La curiosidad mato al gato ( Elvira Fournier)

por **Adèle Murray** Jue Nov 22, 2012 4:06 pm

Tal y como habíamos quedado la mujer misteriosa se presento en mi casa entrada la anochecer. Venia nerviosa como siempre, pero esta vez sus ojos estaban enrojecidos, sí había estado llorando, ¿pero porque?. - Señora he conseguido recuperar su anillo con éxito- Le dije mientras me dirigía en una caja en el escritorio donde lo tenía guardado. - A verlo. - contesto fríamente. - Se le olvido un pequeño detalle madame, no me conto que se trataba de un vampiro quien lo tenía- De espaldas al escritorio podía notar cómo se ponía tensa al escuchar la palabra vampiro.- Discúlpeme de verdad, no lo sabía… voy… voy a doblarle la cantidad de dinero que habíamos acordado.- No, no hará falta.- Le dije mientras le devolvía el anillo. Ella lo observo detenidamente.- Gracias, aquí tiene su parte.- Dijo sacándose una bolsita roja con el dinero adentro. - De nada , la acompaño a la puerta.- Dije cogiéndola sin mostrarle mucho interés al dinero. - ¿No va a mirar si la cantidad es correcta?-. Preguntó. - No, confió en usted madame.- La mujer salió lentamente de la casa, parecía que no tuviera ninguna prisa para irse, es mas no quería. ¿Por qué donde ira? Pude escuchar sus sollozos mientras bajaba hacia la puerta de salida del bloque de pisos donde vivía. De momento el plan funcionaba según lo previsto. No se había dado cuenta de que el anillo por el que había pagado era falso, el dinero que me había dado serviría para pagar la copia.
Mire por la ventana del cuarto piso mientras ponía la mano dentro del bolsillo y jugueteaba con el anillo. Podía reconocer la figura alta y esbelta de Elvira, esperando discreta escondida entre las sombras de la noche en una calle, inmóvil como un felino. Ahora era su turno, tal y como habíamos acordado aquella noche en el Bar tenía que seguir a la mujer misteriosa para saber donde iba y luego ir nosotras con el anillo verdadero al lugar. Me moría de los nervios por saber hacía donde se dirigiría la misteriosa mujer, pero debía ser paciente. La vi salir del bloque … "Que empiece la función".

La mujer se dirigió a paso rápido dos calles arriba donde le esperaba un carruaje, miro hacia los lados para ver si alguien la estaba siguiendo pero no era Elvira su preocupación. El carruaje paro delante del cementerio y ella bajo a toda prisa. Unos hombres de negro la esperaban a las puertas. Uno de ellos llevaba un maletín negro de cuero - Bien hecho querida, vamos a terminar con esto.- dijo el más viejo de todos con un hilo de voz cogiéndola por encima los hombros y conduciéndola hacia la iglesia de la zona. A diferencia de los otros no iba de negro sino con un traje caro de color marrón. El cura les abrió antes de que picaran la puerta. Los estaba esperando. Los condujo dentro hasta llegar a unas escaleras que se dirigían hacia el oscuro subsuelo donde habían la galerías. - Que sea rápido y limpiadlo luego.- Dijo seriosamente. - No hace falta que nos acompañes- dijo el hombre dándole un beso en la frente a la mujer que se puso a llorar de manera desconsolada e le dio el anillo. Seguidamente cogieron unas antorchas y entraron.
Pasaron cinco minutos, la mujer lloraba en los brazos del cura. Entonces aparecieron otra vez. El hombre estaba enfadado.- ¡Estúpida este anillo es falso! - dijo lanzándolo al suelo.

por Sybelle* Sáb Nov 24, 2012 12:29 am

Luego de esa noche en el bar, había quedado todo coordinado. La idea principal era la de llegar al fondo de esto. Ver cual era el secreto arraigado bajo la fachada de un simple anillo, que de simple y de anillo poco tenía mas que el simple formato.
Sabía que la señora iba a llegar con algún medio de transporte como solían las damas adineradas de la alta sociedad, así que antes de encaminarme a la casa de Ädele usó sus vestimentas de hombre como solía llamar a ponerme una chaqueta oscura, camisa oscura y pantalones, porque andar por las noches vestida de dama solo lo reservaba para las noches comunes y esta definitivamente no era una de esas noches.

