AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
3 participantes
Página 1 de 1.
Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Y así habían acabado las cosas. Llevaba más de un siglo de pie, pero ya no le quedaban ganas ni lugares a donde ir, por culpa de esa paranoia suya de que estaba siendo perseguido o a lo menos observado por algún esposo celoso o padre que buscaba vindicar una ofensa familiar. Sí, sí, era el tema que últimamente le había hecho volverse un ermitaño, ¡Pero demonios! Era un vampiro sí, pero también tenía otras necesidades además de la sangre, unas que ya no podría buscar en sus ambientes usuales, por lo que se vio en la necesidad de volver a aquel lugar que antaño no pisaba, aquel que conoció de sus primeros e inexpertos amores.
Había estado un buen rato bebiendo, probablemente tenía ya una botella completa de whisky a su haber, aunque era claro que no produciría el mismo efecto que en un humano normal, no, en él no era más que el suave mareo de quien bebe demasiado rápido. ¿Cuándo aparecería su musa? Una digna de que ser retratada en un lienzo de oro… quizás había comenzado a buscar en el lugar incorrecto, porque como pintor que era, estaba acostumbrado a una belleza más bien delicada, no a la voluptuosidad de las mujeres que laboraban en estos lugares.
Suspiró. Estaba a punto de resignarse y dar la noche por perdida ¿Es que no había ninguna mujer interesante? Solo una, que lo sacara del aburrimiento en que se había sumido, una que le hiciese recordar porque era merecedor del apodo de casanova. Pero al parecer lo único que hacía en el burdel era perder su dignidad, como si tuviese una especie de aura que repeliera a la gente ¿O sería miedo? No, él no le infundía miedo a nadie. Bien podía llevar más de un siglo muerto o no vivo, o lo que fuese, y no era solo su cuerpo el que se había estancado, sino también su mente, eso hasta hace un tiempo.
Desde que fugazmente vio a ese muchacho de su infancia todo comenzó a ir cuesta abajo, como si los años se le hubiesen caído mentalmente encima, y ahora no fuese más que un viejo arrastrado que buscaba algún consuelo en los brazos femeninos de alguna dama con suficiente estómago como para soportarlo. Tal vez era así. Tal vez había sido así por mucho tiempo, solo que no se había dado cuenta de ello.
Bueno, si seguía en este lugar bebiendo, el alcohol acabaría por producir ese habitual efecto depresivo, y acabaría aún más hundido en la miseria. ¿Había algo que pudiese sacarlo de ello? Tampoco es que hubiese intentado algo, porque precisamente no tenía con quien. En el momento en que su pasado lo tiró al suelo, su presente comenzó a patearle en el suelo, recordándole que estaba solo, y que era su culpa.
Con algo de dificultad se levantó del taburete de la barra, dejó más que suficientes monedas en la mesa para pagar el whisky, pero cuando se disponía a poner su sombrero en su sitio, una conocida silueta cruzó la puerta, y se hizo la pregunta obvia. ¿Qué haría alguien como él en un lugar como este? Muy obvio. Al mismo tiempo, era algo extraño… pero que podría poner las cosas interesantes, al menos por hoy.
- ¡Coronel! – dijo alzando el sombrero para que lo viese dado todo el jolgorio que había en el lugar, aquel gesto constituía además, una invitación tácita a un trago, quizás dos, y una conversación. Ya no eran enemigos ahora… tal vez.
Había estado un buen rato bebiendo, probablemente tenía ya una botella completa de whisky a su haber, aunque era claro que no produciría el mismo efecto que en un humano normal, no, en él no era más que el suave mareo de quien bebe demasiado rápido. ¿Cuándo aparecería su musa? Una digna de que ser retratada en un lienzo de oro… quizás había comenzado a buscar en el lugar incorrecto, porque como pintor que era, estaba acostumbrado a una belleza más bien delicada, no a la voluptuosidad de las mujeres que laboraban en estos lugares.
Suspiró. Estaba a punto de resignarse y dar la noche por perdida ¿Es que no había ninguna mujer interesante? Solo una, que lo sacara del aburrimiento en que se había sumido, una que le hiciese recordar porque era merecedor del apodo de casanova. Pero al parecer lo único que hacía en el burdel era perder su dignidad, como si tuviese una especie de aura que repeliera a la gente ¿O sería miedo? No, él no le infundía miedo a nadie. Bien podía llevar más de un siglo muerto o no vivo, o lo que fuese, y no era solo su cuerpo el que se había estancado, sino también su mente, eso hasta hace un tiempo.
Desde que fugazmente vio a ese muchacho de su infancia todo comenzó a ir cuesta abajo, como si los años se le hubiesen caído mentalmente encima, y ahora no fuese más que un viejo arrastrado que buscaba algún consuelo en los brazos femeninos de alguna dama con suficiente estómago como para soportarlo. Tal vez era así. Tal vez había sido así por mucho tiempo, solo que no se había dado cuenta de ello.
Bueno, si seguía en este lugar bebiendo, el alcohol acabaría por producir ese habitual efecto depresivo, y acabaría aún más hundido en la miseria. ¿Había algo que pudiese sacarlo de ello? Tampoco es que hubiese intentado algo, porque precisamente no tenía con quien. En el momento en que su pasado lo tiró al suelo, su presente comenzó a patearle en el suelo, recordándole que estaba solo, y que era su culpa.
Con algo de dificultad se levantó del taburete de la barra, dejó más que suficientes monedas en la mesa para pagar el whisky, pero cuando se disponía a poner su sombrero en su sitio, una conocida silueta cruzó la puerta, y se hizo la pregunta obvia. ¿Qué haría alguien como él en un lugar como este? Muy obvio. Al mismo tiempo, era algo extraño… pero que podría poner las cosas interesantes, al menos por hoy.
