Secret [Alexis VanVollehoven]

por Invitado Miér Nov 28, 2012 2:56 am

Invitación al libro prohibido…Vagan en una oscuridad negra y desesperada, un amante frágil, un cadáver putrefacto…Aquel hechizo sobre el símbolo que cargo como orgullo. –Fue casi las palabras que Angélica recitaba a través del cuerpo del nigromante, era un eco espectral el de la voz femenina y masculina en un conjunto tétrico. Frente al brujo que envolvía su silueta andrógina en una capucha negra yacía un cuerpo desnudo una mujer morena con el símbolo del decagrama en su rígido abdomen. La sangre se espacia por la tierra húmeda entre hojas y gusanos que salían de aquella carne putrefacta. Las manos de Alan posaban sobre la frente de la mujer cerrándole los parpados pues le había arrancado los ojos sin piedad, dibujo una sonrisa cínica en su rostro. Gesto que pocas veces mostraba ante la gente. Guardo ese par de zafiros en un recipiente con sustancias que había preparado. En medio del bosque, sin nada más que el tenue color de la intensa lluvia casi apunto de oscurecer, era como le gustaba experimentar. Aquella prostituta había muerto en medio de un ritual que invocaba criaturas ‘del infierno’ según la iglesia.

En medio de la oscuridad y soledad nadie podía venir a capturarle, comenzó a depositar el cuerpo en una fosa en medio de la tierra enterrándola con varios objetos que solo en la brujería negra podían usarse dejo que la tierra fuera la capa que diera sepultura a los retazos de aquel cuerpo, marcado y usado con fines de rendir tributos a aquellos que le entregaban el poder. Con una de las dagas marco tres arboles que a la perfección formaban un triangulo donde había enterrado el cuerpo, vertió sangre sobre la tierra formando el decagrama, para que cualquiera pudiese reconocer su marca, era una señal que infundiría terror, que a otros les llamaría la atención. Susurró un par de hechizos un lenguaje absurdo para muchos mientras esperaba la oscuridad despidiéndose. Angélica abandono el cuerpo de Alan y permaneció flotando en medio del símbolo dibujado con sangre, como si el cuerpo de la mujer antes enterrada estuviera ahí, como si la hermana que tuvo volviera a la vida, escuchaba el palpitar de su corazón resonar.

por **Alexis VanVollehoven** Miér Nov 28, 2012 4:11 pm

Esa noche él había salido en busca de algunas cosas que necesitaba. un par de ellas que no iba a conseguir en cualquier sitio dentro de la ciudad. Bostezó mientras caminaba de regreso. Estaba oscuro pero no le preocupaba demasiado con dos guías a su lado. Les escuchaba discutir de una forma aparentemente tranquila, pero tan acostumbrado como estaba a que se dijesen cosas entre ellos, no prestó atención a las palabras. Quería ir a casa, limpiarse la tierra de las manos, quitarse esas ropas y tirarse en la cama.

-Ten cuidado, Alexis - Escuchó la voz de Egyed pero su voz tenía todo menos preocupación en ella y fue cuando notó que ambos fantasmas ya no estaban hablando y de hecho miraban en una dirección específica -Joven brujo, tal vez deberías tomar otro camino - El chico arqueó una ceja -¿Por qué debería hacer eso? - Dijo con un poco de fastidio, ya de por si ir al cementerio no había sido muy placentero ese día, tener que rodear por evitar sabía Dios que cosa, no le parecía.

Claro que era perturbador ver a Egyed con esa expresión casi de satisfacción y un dejo de emoción. El sujeto, si bien Alexis desconocía quien era, decía ciertas cosas que le daban escalofríos. Si él hubiese sabido su verdadero nombre y lo que había hecho en su vida, ese escalofrío solo sería mayor -¿Habeis escuchado el dicho sobre que uno reconoce a los de su calaña?- No esperó respuesta. Él podía sentirlo, incluso si no tenía sus sentidos al no poseer un cuerpo, pero casi podía sentir el olor de la sangre, los rastros de una muerte, no exactamente como las que él había provocado, pero podía reconocer ciertas cosas con suma facilidad por lo familiares que le habían sido.

