Una dama es una dama [Privado] +18

por **Florette Francois** Jue Sep 13, 2012 7:31 pm

Y una vez más la noche se cernía sobre el manto de tierra y edificios que conformaban la bella ciudad de París. Una noche más para Florette....¿hacia cuantas noches que realizaba el mismo ritual?
Cada noche se sentaba frente a su fino tocador y se quedaba observando su rostro durante minutos, comenzaba a cepillar su rubio cabello hasta que brillara de forma rabiosa. Se limpiaba la cara, se echaba cremas y polvos especiales, se pintaba adecuadamente y luego procedía a perfumarse....porque, la preparación de una señora era todo un arte, su madre, desde siempre, le había enseñado a arreglarse bien y lucir espectacular.

Unas gotas de perfume detrás de las orejas, en el cuello y...por la profesión que sustentaba ahora otra gotita entre las piernas. Después de este ritual llegaba la hora de vestirse o mejor dicho, engalanarse. Aquella noche, Florette eligió un vestido color azul marino, uno que se adaptaba perfectamente a su fina cintura, mientras que en las demás partes del cuerpo quedaba bastante holgado...no obstante, la mujer no enseñaba carne vulgarmente, todo era insinuación.

Por ultimo decidió recoger su larga melena en un moño alto y coronarlo con un pasador de diamantes. De joyería escogió algo discreto.

Una vez preparada bajo el piso, abandonando su estancia particular, para descender a aquel antro de lujuria. Cada vez que lo pensaba, se ponía enferma, siempre evitaba mirar ciertas costumbres del lugar e incluso evitar los lugares más vulgares donde clientes y prostitutas se atrevían a fornicar sin ningún pudor.

A pesar de todo, ella seguía considerándose una dama, estando por encima de toda esa inmundicia. Con andares prepotentes, cruzo toda una sala entera y entro a una más tranquila, ningún alma la transitaba. esta se sentó en una silla y se sirvió algo de vino. A ver que deparaba la noche....

por **Enzo Krugman** Vie Sep 14, 2012 10:07 am

Enzo estaba satisfecho de sí mimo.

Desde su llegada a la ciudad había reestablecido el capital inicial invertido y sus negocios iban viento en popa. Las relaciones con otros de su misma especie, si no abiertamente amistosas no eran tampoco violentas ni conflictivas. Y su nuevo hogar, ahora bajo la custodia de la eficiente Culotte estaba siempre arreglado y listo.

Con el pasar de los días y los meses se había olvidado ya de su vieja vida en Praga y poco a poco se sentía más poderoso en aquella ciudad. Mortales y vampiros empezaban a respetarle. Le invitaban a sus fiestas, sus reuniones y negocios. Era uno más de ellos.

Sí. Tenía motivos para estar satisfecho de sí mismo.

Por eso andaba por las calles de París silbando una alegre canción mientras su bastón (que ocultaba la hoja de un estoque en su interior) golpeaba contra el suelo empedrado. En la mano libre portaba un pequeño paquete, cubierto por una tela de un lila suave.

Enzo vestía de forma sobria y discreta pero elegante, todo de negro salvo un pañuelo azul claro en el bolsillo superior de la chaqueta. También se había lavado por completo, afeitado la barba con la que había sido convertido en vampiro y acicalado todo lo humanamente posible sin perder cierto punto de virilidad. Al fin y al cabo la persona a la que iba a ver aquella noche no merecía menos.

Porque sí. El vampiro había oído hablar de Florette Francois. “La puta filósofa” la habían llamado algunos, seguramente despechados. Otros en cambio sólo tenían halagos para ella y no hacían más que recomendarla; advirtiendo, eso sí, que tenía gustos caros. Y carácter. Y que era exigente. En pocas palabras: era un reto. Y a Enzo le agradaban los retos. Sobre todo si no podía usar sus habilidades como vampiro, que era lo que se había propuesto.

Cuando entró al burdel notó la mirada de alguna de las cortesanas más… “comunes” puestas en él. El vampiro se limitó a sonreír y fue directo a lo que le interesaba. Se había alimentado bien la noche anterior y procuraba que la sangre se agolpara en las mejillas para sonrojarlas y en respirar aunque no necesitara hacerlo; dándole aquello un aspecto muy humano

Tras hacer las averiguaciones de rigor el vampiro pasó a una sala mucho más tranquila, con una única ocupante, entretenida en beber una copa de vino.

-¿Señorita Francois?-preguntó en un más que correcto francés, aunque con cierto acento italiano-. Mi nombre es Enzo Krugman ¿Seríais tan amable de concederme algo de vuestro tiempo?-preguntó cortésmente y con una amable sonrisa desde la puerta, esperando su autorización para pasar.

por **Florette Francois** Vie Sep 14, 2012 2:47 pm

La mujer levanto la vista, lentamente, aquella visita no le habia molestado en absoluto.
Clavo sus ojos azules en el caballero, escrutandolo y sacando conclusiones. No era un cualquiera. Más, además de dinero Florette siempre necesitaba saber si, los clientes que se presentaban, eran aptos para ella, lo que buscaba era un hombre que, supiera tratar a una mujer, que la cuidara y la respetara, aunque solo compartiera una pequeña parte de su tiempo a su lado.