Se encaminó a la casa de Ádele hasta que un carruaje estacionó cerca y fue ahí cuando me retiré del departamento hasta el frente del edificio mientras contemplaba la situación de reojo y fingía fumar una pipa en la puerta de la casa de enfrente. Observó que la señora se encontraba tensa y compungida no sabia si por la situación o por alegría. Era algo rara de diagnosticar. Permaneció en la casa por unos minutos sin ánimos de irse de acuerdo a sus movimiento, hasta que partió y la vio salir de la edificación mientras la joven observaba desde el balcón.

Sigilosamente apagó la pipa mientras la carreta comenzaba a acelerar poco a poco por el empedrado de las calles rumbo este. Así que por las sombras se dispuso a seguir el vehículo ayudándose de sus poderes de velocidad provistos por la inmortalidad. Pocas veces tenia la opción de usarlos, así que estaba mas que feliz corriendo cual perro detrás del carruaje.

Después del largo trayecto el viaje concluyó en el cementerio de Montmartre, ohh cuantos ancestros alli dormian desde hace siglos. De acuerdo a la tradición familiar Elvira debería descansar alli sus restos tambien.. pero solo lo haría en caso de no tener casa, que caso tiene dormir en un sucio y húmedo cementerio, en una de esas mohosas casas oscuras y mal diseñadas. Era horrible de pensarlo nomás.
Se acercó lo mas que pudo a la entrada cuidando de no hacerse ver ya que la dama fue escoltada por otros hombres hacia el interior del cementerio cerrando la puerta tras de si. El carruaje esperaba en la puerta mientras me deslizé con cautela por el mural por el cual habia pasado minutos antes la señora portadora del anillo falso.

Se fué camuflando entre las tumbas y agradeció su precaucion de no llevar zapatos de tacón en esa oportunidad. Era capaz de hacerlo.
Los siguió hasta una iglesia ubicada en el centro de camposanto y apenas entraron ingresó por el campanario trepando por el techo de la misma.
Desde el altillo contempló a la señora entregándole el anillo al párroco con lágrimas en los ojos. Él hombre se retiró casi de inmediato y Elvira quedó a la espera ya que no tenía la menor chance de avanzar hacia la cripta. No pasaron mas que unos minutos hasta que el cura salió hecho una furia gritando que el anillo era falso.

Oh gran problema! que pasaría ahora con la señora? Acaso la mataría frente a los demás? Los ojos de la vampiresa centellaban de placer al pensarlo. Que destino le deparaba a esta pobre dama crédula?

por **Adèle Murray** Mar Nov 27, 2012 6:25 am

Llevaba en la calle esperando a Elvira hacia cosa de una hora, envuelta en un abrigo largo negro y tapada con una bufanda hasta las orejas por el frío de la noche. Des de la posición donde me encontraba podía controlar las entradas y salidas por la puerta de mi bloque de pisos por si regresaba la mujer misteriosa a reclamar su dinero. Nada, ni ella ni Elvira. Me apoye en la pared de la calle y hice un suspiro que se convirtió en vaho. No podía dejar de pensar en el caso; ¿habría descubierto ya Elvira lo que escondían?¿Estará bien?.