Arthur que si sabía acerca del sujeto que en vida seguramente habría querido matar por sus actos tan despreciables y viles, vio que Alexis solo comenzó a avanzar de nuevo. Parecía apático ante casi cualquier idea -Gilles... vos deberías mantener vuestra boca cerrada - Claro que no necesitaban que el único vivo de los tres se metiera en un lío y menos que terminase muerto si quien estaba ahí era como el fantasma del asesino que tenía a su lado -No entiendo lo que dices, pero realmente no me importa - Decía eso y sin embargo una sensación proveniente del sitio a donde habían dirigido la mirada esos dos le hizo sentir intranquilo, pero no lo suficiente para desviarse. Había visto muchas cosas cuando era niño, pero pocas le hacían reaccionar de esa manera. Ladeó el rostro, estaba cerca de otro hechicero.

por Invitado Dom Ene 06, 2013 12:49 am

Escuchó el crujir de aquel cuerpo retorciéndose bajo la tierra, mientras Angélica yacía sobre aquella que parecía una tumba, aquel ritual en medio de la nada tomaba forma mientras Alan se tornaba en cada palabra más cansado y un tanto poderoso, ese lenguaje oculto que solo su familia le había otorgado era peligroso incluso para él, comenzaba a sentir los estragos de aquel hechizo sobre ese cuerpo inerte, sin embargo aquel espíritu señalaba con su brazo derecho hacía una dirección, no solo eso, un brazo de aquel cadáver salía de la tierra señalando a la misma dirección ‘Intrusos’ decía Angélica en aquel lenguaje que solo ellos dos conocían, ella se desvaneció y el brazo termino inerte sobre la tierra, Frunció el ceño, todas esas energías solo por un par de intrusos, podía sentir cierta ‘familiaridad’ en dicha aura. Dirigió una de las dagas entre aquellos árboles para dejarla enterrada frente a los pies de dicha ‘silueta’.

-¿Quién osa a interrumpirnos? –Susurró con la voz completamente apacible y masculina que poseía, sin voltear, terminando de enterrar aquel brazo, tomo un poco de aquella tierra antes bañada con sangre y la lamió ligeramente. –Que una espiga de pálida luz ilumine tu cruz… oxídate entre los gusanos, remídete ante el decagrama y los demonios invocados, complácelos o ellos a ti tu alma arrastraran al peor de los infiernos –Hablaba con el cadáver de manera lenta, como si aún viviera, pero siendo un nigromante eso era posible con solo observar su alma vagar por ahí. –Sus pasos después fueron guiados frente al extraño, sin embargo sintió el peso de las palabras de ‘Seth’ aquel segundo espíritu que también le acompañaba por momentos, Angélica jamás hablaba con él, el que intercedía era el joven que acogió bajo sus poderes. -¿Cuál es el nombre del pequeño nigromante y sus fieles espíritus? –Dejo que su rostro fuese vislumbrado al retirar un poco la capucha.

por **Alexis VanVollehoven** Mar Ene 08, 2013 1:35 am

Sí que lo escuchó, el sonido de la navaja cruzando el aire, pero no la vio hasta que el arma punzocortante estuvo clavada en el suelo frente a sus pies haciéndoe detenerse. Que fuese más bien incosciente no significaba que no entendiese un aviso como ese. Se agachó recogiendo la daga, entre todo, el joven tenía algo muy claro, si iba a tener miedo, no tendría que estar ahí en primer lugar. Avanzó un poco más con el arma en mano, una que no era suya sino de quien parecía era de la persona que el fantasma a su lado hablaba.