-Pase caballero-respondio amable, al fin y al cabo, por mucha libertad que tuviera algo que nunca habia abandonado era el respeto-no se quede ahi, al fin y al cabo este lugar es publico y puede ocuparlo quien lo desee.

Volvio a tomar su copa de vino y bebio de ella, de forma suave. Al contrario que muchas de sus compañeras, ella no buscaba emborracharse (para eso deberia estar realmente deprimida y encerrada en su habitación) si no disfrutar d ela calidad de la bebida. Siguio observando los movimientos del hombre que habia ido a verla, sin ningun pudor y vergüenza. Era atractivo y, llevaba algo ¿Un presente? Lo más seguro.

Además, el apellido Krugman le era muy conocido. estaba segura de que alguno de sus anteriores clientes se lo habian mentado y seguramente, habrian hecho negocios con él. Un hombre respetable, iba por buen camino.

-Un placer señor Krugman-la mujer extendio la mano hacia el caballero- Sabe como me llamo ¿Le han hablado de mi?...Seguro. Mal o bien, se lo habran dicho....En fin, dejemos esas pequeñeces y cuenteme algo de usted...a ver si merece la pena cederle algo de mi tiempo-solto esta sin reparos y con algo de frialdad.

por **Enzo Krugman** Vie Sep 14, 2012 7:37 pm

La mujer era bastante guapa. Si bien no tenía la juventud, explosividad o voluptuosidad de alguna de las cortesanas más jóvenes con las que había yacido, Florette tenía algo que la hacía diferente. Todavía en una buena edad, de rasgos serios y maduros, cierto aura de firmeza, una luz propia… Sí. El envoltorio exterior era atractivo, en aquello no le habían engañado.

-Gracias por su amabilidad-respondió el vampiro mientras entraba en la sala. Dejó colgando el sombrero y la chaqueta de un perchero en la entrada y el bastón apoyado contra la pared. Cuando llegó a la altura de la mujer le estrechó la mano que le tendía y tomó asiento frente a ella sin más ceremonias-. Oh, descuide, en general han tenido hermosas palabras para con usted-explicó el vampiro-. Si bien es cierto que se ha ganado cierta reputación de… ¿cómo decirlo?-mientras pensaba las palabras correctas sonrió, amigable-. Sí, supongo que en francés lo más correcto sería decir “difícil”. De mujer difícil.

Enzo esperó a ver cómo se tomaba aquél comentario la cortesana. Su intención no había sido la de ofenderla, pero quién sabía cómo saltaría a la chanza.

-Oh, antes de que se me olvide…-dijo mientras le ofrecía casi al descuido el pequeño paquete-. Un humilde presente, apenas una bagatela, como gesto de buena voluntad. Confío en que sea de vuestro agrado.

En su interior había una gargantilla de oro blanco, plata y pequeños diamantes.

Spoiler:

Le había costado el equivalente a alimentar a una familia de campesinos durante casi un año, pero confiaba en que cumpliera su cometido.

-Espero que no desmerezca vuestra hermosura, mi buena señora-dijo sin que su tono sonara demasiado empalagoso. Y sin perder aquella sonrisa amistosa del principio-. Y en que sirva para ganarme su afecto, claro.

por **Florette Francois** Sáb Sep 15, 2012 2:10 pm

Por su parte, Florette permanecio inquebrantable, hasta oir las palabras que le habian dicho a Enzo. Sus labios se ensancharon en forma de sonrisa, gesto que la mujer se preocupo en esconder con la mano, más no pudo evitar soltar una risilla floja.

-Dificil ¿eh?- Contesto nada más finalizar aquel desliz, arqueo una ceja inquisitiva-Hombres...-suspiro resignada-Entienda señor Krugman que yo no me voy a acostar con el primero que se me presente y menos voy a permitir que me trate como un trozo de carne. Yo soy algo más y quiero que mi cliente este a mi nivel-Contesto con suma tranquilidad. No habia ningun apice de hostilidad ni indignación. Solo habia dejado las cosas claras.

Y en ese preciso instante, el moreno deposito ese paquetito de color violeta sobre la mesa-Oh que detalle-contesto mientras clavaba los ojos en el objeto.

Ni corta ni perezosa, pero conteniendo sus gestos de excitación por saber que contenia aquel presente ,abrió el desenvoltorio sin estropearlo o rasgarlo de malas maneras. Abrió el estuche y sus ojos brillaron ante la belleza y exquisitez de la gargantilla. Era simplemente maravillosa y no pecaba de cargante ni ordinaria. La cogio entre sus dedos y la observo mejor ¡como brillaba! Esa pieza debia estrenarse cuanto antes, despertaria las envidias de las demás damas, brillaria más que las estrellas en el firmamento.