Sumida en mis pensamientos de golpe noté la presencia de alguien detrás mio, se me levantaron los pelos de la nuca igual que un gato cuando ve un perro. Podía notar su gélido cuerpo detrás mio y el tacto helado de su mano cuando me agarro por la cintura para atraerme hacia él y decirme con un susurro rozando sus labios cerca de mi oreja; - Hola Adèle.-

Intente apartarme inmediatamente, pero algo me lo impidió, no podía moverme estaba paralizada. Venía a recuperar el anillo que en aquellos momentos seguía escondido en mi bolsillo y lo peor de todo es que sabia donde encontrarme y mi nombre. Ahora ya era imposible escaparme de él solo se me ocurría una salida, hacer tiempo hasta que llegara Elvira a buscarme para ir a abrir aquello que estuviera escondiendo la mujer misteriosa.

por Sybelle* Mar Nov 27, 2012 1:16 pm

La noche seguía fría como hasta hace un tiempo, hasta el frío se colaba por entre las rendijas de la capilla. Había pasado ya bastante tiempo desde que estaba ahí esperando la decisión, y ver que pasaba. Al parecer la pelea entre el cura y la mujer no llegaría a buenos términos o mas bien no terminaría mas porque no dejaban de quejarse y quejarse, nadie resolvía nada.
Así que decidió volver para estar cuanto antes en la casa de Ádele y darle aviso que se enteraron que el anillo era falso.

Tenía que correr no sea cosa que el cura, la dama y los dos hombres se presentaran en la casa de la chica amenzándola con armas de fuego. Tenía que correr. Volvió a salir por donde había ingresado a la capilla mientras la una nube cubría la luz mortecina de la luna que se reflejaba en el camposanto. La visión era casi apocalíptica cuando eso sucedía o al menos así lo veía Elvira.

Corrió nuevamente por entre las catacumbas enmohecidas y llenas de barro hasta la reja del frente del cementerio. Salió prevenida del lugar observando que el cochero que llevó a la mujer hasta allá no notara la salida de otra persona desconocida a esas horas de la noche. No era algo normal.
Mientras alcanzaba la esquina de la vivienda de Ádele percibió el cambio en el lugar, un extraño olor conocido se hizo presente en el lugar. Lamentablemente conocido porque el aroma era reciente ademas de ser el aroma del peligro. Dulce y peligroso. Se aproximó a la esquina con cautela hasta confirmar sus sospechas.

Un vampiro se encontraba sosteniendo a la pequeña Ádele por los hombros, el cazador había encontrado al fin a su presa. Siguió caminando lentamente hacia ellos hasta quedar a escasos metros de ellos, al parecer el vampiro había obrado sobre la joven la propiedad de inmovilizarla porque ella no emitía gestos ni se movía de su posición salvo por sus ojos llenos de terror.

-Que crees que haces? Suéltala...- Afirmé con seriedad mientras le dedicaba una mueca de asco al vampiro.

por **Johannes Z. Délvheen** Jue Nov 29, 2012 11:50 am

Definitivamente, las cosas nunca iban como debían.
Había realizado mas de un viaje relámpago, mas de una carrera precipitada y ahora continuaba en aquella búsqueda a contrarreloj que me conducía directamente hacia aquella chica…
Lo cierto, es que pocas cosas me sacaban de mi buen humor, pero si habia algo que me amargaba profundamente, era ver como me habían arrebatado algo en mis propias narices, sobretodo algo tan importante como lo era esto.

Negué con la cabeza, pues no tenía tiempo que perder, ni siquiera para enfadarme. No tenía sentido…
La llave, tenía que hacerme con ella cuanto antes, era lo único que importaba.
Desplegué en pequeño trozo de papel que me indicaba la dirección de aquella joven a la que ya había seguido antes, por lo que me desplace veloz, localizando la ubicación de aquella a la que buscaba, visualizándola y acercándome a ella sin dilación.

Hola Adèle…Disculparas mi intromisión en esta noche y a estas horas…
Lo cierto es que no…nunca me has visto antes. Indique mientras le tomaba por la cintura, girándole hacia mi quizás un tanto bruscamente, sin poder evitar sonreír ante aquel rostro asustado.
Pero me temo …que tienes algo que es de mi propiedad . Comente sosegado para después acercar mi rosto hacia ella con un semblante poco amistoso. Y lo necesito con urgencia. Reclame en voz baja, pues realmente tenía demasiada prisa para ser amable.