- ¡Coronel! – dijo alzando el sombrero para que lo viese dado todo el jolgorio que había en el lugar, aquel gesto constituía además, una invitación tácita a un trago, quizás dos, y una conversación. Ya no eran enemigos ahora… tal vez.
Última edición por Nosferatu L. de Beauchamp el Sáb Nov 24, 2012 5:47 pm, editado 1 vez
Nosferatu L. de Beauchamp- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 10/06/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
El pecado no es tan malo,
¿qué puede tener de malo esa decadencia, esa alegría de vivir?
Selene siempre había sentido curiosidad por aquellos sitios...desde que supo que la cigüeña no era más que un acto pecaminoso, desde que oyó hablar de ellos entre cuchicheos a algunas personas, sintió una secreta fascinación por los burdeles, aunque nunca había tenido la ocasión de ir a uno, al igual que tampoco había tenido la ocasión de hacer otras cosas más interesantes, pero tampoco es que no hubiera pensado en ello. Y es que sabía que la diversión, la perversión, traían consigo algo que podría arrastrarte a una adicción irremediable, a noches interesantes y fascinantes. La pelirroja siempre había sentido deseos de ir a alguno, aunque no fuera a hacer lo que hacían esas mujeres que atrapaban a los hombres como arañas que traen a sus víctimas a telarañas de oro. Aunque fuera sólo para observar lo que hacían, la diversión, el correr del vino, la seducción, los ruidos de placer y de dolor que se oían tras las puertas a pesar de la música. ¿Cómo no podía fascinarle aquello aunque fuera un poquito?
Así que un día decidió satisfacer su curiosidad. Le importaba un carajo que las cosas fueran a ir mal, o que pudieran acabar de otra forma, que tampoco estaría mal. Ella correría el riesgo sólo para satisfacer su curiosidad. Así que se enfundó en uno de sus más sencillos vestidos, de color verde esmeralda, sin volantes, y con una gema pequeña de color verde en el pelo. Sin maquillaje. A lo mejor podrían confundirla con una de las cortesanas. Sería divertidísimo que sucediera algo así. Selene iba a divertirse mucho si sucedía así.
De esa guisa se encaminó hacia el burdel, ocultándose entre la gente cómo solamente ella sabía, contemplando lo que sucedía a su alrededor. A lo mejor incluso encontraba allí alguien de cuya información pudiera...no, no podía mancharse las manos de sangre aquella noche. Lo único que deseaba Selene era divertirse un poco, aunque fuera bebiendo un poco. La pelirroja se acercó a la barra y pidió una copa de vino.
Varias personas la miraron con curiosidad, sobre todo algunos hombres que parecían dudar si acercarse o no. Era evidente que la habían confundido con una cortesana, a pesar de que lo que llevaba no era precisamente algo demasiado corto, ni estrecho siquiera. Lo único verdaderamente insinuante que llevaba puesto sería la daga que llevaba en la liga de su vestido, pero eso no se veía, por supuesto . La joven les lanzó un beso al aire y se echó a reír, pero no le dijo nada. Le dio un sorbo a su copa de vino cuando se la sirvieron y canturreó algo alegremente mientras miraba a su alrededor, disfrutando de la música. Se alejó de la barra y dio varias vueltas como si estuviera bailando.
Finalmente se detuvo pues se sentía un poco mareada, a saber si por el vino o por las vueltas. Miró a su alrededor de nuevo. Quizás volviera a la barra para pedir otra copa. O quizás...algo llamó su atención en la barra. O más bien alguien. Entrecerró los ojos, con los ojos brillantes por la curiosidad.
¿qué puede tener de malo esa decadencia, esa alegría de vivir?
Selene siempre había sentido curiosidad por aquellos sitios...desde que supo que la cigüeña no era más que un acto pecaminoso, desde que oyó hablar de ellos entre cuchicheos a algunas personas, sintió una secreta fascinación por los burdeles, aunque nunca había tenido la ocasión de ir a uno, al igual que tampoco había tenido la ocasión de hacer otras cosas más interesantes, pero tampoco es que no hubiera pensado en ello. Y es que sabía que la diversión, la perversión, traían consigo algo que podría arrastrarte a una adicción irremediable, a noches interesantes y fascinantes. La pelirroja siempre había sentido deseos de ir a alguno, aunque no fuera a hacer lo que hacían esas mujeres que atrapaban a los hombres como arañas que traen a sus víctimas a telarañas de oro. Aunque fuera sólo para observar lo que hacían, la diversión, el correr del vino, la seducción, los ruidos de placer y de dolor que se oían tras las puertas a pesar de la música. ¿Cómo no podía fascinarle aquello aunque fuera un poquito?
Así que un día decidió satisfacer su curiosidad. Le importaba un carajo que las cosas fueran a ir mal, o que pudieran acabar de otra forma, que tampoco estaría mal. Ella correría el riesgo sólo para satisfacer su curiosidad. Así que se enfundó en uno de sus más sencillos vestidos, de color verde esmeralda, sin volantes, y con una gema pequeña de color verde en el pelo. Sin maquillaje. A lo mejor podrían confundirla con una de las cortesanas. Sería divertidísimo que sucediera algo así. Selene iba a divertirse mucho si sucedía así.
De esa guisa se encaminó hacia el burdel, ocultándose entre la gente cómo solamente ella sabía, contemplando lo que sucedía a su alrededor. A lo mejor incluso encontraba allí alguien de cuya información pudiera...no, no podía mancharse las manos de sangre aquella noche. Lo único que deseaba Selene era divertirse un poco, aunque fuera bebiendo un poco. La pelirroja se acercó a la barra y pidió una copa de vino.