-No tengo palabras señor Krugman...es divina-contesto, suspirando levemente- ¿Me ayuda?-Pregunto esta mientras se acercaba la gargantilla al cuello.

¿Cuanto costaria aquel presente? Sin duda Enzo Krugman deseaba sus servicios fervientemente, pero una joya no era lo suficiente para seducirle.

Florette queria estar segura que no corria ningun peligro al lado de aquel caballero, que este la trataria como se merece. Si algo se habia jurado asi misma es que, recuperaria algun dia su estatus de dama respetable que en tiempos pasados disfruto...y ya que, detestaba su profesión...¿Que mejor que emularlo dentro del trabajo? Al final, si conseguia lo que ella verdaderamente deseaba, el sexo no parecia tan desagradable e incluso en alguna ocasión, lo habia disfrutado....

-¿Qué le parece que demos un paseo? Me gustaria tomar un poco el fresco.

por **Enzo Krugman** Sáb Sep 15, 2012 7:02 pm

-Ya contaba con ello, descuide-respondió cuando le dijo lo de que no se acostaría con cualquiera-. Además, su postura me parece bastante… sensata; uno nunca sabe a quién podría encontrarse. Pero disculpe mi osadía y exceso de confianza, pero creo que seré capaz de ganarme su aprecio-aunque sonara a chanza o bravuconada apenas había soberbia en su tono o rostro. Lo dijo como quién explica que va a salir el sol por el éste a la mañana siguiente. Era simplemente un hecho lógico y esperable.

Sí. Si había algo que destacara en Enzo aquella noche era la confianza que tenía en sí mismo.

-Celebro que os agrade señorita Francois. Y por favor, llámeme Enzo-respondió todavía sonriente. Sin decir mucho más se colocó tras la cortesana y la ayudó a ponerse la gargantilla. Mientras lo hacía aprovechó para acariciarle el cuello con la yema de los dedos. Apenas un ligero toque, poco más que un roce. Pero suficiente para catarla.

Hecho esto se colocó frente a la mujer y la observó con gesto crítico. Le gustaba lo que veía. Le gustaba mucho lo que veía.

-Estáis aún más hermosa que antes, lo que ya era difícil-dijo sin apartar la mirada del cuello ni la gargantilla. Menos mal que su hambre había sido previsoramente saciada o tal vez no hubiera sido capaz de contenerse ante lo que veía-. Y sí, sería para mí todo un honor salir a pasear con vos. Más abrigaos, no vayáis a coger frío.

Era cierto. A él le afectaba más bien poco, pero en lo que llegaba al burdel había notado que las temperaturas estaban refrescando más de la cuenta. Y no quería que su acompañante enfermara.

En cualquier caso Enzo le ofreció la mano para ayudarla a ponerse en pie.

-¿Y bien? ¿Dónde deseáis ir?

por **Florette Francois** Dom Sep 16, 2012 6:55 pm

La rubia solto un leve suspiro y una vez más se dedico a observar al caballero que tenia en frente a ella, sin ningun pudor y vergüenza, le miro directamente a los ojos.

-Se ve muy confiado señor-contesto al final-reconozco que eso me gusta, le da atractivo- La cortesana dejo que este le colocara el collar, una vez más suspiro y cuando este fue a mirarla, le regalo una de sus mejores sonrisas, de momento no estaba disgustada con su compañia.

-Pero que zalamero es usted, Enzo-respondio la mujer ante el cumplido del italiano-Me pregunto como seria el mundo si las mujeres tambien dijesemos lo que pensamos sobre el atractivo de un hombre-con gracia esta se puso en pie-bien, si me da un momento, subire arriba a recoger mis pertenencias, espereme.

Dicho esto, la mujer salio presurosa de la sala y cruzo como una flecha el salón principal. Por el camino se cruzo algun pretendiente pesado pero, una bofetada era más que efectiva para quitarselo de encima. Al fin, llego a su cuerto. Tarareando una dulce melodia regocio su estola, ya que estaba en primavera y el frio no seria del todo exagerado, se la coloco por los hombros y se miro al espejo...Estaba perfecta con esa joya en su cuello y por unos instantes se permitio sonreir, de manera radiante y con cierta ilusión en el rostro.

Un minuto más tarde, Florette volvia al lugar donde habia dejado a Enzo.

-Bien....hoy una importante señora organiza un gran baile abierto para todos....bueno, todos los pudientes por supuesto..¿no cree que es el sitio ideal para que cada uno pueda presumir?-Pregunto esta con cierta complicidad, obviamente ella hacia alusión a su gargantilla y por parte de Enzo, la compañia.

