelante, le dije que no me importaba lo que pasara, pero me amenazó con no volver a dormir conmigo si seguía insistiendo. — Claire hasta hace algunos meses podía jactarse de ser una mujer segura y con un autoestima alto, pero ahora, incluso después de haber recuperado algo del peso perdido durante la ausencia de su esposo, sigue creyendo que toda la culpa por la distancia entre ellos es de ella. — Y no lo he hecho, no he vuelto a insistir… ahora sólo me limito a lo que él quiere darme, pero no se hasta cuando podré seguir aguantando… — Para ella no hay dudas, para ella no ha cambiado lo que siente, pero es difícil sentir que aquella base que creíste siempre tan firme se ha transformado en un terreno inestable sobre el que debe andar con cuidado. — Claro que lo amo, lo amo incluso más que antes… pero realmente odio sentir que estoy casada con un fantasma del hombre del que me enamoré… cuando se fue siempre tuve la esperanza de que al menos algún día volvería y que eso terminaría siendo sólo una anécdota, pero ahora… ahora ni siquiera tengo eso… —
Chantall le hace honor al tono de su cabello, o al menos así cree Claire desde que la vio por primera vez, es igual de vibrante y desprende una calidez que logró ganarse la confianza de su ahora amiga en poco tiempo. Sigue siendo extraño el tener una amiga. Amiga, con a, de sexo femenino, porque sólo suele tener amigos. Y es que al parecer tanto tiempo en el burdel provocó que simplemente viera a su género como compañeras de trabajo o quizá opositoras a todo lo que creía, pero es difícil no pasarla bien cuando alguien como la ‘señora Blueberry’, que es como la conoció, aparece y lo llena todo de luz y risas. — No le he dicho de Kyllian aún, tampoco del viaje… — baja la voz porque aunque se supone que están lejos del dormitorio que comparte con Nigel prefiere no arriesgarse a que alguien pueda oírlas, — él es mi amigo, él estuvo ahí para León cuando Nigel se fue… ¿qué más puedo hacer? No podría hacer que dejen de verse así sin más — se encoge de hombros y por un instante luce derrotada, — León sabe que Nigel es su padre… eso creo… — pero no lo dice con la seguridad que le gustaría tener, aún cuando el pequeño sólo llama a su amigo como ‘Kyky’, la relación que tiene con él es mucho más estrecha que con aquel a quien le dice ‘papá’ y sólo puede ver durante algunos minutos cada noche. Deja la taza en la mesita junto al sofá y alisa arrugas que no existen en la falda de su vestido, todo es una contradicción siempre, incluso ahora que se siente muy distinta a como luce.
Suspira algo indecisa, no sabe si abordar el otro tema que sigue rondando su cabeza, no levanta los ojos para evitar encontrar esa otra mirada y es extraña esa imagen quizás avergonzada que ofrece, es evidente que esto no es algo cómodo para ella, — él llega a dormir conmigo todas las noches pero difícilmente me toca, sólo me besa y cuando todo se pone… ya sabes… más intenso… — sonríe y sabe que de no ser porque ella no es de ese tipo de mujeres, ahora estaría sonrojada, — se aleja y dice que es por mi bien… una vez intenté incluso que siguiera adelante, le dije que no me importaba lo que pasara, pero me amenazó con no volver a dormir conmigo si seguía insistiendo. — Claire hasta hace algunos meses podía jactarse de ser una mujer segura y con un autoestima alto, pero ahora, incluso después de haber recuperado algo del peso perdido durante la ausencia de su esposo, sigue creyendo que toda la culpa por la distancia entre ellos es de ella. — Y no lo he hecho, no he vuelto a insistir… ahora sólo me limito a lo que él quiere darme, pero no se hasta cuando podré seguir aguantando… — Para ella no hay dudas, para ella no ha cambiado lo que siente, pero es difícil sentir que aquella base que creíste siempre tan firme se ha transformado en un terreno inestable sobre el que debe andar con cuidado. — Claro que lo amo, lo amo incluso más que antes… pero realmente odio sentir que estoy casada con un fantasma del hombre del que me enamoré… cuando se fue siempre tuve la esperanza de que al menos algún día volvería y que eso terminaría siendo sólo una anécdota, pero ahora… ahora ni siquiera tengo eso… —
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Fecha de inscripción : 24/05/2010
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Re: Elogio al infierno de una dama [Chantall]
No podía explicar cómo me sentía en ese momento, en realidad ni yo misma lo sabia mis ojos se dejaban guiar por el cuerpo de mi tan apreciada amiga, que se veía mucho mejor de aquella vez que la había conocido, di un suspiro y agradecí por la taza de té, hubiera preferido algo con alcohol pero un te siempre era bien recibido, no podía dejar de mirarla había cambiado de alguna manera sus mejillas tenían ese color rosa que la hacían ver algo recuperada había subido algunos kilos pero aun se le notaba con ese desgano y sus palabras decían lo que en realidad sentía, el cuento era el mismo con algunos cambios, con altos y bajos bebí un poco de aquel brebaje mientras dejaba la tasa sobre la mesa y cruzaba mis piernas de manera tranquila, analizando cada palabra. No podía quedarme quieta ni aun es ese tipo de situaciones suspire mientras buscaba la mirada de Claire que parecía a gritos necesitar una mano de ayuda o un oído que la escuche –O porque te ama – Si algo sabia de amor era el que me demostraba a diario mi esposo, aun cuando a mi me daba igual y hacia mi vida a parte el seguía ahí para mi, pase saliva, no era de mentir ni inventar yo solo decía lo que veía y pensaba – Nada puede ser igual a lo de antes, pero puede ser mejor o peor pero – sabia que podían sonar fuertes mis palabras – todo se basa en la comunicación - Estaba seria, lo sabia mi tono de voz no tenía ese timbre de felicidad con el que se caracterizaba, ahora solo tenía que preocuparme en ella.