Varias personas la miraron con curiosidad, sobre todo algunos hombres que parecían dudar si acercarse o no. Era evidente que la habían confundido con una cortesana, a pesar de que lo que llevaba no era precisamente algo demasiado corto, ni estrecho siquiera. Lo único verdaderamente insinuante que llevaba puesto sería la daga que llevaba en la liga de su vestido, pero eso no se veía, por supuesto . La joven les lanzó un beso al aire y se echó a reír, pero no le dijo nada. Le dio un sorbo a su copa de vino cuando se la sirvieron y canturreó algo alegremente mientras miraba a su alrededor, disfrutando de la música. Se alejó de la barra y dio varias vueltas como si estuviera bailando.
Finalmente se detuvo pues se sentía un poco mareada, a saber si por el vino o por las vueltas. Miró a su alrededor de nuevo. Quizás volviera a la barra para pedir otra copa. O quizás...algo llamó su atención en la barra. O más bien alguien. Entrecerró los ojos, con los ojos brillantes por la curiosidad.
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 10/11/2012
Edad : 238
Localización : Detrás de ti
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Era una de esas noches tranquilas, o lo que Sweet llamaría tranquilas porque los hombres que habían en el burdel, siendo muchos o pocos, estaban aferrados a las sillas, desconocía si estaban demasiado bebidos y con miedo a dar el primer paso luego de la sucesión incontable de copas o era que nadie de los allí presentes había cobrado su mensualidad y solo iban a observar con deleite a las damas del lugar, quizá con ansias de golpearles las nalgas al pasar o de tocar sus pechos simplemente. El hecho es que ninguna de las cortesanas estaba ocupada, solo las habituales, las que tenia clientes fijos, ellas normalmente cumplían con sus reservas y solían esperar a ese hombre que generalmente era adinerado y con el cual sabían que la paga iba a ser segura.
No hacia mucho tiempo que había ingresado al burdel como prostituta, es mas en el día de hoy se cumplía exactamente dos semanas de ello. Así que Sweet tomaba debida nota mental de cuanto veía para poder saber un poco mas sobre el burdel, sobre los habitué del lugar y el tipo y clase de gente que se presentaba en el lugar. Muchas de las jóvenes del lugar le habían explicado como eran las cosas allí, donde podía hospedarse y como eran los tratos del lugar. Así que aun andaba estudiando estas cosas cuando de su habitación salió vestida con un corset rosa y una falda corta al estilo can-can con las medias de nylon y encaje negro de rigor.
Mientras bajaba uno a uno los escalones que conducían al salón principal del lugar observaba los movimientos y las miradas, respondiendo a ellas sugestivamente como era la costumbre del lugar. Se acercó contoneando sus caderas a la barra mientras le susurraba al barman -Hola, como estas esta noche? Concurrido parece no?-. Era un chico joven que ya estaba acostumbrado a estas cosas, el respondió afirmativamente mientras intercambiaban sonrisas cómplices.
Se sentó en uno de los taburetes, cruzando una pierna sobre otra mientras mostraba sus torneadas piernas y dirigió la mirada a una mujer, que no era del lugar pero que tenia muy buenos atributos como para serlo. Era muy bella y tenia gracia por sus movimientos, sus cabellos eran rojos como el fuego. Quizá eso era lo que mas llamaba la atención, si bien también era bonita.
A los pocos minutos la puerta se abrió y un hombre pasó dejando entrar con el la brisa de afuera, que estaba un poco fresco. De inmediato alguien en la barra el cual no había notado pareció reconocerlo y saludarlo afectivamente sin ánimos de ocultarlo.
Se quedo observando esta situación mientras bebía un poco mas de su copa.
No hacia mucho tiempo que había ingresado al burdel como prostituta, es mas en el día de hoy se cumplía exactamente dos semanas de ello. Así que Sweet tomaba debida nota mental de cuanto veía para poder saber un poco mas sobre el burdel, sobre los habitué del lugar y el tipo y clase de gente que se presentaba en el lugar. Muchas de las jóvenes del lugar le habían explicado como eran las cosas allí, donde podía hospedarse y como eran los tratos del lugar. Así que aun andaba estudiando estas cosas cuando de su habitación salió vestida con un corset rosa y una falda corta al estilo can-can con las medias de nylon y encaje negro de rigor.
Mientras bajaba uno a uno los escalones que conducían al salón principal del lugar observaba los movimientos y las miradas, respondiendo a ellas sugestivamente como era la costumbre del lugar. Se acercó contoneando sus caderas a la barra mientras le susurraba al barman -Hola, como estas esta noche? Concurrido parece no?-. Era un chico joven que ya estaba acostumbrado a estas cosas, el respondió afirmativamente mientras intercambiaban sonrisas cómplices.
Se sentó en uno de los taburetes, cruzando una pierna sobre otra mientras mostraba sus torneadas piernas y dirigió la mirada a una mujer, que no era del lugar pero que tenia muy buenos atributos como para serlo. Era muy bella y tenia gracia por sus movimientos, sus cabellos eran rojos como el fuego. Quizá eso era lo que mas llamaba la atención, si bien también era bonita.
A los pocos minutos la puerta se abrió y un hombre pasó dejando entrar con el la brisa de afuera, que estaba un poco fresco. De inmediato alguien en la barra el cual no había notado pareció reconocerlo y saludarlo afectivamente sin ánimos de ocultarlo.