-Mientras Enzo, hableme un poco de usted...No es de aqui ¿verdad?.

por **Enzo Krugman** Dom Sep 16, 2012 8:32 pm

-No me halague tanto señorita Francois, hará que me sonroje cual virginal e inocente doncella-respondió con cierta sorna y de buen humor-. Oh, sin duda un mundo mucho más sencillo, práctico y aburrido. ¿Se imagina no tener que andar con dobles mensajes, movimientos bruscos de abanico o miradas huidizas en una fiesta? ¿Dónde se quedaría la diversión del cortejo?-exclamó sobreactuando un poco sin perder la sonrisa-. Suba, suba. No me moveré de aquí…

En lo que esperaba a que la mujer volviera el vampiro se sentó en la silla, bostezó y se puso todo lo cómodo que pudo. Luego se llevó los dedos con los que había acariciado el cuello de la mujer y aspiró el suave aroma que manaban de ellos. Y sonrió, satisfecho de sí mismo.

La verdad es que de momento todo iba bastante bien; Florette era hermosísima, sabía usar bien la singueso y no se amilanaba. Al contrario, parecía disfrutar casi tanto como él de la situación. Y él se sentía muy a gusto en su presencia; habían encajado casi a la perfección desde el principio. Le iba a costar una pequeña fortuna, pero sin duda alguna aquella noche yacería en muy buena compañía.

Al ver que la cortesana volvía de sus aposentos el vampiro se puso en pie y se apresuró en ofrecerle el brazo a la mujer mientras asentía.

-Me parece una magnífica idea… Y celebro que tanto le haya gustado mi presencia que quiera mostrarme ante los demás-bromeó el vampiro, pues sabía lo que había querido decir en un principio. Una vez fuera del burdel (con su chaqueta y bastón) el vampiro accedió a la petición de Florette-. Efectivamente, no soy de aquí. Nací en Italia y luego pasé varios años en Praga. Por motivos comerciales decidí trasladarme a Francia y atender así una serie de negocios pendientes… Como puede ver, una vida muy aburrida. Llevaré poco menos de dos meses en París, pero creo que poco a poco voy haciéndome a la vida parisina…

por **Florette Francois** Lun Sep 17, 2012 6:46 pm

Una vez salieron de aquel lugar, Florette suspiro aliviada. ¿Por qué? Muy sencillo, siempre que abandonaba aquella atmosfera viciada de lujuria y perversión, se sentia un ser digno y decente, limpio y libre de culpa, con más libertad de movimiento y una actuación más natural. Era curioso que una mujer como esa estuviera en un sitio como aquel y aun más curioso es como habia logrado sobrevivir. Pero la cruda realidad era que, una pequeña parte de la francesa aun temblaba de miedo ante esa idea.

Como una dama que se precie, la mujer acepto gustosamente el brazo del caballero y escucho con verdadera atención aquello que este le relataba.

-Oh italiano-repitio la rubia con una amplia sonrisa-ahora todo cobra sentido-declaro la dama bromista, refiriendose a sus dotes conquistadoras-pero ya me habia hecho una idea al escuchar su nombre señor Enzo. Parece que ha estado en muuchos lugares ¡me da envidia! Yo apenas me he movido de Paris- y en aquel instante penso que era ridiculo....ya que habia pertenecido a la clase alta...¿Como no habia podido hacer un viaje al extranjero con su difunto esposo?-¿Y que lugar le gusta más? me han comentado que Praga es maravillosa, con un excelente patrimonio medieval..¿Sabe? Ahora se esta poniendo de moda eso, lo medieval, antes era lo grecoromano..¿Como cambian las cosas verdad?-Enarco una ceja sonriente, pues la francesa, era una mujer culta y con una amplia formación. Muchos la tachaban de pedante, pero ella no le molestaba lo más minimo, le gustaba hablar de la actualidad e incluso filosofar de vez en cuuando.

De repente le vino a su cabeza un detalle.

-Permitame la indiscreción señor Enzo pero..¿Esta usted casado?-se torno un poco más seria-No es más que nada, quiero asegurarme que después no me vengan esposas despechadas cantandome a mi las cuarenta, pero le veo a usted muy despreocupado, por lo tanto llego a la conclusión de que es soltero- Florette siempre preferia a los solteros, divorciados y viudos, asi podia moverse con más libertad, sin limitarse a una habitación de hotel, donde, pocas cosas se podian hacer.

por **Enzo Krugman** Miér Sep 19, 2012 12:52 pm

Ya le habían hablado de las particularidades de Florette. De sus conocimientos. De sus ideas… Y sí, no la estaba defraudando. Había empezado a hablar de historia y de estilo por las buenas, sin que nadie se lo pidiera. Un encanto de mujer. El apelativo de puta filósofa le iba al dedillo.

-Bueno, es una ciudad fría y oscura en invierno. Anochece demasiado pronto y no hay tanto luz como a uno le gustaría. Por supuesto es bien fría, con constantes nevadas y lluvias. Así que los edificios se han construido en consonancia; muros gruesos de piedra, tapices, techos en forma de triángulo para que ni la nieve ni el agua se amontonen en ellos y causen desperfectos…-el vampiro fue explicando las cosas mientras los recuerdos llegaban a su cabeza-. Pero sí, es una ciudad muy hermosa. Las iglesias son grandes e imponentes, decoradas con un sinfín de gárgolas; además, tienen preciosísimas vidrieras de colores que lo iluminan todo en verano y primavera…-a pesar de todo el tiempo que llevaba sin ver la luz del día se acordaba de aquello perfectamente.