No era de dar los mejores consejos pero siempre estaría para una amiga para lo que necesitara – Es el padre de León y tu esposo, deberías contarle sobre Kyllian el fue un gran pilar en este tiempo – en realidad si lo había sido más de lo que ella pudo imaginarse, tenía razón al decir ciertas cosas y estaba casi segura que su pensamiento sabia que el cariño de León por Kyllian no era el mismo que por el de su padre – Tienes que hablar Claire contarle del viaje, de lo que sientes y piensas – busque con desesperación su mirada pero parecía sentirse incomoda, no era que la fuera a condenar por lo que me contara no iba en mi, de hecho agradecía que en su tiempo e incluso ahora tuviera a su amigo de su lado, alguien con quien poder hablar y del cual poder escuchar consejos quizás mejores que los míos. Volví a tomar la taza y bebí un sorbo largo, el agua no estaba tan caliente así que me dedique a saborear por un segundo.
Sabía perfectamente de lo que hablaba, Nigel no era el mismo de hace años atrás aquello lo sabía por todas las veces que habíamos hablado del tema podría decir que conocía a Nigel sin siquiera haberlo visto en mi tiempo como amiga de Claire – Miedo – la palabra salió sola de mis labios y tenía en mi mente que decir, lo sabia conocía a vampiros y podía dar fe de mis palabras – Quizás el sienta miedo al lastimarte… tal vez aun no puede controlar lo que siente, su fuerza, su animal interior- aguarde silencio y sin más me levante, camine hasta ella me puse en cuclillas y le tome la mano con cariño – El no quiere hacerte daño, debe ser eso – Dije con suavidad dejándole una caricia en su mano me quede ahí contemplando ese dolor que ella sentía, esa angustia que en su tiempo casi la mato, pero ahí estaba perfecta como tenía que ser. – Siempre hay algo mas Claire, hay esperanza y mientras la tengas nada puede derrumbarte, veras que Nigel volverá quizás no como antes pero volverá a ti, sin conocerlo puedo decir que te ama, sería un tonto si no lo hiciera… - Me arriesgaba al decir mucho de lo que había hablado pero era una fiel esclava a mis palabras, solo ella podría condenarme nadie más. Lo único que deseaba en ese momento era verla sonreír como cuando estaba junto a León…
No era de dar los mejores consejos pero siempre estaría para una amiga para lo que necesitara – Es el padre de León y tu esposo, deberías contarle sobre Kyllian el fue un gran pilar en este tiempo – en realidad si lo había sido más de lo que ella pudo imaginarse, tenía razón al decir ciertas cosas y estaba casi segura que su pensamiento sabia que el cariño de León por Kyllian no era el mismo que por el de su padre – Tienes que hablar Claire contarle del viaje, de lo que sientes y piensas – busque con desesperación su mirada pero parecía sentirse incomoda, no era que la fuera a condenar por lo que me contara no iba en mi, de hecho agradecía que en su tiempo e incluso ahora tuviera a su amigo de su lado, alguien con quien poder hablar y del cual poder escuchar consejos quizás mejores que los míos. Volví a tomar la taza y bebí un sorbo largo, el agua no estaba tan caliente así que me dedique a saborear por un segundo.
Sabía perfectamente de lo que hablaba, Nigel no era el mismo de hace años atrás aquello lo sabía por todas las veces que habíamos hablado del tema podría decir que conocía a Nigel sin siquiera haberlo visto en mi tiempo como amiga de Claire – Miedo – la palabra salió sola de mis labios y tenía en mi mente que decir, lo sabia conocía a vampiros y podía dar fe de mis palabras – Quizás el sienta miedo al lastimarte… tal vez aun no puede controlar lo que siente, su fuerza, su animal interior- aguarde silencio y sin más me levante, camine hasta ella me puse en cuclillas y le tome la mano con cariño – El no quiere hacerte daño, debe ser eso – Dije con suavidad dejándole una caricia en su mano me quede ahí contemplando ese dolor que ella sentía, esa angustia que en su tiempo casi la mato, pero ahí estaba perfecta como tenía que ser. – Siempre hay algo mas Claire, hay esperanza y mientras la tengas nada puede derrumbarte, veras que Nigel volverá quizás no como antes pero volverá a ti, sin conocerlo puedo decir que te ama, sería un tonto si no lo hiciera… - Me arriesgaba al decir mucho de lo que había hablado pero era una fiel esclava a mis palabras, solo ella podría condenarme nadie más. Lo único que deseaba en ese momento era verla sonreír como cuando estaba junto a León…
Chantall Blueberry- Humano Clase Alta
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