Se quedo observando esta situación mientras bebía un poco mas de su copa.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 16/11/2012
Edad : 251
Localización : Paris - Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Una enorme mueca de confusión se forjó en su rostro, porque no entendía qué rayos estaba pasando con su entorno ¿Es que era traslúcido? ¿Cómo un fantasma? Incluso el Coronel, a quien había conocido en circunstancias mucho menos amables, ahora lo ignoraba y seguía con su camino hacia quien sabe dónde. Aquello fue el punto álgido de su humillación, o eso creía hasta ahora, que cometía una tercera estupidez de la noche, después de haber entrado al lugar y de haber intentado invitar a unas copas al Coronel. Dio un par de pasos atrás, parte por el mareo, parte por el dramatismo de sus expresiones, pero acabó tropezando con una de las sillas y yendo a partirse la espalda en el borde de la barra.
Para su buena suerte, todo el jolgorio que se desarrollaba en el salón, impidió que todo mundo se volteara a verlo, aunque si se ganó un par de miradas que cargaban desde compasión hasta burla. Dejó caer la cabeza hacia atrás, y bufó. Tal vez si simulaba estar borracho la humillación sería menos, y si se lo hiciera creer, se sentiría menos patético, cualquier cosa era mejor que saberse un estúpido y rechazado.
Movió la cabeza hacia los lados, haciendo sonar los huesos de cuello, mientras en el entretanto veía a sus dos costados, en las taburetes contiguos, a dos mujeres, cortesanas al parecer. Enfiló la vista al techo, se cubrió los ojos con el antebrazo y comenzó a reír, reír por no llorar ante el gran ridículo estaba haciendo esta noche. ¿Qué más podía pasar ahora? ¿Acaso había algo más patético que él? Probablemente ni aquellos ebrios a los que las mujeres del burdel le rehuían, tendrían tan mala suerte ¿Ninguno de ellos se había tropezado, no?
Suspiró para reponerse espiritualmente, y se incorporó, alisándose luego la ropa, antes de sentarse en el mismo taburete en el que había caído. Apoyó la mejilla en una mano, mientras que con la otra le hizo unas señas al sujeto que atendía la barra – Tres vasos más de whisky, por favor – dijo señalando a las mujeres que tenía a su lado, primero con el pulgar a la del corto vestido rosa, y luego con el índice a la muchacha del vestido verde – Por favor, considérenlo una disculpa por el espectáculo de antes – les dijo, haciendo una especie de reverencia antes de esconder su rostro entre sus brazos, y con la mejilla pegada a la mesa.
Estaba realmente avergonzado, tanto que no deseaba pensar en ello, así que desvió la mente a cosas más agradables. Dibujando en su cabeza, en un lienzo mental, a las mujeres que no había visto más que de reojo. Quizás ni ellas mismas se daban cuenta de la forma en que contrastaban sus bellezas, que parecían dos mundos completamente diferentes. La delicadeza de la pelirroja, versus la voluptuosidad de la morena. Pero aun así, no había que confundir, porque seguía sintiéndose patético al tener que pagar por una noche de compañía.
Escuchó el sucesivo golpeteo de los vasos ubicándose en la barra, y solo entonces levantó el rostro y le dio un sorbo al whisky – Como pueden ver, me han ignorado completamente toda la noche – reconoció, mientras dejaba el vaso nuevamente en su lugar - ¿Doy miedo o algo por el estilo, señoritas? – dijo riendo para sí mismo, retratando también la escena: dos mujeres, y un franco-japonés.
Las miró alternadamente, como invitando a su honestidad. Y si bien quizás no obtendría la compañía que había venido a buscar, al menos obtendría una respuesta del por qué la noche había terminado así.
Para su buena suerte, todo el jolgorio que se desarrollaba en el salón, impidió que todo mundo se volteara a verlo, aunque si se ganó un par de miradas que cargaban desde compasión hasta burla. Dejó caer la cabeza hacia atrás, y bufó. Tal vez si simulaba estar borracho la humillación sería menos, y si se lo hiciera creer, se sentiría menos patético, cualquier cosa era mejor que saberse un estúpido y rechazado.
Movió la cabeza hacia los lados, haciendo sonar los huesos de cuello, mientras en el entretanto veía a sus dos costados, en las taburetes contiguos, a dos mujeres, cortesanas al parecer. Enfiló la vista al techo, se cubrió los ojos con el antebrazo y comenzó a reír, reír por no llorar ante el gran ridículo estaba haciendo esta noche. ¿Qué más podía pasar ahora? ¿Acaso había algo más patético que él? Probablemente ni aquellos ebrios a los que las mujeres del burdel le rehuían, tendrían tan mala suerte ¿Ninguno de ellos se había tropezado, no?
Suspiró para reponerse espiritualmente, y se incorporó, alisándose luego la ropa, antes de sentarse en el mismo taburete en el que había caído. Apoyó la mejilla en una mano, mientras que con la otra le hizo unas señas al sujeto que atendía la barra – Tres vasos más de whisky, por favor – dijo señalando a las mujeres que tenía a su lado, primero con el pulgar a la del corto vestido rosa, y luego con el índice a la muchacha del vestido verde – Por favor, considérenlo una disculpa por el espectáculo de antes – les dijo, haciendo una especie de reverencia antes de esconder su rostro entre sus brazos, y con la mejilla pegada a la mesa.
Estaba realmente avergonzado, tanto que no deseaba pensar en ello, así que desvió la mente a cosas más agradables. Dibujando en su cabeza, en un lienzo mental, a las mujeres que no había visto más que de reojo. Quizás ni ellas mismas se daban cuenta de la forma en que contrastaban sus bellezas, que parecían dos mundos completamente diferentes. La delicadeza de la pelirroja, versus la voluptuosidad de la morena. Pero aun así, no había que confundir, porque seguía sintiéndose patético al tener que pagar por una noche de compañía.
Escuchó el sucesivo golpeteo de los vasos ubicándose en la barra, y solo entonces levantó el rostro y le dio un sorbo al whisky – Como pueden ver, me han ignorado completamente toda la noche – reconoció, mientras dejaba el vaso nuevamente en su lugar - ¿Doy miedo o algo por el estilo, señoritas? – dijo riendo para sí mismo, retratando también la escena: dos mujeres, y un franco-japonés.