Una sonrisa melancólica se dibujó en el rostro de Enzo. Tantos recuerdos, tantas historias… Y todo se había ido al traste por una mujer. Por la mujer de la que estuvo tanto tiempo (y todavía lo estaba) enamorado hasta los tuétanos. La mujer que le privó de los placeres de la vida para enseñarle los milagros de la inmortalidad.

-¿Casado? No, no, claro que no…-respondió con una amigable sonrisa al salir de sus recuerdos-. No estoy comprometido con ninguna mujer. Estar con vos aquí sería una descortesía para ella, a pesar de lo gratificante de su presencia-le explicó el comerciante-. Más, no hablemos de eso. ¿No habéis salido mucho de París? Una pena. Recordadme que alguna vez os lleve por Europa. El resto del continente debe tener el privilegio de veros en persona señorita Francois.

por **Florette Francois** Vie Sep 21, 2012 4:52 pm

Florette escucho atentamente como el comerciante le describia la ciudad. Ella se lo imaginaba a su manera, con el refuerzo de algunos grabados que habia visto. Se le antojaba hermosa. ¿Por qué no habia tenido tiempo de viajar con su marido?. ël se lo prometia, pero lo iba dejando para después, hasta que se vio sumergido completamente en sus negocios. Suspiro levemente y miro con discreción a su acompañante.

Le parecio ver un rastro de melancolia ¿Que le estaria pasando por la mente? Más se contuvo elegantemente y se abstuvo de preguntar. A pesar de todo, él era su cliente y no debia incomodarlo, solo en el caso extremo de que él ya empezara a cansarle, más de momento todo iba sobre ruedas.

-Me gusta como suena-respondio ante la descripción.
Si, le gustaba.

No dijo nada más respecto a las esposas. Habia conseguido la respuesta deseada. Enzo estaba soltero, aunque le resultaba extraño ya que era un buen partido. Más no era el unico acomodado en la solteria. Al menos ya no tenia que preocuparse de una esposa desdichada (con toda la razón del mundo). Lo pasaba mal en ese aspecto, ya que ella tampoco hubiera podido resistir el saber que su esposo le era infiel....

-¿Me esta diciendo, mi querido Enzo, que, me va a llevar de viaje?-pregunto con calma y con una suave sonrisa. Más en su interior se moria de la ilusión. Más eso no era posible, ella era una dama y debia comportarse, sobre todo llevando tan poco tiempo con un cliente, tal vez con el tiempo y si todo iba bien con el italiano esta se permitiera mostrar un caracter más natural-Seria maravilloso....

Ya se estaban acercando a la propiedad de la importante señora. Madame Delacour se llamaba. La musica se oia a lo lejos mezclandose con las voces y risas de la gente....

La dama se irguio orgullosa y reforzo con seguridad el agarre del brazo.

por **Enzo Krugman** Vie Sep 21, 2012 7:36 pm

-Por supuesto, la llevaré por media Europa. Si es que no le molesta mi presencia y desea seguir teniéndome a su lado, claro-bromeó Enzo.

Por un lado la idea le atraía bastante, la verdad. Desde que se había encontrado con Florette hacía menos de una hora se encontraba maravillosamente cómodo. Se podía hablar con ella de casi cualquier tema, era bastante guapa y no se amilanaba. Todo un descubrimiento. Caro de narices, pero todo un poco de luz entre tanta cortesana sin dos dedos de frente.

Por otro lado había pequeños inconvenientes a la hora de preparar aquél tipo de viajes. Cierta alergia a la luz natural del día era uno de ellos. El necesitar la sangre de otra gente para poder moverse y actuar con naturalidad era otro pequeño detalle.

-Pero no adelantemos acontecimientos-reflexionó sonriente-. Todavía queda mucho. Dediquémonos a disfrutar de la noche mi buena señora. Ya estamos llegando…

A sus oídos llegaban ya el sonido de la música, las voces y las risas. A su lado notó que Florette se estiró un poco y se pegaba más a él. El vampiro sonrió con cierto orgullo, se irguió un poco más él también y se encaminó hacia su destino.

En las cercanías de la casa reconoció a algunos conocidos, a los que saludó con un movimiento de cabeza. En el caso de algunas damas se paró a quitarse el sombrero antes de continuar hasta la misma puerta de la fiesta.

-¿Preparada señorita Francois?

por **Florette Francois** Miér Sep 26, 2012 4:58 pm

¿Acaso Enzo estaba dejando claro a Florette que esta no seria la ultima vez que pediria sus servicios? La rubia sonrio algo vanidosa y enchida de orgullo, pero como bien habia dicho, no habia que adelantar las cosas. Ni si quiera aun habian tenido un acercamiento debidamente fisico y tal vez al comerciante no le agradaba sus dotes en la cama, pero Florette sabia jugar en el terreno personal, sabia encantar a la gente que tenia a su alrededor, a complacerlos animica y espiritualmente para que, posteriormente, lo fisico solo fuera un complemento.

