Dos hombres y una mujer [Ocupado]

por **Fiolette Himmel** Dom Dic 02, 2012 1:45 pm

Fiolette se encontraba en su casa, ya había anochecido y se encontraba haciendo un poco de crochet a la luz del hogar, el calor le llegaba completamente pues hacía muchísimo frío esa noche, la escarcha estaba en las ventanas. Ella además de su camisón y su gorda rebeca, estaba tapada y posicionada delante de la chimenea y aún así seguía teniendo bastante frío, tendría que esperar más tiempo a que se le templara la casa al no haber estado en todo el día por el trabajo.

-¡Dios...!- frotó las manos dejando de lado el crochet en la mesita de al lado de su silloncito. Subió las piernas al sillón quitándose las zapatillas- ¡creo que esta puede ser la noche de más frío y eso que aún no llegamos a las noches más largas del invierno! no sé lo que voy a hacer cuando se me acabe la leña...- se rió de ella misma- voy a parecer una cebolla con tantas capas de ropas jejeje- se sintió un poco sola pues el chiste solo había sido escuchado por ella y solamente ella se había reido rompiendo una vez más el silencio. Miró a su alrededor totalmente callado, apagado de vida y sin nadie más que ella llenando el espacio.

Apoyó su cabeza en el sillón suspirando mientras tenía la mirada posada en el fuego quemando y haciendo cenizas el tronco de madera. Cerró los ojos queriendose quedar dormida, queriendo olvidar que ahora estaba bastante sola desde que se había mudado de casa y vivía en una más pero mucho más pequeña, conteniendo solo lo indispensable y el espacio totalmente reducido. Le parecía más acogedora su casa que ninguna otra pero... siempre se le venía a la cabeza alguien que llenara el tiempo con conversaciones, risas, apretones de manos y algún que otro beso robado. No era mala la idea... ¿no?

por **Ozer Boissieu** Dom Dic 30, 2012 11:10 am

Estaba un poco nervioso, era la primera vez que iba a la casa de Fiolette, vivía a unas cuantas cuadras de mi, y nunca me había dando cuenta de ellos, hasta que ella misma me mostro su humilde casa, pero ahora quise ir, estaba nervioso como nunca lo había estado desde hace mucho tiempo, quería ponerme mi mejor ropa, peinarme pero mi cabellera no me ayudaba mucho, estos risos tan rebeldes siempre se quedaba como estaba aunque me peinara lo mas decente que podía. Pero sabía que ella no se fijaría en eso así que me puso mi pantalón negro, unas botas del mismo color, una camisa blanca y un chaleco. Aunque yo no tuviera calor, se sentía en el aire, así que me mire en el espejo un poco y trate de sonríe no mucho pero lo suficiente para dársela a Fiolette.

Cuando “mire” que me quedaba bien todo, Salí del cuarto, arreglándome el chaleco, sonriendo un poco, desde que conozco a Fiolette mi vida ha cambiado, no me siento solo, no me siento un pecador, “El pecado de nacer” cada vez que escuchaba, decía la palabra pecado ese recuerdo, esa frase de mi padre pero hoy no lo recordaré no quiero, es un día de felicidad, supongo y es ver a Fiolette, aunque ella no supiera de mi sorpresa visita hacia ella. Salí de casa y me dirijo hacia la suya, donde no estaba muy lejos, pero me detuve al ver alguien enfrente de la puerta de su casa, era un hombre, piel pálida…era un Vampiro su olor a muerte lo delataba pero…¿Quién era? Esa fue mi pregunta, no avance, mire que Fiolette salía y cuando lo miro le sonríe y se lanzo hacia el…esa vista no me gustaba haciendo que mi ceño se frunciera, así que mis pasos se hicieron largos llegando, queriendo llegar mas rápido de lo que era, pero no podía se me hacia tan lejos aquella imagen que miraba.

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