Pero en aquel entonces unos pasos me alertaron y el aroma y la voz me hicieron girar el rostro para arquear una ceja al ver a la otra dama, una por cuyo aroma dulce visualice como a una igual.

¿Que, qué hago? ¡He venido a bailar el vals!…indique como si nada con cierto sarcasmo. ¿Es que nadie entendía que tenía mucha prisa?
Volví a mirar a Adele centrándome en sus ojos antes de escuchar los pasos de aquella que se acercaba a mi espalda, seguramente preocupada por su aliada, quizas con ganas de "bailar el vals" realmente y aprovechar de medir sus fuerzas conmigo, por lo me centre en la joven humana y ordene a su mente sin dilación.
Dime donde tienes la llave. ¡Enséñame su ubicación! En aquel momento los ojos de la joven parpadearon y su mirada bajo a su bolsillo ante su gesto de consternación. Pude escuchar como tragaba saliva, quizás furiosa al percatarse de que acababa de indicarme algo que no quería.
Introduje la mano en su bolsillo rápidamente y entonces saque la llave, apreciándola un solo instante antes de girarme, sosteniendo a Adéle por la cintura para contemplar a la inmortal, que me miraba desafiante.

Las campanadas resonaron en la lejanía y entonces el concepto del tiempo volvió a ser un incordio, no podía quedarme a charlar, ni a bromear, ni siquiera a luchar. por lo que sin mediar palabra alguna tome a Adèle en brazos y me giré, usando la velocidad característica de nuestra raza para comenzar a correr entre las calles. Si aquella inmortal quería a su amiga, tendría que venir a buscarle…Ya después de eso, vería como me las apañaba.
Quien sabe, quizás no me odiaban tanto, quizás les podía invitar a un té y todo después que aquel ajetreo... Reí en mi interior, siete siglos y la demencia ya se avecinaba...

¡Agárrate!

por **Adèle Murray** Jue Nov 29, 2012 2:46 pm

Mierda, mierda, mierda. El vampiro adivinó sin yo abrir boca donde tenía el anillo; metió la mano en mi bolsillo y… adiós mis planes, mi trabajo, mi tiempo, mi investigación, ¡todo! acababa de irse al traste. Y ahora seguramente vendría la mejor parte, cuando me arrancaba la cabeza, me descuartizaba o me dejaba desangrada quien sabe lo que puede acabar haciendo un vampiro furioso. Apreté fuerte los ojos solo al imaginármelo, pero no paso nada. Quizá después de todo no era un vampiro tan malo, de hecho si estaba furioso lo aparentaba muy bien, con su forma de hablar tan galante y su aparente tranquilidad y serenidad. Seguramente tendría prisa, sí seria eso. Y la pregunta se formulo en mi mente como algo instantáneo volviendo a despertar mi curiosidad y haciéndolo todo de lo mas intrigante

¿Por qué tendrá prisa?

Escuche la voz de Elvira y respire aliviada, mi ángel salvador apareció por segunda vez a sacarme de las garras del malvado galante vampiro. Debería hacerle un regalo a esa mujer en muestra de mi agradecimiento... pero esto ya lo pensaría mejor en otro momento. Pareció que a él no le agrado tanto como a mi su llegada ya que eso lo hacía retrasar más. Sin avisar me cogió en brazos sin ningún esfuerzo y empezó a correr. - ¿Eh que haces?- se me escapo la pregunta como si fuera un alto reflejo y sospeche que la respuesta volvería a ser " bailar un vals" así que preferí callarme. Además tampoco me interesaba que me soltara, allá donde quiera que fuéramos a toda velocidad seguramente sería de mi interés. El hecho de que Elvira nos siguiera me daba seguridad, confiaba en que ella no dejaría que me hicieran daño.