Las miró alternadamente, como invitando a su honestidad. Y si bien quizás no obtendría la compañía que había venido a buscar, al menos obtendría una respuesta del por qué la noche había terminado así.
Nosferatu L. de Beauchamp- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 10/06/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Una noche es todo un misterio,
sobre todo cuando te encuentras con alguien nuevo
La situación se estaba poniendo cada vez más interesantes. Selene no se arrepentía lo más mínimo de haber ido a parar allí, y era evidente que no le iba a tocar lanzarse a una conversación, aunque tenía que decir que se había planteado la posibilidad de lanzarse a hablar con aquellas personas que le habían llamado la atención anteriormente, con aquella mujer y con aquellos dos hombres. Aunque al parecer uno de los hombres ignoró al otro, y esto al ignorado le sentó mal. Selene ladeó la cabeza en un gesto un poco melodramático. ¿Le habría dicho algo que le había molestado? Pobrecito. Aunque Selene podría haberle arreado un sopapo al hombre que le había ignorado si hubiera sido ella la ignorada. Más que nada porque Selene era así. Claro que ella te podría pegar un buen sopapo si la molestabas por lo general por aquellos motivos que la solían molestar, que no eran muchos pues la pelirroja tenía por lo general bastante buen carácter.
Así que la muchacha abrió mucho los ojos cuando vio que el ignorado pedía dos whiskie para ella y para la otra mujer, una cortesana del lugar. La situación se le antojó tan condenadamente interesante que se acercó para coger uno de los whiskies, que le habían pedido, bebiendo un sorbo. Sonrió con cierta diversión, mirando alternativamente a la mujer y al caballero, un hombre pálido y de aspecto japonés...bastante bien parecido a decir verdad.
-No...no da miedo...-respondió Selene mientras le daba otro sorbo a su copa-aunque por lo general no suelo tener miedo de nada, pero no creo que en vos haya nada que de miedo...¿no lo cree así, mademoiselle?-le preguntó entonces a la cortesana, para ver si compartía su opinión. Luego se sentó en la barra al lado del caballero. Ladeó de nuevo la cabeza, dejando caer en una cascada el cabello pelirrojo.
-Pero no ha de preocuparse...ahora no se verá ignorado. Un placer conocerle, monsieur, mi nombre es Selene-clavó la mirada en él, con los ojos brillantes y una sonrisa audaz.
sobre todo cuando te encuentras con alguien nuevo
La situación se estaba poniendo cada vez más interesantes. Selene no se arrepentía lo más mínimo de haber ido a parar allí, y era evidente que no le iba a tocar lanzarse a una conversación, aunque tenía que decir que se había planteado la posibilidad de lanzarse a hablar con aquellas personas que le habían llamado la atención anteriormente, con aquella mujer y con aquellos dos hombres. Aunque al parecer uno de los hombres ignoró al otro, y esto al ignorado le sentó mal. Selene ladeó la cabeza en un gesto un poco melodramático. ¿Le habría dicho algo que le había molestado? Pobrecito. Aunque Selene podría haberle arreado un sopapo al hombre que le había ignorado si hubiera sido ella la ignorada. Más que nada porque Selene era así. Claro que ella te podría pegar un buen sopapo si la molestabas por lo general por aquellos motivos que la solían molestar, que no eran muchos pues la pelirroja tenía por lo general bastante buen carácter.
Así que la muchacha abrió mucho los ojos cuando vio que el ignorado pedía dos whiskie para ella y para la otra mujer, una cortesana del lugar. La situación se le antojó tan condenadamente interesante que se acercó para coger uno de los whiskies, que le habían pedido, bebiendo un sorbo. Sonrió con cierta diversión, mirando alternativamente a la mujer y al caballero, un hombre pálido y de aspecto japonés...bastante bien parecido a decir verdad.
-No...no da miedo...-respondió Selene mientras le daba otro sorbo a su copa-aunque por lo general no suelo tener miedo de nada, pero no creo que en vos haya nada que de miedo...¿no lo cree así, mademoiselle?-le preguntó entonces a la cortesana, para ver si compartía su opinión. Luego se sentó en la barra al lado del caballero. Ladeó de nuevo la cabeza, dejando caer en una cascada el cabello pelirrojo.
-Pero no ha de preocuparse...ahora no se verá ignorado. Un placer conocerle, monsieur, mi nombre es Selene-clavó la mirada en él, con los ojos brillantes y una sonrisa audaz.
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 10/11/2012
Edad : 238
Localización : Detrás de ti
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Oh que bello hombre y sobre todo que cortés, le causaba una muy buena impresión que los hombres tuvieran esos decoros para con las personas del sexo opuesto, por lo poco que había pasado en Francia, había notado algo de machismo en las calles y en el burdel por supuesto. Igualmente poco le interesaba cuando se trataba de trabajo, los disfrutaba de alguna forma.
Dejó su copa de costado mientras se alejaba un poco de su silla y se acercaba a los dos, a la joven de cabellos envidiables, en su pueblo la hubieran llamado hechicera, porque eso era lo que creían de los nacimientos de jóvenes bellas, de tez blanca con pecas y cabellos rojos. Era muy ocasional su nacimiento pero el pueblo no se había sacado ese tipo de predicciones que venían de tiempos ancestrales cuando se condenaban a las brujas, acusándolas por casos algunos de ellos poco creíbles, de atrocidades y males de amores. Para Sweet eran puras patrañas de abuelas de épocas de quema de brujas. Era imposible la existencia de esas cosas, las cosas pasaban porque sí y ya y por eso no se llevaba bien con la gente del pueblo que la solían llamar una incrédula y la hacían ver como una idiota a veces por no creer en los cuentos.