Pero un hombre era un hombre y tenia bien claro cual era el pnto debil de todos ellos.

El palacete de la anfitriona se mostro altivo e imponente ante ellos. Se trataba de una espectacular construcción al estilo rococo, llena de flores y otros adornos en piedra que le daban un aspecto recargado. Estaba lleno de vida, las risas, las luces y los colores que conformaban los vestidos de las damas al ritmo de la musica, era una escena deliciosa y agradable para disfrutar.
-Naci preparada querido-respondio resuelta la francesa, a cada paso que daba iba ganando más confianza para con su acompañante y no tenia pudor en enseñar su semblante orgulloso. Poco a poco se iba mostrando una Florette natural, pero no por ello vulgar ni fuera de lugar.

Cuando al fin pusieron sus pies en el interior todos los invitados giraron la vista para observarlos. No todos conocian a Florette pero si una gran mayoria. Otros observarian a su acompañante por lo mismo que la miraban a ella.

Unos les miraron con desden y otros con complicidad; o amabas a Florette o la odiabas. Todos sabian a lo que se dedicaba, no obstante habia sabido camelarselos a todos y hacerse respetar.

La rubia correspondio algun saludo inclinando levemente la cabeza, más clavo sus ojos en los de su querido acompañante.

-Me apetece bailar querido-le sugirio esta con una leve sonrisa-después podriamos probar el exquisito champagne y relacionarnos con algun conocido..¿que te parece?

por **Enzo Krugman** Dom Sep 30, 2012 10:08 am

Si Enzo hubiera sido un simple humano y no tuviera tantos años a la espalda lo más probable es que se hubiera terminado enamorando de Florette. De su confianza, su sofisticación y su elegancia. Cada vez estaba más claro que se trataba de una mujer única y no entendía cómo había terminado trabajando de cortesana. ¿Nadie había querido tomarla por esposa? ¿Tan extraño había sido su pasado?

De todos modos era una pena que alguien así fuera una mortal que podría morir en cualquier momento. Pero eso tenía fácil solución.

En cualquier caso no era el momento de pensar en ello, tenía un papel que representar. El vampiro saludó a algunos conocidos sin apenas separarse de su acompañante. Uno de los invitados, precisamente quién más y mejor le había hablado de Florette, hizo un gesto ligeramente burlón y Enzo se limitó en sonreír un poco más.

-¿Bailar?-preguntó el vampiro a la mujer-. ¿Me está pidiendo que mantenga cierto contacto físico y tener la excusa de juntar nuestros cuerpos?-insistió con cierta sorna-. ¿Cómo podría no querer bailar con usted mi buena señora? Vamos, seré sin duda la envidia de todos éstos caballeros…

Y dicho esto el comerciante la tomó de la mano con la delicadeza y se encaminó hacia la pista de baile, donde ya había algunas parejas siguiendo el compás de la música. Una vez allí depositó la mano libre en la cintura de la mujer y empezó a bailar, dejando que las notas musicales guiaran sus pasos.

por **Florette Francois** Lun Oct 15, 2012 5:51 pm

Florette adorno su rostro curvando levemente sus labios. En sus ojos brillaba la picardia, le habia hecho gracia el comentario del italiano sobre el baile, estaba encantada con aquel hombre y en el fondo iba forjandose la confianza y seguridad que necesitaba para perder el miedo. En esos momentos sabia que aquel hombre no abusaria de ella ni la trataria mal e incluso respetaria ss deseos.

Pero, llego a la conclusión que privarle de aquel placer seria demasiado cruel y desde luego se mereceria una golpiza por ser tan insoportable y engreida.

Florette habitualmente, solia hacer esperar a sus acompañantes, como lo haria cualquier dama decente que se preciase. Era las que defendian con dureza que las relaciones debian esperar hasta el matrimonio, y asi lo hizo con su marido más, habian sucedido tantas cosas y la vida le habia dado tantos giros que termino por comprender que no siempre todo debia cumplirse a rajatabla y desde luego Enzo se habia ganado un puesto en las excepciones.

-Oh por favor, deje de darle ese sentidos a un inocente baile-contesto siguiendole el juego, pero ¿Acaso un baile era tan inocente? No habia otra forma de que dos enamorados pudieran aproximar tantos sus cuerpos sin tener que recurrir al sexo y aun asi, siempre se aprovechaban ocasiones para coquetear, además de que, existian bailes que se practicaban en lugares perdidos de la mano de dios que, carecian de bastante moral por su terrible parecido a una relación sexual- Y yo sin duda de todas las damas-aprovecho para mirar por el rabillo del ojo, esperando miradas de reproche por parte de alguna enemiga.