Llegamos al cementerio nos detuvimos dentro del bosque escondidos ¿Y que se podría esconder en un cementerio? ¿Un cadáver? no creo… A lo lejos pude identificar en seguida a la mujer misteriosa, ya se iban del cementerio, estaban a punto de subir en el carruaje. La acompañaba un hombre que la cogía por el brazo y parecía estar muy furioso. Sospeche que era su marido por la forma de agarrarla. Y no estaban solos iban acompañados de unos hombres vestidos de negro. Los identifique en seguida mi padre siempre estaba rodeado de hombres como estos, hombres sin escrúpulos al cual les habían lavado el cerebro.
- Inquisidores- dije en un susurro mirando a los ojos al vampiro que me llevaba en brazos esperando que él pudiera darme una pista o una respuesta. Él no parecía estar sorprendido, ya sabía de qué iba todo aquello y los miraba con el ceño fruncido dibujando una fina línea en sus labios. Elvira estaba detrás nuestro, tampoco parecía sorprendida de haberlos visto, seguramente ya lo había hecho antes.

por Sybelle* Lun Dic 03, 2012 9:19 pm

Ese maldito vampiro la tenia exactamente donde la quería, atemorizada y bajo sus fauces. Últimamente había tomado las cosas muy particulares con Adéle, pocas veces se me dio por tomar cuidado de un ser humano mientras lo sentía como una potencial fuente de sangre. Lo raro con esta chica es que la había tomado como una humana a custodiar, algo en lo cual me desconocía pero ya me empezaba a caer y a sentar bien esto de cuidar gente, salvo por un problema, algo que realmente no tenia, y era la habilidad de hacerlo. En primer lugar mi mente me ordenaba actuar por impulso en la mayoría de las situaciones cotidianas o no, otra de las cosas es que no tenia el podes de premeditar mis pasos, solo lo hacia y listo.
Estas cosas eran buenas, pero tenían su contra. Una persona que se encarga de cuidar a alguien o algo no debe olvidar su objeto de cuidado. En este caso yo debía cuidar a Adéle que cuidaba a su vez a la llave.
Pero Oh problema, olvide cuidar a la humana y la humana reveló el lugar de la llave. Estábamos perdidas bajo las fauces de un vampiro apurado? Quizá si, quizá no. Me contentaba con pensar que no estaba todo perdido, que el vaso aun estaba medio lleno. Me puse a correr como nunca, obviamente esto de correr no se me daba a menudo ya que los humanos de por sí son lentos a mi velocidad... pero santo Dios que este muerto en vida corría! Dí lo mejor de mi pero sabia que su velocidad era algo que a duras penas podía mantener. El único motivo que me mantenía corriendo era Adéle. De no ser por ella ni correría una cuadra tras el. Ademas que parecía llevarme años luz en antigüedad por sus habilidades.
"Concéntrate Elvira! Vuelve a ti" La cosa se pone difícil mientras veo que retoma el camino por el cual minutos antes había vuelto del cementerio, así que íbamos nuevamente para allá. La calle estaba cada vez mas apagada, las luces parecían morir lentamente en la acera hasta que llegamos de vuelta a la entrada del cementerio, el carruaje seguía allí, lo podía ver desde la distancia. Y ademas había gente saliendo a los tirones de allí. Si, era esa mujer que había visto en la iglesia dentro del cementerio con su marido reprochante. Antes de llegar vi que el vampiro disminuyo la velocidad para contemplarlos al igual que lo había hecho antes yo en la soledad de altillo de la iglesia.
Al fin los alcancé mientras se encontraba en las sombras , sigilosamente me quede a su lado mientras agarraba de la cintura a Adéle que por este entonces ya debía de sentirse como un abrigo requerido por varios -Suéltala idiota, que te piensas que vas a matarla frente a mi? ya tienes lo que querías no, además la pieza ya acabó!- le dije mirándolo de frente con mis manos aferradas a ella bufando por el esfuerzo de correr, algo que no se me daba.

por **Johannes Z. Délvheen** Jue Ene 24, 2013 5:42 pm

Inquisidores. Le afirme en un susurro a la joven que me había llevado de “rehén”. Mientras me acuclillaba y le dejaba pausadamente en el suelo procurando de ese modo no hacer ruido. Mientras yo vigilaba cada movimiento que hacían aquellos hombres sin quitarles la vista de encima, ni siquiera cuando la acompañante inmortal de mi rehén hizo acto de presencia de forma escandalosa e innecesaria. No tenía tiempo para jugar con ellas ni para recibir sus posibles insultos.

No os mováis de aquí…por lo que más queráis. No es un juego, no os dejaran marchar si os ven…
Posiblemente alguna de las dos dijo algo, pero no pude escucharlas, pues antes de que pensaran o quisieran hacer nada, yo ya me habia escabullido entre las sombras, dando una orden mental a uno de los inquisidores, que se abalanzo sobre uno de sus compañeros para atacarle ante la confusión del resto, y entonces cuando el matrimonio se giro a ver que pasaba, aquellas dos escandalosas hicieron algo, llamando la atención del par, por lo que se dieron cuenta de lo que sucedia.

Refunfuñe palabras indecorosas que no hace falta que repita, y es que en aquel momento no pude casi pensar en nada, tenía que interactuar y adentrarme cuanto antes en las catacumbas, tenía que distraer a aquellos hombres para que si eso, se centraran en mi y olvidaran a aquellas dos…
Por lo que salí a toda prisa desde mi escondite, golpeando a uno de los inquisidores en la cabeza mientras los otros me miraban y se abalanzaban hacia mi, teniendo que esquivarlos, tomándoles de los mismos ropajes para apartarles de mi lado, esquivando sus armas ahora desenfundadas, apartándolas con mis propias manos mientras me zafaba como podía de ellos, atacándoles incluso mentalmente para ganar tiempo, observando como caían retorciéndose de dolor en el suelo mientras yo usaba esos valiosos segundos para adentrarme veloz en aquella entrada,a la siga de la pareja, la cual ya bajaba veloz por las escaleras que conducían hacia la oscuridad, donde corrieron y donde les encontré junto al altar de piedra, mirando a todos lados, sin poder escapar.

Repulsivos…
Simplemente me parecieron repulsivos e ignorantes.

Les inmovilicé, les aparte de en medio ante su rabia y su desespero, observándoles con los ojos entrecerrados cuando las estacas cayeron de sus manos. Por lo que decidí no mirares, pues empezaban a ser algo más que desagradables para mí.
Entonces, delante de ellos me acerque hacia el altar e introduje la llave en el medio de la piedra, en un agujero que tenía su forma y medida, aun agitado ante la carrera y por los hombres que seguían fuera, apartándome poco a poco para escuchar cómo se activaban una serie de engranajes, que indicaban con su sonido como crujan las mismas paredes de piedra, y los engranajes metálicos que hicieron alzarse aun mas aquel altar, mientras yo me acercaba, subiendo los escalones para apartar la tapa de piedra, ahora rota en enormes fragmentos. Las aparte con mis manos desnudas, hiriéndome, sin que me importase siquiera, para encontrar al fin la tapa de madera. Me apoye un instante en ella, cerrando los ojos y soltando el aire ante lo que aquello era realmente; Una tumba.

Por favor…que no sea demasiado tarde…susurre en medio de la oscuridad, que solo se veía interrumpida por frágiles rayos de luna que se colaban por pequeños huecos de la catacumba.
Moví la tapa de madera, apartándola con cuidado, para apreciar a aquella pequeña, que con un gesto pacifico y tranquilo, parecía sumida simplemente en un placido sueño.
Aparte uno de sus mechones de su semblante y acaricie su mejilla con el dorso de mis dedos, alzando mi mano y dejando que las mismas gotas que resbalaban por mis dedos -al apartar la piedra de su tumba,- cayeran pausadamente por mi pálida piel, deslizándose oscura y espesa hasta posarse en sus labios entrecerrados. Dejando que tan solo cayesen unas pocas gotas.
Y entonces espere en silencio…
Y espere…
Y cuando empezaba a odiarme por llegar tan tarde, sus ojos se abrieron, sus iris se encogieron y sus ojos se encontraron con los míos contemplándome por primera vez…

por **Adèle Murray** Vie Ene 25, 2013 5:57 am

Corrí hacia la iglesia, aquel vampiro se había desecho de los inquisidores facilitándome el camino. Al entrar vi una escotilla abierta que daba hacia al sótano situada al otro lado de la capilla. Sin pensarlo mucho fui directa hacia allí pero me debute en seco cuando note que alguien me agarraba el tobillo frenando mi marcha. Debía de ser el padre de la zona, asustado se había escondido detrás de uno de los bancos;

-No vayas hija, se esta apunto de desatar el mal ahí debajo.-
-¡Callate viejo loco!- le chille desaciendome con una patada de su mano. Seguí corriendo y baje por la trampilla. Un pasadizo húmedo y oscuro daba a diferentes habitaciones cerradas con llave. Seguí recto asta las puertas del fondo, una de las cuales estaba abierta y allí me encontré la mujer misteriosa y su marido, sentados al suelo como atontados. La mujer ni siquiera se sorprendió al verme.

El vampiro estaba arrodillado delante de un ataúd, no se inmuto al verme entrar, estaba mirando con cierta ternura algo que estaba dentro. Pase con cuidado esquivando los pies de los dos atontados procurando no pisarles ni despertarles de su ensimismamiento perpetuo. Con cautela me acerque al lado del vampiro asomándome al ataúd para ver lo que había: Una niña pálida nos miraba con los ojos bien abiertos, asustada. Al ver el corte en la muñeca del vampiro lo entendí todo, era una pequeña vampiresa que acababa de despertar. Mire a la mujer misteriosa sus rasgos eran parecidos a los de la niña... habían unas estacas de madera al suelo... los inquisidores... el cura... empece a encajar todas las piezas.

- ¡Oh no!- me tape la boca al imaginar lo terrible y cruel que era todo aquello, ¡ la muy loca quería abrir el ataúd para matar a su propia hija!. - Monstruo.- Le dije a la mujer que parecía no percatarse de lo ocurrido.

por **Clodette Landman** Vie Ene 25, 2013 6:32 am

Mi mama me hizo una nueva cama, era muy bonita, de plata, pero no podía tocarla porque sino las manos me quemaban. Dentro se estaba muy bien, cuando cerraba la tapa ya no tocaba la luz del sol. “Buenas Noches” me dijo, y me dio un beso en la frente antes de cerrar. Papa estaba enfadado conmigo, muy enfadado porque mordí a mi hermano. “ Cuando despierte iré a pedirle perdón” pensé, pero cuando desperté nadie me abría y no podía tocar la tapa, por mucho que chillaba nadie me abría. Papa i mama se olvidaron de mi y yo tenia mucha sed.

Un día escuche unas voces, venía gente, ¡venían a abrirme!. Una de las voces era de mi papa decía que llevaran el ataúd en el cementerio. Pero se equivocaron, no era un ataúd era mi cama. - ¡Papa, papa, ábreme!- empece a chillar pero no me escuchaba, entonces di golpes a las paredes de mi cama y me hice daño, pero no me respondió. Escuche mi mama estaba llorando – ¡Mama ábreme!- Mama no quería abrirme. Me había castigado por mala, por morder a mi hermano. Empece a llorar durante todo el trayecto hasta que se hizo el silencio. Tenia mucha sed y estaba muy cansada, al día siguiente ya no desperté porque tenia mucho sueño.

Note el sabor de algo muy bueno y dulce entre los labios, mas bueno que una piruleta. ¿Que era aquello? Que sed tenia - Quiero mas – dije y entonces abrí los ojos. Un señor muy guapo me estaba mirando y al lado había otra chica, pero olía diferente, olía a algo dulce y caliente. Quería probarla, abrí la boca mostrando mis colmillos - ¡Más!- exigí. La tapa de mi cama estaba abierta, ya podía salir y de un salto me abalance hacia la chica morena con la intención de probar su sangre.

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