-Muchas gracias joven!-
Sonrió algo aniñada al muchacho de piel blanquecina aun perceptible ante la poca luz del lugar, le dedicó una sonrisa a la chica y le dijo -Buenas noches, puedo?-
Señalándole una de los taburetes próximos a la barra cerca de ellos.
Tomó asiento sin esperar respuesta, solo lo hacia de forma automática y luego con los ojos entrecerrados le contestó al caballero
-Créame que es algo normal de ver aquí mi lord, tenga en cuenta que aun muchos hombres se sienten tímidos de entrar en estos lugares y una de las cosas que piden es reserva por sus vidas publicas -
Rió de una forma sutil mientras tomaba el vaso de whisky y bebía un poco de él para luego volverlo a dejar en la barra para acomodarse el vestido que revelaba sus piernas de una forma ostentosa.
Dejó su copa de costado mientras se alejaba un poco de su silla y se acercaba a los dos, a la joven de cabellos envidiables, en su pueblo la hubieran llamado hechicera, porque eso era lo que creían de los nacimientos de jóvenes bellas, de tez blanca con pecas y cabellos rojos. Era muy ocasional su nacimiento pero el pueblo no se había sacado ese tipo de predicciones que venían de tiempos ancestrales cuando se condenaban a las brujas, acusándolas por casos algunos de ellos poco creíbles, de atrocidades y males de amores. Para Sweet eran puras patrañas de abuelas de épocas de quema de brujas. Era imposible la existencia de esas cosas, las cosas pasaban porque sí y ya y por eso no se llevaba bien con la gente del pueblo que la solían llamar una incrédula y la hacían ver como una idiota a veces por no creer en los cuentos.
-Muchas gracias joven!-
Sonrió algo aniñada al muchacho de piel blanquecina aun perceptible ante la poca luz del lugar, le dedicó una sonrisa a la chica y le dijo -Buenas noches, puedo?-
Señalándole una de los taburetes próximos a la barra cerca de ellos.
Tomó asiento sin esperar respuesta, solo lo hacia de forma automática y luego con los ojos entrecerrados le contestó al caballero
-Créame que es algo normal de ver aquí mi lord, tenga en cuenta que aun muchos hombres se sienten tímidos de entrar en estos lugares y una de las cosas que piden es reserva por sus vidas publicas -
Rió de una forma sutil mientras tomaba el vaso de whisky y bebía un poco de él para luego volverlo a dejar en la barra para acomodarse el vestido que revelaba sus piernas de una forma ostentosa.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 16/11/2012
Edad : 251
Localización : Paris - Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
La verdad es que no sabía muy bien cómo se había atrevido a hacer una pregunta así tan descaradamente, sobretodo conociendo ese orgullo de hombre que aunque no llegaba a los extremos del machismo, sí era lo suficientemente fuerte como imponerse a menudo para auto-prohibirse siquiera mostrar su cara en público cuando su ánimo no era el mejor. Ahora, no sabría qué hacer si las respuestas de ambas mujeres no fuesen del todo positivas, porque si bien en general estaba bastante seguro de sí mismo, nada obstaba que existiesen momentos en que aquello flaqueara.
Giró el vaso solo para darse el gusto de ver la formación de un pequeño remolino, quizás no con mucha esperanza de obtener una respuesta dado que los aires de casanova con que robaba sonrisas femeninas escapaban de su pecho con cada suspiro. Por eso se sorprendió ligeramente cuando la muchacha pelirroja le contesto, incluyendo también su nombre. Sonrió para sí mismo ante la primera respuesta, no porque no le creyese, sino que en el contexto de un burdel era un poco obvio que quienes laboraban en él estuviesen acostumbradas a hombres mucho menos agraciados a los que debían atender con una forzada sonrisa, motivo por el que no quiso voltear el rostro para ver su expresión.
La respuesta de la segunda mujer, evidente y encantadoramente mayor que Selene, dado los gustos habituales del muchacho, sí que consiguió sacarle la carcajada que había tratado de retener antes. Pues él creía ser muchas cosas, menos un hombre tímido, y en lo que respectaba a su vida pública, bueno, no podía ser más irónico ¿Para qué cuidar una imagen que él mismo se había preocupado de adornar con rumores y affaires? Eso hace mucho, aun siendo humano casi hace un siglo, había dejado de preocuparle.
- Disculpen que me ría así – dijo levantando la cabeza para mirar el techo y de paso esconder una risilla que no podía evitar – Es solo que es gracioso pensar en mí como alguien tímido y que busca cuidar su imagen pública, Señorita Von Teesse – dijo sin querer, y dándose cuenta demasiado tarde que su mente y sus dones le habían jugado una mala pasada. Generalmente controlaba bastante bien esa facultad de entrar en mentes ajenas, pero ahora había bajado la guardia y debía apresurarse a cambiar de tema o buscar una excusa para conocer su nombre – Watashi wa Lavi desu – fue lo único que se le ocurrió para distraer la atención de ambas – Quiero decir, mi nombre es Lavi – tradujo el mismo al tiempo que agregaba la reverencia de rigor, tratando de parecer descuidado, y le daba una mirada fugaz a la mujer cuyo nombre parecía “haber adivinado de la nada”.
Apuró medio vaso del whisky y volvió a dejarlo sobre la barra, provocando un seco sonido debido al golpe y los ligeros nervios por su tonto descuido. Fingió un escalofrío, haciendo temblar visiblemente la cabeza. Ya casi no importaba que lo hicieran pasar por loco, cualquier cosa estaría bien con tal de no meterse en problemas de nuevo.