La musica comenzo a sonar, no podia ser más perfecta para la epoca del año en que se hallaban, la magna obra de Vivaldi, "Las cuatro estanciones: La primavera", una pieza alegre, con ss momentos intensos y dramaticos, pero llenos de frescura.

La francesa se dejo conducir por su compañero de baile, moviendose con gracilidad y compaginando perfectamente los pasos del caballero, tal vez relajandose minimamente y disfrutando del ejercicio, dejando atrás las preocupaciones y los temores, tal vez siendo minimamente feliz, aunque fuera por unos minutos.

La pieza se torno un poco más grave pero menos intensa, reduciendo su ritmo, fue cuando la rubia se permitio el gesto de apoyar la cabeza sobre el pecho de Enzo. Cerro los ojos por unos instentes, pensando que podria pasar toda una eternidad asi, perdida entre las notas musicales, en ese mundo etereo donde nadie le podia hacer daño....

por **Enzo Krugman** Mar Nov 13, 2012 11:49 am

Educado en sociedad por su madre primero y luego por la vida en la corte vienense, los pies de Enzo se movían solos, acostumbrados a una vida de fiestas de salón, bailes y reuniones. Cuando la música estaba en el punto más álgido tomó la mano de Florette y la hizo girar un par de veces sobre sí misma, aprovechando el momento para observarla un poco mejor.

Seguía tan hermosa como hacía un instante. Hermosa y frágil, como toda mortal.

Al bajar el ritmo de la música la cort… su acompañante se pegó más a él, apoyando la cabeza sobre su hombro. El vampiro se permitió una sonrisa razonablemente cálida y siguió acompañando las notas musicales, que se fueron apagando poco a poco hasta convertirse en silencio.

Todavía sonriente Enzo se separó un poco de Florette y se permitió el lujo de mirarla a los ojos. Mucho estaba tardando en volver al burdel y abalanzarse sobre ella en una cama de sedas y plumas.

-Bailáis estupendamente bien, mi buena señora-la halagó con sinceridad-. Sin duda debéis de haber acudido a gran multitud de fiestas…-mientras seguía hablando la tomó de nuevo de la mano y la llevó hasta una de las zonas donde servían el alcohol y los refrigerios-. En cualquier caso, es momento de que usted y yo empecemos a alcoholizarnos. Ya sabe, las etiquetas sociales.

FDI--> Como te comenté antes, mil perdones por el retraso :__

por **Florette Francois** Lun Nov 19, 2012 5:43 pm

-Usted si que baila divinamente-contesto la mujer extasiada. No habia nada más atractivo en el mundo que un hombre que bailara bien, todas las mujeres lo sabian y aquella que dijera que no seguramente seria una paleta o una pobre diablilla.

La francesa se dejo llevar, mientras sonreia a toda persona que se le cruzase a modo de saludo, se le notaba en la cara que la dama estaba orgullosa y satisfecha de su compañia, y de la estupenda gargantilla que portaba suu delicado cuello. Florette estaba como un pececillo en el agua. Sabia en su interior que no debia preocuparne por nada, todo iria bien.

-De acuerdo, pero le aviso que si bebo mucho pierdo mi gracia y no quiero espantarle de mi lado-se acomodo en el sitio-¿Hay cognac?-se intereso la mujer, arqueando una ceja. Florette aguantaba el alcohol...hasta unos limites. Solo se hartaba de beber cuando estaba deprimida y queria "morirse". No habia nada de especial en aquello, ya que todo el mundo solia seguir ese procedimiento, pero Florette se volvia especialmente insoportable-Esta siendo una velada deliciosa Enzo- Comento sinceramente Florette, cosa no muy común en sus costumbres como dama de compañia, pero, las pocas veces que lo hacia, hablaba desde el corazón-cuando usted lo desee podemos volver a mi morada-confeso en un susurro-Pero antes, hableme de sus negocios ¿Le van bien?-Esbozo una ancha sonrisa tintada de picardia.

Las damas no suelen hablar de negocios, los negocios son cosas de hombres y Florette compartia esa visión, pero aun guardaba en su recuerdo la rutina de preguntarle a su marido, y ya de paso, cortesia interesarse por el cliente-Seguro que si. Usted destila exito por los poros de su piel querido.

por **Enzo Krugman** Vie Nov 23, 2012 12:03 pm

-¿Usted perder la gracia? Vamos, no me lo creo; ni aunque se bebiera todo el alcohol del mundo…-repuso con una sonrisa en lo que encargaba un vaso de whisky-. Y me alegro que esté disfrutando de la noche, para mí está siendo un placer también Florette.

Era cierto. Casi se olvidaba de que su acompañante no era más que una cortesana que estaba allí a cambio de una preciosa y cara gargantilla y que entraba dentro de lo posible el que no fuera a verla de nuevo. Todo eso quedaba en un segundo plano, sobre todo cuando Florette susurró aquello de que no tardarían en volver al burdel. Enzo sonrió un poco más y la miró a los ojos, relamiéndose los labios.