-¿Es que mi nombre le dirá algo a un desconocido? - Vio a la figura que segundos antes había aparecido fente a él. Su voz grave había llegado a sus oídos claramente -¿Quién dijo que planeaba interrumpir cualquier cosa? Este es mi camino de vuelta a casa. Como tal ¿Por qué no he de decir que eres tu quien esta cruzándose en el mío? - Devolvió la daga, con un brujo, serviría, pero antes de una lucha sin sentido que no tenía ganas de pelear, tuvo que agregar -Mi nombre es Alexis. Dime el tuyo - Su voz imperativa en otras circunstancias habría resultado más que impertinente, pero estaban en medio del bosque y dudaba que alguno buscase algo bueno por esos parajes.

Él robando algunas cosas en los sepulcros, el otro haciendo lo que fuese que hubiese percibido el espíritu que lo acompañaba -Mi nombre es Arthur, como las buenas costumbres dictan, me encantaría escuchar el vuestro y el de sus acompañantes - Sonrió con amabilidad el fantasma que era el único con principios bien establecidos de los tres. -Egyed- contestó de forma seca el asesino sin tomar demasiada importancia. Su vista estaba en el cúmulo de tierra removida un poco más allá de ellos. Sonrió viendo al brujo frente a ellos. Otro necromante y uno un tanto diferente al parecer. No podía decir que Alexis hubiese hecho antes algo como eso.

por Invitado Sáb Ene 12, 2013 1:45 am

Una característica primordial en el brujo era su silencio, su misticismo del cual se rodeaba noche y día. Sacó una bebida de entre sus ropajes ocultos por aquella capucha color negro y bebió, fue como recuperar la energía, al mismo tiempo observaba las manos de aquel muchacho con la daga como si jugueteara, también a lo que el ojo humano parecía ‘la nada’, a esos espíritus que le acompañaban, interesantes, cada uno tenía algo que prendía la vela de la curiosidad en el brujo. Siempre le agradaba la idea de encontrarse con personas que compartieran materias en común.

En ese breve lapso, unió los cabos sueltos, ese chico tenía una actitud un tanto altanera, arrogante, su clase social destacaba en su ropaje, sus facciones, ¡Era un niño, apenas!, eso le había parecido, era curioso, seguro que se guiaba por instintos, un alma imprudente en su totalidad. No había respondido a su primera pregunta, no era necesario, sabía cómo terminaría todo después. –Sí quizás nuestros caminos se han atravesado, tu avanzas sin miedo, con un solo objetivo, ir a casa sin importar si llueve u observas algo prohibido…-Tragó saliva y no le sonrió su nombre permanecía igual.

Escuchó su nombre, un poco común, demasiado a decir verdad, pero eso no le importo, si no lo que seguía, aquellos dos que le acompañaban, que le eran fieles al mocoso. Escuchó atento el sonido de cada voz, una feroz y fuerte, otra totalmente amable y respetuosa, interesante combinación. –Alan Farmer, ese es mi nombre, el de la mujer que ven a mi derecha e idéntica a mí, es Angélica Farmer…-Finalizo y ella no mostro movimiento alguno –Yo soy Seth– el nombre del pobre joven atado al nigromante apenas era un murmullo, como si guardase un secreto y tuviera miedo de quien ahora era su 'dueño'. Se quitó aquella manta negra denotando en sus ropas a la clase que pertenecía y la doblo guardándola en aquella que parecía una bolsa, la correa cruzaba su pecho. –Interesantes espíritus te acompañan, tanto que has despertado un poco mi curiosidad, ¿vives cerca?– disimuló aquella sonrisa. La plática era para socializar y nada más.

por **Alexis VanVollehoven** Jue Ene 17, 2013 4:36 pm

-¿Por qué habría de importarme? ¿O porqué tendría que anticiparme sin saber qué es lo que haces? - Le observó con desconfianza, una que no ocultó en su mirada. Tenía razón, a él no le importaba si llovía, temblaba o lo que fuese, si no le había importado la advertencia de su aliado antes, pero no veía el sentido que tenían esas palabras que le dirigía justo ahora.