Giró el vaso solo para darse el gusto de ver la formación de un pequeño remolino, quizás no con mucha esperanza de obtener una respuesta dado que los aires de casanova con que robaba sonrisas femeninas escapaban de su pecho con cada suspiro. Por eso se sorprendió ligeramente cuando la muchacha pelirroja le contesto, incluyendo también su nombre. Sonrió para sí mismo ante la primera respuesta, no porque no le creyese, sino que en el contexto de un burdel era un poco obvio que quienes laboraban en él estuviesen acostumbradas a hombres mucho menos agraciados a los que debían atender con una forzada sonrisa, motivo por el que no quiso voltear el rostro para ver su expresión.
La respuesta de la segunda mujer, evidente y encantadoramente mayor que Selene, dado los gustos habituales del muchacho, sí que consiguió sacarle la carcajada que había tratado de retener antes. Pues él creía ser muchas cosas, menos un hombre tímido, y en lo que respectaba a su vida pública, bueno, no podía ser más irónico ¿Para qué cuidar una imagen que él mismo se había preocupado de adornar con rumores y affaires? Eso hace mucho, aun siendo humano casi hace un siglo, había dejado de preocuparle.
- Disculpen que me ría así – dijo levantando la cabeza para mirar el techo y de paso esconder una risilla que no podía evitar – Es solo que es gracioso pensar en mí como alguien tímido y que busca cuidar su imagen pública, Señorita Von Teesse – dijo sin querer, y dándose cuenta demasiado tarde que su mente y sus dones le habían jugado una mala pasada. Generalmente controlaba bastante bien esa facultad de entrar en mentes ajenas, pero ahora había bajado la guardia y debía apresurarse a cambiar de tema o buscar una excusa para conocer su nombre – Watashi wa Lavi desu – fue lo único que se le ocurrió para distraer la atención de ambas – Quiero decir, mi nombre es Lavi – tradujo el mismo al tiempo que agregaba la reverencia de rigor, tratando de parecer descuidado, y le daba una mirada fugaz a la mujer cuyo nombre parecía “haber adivinado de la nada”.
Apuró medio vaso del whisky y volvió a dejarlo sobre la barra, provocando un seco sonido debido al golpe y los ligeros nervios por su tonto descuido. Fingió un escalofrío, haciendo temblar visiblemente la cabeza. Ya casi no importaba que lo hicieran pasar por loco, cualquier cosa estaría bien con tal de no meterse en problemas de nuevo.
- Spoiler:
- Les ruego me disculpen la tardanza u.u no tengo excusa salvo que las vacaciones me fríen el cerebro
Nosferatu L. de Beauchamp- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 10/06/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Acaso este hombre había escuchado hablar de Sweet? Seguramente si, sino como se explicaba que supiera su nombre? al parecer las cosas iban mejor que lo que se esperaba, como sus amigas decían a menudo: "es mejor que hablen de ti, a que no hablen..." era un buen indicio entonces.
-Me alegra saber que no es un hombre tímido Monsieur Lavi, un gusto conocerlo- dije mientas le ofrecía mi mano como presentación -Menos mal no es un hombre tímido, sino me estaría obligando a hacerlo dejar esa timidez en un aproximamiento. Usted me entiende verdad?- dijo con un gesto sugestivo. Ese hombre le estaba empezando a agradar, parecía amable al menos. Esa noche estaba algo movilizada, estaba ansiosa también.
Miró a la dama pelirroja que estaba tomando algo, le agradaba ella también porque le parecía igual de agradable y una persona abierta a las posibilidades. Luego de examinar un poco la situación les dijo a ambos.
-Si no les parece mal puedo acompañarlos a un lugar mas tranquilo, donde podremos seguir tomando algo pero sin tanta gente. Si desea Monsieur Beauchamp podemos pedirle al cantinero que le pida al teniente en caso de aparecerse que nos acompañe al lugar donde vamos...- y apenas termine la frase, tomando el vaso opté por terminar el vaso de whiskey. Pensé por un momento en lo que le había dicho y me di cuenta que el alcohol había dejado escapar de mi boca palabras algo apuradas.
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 16/11/2012
Edad : 251
Localización : Paris - Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
La impaciencia es la madre de la ignominia,
pero lo que se ocultan tras esos secretos prometen el paraíso
No era un hombre tímido, ni por asomo. Más bien al contrario. Y además, era bastante atractivo. A Selene le daban ganas de hablar con él, y de comprobar un par de cositas al respecto que serían bastante interesantes de averigüar. Pero admitámoslo, también quería conocer mejor a la mujer. A aquella cortesana de curvas tan prometedoras y de hablar tan elegante. Sería una perspectiva bastante deliciosa, además de que su propuesta le gustaba sobremanera.
Pero...¿irían a una habitación del burdel? ¿A algún lugar del piso de arriba? Había demasiadas posibilidades, muchas cosas que se podían escoger, y todas y cada una de ellas eran posibilidades deliciosas. Vale, los pensamientos de Selene se estaban tornando bastante indecentes. La bruja pelirroja sabía muy bien lo que quería, al igual que sabía que no pensaba desaprovechar ninguna oportunidad. Era interesante.
-A mí me agradaría la verdad. Podemos beber más vino y hablar un poco más. Podemos amenizar un poco más la velada, si ustedes lo desean.-amenizar la velada, qué cutre había sonado. Bueno, qué más daba. Cuando una llevaba un par de copitas de algo fuerte se le escapaban palabras que no debían escapársele. Además, en un lugar cómo aquel eso era algo que importaba bien poco.
Entonces se levantó y los miró a los dos con sus ojos verdes muy abiertos, incitándolos a hacer algo que no debían. Era ella quién se lanzaba para hacer cosas. Incluso en cosas cómo aquellas.