-Los negocios bien, razonablemente bien-respondió el vampiro-. A pesar de haber llegado hace poco a París es increíble lo rápido que me he adaptado, aunque suene mal que lo diga yo. Poco a poco los contactos que mantenía en el Este de Europa e Italia están dando sus frutos y los negocios van creciendo-Enzo se encogió de hombros justo en el momento en que le servían el vaso de whisky y le daba un primer trago. No era tan bueno como la sangre, pero al menos servía para paliar un poco la sed-. Magnífico-exclamo mientras se comía a Florette con la vista-. Y la copa no está nada mal-bromeó.

Enzo alargó el brazo y cogió a la cortesana por la mano, entrelazando sus dedos.

-Pero creo que de todo esto podríamos seguir hablando en otro momento y lugar… ¿no cree?

por **Florette Francois** Mar Dic 18, 2012 3:20 pm

Se rio suavemente.

-Estas muy seguro de ello-apunto la cortesana con algo de guasa, le encantaba cuando los clientes se encargaban de alejar las imperfecciones de su persona. Algunos obviamente se la querian meter en el bolsillo, otros estaban cegados por un ideal que no era cierto y otros lo decian muy enserio. No obstante a Florette no le importaba.

Espero a que les sirvieran la bebida, whisky, la mujer fijo sus ojos azules en la copa ya llena, con serena gracia la cogio y beso el cristal, ingiriendo una leve cantidad de whisky, mientras escuchaba la conversación de su acompañante.

Era obvio que Enzo estaba teniendo exito en su empresa, a la rubia le bastaba con verlo para darse cuenta. Sus gestos, su seguridad al hablar, el tono que utilizaba...Pero el tema que habia iniciado la cortesana fue cortado de raiz para introducir una propuesta, el moreno queria un lugar más intimo y ese lugar era sus aposentos. El momento habia llegado.

-De acuerdo- acepto Florette, esperando a que Enzo se levantara y le tendiese una mano-si no te importa me llevare la copa-esta esbozo una sonrisa traviesa y dejo que aquel misterioso y enigmatico hombre la conduciera hacia la salida, no antes haberse despedido de algunas amigas, las sonrisas complices no tardaban en aparecer entre ellas.

Ya una vez fuera la mujer se coloco elegantemente su estola, se acerco sinuosamente a Enzo.

-¿Que te parece si volvemos en un carruaje? Asi llegaremos antes...

por **Enzo Krugman** Miér Dic 19, 2012 4:27 pm

-Me gusta estar seguro de todo lo que hago Florette. Si se dignara usted a verme alguna que otra vez más estoy seguro de que se percataría de ello…-respondió con una mezcla de altivez, galantería y educación que muy pocos en aquella sala serían capaces de imitar. No digamos ya superar-. Espero ganarme ese derecho antes de que el amanecer nos separe querida mía.

Mientras la cortesana bebía Enzo envidió el cristal por probar los labios de la mujer antes que él. Cada gesto o movimiento que la mujer hacía sólo servían para desear que todo fuera un poco más rápido. Ah, las mujeres. Tan sabias y caprichosas ellas…

-Oh, esa copa es ya vuestra para siempre mi querida Florette. Seguramente el cristal se echaría a llorar si cualquier otra mujer posara sus labios sobre él. Y eso sería una terrible canallada indigna de usted… ¿o no?-respondió con el mismo tono burlón y travieso que había usado la cortesana antes. Mientras la guiaba hasta el exterior Enzo disfrutó de la sensación de estar a tan poca distancia de ella. Aquello era, cuanto menos, estimulante. Tanto que apenas se despidió de nadie, más concentrado en otros menesteres.

Por fin fuera Florette le propuso viajar en algún carromato hasta el burdel. Por la celeridad del asunto más que nada. Y la verdad es que la idea de ir a solas en un lugar cerrado y a oscuras le atraía bastante. Con una sonrisa igual de traviesa y pícara que la de su acompañante Enzo asintió, aceptando la idea.

-Aunque quién sabe, el carromato podría perderse…-respondió el vampiro mientras hacía llamar a uno-. Y nos acabamos retrasando más de la cuenta…

Una vez que el carruaje se detuvo frente a ellos Enzo le abrió caballerosamente la puerta a Florette y entró tras ella después de decir al cochero cuál era su destino. Por fin dentro se sentó en el mismo banco que la cortesana, dejando apenas espacio entre ellos. El embriagador olor de la mujer inundaba sus fosas nasales. Dios, menos mal que se había alimentado antes de presentarse ante ella o no habría podido resistir según qué pensamientos.

-Celebro que hayáis disfrutado de la velada mi buena señora…-dijo en un tono bajísimo -. Más espero que todavía reservéis energías, lo mejor está por llegar…-le aseguró en un tono confidencial mientras volvía a entrelazar su mano con la de ella. Y sonreía. Enzo no había dejado de sonreír en casi ningún momento de la velada.

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