Le vio quitarse la capucha, en realidad, cuando había dicho lo del fantasma, no había podido vislumbrar si eran tan parecidos, no hasta que vio su rostro descubierto. Una de esas cosas que aprendes cuando vives en las calles, es a observar ciertos detalles, como las ropas o los cuidados en una persona, sus gestos, él lo hacía entonces con el fin de encontrar de quien tomar lo que necesitaba, pero aún ahora podía decirlo. Le había recorrido rápidamente con la mirada solo por eso. Había arqueado una ceja desde que la voz del fantasma, algo débil se escuchara.

Eso le había causado curiosidad. conocía por mano propia lo que uno como ellos podía lograr con un espíritu, pero dado que hace mucho no había necesitado hacer demasiado con otro que no fueran aquellos dos con los que había hecho un pacto, realmente no tuvo necesidad de atar a un fantasma a él. Los había utilizado en ocasiones, pero suficiente tenía con ese par como para pensar en tener a otro de forma constante cerca de él.

Y su desconcierto fue mayor cuando dijo aquello. No era la primera vez que lo escuchaba, sin embargo, vio la tenue sonrisa en ambos al escuchar eso. Alexis más de una vez se había preguntado si quienes le acompañaban le ocultaban algo, porque él desconocía sus identidades. Sabía que eran fuertes y su maestro le había dicho algo similar, pero cuando pregunto algo, solo le había sonreído. Las identidades que habían tenido, estaban ocultas al brujo, incluso si muchos se daban cuenta de algo -tal vez- al ver a aquellos dos. Uno le había ocultado su nombre, peor el otro se lo había dado aunque él fuese incapaz de relacionarlo.

-¿Por qué dices eso? - Y ahí estaba la duda de nuevo, que se lo dijeran más de una vez era como para tomarlo en cuenta, pero se distrajo con la pregunta que hizo, su desconfianza se notaba en sus movimientos en ese momento -No, no está realmente cerca, aún falta un largo tramo para que pueda llegar a ella...- Contestó medio sin querer hacerlo. Sonrió de forma más irónica que otra cosa después de eso -¿Es que piensa escoltarme? - Dijo con ese tono de burla. El sujeto le daba una sensación extraña, tal vez por lo que había dicho Egyed justo antes.

por Invitado Vie Ene 25, 2013 1:58 am

Alexis, eres como un conejito –Susurró sin risas, sin un tono en particular, así en seco, Alan parecía demasiado misterioso con esas cosas, si él otro se enfadaba o le preguntaba el porqué, no le respondería absolutamente nada, siguió caminando con pasos lentos, solo para alejarse un poco, sin embargo escuchar el tono de la voz ajena era algo de lo que gustaba contemplar. –Mi niño, no necesitas ser grosero, desearía encerrar tu voz en un frasco, es demasiado tierna y no en el sentido romántico.-Esta vez le sonrío pero con unos gestos particulares que apenas deshacían.

Ese niño, jugando con algo tan grave como la magia, su curiosidad iba más allá de las preguntas comunes, tan solo quería ver si era bueno, si podían tener más adelante algún tipo de relación y quienes eran esos dos espíritus que le acompañaban. Quería conocer cada una de las facetas en las historias de las personas o si no hacer enemistades a través de aquellas cosas. Seguro que ambos estaban más que ansiosos por ver que misterio envolvía al otro. Alexis, ese nombre se quedaría grabado en su memoria. –Bien debes saber, mi pequeño Alexis que los espíritus tienen su historia, llevan años muertos, siglos incluso, son tan atrayentes como los vampiros. –Y sí que lo eran. El mismo Alan había estado involucrado con uno que años atrás le dejaría una profunda herida.

-Claro que no, no te escoltaré, ni quiero ir, solo quiero saber si el tramo que te falta puede servir para tener una plática más interesante.-Era raro encontrarse con brujos, de los mismos que manejaban artes negras, siempre encontraba seres de luz y estaba aburrido de hacerlo. Se concentró en seguir su camino, ¿aquel hombrecito le acompañaría? -¿Vienes? –Le susurró ya más lejos, con una apenas visible sonrisa.

por **Alexis VanVollehoven** Lun Feb 04, 2013 1:40 pm

Casi dio un respingo por la forma en que había dicho aquello, una sensación extraña le invadió ¿Conejito? ¿Qué diablos decía? Frunció el ceño notoriamente pero no dijo nada, no quería siquiera que volviese a decir que se lo parecía. Realmente sintió un escalofrío al escucharle hablar y se quedó sin ganas de decir algo más. Por un instante sintió incomodidad por la forma en que se expresaba al mencionarle.

Es decir, le hablaba con ese tono, esa mirada, pero esas palabras... -¿Intentas avergonzarme? -Preguntó de la nada mientras pensaba en ello. Decirle mi niño, pequeño, eso de su voz que realmente no entendió, en realidad todo lo que le decía tenía ese aire que le hacía ponerse un poco inquieto. Aunque era cierto lo que decía de los fantasmas, al menos hasta donde podía comprender y ver aquello -Creo que tienen más ventajas que los vampiros... - Soltó sin pensarlo. Los fantasmas tenían limitantes de otro tipo, pero le parecía más problemática la situación de los vampiros. Aunque noe staba seguro.

Suspiró con fastidio por la forma en que había ocntestado a lo de escoltarle. Claramente había sido una broma y él le contestaba de esa forma, en serio le daba mala espina. Aún así, terminó por avanzar y seguirle, no sin antes ver a los que llamaba sus aliados, eso no porque fuesen sus compañeros, sino por la enseñanza que tiempo atrás,cuando comenzaba con lo de la magia, le había sido inculcado.

Acortó la distancia viéndole caminar. No era físicamente impresionante, aunque tenía un aura que no sabía como calificar -¿Por qué querrías platicar conmigo? - No se había dado cuenta que se había puesto a la defensiva. Probablemente no lo haría de momento. En cualquier caso era tarde y necesitaba volver y ese era el mejor camino, con o sin su compañía, iba a ir por ahí.

por Invitado Miér Feb 27, 2013 5:33 pm

Se le quedó viendo de pies a cabeza de reojo, caminaba casi a su lado, pero aquel nigromante le parecía de lo más curioso, no solo porque era raro encontrar alguno, si no que especialmente Alexis llamaba su atención, tenía, probablemente, algo que él no. –No creo que algo tan vano te avergüence, mi niño–volvió con esos halagos algo extraños. Para él lo era. Alan tenía más años de los que aparentaba. El silencio se había apoderado de ellos, solo escuchaba la débil voz de Seth, pero la ignoró, hasta que suspiró y le sonrío. -¿Ellos pueden contarme un poco de su existencia, o prefieres hacerlo tú? –Susurró con ese tonó bajo y extraño que poseía. Podía ver aquellos seres, lo espíritus siempre llamaban su atención, quizás lo extraño de todo es que Alexis, siendo un ‘niño’ tuviese algo tan valioso. Quería saber demasiadas cosas pero se contenía.

-Sabes, los vampiros al entrar el sol pueden desaparecer, deben alimentarse de la sangre humana para poder sostener su existencia, pero ellos –Señalando a los propios fantasmas que le acompañaban –Ellos son distintos, puedes capturarlos, amarrarlos, usarlos a tu antojo–Susurró con un hilillo de voz un poco más frío cuando observó que Seth se escondía tras Angélica, como si aquello le sirviera. Alan le había dirigido una mirada que denotaba su molestia, si algo le hacía enojar era la mala educación que el espíritu mostraba. Como perfeccionista aquello lo sacaba de sus casillas, obligándolo a algo que jamás hacía, gesticular con las manos mientras sus facciones de ese rostro serio se descomponían para hacer evidente su enojo.

