Cleopatra Trifena, la princesa de las almas

2000 años → Fantasma → Antigua reina correngente de Egipto y Reina de Siria→ Heterosexual → Alejandría, Egipto

Descripción psicológica
Los pensamientos y acciones de Cleopatra son realmente imposibles de descifrar, nunca sabes como va a actuar ni que hay detrás de ese rostro hermoso esculpido en piedra. Sus ojos, del color de la muerte, tan blanco que es imposible saber de que color fueron en vida, muestran tan solo un enorme vacío y un nulo sentimiento en ese cuerpo inerte.

Tras se asesinato y vuelta al mundo, Cleo se muestra impasible y fría, sin dejar que nada ni nadie entre en su interior. Su objetivo está bien claro y marcado, solo ansía y busca con desesperación ese corazón robado, marcado en su cuerpo con una cicatriz en el pecho. Por dentro, lugar donde existe ese frío invernal, echa de menos su vida pasada, cuando era una gran reina y tenía su familia.

Es una persona fuerte, con un genio que pocas veces muestra pues no hay nada que importe. Pero, si alguien lograra conocerla, vería que es un mujer dulce y cariñosa, que desea el calor de un cuerpo junto al suyo y que alguien la quiera de verdad. Aunque su rostro sea puro hielo, en vida fue lo contrario a ello, viviendo en lugar cálido se mostraba divertida, siempre sonriendo y bailando.

Poderes
- Aparición/Invisibilidad: Habilidad para aparecer y desaparecer las veces que deseen y a cualquier hora del día, además de que ellos poseen la capacidad de mostrarse solo ante las personas que ellos elijan y ocultarse a ojos de los que no desean que los vean.
- Ilusión: Capacidad de crear ilusiones ópticas a los vivos, mostrar recuerdos a través del tacto o similares.
- Teletransportación: Habilidad para moverse de un lugar a otro sin ocupar espacio o masa en el trayecto. Traspasar superficies sólidas que un humano común no podría, como paredes, etc.
- Movimiento de objetos/Telequinesis: Habilidad para mover objetos, tocar a los seres humanos que están vivos, animales, etc. En pocas palabras pueden hacerse pasar perfectamente por una persona viva y realizar las mismas actividades que un vivo haría si es que lo desean. Los objetos pueden moverlos no sólo con tocarlos, también haciendo uso solamente de su mente.
- Permanencia: Capacidad de quedarse en el mundo de los vivos el tiempo que deseen, pero mientras lo hagan su alma no estará en paz y no descansarán como el resto de los difuntos.
- Corporeidad: Característica de lo que tiene cuerpo o consistencia. Los Fantasmas tienen la capacidad de tener un cuerpo físico, de tocar, sentir y hacer sentir y ser tocados por otros (vivos) si lo desean; significa que pueden gozar de las mismas sensaciones de las que goza un mortal (aunque nunca será igual a como las siente un vivo) pero esto sólo será logrado si se concentra lo suficiente y solamente si desea que asi sea.
- Posesión: Posibilidad de entrar en el cuerpo de un vivo, pero esto sólo pueden lograrlo con la ayuda de una persona que tenga conocimientos en el tema (como los brujos o mediums), además de que la posesión solo será momentánea (máximo un par de horas), nunca permanente.

Historia
Cleopatra IV Trifena es hija de Cleopatra V Trifena y Ptolomeo XII, hermana de Berenice IV y la famosa Cleopatra VII, amante de Julio Cesar y Marco Antonio.

Ella vivió toda la historia familiar, aguantando, soportando discusiones y traiciones. Era de las hermanas de las más hermosas, compitiendo con Berenice en muchos puestos del reino, pero, ¿a ella que le importaban? Egipto era un gran pueblo, era su pueblo, pero no deseaba luchar por absurdas peleas del poder. Su padre era un gran hombre, su hermana una pequeña harpía guiada por el dios Seth… Pero Cleo no iba a meterse.

Conoció a un hombre, alguien que robó su corazón casi al instante de conocerse pero jamás pudo decir sus sentimientos sin herir los ajenos. Ella era la reina corregente de Egipto y su destino era más grande que aquel hombre amado; ella iba a casarse con el Rey de Siria. Cada rechazo otorgado le dolía como si la quemaran por dentro, pero no podía mostrar debilidad. Lo hacía por su bien, por el bien de su pueblo y de ella.

Las peleas en su casa aumentaban. Su madre se alió con su hermana y ella cuidaba de la pequeña Cleopatra VII mientras veía desde las almenas como Egipto sucumbía ante el afán de poder de Berenice. Un día habló con ella, discutiendo a gritos por todo lo que estaba ocurriendo. Su padre en Roma y ella en queriendo controlar el mayor reino de todos sin saber como hacerlo. Se largó de allí, viviendo en Siria con su esposo durante unos años. Años en los que tuvo cuatro hijos, pequeños niños que serían el futuro del reino de su esposo. Antes si quiera de poder verlos crecer, volvió a Egipto, invitada por su hermana y allí, volvió a verle. Ese hombre tenía todos y cada uno de sus sentimientos, pero ella no podía decirlo ni aceptarlo.

Esa noche, en la cena de bienvenida se quedó a solas con su hermana e hicieron un brindis. Brindis en que ambas se miraban seriamente a los ojos, sabiendo lo que iba a ocurrir, el veneno que llevaba la copa de Cleo. La reina bebió con orgullo, sin apartar sus ojos oscuros de los de su hermana justo antes de caer al suelo inconsciente. Su siguiente imagen era la de estar con un hombre lejos del lugar que la vio nacer. Le había dado el antídoto a tiempo para que siguiera con vida y todos pensaran que había fallecido.

Estuvo con su amor varios días, sonriendo y divirtiéndose juntos pero las cosas cambiaban por su parte. Cada vez más frío, cada vez más distante… Ella no podía hacer nada por él, volvían a Siria donde la esperaban su esposo e hijos. Una noche, mientras dormía alguien le tapó la boca, impidiéndole gritar mientras sentía un cuchillo en su pecho. Las lágrimas bañaban su rostro mientras una maldición llegaba nítida y clara a sus oídos: “Muerta estarás desde ahora y por siempre, más cuando yo ordene volverás de entre las tumbas notándose tu muerte. Cadáver en vida solo descansarás en paz cuando halles lo robado, cuando este corazón vuelva al pecho pertenecido y halles lo perdido…” Antes de que la maldición terminara el dolor que sentía mientras le arrancaban el corazón del pecho la hizo fallecer.

Se pasó siglos y milenios en un lugar extraño, sin descansar en paz ni estar en la tierra, pero había algo que tenía en su mente. Él la había matado, se lo había dicho su asesino. Había sido él, quien ella tanto amaba. Y durante todo ese tiempo el odio se fue consolidando en su interior, queriendo venganza y salir de aquella pesadilla.