Dónde menos te lo esperas, ¡pum! Aparece el fantasma (Juan)

por **Lenina Forest** Dom Dic 02, 2012 1:17 pm

Caminar por el norte de París era un poco como caminar por un mundo lleno de misterios. Los mortales que por allí me encontraban me interesaban más bien poco, aunque aquel día en cuestión había decidido adoptar forma corpórea. Pero como yo sólo tomaba cuerpo físico en ocasiones especiales, estaba claro que tenía que hacer las cosas bien. Y aquel día quería encontrar información. Por lo que caminaba por las calles como una sombra negra, incluso me había conseguido una de esas sombrillas que usan las mujeres mortales, y la agitaba con cierta torpeza. A veces se me enganchaba por alguna parte, pero no importaba. La desesnganchaba y punto. El sol era demasiado cegador.
La dirección que había conseguido no estaba muy clara, por lo que tenía que acercármela mucho para verla. Pero no lograba hacerlo. No se veía lo que se tenía que ver, y esto me ponía los nervios de punta.
Finalmente llené de escarcha el papelito y lo arrojé en el primer sitio que vi, sin importarme quién lo viera y quién no.
Y me aposté a las puertas de una mansión de ricos. Y allí esperé con paciencia a la persona que me había dado la dirección. Pero entonces...vi a otro mortal acercarse por el otro lado de la calle. Había algo en él que me sonaba...y mucho.

por **Juan de la Cruz** Miér Dic 05, 2012 1:12 am

Juan de La Cruz estaba de... guardia por así decirlo, siempre en busca de nuevos negocios, y como pocas veces caminaba bajo el sol en su forma común, con el pelo corto y ropajes comunes ocultaba a aquel brujo usurero que vivía en su pecho asechando en las sombras hasta encontrar el mejor momento para salir, con una sonrisa en el rostro miro su propia sombra pegada a sus pies la cual permanecí quieta, como cualquier sombra normal, pero que el sabia no era para nada común, pues en ella descansaba el dueño de su contrato y cuando muriese de su alma, el Barón Samedi, deidad vudú de la vida y la muerte quien gustaba de acecharlo tanto de día como de noche, siempre expectante de lo que ocurriese en el mundo humano

- Justo como alguien sin nada mejor que hacer- se dijo a si mismo completamente consiente de que el barón le escucharía sin importar que pasase, después de todo, el siempre escuchaba...Suspiro sintiendo el sol quemarle el cuello y la pala de la cabeza, frunciendo el ceño camino con el sol abrazándolo fuertemente hasta que logró vislumbra frente a el la silueta delicada de una mujer parada frete a una de las mansiones que poblaban la zona, un edificio imponente se erguía frente a ella como queriendo cubrirla del sol muy a pesar de que la sombrilla ya cumplía la función. Juan de La Cruz bajo la cabeza en modo de saludo ante la enigmática joven que yacía en la banqueta como esperando un algo que se supone en algún momento llegaría, un sentimiento de pesadez comenzó a carcomerle el pecho logrando que afilara la mirada ante tan extraña persona.

por **Lenina Forest** Miér Dic 12, 2012 1:55 pm

¡Ah, éstos mortales! ¿Qué tenían que podían parecer tan extraños o tan incrédulos? Cada día me sorprendían más, aunque yo fuera una vez mortal, en otro tiempo, hace ya varios miles de años. Pero los humanos no eran tan extraños en mis tiempos como mortal...por aquel entonces las cosas eran mucho más sencillas, tanto para mí como para todos. Claro que por aquel entonces tampoco conocía Europa, ni ninguno de sus secretos, tanto los buenos como los malos.
Y ojalá hubiera seguido así siempre.
Cuando se acercó más vio que era un hombre alto y fuerte, bastante atractivo. En cierto modo me recordaba a algunos a quiénes había conocido allá por aquellos tiempos. Un poco nada más. Por eso mismo decidí acercarme a él y preguntarle un poco. Preguntarle...aunque claro, estaba segura de que no encontraría las respuestas a mis preguntas. Pero eso no me importaba demasiado en aquellos momentos. Quizás me pudiese ayudar...quién sabe. Sólo había que comprobarlo.
-Le estaba esperando...-dije con voz dulce cuando se acercó más. Me acerqué a él y le sonreí con esa dulzura propia que dejaba escapar antes de...hacer algo especial.

por **Juan de la Cruz** Lun Ene 21, 2013 5:52 pm

Fantasmas, fantasmas, fantasmas, siempre habían plagado su vida, a cada segundo, a cada minuto, todo el tiempo desde que nació, tratando de hacer memoria no había ni un instante desde que nació que no se encontrase plagado de muerte, de espíritus que vagan sin descanso, su padre era un hombre bastante distinto a lo que un padre normal debía ser, nunca le hablo a Juan de La cruz de mas, le dedicaba la cantidad justa de palabras que debía dar por día, como si la vida le redujera un mes por cada oración pronunciada, cuidando no hablar nunca de mas se trataba de un hombre bastante cuidadoso que le enseño como tratar a la magia y a los que solamente se mostraban ante esta, gracias a eso muchas cosas que no debería saber rondaban su cabeza.

- Oh…Que sorpresa…Parece que tengo una cita no planeada hoy-Exclamo divertido, sinceramente cuando mujer atractiva se te acerca y te dice que te esta esperando se trata de una oportunidad que no puedes rechazar, sin embargo para un hombre como Juan de La Cruz que no esta interesado en esa clase de relaciones y que nota las cosas en donde no las hay probablemente la invitación de la mujer sonó a una fiesta con caníbales, pero claro que él era una persona que jamás rechazaba a nadie de modo que se quedo parado esperando a que ella contestara. Los encuentros de la vida no se rechazan, los encuentros de la vidas no se desprecian, cuando aparece una oportunidad llamando enfrente de ti no la desprecias, cualquier cosa que se entrometa en tu camino esta ahí por una sola razón, marcar los caminos del destino

- Entonces, que se le ofrece madeimoselle??-Pregunto ladeando la cabeza, a la espera de lo que sucedería, seguramente nunca ese día no se aburriría.

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