No se había fijado en el camino, pero cuando presto atención observó aquello, ese segmento que le indicaba que ya casi estaba fuera del bosque. –He conocido pocos brujos, y los que he conocido siempre son de lo peor. De los que apenas pueden manejar sus propias emociones. Aunque eres un niño, tienes un poder y habilidad increíble y estas muy lejos de conocerla si alguien no te enseña unas cuantas cosas.–Le sonrío, pero claro, solo deseaba decirle unas cuantas cosas no era para tanto y mucho menos se quería convertir en su maestro, seguro que ya tenía uno y Alan era algo impaciente para enseñar lo que sabía. -¿Ellos están amarrados a ti?–Murmuró esperando sus posibles respuestas.

por **Alexis VanVollehoven** Lun Mar 04, 2013 12:00 am

-No, pero me da escalofríos -Admitió sin pensárselo siquiera mientras la expresión de su rostro no hacía sino demostrar lo que estaba pensando. Le parecía alguien extraño. No era la forma de tratar a alguien ¿no? -Y dices que no quieres ir, pero quieres platicar conmigo ¿no es eso extraño? Podrías matarme en el camino y nadie lo notaría - Claro, no sería tan fácil como eso. Era el creer eso que le hacía decirlo sin ningún temor en la voz, pero la risa de Egyed a su espalda casi le hizo saltar.

-Puede ser de cualquiera de las dos formas, no creo que ellos se molesten si les preguntas cualquier cosa, claro, uno podría mentirte - Miró de mala manera al asesino, el no sabía bien qué había sido cada uno. Debería haberlo sospechado, pero como estaba tan cerca de ellos, era menos evidente para él que si los observara de lejos. ¿Qué había dicho de los de su calaña? No lo había entendido del todo, justo porque desconocía más de un hecho sobre ellos. Y ahora se ponía a pensar en ello, porque lo cierto es que gracias a esa pregunta se daba cuenta de que no sabía casi nada de los fantasmas que le acompañaban.

-Justo por eso lo decía... los fantasmas, si tienen lo suficiente, puden aparecer ante los vivos, probablemente muchos no diferenciarían... no necesitan hacer algo como beber sangre... tiene sus desventajas claramente... - No le parecía tan malo, dependiendo del caso. aunque lo que decía tenía cierto sentido -Es cierto, puedes hacer eso, pero no es como si cualquiera pudiese hacerlo... No cualquier brujo... Y es posible con un vampiro, solo que las tácticas son diferentes - Claro, había unos a los que no podrías convencer o chantajear fácilmente.

Alexis llevaba aun esa cara que denotaba desconfianza, le veía con sus fantasmas y luego hablándole a él y no sabía qué pensar. La pregunta de sus espíritus le hizo caminar un poco más despacio cruzando los brazos en su pecho como si se pensara lo que iba a decirle.

-Mi maestro dijo que tenía potencial... me ha enseñado muchas cosas, pero no estoy seguro de lo que dicen... -Potencial o si era realmente bueno. No lo sabía, ni se preocupaba en averiguarlo. Y últimamente, con su maestro como prisionero de aquel vampiro, él había tenido que averiguar muchas cosas por sí mismo, y algunas no habían ido del todo bien, alguna que otra consecuencia en algunas cosas que hacía por primera vez. Claro, nada grave o que no pudiese arreglarse.

Suspiró viendo a Arthur que esbozó una ligera sonrisa -Amarrarlos... con ello te refieres solo a controlarlos... la respuesta sería no... porque yo también estoy ligado a ellos - Después de todo, el no había sido quien los había llamado. Y en aquel entonces, era un niño que apenas y había entendido la mayoría de lo que había sucedido -Tengo un pacto con ellos...- Uno del cual a pocos les había dicho. Y quienes lo sabían, desconocían como se había llevado aquel trato entre ellos -Desde hace mucho tiempo... - Al fin y al cabo, casi toda su vida, si se ponía a pensarlo. Claro, tampoco había vivido tanto como para decir que había sido demasiado -No necesito preguntarlo, ellos si están de esa forma contigo... -Y se notaba además con como se comportaban, tanto el fantasma como el brujo -Esos fantasmas... -Quería preguntar, pero eso sería también responder muchas cosas, pero en realidad podía hacerlo -¿Cómo es que los has mantenido contigo? Quiero decir... ¿Hay alguna razón?-Aunque le intrigaba más ella, el otro solo parecía asustado.

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