-Quiero una habitación en la que haya vino del caro. Satén de terciopelo rojo, cama enorme, buena música...-canturreó algo por un par de segundos, cómo si estuviera mostrando lo que, efectivamente, era una buena melodía-y algunas manzanas. Y quizás algo más, pero no conozco éste sitio del todo-Vale, ahora hablaba en un modo dulce, sensual y un poco caprichoso. Al igual que su abuela cuando quería algo, lo cual por lo general solía ocurrir con demasiada frecuencia.
-Quiero que...hablemos. Éste no es un lugar para hacerlo-palabras que daban lugar auna infinidad de posibilidades, eso era algo que Selene sabía demasiado bien. Se andó con elegancia hacia las escaleras, hacia dónde suponía que estaba el piso de arriba. Esperaba de corazón no equivocarse, aunque no le extrañaría. No sería la primera vez que se perdía.
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
- Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 10/11/2012
Edad : 238
Localización : Detrás de ti
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just... A Little Company [Erwin Helstorm - Selene Ladomie - Sweet Von Teese]
Esta es de las mías .. pensó Sweet, al notar que los gustos por lo caro y exoticamente sensual de Selene eran iguales a los suyos. Colocando una mano en su pecho se rió por la emoción.
-Me encanta!! Tenemos uno así! Vamos - dijo mirando a Selene y luego se enfocó en el caballero que aun permanecía sentado en el taburete. -Caballero, venga! - dijo extendiéndole una mano invitándolo con las mismas insinuaciones que solía tener a menudo con toda la gente del lugar, posibles clientes o no.
Vió como la pelirroja encaró para la escalera y supuso que ya había venido acá, aunque Sweet no la había visto nunca. La iniciativa que tenia era avasallante desde el buen punto de vista, y eso le encantaba a la cortesana.
Cuando llegaron a la parte superior le indicó a Selene que se aproxime a la habitación al fondo del corredor, que estaba abierta y que mientras ella iría por el vino. Envió tras ella al monsieur con una sonrisa en su rostro mientras entraba por una de las puertas que daban a la despensa/ bodega de la cual sacaban los vinos mas caros que estaban en la barra, los vinos mas añejos y los que le encantaban, los dulzones.
El cuarto al cual había enviado a los dos, no solo constaba de una cama redonda rodeada de unos cortinados que caían a su alrededor, sino que ademas venia acompañaba de una sala con unos cómodos sillones antiguos re tapizados con terciopelo rojo, había dos de un solo cuerpo y de cabezal alto y ostentoso y los otros eran uno de tres cuerpos mullido en el centro y de bordes firmes. Todos estaban contenidos en el centro por una mesa ratona que hacia juego con este set y estaba frente a la chimenea que siempre mantenía un leve fuego para calefaccionar el lugar. Si bien aun el frió tempestuoso no había llegado las noches podían volverse ventosas.
Esta habitación solía ser reservada por figuras públicas que visitaban París, gente del ambiente del espectáculo, y algunos otros que pudieran pagar por sus comodidades, en este caso poco importaba porque la misma estaba reservada recién para la noche siguiente dejándoselas libre para disfrutarla.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Off : Les pido disculpas por la demora u.u
-Me encanta!! Tenemos uno así! Vamos - dijo mirando a Selene y luego se enfocó en el caballero que aun permanecía sentado en el taburete. -Caballero, venga! - dijo extendiéndole una mano invitándolo con las mismas insinuaciones que solía tener a menudo con toda la gente del lugar, posibles clientes o no.
Vió como la pelirroja encaró para la escalera y supuso que ya había venido acá, aunque Sweet no la había visto nunca. La iniciativa que tenia era avasallante desde el buen punto de vista, y eso le encantaba a la cortesana.
Cuando llegaron a la parte superior le indicó a Selene que se aproxime a la habitación al fondo del corredor, que estaba abierta y que mientras ella iría por el vino. Envió tras ella al monsieur con una sonrisa en su rostro mientras entraba por una de las puertas que daban a la despensa/ bodega de la cual sacaban los vinos mas caros que estaban en la barra, los vinos mas añejos y los que le encantaban, los dulzones.
El cuarto al cual había enviado a los dos, no solo constaba de una cama redonda rodeada de unos cortinados que caían a su alrededor, sino que ademas venia acompañaba de una sala con unos cómodos sillones antiguos re tapizados con terciopelo rojo, había dos de un solo cuerpo y de cabezal alto y ostentoso y los otros eran uno de tres cuerpos mullido en el centro y de bordes firmes. Todos estaban contenidos en el centro por una mesa ratona que hacia juego con este set y estaba frente a la chimenea que siempre mantenía un leve fuego para calefaccionar el lugar. Si bien aun el frió tempestuoso no había llegado las noches podían volverse ventosas.
Esta habitación solía ser reservada por figuras públicas que visitaban París, gente del ambiente del espectáculo, y algunos otros que pudieran pagar por sus comodidades, en este caso poco importaba porque la misma estaba reservada recién para la noche siguiente dejándoselas libre para disfrutarla.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Off : Les pido disculpas por la demora u.u
Sweet Von Teese*- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 16/11/2012
Edad : 251
Localización : Paris - Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Contenido patrocinado
Temas similares
» En la plaza parisina (Selene Ladomie / Libre)
» Cartas, notas y diarios. {Erwin Helstorm}
» Revenge of a Broken Heart [Erwin Helstorm - Anatole Dufort]
» Cronología de Selene Ladomie
» Escritor subversivo (Selene Ladomie)
» Cartas, notas y diarios. {Erwin Helstorm}
» Revenge of a Broken Heart [Erwin Helstorm - Anatole Dufort]
» Cronología de Selene Ladomie
» Escritor subversivo (Selene Ladomie)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour